La voz de Ana en seis poemas. (Poesía)

La poesía de la boliviana Ruth Ana López Calderón desborda en sensibilidad y talento. Su aguda “mirada” retrata con metáforas y versos los vericuetos de su mundo que se empeña en atrapar con palabras tejidas. Lo hace, como esas sábanas de hilo que nuestras abuelas bordaban rodeadas del vacío y el silencio del campo.

Su voz es cálida y comprometida. Estas dos palabras pueden parecer divergentes pero –desde mi punto de vista-, encierran la verdadera naturaleza de una mujer que leo con sosegada frecuencia para “descubrir” sus verdaderos orígenes. El de compartir todo lo bello que tiene la poesía. Amanecer con su verso este domingo, puede ser -para usted- el primer escalón de un buen comienzo.

Octavio Fraga Guerra

Despierta

El frío golpea la copa de los árboles,

la ciudad amanece sumida en múltiples congojas,

deshecha en laberintos grises

 

voces de motores viejos y torpes

comienzan a poblar el silencio,

y las luces opacas alumbran

a pocos

deambulantes, ensimismados,

encadenados a sus voces,

paseando, negados a ver

más allá de las narices

 

los minutos lentan

presurosos,

impunes al dolor o al miedo,

a la soberbia,

ó a la deshonra,

 

cuerpos vestidos de cachemir y calzados

cuerpos semidesnudos,

cercenados por el gélido

aliento de noches desamparos

y almas bailan en su propio espejo

fétidas

y almas bailan llanto,

los extremos, los opuestos necesarios,

y los medios cabizbajos, atrapan

en sádico mutismo,

 

y nos jactamos, y nos jactamos,

de ser lo que no somos.

(4 de mayo de 2011)

 

Migajas

Adentrado en los extramuros

alejado de los intocables y sus festines,

escarba los desperdicios, busca migajas,

unas migajas para mitigar el hambre.

 

 

Y sus sueños…

¿dónde están?

 

Tal vez en las astillas

del pupitre que endulzó su infancia, en las escasas hojas de un cuaderno,

y el pedazo de lápiz sin goma de borrar.

 

El aire lo envuelve en desprecio y abandono

y la soledad desquicia sus harapos:

 

No hay futuro en sus noches sobre el pavimento sucio.

(12 de septiembre de 2011)

 

La nada

La golondrina emerge desde la rama,

y aletea y los sueños agigantan

sin reconocer fronteras, sin percatarse

del abismo bajo sus patas

 

y se eleva en vuelos zigzagues

y acelerados latidos claman

más allá de imposibles, más allá

de inauditos

 

y las nubes negras

estallan

y los ojos ciegos,

el corazón

estancan

 

la lluvia humedece el plumaje, esparcido

en el vacío,

el viento ya no sostiene, cae

cae

cae

 

abajo

la nada espera como siempre.

(15 de junio de 2011)

 

La alcoba

La alcoba palpita

entre cortinajes

y lienzos, y oleos, y jarrones

desbordado de orquídeas y como sombra

el reloj antiguo roba minutos preciosos al sueño

y la piel se adivina entre encajes

 

resbalan lentos, trémulos

casi perversos

los ojos devoran contornos sin tacto

 

las ansias plenas al borde del colapso y la delicia

 

amantes del holocausto fugitivos

refugiados en pasiones prohibidas

acurrucados en la privacidad que alucina

deseos embebidos a la luz

de velas

sucumbiendo en viejos candelabros

 

siluetas bordadas en la calidez

palpitan

la penumbra sobre sábanas de seda

almohadones de plumas

esos dejos

ahogan gemidos excomulgados

y el pecado concebido y su fragancia

invaden la noche como irredento misterio

y despierto

 

y no hay culpa

 

no hay culpa.

(31 de mayo de 2011)

 

Mea culpa

Vivir precipitado, pasos enloquecidos,

atragantados de caminos antes de tiempo,

y el sabor del hastío como lacra,

infecta hasta el último hueso

 

sentidos despiertos

A fuerza de engaños

A fuerza de invasores

que esparcen veneno,

y salir corriendo, a tropezones,

a caídas vertiginosas,

a rodar en el fango.

 

Y terminar en triste agujero,

mascullando dolores,

mascullando decepciones

De uno mismo,

y de otros

 

Dos o tres patadas al vacío.

Al lamento Dos o tres patadas

 

Desgarrando heridas sin tiempo

Y el pus apático, impregna cada minuto

la desazón en carne viva

 

oscuridades como testigos

autoflagelar la piel, desgranar sentido

la sinrazón

Y los recuerdos necios, ahí metidos,

Suplicantes, bastardos

Y la lucha infame y sangrienta

 

los rezos para expiar las culpas

 

Interminables inexpugnables culpas,

el pecho hundido por los golpes de la mano

 

Por mi culpa

Por mi culpa

Por mi gran culpa

 

Halos sacrílegos yacen sobre mis despojos.

(29 de abril de 2011)

 

Ni otras manos, ni otro cuerpo

Caricias congeladas en manos que huyen:

En los ojos verdes, distantes, el desprecio,

las palabras no pronunciadas

pululan en la alcoba

y una mueca sella el momento,

el semblante frío, inclemente como el invierno

que apaga a su paso todo vestigio de fuego.

 

El amor pasmado

dos cuerpos envueltos

en la sombra agónica del deseo, maltrecho

y pisoteado

No existe bálsamo que cure las heridas

Ni otras manos, ni otro cuerpo

Ni el tiempo

y sus olvidos,

liberan la piel mustia

entumecida:

Y el alma huérfana de afecto.

 

El daño está hecho.

 

Y cómo duele despertar

Y cómo duele sentir

el costado árido de la cama.

 

Amanece

El amor tendido

Sobre sábanas raídas.

(18 de abril de 2011)

 

Ruth Ana López Calderón, nació en Sucre-Bolivia el 10 de febrero de 1968.  Es Secretaria Ejecutiva. Comenzó a escribir a fines del año 2010 por algún extraño impulso.  Es autodidacta. Varios de sus poemas han sido publicados en las revistas: Almiar (Margen Cero) de España,  Avenida Los Escritores de Uruguay,  Inventiva Social de Argentina,  Revista Patrimonio Cultural de Chile, Gaceta Literaria de Argentina, Revista Guatiní de Cuba,  Morsadice de España, Museu Pós-Moderno De Educación de Brasil, Revista Letralía de Venezuela,  y en la revista Para Ellas de Bolivia.  También sus poemas aparecen en distintos blogs de varios países de América Latina y España.  Está incluida en varias Antologías poéticas a nivel mundial y es miembro de REMES.

www.destilandosentimientos.blogspot.com

www.ruthanalopezcalderon.blogspot.com

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