Economía del conocimiento y fuerza de trabajo calificada en Cuba. Por: Agustín Lage

Dr. Agustín Lage, Director del Centro de Inmunología Molecular.

Dr. Agustín Lage, Director del Centro de Inmunología Molecular.

Yo vi la tesis de Yordanka (2) e incluso la he leído dos veces. Pero siempre hay cosas interesantes que a pesar de que uno se la leyó vuelve a reflexionar. Traten ustedes de ver hasta qué punto puede ser complementario este enfoque que ella hace de la fuerza calificada en el país, con lo que yo les quiero explicar que es un experimento concreto en un sector particular y las conclusiones que sacamos de haber vivido eso. El origen del libro (3) este que Elier anunciaba es precisamente la percepción de que a nosotros nos había llegado el momento de describir el mundo que habíamos vivido, porque realmente el equipo de compañeros que trabajamos en el Polo Científico vivimos la experiencia del desarrollo del sector de la biotecnología y de ahí salió una experiencia práctica.

La biotecnología es un proceso de manufactura como otro cualquiera y como todo proceso de manufactura es un proceso de transformación. Toda manufactura trasforma materia prima en producto final. En la biotecnología lo que sucede es que esa transformación ocurre en el interior de la célula viva. La célula viva es la fábrica.

En Cuba comenzamos a inicios de los 80 el desarrollo de la biotecnología. 1981 es un año importante a recordar, pues fue cuando se fundó el primer centro de la biotecnología. Los que fundaron el centro de investigaciones biológicas que lo inauguró el Comandante en Jefe para hacer el interferón en aquel momento y es la primera cosa que se parece a una industria de la biotecnología, pero después vino otra y otra y esta historia acabó en el año 2012 en lo que es el Polo Científico, un conjunto de instituciones con diez mil trabajadores, 58 instalaciones productivas y después a finales del 2012 la formación de BIOCUBAFARMA. Se funde la industria farmacéutica con el Polo Científico de la biotecnología y nace esta organización, que es una organización poderosa desde el punto de vista de sus recursos, estamos hablando de 38 empresas y 22 000 trabajadores Eso es lo que es BIOCUBAFARMA hoy. 7000 científicos e ingenieros, 284 doctores en ciencias.

Junto con el nacimiento de BIOCUBAFARMA, nacen conceptos nuevos. No solamente es armar una unión de empresas que sea buena porque sea grande, sino que aquí hay conceptos nuevos. Eso es una organización de carácter empresarial y se dan facultades para la gestión económica y financiera y comienza a financiar la ciencia a partir de las utilidades de la gestión empresarial y de hecho esa gaceta oficial es el primer documento oficial de gobierno en la historia de los gobiernos de Cuba, que emplea la frase “empresa de alta tecnología”.

A mí el caso del Centro de Inmunología Molecular me gusta comentarlo especialmente, por coincidencias históricas, no porque nosotros seamos mejores o diferentes a los demás. El problema es que CIM se fundó en 1994, aquí hay compañeros demasiado jóvenes que quizás no se acuerdan de lo que fue 1994. 1994 fue el año del fondo del período especial, fue el año de los balseros, de los disturbios de agosto, el período más difícil. ¿Qué hubiera dicho yo si hubiera sido un profesional de un tanque pensante de los Estados Unidos? Bueno esta gente están fundando una empresa de alta tecnología, no tienen acceso a fuentes de financiamiento exterior, el país está bloqueado, el mercado que tenían con el campo socialista lo perdieron, esto no puede funcionar y de hecho en el plan que después escribió el gobierno de Bush contra Cuba una de los cosas que dice es que la industria biotecnológica cubana no debía existir. Y resulta que sin embargo existió con un desempeño económico ascendente. Entonces en el libro se habla un poco de eso. Nosotros comenzamos a preguntarnos y analizar por qué. Cuando hay una cosa que sale bien, que no debía haber salido bien por los parámetros convencionales de los que se dedican a estas cosas, hay que preguntarse por qué, qué fue lo que pasó.

