Hombre mirando al sudeste. Una película memorable, una pieza antológica de la cinematografía argentina y latinoamericana, que dirigió con magistral acierto el cineasta Eliseo Subiela.
El protagonista de este filme es el actor Hugo Soto. Interpreta a un “loco” irónico, sabio, de verba metafórica que dice contundentes verdades. Un hombre incisivo que cuestiona la autenticidad y superioridad del ser humano.
Sus palabras estremecen los anquilosados esquemas de la vida, la realidad y el sentido del tiempo. Resquebraja el arraigado sentido de estar vivos y para que hemos venido a este planeta. Este texto fílmico replantea muchos de los cánones en los que persistimos atrapados y el dialogo es la clave de su dramaturgia.
El filme cierra con “Oda a la alegría”, universal pieza compuesta por Ludwig van Beethoven. La escena es mágica, estremecedora. Su “delirio” no le impide tomar la batuta y dirige en una plaza pública a una orquesta que se deja conducir por la sensibilidad de un hombre. Unos músicos que no distinguen entre loco y cuerdo. El final es desbordante y hermoso. Explosivo e intenso, como ha de ser la vida.
*Editor del blog: https://cinereverso.org
Madrid, 27 de diciembre de 2014.