La victoria de la muerte sobre la vida. Por: Octavio Fraga Guerra*

Gaza, Palestina

Gaza, Palestina

No voy a citar notas y reflexiones sobre lo evidente. A esta altura del tiempo los hechos son tan contundentes que no hace falta un argumento más. El mundo globalizado está invadido por fotos, videos, ilustraciones, artículos, reportajes, editoriales y entrevistas. Todos ellos retratan minuto a minuto, la victoria de la muerte sobre la vida.

La humanidad que somos nosotros, -todos y cada uno de nosotros- encaramos un desafío. Un reto de proporciones globales que a estas alturas desborda los límites -si es que estos existen-, sobre cómo detener el genocidio israelí que se sigue produciendo contra el digno y heroico pueblo palestino.

Los gobernantes de los países que apoyan al Estado Genocida Israelí, deberían de dimitir en honor a la dignidad de la que hacen gala y de los pueblos que les han votado.

Los empresarios y comerciantes que mantienen un flujo de intercambios con este engendro en pleno siglo XXI, han de romper toda relación contractual con estos Criminales de Guerra. Se siguen burlando de la tan nombrada Carta de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas y ustedes son parte de esa verdad.

Las fábricas de armas de toda la geografía planetaria, -por mínima decencia-, deberían de suspender de una vez y por todas, todo tipo de suministros para detener a estos asesinos que con sus cavernícolas artefactos, anulan cientos de vidas. Mutilan sueños y truncan el desarrollo intelectual y emocional de los hombres y las mujeres, de los niños y las niñas, que viven en esa Franja en pleno acorralamiento.

Los inmorales medios de comunicación, -de una vez y por todas-, deberán de decir las palabras genocidio, crímenes de guerra, impunidad, indefensión, justicia, asesinatos, torturas, para que recuperen en algo su desprestigiada autoridad. Han de ser coherentes y éticos con la profesión social, política y cultural que desempeñan, que tan necesaria es para el desarrollo de las sociedades contemporáneas.

¿Dónde están sus señorías del Tribunal Internacional de la Haya?

¿Para cuándo una declaración contundente y enérgica de las Naciones Unidas?

Urge que esta organización internacional fundada posterior a la Segunda Guerra Mundial, como organismo internacional a favor de paz, sea estructurada para que todos sus miembros tengan pleno derecho y no una minoría, que decide por todos.

Vivimos en estas últimas dos décadas bajo el fuego de la guerra. Millones de personas -en más veinte años- han muerto en cruzadas de conquista y ocupación. Solo en Irak la cifra supera el millón. A esta lista hay que añadir Afganistán, Libia, Siria, Ucrania, Palestina y la extinta Yugoslavia, por citar tan solo los más contundentes. Todavía en varias de estas naciones la guerra ocupa protagonismo para sembrar la muerte.

Todas estas ofensivas fratricidas que constituyen Crímenes de Guerra tienen nombre y apellidos. George W. Bush, Tony Blair, José María Aznar, Barack Obama, la OTAN, el Parlamento Europeo y los gobiernos que han secundado todas y cada una de estas inaceptables guerras.

Ellos han de estar en el tribunal de nuestro tiempo. En la palabra, la voz y el futuro de nuestras más importantes decisiones. No podemos olvidar la impunidad -aún vigente- de las torturas cometidas en la ilegal Base Naval de Guantánamo y la Prisión de Abu Ghraib. Los responsables políticos y militares de estos hechos debidamente documentados, no han sido juzgados por ningún tribunal internacional. Ni tan siquiera en sus propios países.

Sobre nuestra historia, nuestro futuro y nuestras conciencias, esta la responsabilidad ante estos hechos.

*Editor del blog: www.cinereverso.org

@CineReverso

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