Entonces cuando nosotros analizábamos la experiencia vivida, comenzamos a darnos cuenta que el Polo Científico no es una experiencia científica, quien quiera analizar el Polo Científico desde una experiencia científica se pierde lo fundamental, porque lo esencial de la experiencia del Polo Científico fue una experiencia de conexión de la ciencia con la economía. Ahí es donde está el pollo del arroz con pollo, para decirlo en frase muy poco intelectual. Es decir, el elemento esencial no está en el proceso de hacer mucha ciencia, que por supuesto hay que hacer mucha ciencia y buena ciencia, sino en el hecho de conectar a la ciencia con la producción. Todo esto fueron conocimientos que fuimos vertiendo en diferentes artículos que, en la medida que se fueron llevando estos debates, publicamos la mayoría de ellos en la revista teórica del partido, Cuba Socialista, y después a alguien se le ocurrió recogerlos todos en un libro. Poco a poco comenzamos a extraer conclusiones de la experiencia que estábamos viviendo y este es un sector de la economía, pero no es cualquier sector de la economía, es un sector de la economía donde la ciencia se funde con la economía, pero con un tipo de economía que genera productos donde el conocimiento es el principal componente del costo y del precio. Si ustedes pregunta cuánto costó el Pabellón Cuba, aquí donde estamos, el costo sale de los materiales empleados, pero ustedes se preguntan cuánto costó esa computadora, el costo de los materiales que componen esa computadora es centavos, la computadora vale lo que vale por el conocimiento incorporado en la tecnología para hacerla y el caso ilustre de eso es la industria del software, son sectores así, son sectores donde se compite por diferenciación de productos, no por escala y costo. Es decir en la economía tradicional cuando piensa en competir piensa en producir más a menos costo, por esa razón los chinos son los únicos que venden tela en el mundo. Pero usted no puede competir en la industria del conocimiento por escala y costo, usted tiene que competir sacando productos mejores que el de antes y eso es lo que se llama competencia por diferenciación y como consecuencia de eso la empresa empieza a internalizar la investigación científica dentro de la empresa, que es un fenómeno nuevo. Hasta mediados del siglo XX para la ciencia y la técnica, para los empresarios del mundo era lo que los economistas llaman una externalidad económica. La empresa empieza a internalizar y ese es un fenómeno nuevo que no existía y donde el conocimiento es el insumo limitante y ese es otro concepto muy interesante. El insumo limitante es qué cosa no le deja a usted crecer o qué cosa le permite crecer, y un ejemplo clásico que siempre ponemos es que el insumo limitante para una industria petroquímica está en el petróleo. Si usted tiene petróleo lo tiene todo, si no tiene petróleo no tiene nada. Si usted quiere hacer una industria de papel usted tiene que ser un país que tenga grandes bosques, hay un insumo limitante. Ahora si nos preguntamos cuál es el insumo limitante de la industria software, no hay ningún insumo limitante. Es decir el insumo limitante es el conocimiento, entra a competir aquel que tiene, aquella sociedad que tiene los conocimientos acumulados. Esas cuatro características no se ven solo en la industria de la biotecnología, sino también en la industria del software, en la industria de los equipamientos de computación, en las telecomunicaciones, en los nuevos materiales incluyendo las nanotecnologías, en las energías renovables, etc, y es lo que se llama industria de alta tecnología. Hay algunos estudiosos que incluyen el turismo de naturaleza, que también depende del capital humano incorporado.

Eso son los sectores de la industria de alta tecnología y la experiencia que estábamos viviendo antes de ser contada, era la experiencia de hacer nacer en Cuba un sector de alta tecnología. ¿Qué ha pasado con los sectores de alta tecnología? Con los sectores de alta tecnología lo que ha sucedido es que hay un lazo de retroalimentación entre tecnología y globalización.

En los años 60, si ustedes ven los textos de economía de la CEPAL, se hablaba de la sustitución de importaciones, industrialización sustitutiva. No vamos a importar, vamos a fabricar aquí. Y eso es lo que decía la CEPAL, los primeros economistas que vinieron a ayudar a la revolución en los años 60 Y esa era una buena tesis para los años 60, pero que pasó después, el mundo cambió. Después hay un desarrollo tecnológico que le permite a usted producir para el mundo, producir para exportar al mundo entero, por la economía de escala, pero al mismo tiempo exportar para el mundo es lo que le permite a usted sustentar los costos fijos del desarrollo tecnológico, inversión en ciencia, inversión en sistema de calidad y entonces aquí se crea un llamado lazo de retroalimentación positiva, los procesos de refuerzan mutuamente.

