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Raúl Castro: Jamás aceptaremos condicionamientos que laceren la soberanía de la Patria

RCDiscurso pronunciado por el General de Ejército Raúl Castro Ruz, Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, en el VI Período Ordinario de Sesiones de la VIII Legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular, en el Palacio de Convenciones, el 29 de diciembre de 2015, “Año 57 de la Revolución”.

Compañeras y compañeros:

Se está terminando un año de intenso trabajo y resultados positivos para el país. En los últimos días hemos tenido bastante actividad: el pasado día 18 se efectuó una reunión del Consejo de Ministros dedicada, entre otros asuntos ampliamente informados en los medios de prensa, a valorar el desempeño de la economía en el presente año y las propuestas de plan y presupuesto para el 2016 aprobados hoy en esta Asamblea.

El sábado último, el duodécimo Pleno del Comité Central del Partido analizó la situación económica y, como parte de la preparación del Séptimo Congreso del Partido, se analizó la propuesta de Conceptualización del Modelo Económico y Social Cubano de Desarrollo Socialista y el informe sobre el cumplimiento de los Objetivos aprobados en la Primera Conferencia Nacional del Partido, celebrada en enero de 2012.

Como es habitual, nuestros diputados durante el trabajo en comisiones han debatido con amplitud sobre estos temas de la economía, lo que me permite resaltar solamente algunos aspectos.

A pesar de los impactos de la crisis económica internacional, agravados en nuestro caso por los efectos del bloqueo estadounidense que se mantiene sin cambios, así como las restricciones financieras externas que se han agudizado en el segundo semestre, el Producto Interno Bruto (PIB) este año creció un 4%, lo cual innegablemente es un buen resultado en medio de estas circunstancias.
Crecen todos los sectores productivos, aunque algunos no logran alcanzar lo planificado. Los servicios sociales mantienen niveles similares al año anterior.
Se elevó la cifra de visitantes hasta tres millones y medio, lo que constituye el más alto crecimiento registrado desde que el país decidió apostar por el desarrollo del turismo. No debe soslayarse que este resultado se obtiene pese a que Cuba todavía continúa siendo el único país del mundo que los ciudadanos de Estados Unidos tienen prohibido visitar como turistas.

No obstante las limitaciones financieras que proseguimos afrontando, se han venido cumpliendo los compromisos asumidos en los diferentes procesos de reordenamiento de las deudas con acreedores extranjeros y se ha reforzado la tendencia hacia la progresiva recuperación de la credibilidad internacional de nuestra economía.

La última evidencia concreta en esta dirección fue el importante acuerdo multilateral alcanzado el 12 de diciembre en la capital francesa con los 14 países acreedores de Cuba que integran el Grupo ad hoc del Club de París, lo que permitió solucionar un viejo problema, tomando en consideración la realidad y las posibilidades de la economía cubana.

Este acuerdo abre una nueva etapa en las relaciones económicas, comerciales y financieras con los países participantes, ya que facilita el acceso a financiamientos a mediano y largo plazos muy necesarios para la ejecución de inversiones previstas en nuestros planes de desarrollo.

Ratifico la voluntad del gobierno cubano de honrar los compromisos resultantes de este y otros acuerdos alcanzados en la renegociación de la deuda con otros Estados y su sector privado.

Debo recordar también el alcance estratégico del convenio firmado con el gobierno de la Federación de Rusia para el financiamiento en condiciones ventajosas de cuatro bloques de 200 megawatts de generación eléctrica cada uno y la modernización de nuestra industria siderúrgica.

El próximo año continuará creciendo el Producto Interno Bruto, pero lo hará a un menor ritmo, el 2%, como consecuencia de que se proyectan limitaciones financieras asociadas a la caída de ingresos en los rubros exportables tradicionales por la disminución de sus precios en el mercado mundial, como por ejemplo el níquel.

Por otra parte, si bien la tendencia a la baja de los precios del petróleo nos beneficia al reducirse la factura de importación de alimentos, materias primas y productos manufacturados, no es menos cierto que se han generado desde este propio año 2015 afectaciones en las relaciones de cooperación mutuamente ventajosas existentes con varios países, en particular con la República Bolivariana de Venezuela, sometida a una guerra económica para revertir el apoyo popular a su Revolución.

Ante este escenario no cabe, como siempre nos ha enseñado Fidel, el más mínimo derrotismo, todo lo contrario. La historia de nuestra Revolución está llena de páginas gloriosas frente a las dificultades, riesgos y amenazas.

Nos corresponde potenciar al máximo las reservas de eficiencia, concentrar los recursos hacia las actividades que generan ingresos por exportaciones y sustituyen importaciones, hacer más eficiente el proceso inversionista y crecer en las inversiones del sector productivo y de infraestructura, priorizando la sostenibilidad de la generación eléctrica y el crecimiento de la eficiencia en el uso de los portadores energéticos.

Al propio tiempo, debemos reducir cualquier gasto que no sea imprescindible y aprovechar los recursos de que disponemos con más racionalidad y con vocación de desarrollar el país.

A pesar de las limitaciones, se asegurarán los servicios sociales que se brindan gratuitamente a todos los cubanos en niveles similares a los de los últimos años.
Trataremos ahora algunos asuntos de política exterior.

En mis palabras del pasado 15 de julio, en la clausura del V Período Ordinario de Sesiones de la Asamblea Nacional, expresé, y cito: “Apreciamos que se ha puesto en práctica una ofensiva imperialista y oligárquica contra los procesos revolucionarios y progresistas latinoamericanos, la cual será enfrentada con determinación por nuestros pueblos” (fin de la cita).

Estamos seguros de que vendrán nuevas victorias de la Revolución bolivariana y chavista bajo la dirección del compañero Nicolás Maduro Moros, presidente de la República Bolivariana de Venezuela, frente a la permanente embestida desestabilizadora de la derecha, alentada y apoyada desde el exterior.
Confiamos en el compromiso de los revolucionarios venezolanos y de su pueblo, mayoritariamente bolivariano y chavista, con el legado del inolvidable presidente Hugo Chávez Frías.

Estamos convencidos de que, tal como lo hizo en el 2002 al impedir que se consumara el golpe de Estado contra el presidente Chávez, el pueblo venezolano y la unión cívico-militar no permitirán que se desmantelen los logros de la Revolución y sabrán convertir este revés en victoria.

Al reiterar la solidaridad de Cuba, que estará siempre junto a la Patria de Bolívar, llamamos a la movilización internacional en defensa de la soberanía e independencia de Venezuela y para que cesen los actos de injerencia en sus asuntos internos.

En Brasil, la oligarquía tampoco escatima esfuerzos para intentar derrocar a la presidenta Dilma Rousseff mediante un golpe parlamentario. Llegue a ella y al hermano pueblo brasileño nuestra solidaridad y apoyo en la batalla que se libra en defensa de los avances sociales y políticos alcanzados durante estos 13 años de liderazgo del Partido de los Trabajadores.

La historia demuestra que cuando la derecha llega al gobierno no duda en desmontar las políticas sociales, beneficiar a los ricos, restablecer el neoliberalismo y aplicar crueles terapias de choque contra los trabajadores, las mujeres y los jóvenes. Décadas de dictaduras militares en América Latina y nuevos métodos de desestabilización contra gobiernos progresistas nos enseñaron que el imperialismo y la derecha tampoco renuncian a la violencia para imponer sus intereses.

En medio de este contexto regional riesgoso y complejo, resulta esencial defender la unidad de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) como mecanismo indispensable, legítimo, unitario y diverso de concertación política e integración, que ha hecho posible reunir por primera vez, bajo un propósito común, a los 33 Estados de Nuestra América.

La Proclama de la América Latina y el Caribe como Zona de Paz, firmada por todos los jefes de Estado y de Gobierno en la II Cumbre de la CELAC celebrada en La Habana en enero de 2014, es una sólida base para desarrollar las relaciones entre nuestros países y a nivel internacional.

Nos sentimos optimistas por los avances alcanzados en las conversaciones de paz entre el Gobierno colombiano y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia Ejército del Pueblo, proceso que está más cerca que nunca del logro de un acuerdo que ponga fin al conflicto armado que ha desangrado a esa nación durante más de medio siglo. Continuaremos nuestra labor imparcial como garantes y sede del proceso.

El próximo mes Cuba asumirá la Presidencia de la Asociación de Estados del Caribe, bajo el compromiso firme e invariable con la causa de la unidad y la integración latinoamericana y caribeña.

Como se ha venido informando por parte de la prensa nacional y extranjera, actualmente se encuentran en Costa Rica varios miles de ciudadanos cubanos que arribaron a esa nación desde otros países de la región con la intención de viajar hacia Estados Unidos. Estas personas, que salieron de Cuba de manera legal, en su travesía se convierten en víctimas de traficantes inescrupulosos y bandas delincuenciales que no dudan en poner en peligro la vida de los migrantes cubanos.

Nuestro gobierno ha estado en contacto desde el mismo inicio de esta situación con los gobiernos del área, en la búsqueda de una solución adecuada y rápida, como también ha pedido el Papa Francisco, tomando en cuenta las difíciles circunstancias en las que estos se encuentran. Cuba ha reiterado su compromiso a favor de una emigración legal, ordenada y segura, así como del derecho a viajar y a emigrar de los ciudadanos cubanos y de retornar al país, en cumplimiento de su legislación migratoria.

Tal como señala la Declaración del Gobierno Revolucionario publicada el 1º de diciembre, la política de “pies secos-pies mojados”, el programa de Parole para médicos cubanos y la Ley de Ajuste Cubano continúan siendo el principal estímulo para la emigración irregular desde Cuba hacia Estados Unidos.

Los migrantes latinoamericanos y caribeños merecen también un trato humano y justo. Deben cesar las prácticas abusivas y discriminatorias, la violación de sus derechos humanos, la separación de familias y la cruel detención y deportación de niños no acompañados.

Pasando a otro tema, como advertimos de manera temprana, la política de sanciones unilaterales contra Rusia y el estrechamiento del cerco de la OTAN en sus fronteras, solo ha favorecido un clima de mayor inestabilidad e inseguridad en la región.

Ha seguido agravándose la crisis humanitaria generada por las oleadas de refugiados hacia el continente europeo, debido a las condiciones de conflicto y pobreza derivadas del injusto orden económico internacional, y por las guerras no convencionales y acciones desestabilizadoras de la OTAN en África del Norte y Medio Oriente. Europa debiera asumir su responsabilidad y garantizar el respeto a los derechos humanos de estas personas, así como contribuir a la solución de las causas del fenómeno.

Reiteramos el derecho del pueblo sirio a encontrar una salida digna a sus problemas con la participación de las legítimas autoridades de esa nación, sin injerencias externas, preservando su soberanía e integridad territorial.

El pasado mes de septiembre recibimos con admiración, respeto y afecto al Papa Francisco, justo en el año en que conmemoramos el aniversario 80 de nexos ininterrumpidos entre la Santa Sede y Cuba. Apreciamos su prédica a favor de la paz y la equidad, la erradicación de la pobreza, la defensa del medio ambiente y las reflexiones sobre las causas de los principales problemas que afectan hoy a la humanidad.

En el año que concluye se fortaleció el diálogo político bilateral con numerosos países, evidenciado en las visitas a Cuba de 184 delegaciones extranjeras, de ellas 25 encabezadas por jefes de Estado o de Gobierno procedentes de todas las regiones del mundo.

En septiembre pasado participamos junto a la mayoría de los jefes de Estado y Gobierno del planeta en la Cumbre de la ONU para la adopción de la Agenda 2030, que aprobó un nuevo marco para el desarrollo sostenible, con el objetivo de reducir la pobreza extrema, el hambre, las enfermedades, la desigualdad entre géneros, la falta de acceso a la educación, a infraestructuras básicas y la degradación del medio ambiente.

Los compromisos y acciones del mundo industrializado continúan siendo insuficientes. Solo construyendo un nuevo orden económico internacional y otra arquitectura financiera global será posible que los países del Sur puedan cumplir con las metas y objetivos aprobados.

La comunidad internacional ha mantenido su rechazo al bloqueo norteamericano en diferentes foros, especialmente en la Cumbre de la ONU y en el segmento de alto nivel de la Asamblea General donde tuve la oportunidad de participar y durante los cuales decenas de jefes de Estado y Gobierno reclamaron el fin del bloqueo.

El pasado 27 de octubre, 191 Estados miembros de la ONU apoyaron la resolución cubana, gesto que nuestro pueblo agradece profundamente y demuestra que el mundo no olvida que el bloqueo persiste.

Hemos reiterado al gobierno de Estados Unidos que para normalizar la relación bilateral el bloqueo debe ser levantado y el territorio que usurpa la Base Naval de Guantánamo ha de ser devuelto, tal como expliqué en mi declaración en el Consejo de Ministros del día 18, en la cual reafirmé, además, que no debe pretenderse que Cuba abandone la causa de la independencia o renuncie a los principios e ideales por los que varias generaciones de cubanos han luchado durante un siglo y medio.

Para avanzar en este proceso debe respetarse el derecho de todo Estado a elegir el sistema económico, político y social que desee, sin injerencia de ninguna forma. Jamás aceptaremos condicionamientos que laceren la soberanía y dignidad de la Patria.

Lo esencial ahora es que el presidente Barack Obama utilice con determinación sus amplias facultades ejecutivas para modificar la aplicación del bloqueo, lo cual dará sentido a lo alcanzado y permitirá que se produzcan sólidos progresos.

Hace apenas mes y medio celebramos los actos por el 40 Aniversario de la independencia de Angola y el inicio de la Operación Carlota, que permitieron rememorar la contribución internacionalista de nuestro pueblo a esa heroica epopeya protagonizada por angolanos, namibios y cubanos, que modificó de manera definitiva el mapa político del África Austral y aceleró el fin del oprobioso régimen del apartheid.

