Now!: Un pasado-presente escrito en imágenes. Por: Octavio Fraga Guerra* (VIDEO)

Fotograma del documental Now! Director: Santiago Álvarez

Fotograma del documental Now! Director: Santiago Álvarez

Reivindico al cine documental como obra de arte y erguida expresión del pensamiento lúcido. También, de sus impostergables construcciones artesanas, cuyos derroteros artísticos han de ser coherentes con la humanidad.

Me declaro un servidor de sus voces, sus inquietantes argumentos y todos sus empeños, para que sus verdades sean parte consustancial de los mejores acentos de la cultura universal.

Ella ha de florecer, a pesar de las incesantes oleadas de frivolidades. Ha de ganar escalones y cercos, ante las distorsionadas vestiduras de la historia hechas por los que quieren descafeinarla. Sin olvidar, las posturas equidistantes de sociedades cautivas que no se asoman a sus cultivadores empeños. Este arte ha de ser una fiesta de todos.

El “cine verdad”, -como también se le conoce-, ha de engrosar una gran biblioteca de palabras, de imágenes inversas y trazos nuevos. El arte de contar sobre hechos mundanos, cotidianos, históricos o artísticos, es también un libro esculpido, revuelto e intenso. En ese escenario caben todas sus miradas.

Cada hecho de la contemporaneidad tiene un pasado escrito en imágenes. Los fragmentos de una vida o de una historia de vida, han sido “ejercicio” de sus mejores misterios. Un pasaje antiguo, un suceso intenso. Una calle revuelta o un barco que navegó sin llegar a puerto. No hay pequeño fotograma que no  registre las más descollantes historias que son también patrimonio de todos.

Cuando leo las noticias de las intensas manifestaciones que se suceden por estos días y en estas horas, marcadas por la indignación y la injusticia tras la muerte del joven negro Michael Brown a manos de un policía blanco, cuyo escenario es la localidad estadounidense de Ferguson, de Estado de Missouri, me remito al pasado.

El cineasta cubano Santiago Álvarez, que su descomunal filmografía forma parte del acervo cultural e histórico de América Latina y de las vanguardias de documentalistas que la historia del cine ha documentado, realizó en el año 1965, una joya fílmica cuyos paradigmas estéticos siguen ocupando tiempo para el agudo estudio y análisis como pieza de referencia.

Now!, una filme documental de singular estructura, construido con un trepidante montaje, retrata con agudeza, -desde la denuncia-, los abusos cometidos por las autoridades en contra de los ciudadanos de raza negra en los Estados Unidos.

La obra se va erigiendo como pieza única y escolástica, bajo los cimientos de la banda sonora que interpreta la mítica Lena Horne, cuya voz firme y aguda, le da un discurso antirracista que el autor de esta pieza aprovecha de manera ingeniosa y vital.

El cineasta cubano, no se escaquea del discurso político que reivindicó, como uno de los preceptos fundacionales de su trabajo y su vida. “Arma y combate son palabras que asustan, pero el problema es compenetrarse con la realidad, con su pulso… y actual (como cineastas). Así se le pierde el miedo a las palabras cargadas de contenido peyorativo, en las que muchas veces el creador se enajena” (1).

La pieza evoluciona con imágenes que nacen de apropiaciones, que demuestran la violencia y las torturas a las que están sometidos en ese período oscuro -profundamente racista- los ciudadanos de raza negra en los Estados Unidos.

Sobre el origen de esta medular obra documental, Santiago Álvarez expreso: “Now, por ejemplo, nació de un fragmento instantáneo: tomé un ómnibus de la Greyhound linea que hacía el recorrido de Miami a New York, era un local, esos que se detienen en todos los pueblos, a lo largo del trayecto iban subiendo negros del sur. El ómnibus se fue llenando de negros. En un momento dado, sube una negra con un niño en los brazos. Yo lógicamente, cuando la vi entrar, traté de ofrecerle mi lugar. Las personas que estaban en el ómnibus comenzaron a decirme horrores en inglés. La negra se puso nerviosa. El inglés que yo conocía no era muy bueno, pues era el que había estudiado en el instituto. Yo le dije a la negra que me diese al niño para tomarlo en mis brazos. Las personas que iban en el ómnibus comenzaron a gritarme son of a bich y miles de cosas más. Yo les contesté: “me van a tener que matar para arrancarme a este negrito de las piernas”. Ahí la negra quedó desesperada y aterrorizada y me pedía que no hiciera eso. En aquella época había una ley, escuche esto, una ley y no una costumbre, según la cual los negros sólo podían sentarse en los últimos dos asientos del ómnibus. Debido a esto la negra, presa de pánico tomó a su niño y se fue hacia atrás. Aquella experiencia se grabó fuertemente en mí (1).

Notas

  1. http://www.blogsandocs.com/?p=375
  2. http://www.rebeldemule.org/foro/documental/tema10472.html

 

*Editor del blog: www.cinereverso.org

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