Los matemáticos saben que dondequiera que hay un lazo de retroalimentación positiva en un sistema se genera una bifurcación, hay quien coge arriba y hay quien coge abajo. Ese lazo de retroalimentación positiva funciona como un mecanismo de desarrollo o funciona como un mecanismo de perpetuación del subdesarrollo. Si uno no exporta al mundo, no tiene dinero para desarrollarse tecnológicamente y una de las consecuencias de esto es la pérdida de poder de los mercados domésticos pequeños y ese es uno de los temas que Cuba enfrenta.

Nosotros no podemos hacer lo que hace China que es desarrollar su economía con el poder atractor de la demanda doméstica, son mil millones de chinos, nosotros somos 11 millones de cubanos, es decir la demanda doméstica de nosotros sirve para desarrollar la producción de alimentos y punto. Fuera de la producción de alimentos, cualquier cosa que sean bienes manufacturados, bienes tecnológicos, si nosotros no exportamos llegamos a la conclusión que es más barato importar que producir, y eso nos ha pasado en varias cosas. Eso es una enseñanza desde el inicio y además es una enseñanza concreta porque nos ha pasado, no es teoría, nosotros tuvimos que renunciar a la idea de montar una fábrica de penicilina, porque la penicilina se produce en tanta cantidad y tan barato, que producir penicilina para 11 millones de habitantes no es rentable. Otra cosa son los proyectos de descubrimientos científicos nuestros, que están patentados por nosotros o que son productos de elite, con lo cual nosotros podemos hacer productos que tengan un alto contenido de conocimiento incorporado. Y por eso este tema es tan importante para Cuba.

Hay tres maneras de desarrollarse. China se desarrolla por su demanda interna, con una demanda interna de más de mil millones de habitantes, todo el mundo quiere invertir allí, y además allá adentro es rentable cualquier cosa, son mil millones de consumidores. La demanda interna funciona como un elemento de atracción. Nuestros hermanos venezolanos y bolivianos, y ecuatorianos, tienen como palancas de desarrollo sus recursos naturales, petróleo, etc. Bueno compañeros nosotros no tenemos ninguna de las dos cosas, ni tenemos una demanda interna grande ni tenemos recursos naturales. Por lo tanto, nuestra palanca de desarrollo es la ciencia y la tecnología o no es ninguna. Es así de simple, no es un problema de teorizar.

Ahora nosotros hablamos de desarrollo y empezamos a discutir qué cosa es el desarrollo económico y ese es un término sobre el que cualquiera da muchas interpretaciones. Compañeros el desarrollo económico es el valor agregado a las producciones. Ese es el desarrollo económico, porque el valor añadido de las producciones es donde sale el salario de la gente y es donde sale el nivel de vida. Es decir, desarrollar un país, es desarrollar el valor agregado de las producciones. Pero, por supuesto, la vida siempre es más compleja y más rica que esto, pero uno para sembrar un concepto tiene que simplificar a veces. Nosotros en Yaguajay le dijimos al gobierno, el desarrollo económico son tres cosas: valor agregado de las producciones, estructura de calificación de los recursos humanos e indicadores sociales. Si tenemos esas tres cosas tenemos desarrollo. Y el valor agregado de nosotros no sale de la dicha del que tiene petróleo, tiene que salir de la ciencia y la técnica. Por eso esto es algo que tiene que ser un componente esencial de nuestro modelo económico. Entre otras cosas por la estructura etaria de la población cubana. Porque no vamos a tener cortadores de caña para el 2030, tiene que ser una economía que extraiga el valor agregado de las producciones y servicios, de trabajadores de experiencia y alta calificación. Nosotros aplaudimos los éxitos de algunos países de América Latina, pero cuidado con el modelo económico pues vemos como estas economías han crecido pero el porciento de exportación de manufacturas ha disminuido. Por tanto han crecido con productos primarios: petróleo, gas, minerales, agricultura y eso es lo que algunos economistas llaman la reprimarización de la economía en América Latina, nosotros no podemos recorrer ese camino.