Apreciamos de manera especial la solidaridad de la Unión Africana con Cuba, reiteramos el apoyo a su programa de desarrollo Agenda 2063 y continuaremos honrando nuestros compromisos de cooperación.

En este semestre, se registraron avances en la negociación del Acuerdo de Diálogo Político y Cooperación entre Cuba y la Unión Europea, así como en nuestras relaciones bilaterales con sus Estados miembros. En febrero del próximo año cumplimentaré una visita oficial a Francia en reciprocidad a la efectuada por el presidente Francois Hollande.

Finalmente, compañeras y compañeros:

A pocas horas de arribar al año 58 de la Revolución, deseo trasmitir a todos los cubanos una merecida felicitación y la profunda convicción de que sabremos vencer cualquier reto en nuestro empeño de construir un socialismo próspero y sostenible.

Muchas gracias.

(Ovación).

Tomado de: http://www.cubadebate.cu

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57 realidades de la Revolución cubana en el 2015. Por: Omar Pérez Salomón

BanderaSin dudas, el triunfo de la Revolución cubana fue uno de los acontecimientos más importantes del siglo XX en el continente americano y símbolo de soberanía, humanismo e internacionalismo para millones de personas en todo el mundo.

La guerra económica, comercial y mediática impuesta a Cuba por el imperialismo estadounidense y sus aliados no ha mellado la entereza y resistencia del pueblo cubano, a pesar de la imagen tergiversada construida por medios de comunicación al servicio del capital en el vecino del norte, España y América Latina.

Por eso viene al caso repetir lo expresado por el cantautor cubano, Silvio Rodríguez, “Somos un país que se dedicó a alfabetizar, a construir universidades de médicos y artistas. Y ahora pretenden hacer ver que nos gusta tener pianos sin cuerdas y vientos sin zapatillas”, y enunciar 57 realidades que muestran con hechos y realizaciones concretas, a pesar del bloqueo imperialista y las insuficiencias internas, la gigantesca obra de la Revolución.

  1. El Informe sobre Desarrollo Humano 2015 del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), que contempla los índices de esperanza de vida, acceso a la educación y nivel de vida, ubica a Cuba con un desarrollo humano alto.
  2. Continúa el proceso de actualización del modelo económico cubano, teniendo en cuenta los retos que significa en materia cultural e ideológica el restablecimiento de relaciones con Estados Unidos.
  3. En Cuba nunca habrá paquetes de ajuste económico ni terapias de choque al estilo neoliberal como ocurre actualmente en varios países europeos y de América Latina.
  4. El nivel de desempleo está por debajo de un 4%, índice que la sitúa entre los primeros 30 países con mejor desempeño en esta esfera, por encima de países desarrollados.
  5. Existe una expansión del sector del trabajo por cuenta propia y de otras formas de gestión no estatal, lo cual está actuando como un elemento dinamizador en la esfera del consumo y los servicios, y en la tendencia creciente en los ingresos a captar por el Presupuesto del Estado para ser invertido en bien de todo el pueblo.
  6. Los 504 mil cubanos que ejercen el trabajo por cuenta propia, están protegidos por el sistema de seguridad social, con garantías para la jubilación.
  7. En el próximo año se planifican gastar unos 2 mil millones de dólares en la importación de alimentos para la población.
  8. El presupuesto del Estado en el año 2016 considera gastos totales por más de 50 mil millones de pesos, de los cuales más del 60 por ciento corresponde a los gastos corrientes de la actividad presupuestada, con lo que se asegura el mantenimiento de los actuales servicios básicos que se ofrecen de forma gratuita al pueblo cubano.
  9. Cuba garantiza el acceso universal y gratuito a la Salud Pública a todas las personas.
  10. La Salud Pública participa de más del 25 por ciento de los gastos corrientes de la actividad presupuestada, lo que sitúa a Cuba entre los países con más presupuesto estatal destinado a este sector.
  11. El Estado cubano respalda los servicios que brindan más de 150 hospitales, 400 policlínicos, 11 mil consultorios médicos y 140 hogares maternos distribuidos por todo el país, incluso, en los lugares más apartados.
  12. La industria Biofarmacéutica cubana produce, distribuye y exporta 1099 productos, una parte de ellos, con patentes en el mercado mundial.
  13. De los 888 productos del cuadro de medicamentos que se venden a precios subsidiados a la población, 296 se importan y 592 son de producción nacional, lo que representa un ahorro de casi mil 300 millones de dólares.
  14. Cuba concluye el año 2015 con una tasa de mortalidad infantil por debajo de 5 por cada mil nacidos vivos, similar a la obtenida en el último quinquenio, cuestión que la ubica entre los mejores países del orbe. En ello ha influido la organización del sistema de salud a todos los niveles y la dedicación de decenas de miles de médicos, enfermeras y otros profesionales del sector. Según estadísticas publicadas en Naciones Unidas, la tasa de mortalidad infantil promedio en Cuba en el quinquenio de 1955 a 1960 fue de 69,86 por mil nacidos vivos.
  15. La mortalidad materna se ubica en 35,1 por cada cien mil, también de las más bajas entre todas las naciones.
  16. La expectativa de vida del cubano al nacer es de 78,45 años cifra que ubica a Cuba entre los más avanzados del planeta en ese aspecto.
  17. Cuba cuenta actualmente con más de 50 mil médicos laborando en el país, lo cual nos sitúa como uno de los mejores en el mundo en cantidad de galenos por habitantes.
  18. El Programa de Vacunación garantiza una de las más amplias coberturas de inmunización en el mundo, permitiendo la prevención de 13 enfermedades.
  19. La colaboración médica cubana está presente hoy en 67 países, con más de 50 mil colaboradores, de ellos más de 25 mil son médicos y alrededor del 65% son mujeres.
  20. Tres brigadas cubanas con 256 colaboradores combatieron el Ébola en Guinea Conakry, Sierra Leona y Liberia.
  21. El contingente “Henry Reeve” que presta servicios en casos de catástrofes y fenómenos naturales, lo componen 40 brigadas en 24 países.
  22. La “Operación Milagro” ha propiciado más de 2,6 millones de intervenciones quirúrgicas para devolver la visión a personas de bajos ingresos de más de 30 países de América Latina, el Caribe y África. Actualmente está presente en 14 naciones.
  23. En las 11 graduaciones de la Escuela Latinoamericana de Medicina (ELAM), han egresado casi 27 000 galenos de un centenar de estados.
  24. Cuba es uno de los pocos países del mundo que desterró desde hace más de medio siglo el analfabetismo y a pesar de la crisis y la permanente agresión económica de Estados Unidos por su política de bloqueo, mantiene para todos sus ciudadanos el acceso universal y gratuito a la educación.
  25. La tasa de alfabetización de jóvenes (15-24 años) es de un 100% y la de adultos un 99,8%.
  26. Un 11,9% de la población cubana tiene nivel superior de escolaridad y un 65,7% nivel medio.
  27. El sector de la Educación asimila cerca del 24% de los gastos corrientes de la actividad presupuestada del país, lo que confirma la voluntad del gobierno cubano para seguir garantizando las conquistas de la Revolución, aun en medio de una compleja situación económica.
  28. La UNESCO reconoce que Cuba exhibe, entre los países de América Latina y el Caribe, el mayor índice en el Desarrollo de la Educación, siendo también el que mayor parte de su Producto Interno Bruto dedica a la enseñanza, con un 13 por ciento.
  29. Para el curso escolar 2015-2016, se garantizan los estudios a más de un millón 792 mil 600 alumnos de las enseñanzas preescolar, primaria y media.
  30. Con el programa cubano de alfabetización, “Yo sí puedo”, implementado en 30 naciones, se han alfabetizado 10 271 147 personas, de prácticamente todos los continentes.
  31. Más de 1 200 maestros cubanos prestan colaboración en 18 países.
  32. El deporte cubano tiene 6 378 colaboradores en 29 países.
  33. El país tiene más de 60 centros de educación superior, que constituyen una fortaleza en la formación de recursos humanos.
  34. La cifra total de egresados de la educación superior en Cuba supera el millón. En el curso 2012-2013 se graduaron, solo en las ramas de las ciencias, 70 341 cubanos.
  35. Se ejecutan acciones para perfeccionar la enseñanza y divulgación de la historia de Cuba y de la localidad, en el interés de fortalecer la unidad nacional y promover la comprensión sobre el origen y desarrollo de la nación, la consolidación de un pensamiento propio y la tradición patriótica, cultural, solidaria e internacionalista del pueblo cubano.
  36. Cuba prioriza el fomento y promoción de la cultura física y el deporte en todas sus manifestaciones como medios para elevar la calidad de vida, la educación y la formación integral de los ciudadanos. El movimiento deportivo cubano que ha obtenido en los últimos 15 años, 267 preseas, de ellas 74 de oro en campeonatos mundiales, aspira en los Juegos Olímpicos de 2016 en Río de Janeiro a mantenerse entre los grandes del deporte en el orbe.
  37. En el campo de la conservación y el cuidado del medio ambiente, Cuba es considerado como uno de los contados países con un desarrollo sostenible.
  38. El gasto de inversión para la protección del medio ambiente asciende a más de 500 millones de pesos.
  39. Se consolida la política cultural de la Revolución, definida por el compañero Fidel desde 1961 en sus Palabras a los intelectuales, caracterizada por la democratización del acceso a la cultura, la defensa de la identidad y del patrimonio, con la participación activa de los intelectuales, artistas e instituciones culturales, en un clima de unidad y libertad.
  40. Actualmente más de 7 mil estudiantes se instruyen en las diferentes manifestaciones artísticas en más de 30 centros en todo el país.
  41. La cultura cubana ha estado representada en diversos eventos y nominaciones internacionales.
  42. Cuba es el país de América Latina con menos hechos de violencia en infantes.
  43. Cuba promueve un enfoque preventivo en materia de educación y reinserción social para evitar la delincuencia; es uno de los países con más seguridad para vivir.
  44. Cuba es uno de los países con más bajo índice de uso de drogas y psicofármacos, existiendo programas para la prevención y el enfrentamiento de estos vicios, los cuales cuentan además con el respaldo de la comunidad a través de las organizaciones sociales y de masas radicadas en todo lo largo y ancho del país.
  45. El sistema penitenciario cubano se caracteriza por su humanismo y la implementación de varios programas para la reincorporación a la sociedad de la población penal.
  46. El gobierno cubano tiene concebido el programa de informatización del país, que incluye la modernización de la infraestructura de telecomunicaciones y del equipamiento informático, la actualización del marco legal, la seguridad tecnológica, el desarrollo de contenidos, aplicaciones, servicios, comercio electrónico y del capital humano, y asumirá los propósitos planteados en el “Programa Conectar 2020”, para el desarrollo mundial de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones, de la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT).
  47. Más de 4,2 millones de cubanos han recibido instrucción acerca de las TIC en los Joven Club de Computación en los últimos 28 años, la mayoría niños y jóvenes.
  48. El 14 de diciembre se celebró el quinto aniversario de la primera red social digital de contenidos de Cuba,EcuRed, que tiene más de 150 mil artículos enciclopédicos y recibe unas 200 mil visitas diarias.
  49. Avanza la migración hacia la Televisión Digital Terrestre que se extenderá paulatinamente por todo el país.
  50. En Naciones Unidas 191 países condenaron el bloqueo genocida de Estados Unidos contra Cuba durante la Asamblea General de la ONU en octubre pasado, quedando aislado nuevamente el gobierno estadounidense en este escenario.
  51. Los héroes cubanos Gerardo Hernández, Antonio Guerrero, Ramón Labañino, René González y Fernando González, que constituyen símbolos de dignidad, recorrieron durante el presente año varios países y lugares de Cuba, donde agradecieron la solidaridad de millones de personas por la causa de su liberación.
  52. Cuba brilló en la VII Cumbre de las Américas celebrada en Panamá en abril de 2015,en la voz de su presidente Raúl Castro, y de los jóvenes y mujeres que participaron en los foros paralelos del evento.
  53. Más de una decena de mandatarios visitaron a Cuba durante el año 2015, incluido el Papa Francisco, del 19 al 22 de septiembre, lo que reafirma el importante papel a nivel internacional de la mayor de las Antillas.
  54. Cuba conmemoró el pasado 5 de noviembre el 40 aniversario de la Operación “Carlota”, surgida para preservar la independencia del pueblo de Angola y que contribuyó a la eliminación del oprobioso régimen del Apartheid.
  55. En la Asamblea Nacional fueron presentados un grupo de objetivos estratégicos de cara al 2016, que permitirán el perfeccionamiento del Poder Popular, como vía fundamental para reforzar la confianza del pueblo en el sistema político cubano.
  56. Entre septiembre y diciembre de 2015 se realizaron con una amplia participación de militantes y del pueblo, las asambleas de balannce del Partido Comunista de Cuba a nivel de municipios y provincias, como antesala del Séptimo Congreso del Partido, que tendrá lugar del 16 al 19 de abril del 2016.
  57. El pueblo cubano está convencido de que solo la unidad en torno al Partido y la Revolución permitirá preservar la nación cubana y las conquistas económico-sociales. Estas realidades y la llegada del año 58 de la Revolución traerán nuevas fuerzas y oxígeno a los pulmones del pueblo cubano para marchar hacia nuevas metas.

Tomado de: https://lapupilainsomne.wordpress.com

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Apuntes sobre una tesis de fotografía. Por: Jorge Luis Rodríguez Aguilar*

Obra del fotógrafo cubano Raúl Cañibano Ercilla

Obra del fotógrafo cubano Raúl Cañibano Ercilla

«En el fondo la fotografía es subversiva

y no cuando asusta, trastorna o incluso estigmatiza,

sino cuando es pensativa».

