Niurka Pérez: una mujer del audiovisual. Por: Paquita de Armas Fonseca*

Niurka Pérez en un rodaje.

Niurka Pérez en un rodaje.

Conocí a Niurka Pérez en los años 90, cuando la Asociación de cine, radio y televisión de la UNEAC era un verdadero hervidero de actividades, debates y propuestas en el universo audiovisual.

Desde entonces siempre la he encontrado desempeñando una acción: filmando o produciendo un documental, impartiendo clases, como jurado de diversos certámenes y con una voz dulce, defender sus criterios.

Ese hacer constante la ha llevado a dirigir treinta y siete documentales, producir una buena cantidad y merecer un respetable número de premios.

Esta entrevista me la debía y se la debía a Niurka. Aquí está:

¿Por qué llegas a la fílmica?

Llego a los Estudios Fílmicos y de TV de las FAR, dos años después de graduada de Licenciada en Historia del Arte de la Universidad de La Habana. Disfruté mucho el período de mis estudios universitarios, rodeada de compañeras y compañeros maravillosos, que nos quisimos y queremos mucho. La mayoría provenientes de familias obreras, y en algunos casos, como el mío, los primeros universitarios de sus familias.

Al graduarme de la carrera, me ubicaron en La Habana, como Especialista en Venta del INTUR. Figúrate tú, una enamorada del arte y de las letras en ese puesto de trabajo. Me imaginé sembrada en un buró, alejándome de mis sueños y con una jornada laboral rígida. Me negué rotundamente a ocupar aquella plaza.

Por supuesto, no me quedé con los brazos cruzados. Con solo 22 años fui a ver a unas amistades y lo único que me pudieron resolver fue un puesto como especialista cinematográfica en el MINFAR. En paralelo a una breve estancia en esa plaza, me dediqué a estudiar muchos postgrados afines a mi carrera y al universo del cine, y a tocar puertas en el ICAIC, que nunca se me abrieron, para intentar trabajar allí.

En un curso del MINFAR, conocí a las realizadoras de la fílmica Belkis Vega y Maritza Rodríguez y al productor Rogelio Sandín y averigüé cómo llegar a la Fílmica. Me presenté en la oficina de su director, que en aquel entonces era Teniente Coronel Ernesto López Domínguez, quien pasaría a ser el máximo responsable de la TV Cubana en enero de 1994. López me dijo: “Te voy a poner tres meses a prueba, si eres buena te quedas”. Y así fue. Me quedé.

Primero trabajé como asistente de Dirección en el NOTIFAR (Noticiero Cinematográfico de las FAR), donde también realizaba notas fílmicas. Aprendí mucho allí, se filmaba en 16 mm. Fui asistente de dirección de varios directores, entre ellos Alejandro Gil y José Ángel Estrada.

En 1990, a través de la Asociación Hermanos Saíz en la Fílmica, se me permitió dirigir un proyecto escrito por mí, Palomas, mi ópera Prima, sin estar aún evaluada como directora. Fue un documental experimental multipremiado; pero mi mayor premio fue conocer al maestro Fernando Pérez en uno de los certámenes donde fue laureado ese trabajo y él era el presidente del Jurado, porque me dio muchos consejos y una interesante valoración de Palomas, que me impulso a seguir hacia delante con mucha más fuerza y entrega. Él no se imagina lo que significó para mí aquel encuentro, ese fue mi verdadero premio.

La Fílmica, como los Estudios de Cine de la TV Cubana, también lamentablemente se desintegró, y se convirtió en TRIMAGEN. Pero en cada uno de los que nos formamos allí, quedó su esencia, y el rigor y la disciplina que se nos preparó, el amor por el cine y la superación profesional, por hacer las cosas con calidad y con mucho amor. Aquel lugar fue una gran escuela para todo su personal artístico. Allí se formaron directores de fotografía como Ángel Alderete, Alejandro Pérez, Rigoberto Senarega, que hoy son profesionales de renombre y muchos realizadores destacados como Jorge Fuentes, Eduardo de la Torre, Romano Splinter Belkis Vega, Alejandro Gil, y se distinguían también artistas de otras especialidades como Lizette Vila, que hizo excelentes trabajos de Diseños de bandas Sonora, al igual que Antonio Tabares , Adela Rodríguez y el Ingeniero Luís Sánchez Curbelo y se distinguían los editores Elsa García y Jorge Pérez, entre otros. Estuve allí hasta desde 1986 a enero de 1994.

