Con amor de John y Yoko desde una cama en Ámsterdam. Por: Jorge Wejebe Cobo*

John YokoJohn Lennon, también  era multimillonario y una de las personalidades más mediáticas del orbe quien  defendía sus conceptos sin una tradicional militancia política conocida en el movimiento revolucionario, lo que lo hacía un fenómeno algo difícil de entender y clasificar de acuerdo a una interpretación dogmática y obtusa del marxismo leninismo, lo que por desgracia no escaseaba en su época.

En marzo de 1969 John Lennon, de 29 años de edad, reconocido como el más importante miembro de la legendaria banda Los Beatles, y la artista de la plástica Yoko Ono, de 36, descendiente de una familia  de la nobleza  japonesa y condiscípula del Príncipe Hiroito,  pasaban su luna de miel en Hotel Hilton de Ámsterdam, Holanda desde donde convocaron a toda la prensa de la ciudad a su suite

Al otro lado del mundo, en Estados Unidos, el jefe del FBI Edgar Hoover, mantenía un cerrado escrutinio sobre el músico y calculó que el próximo paso de la famosa pareja sería subir su nivel de extravagancia en la libertina Holanda en la que hombres y mujeres dedicados a la prostitución se exhibían ante potenciales clientes en vidrieras climatizadas como si fueran pasteles. Hoover creía que pronto se verían fotos y películas de John y Yoko haciendo el amor ante las cámaras y sería un poco más de lo mismo.

Pero se equivocó como les ocurrió a las decenas de periodistas, fotógrafos y camarógrafos que llegaron a la suite del matrimonio preparados para reportar la  demostración amorosa y en su lugar los encontraron  acostados en la cama y vestidos con conservadores pijamas abotonados hasta el cuello para iniciar  uno de los performances más originales y conocidos en la historia de la música y el arte de carácter anti militarista y a favor de la paz, en una  reedición de una  Guernica conceptualista  del siglo XX.

Desde la cama por la paz

La conducta de la pareja tenía mucho que ver con la adhesión de Yoko al arte conceptual desde sus primeras expresiones posteriores a la II Guerra Mundial,  en el cual el contenido, el mensaje, el estímulo al pensamiento y la crítica son ya por sí mismos el arte a costa de relegar a planos secundarios su expresión física y las técnicas de realización.

Detrás de la cabecera del lecho nupcial pegaron dos grandes consignas, hair peace, bed peace, y anunciaron estarían una semana en la cama declarando su adhesión a la paz y de denuncia a la guerra. Durante esos días  hicieron decenas de declaraciones criticando al gobierno norteamericano por su intervención en Viet Nam.

Además, defendieron el concepto de hacer el amor y no  la guerra y al ser cuestionados por un periodista de los dudosos resultados de oponerse a la guerra desde una cama, John y Yoko expusieron que era una forma de lucha no violenta como la realizada por Mahatma Gandhi  que culminó con la derrota del colonialismo inglés en la India.

Pronto la noticia y el hecho ocuparon grandes titulares en la prensa mundial y tuvo gran influencia en el movimiento anti bélico norteamericano que en 1969 se encontraba en su momento culminante, con miles y miles de manifestantes frente a la Casa Blanca y en  las principales ciudades de Estados Unidos, mientras que la guerra iba de mal en peor para el Pentágono que prácticamente solo le quedaba para vencer en Viet Nam lanzar la bomba atómica.

En Ámsterdam anunciaron que trasladarían su protesta a Bahamas, pero el calor les hizo cambiar de lugar y optaron por Montreal. En esa ciudad, en la suite 1742 del Hotel Queen Elizabeth, también se encerraron durante una semana entera y fue donde la protesta llegó a su punto sobresaliente, al conocerse ya el sentido de la acción entre sus seguidores e incrementó la participación de otros artistas.

También en Canadá filmaron un documental sobre su performance –Bed Peace– y grabaron la famosa canción Give peace a chance junto a alguno de sus amigos, melodía que se convirtió en el himno de las marchas anti belicistas contra la guerra de Viet Nam, donde la multitud entonaba la canción, mientras al compás del ritmo movían  banderas de Viet Nam del Norte.

Por primera vez en el siglo XX se realizaban protestas anti bélicas contra una guerra imperialista en los propios Estados Unidos, llevando la bandera del enemigo contra el cual luchaba el ejército norteamericano en el extranjero

Las jornadas de Ámsterdam y Montreal en 1969 hicieron más a favor de la paz y de denuncia a las guerras que  decenas de congresos, manifiestos, recogidas de firmas y acusaciones efectuadas por las fuerzas progresistas desde el fin de la Segunda Guerra Mundial.

Estas protestas fueron seguidas por costosas campañas publicitarias realizadas en diciembre de 1969 en New York, Londres, París, Berlín y en otras ciudades de Europa con el despliegue de grandes anuncios que proclamaban War is over!, If You Want It – Happy Christmas From John and Yoko.

El  FBI ataca a un multimillonario diferente

Este asalto anti belicista a las principales metrópolis capitalistas usando sus propios circuitos propagandísticos del mercado solo fue posible por la genialidad de la pareja, pero no quedó en intentos porque Lennon, entre otras cosas, también era multimillonario.

Para la época era una de las personalidades más mediáticas y conocidas  del orbe y defendía sus conceptos sin un tradicional compromiso o militancia política conocida en el movimiento revolucionario, lo que lo hacía un fenómeno algo difícil de entender y clasificar de acuerdo a una interpretación dogmática y obtusa del marxismo leninismo, lo que por desgracia no escaseaba en su época.