Roland Barthes

En los últimos diez años la fotografía se ha dinamizado de una manera nunca antes vista. La tecnología ha hecho su parte; los medios de comunicación lo demás. Aun así, el hecho fotográfico no queda claro. La promiscuidad de géneros y estilos se ha exacerbado y los resultados, obviamente, han cambiado.

Antes del embrujo digital era fácil reconocer una fotografía «buena» de una que no lo era tanto. Todos nos cuidábamos. Ahora, es muy fácil corregir una foto y, cuando no, el defecto se vuelve efecto en manos de cualquier habilidoso —ayudado por algún artilugio informático— o de una defensa convincente. Cada vez es más difícil encontrar errores que no sean de «ojo». Las nuevas cámaras están preparadas para hacerlo todo bien y, por supuesto, eso favorece la democratización del proceso. Nunca antes el arte fue más cercano a todos. Ni Vjutemas ni Bauhaus ni el Black Mountain College ni Fluxus ni la Fábrica de Warhol o el Hiperrealismo pudieron generalizar tanto la fotografía ni los efectos secundarios que de ella se derivarían y que terminarían por imprimirle un carácter homogeneizador al arte de los últimos quince años.

Hoy en día la fotografía es algo normal. Ya nadie se asusta ni la desconoce. Cualquiera puede hacer una, bien con su teléfono móvil o con una diminuta aplicación en cualquier otro dispositivo digital. Se ha desarrollado a niveles nunca antes visto. Pero nada de eso garantiza un buen resultado. ¿Por qué mientras más popular y menos elitista se vuelve, más atractivo resulta pasar un curso, un taller o una escuela? Porque todos necesitamos, de una u otra manera, comprender sus secretos.

Por lo general, un curso, un taller o una escuela de fotografía se unen bajo un denominador común: enseñar la técnica fotográfica, lo que no es suficiente pues la fotografía no solo es eso. Un mejor curso, taller o escuela es aquel que enseña a crear, a pensar, a ver la fotografía, a entender su proceso total. Es una tarea difícil, no lo niego, pero vital. Y este es el punto en el que gira todo. Es importante hacerle comprender a los estudiantes que la fotografía no solo es un proceso técnico sino también artístico. Lo primero se consigue sin mucho ruido: encuadrando y, posteriormente, apretando el obturador de la cámara; pero lo segundo no es tan fácil enseñarlo.

Hay muchas formas de hacer una fotografía, lo que no te convierte, per se, en fotógrafo. Ni una mejor cámara ni una buena foto son condiciones inmediatas y absolutas para transformarse en un fotógrafo-artista. Si la fotografía no se piensa, como refería Roland Barthes, desde la subversión de la imagen, o Ernst Haas, desde la transformación fotográfica, nunca se comprenderá el verdadero sentido del arte fotográfico.

¿Qué hace que una foto se recuerde, se impregne en la memoria, trascienda su época y su marco social? Muchas son las posibles respuestas pero de todas, el carácter artístico que la produjo es la más acertada. La única garantía de convertirla en un fenómeno perdurable y placentero es su calidad estética, que no se consigue si no se piensa y se investiga mucho.

La memoria fotográfica hay que cultivarla, de ahí que buscar un antecedente no puede ser un ejercicio mecánico, de referencia auditiva. Hay que saber hasta dónde y cuánto uno bebe de cada una de las fuentes anteriores. Desconocer un antecedente es sinónimo de poca investigación. Un fotógrafo —parafraseando al maestro Rafael Morante—, aunque no lo conozca todo sí debe saber de todo. El conocimiento es la única arma que disponemos contra la mediocridad, la vanidad visual y la cursilería. Una fotografía, aunque se tome en menos de un segundo, no debe ser gratuita en su esencia. La gratuidad de su mensaje, a estas alturas y en estos tiempos, no puede ser el derrotero que marque la producción fotográfica contemporánea. Uno se convierte en fotógrafo trabajando y cultivándose.

Los genios cada vez son menos. Ya no se repetirán los Weegee, los Man Ray, los Mapplethorpe o los Cartier-Bresson. Ahora los tiempos son otros y las miradas distintas. Ya no se requiere de mucho esfuerzo para tener una foto de calidad. Y aunque las cámaras, cada vez más, «ayudan» a la mano temblorosa y al ojo miope, no creo que puedan resolver la falta de creatividad, la selección incorrecta o el desfase de tiempo al querer captar el «instante decisivo» que tanto trabajo cuesta atrapar. Don McCullin lo apuntaba hace algún tiempo: «Mi mente es una cámara». ¡Qué mejor sentido que ese!

La mejor foto ya no es solo un hecho de la casualidad. Lo exclusivo cedió espacio a lo inclusivo. Hoy en día los géneros se unifican y se reescriben las poéticas. Los códigos lingüísticos y comunicativos se extienden y el proceso se vuelve más dinámico y productivo. Pensar todavía en lo tradicional como único referente es acortar la mirada, reducir el campo y cerrar para siempre el espectro artístico-creativo. Lo formal complementa el proceso conceptual y garantiza que el discurso se muestre de la manera más idónea o efectiva, pero la idea sigue siendo el motor impulsor. Hay que enseñar a pensar y hay que educar la creatividad, como también se hace necesario explicar cómo se «vende» una obra. No siempre la fotografía se hace para mirarse sobre una pared, en un marco bonito, iluminado, e impresa en un gran formato. Lo instalativo, como recurso visual de las artes plásticas, tiene más de cincuenta años y aún, en nuestros predios, sigue siendo una espina mal sacada. La fotoinstalación —recurso precursor del video arte de Nam Jun Paik—, la proyección de Abelardo Morell, la secuencia fotográfica de los esposos Becher, la sobreimpresión en soportes no tradicionales a lo Joan Fontcuberta, el neocollage de Gordon Matta Clark o Eduardo Hernández, la manipulación imaginaria de Lisandra Isabel García o John Baldessari, siguen siendo recursos aún sin explotar.

Pero también la fotografía hay que saber presentarla más allá de una exposición. Un dossier de artista, un fotobloc, una página web o una multimedia devienen, hoy por hoy, en las nuevas cartas de presentación. Ya no se concibe un buen fotógrafo si no conoce el diseño, y no el elemental sino el gráfico, porque como he repetido en otras ocasiones, la fotografía no es más que un acto de diseño. Es un proceso semiótico y comunicativo. Por eso, se hace cada vez más necesario complementar la formación del fotógrafo-artista con talleres de diseño y edición de presentaciones —que permitan mejorar los resultados en la confección de los dossier y los catálogos de las exposiciones, aún deficientes—, con talleres de análisis del discurso —que no es más que una suerte de talleres de tesis—, con espacios para la presentación y la discusión crítica, y el fomento de la producción simbólica desde una manera creativa.

Junto a esto, se deben buscar antecedentes en todos los campos, no solo el fotográfico, porque reducir el panorama es contraproducente. Un ejemplo bien elocuente es el fotopictorrealismo, desarrollado a mediados del siglo xix y que vinculó exitosamente los aportes de la pintura académica. Por otra parte, la captación fotográfica del hombre y del medio ambiente como guía para la pintura fue objeto de estudio de Eugène Delacroix y de algunos de los más destacados impresionistas (Renoir, Manet y Pissarro), quienes aprovecharon los recursos fotográficos para desarrollar la pintura de paisajes y de retratos.

Debemos reparar en esto como también en la necesidad de fomentar una nueva mirada fotográfica, lograr que los estudiantes sean atrevidos, osados, completamente desprejuiciados e innovadores, como lo fueron los artistas dadá o los surrealistas, quienes obtuvieron de la fotografía posibilidades configurativas totalmente inéditas: la invención del fotomontaje y la schadografía —exposición del papel fotográfico mediante la aplicación directa de objetos—, o el collage, con la cual la fotografía llegó a ser completamente «medial» de la expresión artística.

Enfocar los caminos hacia una-otra didáctica de la fotografía no es nada nuevo, pero sí necesario replantearse. Urge posicionar la enseñanza actual de la fotografía sobre modelos más significativos, que aborden el recorrido de una manera no cronológica y el proceso como un acto creativo más dinámico: la deconstrucción de las narrativas, el despensar del argumento fotográfico y el reencuentro con una dinámica visual que obligue al estudiante a armar su propia estructura discursiva sobre una producción simbólica más elocuente y menos repetitiva.

Se necesita trabajar mucho más y desprenderse de códigos creativos que limitan el acto fotográfico. Es necesario exponer una cultura de la imagen que compita constantemente contra nuestro propio trabajo. Que beba de todas las artes y regrese siempre a ellas. No las separemos entonces.

Tomado de: http://www.cubarte.cult.cu

*(La Habana, 1974), diseñador gráfico, docente y artista visual. Máster en Ciencias. Realizó sus estudios en el Instituto Superior de Diseño, el Instituto Superior Pedagógico Enrique José Varona y en la Academia Nacional de Bellas Artes San Alejandro, de la cual es subdirector docente y profesor de Diseño Básico y Fotografía. Profesor de Didáctica de las Artes Visuales en el Instituto Superior de Arte. Director artístico de la revista cultural francófona Lettres de Cuba. Becario residente del Servicio de Nuevos Medios del Centre National d’Art et de Culture Georges Pompidou y de la Brownstone Foundation (Francia), del Proyecto Multimedial del Istituto Politéchnico Statale di Torino (Italia) y de la Pontificia Universidad Católica del Perú. Miembro de la Asociación Cubana de Comunicadores Sociales, Comité Prográfica Cubana, Asociación Internacional de Artistas Plásticos de la UNESCO, Fondo Cubano de la Imagen Fotográfica, Fondo Iberoamericano de Fotografía y la Asociación de Pedagogos de Cuba. Ha realizado numerosas exposiciones personales y colectivas en Cuba y en el extranjero. Entre otros, ha sido ganador del Premio de Creatividad «La Ceiba de la Habana» (2013-Cuba), Premio a los Resultados Pedagógicos (2012-Cuba), Premio Anual del Arte del Libro «Raúl Martínez» (2011-Cuba), Premio de Fotografía de las Naciones Unidas (2011-Cuba), Premio Especial del Salón Nacional de la Gráfica (2010-Cuba), Primer Premio de Identidad visual del XXIV Forum Nacional de Ciencias Pedagógicas (2007-Cuba), Premio Noemí. Brownstone Foundation (2004-Francia), Miec-Pax Romana International Design Award (2002-Francia), Golden Branch Award (2000-Italia), Primero y Segundo Premio de Diseño de la Caribbean Paper (1996, 1995-Canadá) y el Premio AGFA de Fotografía (1991-México). Es autor del libro Diseño, diseñar, diseñado. Teorías, estrategias y procedimientos básicos (2012) de la Editorial Letras Cubanas.

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Peter Greenaway, o la enumeración imposible. Por: Alberto Garrandés

Peter Greenaway, cineasta británico

Peter Greenaway, cineasta británico

En The Tulse Luper Suitcases (2003), durante un debate entre varios personajes frente al ignoto y enloquecido (desde la serenidad más cautivante) Tulse Luper, varios escritores empiezan a ser evocados. Dos de ellos son los más importantes en ese diálogo. Se habla de Franz Kafka y la lengua alemana (¿cómo escoger entre el checo y el alemán como posibles lenguas literarias?), y también se habla de Samuel Beckett y la lengua inglesa (o la variante irlandesa del inglés, que el autor de More Pricksthan Kicks más tarde abandona en favor del francés). Sendos retratos presiden la mesa. Tulse Luper —explorador, crítico de arte, fotógrafo, naturalista y, sobre todo, coleccionista— es el joven de las noventa y dos maletas. Se supone que el contenido de ellas expresa el contenido abreviado del mundo. O peor: el mundo en sí mismo. Para que esto sea cierto, y para que las maletas y la historia de Luper tengan un sentido, intervienen noventa y dos personajes y noventa y dos objetos que poseen un carácter más o menos simbólico.

Los cruzamientos posibles, las interrelaciones que van produciéndose, generan un tipo de lenguaje a partir del cual se crea un modelo caótico, pero infinitamente ordenado —el orden como proceso, no como meta—, del mundo. Y no sólo del mundo conocido, sino también del mundo que Luper ansía conocer. Tanto en Kafka como en Beckett el problema de la distinción interlingüística estaba en el inicio del misterio y en su final. Entre ambos puntos corren dos tipos de escritura que aluden a un ideal sintético. Ese ideal brota de sucesivos exámenes de lo real. Exámenes acumulativos, estratificados, cuyos extensos y numerosísimos detalles jamás se desechan.

Las listas de Luper, un archivero inverosímil y de curiosidad sin fronteras, lo transforman en un hombre sospechoso en varios ámbitos. El mundo, que ha perdido el entusiasmo por la vida y que se concentra en los negocios, la guerra y la política, ve a Luper como un vicioso sexual, un espía, un terrorista, un violador, un asesino morboso, un fabricante de doctrinas para enloquecer a la gente, un investigador de misterios inútiles, y un acaparador de secretos poderosos e inestimables. Por eso Luper siempre está siendo investigado y detenido, y sus escasos bienes requisados y escudriñados. Luper es el fisgón imprudente e impávido. Un hombre aparte. Un ser separado. Su fascinación consiste en hacer listas y más listas y llenar sus maletas de lápices, fotografías, cuadernos de anotaciones, perfumes, frascos de alcohol, pasaportes, trozos de carbón, peces, cartas, monedas y decenas de otros objetos. Y películas. Muchas películas.

