Pintar la desmemoria con palabras fílmicas. Por: Octavio Fraga Guerra*

Movie Poster - Finding Mabel - Master CopyCon una escena demoledora, sentida, de las que impregnan definitivas huellas en la memoria, abre el documental Buscando a Mabel, un texto de la cineasta y actriz norteamericana Eileen Mabel. La portada que erige la documentalista forma parte de los archivos del dolor, la desesperación, la ira y la clemencia de miles de mujeres argentinas que, en tiempos de dictadura, exigieron el retorno de sus hijos desaparecidos, víctimas del genocidio liderado por el General Rafael Videla, jefe de las Fuerzas Armadas de entonces, luego presidente de facto.

Este prólogo aflora como el punto de partida hacia un intenso viaje que transita desde los anclajes de la reconstrucción de hechos hasta los llanos argumentos que ponen en primer plano el origen del nombre de la realizadora. También de los muchos relatos de envoltura biográfica e histórica que deambulan en su génesis. Sus padres, los revolucionarios argentinos Alicia Jrapko y Juan Reardon nombraron a sus hijos Eileen Mabel, Gabriela Emma y Juan Alberto, tomando los nombres de entrañables compatriotas desaparecidos en ese período negro de la nación sudamericana.

Con este filme, Eileen y el equipo de realización toman nota sobre Yolanda Mabel Zamora, militante del Partido Revolucionario de los Trabajadores, desaparecida con tan solo 19 años. Su vida es reconstruida a manera de apuntes en los que la palabra tiene un peso, una singular presencia en la historia.

Es la nítida expresión del recuerdo de los que la conocieron, ubicados en esta puesta cinematográfica sin pretendida estructura cronológica, sin alinear con meridiana exactitud las rutas vitales de la joven militante. Con el filme se significa, se jerarquiza, se pone en contexto lo medular de su historia, permitiéndonos acceder a las fotografías biográficas.

Para materializar esta ruta fílmica la documentalista se enrola en compañía de su hermano, de su esposo y la cómplice participación de los amigos. En la obra se revelan testimonios, ilustraciones icónicas, hechos contrastados, fotos de naturaleza doméstica convertidos en documentos y episodios jerarquizados en letra fílmica. Estos adquieren valor simbólico en este documental, tras el abultado silencio que nos quiere imponer la desmemoria instrumentada por los responsables de los hechos narrados, que han encontrado en los medios reaccionarios del país suramericano pensadas letras encubridoras.

En el texto fílmico subyace una Argentina empeñada en hacer justicia por los casi 30 mil hombres y mujeres exterminados por execrables militares usurpadores del poder en las décadas de los años 70 y principios de los 80 del pasado siglo. Una nación que toma de la constancia y el coraje de las Madres de la Plaza de Mayo, que no han cesado su hacer por los desaparecidos de la dictadura.

Buscando a Mabel está edificado como un diario de viajes, una ruta en la que se integran la memoria familiar y el dialogo cruzado de los muchos otros testimonios convocados por la autora fílmica, que irrumpen como parte del empeño indagatorio de esta gesta cinematográfica narrada en primera persona.

Eileen superpone imágenes de archivo que forman parte del reservorio de la historia, de ese pasado aún incompleto. Lo resuelve fusionándolo con gráficas de sobrias líneas dispuestas para completar la ausencia de iconografías documentales. Son estos recursos apoyaturas legitimadoras de la narración que emerge y evoluciona sopesada por las emociones, por la impronta de reconstruir una historia trunca.

El epílogo del filme es doblemente simbólico. Tras una larga y emotiva ruta la documentalista quiere ser parte de ese empeño por cimentar la memoria. Junto a los testimoniantes (familiares y amigos de la protagonista del filme), siembra en el lugar donde desapareció la joven argentina una baldosa que se integra a las muchas huellas que habitan en las calles, plazas, parques y escenarios campestres de una nación empeñada en no olvidar ese pasado tenebroso. Un final vertido de emotividad, de abrazos sentidos, de hondas palabras que pintan de sustantivas verdades cada minuto de esta oportuna obra documental.

Tomado de Pensar el cine de: http://www.cubarte.cult.cu

*Licenciado en Comunicación Audiovisual (Instituto Superior de Arte). Editor del blog CineReverso. Productor y guionista de cine y televisión. Articulista de la revista cultural La Jiribilla. Colaborador de las publicaciones Cubarte y Cubainformación, esta última de España.

15 años Cubarte

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