Para enfrentar este problema y lograr valor agregado con la ciencia y la técnica, lo primero que hay que tener es capital humano. El que no tiene capital humano no tiene nada y Yordanka lo explicó muy bien. Nosotros lo tenemos, pero hay que ver si están bien utilizados. Uno puede rehacer políticas para un mejor aprovechamiento del capital humano, lo que uno no puede es dejar de tener capital humano. El capital humano es condición necesaria, pero no es condición suficiente. De hecho teniendo el capital humano hay que construir la organización productiva de base de la economía del conocimiento. ¿Cuál es la organización productiva que transforma ese capital humano en productos de alto valor añadido?

Y esa fue la experiencia que vivimos en el Polo Científico, empezaron a surgir organizaciones que eran organizaciones de investigación-producción en la misma organización con capacidad exportadora y de gestión exportadora directa. ¿Cómo lograr que las empresas se conecten con la economía externa? Ese es otro tema. Y estas empresas nacieron con esa potestad, sin intermediarios. Que cierran el ciclo, que tienen productos innovadores, productos que se sustituyen porque duran poco en el mercado cuando sale uno mejor, con una fuerza de trabajo de alta calificación. Y de ahí fue saliendo el retrato de qué cosa es una empresa de alta tecnología y ahora podemos conceptualizar. Una empresa de alta tecnología es una empresa que tiene un ciclo completo de investigación-producción-comercialización; es una empresa rentable, es una empresa que tiene una parte significativa de la facturación en las exportaciones, lo cual ala el estándar de calidad y mucho más cuando eliminemos la dualidad monetaria, porque cuando eliminemos la dualidad monetaria el que importe en divisas para vender en el mercado nacional está enredado; con un costo en divisas bajo; con una alta productividad del trabajo; con una línea de productos novedosa. ¿Cuántas empresas tenemos así? En Cuba hay 2700 empresas, con todas las exigencias que tiene una empresa de estas características tendremos 7 u 8 empresas de alta tecnología. Siendo un poco más flexibles quizás tengamos 20 o 30 de las 2700 empresas que tenemos en el país. Porque esas empresas de alta tecnología son el extremo del aparato empresarial cubano. Y eso es lo que intenta capturar el lineamiento 132, ahí se resume prácticamente todo. Dice que tenemos que “perfeccionar las condiciones organizativas, jurídicas e institucionales para establecer tipos de organización económica que garanticen la combinación de investigación científica e innovación tecnológica, desarrollo rápido y eficaz de nuevos productos y servicios, su producción eficiente con estándares de calidad apropiados y la gestión comercializadora interna y exportadora”.

Ese lineamiento no se podía haber escrito en 1962, ese lineamiento contiene la experiencia de estas organizaciones. Entonces, ¿cómo se regula y cómo se gestiona este tipo de empresa? La respuesta no la sé. Aunque está claro que no puede ser igual como se regula y gestiona cualquier otra empresa. La pregunta es cómo hacer crecer este sector de alta tecnología y cómo podemos no equivocarnos porque las regulaciones pueden estimular o pueden asfixiar. Entonces revisando un poco la literatura encontramos una carta del Che a Fidel de 1965, a partir de una de las visitas que hizo a la Unión Soviética. Dice el Che: “La técnica ha quedado relativamente estancada en la inmensa mayoría de los sectores económicos soviéticos…..En la Academia de Ciencias de ese país hay acumulados centenares de proyectos de automática que no pueden ser puestos en práctica porque los directores de las fábricas no se pueden permitir el lujo de que su plan se caiga durante un año”.

Y ahí ustedes tienen el ejemplo de cómo el sistema regulador puede inhibir el desarrollo del sector de alta tecnología. Diagnosticado por el Che en 1965.

En 1830 Simón Rodríguez, preceptor de Bolívar expresó esta idea que sigue siendo hoy válida y apropiada: “¿Dónde iremos a buscar modelos? La América Española es original. Original han de ser sus Instituciones y su Gobierno. Y originales los medios de fundar unas y otro. O inventamos o erramos.”

Agustín Lage Dávila, La economía del conocimiento y el Socialismo, Editorial Academia, La Habana, 2013.

Agustín Lage Dávila, La economía del conocimiento y el Socialismo, Editorial Academia, La Habana, 2013.

Intervención durante el debate

La experiencia de la economía del conocimiento no empezó por la industria de la biotecnología. En la década del 70 nuestro país avanzó bastante en la esfera de la construcción de computadoras y en la cibernética y casi llegamos a armar un polo científico allí. Después otros factores nos hicieron perder la posición de vanguardia que una vez tuvimos.

