No es asunto de letrados

Los indignados del 15-M en España toman “espacios habitacionales” para paliar uno de los derechos universales del ser humano: el derecho a una vivienda digna. Si dudas este movimiento gestado en la nación ibérica se ha multiplicado en buena parte de Europa, los Estados Unidos y Canadá, contribuyendo de manera global a darle más visibilidad a las grietas del capitalismo.

Las políticas enajenantes y excluyentes de los desahucios han suplantado la incapacidad y la falta de voluntad de los políticos, para convertir este derecho en un asunto “de leyes”, que es también ético y moral.

Los paralelismos y las comparaciones sobran cuando la universalidad del tema está “definida y clara”. En esta batalla por la vida se van exacerbando los horrores y la real naturaleza del imperialismo, etapa en la que algunos teóricos plantean que estamos arribando. Sus verdaderas esencias van saliendo a flote en medio de una crisis que apunta a más.

El eje de esta realidad, está –en todo caso-, en los pilares que la sostienen como “modelo de sociedad” que excluye toda posibilidad de solución ética, donde el pueblo tiene que participar de manera activa y permanente en una solución real y definitiva.

En esta “escalada de acciones”, ante una crisis que no ha sido procreada por los ciudadanos, no está contemplado remover o destruir las estructuras que la legitiman como árbol “carcomido de raíces huecas”.

Pero las improntas surgen y la realidad supera toda “escritura de ficción”. Cada día crece el número de desahucios, donde -aquí cabe el paralelismo- la indignación, el malestar y la ira poblará los “frescos de la tarde”, si no se logra una solución que no parte de la letra de la ley.

Estos manuales jurídicos no acompañan a los catalanes, a los andaluces, a los extremeños, a los vascos, a los asturianos, a los españoles todos. Tampoco a la gran humanidad de pobres y excluidos que cada día somos más.

Es un asunto de dignidad lo que está en el eje de “todas las miradas”. ¿La verborrea legal, jurídica y “letrada” podrá resolver esta impronta? ¿Habrá que acumular cientos de miles de desahucios para “entender” la esencia de este medular tema?

La sociedad española y del mundo, tienen una cita para hacer “el congreso de todos los unidos”. Pero no estoy hablando de más reuniones, asambleas, manifestaciones, marchas, citas y reencuentros.

Los problemas “se amontonan” como la burocracia y se requiere de ir quitando “toneladas” de todas ellas. Hay temas bien urgentes como este, el derecho a una vivienda digna. Las palabras y los textos jurídicos se entrecruzan con la realidad que es el escenario de la vida.

Van cayendo –cada día más-, personas en la lista de los excluidos, de los sin nombres, de los despreciados de estos “caballeros”. Claman por justicia y reciben una derrota.

A fin de cuentas no podemos estar “tan bravos”. Los ejecutivos de los bancos siguen aumentando sus beneficios por meses, por trimestres, por años. La bolsa de valores de Madrid, de Tokio o de New York sube o baja los tipos de interés para –al final- decirnos, que “la cosa va bien”. ¿Alguien me puede explicar la utilidad de las Bolsas de Valores?

Desde otro escenario, el dinero no escasea para seguir sosteniendo las guerras contra Afganistán, Iraq, Libia. Ahora están en el candelero Irán y Siria. No podemos olvidar el genocidio consentido que mantiene el Gobierno Israelí contra el heroico pueblo de Palestina. La barbarie y la brutalidad no hay que ir a buscarla a tiempos de historia. En ese escenario donde se viola sistemáticamente los derechos humanos, están todas las formulas de la represión posible. Como en la base naval de Guantánamo, -impuesta en contra de la voluntad del pueblo cubano-, donde se mantienen recluidos a personas bajo un limbo jurídico interminable.

Los gobiernos “democráticos y primermundistas”, van incorporando más naciones que encajan en ese perfil de países “endemoniados y antidemocráticos”. Las arcas de dinero -que es de todos-, están listas para procrear nuevas guerras.

Me pregunto si entendemos que estamos ante una carretera de muchos frentes. Mientras nos agobiamos y cabreamos –como es lógico-, con los problemas esenciales de nuestro entorno, de nuestra realidad inmediata. Por otros carriles, distantes y “difíciles” de alcanzar, se van construyendo otras geopolíticas donde se construyen pretextos –en los últimos tiempos parece que ni hacen falta-, para asestar golpes demoledores contra poblaciones enteras.

Nos acordamos de la barbarie de la Segunda Guerra Mundial. De las bombas que los Estados Unidos dejaron en Hiroshima y Nagasaki, que cercenaron la vida de cientos de miles de personas. Hacemos importantes reflexiones sobre el papel de la terrorífica Agencia Central de Inteligencia (CIA) en la ya conocida “Operación Cóndor”. Obviamente estos y otros capítulos de la historia, son necesarios referentes para conducir el futuro de la humanidad.

Estamos en la antesala de una suma de guerras que se van procreando de manera “mágica”. Estamos ante dos escenarios claves, el de los movimientos sociales de todo el mundo y el de la escalada guerrerista que sigue liderando el gobierno de los Estados Unidos y la OTAN.

Estos dos polos de la historia contemporánea entroncan en un punto esencial, la humanidad. La inteligencia de todos está en cuestión en tiempos claramente engañosos. El asunto es mucho más serio de lo que parece.

Ante esta realidad se impone reflexionar hacia donde queremos conducir nuestro planeta. Estamos ante un dilema de proporciones humanas. La solución de todos y cada unos de los obstáculos que nos acechan, nos exige inteligencia, lucidez y una dosis imprescindible de perseverancia a prueba del tiempo. La solidaridad, el compromiso y el decoro han de ser las “brasas” de nuestro futuro con la historia, con nuestra historia.

Deja un comentario

AlphaOmega Captcha Classica  –  Enter Security Code
     
 

* Copy This Password *

* Type Or Paste Password Here *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.