Textos prestados

La muerte de la Convención de Ginebra

Homs, ciudad Siria desbastada por la guerra Foto: ACNUR

Por Guido Leonardo Croxatto

Asistimos hoy al progresivo y obvio (por obvio no menos grave) desmantelamiento del derecho internacional humanitario. Tratamos como criminales a quienes brindan ayuda humanitaria. Parecen ellos los verdaderos “criminales”. Tal es el nivel de nuestro retroceso. Del procesamiento de Scott Warren en Arizona (su delito fue dejar agua y frazadas a migrantes desesperados en el desierto), o de Carola Rackete en Italia, cuyo único “crimen” fue evitar que decenas de chicos se ahogaran en el mar mediterráneo, hasta la acusación y criminalización de una fiscal internacional (Fatou Bensouda), vemos cómo lo que entendíamos como “ayuda humanitaria”, como “derecho básico”, como “humanidad”, va perdiendo cada día su lugar. Su espacio. Incluso, empieza a ser visto como un crimen. Como una “amenaza”. Como una “excusa”. Un profesor de geografía que reparte frazadas es un “criminal”.

Los cuatro convenios de Ginebra, base moderna de tal derecho, tienen por misión prioritaria, aunque no única, la de proteger a las víctimas de los conflictos armados. Estos convenios (cuya última modificación, producto de la posguerra, entró en vigencia en 1950), intentaron o intentan ponerle un límite a la barbarie armada. Intentaban que los combatientes enemigos (amén del resguardo de la población civil y de la Cruz Roja) también tuvieran derechos. Hoy vemos cómo esos derechos se recortan y desmantelan tanto en el plano interno como internacional. Se matan civiles. Se dejan morir ahogados miles de víctimas que escapan de conflictos armados. Se atacan hospitales. Se matan combatientes que huyen. Todo sin consecuencias reales. El derecho internacional público parece no tener nada concreto para decir. Se bombardean países, se violentan fronteras, se cometen “errores” llamados “colaterales”, se arrasan países sin consecuencias. Esos delitos no parecen “graves”. Eso nadie lo juzga.

El derecho internacional se encuentra en un laberinto. La célebre “intervención humanitaria” fue tan mal usada, para justificar tanta barbarie y tantas guerras “preventivas” de algunos Estados (poderosos, cuyos crímenes nunca son, por supuesto, juzgados), que debió cambiarse su nombre: hoy se habla de responsabilidad de “proteger” (R2P) de parte de los Estados. Se cambió el nombre porque ya nadie creía en la intervención “humanitaria”. Ya daba vergüenza presentar invasiones con intereses inconfesables (encontrar armas de destrucción masiva…) como intervenciones “humanitarias”. Pero no parece que estemos tampoco “protegiendo” mucho a los miles de migrantes desesperados que escapan con lo puesto de los conflictos que se viven en sus propios países (muchos a instancias de guerras comerciales encubiertas donde las potencias juegan un rol cierto, aunque no claro); huyen desesperados con lo puesto, como la familia de Aylan Kurdi (rechazada por Canadá, donde paradójicamente nace la R2P) y los estados “civilizados” no hacen nada por ellos. Al contrario. Los quieren “frenar”. Les dan la espalda. Los dejan morir ahogados. (“Llame a Malta” fue la recomendación que la guardia italiana dio a un bote precario que pedía auxilio antes de naufragar, tras lo cual murieron ahogados sus 500 ocupantes. Esto sucede en el mundo “civilizado” de hoy).

El derecho penal internacional calla. Sostenemos tantas burocracias elegantes y caras, tantos foros de “cooperación”, tantas Cortes de Justicia. Nada de eso sirve. Se habla de un supuesto (hipócrita) derecho de “salida” para tolerar el respeto multicultural. Pero lo cierto es que cuando esas personas “salen” de sus culturas (países), huyendo de la violencia (sobre todo las mujeres, como advierte Susan Moller Okin, cuando se pregunta “Is Multiculturalism Bad for Women?), las democracias “civilizadas” de Europa, que predican el “respeto” cultural, no les abren las puertas. No tienen respuesta para ellas. Las deportan. Cuando no las dejan morir en el océano junto a sus hijos. Es menester terminar ya con esta hipocresía. ¡Cuesta vidas! ¿Quién no vio el cadáver del chico flotando que llevaba las notas de la escuela cosidas a su ropa para que Europa pudiera ver que él era un buen estudiante y merecía una oportunidad? ¿Quién no vio en el fondo del océano a la madre abrazada a su hijo? ¿Qué tiene para decir el derecho internacional de eso? ¿Dónde está el crimen? ¿Quién lo comete? ¿No nos da vergüenza? ¿Cuándo serán juzgados esos delitos? Es tal la inversión y el miedo de las burocracias “jurídicas” a dar un paso (como el de Fatou Bensouda), que terminamos en el absurdo de acusar, por miedo, como “criminal” al único que ayuda a salvar vidas: Scott Warren. El derecho internacional nunca estuvo tan agachado como lo está hoy. Tenía algo de razón Julio Maier cuando pensaba en tirar su título de abogado a la basura. A veces, todos sentimos ganas de hacer eso.

Guido Leonardo Croxatto es director nacional de la Escuela del Cuerpo de Abogados del Estado (ECAE/PTN).

Tomado de: Página/12

Leer más

La era de los incendios que ya no podemos apagar

Sídney en 2020. Foto El País

Por Víctor Resco de Dios

Este año, las llamas vuelven a devorar millones de hectáreas en distintos puntos del globo terráqueo. Y lo hacen de una forma que parece cada vez más voraz.

Siberia, que lleva ardiendo desde mayo, ostenta el récord de área quemada con unos dos millones de hectáreas. Canadá y California se han enfrentado a unos incendios fuera de estación (esto es, que ocurren antes de lo habitual) que han obligado a evacuar a miles de personas.

España ya ha sufrido sus primeros grandes incendios de la temporada y ahora vemos cómo el fuego amenaza zonas turísticas en Grecia y Turquía. También vemos cómo el fuego está volviendo a la Amazonía.

¿Qué está pasando? ¿Por qué vemos cada vez con más frecuencia estos incendios catastróficos y qué consecuencias tienen? Y, sobre todo, ¿tienen algún límite los incendios actuales o seguirán aumentando?

Incendios que no se pueden apagar

Con los incendios actuales estamos entrando en una nueva realidad. Se trata de incendios que ya no podemos apagar. Son incendios que pueden arder durante semanas o meses y que solo se apagan cuando llueve.

Lo vimos en los grandes incendios de Sídney en 2020, cuando ardió el 21 % de los bosques a lo largo de todo un verano. Esos incendios solo se extinguieron con la llegada de las lluvias. Huelga decir que incendios que se extienden por el 21 % del área forestal no son normales. Hasta entonces, lo habitual era que quemaran menos del 1 % anualmente. Se trata, por tanto, de incendios sin precedentes.

Algo parecido está ocurriendo estos días en Turquía donde, salvando las distancias, algunas zonas llevan afectadas por incendios casi dos semanas en el momento de escribir estas líneas. En el Mediterráneo, esto es algo inaudito.

En Grecia se han llegado a sufrir 81 incendios en un día. No hay sistema de extinción capaz de abordar tantos frentes a la vez. A ello debemos sumar que muchos de estos incendios tienen un comportamiento tan errático e impredecible que llegan a poner en peligro la propia seguridad el sistema de extinción. Es decir, que ni se dispone del personal ni de los medios para apagar tantos incendios y, el disponible, en muchas ocasiones no puede ni tan siquiera acercarse.

El principal causante de esta nueva ola de incendios lo encontramos en el estado de la atmósfera. Una atmósfera que está cada vez más cargada de energía procedente de la quema de combustibles fósiles. Una atmósfera, por tanto, con un poder desecante extraordinario que se acentúa en las jornadas con olas de calor como las que se viven estos días en Grecia y Turquía.

Un problema que irá a más

Se ha repetido en numerosas ocasiones que el problema de los incendios yace en las colillas, en los pirómanos, en los eucaliptos o en los pinos. Se habla de terrorismo incendiario y se distrae la atención del problema principal. Los bulos y los intereses de distintos grupos de presión han generado debates artificiales que han favorecido el inmovilismo y la inacción. Y ahora, seguramente, ya es demasiado tarde.

Si se tratara de un cáncer, se podría decir que estamos entrando en la fase cuatro: metástasis. Si hubo un tiempo en el que los incendios, o por lo menos una parte importante, se podían prevenir a través de la gestión forestal, ese tiempo se está acabando. Décadas de dejadez en la gestión del territorio forestal y rural han creado un problema tan expandido que la solución es cada vez más lejana y ya raya el punto de ser irreversible.

Nos estamos acercando al punto en el que el potencial desecante de la atmósfera es tal que se tornan inflamables zonas que, hasta ahora, no podían arder debido a su elevada humedad o a su escasa carga de combustible. Volviendo al caso de Sídney, el 66 % del área quemada había experimentado un incendio recientemente, por lo que no habían tenido tiempo de acumular grandes cantidades de combustible.

Incendios sin límites

Ahora el gran peligro lo tenemos en las zonas de gran continuidad boscosa: Pirineos o Selva Negra en Europa y en las montañas andinas en Sudamérica. En uno de nuestros estudios más recientes hemos cuantificado el margen de seguridad que aporta la humedad elevada en estos ambientes. Dicho de otro modo, hemos medido cuánto se tiene que secar la atmósfera para que esas masas boscosas ardan como una pila de cerillas.

Y los resultados no son esperanzadores. En Pirineos, por ejemplo, los grandes incendios forestales se dispararán en esas zonas si las olas de calor aumentan entre 3℃ y 8℃. Es decir, olas de calor como las que se viven ahora en Grecia, o como las que se vivieron en el pueblo de Lytton (Canadá) cuando el 90 % de sus casas fueron calcinadas hace unas semanas.

No quiero acabar este artículo sin recordar que el problema de los incendios no es un problema ecológico, sino humano, social y económico. El bosque suele volver tras el incendio. El problema principal son las vidas humanas que se pierden, y después las casas y propiedades que se consumen. Pero también es un problema de salud pública de primer orden para los pueblos y ciudades cercanas a los incendios. La inhalación de humos actúa como inmunodepresor y conlleva enfermedades respiratorias, particularmente graves en mujeres embarazadas y neonatos, así como en las personas mayores.

