Ambrosio Fornet: La Habana bien merece 17 respuestas. Por: Félix Contreras*

Ambrosio Fornet (Escritor, ensayista y editor). Foto tomada del portal Cubarte

Ambrosio Fornet (Escritor, ensayista y editor). Foto tomada del portal Cubarte

El autor de El libro en Cuba no podía faltar a este cuestionario a más de 50 figuras de la cultura cubana de las más diversas áreas profesionales …

Envié este cuestionario a 57 figuras de la cultura cubana de las más diversas áreas profesionales y, naturalmente, el autor de El libro en Cuba, Ambrosio Fornet,* no podía faltar y, rápido, gentil, cordial y fraterno como es este bayamés a toda hora, me dice:

¿Qué lugar define a La Habana? El Puerto. ¿Qué sabor te identifica con La Habana?

Uno que guardo en la memoria: el gustico a salitre de los ostiones con salsa de tomate.

¿Cuál es el olor de La Habana? Lamentablemente, el de la gasolina que despiden los carros.

¿A qué rincón de La Habana vuelves siempre? Al parquecito Albear.

¿Qué lugar para mirar (sentir) La Habana?

Un banco del Paseo del Prado o del Parque Central ¿

Qué hora de La Habana prefieres? La caída de la tarde, ese momento en que el crepúsculo, como diría el joven Neruda, “corre borrando estatuas”.

¿Qué hecho histórico de La Habana? El Ataque a Palacio.

¿La mujer más importante de La Habana? A mi juicio, son dos: la Giraldilla  y Juana Bacallao

¿Qué canción te recuerda a La Habana?

La gloria eres tú, de José Antonio Méndez.

¿Tu personaje de La Habana? El Caballero de París, naturalmente.

¿Qué monumento? La estatua ecuestre de Máximo Gómez.

¿Qué lugar para el amor?

Todos y ninguno. El amor crea su propio espacio.

¿Qué falta a La Habana? Cafés, quioscos de caramelos y refrescos, lugares de esparcimiento y recreación (en moneda nacional).

¿Qué libro te identifica con La Habana? El que escribí sobre sus imprentas en la época colonial.

¿El pintor de La Habana? ¿El pintor o los pintores? Estoy pensando en Amelia y Portocarrero.

¿Qué esconderías de La Habana? Todos los baches y algunos tanques de basura.

¿Qué debemos hacer por La Habana? Lo que está haciendo Eusebio Leal. Notas

* Veguitas de Bayamo, Granma, 1932. Autor de A un paso del diluvio (cuentos), En tres y dos, El libro en Cuba; siglos XVIII y XIX. En blanco y negro, La coartada perpetua, Carpentier o la ética de la escritura, Las máscaras del tiempo, Las trampas del oficio, El otro y sus signos (ensayo). Premio Nacional de Literatura. Miembro de la Academia Cubana de la Lengua.

El Puerto: al fundarse La Habana a orillas de la bahía, esta cobra gran importancia al convertirse en punto de reunión de las flotas del imperio español porque, como señala Antonio Núñez Jiménez, fue “estratégico trampolín del cual partían las flotas de la conquista para tomar por asalto el imperio de Moctezuma y conquista de la Florida, sin olvidarnos de los muchos elementos que de aquí salieron para fortalecer la columna de francisco Pizarro, que tomó el imperio de los incas (…), en 1572 la universidad de los maestres, pilotos y navíos de la ciudad de Sevilla exponen al rey Felipe II que el puerto de La Habana “es puerto de grande escala donde vienen a parar naos y flotas de Nueva España y tierra firme y honduras con todas las riquezas y es llave y puerta de embarcamiento del Canal de Bahamas, por donde salen naos para venir a España y ser reparo de los pueblos y fuerzas de Florida”.

Oh, Havana! Puerto ilustre, erario seguro,  reposo de mayores tesoros que ha visto el universo.