En uno de los tantos interrogatorios, el jefe de una estación belga de trenes se sorprende al comprobar que es muy posible que Luper haya escrito, a esas alturas, sobre todos los temas y dilemas al alcance de su imaginación y sus preocupaciones. Esta peligrosa contingencia lo deja pensativo. Luper, diríamos, tiende a serun novelista total (joyceano), o el hombre que, en la totalidad, prescinde del lenguaje, da un gran salto y se pasa al bando de las imágenes y el sonido. Uno tiende a pensar, enseguida, en el Joyce de Finnegans Wake, a quien le preguntaron, luego de comprobarse que su última novela manifestaba una especie de renuencia a la lectura (o cierta lectura), si se trataba de música con palabras, a lo que Joyce respondió, ¿en broma?, que era sólo música. La prosa de Finnegans Wake es un absoluto que deja de referenciar para referenciarse (se trata, claro, de una escritura) a sí mismo. Luper, a partir de un momento, ya no es él y sus desvaídos orígenes, sino más bien el inestable conjunto de opiniones que lo arman y lo metamorfosean en un mito cotidiano, paranoico, tangible sólo por medio de la voz de los demás, cuando se enfrentan a su legado material (el de las maletas y los objetos) e inmaterial (miles y miles de páginas de comentarios escritos por él).

El desasosegante asunto que Tulse Luper introduce en el horizonte vital de quienes lo conocen, tiene que ver con la idea de la existencia como reconstrucción siempre aproximada de una realidad visible sólo en tanto escritura poseedora de una autonomía. Si esa autonomía no existiera, o si no pretendiéramos que es un hecho indefectible, las correlaciones tenderían al infinito, las listas no acabarían nunca, la red de sentidos se densificaría hasta convertirse en algo incomprensible, pues la atadura a un referente no dejaría que esa escritura se consolidara como fenómeno con una identidad propia e independiente. He ahí el destino (y el desatino) mítico de Luper y la lógica de sus noventa y dos maletas.

El cine de Greenaway no es el único, hoy día, que pone en circulación, dentro de una densa red de inter-apelaciones navegables (como un portal en internet), todos los sistemas de la cultura. Pero sí cabe decir que es el que se muestra más drástico y contundente, y, en rigor, el único que, con perentoriedad rayana en lo brutal, desautoriza a la mirada atenta (al desestimar su suficiencia) y nos invita a aproximarnos dos o tres veces a determinadas películas suyas desde distintos ángulos emotivos, o distintos puntos de vista estéticos. Es, en definitiva, un cine arriesgado (hay excepciones donde Greenaway corteja, aunque de modo novedoso, la convención dramática, como The Cook, theThief, hisWife and HerLover, de 1989) donde proliferan los espacios indefinibles (intervenidos por una dirección de arte impulsiva y de aplastante lucidez) en los que hay mucha agua, dos o tres reclinatorios, multitud de muebles (Greenaway siempre cuenta con camas de magnitudes imperiales), varios grupos humanos dispuestos de modo teatral (como en un escenario dentro de otro gran escenario), estatuas vivientes cuya presencia sirve para causar algún efecto conceptual, transparencias que son transiciones irresolutas, grabados antiguos que subrayan la prestancia del cuerpo, representaciones mitológicas interculturales, split-screens llenas de textos, desnudos pujantes y por lo general bastante paródicos, y un apego creativo a las tradiciones literarias más inseminadoras (las parábolas bíblicas vetero y novo testamentarias y la obra de William Shakespeare, por ejemplo).

En Prospero’s Books (1991), una adaptación alucinante de The Tempest, de Shakespeare, el trabajo de Greenaway adquiere dimensiones ensayísticas mucho más obvias. La biblioteca de Próspero —un libro de los colores, uno sobre geometría, otro de anatomía, otro de cosmografía, otro (antes perteneciente a Orfeo) sobre las entradas al infierno— es la de un conocimiento preciso (pero mágico) del mundo, y, a pesar de las traiciones, el personaje le asegura a Miranda, su hija, que su biblioteca ya es un ducado lo bastante grande. Prospero es el genuino duque de Milán, condición de la que lo ha despojado Antonio, su hermano.

Para representar el sentimiento de protección de un padre ante la posibilidad de que el amor (de Ferdinand) le robe a su hija (Miranda), Greenaway, siguiendo las palabras de Shakespeare, apela a lo extravagante de un escenario abstracto, enigmático, dominado por los símbolos —dos o tres pavorreales, un obelisco, una pirámide, un campo de trigo— y por un lenguaje pomposo que, sin embargo, toca tierra precisamente gracias a los libros, pues la biblioteca es total, abarcadora, universalista, cósmica. Como las maletas de Tulse Luper, la biblioteca de Prospero deviene enumeración del mundo. Un mundo contable es contabilizable y mensurable. Y es, no hay ni que decirlo, un mundo barroco, intercultural, donde la preeminencia de la imagen traza senderos alternativos de acceso a la verdad, a pesar de los libros y las palabras. Esa es una de las enseñanzas del cine de Greenaway.

Un bestiario de los animales del pasado, el presente y el porvenir. Un libro sobre el amor físico. Un libro de las utopías. Un libro de historias de viajeros. Un libro de sitios arqueológicos. Un libro acerca de las uniones míticas y monstruosas. Un libro que detalla todos los movimientos posibles del cuerpo. Y así, poco a poco, vemos cómo se fabrica un conjunto enorme de goznes que juntan los hechos de la trama con sus explicaciones posibles en el plano de los sueños y en el plano de la mitología. Greenaway relee a Shakespeare y coloca, en cada página, miles de notas al pie que hacen de The Tempest una historia con diversos tipos de legibilidad: la teatral, la fantástica, la histórica, la antropológica, la estilística, la visual, la onírica, la sexual y la operática. En esta última las demás quedan subsumidas, en favor de un espectáculo (Shakespeare no deja de ser espectacular) donde tal vez Greenaway logra hacer lo que ha anunciado: reinventar el cine independientemente de la representación y por el camino de una semiosis propensa a la totalidad.

En el camino de Prospero, cuya esencia (cultural e ideológica) es la práctica de la demasía en los esponsales de Miranda y Ferdinand, el monstruo Calibán no encuentra sitio. La región donde vive Calibán está llena de ruinas, arena y espejos. Por otra parte, Prospero se debate entre la venganza y el perdón, y escoge el perdón. Pero antes cierra todos sus libros —él es, gracias a Greenaway, el antecedente genuino del hiperlector joyceano, que hace posible la aparición de una dimensión novelesca como Finnegans Wake— y abre su corazón. Y comprende, al fin, que Calibán debe estar allí, en el mundo, y también en su mundo. El último libro, el de los juegos, se transforma en una advertencia. Todos los demás son destruidos o lanzados al agua. El corazón humano no es libresco, pero tiene la virtud de agrupar, en el lenguaje, épocas históricas, personajes, espacios y tiempos diversos.

Una poética cinematográfica derivable del examen crítico/lúdicro de una obra de Shakespeare (me refiero a una lectura rizomática, paródica, interventora) puede dar cabida a una escritura visual catedralicia y operática. Lo mismo ocurre en una lectura de parábolas bíblicas en torno a varios personajes implicados en un triángulo: dominación social-entrega sexual-praxis religiosa. Las derivaciones mitopoéticas de Shakespeare son extraordinariamente ricas (propician una visualidad trans-histórica, por así decir) y se han expandido con el paso de los siglos. Sin embargo, el caudaloso patrimonio de un artista del grabado (y también de la pintura, aunque en menor medida) como Hendrick Goltzius, también se expansiona dentro de la enumeración y dentro de un ámbito escénico donde el dibujo se pone en movimiento. En Goltzius and the Pelican Company (2012), Greenaway elabora una ficción alrededor de la polémica figura del grabador holandés, que se ha presentado, con sus trabajadores, ante el gobernador de Alsacia. Estamos entre los siglos XV y XVI y Goltzius le ofrece al gobernador un gran libro de grabados que se centraría en figuras conspicuas del Antiguo Testamento. Para seducir y convencer al gobernador, Goltzius (quien fue, en realidad, un experto en el claroscuro lineal y uno de los más eficaces y atrevidos dibujantes de la historia) le dice que su compañía hará, además, verídicas representaciones de ciertas parábolas bíblicas.

La enumeración es de nuevo aquí la espina dorsal que mantiene la unidad modular del filme. Pero Greenaway va más allá (quiere relacionar las parábolas con determinado número de vicios y tabúes) y regresa a su peculiar barroco acumulativo, lleno de transparencias y textos que van escribiéndose a medida que la película avanza. El primer ejemplo es el más definitivo de todos: la representación del pecado original, cuando, frente al Árbol del Conocimiento, Adán y Eva comen la fruta prohibida. La escenificación, frente al gobernador, está llena de enumeraciones. Goltzius pone en manos de un Dios ambiguo (que es el Bien y el Mal juntados por la tentación) un conjunto de tarjetas con palabras como manzana, mordida, pecho, cuerpo, boca, mano, beso, pene, dedo, vientre, vagina y muchas otras, para que Adán vaya escogiendo y ordenando el mundo sensorial del cuerpo y, en general, el universo donde está a punto de aposentarse. Los actores de la compañía, desnudos, van gestualizando paso a paso la versión del mito, y Greenaway subraya, con una socarronería espléndida, el momento de la excitación, cuando, sin renunciar a los detalles de la erección, la enmarca en una especie de caricatura del pene erecto, que gira sobre su base como las manecillas de un reloj. Al final, ayuntados como un perro y una perra, Adán y Eva tienen sexo. La palabra definitiva es esa: perro. En inglés, perro es dog. Y, por supuesto, Greenaway no desaprovecha la ocasión de invertirla: dog es igual a god. Dios como un perro. O mejor: la divinidad proviene de esa posición donde el sexo es tan animal, tan natural, hasta que la postura animalizada cambia y los amantes ya se miran a los ojos, en un tránsito simbólico del animal a lo humano.

El asunto de la enumeración, asociado en el cine de Greenaway a la representación de la representación (como sucedía en una de sus películas más significativas: The Draughtsman’s Contract, de 1982, y como vuelve a problematizarse en Night watching, de 2007, su novelesca lectura de Rembrandt), constituye una advertencia contemporánea, y para el devenir de las artes, sobre la invisibilidad del carácter fonocéntrico de los límites de lo artístico. En un mundo donde la conceptualización de la realidad pasa necesariamente por infinitas enumeraciones asociativas, toda autentificación del arte depende del lenguaje.

La red de sentidos es ya tan inextricable —parece decirnos Greenaway— que, tras el deseo de independencia de la imagen (y su semiosis) con respecto a las palabras, lo único que queda por hacer es, al cabo, regresar a las palabras, convocadas en silencio o atraídas al cine desde el interior mismo de un relato fílmico que marcha al encuentro de su especificidad, su autonomía.

Tomado de: http://www.cubaliteraria.cu

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Habana del centro. Por: Graziella Pogolotti*

Calle Infanta, una de las arterias más importantes del capitalino municipio Centro Habana

Calle Infanta, una de las arterias más importantes del capitalino municipio Centro Habana

Así se titula un poemario de Fina García Marruz. Allí, en la calle Águila, casa de las Marruz, se produjo el encuentro o, mejor todavía, la convergencia de la amistad, las ideas y los sueños de un grupo de escritores que dejó una impronta singular en nuestra historia literaria. Asociados más tarde a la revista Orígenes, su itinerario diseñó una geografía personal de la capital y sus alrededores. Se extendieron a Bauta y encontraron su espacio en Arroyo Naranjo, el hogar de Eliseo Diego, donde iban creciendo los niños con vocación de artistas.

Años atrás, para viboreños, marianenses y aun para los habitantes del cercano Vedado, «ir a La Habana» significaba emprender la excursión hacia el centro, corazón y símbolo de la ciudad. Algunos iban de compras, otros se limitaban a pasear contemplando las vidrieras para copiar un modelito en un retazo de tela. Fue zona de cines, desde el América, el más moderno, antes del surgimiento de la zona de La Rampa, hasta los baratísimos Majestic y Verdun, en pleno barrio de Colón, célebre por razones menos santas. El Rex y el Duplex completaban el panorama.

La persistencia tozuda de la memoria ha sido característica peculiar de los habaneros de viejo y nuevo culto. Durante la República neocolonial se cambiaron los nombres de muchas calles, estampados de manera visible en las placas situadas en cada esquina. Han pasado generaciones y la ciudad ha crecido con inmigrantes llegados del resto de la Isla. Alfabetizados todos, nos desentendemos que Galeano se llame Avenida de Italia, Belascoaín evoque al padre Varela y Neptuno rinda homenaje al poeta Juan Clemente Zenea. Los nombres de algunas calles parecen responder a los códigos morales de una sociedad laica: Virtudes, Amistad, Industria, Lealtad, Perseverancia.

Centro Habana es el municipio más densamente poblado del país. Contiene un fondo edificado de gran riqueza con su conjunto de arquitectura ecléctica. Mantiene el trazado de las antiguas calzadas. Pese a los daños sufridos, Reina conserva huellas palpables de un esplendor acentuado por la perspectiva que conduce a través de la actual Salvador Allende hasta el Castillo del Príncipe, fuerte militar donde tanto padecieron los revolucionarios antimachadistas y antibatistianos. Andando por ese camino, encontramos el hospital Freyre de Andrade, antes Emergencias, donde falleció Rafael Trejo y curó sus heridas Pablo de la Torriente Brau en la jornada del 30 de septiembre, y el Instituto de Literatura y Lingüística, remodelado en los años 50 del pasado siglo, custodio de los Fondos de la Sociedad Económica de Amigos del País. Asimismo, de Centro Habana ha emanado una significativa cultura de raíz popular con marcada presencia en la música y en las otrora célebres comparsas del carnaval capitalino.