Y a pesar del sino que nos marcaba por ser de la Fílmica de las FAR, y tener un tanto limitados los temas de nuestras obras, que todos respondían a los interés de las FAR, yo le agradezco a la vida haberme iniciado allí, porque me acogieron y formaron como documentalista y conocí a personas maravillosas.

¿Gustaste desde niña del mundo audiovisual?

Desde niña sentía una fuerte atracción por las artes en general, amaba los libros de pintura; sentía un inmenso placer cuando mi madre nos llevaba al teatro Guiñol a mi hermana y a mí; igual me encantaba el circo. Pero lo que más disfrutaba era ir al cine. Yo tenía tres cines preferidos el Rex, el Duplex y el Cine Santa Catalina, que me quedaban a tres cuadras de mi casa de aquella época. A este último cine iba mucho con mi madre, mi abuela materna y mi hermana, y recuerdo escenas de películas desde muy temprana edad. Ir al cine era mi paseo favorito. Imagínate la tristeza que siento cada vez que paso por el boulevard de San Rafael y veo cómo han dejado perder los cines Rex y Duplex, eso es una desidia imperdonable.

Pero bueno, ese amor por todas las artes, y por el cine en específico, lo pude concretar al ganarme los estudios de Licenciatura en Historia del Arte, y ser alumna de profesores extraordinarios, entre los que se distinguió el tutor de mi tesis universitaria, el crítico de cine Dr. Mario Rodríguez Alemán y el crítico de cine Walfrido Piñera, que fue mi consultante en todos mis trabajos de investigación sobre cine, en la universidad, y al igual que Rodríguez Alemán fue mi formador de crítica, primera especialidad de cine que me deslumbró. A mis dos maestros les debo mi afán por la investigación cinematográfica, otro de mis amores.

Has estudiado diversas especialidades ¿consideras que la hechura de la obra depende de la formación académica? ¿Le concedes importancia a la “predisposición genética”?

Yo pienso que para lograr una obra de reconocida calidad artística en cualquier manifestación, lo primero que hay que tener es capacidad creativa, talento, es decir, esa inclinación natural que te hace escoger una manera de decir al enfrentar un determinado tema y no otra; pero también es importante formarse teóricamente, para que la hechura de las obras tengan propuestas novedosas, poco convencionales y que se distingan entre lo simplemente bien realizado. Además mientras mayor preparación y cultura tenga un creador o creadora, mayor solidez conceptual y artística tendrán sus obras, no quedarán en la mera expresión formal, porque todos los recursos e ideas de dirección volcadas en ella, traducirán la capacidad y cultura de su hacedor en la manera de trasmitir su enfoque o punto de vista.

Aunque la preparación no va a desarrollar el talento, si se tiene talento la preparación profesional sí moldeará ese talento natural. Con el talento se nace, pero el estudio lo concreta, lo esculpe.

Conozco profesionales del mundo de la música, instrumentistas con sólida formación académica, que no brillan. Igual he visto muchos casos en el mundo audiovisual muy teóricos, muy bien preparados académicamente, hasta “másteres” en audiovisuales y cuando se deciden a dirigir, solo hacen obras correctamente realizadas, como muchas otras, y nada más.

Por otra parte te puedo hablar de mi experiencia docente. Cuando ejercía como profesora de la Cátedra de Documentales de la FAMCA, tuve estudiantes en los que percibí cómo se pulían sus talentos. Viví experiencia de ver en el inicio de sus estudios, los diamantes en bruto, con limitados conocimientos de cine, pero con mucha imaginación y creatividad por dentro, y luego de su preparación académica brillaron por la creatividad de sus propuestas. Un ejemplo fue el de mi alumna la documentalista Alina Rodríguez. La conocí casi una niña, y miren en la talentosa documentalista que se convirtió cuando se pulió con los saberes de la escuela y de los estudios que adquirió posteriormente, pero venía con talento.