Bienvenidos a una nueva era de incendios forestales.

Víctor Resco de Dios es profesor de Incendios y Cambio Global en PVCF-Agrotecnio, Universitat de Lleida.

Tomado de: Theconversation

Leer más

Twitter se asocia con Reuters respaldada por el gobierno del Reino Unido y vinculada a la CIA para censurar opiniones alternativas

Por Ben Norton @BenjaminNorton

El gigante de las redes sociales Twitter ha anunciado que trabajará con Reuters y Associated Press para censurar la supuesta “desinformación” en la plataforma, mientras promueve activamente las noticias que consideran “creíbles”.

Ambos medios de comunicación son portavoces fiables de los gobiernos occidentales, pero Reuters lleva la relación acogedora un paso más allá.

Durante la primera guerra fría, Reuters fue financiada por el gobierno británico para difundir propaganda antisoviética e información errónea que sirviera a los intereses de la política exterior del Reino Unido en Oriente Medio y América Latina.

Hoy, Reuters todavía trabaja en estrecha colaboración con el gobierno británico. El editor de Grayzone, Max Blumenthal, reveló cómo la compañía de medios ha participado en un programa encubierto de guerra de información del Ministerio de Relaciones Exteriores del Reino Unido destinado a crear un “cambio de actitud” en los periodistas rusos, “debilitar a Rusia” y promover los objetivos geopolíticos de la OTAN.

De hecho, fue la publicación de ese informe fáctico lo que llevó a Twitter a colocar una etiqueta de advertencia sin precedentes en todos los tweets vinculados al artículo de Blumenthal, advirtiendo a los usuarios que los materiales que prueban la colaboración de Reuters con el gobierno británico “pueden haber sido obtenidos mediante piratería informática.”

Las turbias actividades de Reuters no se detienen ahí. Un alto funcionario al que se le asignó “la responsabilidad de promover la capacidad de Thomson Reuters para satisfacer las distintas necesidades del gobierno de EE. UU.”, Dawn Scalici, directora de negocios globales del gobierno, había trabajado anteriormente como agente de la CIA durante al menos 33 años.

La AP también está cerca de los gobiernos occidentales, y cuenta con una larga historia de hacerse eco de sus dudosos puntos de conversación  El Newswire publicó numerosos artículos en el período previo a la invasión estadounidense de Irak afirmando falsamente que el líder Saddam Hussein tenía  armas de destrucción masiva” (ADM). Una década antes, también publicaba noticias falsas sobre supuestos bebés kuwaitíes que los soldados iraquíes sacaban de las incubadoras.

En mayo de este año, AP despidió a su reportera Emily Wilder por sus tweets en los que criticaba a Israel y su pasado activismo estudiantil en apoyo de los derechos de los palestinos.

El gobierno de EE. UU. Utiliza una excusa de “desinformación” para censurar a los medios independientes

La asociación de Twitter con estas instituciones completamente comprometidas es parte de una tendencia más amplia en la que las empresas de tecnología de Silicon Valley se alinean con los gobiernos occidentales para tomar medidas enérgicas contra los medios independientes y las fuentes alternativas de información.

El principal ejecutivo de Twitter responsable de la curaduría de contenido relacionado con Oriente Medio en la plataforma trabaja simultáneamente con la unidad de guerra psicológica del ejército británico, la Brigada 77, que se especializa en la guerra de información, como reveló por primera vez Middle East Eye.

La supuesta amenaza de “desinformación” o “desinformación” se ha convertido en un pretexto clave para censurar a los medios de comunicación independientes. Los think tanks de Washington financiados por el gobierno han aprovechado el tema de conversación para justificar la eliminación de plataformas y silenciar las voces que desafían los intereses corporativos y de política exterior occidentales.

Altos funcionarios del gobierno de Estados Unidos y sus portavoces de facto en estos think tanks han reiterado sin cesar que la “desinformación” representa una “amenaza a la seguridad nacional”.

Bajo las órdenes del FBI, las corporaciones de redes sociales han eliminado páginas administradas por medios de comunicación alternativos que el Departamento de Justicia de los Estados Unidos acusó, sin ninguna evidencia, de ser desinformación respaldada por un estado extranjero. El gobierno de los Estados Unidos incluso ha llegado a apoderarse unilateralmente de sus nombres de dominio web.

Como informó The Grayzone, Twitter se asoció con grupos de presión de derecha financiados por los gobiernos de Estados Unidos y Europa para censurar los medios de comunicación extranjeros. Los órganos de propaganda del gobierno de Estados Unidos como Voice of America, creado por la CIA, también pagan a Twitter para difundir desinformación contra los adversarios de Washington.

Google (que posee YouTube), Facebook (que posee Instagram) y Twitter han colaborado con los gobiernos occidentales para censurar las cuentas administradas por periodistas ciudadanos en Venezuela, Irán, Siria, Rusia, China y otros países a los que Washington apunta por cambios de régimen y desestabilización. .

La hipocresía transparente de las corporaciones de Silicon Valley que se asocian con los medios de comunicación comprometidos para censurar las voces independientes se demostró claramente cuando Facebook incorporó el sitio web neoconservador The Weekly Standard para que sirviera como un “verificador de hechos”.

Fundado por el cabildero pro-guerra Bill Kristol, The Weekly Standard fue calificado como la “biblia neoconservadora” por publicar noticias falsas para vender la guerra de Irak y promover los objetivos maximalistas de la política exterior de Estados Unidos. (Otro conglomerado de Big Tech que no rinde cuentas, Wikipedia y su Fundación Wikimedia, respaldada por empresas, enumera The Weekly Standard como una fuente “confiable” a la par de los principales periódicos, al tiempo que permite que un grupo de editores con motivaciones políticas incluyan en la lista negra a The Grayzone).

Con el respaldo de gobiernos occidentales cada vez más autoritarios, estas instituciones de Big Tech han librado una guerra sistemática contra la libertad de prensa y expresión, censurando puntos de vista alternativos, especialmente cuando desafían el consenso bipartidista de política exterior de Washington.

El gobierno del Reino Unido financió a Reuters para difundir propaganda de la guerra fría

El 2 de agosto, Twitter anunció que “está colaborando con The Associated Press (AP) y Reuters para expandir nuestros esfuerzos para identificar y elevar información creíble”.

La corporación de Silicon Valley explicó que tiene un “equipo de curaduría” que “obtiene y eleva el contexto relevante de fuentes confiables” para “agregar contexto confiable a las conversaciones” y “desacreditar la información errónea”.

El gigante de las grandes tecnologías admitió que trabaja con grandes conglomerados de medios corporativos para ajustar su algoritmo y evitar que ciertos puntos de conversación se vuelvan virales.

Lo que Twitter no mencionó en su comunicado de prensa es que Reuters tiene un historial de recibir financiación directa del Reino Unido para difundir propaganda. La propia Reuters admitió este hecho.

En enero de 2020, el medio de comunicación publicó un informe en el que reconocía: “El gobierno británico financió en secreto a Reuters en las décadas de 1960 y 1970 a instancias de una unidad de propaganda antisoviética vinculada a la inteligencia británica y ocultó la financiación utilizando la BBC para realizar los pagos, muestran documentos gubernamentales desclasificados”.

“El dinero se utilizó para ampliar la cobertura de Reuters de Oriente Medio y América Latina y se ocultó por el aumento de los pagos de suscripción de noticias a Reuters de la BBC”, escribió la compañía.

Reuters recibió dinero del Departamento de Investigación de Información (IRD), que describió como una “unidad de propaganda antisoviética británica con estrechos vínculos con la inteligencia británica”.

Un documento interno muestra que Londres sabía que estaba obteniendo el valor de su dinero: “Los intereses de HMG [el gobierno de Su Majestad] deberían estar bien atendidos por el nuevo acuerdo”, dijo, y agregó que Reuters “podría y proporcionaría” lo que Londres quería.

Y este no es el único vínculo de Reuters con las agencias de espionaje occidentales. Reuters también tiene estrechos vínculos con la CIA.

De 2015 a 2018, Reuters empleó a la agente de la CIA Dawn Scalici como “la primera directora de negocios globales del gobierno de la compañía”.

Reuters dijo que Scalici estaba “a cargo de la responsabilidad de promover la capacidad de Thomson Reuters para satisfacer las necesidades dispares del gobierno de EE. UU.”, y agregó que “desarrolla relaciones estratégicas con electores del sector gubernamental y tomadores de decisiones claves, desarrolla campañas para promover Thomson Reuters” crecimiento del negocio y trabaja con los altos ejecutivos de la empresa para determinar los objetivos y planes estratégicos relevantes”.

El medio de comunicación continuó: “Antes de unirse a Thomson Reuters, la Sra. Scalici sirvió 33 años en la Agencia Central de Inteligencia (CIA). En su última asignación federal, se desempeñó como Gerente de Inteligencia Nacional para el Hemisferio Occidental dentro de la Oficina del Director de Inteligencia Nacional (ODNI). En este cargo, fue responsable de supervisar la inteligencia nacional para un área de responsabilidad que abarca desde el Ártico hasta la punta de América del Sur, incluida la Patria de los Estados Unidos”.

En 2019, Scalici pasó a ser contratista de la CIA McKinsey & Company, donde actualmente se desempeña como “Jefa de Diligencia”.

Reuters ayuda a ejecutar la operación secreta de guerra de información del Ministerio de Relaciones Exteriores del Reino Unido

Cuando anunció su asociación formal con Reuters y AP, Twitter enumeró una serie de herramientas que tiene en su arsenal de conservación de información. Uno de ellos es el uso de “etiquetas” para rotular contenidos que denomina “información errónea” o afirma que necesita “contexto informativo”.

Irónicamente, el mundo vio exactamente cómo funciona esta nueva forma de censura suave por etiqueta cuando The Grayzone informó sobre el trabajo secreto de Reuters con el gobierno británico.

En febrero de 2021, el editor de The Grayzone, Max Blumenthal, publicó una investigación titulada “Reuters, BBC y Bellingcat participaron en programas encubiertos financiados por el Ministerio de Relaciones Exteriores del Reino Unido para ‘debilitar a Rusia’, revelan documentos filtrados”.

