Es notoria -en la evolución del cine documental-, la persistencia de la entrevista como recurso expresivo, sobre todo cuando se aborda la historia como punto temático. Esta inapreciable herramienta comunicacional, es habitual entre psicólogos, sociólogos, historiadores, antropólogos y medios de comunicación. Reconocida es su eficacia para acercarnos al campo que queremos abordar, -no solo como herramienta investigativa-, también como componente narrativo a la hora de construir un filme. En la entrevista, se establece –como afirma la antropóloga y cineasta argentina Carmen Guarini-, “una relación social que se basa en un intercambio discursivo entre entrevistador- entrevistado”.
Sin embargo, cuando uno se enfrenta a una obra que renuncia a esta recurrente manera de hacer nonfiction, podríamos jugar al rol de la anticipación, al ejercicio de intentar descubrir la cartografía narrativa que el autor fílmico ha construido para el espectador. Esta experiencia como receptor crítico, la he tenido con el documental: Cuentos de las dos orillas (2007), del realizador español Jesús Armesto. El ensayo audiovisual que me ocupa, nos conduce hacia un cuestionamiento de la manera en que se ha escrito parte de la historia de Andalucía. La reflexión de su autor no deja espacio para la duda. “Filmar al-Andalus, es filmar la realidad de un cementerio lleno de “desconocidos”. Andalucía es un cuento contado de boca en boca. Filmar el olvido hecho mar, que separa un pueblo con dos orillas”.
Esta obra, está cimentada bajo la confluencia de personajes reales y ficticios, que confluyen en la pantalla ignorando el sentido del tiempo. Washington Irving, Enrique Morente, Ben Yessef, Rafael Sanmartín, Isabel la Católica, Boabdil, son nombres que forman parte de la dramaturgia de esta apuesta, y son también, personajes vivos que transmutan desde sus acentos, revisitando Andalucía, quienes han sido “invitados” por el realizador para una gran cita: el debate y el dialogo en torno al origen de esta gran comunidad española. Otros personajes, son renombrados como sustentos de frases gastadas para la reformulación de un discurso que persiste desde el arquetipo.
Retomar el ensayo como plataforma discursiva para la construcción de un filme documental es una apuesta muy osada, -sobre todo-, en tiempos en los que persiste la banalidad y la tele basura, eficaces instrumentos para cultivar la idiotez y la mediocridad humana. Este filme se atrinchera por esa carretera, dándole paso a la ficcionalización con evidentes voces de teatralidad. Lo más significativo de sus parlamentos, es que están dispuestos desde el paralelismo del tiempo, desplazando el pasado-presente a un segundo plano y es que lo esencial para el creador de esta obra, es poner a la historia, a la identidad y la cultura Andaluza en el lugar que le corresponde,
El ingenio y el talento de Jesús Armesto restaura un capítulo silenciado, para esta idea, el arte del cine documental requiere de otras fortalezas. Desde la fotografía y el montaje, el realizador traza un dibujo cíclico que legitima la veracidad de su discurso. Ante la compleja fisonomía de este documento, es necesario descubrir las claves de estos dos aliados.
El encuadre de la cámara, nos asoma al dialogo apasionado y cuestionador de una fraseología que sabe a tópico. La naturaleza reproductora de la fotografía y del propio cine, apunta hacia esa dialéctica entre fotografía y realidad, o entre cine y realidad. El autor de esta excepcional obra audiovisual, se apega a la mirada de la cámara desde dos perspectivas: la operación mecánica del dispositivo concebido para reproducir imágenes y el proceso humano metafórico de mirar el mundo y de interpretarlo, con una parábola que pone a la ficción, como un esencial ingrediente de su gesta cinematográfica
Jesús Armesto podría haber construido su filme documental, desde el “realismo presente”. El carril escogido por el autor, -quien “escribe” un apasionado boceto fílmico-, se deleita con un “realismo crítico y experimental”. La ortodoxia de la crítica cinematográfica, podría acuñar su obra bajo la sentencia que: “nada tiene que ver con los cánones del género”. Ajeno a todo estereotipo encartonado propio de nuestra mentalidad acomodada, Armesto prefiere jerarquizar su obra en función del nivel de realidad que representan, bajo ese mecanismo discursivo que incide en la significación a través de la connotación. Cuentos de las dos orillas, está construido bajo los resortes representacionales.
Otra postura crítica sobre el filme, podría brotar bajo el apéndice de una supuesta manipulación del carácter gradual de una historia pasada, pues su evolución cinematográfica emerge sin documentación y testimonios que confirmen la tesis del realizador. Obviamente esta idea es fácil de desmaterializar, a cada creador le asiste el derecho a enunciar su punto de vista, pero la clave de estas ausencias están en la idea que tiene el realizador para incentivar una lectura del pasado, desde un replanteamiento del discurso que perdura manido, reiterado, bajo una verborrea “coral”. Esa ausencia de lo ya tradicional, es una trampa meditada de su puesta, para hacernos pensar en torno al pasado-presente de Andalucía.