Después la Biotecnología, ya había desaparecido el campo socialista europeo, la tragedia del período especial que nos dejó solos, pero quizás por lo solo que nos dejo nos estimuló a cerrar el ciclo completo investigación-producción-comercialización y se armó una estrategia. La primera organización de la biotecnología que fundó el Comandante en Jefe aquí que fue el centro de investigaciones biológicas -no fue el CIM, el CIM fue en 1994- en 1981 y la primera industria biotecnológica que existió en el mundo que fue la empresa Genentech en California, se inauguró en 1977. Y la empresa que es hoy la empresa biotecnológica más grande del mundo se inauguró en 1983 y el CIGB se inauguró en 1986. Es decir que la industria biotecnológica nuestra nació al mismo tiempo que eso estaba siendo inventado en el mundo. Y en eso la visión estratégica de Fidel tuvo un papel trascendental. Eso es una verdad histórica. El que quiera negar eso no sabe lo que está hablando o tiene alguna razón política para negarlo. O es bruto o es un perverso, pero la realidad es esa. La visión de Fidel tuvo un papel trascendental en eso, en una anticipación de dos décadas, al momento actual en que todos los presidentes y los vicepresidentes hablan de la industria de la biotecnología, pero eso es ahora en el año 80 no se sabía lo que esa palabra quería decir, cuando se empezaron a fundar los primeros centros.

Ahora me desvié del comentario, pues quería decir algunas cosas polémicas. ¿Qué cosa es desarrollo científico? Cuando tú le preguntas a un representante de cualquier país por ahí que te visitan o tú visitas, la gente te habla de volumen de la actividad científica, te hablan de la cantidad de científicos, cantidad de centros, cantidad de publicaciones, cantidad de patentes. Bueno, eso está bien, pero no es suficiente. El desarrollo científico es una ecuación que tiene dos términos, uno es el volumen de la ciencia y otro es las conexiones de la ciencia. ¿Cómo nosotros conectamos la ciencia con la producción, con la economía, con la educación, con la cultura?

El desarrollo es una actividad de construcción de conexiones y una de las cosas que ha sido insuficiente en nuestro desarrollo empresarial ha sido cómo nosotros conectamos a las empresas con la demanda y cómo conectamos a la empresa con la inversión, y nuestra empresa estatal socialista ha estado insuficientemente conectada con la demanda y con la inversión. La conexión con la demanda hay que tener cuidado también en cómo utilizarla. Porque para el desarrollo científico y tecnológico hay dos tesis o dos estrategias, hay gente que te habla del poder atractor de la demanda o el poder impulsor de la tecnología y realmente hacen falta las dos cosas. De hecho, en el Polo Científico una de las ideas que catapultó el desarrollo del Polo Científico fue conectarlo con la demanda y conectarlo con la demanda fue crear ese sistema de ciclo cerrado. En Cuba teníamos ciencia y teníamos una industria productora de medicamentos y era otra cosa, y teníamos una empresa circuladora de medicamentos y era otra cosa y estaban desconectadas entre sí. Cuando se fundaron los centros del Polo Científico, la indicación que a nosotros se nos dio es: todo este problema es tuyo, investiga, produce, vende y exporta. Entonces la actividad científica fue de golpe conectada con la demanda y eso hizo un montón de transformaciones, yo lo digo ahora por la experiencia vivida de 20 años. Les confieso que en el momento en que eso se estaba construyendo yo mismo no lo veía. Nosotros tuvimos al Comandante en Jefe sentado en una banqueta de laboratorio preguntándonos cuáles eran las industrias biotecnológicas que más anticuerpos producían en el mundo. Yo le mencioné varias y Fidel respondió: ¿y tú no vas a competir con esa gente? Entonces quiere decir que nosotros no teníamos la visión de que la ciencia que hacíamos tenía que conectar con la industria. Esencialmente el problema de conectar con la demanda hacia delante y conectar con la inversión hacia atrás es trascendental. Donde quiera que conectamos directamente con la demanda, porque si tú conectas la empresa con la demanda a través de no sé cuantos interlocutores, ahí se pierde la información, con la demanda nacional y con la demanda fuera. Ese es otro problema. Nosotros somos una economía abierta. O sea nuestro problema es lograr las conexiones con la economía mundial. Nosotros no podemos producir computadoras en Cuba para venderlas en Ciego de Ávila. Si nosotros nos vamos a meter en una industria de telecomunicaciones o de informática es para competir en el mundo. Y ese fenómeno de conexión del aparato empresarial cubano con la demanda es uno de los retos fundamentales que tenemos que resolver, que todavía no se le ven claros los contornos. Y es una de las razones por las cuales se engavetan muchos de los resultados científicos. Se engavetan o porque no tenemos conexión con el que demande el resultado o porque el resultado no es tan bueno como los científicos dicen, porque de eso también hay. Pero cuando tú estás conectado directamente con la demanda, la dicotomía entre el que tiene resultado y el que no lo tiene se ve enseguida. Entonces ese fenómeno de construcción de conexiones con la demanda y con el poder inversionista es uno de los grandes problemas que tenemos que resolver. Ese es un tema.