Documentos internos filtrados de la Oficina de Relaciones Exteriores, Commonwealth y Desarrollo, publicados por un grupo que se hace llamar Anónimo, mostraron cómo Reuters y los otros medios de comunicación son instrumentos en una operación británica de guerra de información dirigida explícitamente a “debilitar la influencia del Estado ruso”.

Los documentos revelaron que la Fundación Thomson Reuters “estaba en constante comunicación con la Embajada Británica en Moscú, para evaluar los niveles de riesgo, incluido el riesgo de reputación para la embajada”.

Como parte de su acuerdo con Londres, Reuters ayudó a crear y gestionar una red de periodistas y activistas de los medios antigubernamentales dentro de Rusia. El programa buscaba crear un “cambio de actitud en los participantes”, al mismo tiempo que promovía un “impacto positivo” en su “percepción del Reino Unido”.

En respuesta a los informes fácticos de The Grayzone, Twitter decidió por primera vez poner una etiqueta de advertencia en todos los tweets que enlazan con el artículo de Blumenthal, afirmando “Estos materiales pueden haber sido obtenidos mediante piratería”.

La etiqueta de advertencia de la censura desencadenó un mini escándalo en Twitter y, sin darse cuenta, se transformó en un meme. Cientos de usuarios han publicado el artículo con imágenes no relacionadas, etiquetándolos cómicamente como materiales potencialmente pirateados.

Sin embargo, la floreciente relación de Twitter con los sujetos de la investigación de Grayzone que fue censurada suavemente no es motivo de risa.

Ben Norton es periodista, escritor y cineasta. Es el editor asistente de The Grayzone y el productor del podcast Moderate Rebels, que es coanfitrión con el editor Max Blumenthal.

Tomado de: The Grayzone

Leer más

El contexto: ¿qué es eso?

Por José Cueli

Un tema que todavía refutan muchos es que la experiencia analítica no resulta transmisible. Es decir, aquello que se vive en la intimidad del encuadre sicoanalítico es irrepetible, es fugacidad del instante, grito y silencio, torbellino de afectos, trastocamiento del tiempo.

Por tanto, encuentro casi indescriptible de dos inconscientes. El contexto en realidad nunca es el mismo. Enlazo aquí con el notable filósofo francés Jacques Derrida, severo crítico del sicoanálisis y verdadero exégeta de él mismo que ha aportado escritos indispensables para mejor entender el pensamiento freudiano, tales como Freud y la escena de la escritura en el volumen La escritura y la diferencia.

Tanto Sigmund Freud como Jacques Derrida fueron verdaderos deconstructores de la metafísica fonologofalocéntrica y, por tanto, encontramos coincidencias en ambos pensadores. En cuanto al contexto, para ninguno es algo fijo e inamovible; es más que eso, es una complejidad extrema.

Así, Bennington citando a Derrida escribe: “Siempre se puede citar fuera de contexto. Es más, se cita siempre por definición fuera de contexto. Ninguna necesidad natural impide que cualquier enunciado sea sacado de su contexto e incorporado a otro.

“Una vez más es la escritura la que mejor ilustra esta propiedad general del lenguaje: lo que se escribe está, por definición, destinado a ser leído en un contexto diferente al acto de inscripción, lo escrito rompe la entrada por su concepto de producción y con todo contexto de recepción de terminado”. De aquí se desprende que no puede el contexto de producción, como único contexto pertinente, pasarse por alto la existencia de contextos múltiples.

Al respecto, Bennington puntualiza: “Los estudios positivos sobre la recepción de tal o cual época, por muy iluminados y clarificadores que sean respecto de una insistencia interior sobre el contexto de producción como único contexto pertinente, no pueden concebir la contextualización en general, que en dichos estudios funciona como un mecanismo cuya lógica se ha comenzado a esbozar.

“Un enunciado que no pudiera citarse en otro contexto, no sería tal, porque un enunciado no existe más que por la posibilidad de repetición en la alteridad –la iterabilidad– sobre la que ya se ha existido para el signo en general.

“Se puede citar en otro contexto, más que citar fuera de contexto, para señalar que siempre hay contextos.”

Si seguimos la lógica de la huella, no es posible pensar la idea de un signo fuera de contexto; sin embargo, lo que sí se posibilita es pensar en contextos muy abiertos, así como nosotros estamos en el lenguaje todavía antes de hablar.

Todas estas ideas son transpolables al pensamiento y entendimiento de aquello que sucede en el ámbito del quehacer sicoanalítico.

Siguiendo con los contextos, habrá que estudiar minuciosamente el pensamiento de Octavio Paz sobre el tema en el libro Los signos en rotación y su concepción de Moisés y el monoteísmo, que tanto lo entusiasmaron.

Tomado de: La Jornada

Leer más

Pancomunicacionismo

Por Francisco Sierra Caballero @fsierracb

Un mal de nuestro tiempo es el de la comunicación total o, para ser más precisos, el de la cultura o idea comúnmente aceptada de que todo es comunicación. Si hay una mala política de gobierno, problemas de pareja, conflictos sociales o cualquier tipo de disfunción institucional, básicamente es debido, en el entendimiento general de la gente, a problemas de comunicación. El pancomunicacionismo nos invade resolviendo, supuestamente, los problemas de nuestro tiempo reducidos, en su complejidad, a meros problemas de mediación. Se actualizan así las propuestas de Elton Mayo, pionero de la sociología y la psicología industriales que inspirara en los ochenta toda política de comunicación organizacional en la empresa. Según Mayo, los conflictos o problemas laborales eran un síntoma de desorden mental de la clase obrera. De acuerdo con el ideario de Ford, los simios amaestrados muestran un perfil psicológico primitivo, dada su tendencia natural a las juergas y todo tipo de hábitos incivilizados. La clave pues para la disciplina de la fuerza de trabajo no era otro que educar en un ambiente psicológico adecuado, socializando, por vía de la comunicación, a los trabajadores en las normas necesarias de comportamiento integrado en la producción. La instauración de un medio ordenado y racionalmente funcional exigió a partir de entonces un esfuerzo de pedagogía por el que la comunicación se introdujo en la fábrica, ampliando sus usos domesticadores especialmente en los años ochenta. Ahora, como advirtiera Castoriadis, fundamentar la razón en el lenguaje o la comunicación resulta, a todas luces, absurdo. Hoy que se atribuye a los jóvenes un comportamiento nada ejemplar en el contexto de la pandemia convendría recordar sus críticas a estas nociones aceptadas de Mayo, al menos en varios sentidos. En palabras del filósofo, desde el punto de vista de las rigurosas exigencias de lo que tradicionalmente se llama fundación, tanto lenguaje como comunicación son simples hechos que pueden servir para lo que queramos, menos para fundar algo. El lenguaje es condición necesaria de la razón, y del pensamiento, pero no suficiente. Se trata más bien de un cuerpo maravillosamente vivo que no contiene la razón, aunque sea condición para ello. No hay decir sin hacer, como no hay creación sin representación e imaginario. Lo contrario son fantasías propias del ciberfetichismo por el que las empresas, como ha dejado escrito Morozov, nos venden su discurso disruptivo de la innovación, las patentes y el emprendedorismo como un simple ejercicio de palimpsesto, negando, por principio, u omisión, que todo proceso de acumulación es por desposesión y que en la era de la comunicación total nada es atribuible a los responsables del devastador paisaje del colapso tecnológico. Claro que tratar de explicar esto a profesionales como Ana Rosa Quintana, la gran comunicadora de la nadidad, es quizás una tarea imposible, un ejercicio pedagógico o gramsciano más propio de un columnista que puede andar extraviado en la razón de un tiempo de emergencia de la sinrazón. De hecho, no es que las tecnologías, como escribiera Jordi Soler en El País, dilapiden el sentido común. De la verdad a lo verosímil hemos pasado a la fe en lo artificioso. Promiscuidad, ligereza, velocidad… la mentira, sentenciaba Marc Bloch, requiere una sociedad dispuesta a creer, aunque sea a base de rumores y fantasías, esta es la verdadera razón de ser de la caja negra del actual universo de la comunicación total que reside en el fetichismo de la mercancía.

En suma, el pancomunicacionismo es la coartada de la netocracia y la voluntad de validar la lógica de la universal equivalencia. El discurso mediacional anula para ello la virtud de la política instaurando la religión del divisionismo por el pontificado (los vínculos, puentes, puertos y puertas) de la conexión en el espacio público burgués que todo lo admite y devora a condición, claro está, de reproducir el orden reinante. Toda una lección, más aún, en el proyecto de siliconización que nos quieren vender. Menos mal que quedan en las calles diletantes de la filosofía de la praxis. Peor es nada, aunque Ana Rosa nos quiera convencer de lo contrario.

Tomado de: Tinto Noticias

Leer más

Rostros del fascismo

Eneko (España)

Por Abel Prieto Jiménez @AbelPrieto11

El historiador francés Christian Ingrao se propuso desmentir la leyenda de que los ejecutores del Holocausto fueron gente primitiva, fanática, sin estudios, muy limitada intelectualmente. Investigó 80 casos de oficiales nazis que intervinieron de manera directa en la matanza e hizo el libro Creer y destruir. Los intelectuales en la máquina de guerra de las SS. Demostró así que numerosos niños alemanes que sufrieron como víctimas la Primera Guerra Mundial estudiaron luego, en los años 20, carreras universitarias, Leyes, Historia, Economía, Geografía, Sociología, y fueron reclutados masivamente para integrar las fuerzas más crueles del III Reich. Entre ellos hubo quienes se graduaron con honores en dos carreras; pero, eso sí, ninguno dudó a la hora de asesinar inocentes con sus propias manos.

Aunque cultos y dotados de una gran preparación intelectual, habían sido convencidos de que debían exterminar a los judíos porque significaban un peligro potencial para el pueblo alemán –de este modo se justificó ante sus jueces, en 1947, el coronel Walter Blume, doctor en Leyes, que había estudiado en Jena, Bonn y Münster.

Ingrao nos muestra un rostro peculiar del fascismo y prueba que la inteligencia y la cultura pueden acompañar a la barbarie si carecen de una base ética. No olvidemos que un poeta excepcional como el estadounidense Ezra Pound, antisemita feroz, se convirtió en vocero de Mussolini.