En mi caso, sí, yo he estudiado diversas especialidades, pero todas con la conciencia de por qué y para qué las estudiaba. Todos mis estudios han sido medios para llegar a un fin, pulir mis herramientas creativas de dirección, tener un conocimiento más abarcador de las disciplinas audiovisuales para elaborar mejor, según mis posibilidades creativas, mis ideas como directora y guionista de documentales, género cinematográfico por el que siento una especial fascinación; y también para prepararme para mi labor docente en leen documental.

Y sí, estoy segura que para que un artista se distinga en una manifestación determinada, debe venir acompañado de talento natural, de una vocación bien definida.

¿Cómo nació Palomas? ¿Fue un buen bautismo?

Palomas, esa pieza experimental realizada en 1990, gracias al fuerte apoyo de la Dirección de la Asociación Hermanos Saíz en la Fílmica, integrada por Patricio Wood, Tania Ceballos, Rigoberto Senarega entre otros, se convirtió en una obra emblemática de la fílmica en aquel momento, y partió de un tema por encargo.

La dirección de la Fílmica necesitaba un documental histórico, sobre la participación de la mujer en la historia de Cuba y sus luchas. Yo que estaba loca por dirigir algo que no fueran las breves notas fílmicas, que yo hacía esporádicamente y en paralelo a mi trabajo como asistente de dirección del NOTIFAR, acepté la propuesta.

Involucré al maestro de las artes plásticas Orlando Yanes y al también artista de la plástica Nelson Villalobo. El tema del inicio fue hecho por Gema Corredera y Pavel, y tuve el apoyo de la Sociedad Colombófila de Cuba. Fue un trabajo realizado con mucho amor, mucha entrega y solidaridad entre todo el equipo. Los recuerdos son inolvidables. Es todo un performace interpretado por una bailarina que representa a la mujer en la historia y danzaba con una coreografía que salió de un riguroso trabajo de mesa, fragmentada por cada etapa histórica y se mezclaba de forma creativa con las pinturas de Yanes del inicio y posteriormente las de Villalobo.

Hay quienes ajenos al estilo de trabajo de la Fílmica, desconocen lo que pasamos nosotros, para poder romper los esquemas convencionales o tradicionales, de los documentales que se hacían para el espacio FARVISIÓN, y se dedicaban a juzgar las obras nuestras fuera del contexto donde se producían, donde su objetivo fundamental era alimentar el espacio televisivo de la televisión FARVISIÓN, y utilizarlos en la formación y recreación del ejército y unidades militares. A pesar de todas esas incomprensiones y del sino que arrastrábamos los de la Fílmica, nuestras obras tuvieron un espacio dentro de la historia del documental cubano de los 90.

Pero en lo personal, el logro de esta mi ópera prima, el verdadero premio, fue el extraordinario equipo que logré que me acompañara en su realización y que me siguió siempre y durante todo mi trabajo en la fílmica de las FAR, fue el gran bautismo mío y de algunos de mi equipo de trabajo, una de mis obras más queridas, más premiadas y que me permitió conocer trabajar y entablar amistad con excelentes profesionales que hoy por hoy siguen siendo mis amigos.

De manera consciente ¿trabajas la perspectiva de género?

Sabes Paquita, desde que me inicié en el mundo de la realización de documentales, todas mis obras están marcadas por la presencia femenina, ya sea porque abordo la historia de un personaje femenino y sus avatares, triunfos o su implicación en la historia como: Palomas, Zaida, Lourdes, sobre la escritora Lourdes Casal, La señora Sentimiento, A flor de la letra a flor del verso, sobre Dulce María Loynaz, Una mujer en el ring, primera mujer árbitro de boxeo, Mujeres diferentes, Juan y Pepilla, Mujeres del habano, Las Makarenkas: pero de toda mi obra realizada hasta el momento sólo en dos de mis documentales he trabajado con una consciente perspectiva de género: Una mujer en el ring , que aborda los avatares de una mujer que lucha por imponer su sueño de ser árbitro de boxeo en un medio con ideas machistas, y Las Makarenkas, que sí es enteramente un proyecto investigado y escrito desde la perspectiva de género porque la propia esencia de la historia del tema que trata tiene que ver con el Plan de Superación de la Mujer diseñado después de la Campaña de Alfabetización, en el que se escogieron a mil trescientas niñas alfabetizadoras, de 12 a 18 años de edad, para prepararlas como maestras y mi enfoque resume el método que utilizaron en la formación de aquellas muchachitas en aquel plan.