Pero en el lado contrario, el jefe del FBI Edgar Hoover, estaba lejos de implicarse  en disquisiciones filosóficas y en su visión esquemática del mundo creía que los vietnamitas luchaban por los intereses de la URSS de ampliar su  control a Asia y los cubanos le hacían ese trabajo en América Latina y cualquier oposición y critica doméstica al gobierno también era dirigida por Moscú y todo estadounidense partidario de la paz, de filiación comunista, trotskista, anarquista, pacifista, religioso o liberal representaba un  peligro para EE.UU.  John y Yoko  clasificaban en un alto puesto  en la vigilancia de su agencia policial.

En el 2006, el abogado estadounidense Jon Wiener, después de una batalla legal de 25 años, logró que el FBI desclasificara documentos del expediente de vigilancia sobre Lennon y su esposa, que liberaron con decenas de párrafos completos tachados que no obstante permiten establecer que los investigados no cometieron ningún delito y solo eran perseguidos por su posición política y  evidenciaron además, que sus teléfonos y correos postales estuvieron intervenidos, pero además les implantaron micrófonos en su hogar.

También los reportes demostraron que las acciones que iniciaron los servicios de inmigración para deportar a Lennon a Inglaterra fue para neutralizar su ascendencia dentro de la juventud norteamericana, esgrimiendo supuestos delitos por consumo de drogas en ese país y que los servicios secretos ingleses colaboraron con el FBI al reportar información sobre el ex Beatles por su apoyo al movimiento independentista irlandés.

Esta colaboración fue utilizada como coartada por la agencia norteamericana durante casi 25 años para no hacer público los documentos con la argumentación que  la desclasificación de los mismos comprometían la seguridad nacional de otro país y que Estados Unidos por esta razón podía ser objeto de represalias.

¿Muerte programada?

Pero para 1980, Lennon seguía residiendo y trabajando en New York, ciudad por la que sentía adoración. En 1972 falleció su encarnizado perseguidor Edgar Hoover, en 1974 el presidente Richard Nixon, quien autorizó todas acciones ilegales en su contra, renunció debido al Caso Watergate, y en 1975  las tropas de Vietnam del Norte tomaron Saigón y sin embargo el comunismo soviético no se tragó al sudeste asiático, peligro esgrimido por EE.UU  para librar una guerra durante más de 10 años,  en los que destruyó casi todo ese país y causó 5.7 millones de muertos vietnamitas y  en la que cayeron cerca de 60 mil soldados estadounidenses. De ahí que en la década de 1980 los peores momentos de John y Yoko eran ya historia, según parecía.

En la noche del  ocho de diciembre de 1980 regresaba en compañía de Yoko a su apartamento en el Edificio Dakota, en New York, después de una sesión de grabaciones para el disco que preparaba. A la puerta del inmueble, Mark David Chapman -un extraño y retorcido personaje quien expresó que una voz le clamaba en su interior que cometiera el asesinato-,  le descargó cinco proyectiles expansivos de su revólver calibre 38, que prácticamente le destrozaron sus órganos internos y murió en pocos minutos.

El asesino tenía 25 años y  un negro historial de adicción a las drogas desde la adolescencia, robo a mano armada, secuestro, una inestable existencia que lo llevó a un intento de suicidio en 1977 y una supuesta recuperación por la vía de la fe religiosa como activista  en la YMCA (Asociación Cristiana de Jóvenes), acusada de servir de cobertura a la CIA y había sido  voluntario de esta organización en Beirut durante la guerra civil en ese país en la década de los 70.

A su regreso, laboró con los vietnamitas refugiados en Fort Chafee, Arkansas, junto con World Vision, otra institución evangélica acusada de colaborar también con la mencionada agencia en Honduras y El Salvador.

Después de cometer el crimen, Chapman no huyó, se quedó cerca del cuerpo de Lennon, sentado en la acera cercana y comenzó a leer su novela preferida. Cuando llegó la policía, no opuso ninguna resistencia, se le veía poco afectado y respondía maquinalmente a las preguntas.

Su extraña conducta durante el crimen, sus antecedentes  y su evidente desequilibrio mental, motivaron principalmente la versión de que pudo ser objeto de una manipulación de su conducta por la CIA con drogas, y también sicológica, lo cual realmente hizo la agencia en la década de los 70 por medio de la operación MK Ultra, pero sin que se mostrara ninguna prueba definitiva en esa dirección.

También en contra de esta hipótesis se argumentó que en 1980, bajo el gobierno demócrata del presidente Jimmy Carter y a cinco años de las investigaciones senatoriales  de la Comisión Church que denunció las violaciones de la ley por la CIA,  era difícil que la agencia cometiera ese crimen.

Aunque los que defienden la teoría de la conspiración, contraponen a ese análisis, el hecho de que a pocos días de la muerte de Lennon, el 20 de enero de 1981 asumió la presidencia estadounidense Ronald Reagan y con él  llegaría al poder la extrema derecha, para la cual Lennon podría volverse un acusador y agitador muy incómodo.

Mientras tanto se discuten ambas versiones del asesinato de uno de los músicos más importantes de la historia moderna, el criminal continúa en la cárcel después de cumplir la condena inicial de 20 años, aunque su liberación tendría que analizarse ante una comisión cada dos años, la cual reiteradamente ha rechazado hasta ahora su liberación.

Tomado de: http://cubaessurtidor.blogspot.com

Jorge Wejebe Cobo*Periodista cubano que aborda temas históricos, culturales, políticos y sociales. Editor del blog Cuba, un surtidor.

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