Un rostro digno de estudio muestra hoy el neofascismo europeo. Muchos analistas consideran que la estructura ideológica de estas corrientes radicales de ultraderecha resulta muy similar a aquella que sostuvieron sus antecesores en Italia, Alemania y la España franquista. Los imprescindibles chivos expiatorios ya no son judíos, sino inmigrantes de «razas inferiores», en particular los musulmanes. Al igual que Hitler, Mussolini y Franco, siguen siendo rabiosos anticomunistas. Detestan visceralmente todo mestizaje étnico y cultural, y sueñan con una Europa «pura», blanca y cristiana. También odian (odian mucho, con intensidad, con rabia) a feministas, homosexuales y activistas por los derechos de las llamadas minorías, emplean un lenguaje agresivo, enfático, bravucón, y acuden con facilidad a los peores insultos.

Según una escritora española, el neofascismo tiende a arrastrarnos de igual forma hacia «el territorio donde es más fuerte: la mentira»:

«La mentira es creada, alimentada con mimo, cultivada como se cultiva un virus letal en un laboratorio. Hay think tanks de expertos creadores generando noticias falsas a nivel industrial. Así ocurrió en las campañas de Bolsonaro y de Trump, con Steve Bannon actuando como maestro de ceremonias, el mismo que asesoró a Salvini y a Orbán, el mismo que en nuestro país aleccionó a Vox».

El rostro de los neonazis de EE. UU. está también marcado por el rencor y el torrente de falsedades que ruedan a través de las redes sociales. Además, por la utilización sistemática del miedo. Son, lógicamente, «tipos duros», musculosos, racistas, homófobos, misóginos, amantes de las armas y de la violencia, que desprecian el arte auténtico y la inteligencia, consumen ávidamente la cultura chatarra yanqui y rinden culto a Trump y a todo lo que representa. Enloquecen ante la sola mención de la palabra «socialismo», aunque no entiendan su significado.

A Umberto Eco, por cierto, le preocupaba el ascenso del neofascismo y nos advirtió que debíamos estar atentos a su lenguaje terrible, «incluso cuando adopte la forma inocente de un popular reality-show».

El fascismo miamense muestra un rostro curioso. Es capaz de aliarse con políticos de la más rancia estirpe franquista para participar, por ejemplo, en una manifestación contra Cuba. Busca publicidad a toda costa para ser legitimado. Odia como el que más, emplea instrumentos como la mentira, el insulto y la intimidación, y añade la clásica «chusmería» como ingrediente populista.

El rapero y youtuber argentino Daniel Devita ilustró con videos impactantes su análisis de la fórmula usada por esa grotesca maquinaria fascista para chantajear a varios músicos cubanos y sumarlos vergonzosamente a la campaña contra la Revolución. Se trata de una fábula muy didáctica, triste, repulsiva, en la que se combinan provocaciones, insultos, groserías y verdaderos linchamientos a través de medios y redes sociales y amenazas públicas, que van desde el cierre inmediato de contratos comerciales hasta la posible revocación de tarjetas de residencia permanente en EE. UU.

¿Cómo hablar de libertad de expresión, de pensamiento, de creación, después de ver algo así? ¿O de dignidad? ¿O de arte? ¿Cómo hablar realmente de «patria» o de «vida»?

Tomado de: El vuelo del gato

Leer más

Eusebio Leal, también un hombre de cine

Por Elaine Caballero Sabugueiro

Dicen que Eusebio Leal ha muerto, que el eximio historiador de la ciudad de La Habana dio su adiós definitivo el 31 de julio del 2020, hace un año ya de la fecha. Pero sería darle demasiada importancia a la ausencia física de un hombre, cuando su obra todavía se levanta en pie como un proyecto materializado y exitoso en la parte más antigua de La Habana.

“El cubano más útil de su tiempo”, así calificaron reconocidos intelectuales de Cuba al doctor Leal, entre otros epítetos que se ganó por su alto grado de responsabilidad y compromiso con la historia y el patrimonio de la capital de Cuba.

Hombre de cultura y de conocimientos valiosos sobre las diversas artes, el cine también lo atrapó con sus maravillas. En el Centro Histórico de la ciudad, Eusebio fundó espacios para la proyección de películas y audiovisuales, que servían de subsedes para determinados eventos relacionados con el séptimo arte.

En el 2019, luego de varias polémicas con el cine-teatro Payret a causa de la remodelación de la sala polivalente Kid Chocolate para convertirla en un hotel, el también Maestro Mayor del Colegio Universitario San Gerónimo de La Habana aseguró: “El Payret seguirá siendo un cine para los cubanos”. Respiramos entonces con gran alivio los amantes de la gran pantalla.

Existen testimonios, fotos, palabras y hechos que demuestran la relación de Leal con grandes cineastas de la Isla. Por ejemplo, en la entrega del título de doctor honoris causa a Humberto Solás, el reconocido historiador pronunció las palabras de elogio al emblemático director de cine.

El 20 de noviembre del 2001 especificó Leal sobre Solás: “En el primer punto de su biografía aparece que Humberto es historiador, y ahí la tabla salvadora. Era un compañero generacional, un compañero de profesión y también un admirado amigo. No admiro la obra, sino admiro al individuo; porque si alguna vez el arte es de veras la voluntad del artista, más allá de las artes plásticas y la literatura, más allá del arcano indescriptible de la poesía, es precisamente en el cine”1.

“Detrás del lente solo él, solo ellos, pueden comprender la trascendencia del espacio, el sentido de la tridimensionalidad que tanto preocupó a Leonardo; la belleza del mundo, que va a recrearse nuevamente y que siempre será distinto, a partir de esa óptica, de esa mirada profunda y de ese deseo claro de plasmar un sueño, de transmitir a otros una revelación, de dar una idea o hacer una interpretación del espacio y el tiempo”2, añadió en las palabras de elogio a Solás.

Otro grande del cine cubano, Fernando Pérez, reconoció la ayuda de Leal para la filmación de su película dedicada a Apóstol de la independencia cubana: “Debo añadir que Eusebio me alentó ampliamente en el proyecto de Martí, el ojo del canario, confiando en mi libertad como creador, porque él fue al único (junto a monseñor Carlos Manuel de Céspedes) a quien le envié una copia del guion cuando la película comenzaba su prefilmación. Luego nos ayudó extraordinariamente, autorizando elementos de ambientación y facilitando todos los permisos para filmar en la Habana Vieja”3.

De igual modo, el cineasta Alejandro Gil expresó el apoyo del Maestro de Juventudes para la ejecución de varios proyectos cinematográficos, en un texto publicado días antes del natalicio 78 del historiador: “La consolidación de nuestra relación profesional y el inicio de una mayor cercanía fraternal llegaron cuando asumí la codirección de la serie documental Historia del Arte Militar en Cuba, producida por Trimagen, con 19 capítulos conducidos magistralmente por ti”4.

“En dichos capítulos desplegaste tu potencial de tierna pedagogía, amor sin igual por la Historia e increíble dominio de la dramaturgia, atributos que te hacían un comunicador sin precedentes, seduciendo a todo tipo de público”5, señaló.

“Impresionante el capítulo dedicado al fusilamiento de los estudiantes de medicina el 27 de noviembre de 1871. Al terminar el rodaje de tu disertación sobre aquel sensible y horrendo acontecimiento, y como gesto de gratitud, todo el equipo de trabajo, de manera espontánea, te regaló un abrazo. Nunca se apartó de mí aquella imagen”6, rememoró Gil.

La obra de Eusebio Leal Spengler, además de su permanencia en la capital, también puede verse gracias a la magia del audiovisual. El documental Leal al tiempo, dirigido por Luis Alberto García con guion de Ignacio R. Afán y del propio Luis Alberto, relata el empeño del historiador por rescatar, prácticamente de las ruinas, el patrimonio y la memoria de la ciudad.

“La Habana es un estado de ánimo del cual nadie queda indiferente”, insistió el intelectual nacido el 11 de septiembre de 1942, un hombre que dedicó su vida, casi como un sacerdocio, a cumplir sueños en forma de arte e historia.

Referencias bibliográficas:

1 Leal, E. (5 de septiembre de 2020). Palabras de elogio a Humberto Solás. Cubacine. Recuperado de http://www.cubacine.cult.cu/es/articulo/palabras-de-elogio-humberto-solas

2 Ibídem

3 Calcines, A. (8 de noviembre de 2019). La Habana es mi vida. Confesiones de Fernando Pérez. Cubacine. Recuperado de http://www.cubacine.cult.cu/es/articulo/la-habana-es-mi-vida-confesiones-de-fernando-perez

4 Gil, A. (5 de septiembre de 2020) Te seré Leal. Cubacine. Recuperado de http://cubacine.cult.cu/es/articulo/te-sere-leal

5 Ibídem

6 Ibídem

Tomado de: Cubacine

Leer más

En el Día Internacional de la Mujer Afrolatinoamericana, Afrocaribeña y de la Diáspora: Afrofeminismo: pensamiento y discurso afrofeminista cubano

Obra de la artista plástica cubana Belkis Ayón

25 de julio: Día Internacional de la Mujer Afrolatinoamericana, Afrocaribeña y de la Diáspora

Durante el último medio siglo, las luchas de las mujeres negras en la América latina han confrontado de manera directa el racismo existente al interior del movimiento feminista tradicional, y el sexismo manifiesto en los movimientos sociales de los pueblos afrodescendientes.

Como resultado del crecimiento cualitativo y cuantitativo de organizaciones e iniciativas lideradas por mujeres en Afroamérica, a mediados de los años ochenta surge la idea de articular los esfuerzos desplegados en diversos países. La propuesta, formulada por primera vez en 1986, en La Habana, durante los debates del Tercer Encuentro Continental de Mujeres, comienza a tomar fuerza en el V Encuentro Feminista de América Latina y el Caribe, que se realizó cuatro años después en San Bernardo, Argentina, con participación de 3000 mujeres.

Uno de los acuerdos de ese cónclave fue convocar un encuentro internacional de mujeres negras, el cual tuvo como sede la hermana República Dominicana, entre el 19 y 25 de julio de 1992. Allí, alrededor de 400 mujeres de 30 países de la América latina y el Caribe, fundaron la Red de Mujeres Afrolatinoamericanas y Afrodescendientes, con el propósito de “articular estrategias regionales de lucha contra la discriminación específica que viven las mujeres negras e incidir con propuestas de cambio en los diversos estamentos de nuestras sociedades”.