Ahora sobre el mismo tema, de si la estrategia es una estrategia del poder atractor de la demanda o el poder impulsor de la tecnología conecta con el problema que algunos compañeros hablaban de la formación de profesionales. Y ahora voy a decir una cosa que es polémica, que en otros lugares en que lo dicho compañeros que yo respeto mucho me han dicho que estoy completamente equivocado, pero bueno, es válida la polémica. Yo recuerdo a tres cuadras de aquí en la escalinata universitaria en uno de los actos del 13 de marzo de los años 60, debe haber sido antes del 66, al Comandante en Jefe hablando del esfuerzo que se estaba haciendo en el país en formar técnicos azucareros, etc. Que era esa estrategia de Fidel, una estrategia polémica. Había mucha gente que no la entendía aquí. Y recuerdo a Fidel diciendo en aquel discurso: “y si a mí me preguntan si todo el mundo es técnico quien va a cortar la caña y yo digo la cortaran los técnicos con sus manos”. ¿Qué estrategia estaba comunicando Fidel ahí? Fidel estaba desacoplando la formación del personal calificado de la demanda de la industria del momento. Después la volvimos a acoplar. Y vino entonces un enfoque administrativo que no fue la estrategia de Fidel. Ni fue la estrategia de Fidel cuando fundó la UCI, porque la cantidad de ingenieros informáticos esos no la estaba pidiendo ningún territorio, ni cuando creó la escuela de medicina en todas las universidades porque esos miles de médicos no los estaba pidiendo ni el Ministerio de Salud Pública. Quiere decir que ahí hay una tesis de que la formación de personal calificado no tiene que hacerse dependiente de la demanda laboral del momento, sino de la estrategia. Y ahí vamos a otro fenómeno, al concepto de economía del conocimiento, cuando tú lo llevas a la microeconomía no se trata de perfeccionar el modelo que tenemos sino de hacer otro modelo, porque la economía del conocimiento es crear una discontinuidad económica y las discontinuidades en la economía y en la historia no se forman por la extrapolación …Las discontinuidades se generan …Ahí con la UCI, con el Polo Científico, con el programa del médico de la familia, lo que se hizo fue construir una discontinuidad, no una extrapolación. Entonces la extrapolación nos ha traído muchos problemas. Si la cantidad de ingenieros que necesitamos este año es la cantidad del año pasado más el 10%, bueno así no es el desarrollo económico acelerado. Yo sé que ese es un tema polémico, pero es la apreciación que podemos dar. Inclusive con el tema de los servicios profesionales. Ese fue uno de los componentes principales de la estrategia de desarrollo de Singapur. Singapur es una islita de 5 millones de habitantes, que no tiene petróleo y tiene el PIB más alto de Asia y uno de los elementos fue los servicios profesionales. De esas experiencias siempre hay cosas que aprender, pero también no nos podemos nosotros olvidar de que todo lo que hemos hecho y haremos es en el contexto de la guerra económica de los Estados Unidos contra Cuba. Porque también está de moda discutir de economía sin hablar del bloqueo. No se puede hacer abstracción de eso. El bloqueo precisamente lo que ha buscado es desconectar a la economía cubana de los flujos tecnológicos y financieros mundiales. Estos países llamados tigres asiáticos levantaron con el concurso de las multinacionales norteamericanas y en muchos casos beneficiándose de la guerra de Vietnam. No es tan fácil cuando se dice “bueno porque nosotros no hacemos lo que hizo Taiwan y Sudcorea”. Las condiciones son completamente diferentes. Tenemos que buscar las conexiones pero con nuestra propia estrategia, sabiendo que un enemigo poderoso está ahí para cortarnos esas conexiones.