Hoy en día, el municipio muestra las marcas del tiempo, de la falta de mantenimiento y de la acumulación de habitantes sobre una infraestructura deficitaria. La toma de decisiones ante una realidad ineludible requiere un cuidadoso análisis con participación multidisciplinaria de arquitectos, urbanistas, sociólogos, economistas y especialistas en temas culturales. El fondo edificado reclama decisiones, pero todas ellas exigen tener en cuenta el delicadísimo y preciado tejido social. Hay soluciones pragmáticas, aparentemente modernas, pero que ya han demostrado sus efectos nocivos en otras partes del mundo. Consisten en el derrumbe, la apertura de anchas avenidas para asegurar un tránsito veloz y la construcción de una ciudad sin estilo, sin alma, sin historia, que condenará a la marginación a buena parte de los actuales habitantes. Otras propuestas apuntan hacia formas inteligentes de intervención mediante la creación de respiraderos verdes, la reanimación cultural y, sobre todo, la presencia popular activa y participante, clave indispensable para afrontar con sentido revolucionario de presente y futuro los problemas materiales más acuciantes, así como las manifestaciones irresponsables de depredación y violencia.

Mientras el ser humano preserve el sentido de dignidad que le es propio, subsistirán espíritus generosos dispuestos a colaborar con una obra grande en la que están en juego cultura y nación. Aunque adormecidas, las conciencias se animan cuando se sabe tocar la cuerda adecuada. Las experiencias de estudiantes universitarios orientadas por la arquitecta Gina Rey evidencian las potencialidades latentes en la base popular, allí donde hombres y mujeres pueden convertirse en sujetos activos transformadores de su realidad. En el espacio barrial se expresa la identidad y el arraigo, afincados en una memoria reavivada.

Como Buenos Aires, La Habana es una ciudad mítica. La voz de Gardel nos acercó al Río de la Plata. Poco importa que los jóvenes, acostumbrados a otros ritmos, no lo recuerden. De manera cíclica, rejuvenecido por compositores e intérpretes, el tango vuelve a estar de moda. Nuestra capital se asoció alguna vez al género musical de la habanera. Luego, se produjo el éxito internacional del son. Hay una extensa cancionística que evoca nuestras calles. Por ahí anda quien pregona su mercancía cantando El manisero. Ha estado en el verso de nuestros poetas y en buena parte de nuestra mejor tradición narrativa, desde Cecilia Valdés hasta el Paradiso de Lezama y en una parte considerable de la obra de Carpentier. El Malecón es un imán en las noches de brisa ligera y en los días invernales luminosos, cuando el oleaje rompe la barrera de los arrecifes para diversión de los más jóvenes.

La Habana del centro es eslabón inseparable de uno de nuestros mayores tesoros. Juntando hombro con hombro se sacan las carretas del atascadero. La solución no habrá de encontrarse en el aislamiento de una mesa de diseño, aunque resulte indispensable la colaboración de los mejores arquitectos. Surgirá con la voluntad y las expectativas de quienes la habitan y la quieren.

Tomado de: http://www.juventudrebelde.cu

Graciela Pogolotti*Crítica de arte, prestigiosa ensayista y destacada intelectual cubana, promotora de las Artes Plásticas Cubanas. Presidenta del Consejo Asesor del Ministro de Cultura, Vicepresidenta de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba. Miembro de la Academia Cubana de la Lengua.

Hija de uno de los íconos de la vanguardia artística de la primera mitad del siglo XX, Marcelo Pogolotti y de madre rusa. Nació en París en 1931 pero desde niña vivió en Cuba. Ser cubana, para ella, es una misión y un estado de gracia.

Es una de las más dispuestas y necesarias consejeras y asesoras de cuanto proyecto útil pueda favorecer la trama cultural de la nación. Esa vocación participativa se expresa también en las pequeñas cosas de la vida. Gusta de la conversación amena, de la música popular y no le gusta perder el hilo de una telenovela, nunca cierra las puertas a quien la procura.

A los siete años ya estaba en la capital cubana, donde estudia hasta graduarse como Doctora en Filosofía y Letras en la Universidad de La Habana. Cursó estudios de postgrado en La Sorbona, durante un año, estudió Literatura Francesa Contemporánea. Al regresar a Cuba, matriculó en la Escuela Profesional de Periodismo Manuel Márquez Sterling, donde alcanzó otro título.

Ha escrito numerosos ensayos, pero tan fundamental como su obra escrita ha sido su enorme labor en la docencia y la promoción de la cultura. Desde la cátedra de la Universidad de la Habana, a las investigaciones socioculturales vinculadas a los primeros pasos del Grupo Teatro Escambray, desde la formación de teatristas en el Instituto Superior de Arte, hasta la vicepresidencia de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, desde la Biblioteca Nacional, hasta la presidencia de la Fundación Alejo Carpentier.

Al Triunfo de la revolución se encontraba en Italia desde fines de 1958, se hallaba en una beca, residiendo en Roma por lo que aprovechó también para atender su salud. Al saber la noticia del derrocamiento de la dictadura se presentó junto a otras personas que vivían en Roma en la sede de la Embajada a ocuparla. De regreso a la isla tuvo pasó por París hasta que finalmente llagó a Madrid, donde el Gobierno Revolucionario situó aviones para facilitar el regreso de los cubanos en Europa. Durante el vuelo conoció a Fayad Jamis, que ya era poeta y pintor distinguido pese a su juventud. Al llegar a La Habana observo una euforia generalizada, los rebeldes estaban en la terminal aérea.

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El impacto económico del 17 de diciembre, un año después (II) Por: José Luis Rodríguez*

Parque eólico de Gibara, provincia de Holguín

Parque eólico de Gibara, provincia de Holguín

Haber contado con mejores condiciones financieras durante 2015 ha sido reconocido oficialmente como uno de los factores que llevó a un crecimiento de 4% en el PIB, y en este hecho han tenido mucho que ver las condiciones de renegociación y pago de la deuda externa ya desde 2013, pero un impulso fundamental se registra en el año que concluye, como se pudo apreciar con los acuerdos alcanzados con el Club de París en este propio mes de diciembre.

En tal sentido se manifiesta claramente cómo la perspectiva de un nuevo escenario económico entre Cuba y Estados Unidos incidió en este último caso, lo cual se expresó ya en marzo cuando el señor Bézard -secretario del Tesoro francés y presidente del Club de París- anunció la posibilidad de una renegociación “en semanas o meses” para saldar una deuda que se mantuvo sin una solución aceptable para Cuba durante casi tres décadas.

De igual modo, el proceso de renegociación de la deuda con México llevó a que ya en mayo de 2014 un importante grupo de hombres de negocios visitara el país identificando 50 proyectos de posibles inversiones, de las cuales ya este año se han aprobado dos en la Zona Especial de Desarrollo del Mariel y se reportan 19 negocios en proceso.

En el caso de España, tercer socio comercial de Cuba y el primer inversionista externo por el número de acuerdos firmados, se produjo una visita de una delegación de empresarios a Cuba en el verano de 2015, en la que se dio a conocer un crédito del gobierno español de 40 millones de euros para estudios del mercado cubano y se identificaron nuevos negocios por otros 400 millones de euros.

Finalmente, en fecha reciente, luego que fuera lograda con el gobierno ruso una favorable renegociación de la deuda de la antigua URSS, se anunció un crédito por 1 200 millones de dólares para rehabilitar las termoeléctricas de Santa Cruz y Mariel, entre sus destinos más importantes.

Otra dimensión del impacto indirecto de la nueva etapa de relaciones entre Cuba y EE.UU. se registra en las cifras del turismo de este año, en el que se obtuvo un crecimiento del 18% como estimado para el año en comparación con 2014, lo cual llevará a cerrar el 2015 con alrededor de 3,5 millones de visitantes, incluyendo un crecimiento superior al 50% en los arribos de norteamericanos, a pesar de que el turismo a Cuba continúa prohibido por las leyes del bloqueo en ese país.

Esos efectos favorables quedan muy por debajo de las posibilidades que se abrirían si el presidente Obama ejerciera su capacidad ejecutiva para aliviar efectos negativos de mucho peso relacionados con las consecuencias económicas del bloqueo a nuestro país.

En tal sentido, entre las decisiones de mayor efecto que pudiera adoptar el presidente norteamericano están:

-Autorizar el uso del USD en las transacciones internacionales de Cuba y permitir que las mismas se realicen a través del sistema bancario de EE.UU. para las relaciones entre Cuba y terceros países. Sumaría cientos de millones de dólares al año el ahorro que supone eliminar las pérdidas por la devaluación de las monedas que debe utilizar Cuba en las operaciones financieras del país en casos como el euro y el dólar canadiense.

-Suspender la política de persecución financiera contra bancos de terceros países, que se ven frenados para operar con Cuba ante la evidencia de multas por más de diez mil millones de dólares solamente en los últimos tres años.

-Eliminar el límite del valor de los productos que pueden ser importados desde Cuba por visitantes estadounidenses, que hoy se limita a 400 USD, de ellos solo 100 en ron y tabaco.

-Autorizar la exportación de productos cubanos a EE.UU. Solamente en sectores que producen mercancías de un alto valor agregado como pueden ser productos farmacéuticos de base biotecnológica, esto pudiera representar unos 600 millones de dólares anuales.

-Autorizar a personas naturales y jurídicas de EE.UU. a realizar inversiones en Cuba. En tal sentido, los medios de negocios norteamericanos se han manifestado interesados en invertir en el turismo, la energía, la agroindustria, la biotecnología y en las tecnologías de la información bajo las condiciones de la nueva Ley de Inversión Extranjera aprobada en marzo de 2014.

Ninguna de estas medidas ni otras muchas que pudieran detallarse, se encuentran en la perspectiva inmediata de acción por parte del presidente estadounidense. Es más, Obama ha manifestado en una entrevista reciente que solo avanzará si producto de sus acciones se obtiene un cambio político en Cuba, lo cual impone una condicionalidad inadmisible para la Isla en el camino de una normalización de relaciones entre estados soberanos.

De este modo, todo parece indicar que el gobierno de EE.UU. seguirá presionando en las negociaciones para obtener concesiones por la parte cubana a cambio de un aflojamiento del bloqueo.

Para algunos analistas esta posición es congruente con el 2016 como año electoral, pero para Cuba la resistencia a ese tipo de presiones, que ha sido lo característico históricamente en las relaciones con EE.UU., será cuestión de principios en un escenario que muestra crecientes complejidades a corto plazo para lograr la eliminación del bloqueo norteamericano como obstáculo fundamental en la normalización de las relaciones entre los dos países.

Tomado de: http://www.cubacontemporanea.com

José Luis Rodríguez*Asesor del Centro de Investigaciones de la Economía Mundial (La Habana, Cuba).

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Un arma para el presente, una apuesta para el futuro. Por: Fernando Martínez Heredia*

ALAnte todo, agradezco mucho el honor y la oportunidad que me han brindado los organizadores, de realizar esta actividad como cierre del Diplomado “Pensamiento emancipatorio en América Latina”, que se ha impartido durante ocho meses en este Centro de Estudios, con la colaboración internacionalista de GALFISA y mis queridos compañeros docentes.

Al leer la estrategia formativa, la fundamentación, los objetivos y el programa del diplomado he sentido la gran satisfacción de comprobar cuánto hemos avanzado los latinoamericanos en la comprensión cabal y la utilización adecuada del pensamiento marxista revolucionario. Sucede aquí, en el continente en el que son más profundas las contradicciones del sistema capitalista, pero que es al mismo tiempo la región del mundo donde la inconformidad y la resistencia se han vuelto más capaces de producir hechos políticos y sociales, e ideas y sentimientos, que desafían más profundamente al criminal modo de dominación que amenaza cerrarle a la humanidad todos los caminos y al planeta mismo su existencia.

Ha sido sumamente difícil el decurso histórico transcurrido desde la implantación del colonialismo hace cinco siglos, genocida, escocida y destructor de culturas. Igualmente difícil ha sido romper las cárceles del espíritu y del pensamiento para llegar al conocimiento y la comprensión de ese mismo proceso por parte de los pueblos sometidos a la explotación, la opresión y el olvido de sí mismos. La historia ha sido prisionera del colonialismo, y de las clases dominantes de las repúblicas burguesas y neocolonizadas. Recuperar la historia desde el campo popular es una necesidad para entender el presente y para guiar nuestras acciones y proyectos, tarea que aquí solamente menciono.

El estudio y la utilización del pensamiento crítico marxista en El Salvador expresa una estrategia acertada ante a la situación actual y, sobre todo, frente a los problemas, los dilemas y las opciones principales que enfrentan los revolucionarios en esta coyuntura y los que tendrán ante sí en el futuro previsible. Un mar de temas deberá ser abordado por ese pensamiento.

Ilustro la cuestión de manera telegráfica mediante seis problemas. El de la identidad: ¿qué somos? El de la política práctica: ¿qué hacemos? El de los valores, las motivaciones y los comportamientos cotidianos: ¿cómo educarnos y reeducarnos, cómo transformarnos, determinarnos a actuar y persistir, ser flexibles y firmes a la vez?, ¿cómo llegar a ser diferentes a la cultura de la dominación, y no apenas opuestos a los dominantes?, ¿cómo ser muy subversivos y al mismo tiempo ser creadores y constructores? El problema de los objetivos: ¿adónde vamos?, ¿cómo relacionar la estrategia con las tácticas?, ¿y los fines con los medios? El problema de la posición revolucionaria: ¿cómo nos guiamos para mantenerla en todas las coyunturas y en todas las etapas?, ¿cómo evitar que pierda el rumbo y se vuelva una rémora?, ¿cómo defenderla y desarrollarla? El problema de la utopía, esa vocación imprescindible que exige ir más allá de lo posible y de lo factible, y convertir sueños en realidades a través de la praxis consciente y organizada.

Es obvio que tantos problemas e interrogantes solo podrían abordarse bien dentro de un plan de estudio, debates y divulgación, de investigaciones e intercambios, dentro de una política de utilización del pensamiento como instrumento del movimiento revolucionario. Al mismo tiempo, deben ser un ejercicio irrenunciable de cada persona consciente. Por mi parte, a lo largo de mi vida, junto a la participación en experiencias y el acompañamiento a otras, he tratado de analizar y reflexionar sobre los problemas que enumeré y algunos otros. En consecuencia, me limito a rendir homenaje a todas y todos los que han trabajado en el diplomado que hoy culmina, y me contraigo a hacer comentarios acerca de una cuestión que resulta muy atinente al papel que me toca, dada la ocasión y el tema de la convocatoria: las tareas que tiene ante sí el pensamiento revolucionario latinoamericano.