Registrar lo real, es sólo accesible a través de un proceso de mediación. El creador nos devuelve una primera representación a la que llamamos realidad; por tanto toda producción artística se constituye en representación de otra representación. Esta mediación se inscribe en la interpretación de lo real, como resultante asistimos a la construcción de una obra de arte curada, a la escritura de un punto de vista. Bajo esta premisa le asiste al grupo creativo de Cuentos de las dos orillas, transgredir el género ante una saturación repetitiva de los códigos.
La corriente postmoderna surge del fracaso de la representación, de la pérdida de la identidad, ante una cruzada que aspira a clonar lo idéntico, al goce del simulacro. Ante esta realidad perenne, hay que jerarquizar la mirada privilegiada, el arte renovador y arriesgado. Debemos aprender a ver más, a oír más, a sentir más. Cuentos de las dos orillas, se interesa por el significado de la realidad y polemiza sobre lo real desde lo ficticio y lo ficticio desde lo real, esa es su apuesta.
El cineasta Jesús Armesto es guionista y director, nacido en Écija, residen en Sant Cugat del Vallés. Es Diplomado en Dirección cinematográfica, y autor de varios cortometrajes. Ha impartido diversos seminarios y conferencias sobre el cine, la cultura y el ser humano, en diferentes foros: Universidad de Barcelona, “Alianza de civilizaciones, Alianza por la Paz”, “Foro de la Inmigración”.
Ha incursionado como creativo de publicidad, dirigiendo cinco spot promocionales para una Asociación de discapacitados visuales, enfocado hacia la concienciación social de las discapacidades. Actualmente está inmerso en el rodaje su segundo largometraje documental, titulado: ¿A dónde miran las estatuas?, sobre las luces y las sombras de la semana santa andaluza.
Cuentos de las dos orillas, ha participado en diversos festivales nacionales e internacionales: Toulouse, Annecy, Padua, Barcelona, Amal, Sevilla, Marbella-Londres, Benalmádena.
Sinopsis
Entre las dos orillas del Estrecho de Gibraltar,
coinciden la inmigración clandestina marroquí
y la Historia de Andalucía.
El olvido recae sobre los dos.
Y para cada uno, una España.
Una España que miente y otra que margina.
En el centro, el mar de las memorias perdidas.
La orilla del Sur, la orilla del Norte.
La orilla del Sur, la orilla del Norte.
Ficha técnica
Título: Cuentos de las dos orillas
Año: 2007
Formato: 35mm
Duración: 70 minutos
Sonido: Dolby SR
Color: Color y B/N
Director: Jesús Armesto Martín
Ayudante de dirección: Soledad Sanoja Kreft
2º ayudante de dirección: Joan Parera Delgado
Director de fotografía: Marc Giratl
Foquista: Juan Manuel Orti
Auxiliar de cámara: Pablo Cayuela Miguel
Maquinistas: Nicolás Escobar y Kane Lee Kwik Allan
Jefes de eléctricos: Jason Acero y Roc Sagrista Guindulan
Eléctricos: David Mestre, David del Pozo, José María Jesús Vila, Stephen Nugent
Sonido directo: Marta Gracia Aguado
Sonorización: Roger Orcau Gallardo
Montaje: Soledad Sanoja Kreft y Francesc Sitges
Producción ejecutiva: Héctor Faver y Manuel Armesto G.
Dirección de producción: Antonia Casado
Jefes de producción: Odette Samá Olivares y Enrique Martínez
Ayudantes de producción: Valeria Linera y Eduardo Gion Espejo-Saavedra
Auxiliares de producción: Raúl Hernández, Dani Felices, Marta Durruti, Roberto Miñones Olveira, Kane Lee Kwik Allan, Sergio Morilla, Lourdes González Serrano, Gema Gordito Esteban, Estefanía Sánchez, Virginia Sánchez, María Elena Cobacho
Dirección artística: Juan Manuel Santaella
Ayudantes de dirección artística: F. Javier Cervera Hidalgo y Fernando Macián Martínez
Jefa de vestuario: Alexandra Beggio
Ayudante de vestuario: Valeria Linera
Maquillaje y peluquería: Fidel Soto Salado
Compositor: Carlos Montfort
Violines: Carlos Montfort, Alberto Reguera
Viola: Laura Erra
Violoncello: Alba Domenech
Violin solista: Carlos Montfort
Violoncello solista: Alba Domenech
Flauta, percusiones y voz: Pep Bonachera
Percusiones: Ernesto Briceño
Piano: Ilya Maximov
Asesor de postproducción: David Sánchez
Auxiliar de post-producción: Luis Merino
Supervisión de mezclas: Ana Pau
Ficha Artística
Radín: Javier Ruibal
Mujer: María Sanz
Enrique Morente: Enrique Morente
Ben Yessef: Ben Yessef
Historiador: Rafael Sanmartín
Profesor: Gabril Moreno
Guadil: Sergio Zlotnick
Niño Flamenco: Juan Carlos Avecilla
Pescador: Cristoba Mesa
Para la emisión de este programa contaremos con la presencia del realizador, que será el próximo miércoles 9 de marzo a las 8:15 de la tarde (HORA DE ESPAÑA) en TeleK de Madrid. Para los madrileños, se tramite por el canal 30 de la TDT, sintonizándolo por la frecuencia de 546000 khz. También se puede ver por: www.vallecas.org, en el apartado EMISIÓN EN VIVO DE TELE K