Lectores urgentes. Por: Octavio Fraga Guerra*

Un niño herido palestino recibe atención médica en el hospital al-Shifa de Gaza. Foto: AFP

Un niño herido palestino recibe atención médica en el hospital al-Shifa de Gaza. Foto: AFP

“No creo que seamos parientes muy cercanos, pero si usted es capaz de temblar de indignación cada vez que se comete una injusticia en el mundo, somos compañeros, que es más importante”.

 Ernesto “Che” Guevara

Ayer publiqué un texto en apoyo al pueblo palestino. Es de sentido común detener la barbarie que se está produciendo en esta sufrida nación. A la humanidad le corresponde actuar ante estos hechos. Somos testigos –una vez más-, del genocidio y de la muerte. De la barbarie y la impunidad.

No somos simple espectadores, no tenemos derecho a estar en la vitrina y ver cómo se van matando personas. Somos la solución,- la única solución posible- ante los reiterados ataques de una soldadesca israelí, asesina, brutal, intimidatoria, que pretende desaparecer a todo un pueblo.

El texto En Gaza urge detener a la muerte (1), del que hago mención, lo acompaño con fotos claramente conmovedoras. Un lector de facebook me escribió señalándome que no le gustaba que usara fotos de niños palestinos asesinados. Es cierto que son imágenes muy fuertes. No tengo dudas que las fotos son estremecedoras como para no dejar incólumes a quién las vea. Pero nada más lejos en mi qué pretender buscar la portada del día.

Estamos ante un escenario global en lo que impera es el “mirar hacia otro lado”. Esa es una dolorosa verdad. He de sumar a esa lista el miedo que corroe los estratos de las llamadas “culturas civilizatorias” ante el sentido común y los valores más básicos de cualquier pueblo. Otro asunto es, la fragmentación de la sociedad que no visualiza puntos de mira, referentes o caminos a seguir. Y no menos importante, -yo diría incluso medular-, el rol protagónico de los grandes emporios de la comunicación que en nombre de la “objetividad” descafeínan las esencias de la sociedad contemporánea y la historia.

Y hablando de historia y también de memoria, a esa también no las quieren robar para convertirnos en ignorantes sistémicos. En dóciles hombres y mujeres de un tiempo en el que “no hace falta pensar, pues otros lo harán por nosotros”.

En los últimos años hemos sido testigos de guerras imperiales en la que han muertos millones de personas. Son las víctimas de la saciedad por el control de los recursos energéticos. Solo en la fratricida guerra de Irak han muerto más de un millón de personas. Sus responsables políticos George W. Bush, Tony Blair y José María Aznar, aún no han sido juzgados en ningún tribunal para hacer honor a la justicia y responder con ella, a todos los hombres y mujeres enterrados en la faz de la tierra.

La ofensiva guerrerista continua imparable. Afganistán, Ucrania, Libia y Siria forman parte de ese cuadro de la muerte. De esa escenografía dantesca. Palestina no ha dejado de ser durante décadas el escenario de la muerte.

Cuando los hombres y mujeres dignos de este hermoso planeta que agoniza, se enfrentan en sus países a la guerra para defender de paz, son víctimas de la barbarie que se exhibe con vestuario de justicia. Reciben los golpes de las “fuerzas del orden” pues han rebasado los límites oscuros que el poder tolera. Los medios los encuadran entre el ostracismo y la burda ofensa. Entre la denigración y las descalificaciones. Las falsas acusaciones son parte de esa repetida estrategia para enterrarlos ante nuestros ojos.

El mundo de hoy, -predominantemente capitalista-, está viviendo una crisis que se extiende a “velocidades de vértigo” por esa globalidad de interconexiones en la que una causa crítica de la económica, la política, la sociedad o la cultura en un país, o una región, tiene efectos en muchos otros aparentemente no relacionados.

Vivimos hoy bajo una manta de creciente paro que es sustituido por el empleo precario. Nuestra década, es la de inmorales especulaciones financieras y el intocable poder de unos pocos ricos sobres millones, cientos de millones de hombres y mujeres que poco a poco ven menguados sus ingresos y se suman a la lista pobres. Los corruptos siguen de copas y juergas, amparados por los poderes inmorales de la “justicia” y los políticos que siguen jugando a ver quién habla más bonito, como si de actores y actrices se trataran. En definitiva, la real democracia está raptada, entendiendo democracia como “el real poder del pueblo”.

El desahucio de familias enteras de sus viviendas sigue siendo práctica imparable en las llamadas sociedades occidentales. La inaceptable privatización de la salud y la educación son parte de una pensada estrategia para deslegitimar el insustituible papel del estado en estos esenciales asuntos. La emigración del Sur hacia el Norte, en incluso del Norte hacia el Sur, son los signos visibles de esta crisis global.

La xenofobia y el creciente movimiento fascista. La mediocridad cultural, el espectáculo insulso, el show mediático y la banalidad son parte de los “nuevos tiempos”.

Son tiempos en los que apremia estar atentos y exige tener una cultura de lectores urgentes. No se trata solo de leer textos esclarecedores y esenciales. La lectura pasa también por leer estas fotos duras, dantescas, horribles. La lectura ha de ser de gran calado para entender los tempos que corren y ser coherentes con la realidad que nos exige tomar partido. Nos toca hacer causa común por encima de nuestras diferencias ideológicas, culturales o religiosas, pues de lo que se trata es de defender la vida.

Notas

  1. En Gaza urge detener a la muerte. https://cinereverso.org/?p=13116

Editor del blog: www.cinereverso.org

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