Yoani Sánchez escribe repostería industrial. Por: Octavio Fraga Guerra*

Balas de goma

(Jóvenes españoles víctimas de la balas de goma en el Estado Español)

En el post titulado, “Prohibiciones” la bloguera cubana Yoani Sánchez habla de sus novedades, de sus experiencias en su gira internacional conocida como: “la vuelta al mundo en 80 días”.

En el texto publicado el 4 de marzo desata su acostumbrado paralelismo propio de su verborrea recurrente. En sus reflexiones a tres párrafos se pregunta: ¿Qué es diferente? Esta interrogante es –o pretende ser- la esencia del texto. Es el punto de mira propio de su calibrado estilo.

Su escritura la apertrecha con pletórica poesía, con las lucubraciones del verso. Con “los olores y la temperatura” –como ella misma apunta- de una vivencia de la que parece estar poseída y en éxtasis.

Tomo un fragmento que va a continuación de la señalada interrogante que expresa: “Los olores y la temperatura, pienso en un primer momento. Después llegan los ruidos que son tan peculiares en cada lugar, la grisura del cielo en el invierno o el tono oscuro de las aguas de un río que atraviesa parte de Europa”. En la continuación de su texto vivencial hay más de lo mismo, con otra pregunta. ¿Qué es realmente lo nuevo?

Esta estructura de redacción se repite. Esta idea de construir el texto parece tomada del molde de una fábrica de repostería industrial. Un primer ingrediente, un segundo, quizás un tercero y ya está hecho el dulce. No les quiero agobiar con la misma reflexión pues la escritura se desarrolla desde la misma idea gramatical. Se repite con el mismo anclaje estructural.

Al final, -en el tercer párrafo- es cuando Yoani Sánchez nos desvela el anticipado objetivo. Me permito poner íntegramente el final de su post pues en él encontraremos el fin de “Prohibiciones”.

La bloguera afirma: “El contraste principal radica en lo que está o no permitido. Desde que bajé del primer avión estoy esperando que me regañen, que alguien salga y me advierta “eso no se puede hacer”. Busco con la mirada al custodio que vendrá a decirme “no está permitido hacer fotos”, al policía de rostro sombrío que me gritará “ciudadana, identificación”, al funcionario que cortará mi paso por algún pasillo mientras sentencia “aquí no es posible entrar”. Pero, no acabo de toparme con ninguno de estos personajes tan comunes en Cuba. De manera que para mí la gran diferencia no son los deliciosos panes con semilla, la perdida carne de res que ahora regresa a mi plato o el sonido de otra lengua en mis oídos. No. La gran diferencia es que no siento permanentemente sobre mí la señal roja de lo proscrito, el silbato que me sorprende en algo clandestino, la constante sensación de que cualquier cosa que haga o piense podría estar prohibida”.

En este párrafo se traslucen las reiteradas y trasnochadas lucubraciones de un texto hecho por encargo. Es lo que tiene cuando se hace ¿literatura? pagada en nombre de la sacrosanta democracia del capitalismo. Es lo que pernocta y persiste en las ramas de los grandes medios de comunicación como el diario español “El País”, donde es articulista.

Yoani está por estos días en España. Ha de ser invitada a recorrer sin restricciones cada palmo de estas tierras ibéricas. Me tomo el trabajo de hacerle una ruta para que nos siga “deleitando” con sus textos de repostería industrial.

Podría, por ejemplo, hacer un fotoreportaje sobre las filas que cada mañana se hacen en las oficinas del paro. Estoy seguro de que oirá montones de historias para contar. Más de cinco millones de desempleados dan para mucho.

Sería interesante conocer de su pluma la vivencia de las víctimas de las balas de gomas que se han manifestado pacíficamente en las plazas y calles de este país. Fueron hombres y mujeres anónimos que alzaron la voz. Hoy exhiben su dolor multiplicado, llevando en su rostro una huella dejada por la brutalidad de los “agentes del orden”.

Me gustaría leer de su mano alguna crónica sobre los poblados chabolistas de la España periférica y tercermundista, como suelen acuñar los grandes medios de comunicación cuando toman nota sobre nuestro Sur.