Mi obra en un principio tenía un abordaje de género inconsciente, era más una mirada femenina que de perspectiva de género, en estos momentos ya si tengo asumida la perspectiva de género desde la investigación de los temas a realizar.

¿Reconoces influencias de algún autor?

Si me pongo a pensar, en un principio mis propuestas eran más experimentales, esteticistas; pero eran hechas así de manera consciente donde yo bebía de las fuentes de las artes visuales, por mi formación como historiadora del arte, porque en la Fílmica nosotros los realizadores teníamos temas muy limitados para abordar en nuestras obras y yo me permití ejercitar todas los conocimientos adquiridos en mi carrera para ejercitar las herramientas de realización, los recursos e ideas de dirección para hacer más atractivas la asimilación de los temas.

Así todo, me costaba mucho trabajo socializar mis trabajos en las Muestras de Cine Joven de la Asociación Hermanos Saíz, porque los temas de la Fílmica venían con el sino del lugar donde se producían, y eso nos marcaba y nos limitaba a casi todos, pero a pesar de ello, mis trabajos tuvieron resultados y hasta han sido registrados en el Segundo Tomo de Coordenadas del Cine Cubano cuando se habla del documental de esa época.

Influencia de algún documentalista específico no la he concientizado; pero sí te digo que he estudiado mucho la obra de los documentalistas del ICAIC, de los maestros, y de los autores emblemáticos del género documental de todos los tiempos. Adoro la obra del documentalista francés Nicolas Philibert, del brasileño Eduardo Coutiño, entre otros realizadores.

¿Cómo está la salud del documental en Cuba?

En las muestras y certámenes audiovisuales nacionales o en provincias, que he participado como jurado o simple público, he constatado, que en estos momentos hay como una etapa de hibernación del documental por sus escasas cifras de participación, visibilización y producción; y también existe cierta decadencia en la narrativa y los recursos expresivos de los documentales. Hasta en trabajos de la EICTV de San Antonio de los Baños, de la FAMCA y de documentalistas profesionales hemos visto una recaída en su calidad artística, en cuanto al lenguaje, ideas de dirección y sobre todo, que es lo más penoso, estructura narrativa.

Por otra parte considero que en estos momentos de aquella escuela cubana del documental de la que se hablaba en los años 60, solo queda el recuerdo. Ahora existen fracciones o islas, donde a veces existen reductos que agonizan tratando de mantener una producción estable, mínima, como lo poquísimo que se está haciendo en lo que queda del ICAIC, el Grupo de Documentales de la TV Cubana desde el año 2001, la Casa Productora de Documentales de la UNEAC; y la TV Serrana, entre otras y que siendo sincera, no en todos los casos las propuestas tienen la artisticidad y la creatividad requerida a pesar de sus interesantes temas. Increíblemente de las provincias, de forma general, están saliendo trabajos mucho más interesantes que acá en La Habana. Pienso que en estos momentos el documental cubano tiene problemas de salud.

¿Existen muchas mujeres documentalistas?

En Cuba desde los años 80 se empezó a distinguir una mayor presencia femenina en el género documental, aunque desde mucho antes encontramos a féminas encabezando como realizadoras documentales del ICAIC y de la desaparecida Fílmica de las FAR y los también extintos estudios de Cine de la TV Cubana. De la fílmica recuerdo a Belkis Vega, Zita Rodríguez, Teresita Gómez, Eloina Pera, Maritza Rodríguez, Mayra Zaldivar Elizabeth Azcuy, Rozaida Irizar, Regina, y quien les habla Niurka Pérez. De los Estudios de Cine de la TV Cubana, recuerdo que eran varias compañeras entre las que se distinguía Teresita Ordoqui, también estaba Lizette Vila, Gloria Pedroso, entre otras, y en el ICAIC, recuerdo la obra de Sara Gómez, Marisol Trujillo, Mayra Vilasis, Rebeca Chávez, Miriam Talavera, Gloria Rolando y con posterioridad Lourdes Prieto, Lourdes de los Santos, Marina Ochoa. Pero ya es una cifra más que elevada el número de documentalistas egresadas de la FAMCA, también de provincias y hay varias graduadas de la EICTV de san Antonio, eso me alegra Paquita y mucho. Ya existe hasta una “Red de Mujeres Realizadoras”. Este año el premio al mejor documental en la Convención de Radio y TV lo recibió Niuber Rodríguez, una realizadora de Tunas Visión, con el documental Destinos y el gran premio al mejor documental en el Caracol de la UNEAC , 2015 lo ganó una muchacha, Rosario Alfonso Parodicon Los amagos de Saturno. Ya somos muchísimas en La Habana y en otras provincias haciendo documentales. Sabes creo que esto bien vale una investigación seria para publicar, creo que voy a hacerla.