Las participantes en ese primer encuentro declararon el 25 de julio como Día Internacional de las Mujeres Afrolatinoamericanas y Afrocaribeñas, celebración que amplió sus horizontes para incluir a hermanas radicadas en otros países por acuerdo del Segundo Encuentro de Mujeres Negras, celebrado en Costa Rica, en 1997.

La Red de Mujeres Afrolatinoamericanas, Afrocaribeñas y de la Diáspora (RMAAD), nombre con el que hoy se identifica la organización, está articulada con las afrofeministas cubanas desde el 14 de agosto de 2012. En vísperas de la celebración de otro 25 de julio, vale la pena indagar sobre los antecedentes del pensamiento feminista de las afrodescendientes cubanas. Para hacerlo, apelamos al saber y la experiencia de la escritora y activista Daysi Rubiera Castillo, una de las más reconocidas estudiosas del pensamiento social de las mujeres negras en Cuba.

Zuleica Romay. Directora del Programa de Estudios sobre Afroamérica.

Afrofeminismo: pensamiento y discurso afrofeminista cubano

Por Daisy Rubiera Castillo

Tratar, en el ámbito académico. el tema del afrofeminismo, pensamiento y discurso afrofeminista en Cuba es un reto; por un lado, porque el estudio del movimiento feminista en nuestro país ha hecho énfasis en la historia protagonizada por mujeres blancas, burguesas y de clase alta y media, obviando el rol desempeñado por las mujeres negras en la historia del feminismo; por otro lado, dada la carencia de bibliografía.

En cambio, gracias a los estudios de reconstrucción histórica llevados a cabo en los últimos tiempos, valiosas obras sobre la experiencia de las afrodescendientes cubanas van formando parte de un material disponible para el estudio de sus contribuciones, su forma de pensamiento y el activismo feminista que desplegaron.

Para hablar sobre afrofeminismo o feminismo negro, hemos de referirnos al surgimiento de este como movimiento en la década de los setenta del siglo XX,y su aspiración de superar la mirada, casi siempre etnocentrista y racista, del feminismo que visibilizaba en su análisis las experiencias de las mujeres negras.

Pensadoras como Ángela Davis, Alice Walker, June Jordán, Toni Morrison hablaban, desde la década de los sesenta, de las condiciones de opresión, exclusión y marginación de las mujeres negras y las mostraban con otras imágenes, las cuales, a su vez, las representaban a ellas mismas. En las décadas de los ochenta y noventa, otras voces se levantaron para argumentar en sus discursos lo que significaba ser una mujer negra. En tal sentido, son textos clásicos los trabajos de bell hooks y Patricia Hill Collins.

Antes que esas mujeres se pronunciaron otras, como la intelectual iletrada Sojourner Truth, quien cuestionaba en la Convención de la Mujer en Akrón, en 1851: “¿Acaso no soy yo una mujer?”, frase que, mucho tiempo después, se convertiría en uno de los ejes del discurso del feminismo negro: la deconstrucción de la categoría “universal” de mujer. Universalidad que no consideraba los contextos históricos ni las experiencias individuales y colectivas de muchas mujeres que, si bien eran víctimas del sexismo, sufrían, además, los efectos de otros sistemas de dominación como el racismo, el clasismo y el heterosexismo.

Por su parte, la académica y activista Ana Julia Cooper y la periodista y activista Ida Wells-Barnett, ambas afroestadounidenses, usaron las relaciones raciales como una lente para el análisis de la opresión y la estratificación, explorando la relación entre género y raza en el caso de Cooper, o la influencia de estas cuestiones sobre la sexualidad, en el caso de Wells-Barnet.

Numerosas voces en Inglaterra se sumaron al black feminism o feminismo negro, tanto a la teorización, el análisis y la construcción de un discurso diferente, como a la acción política contra los diferentes sistemas de opresión, entre ellas, Avtar Brah, Hazel Carby, Patribha Parmar y Valerie Amos. El movimiento inglés no se refería solamente a las mujeres negras, sino a todas las consideradas como no blancas.

Entre los muchos aportes teóricos del afrofeminismo puede citarse el cuestionamiento del mito sobre la fragilidad femenina, sobre el cual se sustenta la “protección” de los hombres hacia las mujeres y la reivindicación del derecho al trabajo asalariado, a contracorriente de la visión racista y clasista que no consideraba a las mujeres afrodescendientes, aunque siempre laboraron fuera del hogar como fuerza de trabajo en las calles y en las casas de los y las blancas, fruto de la herencia de la esclavitud.

El feminismo negro comprende interpretaciones de la realidad de las mujeres negras hechas por las mujeres negras; reconceptualiza una teoría y una práctica feminista alejada del etnocentrismo y el racismo, y argumenta la relación entre raza, clase y sexo (teoría de la interseccionalidad en género).

En América Latina y el Caribe el movimiento de mujeres negras surge debatiendo el racismo dentro del feminismo, encabezado, entre otras, por figuras como Sueli Carneiro, Lélia Gonzalez, Ochy Curriel y Epsy Campbell.

En el caso de Cuba, el hecho de que no podamos hablar de un feminismo negro o movimiento de mujeres negras, no niega la presencia de un pensamiento femenino negro surgido desde posiciones subalternas. Asimismo, no es posible aludir a su existencia, sin tomar como referente a pensadoras y activistas que, también desde coordenadas de exclusión, marginación y racismo, denunciaron la opresión de las mujeres negras afrocubanas y sus descendientes.

A solo dos años de abolida la esclavitud, varias mujeres se nuclearon alrededor de la revista Minerva. [1] Con profundo sentido de justicia social y orgullo racial, desarrollados a partir de la experiencia vivida, intentaron, por medio de diferentes formas discursivas, deconstruir las identidades negativas impuestas y resignificar la categoría de humanas que le era negada, para sentar las bases de la lucha por abrir brechas y caminos en la conquista de nuevos espacios para las mujeres del grupo social más desfavorecido de la sociedad, salir del no lugar obligado, y ocupar el lugar tanto tiempo negado.

En Minerva la cuestión ética fue puesta en el centro para destacar verdades, con la fuerza de quienes reivindicaban, desde posiciones subalternizadas, su derecho a hablar sin diferenciaciones raciales ni clasistas. Su accionar fue un factor decisivo en el despertar de la conciencia de muchas mujeres negras. Debido a ello, Úrsula Coímbra de Valverde, África de Céspedes, Lucrecia González Consuegra, Cristina Ayala[2], Natividad González, María Ángela Storini y Laura Clarens[3] son reconocidas como precursoras del pensamiento femenino negro cubano.

Después de instaurada la república, en 1902, este pensamiento continuó creciendo, no solo cuantitativa, sino cualitativamente, en virtud de la diversidad y profundidad de textos que incluyeron otras esferas aún más públicas. Sus escritos con una visión abarcadora de la problemática social y política cubanas, cuestionaban el pensamiento masculino de la época acerca del papel que debían desempeñar las mujeres. Nuevos nombres se sumaron a la lista anterior, entre ellos los de Carmen Piedra, Rosa Brioso, Cecilia Lara y Pastora Mena.

Muchas de estas mujeres trataron de demostrar que la visión etnocentrista, clasista y racista del feminismo invisibilizaba sus experiencias y no les representaba, ya que sus análisis no tenían en cuenta la especificidad de su situación y sus necesidades particulares eran pasadas por alto, o no eran presentadas adecuadamente. Esta falta de representación se demostró en la ausencia de mujeres negras en las dos primeras convocatorias del Congreso Nacional de Mujeres, celebrado en La Habana en 1923 y 1925.[4] Aunque eran conscientes de no tener oportunidad de participar, algunas, como Dámasa Jova,[5] se interesaron por el valor ideológico de esos eventos, en tanto reconocían sus desventajas, no solo raciales, sino también de clase.

Educadoras como Consuelo Serra, Catalina Pozo Gato, Angelina Edreira, Calixta María Hernández y Teresa Ramos, publicaron interesantes trabajos sobre conductas, comportamientos, valores y principios de la sociedad republicana en el espacio que les proporcionó el proyecto “Ideales de una raza”, liderado por Gustavo E. Urrutia en el Diario de la Marina. Sus escritos, además de insertarse en el debate sobre el racismo, intentaron poner de manifiesto la necesidad de adoptar nuevas formas de convivencia frente a la discriminación racial, lo que les confirió mayor visibilidad y una imagen diferente de las mujeres negras, contrapuesta a los estereotipos negativos que circulaban sobre ellas.

Hasta algo más de la primera mitad del siglo XX, el discurso de las mujeres negras no cesó de manifestarse. Su plataforma reivindicativa fue amplia. Batallaron por sus derechos sociales, culturales y políticos.

Luego del triunfo de La Revolución, cada vez son más las voces, abiertamente afrofeministas o no, que se levantan para proponer transformaciones concretas en relación con el racismo y la discriminación racial. Las afrofeministas cubanas han denunciado, entre otras muchas cuestiones, la reproducción estereotipada de la imagen de la mujer negra en los medios de comunicación, la falta de diversidad poblacional que se muestra en pantalla, la ausencia de la familia negra y de roles protagónicos para las mujeres de ese grupo social en telenovelas, series y otros dramatizados, así como la eliminación de los chistes racistas.

Exigen la supresión de la “buena presencia” como requisito para la contratación laboral en establecimientos el sector privado y en otros que, siendo estatales, violan las leyes establecidas al respecto, y abogan por una mayor visibilidad de las niñas y mujeres negras en productos educativos, editoriales, etcétera. Nuevos nombres como: Sara Gómez, Belkis Ayón, Leida Oquendo, Elvira Cervera, Inés María Martiatu, Sandra Álvarez, Deiny Terry, Gloria Rolando, María Ileana Faguagua, Georgina Herrera, Magia López, Gisela Arandia, Norma Guillard, Maritza López y otras, son muestra de esta nueva etapa de luchas.

Si realmente la fuerza del feminismo radica en alcanzar un pensamiento cada vez más universal e inclusivo, el mapa de un nuevo feminismo para el siglo XXI que se está trazando en Cuba ha de tomar en cuenta la diversidad de expresiones, entre ellas la problemática de las cubanas afrodescendientes. De lo contrario, sería un feminismo con más debilidades que fortalezas y las acciones de las pensadoras cubanas negras continuarán invisibilizadas. Evitarlo, es parte del batallar de las afrofeministas de hoy.