En el pensamiento latinoamericano actual existen varias corrientes y perspectivas diferentes entre los partidarios o simpatizantes de cambios a favor de las mayorías; algunas de ellas, incluso, se contradicen y polemizan. Esta situación tan positiva parecía imposible hace solo quince años, cuando regía prácticamente a escala mundial un pensamiento al que se le solía llamar “único”, aunque lo que pretendían –y siguen pretendiendo– sus impulsores es más bien que no haya ningún pensamiento, que sean olvidados el pasado y el futuro, las ideas de progreso y las de socialismo, y los afanes en busca del desarrollo de los países del que ya no llaman Tercer Mundo. Era un mundo unipolar, con los instrumentos económicos, políticos, militares y culturales principales en manos del imperialismo norteamericano. Nuestra región debía aceptar como hechos naturales ese predominio y su neolengua, el reino del neoliberalismo, los recortes de las soberanías y el empobrecimiento, la pérdida de los avances sociales logrados durante el siglo XX y la miseria de las mayorías. En cada país, los gobernantes y los poderosos en la economía interna debían ser, al mismo tiempo, cómplices y subalternos de ese orden vigente.

Un pensamiento opuesto a ese sistema, o resistente ante sus aspectos más nefastos, se mantuvo en el continente durante aquella etapa tan oscura, hizo análisis y denuncias y acompañó en su brega a movimientos sociales combativos. Pero constituía una minoría cercada por la corriente principal y por el control casi totalitario de la información, la opinión y la reproducción de ideas ejercido por los dominantes.

La situación del movimiento popular era pésima, y las actividades e ideas principales se referían a la sobrevivencia, exigencias mínimas, aferrarse a ideales y tratar de recuperar autoestima en medio de la euforia neoliberal. Hoy la formación en el pensamiento crítico es una tarea estratégica porque hemos avanzado mucho, y la situación es diferente y mucho más favorable. Hay que tener esto muy en cuenta para lograr hacer planteos a la altura de la situación y buscar soluciones que realmente no sean mediocres o mezquinas, porque, en términos históricos, estamos abocándonos en América Latina a una nueva etapa de acontecimientos que pueden ser decisivos, de grandes retos y enfrentamientos, y de posibilidades de cambios sociales radicales. Es decir, una etapa en la que predominarán la praxis y el movimiento histórico, en la que los actores podrían imponerse a las circunstancias y modificarlas a fondo, una etapa en la que habrá victorias o derrotas. El momento le exige mucho al pensamiento revolucionario, porque esa praxis tiene que acertar y tiene que ser intencionada, saber lo que quiere, por qué lo quiere, cómo hacer, distinguir el tiempo de acumular del tiempo de actuar con decisión, combinar la paciencia y la audacia. La actuación revolucionaria resulta siempre el arte más difícil de todos.

En lo que va de este siglo, ha sido el mundo de los hechos el que ha primado en América Latina. No hubo un previo crecimiento brusco de novedades en los contenidos, las teorías, los métodos del pensamiento social, ni hubo una revuelta intelectual. Tampoco el pensamiento social pronosticó que en tan breve plazo podrían salirse países del continente del control tan completo que tenía el imperialismo, e incluso formarse poderes populares en algunos de ellos. Ahora la praxis está requiriendo al pensamiento aprovechar los medios con que cuenta y lanzarse al ruedo del gran laboratorio social que constituyen las realidades, los conflictos, los condicionamientos y los proyectos actuales latinoamericanos.

Pero no se trata de una necesidad secundaria o que pueda posponerse. En las condiciones actuales confluyen dos realidades de gran magnitud e importancia crucial. Por un lado, las enormes insuficiencias, dificultades y enemigos de los que aspiran a la autonomía real, el bienestar de las mayorías o la liberación de las dominaciones, que son tres posiciones diferentes. Por otra parte, los desafíos gigantescos que confrontan los intentos de lograr, defender, consolidar y hacer avanzar relaciones sociales, motivaciones y conductas individuales, instituciones, estrategias, ideales y proyectos que permitan la emergencia de nuevas sociedades y de vínculos solidarios que vayan desde las relaciones interpersonales hasta el ámbito de toda la región.

Solamente una praxis intencionada, organizada, capaz de manejar los datos fundamentales, las valoraciones, las opciones, la pluralidad de situaciones, posiciones y objetivos, las condicionantes y las políticas que están en juego, será capaz de enfrentar esos retos con probabilidades de triunfar. Eso hace imprescindible el desarrollo de un pensamiento social que se vuelva apto para ayudar y participar, analizar y elaborar síntesis, contradecir o influir, prever futuros y recuperar legados, siempre desde dentro de los procesos mismos y no como una conciencia crítica externa a ellos. Es decir, un pensamiento social que combine la autonomía y la conciencia de su especificidad con el involucramiento en las causas populares, la creación con la divulgación para concientizar, la independencia con la participación resuelta y efectiva.

Quisiera llamar la atención, además, a que ya resulta imperativo que nos comuniquemos mucho más, que hagamos sistemática la información a los demás de lo que cada uno hace, y la discusión entre todos de los resultados, las ideas, las diferentes perspectivas y los proyectos. La creación y el desarrollo de instrumentos suficientes para que esa comunicación sea constante y eficaz podría ser decisiva para multiplicar la fuerza, el alcance y la influencia de este movimiento del conocimiento y las ideas, y también podría ser un paso de gran trascendencia hacia una verdadera integración continental.

En la América Latina y el Caribe las dominaciones han sido combatidas por resistentes y rebeldes desde hace siglos. Nosotros somos los herederos de esos combates y estamos obligados a resistir mejor y a inventar, crear las formas de triunfar y de cambiarnos a nosotros mismos, al mismo tiempo que transformamos las sociedades a través de los procesos emancipatorios y creamos y sostenemos poderes revolucionarios capaces de servir como instrumentos para proyectos cada vez más ambiciosos de liberación. Una parte importante de las prácticas necesarias es la elaboración y el desarrollo de un pensamiento propio, nuestro, que consiga liberarse de las necolonizaciones de la mente y de los sentimientos, y de las fragmentaciones, las confusiones, los sectarismos y otras deficiencias que portamos. Está claro que es muy difícil, pero todas las cosas importantes son muy difíciles.

Tenemos que apoderarnos del lenguaje y liberarlo de subordinaciones, de fronteras y del temor a ser dueños de él y que nos sirva para pensar, porque el lenguaje es imprescindible para pensar. No hay lenguaje inocente: nuestros enemigos lo saben bien y tratan de ponerlo a su servicio, sostienen una guerra del lenguaje que forma parte de su guerra cultural mundial. El pensamiento latinoamericano sufrió mucho por las victorias del capitalismo en la última parte del siglo XX, aunque ya padecía problemas propios muy graves. El lenguaje de la liberación se perdió en un grado alto. Es cierto que en las etapas peores no es cuerdo hablarles a todos como si estuviéramos al borde de la victoria. Me gusta que hayamos usado la palabra “alternativa”, porque ha sido un buen recurso cuando, por una parte, parecía imposible mencionar los términos “revolución”, “socialismo”, “imperialismo” o “liberación”, y por otra, muchos tenían una sana desconfianza de las grandes palabras que no habían podido guiar la resistencia y la rebeldía hacia triunfos, o mantener al menos lo que se había conquistado o conseguido, mientras que los dominantes tenían una fuerza que parecía todopoderosa y un dominio cultural muy grande.

Pero hoy la coyuntura continental es muy diferente, y hay que sacarle provecho, avanzar y crear situaciones favorables a cambios liberadores. Estados Unidos, como es natural, no puede aceptar la disminución de su dominio, y en la actualidad está impulsando, junto a sectores burgueses de la región, una contraofensiva dirigida a retomar el control completo sin utilizar necesariamente la agresión directa ni el establecimiento de dictaduras abiertas. Las formas de subversión siguen vigentes, pero operan dentro de las reglas del juego del sistema capitalista neocolonial, donde la alternancia de gobiernos y corrientes ideológicas no implicaba nunca un peligro mortal para el sistema de dominación. Desde hace más de veinte años le vengo llamando guerra cultural a la estrategia general que subtiende a operaciones como la que está en curso. La guerra cultural es el arma fundamental del imperialismo para asegurar y mantener su dominación.

En la respuesta a esa guerra se inscriben las tareas inmediatas del pensamiento que sirve a la causa popular. La liberación del lenguaje y la del pensamiento marchan forzosamente juntas. Esa tarea es muy difícil pero, sin embargo, no precisa de enormes recursos materiales. En la medida en que avance llegará a constituir una fuerza tremenda a nuestro favor, que formará capacidades crecientes para el desarrollo de nuestras identidades, proyectos, luchas y unificaciones. Los problemas concretos que nos debilitan y nos separan serán más comprensibles, y será más factible superarlos.

En los últimos cien años la humanidad experimentó transformaciones extraordinarias a favor de las potencialidades de emancipación humana y social. En la segunda mitad del siglo XX se levantaron en el continente resistencias, combates e ideas de un alcance excepcional. A pesar de las insuficiencias, derrotas y errores de ese período histórico, nos ha dejado un legado excepcional de capacidades y cualidades, y una acumulación cultural que ha sido premisa básica para el inicio de la nueva fase latinoamericana.

Trataré de enumerar muy sintéticamente doce rasgos y acciones que a mi juicio deberá tener el pensamiento emancipatorio latinoamericano para cumplir las funciones que la época le reclama.
1) superar el retraso que padece, frente a la nueva situación y frente a problemas que son más antiguos;

2) retomar el socialismo como objetivo y asumir críticamente el marxismo que está regresando, el marxismo de los revolucionarios. No permitir de ningún modo el regreso del dogmatismo. El pensamiento no debe ser un fetiche, ni un adorno para sentirse bien o adquirir seguridad;

3) apoyar los esfuerzos contra la subordinación de los movimientos populares a la dominación cultural de la burguesía y el imperialismo, la hegemonía que les permite prevenir, neutralizar resistencias y rebeldías, dividir y oponer entre sí a los dominados, reabsorber lo que un tiempo se le opuso, reformularse y presentar nuevas propuestas;

4) contribuir a la articulación de las identidades, las demandas, las campañas, las visiones y los proyectos de cada movimiento popular con el enfrentamiento a la totalidad del sistema de dominación, un paso de avance que es decisivo;

5) abandonar la exigencia a los que luchan a que entren en las camisas de fuerza de concepciones dogmáticas, y los hábitos de denunciar a los que no se pliegan, como “traidores” y “colaboradores”. Partir de las realidades que existen, no de lo que creamos que deben ser, pero no para adecuarnos o resignarnos a ellas, sino para participar en el empeño de cambiarlas a favor de los pueblos y las personas;

6) colaborar en la defensa y la conservación de la autonomía de los movimientos populares en todos los procesos en que participen. A los poderes de izquierda les será muy beneficiosa esa autonomía, como uno de los aspectos a desarrollar en el camino de su conversión efectiva en poderes populares;

7) plantear la centralidad de lo político, y argumentar y convencer acerca de esa necesidad. Al mismo tiempo, aprender y desaprender acerca de problemas fundamentales de lo político, como son las relaciones entre la política y la ética; la naturaleza y las características principales de la organización política; las relaciones de ella con los demás miembros del pueblo; qué es el poder, cómo hacerlo realidad y la necesidad de construir el poder entre muchos; las alianzas; los problemas de la estrategia y de las tácticas; el manejo y la combinación de todas las vías y formas de actuación que sean necesarias; las relaciones acertadas entre los cambios y el aumento de capacidades de las personas, los grupos sociales y la sociedad en su conjunto;

8) desarrollar el pensamiento acerca de temas y problemas que en tiempos pasados no se veían o no se apreciaban, y que hoy tienen una enorme importancia;

9) emprender y ganar la guerra del lenguaje, recuperar las nociones que han formado y desarrollado las culturas de los pueblos y trabajar con ellas en las nuevas condiciones y para los nuevos problemas;

10) utilizar nuestros instrumentos de educación para la formación y las tareas que tenemos, no depender de ellos como si fueran nuestros objetivos;

11) revolucionar las ideas mismas que se han tenido acerca del pensamiento, incluido el pensamiento crítico. No pretender ser la conciencia crítica del movimiento popular, sino militantes del campo popular. Avanzar hacia nuevas comprensiones de las relaciones entre el pensamiento y los movimientos populares y en la formación de nuevos intelectuales revolucionarios. Ser funcionales al movimiento popular, pero sin perder la autonomía y los rasgos principales de su tipo de trabajo y su producción. Ejercer realmente el pensamiento, creador, crítico y autocrítico, sin miedo a tener criterios propios ni a equivocarse. Recuperar la memoria histórica y ayudar a formular los proyectos de liberación social y humana. Que la ley primera del pensamiento sea servir desde su especificidad; y

12) ser siempre superiores a la mera reproducción de la vida vigente y de sus horizontes. Sin dejar de atender a lo cotidiano y a las luchas en curso, contribuir a la elaboración de estrategias, concepciones y proyectos, y a la destrucción de los límites de lo posible, que es la única garantía de que sea viable la formación de nuevas personas y nuevas sociedades.

