(VIDEO) Historias para ser contadas

Reseña del documental: Ruta del terror (Parte Ii, Final) de la serie, “Las razones de Cuba”


Nosotros no hacemos films para morir,

sino para vivir, para vivir mejor.

Y si se nos va la vida en ello,

vendrán otros que continuarán.

Raymundo Gleyzer

 

Esta segunda entrega de la serie: Las razones de Cuba. Ruta del terror (parte II, final) completa un abanico de acciones terroristas, dirigidas hacia el pueblo y el gobierno cubano. Con la singularidad de abordar las acciones organizadas por la contrarrevolución cubanoamericana y la venezolana, que forman parte de un todo.

El capítulo pone al terrorista salvadoreño Francisco Chávez Abarca como testigo central, relacionado con estos hechos. Sus declaraciones confirman lo que viene denunciando los gobiernos cubano y venezolano: la inaceptable participación de las administraciones de los Estados Unidos, que apoyan y toleran las acciones belicistas de estos grupos de terror. Para un solo cometido, desestabilizar los procesos revolucionarios de ambos gobiernos, legitimados por la voluntad popular.

La introducción de Ruta del terror (Parte II), es muy elocuente. La entrada ilegal de Chávez Abarca a territorio venezolano es seguida por las cámaras de un aeropuerto. Sus primeras declaraciones son demoledoras.

¿Cuáles eran sus objetivos en Venezuela? – “Desestabilizar Venezuela”… “Para Venezuela había dos fusiles”… “Quemar llantas, hacer disturbios en la calle, atacar a un partido político para que le caiga a otro, porque no se llevan o porque por lógica no son afines vea, porque por principios o por conveniencias diferentes entonces allí los pones a pelear”. Este mercenario venía mandato por el terrorista internacional, Luis Clemente Posada Carriles.

Esta escena es clave en el filme. La palabra confiere al relato un índice de realidad suplementario que contribuye a orientar al espectador hacia el realismo y servir de documento para la historia. El efecto de realidad se refuerza cuando el personaje puede darnos dos series de informaciones: el contenido de su diálogo y la banda sonora-palabra. Obviamente la expresión de su rostro o la disposición de su cuerpo, refuerzan la credibilidad de su testimonio. Estamos ante un testigo excepcional. Un terrorista confeso, que contribuye a desmenuzar las claves argumentales que evolucionan en esta entrega.

Nuevos retratos de congresistas de los Estados Unidos y activos miembros de esta red de terroristas, son incorporados en Ruta del terror (Parte II). Sus nombres: Robert Menéndez, Ileana Ros-Lethinan, Lincoln Díaz-Balart y Santiago Álvarez Fernández Magriñá. De este “personaje”, comentaré más adelante, a partir de una escena demoledora de este capítulo que es necesario subrayar.

Estos apuntes-retratos, desglosados en síntesis, son oportunos pues contribuyen a visualizar la catadura moral de los que forman parte de esta red, que no solo son los terroristas. Políticos y empresarios, forman parte de esta cuadrilla de bandoleros con mucho poder en los Estados Unidos.

Un nuevo pasaje de las acciones terroristas de Posada Carriles y sus asalariados, es “presentado” en este filme. Pongo el entrecomillado pues los hechos que comentaré en esta parte, son bien conocidos por el pueblo cubano.

En noviembre del año 2000 correspondía la celebración de la X Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado, que se celebró en Panamá. El ex presidente de Cuba, Fidel Castro Ruz, tenía previsto reunirse con más de dos mil estudiantes en el Paraninfo de la Universidad de Panamá.

Posada Carriles, junto a otros tres terroristas de origen cubano estaban en territorio panameño para atentar contra la vida Fidel. El objetivo, era poner en el recinto universitario, 34.44 libras de carga explosiva C-4, suficiente –según los expertos- para cercenar la vida de cientos de personas. Por supuesto que el compañero Fidel realizó su encuentro con los estudiantes y los terroristas: Luis Posada Carriles, Gaspar Jiménez, Guillermo Novo y Pedro Remón fueron apresados. El gobierno cubano sabía de ante mano los planes de este asesino internacional, que fue denunciado por el propio Fidel, tan pronto llegó a la Ciudad de Panamá.

Estos criminales tan solo cumplieron cuatro años de cárcel. La presidenta de esa nación en ese período -Mireya Moscoso-, los indultó pocos días antes de cumplir su mandato presidencial. La bajeza y el calado moral de esta señora, queda grabado en una llamada telefónica que le realizó al embajador de Estados Unidos –perdón-, al contestador automático y que le da al filme, un valor sustantivo como obra documental.

Mireya Moscoso: – “Embajador Buenos días, es para informarle que ya los cuatro cubanos fueron indultados en la noche de ayer y que salieron del país, tres con rumbo hacia Miami y el otro en rumbo desconocido”.