[1] Revista quincenal, dedicada a las mujeres de color, fundada y publicada en La Habana de 1888 a 1889.

[2] Hay que destacar que Cristina Ayala nació esclava en Güines, en 1856. Educada y luego liberada por su dueña, fue defensora de la abolición de la esclavitud y de la independencia de Cuba. Se dedicó a la poesía y a la animación cultural. Fue colaboradora de la revista Minerva, en la que entre otros artículos escribió “Me adhiero”, en el que abordaba la necesidad de la educación para las personas de su grupo social. Su libro Ofrendas Mayabequinas, de poemas y décimas, publicados siete años después de su muerte, reflejó los prejuicios raciales de la época y los relacionó con la vida de la nación cubana. Murió en 1920.

[3] Los escritos de esas mujeres se pueden encontrar en la revista Minerva 15 de noviembre de 1888, no. 3, pp. 2-3;15 de junio de 1889, no. 17, pp. 1-2; pp. 3-4. Ver también fragmentos de los mismos en María del Carmen Barcia: “Mujeres en torno a Minerva”, en Daisy Rubiera e Inés Maria Martiatu (comp.s): Afrocubanas: historia, pensamiento y prácticas culturales, Editorial de Ciencias sociales, La Habana, 2011, pp. 77-92.

[4] En el Segundo Congreso la mujer negra trabajadora estuvo representada, aparentemente, por Inocencia Valdés, veterana luchadora por los derechos de la mujer cubana y Presidenta del Gremio de Despalilladoras de La Habana, integrado por miles de afiliadas. En esa cita, su discurso “El trabajo de la mujer en Cuba” estuvo dirigido a la defensa de la mujer trabajadora de cualquier color de piel.

[5] Dámasa Jova (Ranchuelo-Villa Clara, 1890) Educadora, maestra de alto nivel intelectual. Feminista por convicción, se incorporó a la lucha de las mujeres. Integrante del Club Femenino villaclareño, promovió la participación de las mujeres al Primer Congreso de Mujeres, al que no fue elegida como delegada. Participa como vocal en la comisión organizadora del Tercer Congreso de Mujeres (1939). Participa como delegada al Congreso Internacional Americano de Maestros.  Fundó las revistas Arpegios Íntimos (1925) y Umbrales (1929) y fue una de las primeras mujeres en publicar un libro en su provincia. Murió en Santa Clara, en 1940.

Bibliografía

Barcia Zequeira, Maria del Carmen: Capas populares y modernidad en Cuba (1878-1930), Fundación Fernando Ortiz, La Habana, 2005.

————-: “Mujeres en torno a Minerva”, en Daisy Rubiera e Inés Maria Martiatu (comps.): Afrocubanas: historia, pensamiento y prácticas culturales, Editorial de Ciencias sociales, La Habana, 2011, pp. 72-92.

Fernandez Robaina, Tomas: “Mujeres negras hablan de su problemática genérica, racial y social”, Caminos, no. 58, La Habana, octubre- diciembre de 2010.

Gonzalez Pagés, Julio César: En busca de un espacio. Historia de mujeres en Cuba, Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 2003.

Meriño, María de los Ángeles: Una vuelta necesaria a mayo de 1912, Editorial de Ciencias sociales, La Habana, 2006.

Pichardo Hortensia: Documentos para la historia de Cuba, Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1973.

Tomado de: La Ventana

Leer más

A propósito de la identidad nacional

Por Gisela Arandia Covarrubias

¿Por qué la Identidad Nacional [1] como el epicentro de este análisis? Porque a mi modo de ver es en la Identidad Nacional donde está uno de los mayores desafíos para cualquier nación del planeta, incluidas las más poderosas. Por supuesto que este acercamiento no incluye toda la gama conceptual que este tema posee, pero donde queda claro que una agresión a la Identidad Nacional significa, al mismo tiempo, un ataque al país. En el caso de Cuba, las amenazas a la Identidad Nacional más conocidas son del dominio público, desde la Doctrina Monroe [2], que como es sabido sigue vigente con apariencia diferente, reforzada con el bloqueo trumpista a partir de más de doscientas restricciones que impiden al país adquirir productos indispensables para la vida de una población que ha soportado por seis décadas todo tipo de dificultades; donde no falta, por supuesto, la subversión directa.

Ante esta realidad, explorar el estado de la Identidad Nacional aporta elementos importantes porque en ella late la existencia misma de la nación y su debilitamiento pudiera ser un factor decisivo contra el proyecto de país en sí mismo; a sus estructuras más profundas, como la base fundacional donde la población puede compartir los desafíos, no como consigna sino desde su “corazón político”. Es decir, donde están amasadas fuertemente las otras identidades, en una ligazón en la que cada una de ellas tiene un papel significativo, donde también habita la sociedad civil como parte del consenso.

Existen distintos puntos de vista acerca de las corrientes de pensamiento que influyen y determinan la Identidad Nacional de un país, donde predomina la idea de que no son categorías inmutables, sino dialécticas; es decir, que pueden sufrir mutaciones, pueden cambiar en determinados contextos sociales e incluso disolverse. Una lamentable realidad ocurrió a un grupo de países que compartían proyectos políticos más o menos comunes, donde las identidades nacionales fueron transformadas.

Contexto

Las reflexiones que intento socializar pretenden, desde mi perspectiva, insistir en la urgencia de debatir temas, pensamientos y conocimientos para estimular un contexto crítico que contribuya a esclarecer asuntos pendientes de la sociedad actual. Considero que Cuba se encuentra tal vez como nunca antes frente a un descomunal desafío, no solo por la magnitud de los retos sino sobre todo por la complejidad misma de cada uno de ellos. A lo cual habría que agregar aquellos peligros de orden bélico y los que amenazan incluso la propia sobrevivencia de la humanidad.

En un instante en que las redes sociales parecen marcar los acontecimientos sociales más allá de realidades y manipulaciones, no es el propósito de este enfoque tomar partido de sus virtudes que como sabemos son infinitas, ni tampoco dedicar tiempo a los modos de comportamiento que ese entorno impone al mundo contemporáneo. Una situación que transcurre en un escenario global donde verdades y fake news compiten muchas veces con una pasión apocalíptica desde mi punto de vista.

Pretendo recordar que sin restarle significación al universo mediático, me gustaría situar esta reflexión en la realidad social. Un contexto donde se definen conflictos específicos, tal vez de menos glamour, pero donde está esa cotidianeidad del “tempo” real, que nos sorprende cada amanecer y que es preciso asumir, porque está ahí todavía, gracias a Dios…

En mi opinión, la Isla demanda responder a un contexto excepcional que exige de análisis de alcance interdisciplinario y a su vez transdisciplinario, en una sociedad politizada durante un largo periodo de tiempo y quizás también cansada de problemas que se repiten. Con la influencia de grupos etarios que han irrumpido en un nuevo consenso social, en un ambiente social donde un segmento que representa más del setenta por ciento de la población nació después de 1959 y no participó de la épica fundacional.

Acompañados de los llamados generación milenio o cero, más jóvenes todavía, con otros sueños difíciles de satisfacer en un medio social de escasez sostenida sin perspectiva de solución inmediata, con quienes serían oportunos encuentros específicos. Ante una realidad social que cuenta con un amplio grupo de intelectuales portadores de una argumentación requerida, pero donde sus voces no aparecen con la fuerza que merecería en el espacio público, particularmente la televisión y la radio, quienes podrían caminar al unísono por sus propios carriles sin esperar más tiempo.

“El estado de la Identidad Nacional aporta elementos importantes porque en ella late la existencia misma de la nación (…) donde están amasadas fuertemente las otras identidades, en una ligazón en la que cada una de ellas tiene un papel significativo, donde también habita la sociedad civil como parte del consenso”.

Este conjunto de asuntos me ha conducido de manera natural a dos figuras paradigmáticas de la cubanidad, José Martí y Antonio Maceo, a veces observados cada uno en espacios diferentes, uno el pensador y el otro el estratega militar. Pero donde en realidad ambos compartieron la misma idea de la cubanidad, porque Martí murió en un campo de batalla y Maceo legó conceptos que expresan un pensamiento profundo y a la vez sofisticado. Ambos desde experiencias distintas vieron a Estados Unidos como el mayor peligro y mostraron con sus acciones la unicidad que a mi modo de ver exigen los peligros de aquí y ahora.

¿Qué función cumplen entonces las identidades?

¿Cuáles son los mecanismos que contribuyen a debilitar la Identidad Nacional de un país? Para las matrices de dominación capitalista, que observan desde finales del siglo XX una pérdida de su poder imperial particularmente en Latinoamérica, donde las identidades han formado parte de propuestas de recuperación de esos espacios perdidos y, como es sabido, han tenido éxito si observamos los problemas actuales de la región. Una reflexión posible que amplía la trascendencia historiográfica en el impacto del régimen capitalista podría comenzar por el papel desempeñado por el modelo del Sistema Mundo Moderno, o Economía Mundo, que dio sus primeros pasos a partir del siglo XVI. Desde la trata africana, motor de la acumulación capitalista [3] y la mayor deportación humana conocida.

Para Immanuel Wallerstein [4], estudioso de la realidad africana, quien definió al modelo Sistema Mundo como un fenómeno trascendental: “No es mundial por su carácter planetario, sino porque es mayor que cualquier unidad política jurídicamente definida” y “es una ‘economía-mundoʹ debido a que el vínculo básico entre las partes del sistema es económico”. Una referencia geopolítica que continúa marcando pautas para aquellas naciones que el sistema capitalista colocó en una desventaja histórica sostenida.

Una realidad agravada para los países pobres debido al papel del capital financiero como el monarca todopoderoso de difícil acceso. En este complejo mapa social que hoy caracteriza a las identidades, la Identidad Nacional adquiere una dimensión tal vez más sutil, precisamente como una herramienta ideológica decisiva debido a su vulnerabilidad social. Una categoría epistémica, donde en la superficie, todo parece estar bien, pero debajo de los pies, ocultos, suelen moverse propósitos contrarios al equilibrio de la Identidad Nacional, no siempre perceptibles a simple vista.