Respondiendo a la pregunta de la joven sicóloga, recuerdo que Fidel dijo en los 90 que lo primero que había que salvar era la cultura. No vamos a desvalorizar la importancia de las humanidades. Ahí lo importante es determinar los contextos culturales que te dan un margen de maniobra. Porque ahora nosotros vamos a darle autonomía a las empresas. Entonces, la autonomía de las empresas te puede dar mucha flexibilidad y dinámica y te puede dar corrupción. ¿Entonces te va a dar más dinámica que corrupción o más corrupción que dinámica? El coeficiente de intermediación de esta cuestión es la cultura. Está también el tan criticado problema del igualitarismo. ¿Pero qué nivel de diferenciación salarial admite la cultura de nuestro país, para seguir manteniendo la cohesión social? Bueno eso es otra ecuación donde el coeficiente también está dado por la cultura. Lo que quiero decir es que la construcción de cultura tiene conexiones con las posibilidades de maniobra en la economía, a veces las conexiones no son trasparentes, no se ven, pero seguimos necesitando constructores de cultura, de valores. Ahí está la famosa comparación que hacía Martí entre la industria y la poesía, donde Martí decía algo así según recuerdo, que la poesía es más importante que la industria, porque la industria le da al hombre los medios para vivir, pero la poesía le da las razones para vivir.

Y la última pregunta acerca de la polémica con Alvin Toffler. (4) Bueno en realidad yo nunca hablé con Toffler. Es un hombre del sistema capitalista con numerosos artículos y libros sobre el impacto social de las nuevas tecnologías. La polémica viene porque él defendía la tesis en el libro La tercera ola, en el capítulo que aborda los años 80, de la colisión del socialismo con el futuro, en el sentido de criticar la burocracia en el campo socialista europeo. Entonces en uno de mis artículos publicado en la Revista Cuba Socialista yo puse el título la colisión del capitalismo con el futuro, planteando que en la medida que esta economía basada en el conocimiento se haga más importante en la creación de riqueza lo que va a colisionar con el futuro es la economía de mercado, porque cuando el conocimiento es el determinante fundamental de la productividad el sistema capitalista reacciona cómo reacciona siempre, privatizando el conocimiento, privatizando el determinante fundamental, como en su momento privatizó la tierra. La tierra no siempre fue privada, hubo milenios en que la tierra fue un bien público, como hoy es el aire, bueno la tierra era así. Pero a medida que la industria textil se fue desarrollando y empezó a escasear la tierra y el factor determinante pasó a ser la tierra, la respuesta del capitalismo fue privatizar la tierra. Eso está en el Capital de Carlos Marx en el capítulo sobre la acumulación originaria del capital. Lo que era un bien público se convirtió en un bien privado. Por eso nosotros utilizamos el título de “la colisión del capitalismo con el futuro”, porque así pasará con la economía del conocimiento.

Nota del Editor del blog

(1)Revisada y corregida por su autor. Se mantiene el estilo coloquial. (2) Se trata de la Tesis de Doctorado de la economista Yordanka Cribeiro Díaz, Contribución de la fuerza de trabajo calificada al crecimiento económico en Cuba. Principales determinantes, La Habana, noviembre de 2011. Universidad de La Habana. (3) Véase Agustín Lage Dávila, La economía del conocimiento y el Socialismo, Editorial Academia, La Habana, 2013. (4) Alvin Toffler es un escritor y futurista estadounidense doctorado en Letras, Leyes y Ciencia, conocido por sus discusiones acerca de la revolución digital, la revolución de las comunicaciones y la singularidad tecnológica.

(Transcripción de la intervención del Dr. Agustín Lage, Director del Centro de Inmunología Molecular, en el espacio Dialogar, dialogar de la AHS. Mayo de 2014) (1)

Texto tomado del blog: http://dialogardialogar.wordpress.com

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