Esta enumeración es, forzosamente, muy general. Al atenderla, resulta imprescindible partir de las situaciones concretas y relacionar sus proposiciones con los condicionamientos, los medios disponibles y la especificidad del complejo cultural en el que siempre están inscritas las actuaciones, las percepciones y las ideas. Un ejemplo reciente muy importante es el de las revoluciones en los medios de comunicación, que se generalizan y se suceden en cantidades asombrosas que ofrece un mercado a precios democratizables, en su mayoría bajo el control cultural e ideológico del sistema capitalista mundial. Ese control, que resulta vital para el sistema dada su naturaleza actual, lo está ejerciendo de manera muy eficaz. Pero el complejo material-ideal que esas revoluciones han desplegado constituye, al mismo tiempo, un maravilloso potencial de multiplicación de las capacidades humanas, que debemos tratar de utilizar de una manera u otra en todas las tareas nuestras y al servicio de nuestros ideales y objetivos. No ser siervos de ellas, trabajar con ellas, es la propuesta que les hice a jóvenes blogueros cubanos hace dos años.

En general, debemos evitar la recepción pasiva de los elementos del pensamiento crítico. Hay que apoderarse de ellos e inscribirlos en nuestra actividad intelectual, y hacer que el conjunto de esta última sea un instrumento eficaz del desarrollo revolucionario de las personas y la sociedad.

Permítanme agregar un comentario acerca de una cuestión que está ganando terreno en este último año: el planteamiento de que América Latina vive el final de un ciclo. Se refiere, naturalmente, a las experiencias de gobiernos salidos de victorias electorales populares que han impulsado políticas sociales favorables a las mayorías y formas de democratización política, y se han autonomizado del imperialismo norteamericano; y también a algunos países que han ido más allá en cuanto a transformaciones revolucionarias y a la fuerza y crecimiento de movimientos populares combativos y organizados. Es decir, a los movimientos que en lo que va de este siglo han producido cambios muy notables en el sentido de la liberación nacional, social y humana, han generado entusiasmo, participación y esperanza, y han recuperado la noción de socialismo.

Los análisis que se basan en la dimensión económica privilegian variables tales como la baja de los precios internacionales del petróleo y otras mercancías primarias, la apreciación del dólar y el descenso de la dinámica de crecimiento de la economía mundial. Pero la vulgarización coloquial de esta dimensión no analiza, sino que acude a dogmas que fueron lugares comunes dentro de la mayor parte de las izquierdas, que hacen depender la vida social, incluidos sus cambios revolucionarios, de abstracciones seleccionadas de la dimensión económica de la sociedad—como aquellas de ‘fuerzas productivas’ y ‘relaciones de producción’–, con el socorrido añadido de que “solo determinan en última instancia”. Pero ningún proceso revolucionario ha sucedido a causa de los avatares de esas abstracciones, ni el movimiento histórico puede explicarse por ellas. Además de combatir el fatalismo que contienen esas posiciones, que en una coyuntura como esta se convierte en derrotismo y desmoralización, es imprescindible que estudiemos seriamente los temas y los problemas económicos.

Otros comentarios o análisis tratan de comprender a lo político y lo económico relacionados, como base del supuesto fin del ciclo; son más serios, pero no creo que estén llegando al fondo de la cuestión. Parece ganar terreno la denominación de “progresista” para los gobiernos que no han permanecido dentro del redil imperialista –un término anacrónico, procedente del arsenal del reformismo del período 1945-1990–, y se maneja el temor de que por no haber sido suficientemente “progresistas” vaya a triunfar por todas partes el “atraso” que porta una derecha aparentemente más sagaz. No faltan acusaciones que parten de un hecho palmario: el imperialismo norteamericano y su aliada subordinada burguesa en cada país en cuestión están a la ofensiva en varios países, haciendo una guerra sin cuartel a base de formación de opinión pública a partir del control de los medios de comunicación, guerra económica que deteriora la vida de amplias capas de población, políticos corruptos y serviles que ocupan cargos y magistrados que son sus sirvientes, utilización de enormes recursos materiales para sus campañas, que incluyen la compra del voto de personas y familias que viven en extrema pobreza. Porque un requisito de esta ofensiva es amagar con el caos, pero no salirse de las reglas del juego electoral que caracterizaban los períodos en que ha regido la democracia burguesa.

Dos sucesos recientes agudizan el problema: la derrota del candidato del gobierno en las elecciones presidenciales de Argentina a manos del candidato de la derecha, y la impresionante victoria de la oposición contraria al proceso en las elecciones legislativas de Venezuela ayer domingo, 6 de diciembre. El primero tiene consecuencias negativas para la correlación de fuerzas a escala continental, el segundo podría llegar a tener implicaciones funestas para todo el movimiento popular latinoamericano y caribeño.

La situación nos está exigiendo rechazar y condenar todo derrotismo y desmoralización. Y nos está exigiendo revisar y analizar con profundidad y con espíritu autocrítico todos los aspectos relevantes de los procesos en que estamos metidos, todas las políticas que practicamos y las opciones que escogemos. Ambas actitudes, y las actuaciones consecuentes, son factibles porque poseemos ideales, convicciones, fuerzas reales organizadas y una cultura acumulada. Pero una enseñanza aparece muy clara. Distribuir mejor la renta, aumentar la calidad de la vida de las mayorías, repartir servicios y esperanzas a los inermes es indispensable, pero no es suficiente. Alcanzar victorias electorales populares dentro del sistema capitalista y gobernar para el pueblo a contracorriente de su orden explotador y despiadado es un gran avance, pero es insuficiente. Vuelve a demostrar su acierto una proposición fundamental de Carlos Marx: la centralidad de la política en la actividad del movimiento de los oprimidos.

Comprender qué ha faltado en Argentina, y qué ha faltado en Venezuela, es realmente importante. Pero más aún lo es que actuemos en consecuencia en cada uno de nuestros países. Concientizarnos, organizarnos, movilizarnos, son palabras de orden. No se trata de expresiones de aceptación resignada, como podría ser la de “fin de ciclo”: se trata de revisar las vías y los medios utilizados y su alcance, sus límites y sus condicionamientos. Y de utilizar todas las vías y los medios que sean necesarios para que no sea derrotado el campo popular. La eficiencia para garantizar los derechos del pueblo y defender y guiar su camino de liberaciones debe ser la legitimidad que se exija a las vías y los medios. No retroceder, sino avanzar. Para que haya vida para todos, la fuerza del pueblo consciente y organizado es decisiva.

La primacía de la actuación política, la orientación revolucionaria, la formación ideológica de contenido acertado y alcance popular serán fundamentales para derribar imposibles y para encontrar los modos de vencer. Y por el camino quedará claro que solo venceremos si al mismo tiempo que se enfrentan los incidentes pequeños, los problemas cotidianos, los avatares de las tácticas y los combates del día, se mantiene siempre el apego firme a los principios, la brújula del ideal liberador, los objetivos estratégicos y el avance hacia la utopía, ese más allá conquistable mediante la acción masiva, consciente y organizada.

Termino este diálogo entre estudiosos militantes con palabras de dos grandes, porque los grandes poseen, entre otras cualidades, la de hablarnos con enseñanzas de valor permanente, aun cuando al pronunciarlas estuvieran inmersos en la pelea con sus circunstancias. Uno es José Martí, que en 1890, cuando parecían sueños la independencia de Cuba y la segunda independencia de Nuestra América, dijo: “el único hombre práctico es aquel cuyo sueño de hoy será la ley de mañana”. El otro es Ernesto Che Guevara, que hace cincuenta años nos invitó a todos a “no desconfiar demasiado de nuestras fuerzas y capacidades”. Y afirmó: “tránsito pacífico no es logro de un poder formal en elecciones o mediante movimientos de opinión pública sin combate directo, sino la instauración del poder socialista, con todos sus atributos, sin el uso de la lucha armada”. En América Latina, “o revolución socialista o caricatura de revolución”.

Conferencia dictada en el acto de clausura del Diplomado “Pensamiento emancipatorio en América Latina”, Centro de Estudios de El Salvador, San Salvador, 28 de noviembre de 2015. 

Tomado de: https://dialogardialogar.wordpress.com

Fernando Martínez Heredia*Doctor en Derecho. Durante cuarenta años ha investigado problemas históricos y contemporáneos de Cuba y de América Latina. Profesor (1963-1971) y Director (1966-1969) del Departamento de Filosofía de la Universidad de La Habana. Director de la revista Pensamiento Crítico (1967-1971). Investigador y Jefe de Áreas en los Centros de Estudios sobre Europa (1976-1979) y sobre América (1985-1996), adscritos al Comité Central del Partido Comunista de Cuba. Investigador Titular, Director General del Instituto Cubano de Investigación Cultural Juan Marinello y Presidente de su Cátedra Antonio Gramsci. Profesor Titular de la Universidad de La Habana. Académico Titular de la Academia de Ciencias de Cuba. Autor de más de una docena de libros. Entre sus últimas obras se encuentran El ejercicio de pensar (2008), Andando en la Historia (2009) y Las ideas y la batalla del Che (2010), coeditados por Ruth Casa Editorial. Premio Casa de las Américas de Ensayo en 1989. Premio Nacional de Ciencias Sociales en 2006. Le ha sido dedicada la Feria Internacional del Libro, Cuba, 2011.

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El cartero siempre llama dos veces. Por: Miguel Torres*

El carteroSe trata de una apasionada y polémica película basada en la novela homónima escrita por James Mallahan Cain en 1934. La novela aportó al género del policial un fuerte elemento erótico con esta, su primera novela, Cain entra en el círculo de grandes escritores del género policial para el cine.

Samuel Dashiell Hammett y Raymond Thornton Chandler eran hasta entonces los mayores exponentes de este género donde el relato policial mostraba lo morboso y lo decadente de la sociedad norteamericana. Con ellos se acababan las películas policiales rosas con policías y personajes asépticos.

Tanto Hammett como Chandler, utilizaron a una figura dramática, el detective privado que pasó a guiar la trama como explorador del submundo de mujeres ambiciosas y crueles familias: la riqueza decadente.

El cartero siempre llama dos veces (The Postman Always Rings Twice), tiene dos versiones. Se había rodado una famosa adaptación en 1946, con Lana Turner encarnando a la protagonista femenina. Pero vamos a referirnos a la versión de 1981 se sirvió de un guion de David Mamet, fue dirigida por Bob Rafelson y contó con Jack Nicholson Jessica Lange como actores principales.

Pero la novedad con James M. Cain, es que él no se apoya en el detective privado para conducir la trama. En esta película, con un relato de gran fiereza, se basa en sus dos personajes protagónicos: el consagrado John Joseph “Jack” Nicholson y la entonces casi desconocida actriz Jessica Phyllis Lange, quizás la más erótica que yo recuerde en el cine norteamericano.

Jessica Lange es una mujer muy hermosa, pero de una manera diferente a las bellas actrices norteamericanas como Marilyn Monroe, por ejemplo. Jessica Lange es una mujer que impresiona porque su rostro bellísimo tiene una profundidad trágica. Se mueve en las escenas de amor con tanta naturalidad y pasión que casi le roba el filme al gran Nicholson.

La anécdota del filme es bastante sencilla, porque en este mundo del policial al estilo negro, lo que importa no es la historia sino el ambiente, su trasfondo decadente y la fuerza del impacto social en una época en la que todavía predominaba el Happy End.

La narración cuenta que en una carretera poco frecuentada y en un pueblo casi fantasma, el centro económico del lugar es una gasolinera con una pequeña cafetería para camioneros y pasajeros de ocasión.

El dueño de este lugar, es un inmigrante griego, constantemente borracho, una persona de cierta edad que vive en el piso alto del garaje con su joven esposa, sin importarle lo que pasa en el negocio.

Sabemos ya que este personaje nos va a sobrar más adelante, está condenado por la vida y por la dramaturgia. Quien atiende el negocio es su esposa Cora, Jessica Lange, en un pleno esplendor de belleza. A ese lugar llega un día un personaje un poco extraño: Frank, interpretado por el extraordinario actor Jack Nicholson, quien en otras películas ha encarnado un personaje inadaptado, una especie de sicótico.

En este filme, hace una caracterización en esta cuerda: es un hombre sombrío, con un sombrero calado hasta los ojos, y una mirada desconfiada. Se sienta en la cafetería y detiene su mirada en Cora, Jesica Lange, ella lo mira sin darle demasiada importancia al nuevo cliente. El viene buscando trabajo, y lo encuentra como ayudante en la cafetería.

El desde el primer momento comienza a acosarla con tropiezos, empujones, que llevan al ahogo y de ahí a una relación que se va convirtiendo en una especie de duelo amoroso.

Esta película es muy recordada por una secuencia más que polémica que es aquella en que la relación se convierte en un acto amoroso en la mesa de la cocina. La relación es tan intensa, que alguna crítica comentó que la pareja había consumado realmente el sexo en la famosa mesa.

Rápidamente esta versión fue desmentida por el Estudio Cinematográfico y por los agregados de prensa. Recordar que la sociedad norteamericana tiene un rostro hipócrita con respecto al sexo. En mi opinión personal que he visto la versión cuidadosamente cortada por el estudio, pienso que la secuencia es extraordinaria, quizás lo mejor que se ha hecho en el cine en este sentido, y no cabe duda de que había algo más que la maestría actoral de Jack Nicholson y la fiereza actoral de Jessica Lange.

Y me remito a una historia inicial. El director de esta película Bob Rafelson es conocido por sus películas agudas, llenas de suspense e intriga. Se cuenta que Jack Nicholson no quería hacer este filme, quizás el papel no le parecía de su altura, por lo que le director le enseñó algunas imágenes de Jessica Lange a quien Nicholson no conocía como actriz consagrada.

Lo cierto es que después de este visionaje y alguna conversación adicional sobre su personaje y sobre la película que quería hacer, el director convenció al gran actor. Sobre esta famosa secuencia que llamaríamos la secuencia der la mesa de amor y que es lo más recordado de la película y lo que le da un signo distintivo a la intensidad que rodea la atmósfera del filme. Se han escrito muchas crónicas, todas giran alrededor de si hubo o no un sexo real en la secuencia filmada, todo queda en un no sé qué, o me parece qué, pero lo cierto es que los actores no deben haber pasado muchas dificultades para encarnar sus personajes.