Mientras que por otra autopista, corre a enorme velocidad una crisis económica de carácter global y local particularmente, con una incidencia descomunal debido a una pandemia que apareció silenciosamente a finales del año 2019 y explotó en los primeros meses del 2021. Sus graves consecuencias han tenido un impacto desastroso en el estado de bienestar humano, tanto en países desarrollados como en la mayoría de aquellos con menos recursos, donde por supuesto las consecuencias son más catastróficas.

Un elemento importante al analizar la Identidad Nacional es su vínculo inseparable con la identidad cultural, como sustrato de un espacio donde interactúan un conjunto de dimensiones sociales y personales, las que representan una síntesis en la que subyacen diversas variables identitarias que requieren de una narrativa con visión holística, donde se encuentra el flujo permanente de las identidades colectivas sobre la cual descansa la nación como sumatoria interconectada.

Al mismo tiempo la identidad cultural, como eslabón decisivo de la Identidad Nacional, tiene un papel primordial. De acuerdo al enfoque del intelectual africano Cheikh Anta Diop, historiador, antropólogo y físico, quien introdujo en su tesis doctoral en la universidad francesa de La Sorbona el concepto de que los pueblos egipcios no eran blancos, a partir de pruebas de laboratorio, la identidad cultural representa el proceso fundacional de cada pueblo y en él concurren tres factores básicos: históricos, lingüísticos y psicológicos. Acerca del factor histórico expresa:

El factor histórico es el cemento cultural que une los elementos dispares de un pueblo […] La conciencia histórica, por el sentimiento de cohesión que crea, constituye la relación de seguridad cultural más sólida y segura para el pueblo […] Lo esencial para el pueblo es encontrar el hilo conductor que lo liga a su pasado ancestral, el más lejano posible. Ante todo tipo de agresiones culturales, ante los factores disgregantes del mundo exterior, la más eficaz arma cultural con la cual se puede dotar a un pueblo es este sentimiento de continuidad histórica. Así, borrar, destruir la conciencia histórica siempre ha formado parte de las técnicas de colonización, de sumisión y embrutecimiento de los pueblos […] el sentimiento de unidad histórica y por tanto de identidad cultural […] desempeña un papel protector de primer orden en este mundo caracterizado por la agresión cultural generalizada. [5]

La Doctora Carolina de la Torre Molina, académica cubana, en su libro Las identidades: Una mirada desde la Psicología, plantea que la reflexión acerca del papel de las identidades es aún escasa desde la perspectiva de las ciencias sociales. Apunta que eso no quiere decir desvalorizar el lenguaje popular, sino que alerta del peligro que pudiera ser ignorar la repercusión de los procesos psicológicos y culturales en el estudio específico de las identidades. Comenta su preocupación por este asunto en el caso de Cuba, un fenómeno que en su opinión requiere de investigaciones, estudios, debates y divulgación. Haciendo referencia a un autor por ella citado, expresa que ni el pasado ni el presente permanecen fijos al interior de las identidades al enfrentarse a esta reflexividad, y agrega:

El establecimiento de identidades puede ser entendido de manera general y sin entrar en otras complicaciones, como una forma del proceso cognitivo de categorización, que ayuda al sujeto a comprender, ordenar, regular y hacer predecible el mundo en que vive. [6]

Cuando observamos las obras de Wifredo Lam y el papel desempeñado por el arte, es posible apreciar una síntesis donde Identidad Nacional y cultural está mezclada y resulta prácticamente imposible separar sus ingredientes. En sus obras la identidad cultural está en la floresta, diversos iconos de la religiosidad africana, la presencia de mujeres y hombres, las influencias de otras escuelas pictóricas y artistas, pero donde prevalece la cubanidad como rasgo caribeño distintivo.

Identidades versus subversión

En un artículo anterior publicado por IPS [7] comentaba la utilización de la racialidad como medio para promover descontento en la ciudadanía cubana, un ingrediente que ha sido utilizado también en países como Colombia y Brasil, aunque no fueron los Estados Unidos los primeros en aplicar esas tácticas para fracturar contextos sociales y políticos. Ya España había ensayado esas técnicas desde la época de la conquista y la colonización, con mucho éxito, por cierto. En este caso no se trata de la racialidad como elemento en estado “puro”, sino como un procedimiento que incide en la sociedad y contribuye a dañar el consenso social. Aunque la presencia de la subversión en Cuba seguramente tendrá otras evidencias, la amenaza a la Identidad Nacional se hace visible en determinadas acciones que tienen como telón de fondo la racialidad cubana.

No importa si el pretexto son los llamados Derechos Humanos exigidos solamente a quienes no forman parte del performance imperial. La realidad es que Estados Unidos ha dado por hecho que América Latina y el Caribe hispano han sido reacios a asumir el racismo y la discriminación racial, temas generalmente excluidos de sus agendas, donde el racismo queda en la inopia, considerado erróneamente como un fenómeno exclusivo de Estados Unidos. El académico Ariel Dulitzky, de la Universidad de Austin, Texas, comenta al respecto:

En nuestra región existe cierta presunción de superioridad moral frente a Estados Unidos. Con pomposidad resaltamos cómo nosotros vivimos en “democracias raciales”, “crisol de razas”, “armonías raciales”, en un completo “mestizaje” […] El mito de la democracia racial, entendida como la armonía entre grupos étnicos y raciales y por ende, como la ausencia de discriminación racial, conduce a explicar que todas las eventuales manifestaciones de racismo y discriminación son usualmente producto de prejuicios sociales y económicos antes que raciales. [8]

Varios proyectos de investigación, incluso algunos realizados en la Isla, fueron mostrando de modo sutil y también directo, que precisamente en el tema de la racialidad estaba el “talón de Aquiles” de la revolución cubana desde la perspectiva de la gobernabilidad estadounidense. Una realidad social donde el racismo y la discriminación racial no formaron parte de programas institucionales, lo cual corrobora la hipótesis de rechazo al tema, como enfoque latinoamericanista.

La aparición en noviembre del 2019 de una propuesta gubernamental por primera vez después de seis décadas, movió los planes subversivos al incorporar nuevamente con mayor énfasis los espacios de la cultura. Dicho en un lenguaje más claro, sazonar lo ya existente. La promoción de una disidencia de artistas conocidos y menos famosos junto a gentes de barrio, quienes en sí mismos reflejan el impacto de las desigualdades raciales y sociales, forma parte de un asunto que ha colocado el dedo en la llaga acerca de un conflicto pospuesto por mucho tiempo sin una justificación contundente.

En este sentido la trascendencia de la identidad cultural es muy importante porque incluye en sí misma un amasijo de funciones y prácticas sociales. Incluso cada país, región, territorio, tiene sus peculiaridades que difieren entre ellas y que pueden contribuir a modificar los consensos. En este sentido las ciencias sociales y las humanidades tienen como reto la ruta crítica ya emprendida por las llamadas “ciencias duras”, las que abandonaron los itinerarios lineales y convencionales para producir un pensamiento complejo agrupado en un proceso dialéctico e interactivo, capaz de encontrar resultados positivos ante diversos desafíos. Está claro que los conflictos ideológicos tienen en las ciencias sociales una poderosa herramienta para encontrar soluciones a las diversas problemáticas sociales. Una experiencia como los resultados de los candidatos vacunales cubanos Soberana y Abdala, como productos curativos, es ejemplo de los esfuerzos que puede hacer la ciencia hoy día.

Conclusiones

En los primeros años del siglo XX, el intelectual afroestadounidense W. E. B. Du Bois planteó que un problema decisivo de ese siglo sería “la línea del color”. Figura paradigma de la africanidad mundial, Du Bois analizó también la Identidad Nacional relacionada con una doble conciencia, en ese caso ser de origen africano y estadounidense al mismo tiempo. En este sentido la identidad cultural como parte de la nación, comparte con ella otras identidades, con perspectivas distintas a aquellas consideradas como “la genuinamente nacional”.

Aprovecho para reiterar que aunque el racismo tiene como epicentro una matriz ideológica común, los comportamientos no se presentan de manera uniforme y generalmente difieren, por ejemplo, las de Cuba y Estados Unidos. Lo que implica que hacer comparaciones igualitarias corre el riesgo de cometer impresiones conceptuales importantes. Las identidades se presentan entonces como procesos dicotómicos donde interactúan al unísono o, mejor aún, en una suerte de desdoblamientos, porque es posible asumir variables identitarias y a su vez formar parte de la Identidad Nacional, encaminadas hacia un mismo fin; un asunto de enorme complejidad que implica un análisis específico.

Me gustaría agregar un ejemplo donde suelen aparecer fuertes contradicciones. Si a usted nunca le han gritado en plena calle “negra de mierda”, o “guajiro de mierda”, o “maricón de mierda”, le resultará difícil colocarse en las reacciones que esas ofensas pueden provocar, mezclas de humillación, dolor, tristeza o rabia. Es ahí, en ese espacio de la intimidad del ser más profundo, donde es difícil colocarse en el espacio del otro, donde la Identidad Nacional se entrelaza con otras identidades, pero donde está, la primigenia, puede conservar una plenitud totalizadora y al mismo tiempo diversa.

Pero donde también está a expensas de riesgos y cambios, por lo cual también puede desvanecerse dando lugar a una metamorfosis, desarraigo o incluso disolverse. En Cuba, la construcción de la Identidad Nacional fue gestada con una participación sustantiva de la población de origen africano en el proceso por la independencia. Es importante recordar que en el Ejército Mambí más del sesenta por ciento de sus fuerzas eran personas no blancas, incluido un nutrido grupo de su alto mando.

El racismo “antinegro” desempeñó un papel importante -como es posible apreciar de modo particular-, en tres conflictos, algunos de los cuales ni siquiera fueron descritos en los textos docentes a partir de la imposición del silencio como procedimiento historiográfico. [9] El surgimiento de la República en 1902 disolvió en cierta medida esa unidad alcanzada en las contiendas bélicas, como expresión de esa mentalidad racista vigente. Aunque un sector social conservó y legó a sus descendientes el orgullo de una identidad racial legalmente preterida, pero emocionalmente compartida.

Habría que decir que en los momentos actuales el tema de la Identidad Nacional, como otros, debería contar con espacios de debate participativo que no tengan necesariamente como meta la unanimidad sino la presencia de diferencias conceptuales capaces de ser enriquecidas con una visión inclusiva. Aprovecho para hacer referencia al artículo acerca del papel del consenso publicado en La Jiribilla, el 17 de abril del 2014.[10] Creo que sería apropiado que instituciones como la Unión de Escritores y Artistas (Uneac), de la cual me honro de formar parte, pudiera contribuir más activamente a promover debates con amplia participación de su membresía, aunque estuvieran sometidos al modelo virtual.