Una vez más la palabra adquiere una connotación de singularidad documental. Estas declaraciones son una prueba relevante del papel del gobierno de los Estados Unidos, que ampara y apoya a terroristas en su propio territorio. Sánchez Abarca, conocedor de estos pasajes por sus vínculos con Posada Carriles, desvela las prebendas que recibió esta deplorable ex presidenta del gobierno de Panamá, por sus servicios prestados.

Hago un aparte sobre lo orgánico de este documental. La labor de montaje está diseñada para acercar al lector fílmico a un mundo tenebroso y complejo. En el se barajan, personas, organizaciones, hechos, anécdotas, así como pruebas documentales y testimoniales que son necesario organizar de forma tal que los televidentes, -ajenos a estos temas-, visualicen el entramado que caracteriza a los terroristas internacionales que desarrollan actividades en contra de la Revolución Cubana.

El cine responde a formas de subjetivación y de objetivación. Sus efectos sobre los individuos son, simultáneamente,  totalizantes e individualizantes. Los espectadores son complejas posiciones de sujeto en constante proceso de afirmación, negación, contradicción, e interpretación de lo que fueron, lo que son y lo que van deviniendo en ser, en permanente relación con el entorno.

El cine evoluciona en la encrucijada sobre dónde poner cada parte de un todo como dispositivo de saber-poder. Ni antes ni después del sujeto, sino sobre sujetos ya constituidos. La sobriedad del discurso de este filme, la organicidad de sus argumentaciones –que no significa linealidad- y la contundencia de las pruebas que aporta, son los ejes en los que se sustenta para acercar al espectador a una historia que aún se sigue escribiendo.

En el principio del texto comentaba sobre el valor de los “retratos” de individuos que forman parte de esta red, donde haría un aparte sobre Fernández Magriñá. Rutas del terror (Parte II), aporta una evidencia demoledora sobre este connotado terrorista, con estrechos vínculos con Posada Carriles. Este organizó un operativo para introducir en Cuba, armamentos y explosivos con precisos objetivos.

Una de las misiones era volar el mítico Cabaret Tropicana.  Los terroristas cubanos procedentes de Miami: Máximo Pradera Valdés, Santiago Padrón Quintero y Ihosvani Surís, -este último jefe del Comando-, fueron interceptados por las Tropas Guardafronteras de Cuba en Isabela de Sagua, provincia de Villa Clara, el 26 de abril de 2001. El mentor de esta incursión Santiago Álvarez  Fernández Magriñá.

Una llamada telefónica basta para conocer, como piensa “implantar la democracia en Cuba”.

Ihosvani Suris habla con Santiago Álvarez: – Déjame hacerte una pregunta… el otro día que me dijiste lo de Tropicana. ¿Tú quieres que haga algo allá?

Respuesta de Santiago Álvarez: Si tu quieres hacer eso mejor, a mi me da los mismo… ahí se entra por una ventana con un par de laticas y se acaba aquello… y es menos arriesgado”.

Comentar sobre esta conversación, es reiterar la evidencia. Desde el punto de vista cinematográfico cabe la idea de Bill Nichols: “El estatus del cine documental como prueba del mundo legitima su utilización como fuente de conocimiento”.

La narrativa de este filme, nos invita a participar en la construcción de hechos emplazados en el mundo histórico. Nos invita a ser testigos oculares de argumentos que van dirigidos hacia el mundo histórico. Pero también a la construcción de la verdad, de la objetividad con todos los vericuetos que tiene esa palabra.

El filme aborda otros temas que completan una suma de hechos que ilustran la obcecada y criminal catadura de estos grupos. Los planes para atentar contra la vida del presidente venezolano Hugo Chávez, los vínculos entre Comando F4 integrado por mercenarios cubanos radicados en Miami con la Junta Patriótica Venezolana que le unen propósitos guerreristas. La reactivación de la organización La Rosa Blanca –heredera de los esbirros de Batista-, retomada por Lincoln Díaz-Balart hijo del fundador de esta terrorífica organización, o los planes terrorista de la organización Alpha 66, también radicada en Miami, con subsede en Madrid, cierran de manera argumental los ejes que ocupan a este capítulo. Todas son imprescindibles para entender Las Razones de Cuba y la voluntad del pueblo cubano a defenderse de toda acción hostil e injerencista.

Otras pruebas y declaraciones integran esta pieza documental que le cierran el cerco a la desinformación, a la mentira reiterada, resquebrajando la retorcida idea de no hacer aflorar la verdad que defienden intereses mezquinos ajenos a la naturaleza humana.

Las palabras de Fidel son un epílogo de este capítulo, expresan la voluntad del pueblo y del gobierno cubano. “Uno de los problemas del mundo y el del terrorismo, no se pueden resolver por la fuerza. Se resuelve poniendo fin en todas estas cosas al terrorismo de estado. Búsquese la paz en todas partes para proteger a todos los pueblos contra esa plaga del terrorismo.”

www.razonesdecuba.cubadebate.cu

Deja un comentario

AlphaOmega Captcha Classica  –  Enter Security Code
     
 

* Copy This Password *

* Type Or Paste Password Here *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.