Franscisco Dávila Orejón, Gobernador y Capitán General de la  Isla, Plaza de Albear: honra la memoria de Don Francisco de Albear y Fernández de Lara, destacado ingeniero, constructor del acueducto de La Habana, su obra cumbre pero, no la única porque “el señor de las aguas” también desplegó su energía creadora en otras múltiples ramas de la ingeniería. Cubano de cepa y sangre, Coronel de Infantería y Brigadier del Real Cuerpo de Ingenieros, nació en el Castillo del Morro en 1816, cuando su padre comandaba esa plaza. Realizó el Estudio geotopográfico para la construcción del Cementerio de Colón, colaboró con la creación del teatro matancero Esteban (hoy Sauto) y un proyecto de malecón habanero (no construido), entre otras muchas obras.

Paseo del Prado: su nombre, desde principios del siglo XX es Paseo José Martí pero, los habaneros siguen llamándole Paseo del Prado. “Condicionado en sus inicios (1772) para el tránsito de los coches de caballos, la alameda de extramuros fue elevando su jerarquía urbana a partir del siglo XIX. Conocida como Paseo del Prado, en 1928 fue remodelada por el arquitecto francés jean Claude Forestier. Sus leones se mandaron a fundir ese mismo año en el Darden Beller Workshops de Estados Unidos. Junto con el Capitolio el paseo fue inaugurado el 20 de mayo de 1929”. (Las esquinas del Prado, Eduardo Robreño, revista Opus Habana, número 1, 1999)

Parque Central: ubicado en una área muy beneficiada por el primer boom turístico 1900—1930, rodeada por elegantes hoteles: Inglaterra, Telegrafo, Plaza, Sevilla Biltmore, presidida por la estatua de José Martí . El 12 de marzo de 1899 se retira la estatua de Isabel II —Reina de España —símbolo del recién pasado colonial. Poco después el diario El Fígaro realiza una encuesta: “¿Qué estatua debe ser colocada en el Parque Central?” y, gana la figura egregia del Héroe Nacional de Cuba, emplazada allí en 1902 y esculpido por José Vilalta Saavedra (autor también del conjunto escultórico de la portada central del Cementerio de Colón donde, además, tiene La Milagrosa y el Monumento a los Estudiantes de Medicina) . Otro curioso episodio de este tan popular espacio público, fue la réplica de la Estatua de la Libertad (de calamina) colocada por el presidente Tomas Estrada Palma (¿quién, si no?) comprada en los Estados Unidos en 2 mil dólares

Ataque al Palacio Presidencial: 13 de marzo de 1957, jóvenes del Directorio Revolucionario asaltan el Palacio Presidencial en coordinación con la toma de la emisora Radio Reloj  dirigida por José Antonio Echeverría, presidente de la Federación Estudiantil Universitaria (FEU), que muere en la acción fracasada. Hoy, convertido el Palacio Presidencial en Museo de la Revolución.

La Giraldilla: la estatua de 107 cm de altura, colocada alrededor de 1634 en lo alto de la torre del Castillo de la Fuerza es obra de Gerónimo Martínez Pinzón (primer escultor y fundidor habanero) “fue, ante todo un elemento funcional del frecuentado puerto habanero: era una veleta que indicaba a las embarcaciones que abandonaban la bahía cuál era la dirección de los vientos que movían, con mayor o menor fuerza, la bandera sostenida en un asta por la grácil figura de mujer  (…) La Giraldilla, levantada entonces por encima de cualquiera otra edificación dentro de la villa, era su emblema más visible” (La bella Habana, dos rostros conocidos, Revista Revolución y Cultura, La Habana, marzo de 1983).

Bacallao, Juana (Nerys Amelia Martínez Salazar), La Habana, 1925. Cantante, bailarina, show—woman. Un terremoto en la escena, ejemplo de persistencia, se alzó con denodados esfuerzos desde su humildísima condición de trabajadora doméstica (criada) antes de 1959 y, de la mano de Obdulio Morales debuta en el Teatro Martí interpretando el personaje de una guaracha precisamente llamada Juana Bacallao y, desde entonces es llamada así. Muchos escenarios del mundo han gozado con su música, sus ritmos y su (espontáneo) histrionismo.