“Un sector social conservó y legó a sus descendientes el orgullo de una identidad racial legalmente preterida, pero emocionalmente compartida”.

La posibilidad de realizar debates participativos de intelectuales y artistas, como preparación al debate nacional que urge realizar para continuar fortaleciendo la Identidad Nacional, hoy amenazada, en mi modesta opinión, no debería continuar pospuesta por mucho más tiempo, salvo por la limitación de la pandemia. Se trata de un intento para incorporar esa dialéctica marxista capaz de complejizar las problemáticas que aquejan al mundo de hoy y su impacto en Cuba. Sería una oportunidad para proponer soluciones teóricas que podrían convertirse en acciones de políticas públicas, poniendo énfasis en espacios comunitarios donde las desigualdades raciales y sociales están a flor de piel. Insisto en la urgencia del diálogo participativo donde la ciudadanía debe tener un mayor protagonismo en los distintos acontecimientos.

No debemos permitir que los temas fundamentales de la Identidad Nacional sean solo debatidos más allá del Mar Caribe que nos arropa, y luego devueltos con enfoques confusos. No debería tampoco dejar solo en manos de la policía lo que le correspondería a la sociedad civil, como preparación política ante las dificultades actuales. Considero que si bien hay que proteger al cuerpo físico debido a la COVID-19, ello no debe significar optar por la pasividad, lo que el intelectual cubano Fernando Martínez Heredia llamaba la “inercia cotidiana”.

Muchas amistades de otros países, incluido Estados Unidos, nos piden que les demos argumentos ideológicos para continuar defendiendo la justa causa cubana. No los abandonemos porque hoy más que nunca el mundo necesita de nuestras voces, no con apologías, sino con aquellos análisis críticos, explicativos, que permitan ahondar en la causa de los conflictos y sus posibles soluciones, sin cantos de victorias que no se correspondan con la realidad. Sería bueno recordar la definición de Fidel acerca del Concepto de Revolución, [11] lo que significa acostumbrarse a decir tanto los logros como los errores, porque en ellos precisamente están los nuevos aprendizajes.

Notas:

[1]-Las palabras Identidad, Nacional y otras que tienen la misma función, están escritas con mayúsculas para enfatizar del sustantivo la connotación que el texto le ha dado a esas categorías.

[2]-Doctrina Monroe, sintetizada en la frase “América para los Americanos”, fue elaborada por John Quincy Adams y atribuida a James Monroe en el año 1823. Aunque el documento fue concebido por sus autores, como oposición al colonialismo, más tarde fue reinterpretada como el derecho de intervención de Estados Unidos en América Latina y el Caribe, cada vez que quisiera.

[3]-Pensamiento incorporado por Doudou Diene, uno de los fundadores y director inicial de la Ruta del Esclavo y Relator Especial para la racialidad N. U.

[4]-Immanuel Wallerstein. Su obra más importante, El moderno sistema-mundo (The modern world-system), ha aportado a la ciencia histórica un nuevo modelo teórico-interpretativo. Apareció en tres volúmenes en 1974, 1980 y 1989. En ellos, Wallerstein se basa en tres influencias intelectuales: Karl Marx, el historiador francés Fernand Braudel, la Teoría de la dependencia, en su experiencia práctica obtenida en su trabajo en África poscolonial, y las varias teorías acerca de las naciones en desarrollo.

[5]-Cheikh Anta Diop, De la identidad cultural. Ed. Payot, París 1977.

[6]- Carolina de la Torre Molina, Las identidades: Una mirada desde la Psicología, Ed. Ruth, La Habana, 2008.

[7]- Referencia a texto Gisela Arandia Covarrubias, publicado por IPS, 20 enero, 2021 (https://www.ipscuba.net/sociedad/marginalizacion-y-disidencia-en-cuba/)

[8]-Ariel E. Dulitzky: La negación de la discriminación racial y el racismo, en América Latina. International Human Rights Law Group, 2000.

[9]- La Jiribilla, 17 Abril, 2014, Afro-Hispanic Review, vol. 33, Spring 2014, p. 187.

[10]- Conflictos raciales en Cuba de gran magnitud a partir de procesos represivos: a-Asesinato de José Antonio Aponte, su cabeza fue colocada en una jaula en las calles Belascoaín y Carlos III. El crimen produjo una frase popular que decía “más malo que Aponte”, con la intención de rechazar la idea libertaria del colonialismo español que representó la Conspiración de Aponte.

b- La llamada Conspiración de la Escalera, fue una matanza hacia diversos grupos que desde posiciones diferentes alentaban enfrentar al régimen español. Entre las víctimas estuvo el poeta Gabriel de la Concepción Valdés, conocido como Plácido.

c-  A pocos años de constituida la República, tuvo lugar la llamada Guerrita de 1912, una masacre donde las víctimas fueron sobre todo la membresía del Partido Independiente de Color (PIC), quienes intentaban debido a su liderazgo durante las guerras por la independencia, ser incluidos en el sistema parlamentario con una agenda radical.

[11]-Definición de Fidel de Revolución. Fidel: ¿Qué es revolución?  Revolución es sentido del momento histórico; es cambiar todo lo que debe ser cambiado; es igualdad y libertad plenas; […] es no mentir jamás ni violar principios éticos; es convicción profunda de que no existe fuerza en el mundo capaz de aplastar la fuerza de la verdad y las ideas. es luchar con audacia, inteligencia y realismo. http://www.cubadebate.cu/opinion/2016/07/04/analicemos-a-fondo-el-concepto-de-revolucion-de-fidel-para-convertirlo-en-guia-para-la-accion/

Tomado de: La Jiribilla

Leer más

Mercenarios de un ejército secreto

Foto Heraldo USA

Por Higinio Polo

Las privatizaciones, la desregulación laboral y la eliminación de controles del Estado que tanto han deteriorado las condiciones de vida de los trabajadores, han hecho también la fortuna de muchas empresas de mercenarios. Los gobiernos neoliberales (Estados Unidos y otros aliados de la OTAN, además de Arabia e Israel), que han hecho uso constante de las operaciones secretas, del recurso a empresas fantasma y paraísos fiscales, violando el derecho internacional y utilizando los mecanismos de la corrupción, enrolando a mercenarios y ex militares de distintos países para operaciones terroristas ocasionales, han privatizado también una parte de sus dispositivos militares. Washington incluso ha creado un entramado secreto para actuar en todo el mundo, violando su propia legislación.

En mayo de 2021, el semanario Newsweek publicó una información, firmada por William M. Arkin, que daba cuenta de la dimensión de las unidades secretas que mantiene el ejército estadounidense y que se ha ocultado al Congreso violando la ley y las Convenciones de Ginebra. Se basaba en una investigación que ha durado dos años: según esas revelaciones, el Pentágono ha organizado en la última década fuerzas secretas que cuentan con unos 60.000 miembros entre soldados, civiles y mercenarios en un programa denominado Signature Reduction. Participan en él más de cien empresas y decenas de organizaciones gubernamentales también secretas. El total de miembros de los servicios de inteligencia y de organismos encubiertos es información clasificada, pero el Washington Post publicó en agosto de 2013 el “presupuesto negro” de las agencias de inteligencia norteamericanas que había facilitado Snowden, fijando en unos 22.000 los miembros de la CIA en ese año, que cuenta además con unos seis mil miembros clandestinos.

En ese programa Signature Reduction, los grupos de operaciones especiales, asesinos letales, cuentan con unos 30.000 miembros, y actúan en todo Oriente Medio, desde Siria a Pakistán y el Yemen, pero también en el interior de países enemigos como Irán y Corea del Norte. Operan en la denominada “zona gris”: conflictos y focos de tensión que no son guerras abiertas, y, por supuesto, en China y Rusia. El segundo componente más numeroso del programa lo forman espías y agentes de inteligencia, que trabajan con identidad falsa en múltiples países. Un tercer grupo, muy nutrido, trabaja en internet, en redes sociales, recoge información, organiza campañas, borra huellas de actividades, asegura la circulación de sus agentes clandestinos, manipula registros oficiales y aduaneros, crea incluso vidas ficticias en internet (correos electrónicos, cuentas bancarias y de twitter, Facebook, Instagram, tarjetas de crédito, etc) para las identidades falsas.

Ha sido una práctica habitual del Pentágono y del gobierno estadounidense. En los primeros años de la guerra en Iraq, el Washington Post calculó que de las cien mil personas que contrató el gobierno de Bush para actuar en el país la mitad eran mercenarios de empresas militares privadas: más de doscientas intervinieron, la mayoría ilegales. Hoy, Washington sigue organizando grupos terroristas que cambian con frecuencia de nombre o, simplemente, actúan de forma anónima en diferentes escenarios. Lo hicieron en Ucrania antes del Maidán, y pretendieron hacerlo en Bielorrusia.

Esos mecanismos fueron utilizados en Yugoslavia, en la guerra de Kosovo, en Iraq, en la voladura de Siria, en la destrucción de Libia, y explican también muchos de los atentados terroristas que se producen en regiones donde el Pentágono desarrolla intervenciones clandestinas: bombas que estallan en Irán, atentados en el Beluchistán pakistaní contra ingenieros chinos, o secuestros de trabajadores chinos en Sudán y Egipto; atentados con centenares de muertos en Sri Lanka, un país que acordó con Pekín la cesión del puerto de Hambantota para la nueva ruta de la seda. También en actos terroristas en Xinjiang y Tíbet, y en el Cáucaso ruso.

El ministerio de Seguridad chino dio cuenta de que solo entre 2010 y 2015, en distintos países del mundo, ciudadanos chinos fueron víctimas de más de trescientos cincuenta episodios violentos, desde atentados terroristas a secuestros. Tras muchos de ellos no es aventurado imaginar la mano de mercenarios, de milicias violentas subcontratadas y de grupos de operaciones especiales de ese ejército secreto del programa Signature Reduction que ha organizado el Pentágono, cuyas ráfagas de muerte pueden alcanzar cualquier lugar del planeta.

Tomado de: El Viejo Topo

Leer más