La pareja en su pasión amorosa decide matar al viejo dueño y apoderarse de su propiedad para empezar una nueva vida. Sueño clásico. Pero en el intento de asesinato es tan burdo, que ella es condenada, pero como estamos hablando de una causa perdida de alguna manera la vuelven a juzgar y la declarar inocente.

¿Un final de Happy End? Claro que James M. Cain no se permitió ese final, ni la película tampoco. En un inesperado y absurdo accidente ella muere. Final trágico. La atmosfera del filme, muy lograda, no permitía esto. Con esta película Jack Nicholson se anotó una muy buena actuación y Jessica Lange de la nada pasó a ser casi un mito y es lanzada al estrellato con Tootsie un año después

Tomado de: http://www.cubadebate.cu

Miguel Torres*Reconocido director de Cine y de televisión cubano, fue un connotado realizador del Noticiero ICAIC Latinoamericano. Ha sido profesor de la Escuela de Cine y de Televisión, tiene en su haber varios largometrajes y decenas de documentales.

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Un balance con aspiraciones y esperanzas de continuar: Primer aniversario del 17D. Por Esteban Morales*

 

Foto: Cubadebate

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Hemos cumplido el primer año de una iniciativa histórica, promulgada  por ambos gobiernos. Aun nos puede parecer un sueño haberlo logrado. Se trata de un acontecimiento que muchos han disfrutado. Aunque tampoco han faltado las preocupaciones. Sobre todo, de los que han vivido en las “entrañas del monstruo”.

Después de más de cincuenta años de tensas, agresivas y peligrosas  relaciones entre Cuba y Estados Unidos, Obama presentó su iniciativa de lo que pudiéramos llamar, comenzar a desmontar la vieja política, e iniciar el camino de las que pudieran ser nuevas relaciones entre ambos países. El presidente Raúl Castro asintió. No tenía otra cosa que hacer, después de 18 meses de negociaciones en que ya se habían logrado los acuerdos preliminares. No era Cuba la que debía quitarle de encima a Estados Unidos  una política agresiva de más de 50 años.

Pensamos que comparado con el lugar donde estábamos, hasta hace muy  poco tiempo, hemos avanzado bastante. Estados Unidos ha reconocido a Cuba como interlocutor, respetando su soberanía e independencia. Lo que no había sido registrado aun por la historia de nuestras relaciones.

Ambos países se han sentado a la mesa de negociaciones sin los condicionamientos históricos que obstaculizaron siempre ese paso, los que incluso llegaron a frustrar las negociaciones que se desarrollaron durante el periodo de la Administración de James Carter.

Obama varió inteligentemente la ruta crítica, proponiéndonos primero tener relaciones y sentarnos a negociar después.

Creo, no obstante, que los condicionamientos continúan existiendo, aunque  estos han dejado de funcionar como obstáculos inmediatos para que ambos países hayan tomado el camino de los acercamientos. Sin dudas las negociaciones van avanzando. Aunque todavía se muevan más por las ramas que por el tronco. Pero no hay que desesperarse, para llegar a la sustancia de los problemas que nos han enfrentado por más de 200 años, aún falta mucho tiempo.

Sin embargo, se puede decir que ya existen relaciones diplomáticas entre ambos países, Obama trato de apurarlas, para llevarlas a la Cumbre de Panamá, pero se establecieron al ritmo que Cuba exigió. Primero tenían que sacar a la Isla de la lista de países promotores del terrorismo. Se trata de relaciones bastante normales, tenemos de nuevo embajadas en La Habana y  Washington. Es posible decir que para dos países entre los que durante mucho tiempo no se concebían posibles aproximaciones, es bastante. Pues antes  primaba solo la agresividad, la desconfianza, el temor y hasta el peligro de “irse a las manos”. Creo que ello es suficiente para sentirnos optimistas. Y hasta relativamente tranquilos también.

Ya ese solo hecho ha servido para generar un cierto ambiente político, en que a pesar de las dificultades y obstáculos que aún permanecen, nos llena de esperanzas de que con la voluntad mostrada hasta hoy, por ambas partes, parece que se puede continuar avanzando.

Los encuentros bilaterales han funcionado sobre la base de la profesionalidad, el respeto mutuo y la intención de encontrar soluciones que nos permitan avanzar. Parece que hay voluntad política para hacerlo y no debemos perder el tiempo.

No es poco lo que se ha negociado. Correos, narcotráfico, vuelos comerciales, medioambiente, aspectos de seguridad marítima, fraude migratorio, telefonía  e internet, reglas para las embajadas, etc.

Sin embargo, durante el año, no se ha avanzado en ninguno de los asuntos que son claves para Cuba: bloqueo, Base Naval, agresividad mediática y compensación por daños.

Sobre el primer asunto, ni siquiera es posible decir que las medidas adoptadas por Obama en enero y septiembre de este año hayan servido para aliviar la situación de Cuba frente al bloqueo, mientras este espera a que el Congreso lo levante. A pesar de que, como ya hemos mostrado fehacientemente, Obama posee más que suficientes prerrogativas  presidenciales para hacerlo. No obstante, pide al Congreso levantar el bloqueo y ahora lo reitera, aunque él mismo posee las prerrogativas que le permitirían dejarlo en la cascara. Lo cual no causa buena impresión.

Además, Obama no levanta la prohibición del uso del dólar, tampoco suaviza las reglas del sui generis comercio que continúa disminuyendo. No levanta la prohibición al ciudadano norteamericano de hacer turismo en Cuba; no libera al capital norteamericano para que invierta en Cuba; mientras que sí trata de empoderar al mediano y pequeño inversionista. Estableciendo algunas reglas un tanto enrevesadas para facilitar el comercio con el aún incipiente sector privado. Siendo todas estas medidas mencionadas las que contribuirían a un avance real de la economía cubana. Sobre todo, si el reto fundamental de la Isla es tratar de hacer avanzar su nuevo modelo económico.

Sin embargo, Obama sí libera el correo, favorece el crecimiento de las remesas, libera los vuelos comerciales, aumenta el contenido de los paquetes, amplía las categorías de visados para que los norteamericanos viajen a Cuba, aumenta el fondo para la disidencia, tendiendo también a mejorar otros aspectos que tienen que ver con medio ambiente, narcotráfico, seguridad marítima, ya mencionados, etc.

Es decir, si nos fijamos en cuáles son las cosas que Obama tiende a facilitar y las que aún no facilita, no es difícil percatarnos de que apoya con vehemencia todas aquellas medidas que lo colmarían de una aureola favorable ante la sociedad civil cubana, mientras que presiona de manera negativa y  fuertemente, contra  todos aquellos aspectos que facilitarían al liderazgo político cubano avanzar en sus planes de fortalecer la economía estatal y concretar la formulación del nuevo modelo económico. Tal y como ha hecho con las  brutales multas impuestas a la banca internacional.

Por eso, a pesar de que hemos avanzado en el año transcurrido, lo cual es innegable, es indudable que su estrategia de política continúa siendo la misma diseñada a principios del 2009: utilizar el bloqueo como instrumento de presión, dividiéndolo en dos: con zanahoria tratar a la sociedad civil; mientras que con garrote tratar al gobierno cubano.

Razón por la cual, mi actitud desconfiada, ya de entonces, continúa teniendo base de sustentación. Desconfianza que incluso se ve afianzada cuando tratamos de respondernos algunas preguntas:

¿Por qué permanece como espada de Damocles la posibilidad de que Obama continúe presionando sobre la banca internacional contra Cuba? ¿Por qué  Obama continúa sin utilizar las prerrogativas presidenciales que le permitirían aliviar a Cuba los dolores del bloqueo? ¿Por qué Obama no libera al inversionista norteamericano? ¿Por qué Obama no libera la utilización del dólar? Y más recientemente, ¿Por qué Obama sujeta su visita a Cuba a la condición de poder hablar con la disidencia? ¿Por qué Obama  continúa presionando a Cuba con propaganda negativa,  dinero para la disidencia y presiones contra  el sistema político cubano?

Tomado de: https://lapupilainsomne.wordpress.com

Esteban Morales*(Matanzas, Cuba; 1942) Destacado intelectual cubano, profesor universitario, presidió durante 18 años el Centro de Estudios sobre Estados Unidos (CESEU) de la Universidad de La Habana y es miembro de numerosas academias cubanas. Doctor en Economía Política, graduado en la Universidad Lomonosov, de Moscú. Miembro titular de la Academia de Ciencias de Cuba.

Sus publicaciones más importantes son en Economía Política, Relaciones Internacionales y Relaciones Cuba-Estados Unidos. Es autor principal y coautor de libros de Economía Política y Relaciones Internacionales para la Docencia Universitaria. Trabajos de investigación y publicaciones suyas han sido premiados por la Universidad de La Habana, la Academia de Ciencias de Cuba, la revista Economía y Desarrollo y también ha recibido premios internacionales.

Ha sido en varias ocasiones “Mejor Investigador” en la Universidad de La Habana, Vanguardia Nacional del Sindicato de la Ciencia y Vanguardia Provincial. Recibió la Distinción Especial del Ministro de Educación Superior.

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USA y Cuba: Un año después. Por: Ricardo Alarcón de Quesada*

Base naval de Guantánamo. "Mientras Washington no cambie radicalmente su política -eliminando completamente el bloqueo, devolviendo Guantánamo y poniendo fin a sus prácticas injerencistas- la relación diplomática “normal” sería una broma de mal gusto".

Base naval de Guantánamo. “Mientras Washington no cambie radicalmente su política -eliminando completamente el bloqueo, devolviendo Guantánamo y poniendo fin a sus prácticas injerencistas- la relación diplomática “normal” sería una broma de mal gusto”.

El 17 de diciembre se cumple el primer aniversario del anuncio del restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Cuba y Estados Unidos. Lo hicieron al mismo tiempo en La Habana y Washington los Presidentes Raúl Castro y Barak Obama. Ambos admitieron que era apenas el primer paso en un proceso hacia el desmantelamiento de una política hostil que duraba ya más de medio siglo y cuyo fracaso reconoció el inquilino de la Casa Blanca.

Desde entonces se reabrieron las Embajadas respectivas, algunos altos funcionario han visitado La Habana, se han resuelto varias cuestiones menores o de relativa importancia y representantes de los dos Gobiernos han sostenido reuniones para discutir la abultada agenda de temas fundamentales, entre otros el bloqueo económico que sigue intacto, la continuada usurpación de territorio cubano en Guantánamo y los proyectos subversivos para socavar a la Revolución cubana que aún se mantienen. Mientras Washington no cambie radicalmente su política -eliminando completamente el bloqueo, devolviendo Guantánamo y poniendo fin a sus prácticas injerencistas- la relación diplomática “normal” sería una broma de mal gusto.

Hay un tema que, sin embargo, parece ser el favorito del lado norteamericano y al que han dedicado su atención varias de las más leídas publicaciones de ese país en semanas recientes. Se trata de las reclamaciones presentadas allá por pérdidas alejadamente sufridas por algunas corporaciones e individuos como consecuencia de las leyes nacionalizadoras cubanas de 1960.

El asunto tendría que ser discutido junto con las reclamaciones de Cuba por los daños y perjuicios causados por la guerra económica y las agresiones de medio siglo, que son incomparablemente mayores y afectan gravemente a toda la población de la isla. Hay un documento oficial, que fue secreto pero ya no lo es, reconociendo que el propósito de esa política era “hacer sufrir” al pueblo cubano, causándole “hambre y desesperación”. El texto, aprobado en la primavera de aquel año, es anterior a las nacionalizaciones cubanas y sus palabras corresponden literalmente con lo que la Convención de Ginebra define como “crimen de genocidio”.

Las leyes revolucionarias siempre incluyeron el derecho a una compensación justa a los antiguos propietarios. De ello se beneficiaron, sin excepción alguna, todas las empresas extranjeras que respetaron la soberanía cubana y se acogieron a nuestra legislación y han mantenido vínculos normales incluyendo negocios y nuevas inversiones. También lo hicieron por cierto, personas individuales residentes en Cuba que asumieron igual conducta.

Las empresas norteamericanas fueron las únicas que se autoexcluyeron porque su Gobierno lo impidió con su rechazo a la legislación cubana y la agresión económica contra la isla.

Hay un ángulo de la cuestión que los medios de Estados Unidos ignoran cuidadosamente. Hace mucho tiempo que quienes fueron expropiados en Cuba recibieron un tratamiento especial, privilegiado, que les permitió resarcirse de lo que supuestamente perdieron como consecuencia de las medidas revolucionarias. Desde 1964 y durante esa década y la siguiente allá modificaron regulaciones y adoptaron normas legislativas únicas, exclusivas para ese grupo, que le permitió compensar sus pérdidas mediante sustanciales reducciones a sus obligaciones tributarias. Beneficios semejantes no fueron concedidos a otros contribuyentes norteamericanos. Fue un trato excepcional comparable, en materia tributaria, al que dan a la emigración con la Ley de Ajuste Cubano y del que se valieron también individuos que en 1960 no habían adquirido aun la ciudadanía estadounidense pero recibieron también esas ventajas que ayudaron a levantar la leyenda de un exitoso empresariado cubanoamericano.

Quien nunca recibió compensación alguna es el pueblo cubano. El bloqueo ha sido y es no sólo el principal obstáculo al desarrollo de la isla sino también la mayor causa de sufrimientos para toda su población. Es una política genocida, el genocidio más prolongado de la Historia. Estados Unidos tiene la obligación de eliminarlo ya, inmediatamente y sin condiciones y si desea una relación con sus vecinos que merezca ser considerada “normal” deberá intentar resarcir a sus víctimas.

Tomado de: http://www.cubadebate.cu

Ricardo Alarcón*Doctor en Filosofía y Letras, escritor y político cubano.

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