¿No te interesa la ficción?

En estos momentos Paquita, me interesa mucho la ficción como espectadora activa, crítica, como aprendiz; porque tengo todavía muchas cosas pendientes en el documental, género cinematográfico del que soy ferviente amante y en el que me quedan muchas cosas que hacer y que aprender; pero eso no descarta que en algún momento decida acoger también la ficción.

Además hace ya algún tiempo que la hibridación de géneros define al cine y a los audiovisuales en general; vemos ficción que usan recursos expresivos del documental y documentales de puesta en escena con recursos expresivos de la ficción y en ambos se asumen recursos de la animación. Hay una relación de toma y dacca entre todos los géneros muy interesante y eso me crea aún más expectativa. Yo nunca digo nunca.

¿En qué obra andas metida ahora?

Este año lo he tomado un poco como año sabático en cuanto a la realización, porque estuve casi dos años investigando muy duro para mi documental Las Makarenkas, me he dedicado a la investigación de varios temas para el próximo año, y he integrado varios jurados de certámenes audiovisuales, actividad que disfruto mucho, porque me mantiene al día de sobre lo que está sucediendo en el audiovisual nacional. Entre ellos integré el Jurado Nacional y el Internacional de la II Convención de la Radio y la TV, 2015, donde tu Paquita también fuiste miembro del jurado. También fui Jurado de Cine en el Concurso Caracol de la UNEAC de este año. Y ahora, cómo te comentaba, estoy investigando tres proyectos que me tienen fascinada, uno que me toca muy de cerca porque está implicada mi familia, será bellísimo. Perdóname, que no te hable concretamente de sus temas porque soy un poquito supersticiosa, hasta que no tenga todo bien amarrado no me gusta hablar.

¿Cuál es tu apreciación sobre la situación del audiovisual cubano, dados los cambios suscitados en nuestro país?

Considero que en estos momentos en Cuba, existe una situación crítica para sostener una producción estable y extensa de los tres géneros audiovisuales o cinematográficos, es decir: documentales, ficción y animación.

El ICAIC está prácticamente paralizado en sus producciones, si lo comparamos con el flujo productivo de documentales, dibujos animados y ficciones, que lo caracterizó siempre.

En la TV Cubana se mantienen dificultades para que se produzcan los documentales que deberían hacerse, y esas dificultades para la producción se reiteran o reproducen en casi todas las productoras estatales. Por eso yo apoyo, y considero necesaria una propuesta para elevar un proyecto de Ley de Cine a las instancias pertinentes del estado, para de esta forma elevar las producciones audiovisuales nacionales con el objetivo de sostener y seguir desarrollando la tradición del cine y el audiovisual cubano como instrumento idóneo del registro de nuestra identidad nacional, nuestra memoria histórica, de la cultura cubana y como parte de esta.

Las productoras y producciones independientes, también podrían apoyar y alimentar la parrillas de programación de la televisión nacional, de los telecentros y de la programación de las salas cinematográficas, y serían fuente de empleo de muchos realizadores y especialistas que llevan tiempo fuera de la producción, a pesar de sus talentos y de tener proyectos engavetados.

Fuente: Portal de la Televisión Cubana

Tomado de: http://www.uneac.org.cu

Paquita Armas Fonseca*Periodista cubana especializada en temas culturales. Colabora sistemáticamente con el diario digital La Jiribilla.

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