Desearía también un artículo –con tres párrafos me vale-, sobre los desahucios de viviendas que cada día suman más de 500. Si me permite una sugerencia no debería de faltar algún apunte sobre los suicidios de personas que son expulsadas porque los bancos que les han robado la vida. Aunque en verdad no sé si pueda escribir -en tres párrafos- el drama de los desahuciados presos del dolor y la injusticia.

La salud pública y la educación están siendo invadidas por la privatización de estos poderes de turno. La ejemplar actuación de los médicos y maestros que forman parte de las diversas mareas de la nación ibérica son criminalizadas por los medios de comunicación del Estado Español. Ante su empuje mediático, la bloguera Yoani Sánchez tiene la oportunidad de encumbrar las voces de los que luchan por áreas que son vitales para el ser humano. Aunque no tengo claro que su jefe del “Grupo Prisa” le permitirá hacer labor periodística, si lo que escribe lo hace desde las esencias de los movimientos.

Estaría bien leer en su blog, algún texto sobre la venta de armas por parte del gobierno español al estado genocida israelí. Las víctimas inocentes del pueblo palestino -muchos de ellos niños y niñas-, le sabrán recordar la Declaración Universal de los Derechos Humanos que reiteradamente cita en su blog.

Sería interesante que nos escribiera sobre la abultada lista de políticos corruptos que pululan en España. La suma podría ser interminable. Empresarios, banqueros, hombres de negocios. Yoani Sánchez tendría mucha tela por donde cortar. Sólo que si tuviese la osadía de hacer escritura sobre estos elementos de baja catadura moral, me temo que las pagas exorbitantes a la que está acostumbrada desaparecerían como aguja en el pajar.

La lista de sugerencias para la ruta periodística de Yoani Sánchez por las tierras del Quijote podría ser más extensa. Con la que he esbozado me basta para ver su estatura de cronista en tiempos de crisis.

Pero debo de retomar un fragmento del último párrafo. La cita en cuestión es: “El contraste principal radica en lo que está o no permitido. Desde que bajé del primer avión estoy esperando que me regañen, que alguien salga y me advierta “eso no se puede hacer”. Busco con la mirada al custodio que vendrá a decirme “no está permitido hacer fotos”, al policía de rostro sombrío que me gritará “ciudadana, identificación”, al funcionario que cortará mi paso por algún pasillo mientras sentencia “aquí no es posible entrar”.

Yoani, acá en España no te faltarán historias para hacer este tipo de crónicas. Las vivencias que podrás tener serán tan ricas e intensas, que tres párrafos no serán suficientes para hacer el auténtico retrato de los “queridos” agentes del orden del Estado Español.

Aquí no te regañan, no te dirán: “eso no se puede hacer”. Los chicos vestidos de azul, con cascos de última generación y toda una repulsiva parafernalia propia de estos cuerpos –sin medias tintas- te darán cuatro porrazos o “los que hagan falta”. Te amenazarán si tienes la osadía de pedirles el número de placa que está de moda -entre ellos- el no llevarlo. Si la tarde noche está calentita, terminarás en la Unidad de Intervención Policial acusada de desacato a la autoridad.

Cuando hablas de Cuba en esos términos no encuentro la prueba irrefutable de tus denuncias, de tus supuestos acosos. Tus palabras parecen sacadas de una novela policiaca barata y de bajo coste. Los medios que te avalan, que te ensalzan, no verán con buenos ojos un cambio de ruta en la escritura de tus textos. Tienes en España la oportunidad excepcional de hacer obra desde los itinerarios de la verdad.

*Editor del blog

3 Responses to Yoani Sánchez escribe repostería industrial. Por: Octavio Fraga Guerra*

  1. María Carla dice:

    amigo tu articulo me ha parecido maravilloso, lo voy a colgar en mi blog, aunque no creo que a sus amos le interese que ella publique ese tipo de historias que le suguieres, sin embargo como que ya ya está luchando por el regreso de los 5 quien sabe y regresa siendo una ferviente revolucionaria eh?

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