La gloria eres tú, uno de los famosos boleros de José Antonio Méndez (La Habana, 1927—1989),  cantado ad ifinitum en los escenarios del mundo:

Eres mi bien lo que me tiene extasiado,

por qué negar que estoy de ti enamorado.

Otras de sus joyas son Me faltabas tú, Novia mía, Si me comprendieras, entre otras.

El Caballero de París (José María López Lledín), nació en 1889 en la aldea gallega de vilaseca, tras llegar a Cuba en 1913 y luego  de su paso por hoteles y cantinas, pierde la razón (delirio, esquizofrenia, paranoia) muy joven y, desde entonces, deambula toda la ciudad incesantemente aseverando que era un Caballero de Paris, “con su perfil severo de rabino —al decir de Eusebio Leal Splenger—, la hirsuta cabellera blanca en palmos sobre la espalda, ataviado de negro y capa corta” (…), muere en La (su) Habana el 11 de julio de 1985.

Estatua ecuestre de Máximo Gómez: emplazada en la explanada frente al túnel de la bahía, sobre un pedestal de granito, rinde perpetuo homenaje  al Mayor General de las luchas independentistas cubanas, héroe de Palo Seco, Mal Tiempo y Las Guásimas. Obra del artista italiano Aldo Gamba, fue inaugurado el 18 de diciembre de 1935. Es tan hermoso, imponente como el dedicado a esa otra gran figura de la historia de Cuba: Mayor General Antonio Maceo, cuyo conjunto escultórico se erige antes, en 1916.

El libro en Cuba: Ambrosio Fornet. Señala su nota editorial que ¨El libro en Cuba, siglos XVIII y XIX, no es un estudio bibliográfico ni una crónica sobre impresores, editores o libreros del pasado: es una sociología de la actividad editorial, el intento de establecer los nexos socioeconómicos de la producción intelectual cubana desde que aparece la imprenta (1723) hasta que termina la dominación española (1898). Basada en documentos inéditos y una copiosa bibliografía especializada” (Letras Cubanas, La Habana, 1994).

Amelia Peláez. Yaguajay, Villa Clara, 1918—La Habana, 1969. Una de las principales figuras de la generación del 27, que inicia la primera vanguardia de las artes visuales en Cuba. Su paleta brillante, policroma, culta y popular a la vez, bebió de los vitrales de la arquitectura colonial, como de la luz y las frutas de la isla.

René Portocarrero: La Habana, 1922—1985, uno de los  más importantes pintores cubanos, plasmó el espíritu urbano de La Habana, el ritmo de sus ciudades, carnavales, y sus Floras. “René Portocarrero es hoy —señaló Alejo Carpentier—, uno de los grandes pintores de América Latina: un pintor que ha sabido expresar, mostrar, revelar, lo que otros hubiesen visto, antes de él, como un mero catálogo de elementos sin trabazón aparente”.

Texto tomado de la web: http://www.uneac.org.cu

Felix Contreras*Escritor, ensayista, promotor cultural, periodista e investigador cubano, nace en Pinar del Río el 10 de diciembre de 1939. Cursó muy irregularmente algunos grados de la primaria en su ciudad natal. Apenas adolescente se empleó en diferentes labores, a la vez que realizaba algunos estudios de música y pintura. Perteneció al movimiento 26 de Julio (1957-1959). En 1961 se trasladó a La Habana, becado por el Gobierno revolucionario, para realizar estudios de secundaria, preuniversitario y dramaturgia. Obtuvo mención (1964) y premio (1965) en concursos del CNC pinareño. En 1966 comenzó estudios de periodismo en La Universidad de La Habana. Ha trabajado en como periodista en Pionero, Cuba Internacional. Reside en La Habana. Comenzó a publicar en diarios y revistas nacionales, como: El Caimán Barbudo, Cuba Internacional, Bohemia, Juventud Rebelde, Prensa Latina, Granma Internacional. Mar y Pesca, Casa de las Américas. Es uno de los que integran la antología Cinco poetas jóvenes. Poemas suyos han sido traducidos en otros idiomas. Ha ofrecido cursos y conferencias en Bélgica, España, México, Colombia, Argentina, Uruguay y Brasil.

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