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Crímenes del franquismo, crímenes contra la humanidad

Se estima en 130.000 las víctimas del régimen franquista (según números de las asociaciones de Memoria Histórica), datos que resultan incompletos

Por José Arturo Val del Olmo

No hay tregua en la lucha por rescatar del olvido los crímenes franquistas, y son la tenacidad de sus víctimas y la movilización por la recuperación de la memoria histórica las que pueden garantizar la ruptura del muro de impunidad que ha construido la justicia española para que no haya ni verdad, ni justicia, ni reparación.

La enmienda presentada por PSOE y Unidas Podemos al Proyecto de Ley de Memoria Democrática señalando que “todas las leyes del Estado español, incluida la ley 46/1977, de 15 de octubre, de Amnistía, se interpretarán y aplicarán de conformidad con el Derecho internacional convencional y consuetudinario y, en particular, con el Derecho Internacional Humanitario, según el cual los crímenes de guerra, de lesa humanidad, genocidio y tortura tienen la consideración de imprescriptibles y no amnistiables”, o las enmiendas de ERC y EH BILDU para derogar la Ley de Amnistía de 1977 responden a esa lucha pero no aciertan a exponer con claridad por qué después de más de 40 años la impunidad de los crímenes del franquismo constituye, hoy por hoy, un muro infranqueable.

Cualquiera que haya leído la última resolución del Tribunal Constitucional (Auto 80/2021, de 15 septiembre), a propósito de la demanda de Gerardo Iglesias por torturas durante el franquismo debido a su pertenencia al Partido Comunista y a CCOO, puede comprender que el problema para juzgar en España crímenes de lesa humanidad no es la Ley de Amnistía de 1977, que solo se refiere a delitos de intencionalidad política, sino la oposición de la cúpula del poder judicial, cuya prepotencia se gestó durante la Transición debido a la falta de depuración de una justicia reaccionaria, seleccionada durante 40 años de dictadura, que fue, además, la encargada de aplicar una legislación democrática en la que no creían. Esta justicia conservadora, endogámica, y corporativa, alcanza su mayor poder en 2013, cuando la mayoría absoluta del PP garantiza una mayoría en el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), órgano que decide todos los puestos claves de la justicia española y ejerce la capacidad disciplinaria sobre los jueces. Desde entonces, esta cúpula judicial —Tribunal Constitucional, Tribunal Supremo, CGPJ o Audiencia Nacional— interpreta aún más restrictivamente las normas, al servicio de las derechas y del poder económico, como se puso de manifiesto en las sentencias relativas a los abusos del sector bancario.

Como consecuencia, hay ya una consolidada jurisprudencia del Tribunal Constitucional y del Tribunal Supremo, en respuesta a múltiples recursos de amparo, “para no investigar penalmente hechos acontecidos durante la Guerra Civil y la Dictadura Franquista”, y una actitud obstructiva frente a las exigencias de Naciones Unidas o a los requerimientos de la justicia penal argentina. Interpretan sobre los crímenes del franquismo que no hubo una vulneración sistemática de derechos y que delitos como la tortura eran aislados y no están por tanto amparados por el derecho imperativo internacional (ius cogens). Sostienen que la figura de crímenes contra la humanidad no existía durante el franquismo, y como no se incorporó al derecho penal español hasta 2004, se debe respetar el principio de legalidad: “No hay delito ni pena sin ley previa, escrita, estricta, pública y cierta”. Al mismo tiempo, cuestionan el fundamento normativo, alcance y contenido del deber de perseguir y penalizar crímenes internacionales de primer grado (genocidio o crímenes contra la humanidad) con el argumento de que no hay consenso y resultan discutibles. Al considerar así los crímenes del franquismo como delitos comunes, y no como delitos contra la humanidad, oponen la prescripción, transcurridos más de 20 años desde los hechos, y su cobertura por la Ley de Amnistía de 1977.

Muy distinta es la interpretación de la justicia argentina. La resolución del Juzgado criminal y correccional federal 1 de Buenos Aires imputa al exministro franquista Martín Villa como autor mediato de los asesinatos de marzo del 76 en Vitoria-Gasteiz, y otros, debido a que ocupaba una posición preponderante en una estructura de poder que mantuvo sus normas, agentes, y practicas represivas durante la Transición, asegurando a las fuerzas del orden público la impunidad de su actuación por todos los medios a su alcance. Y lo argumenta, curiosamente, en base a la propia doctrina del Tribunal Supremo español, en su sentencia 798/2007, seguida contra el exmilitar argentino Scilingo, acusado de asesinato mediante los “vuelos de la muerte” bajo la dictadura de Videla, en la que se afirma la competencia de los tribunales españoles en base a la Justicia Universal porque “el contexto de ataque generalizado y sistemático contra una parte de la población civil en el que se cometen determinados crímenes comunes, como asesinatos, torturas, detenciones ilegales, y otras, es válido para encuadrarlos en el ámbito de los crímenes contra la humanidad aunque estos no estuvieran tipificados como tales en el momento de la comisión de los hechos”.

Una Ley de Memoria Democrática es necesaria para rescatar del olvido y de las fosas a las víctimas, anular las sentencias represivas durante la dictadura, llevar la enseñanza de este pasado criminal a las escuelas, combatir la mentira, investigar el golpe de estado contra la II República, la guerra, la dictadura, y la transición, pero el camino de la justicia, que hay que ensanchar, requiere continuar con la denuncia y la movilización, en nuestro país, en apoyo a la Querella argentina y ante los tribunales de justicia europeos porque, en palabras de Miguel Hernández, “quien se para a llorar, quien se lamenta contra la piedra hostil del desaliento, quien se pone a otra cosa que no sea el combate, no será un vencedor, será un vencido lento”.

José Arturo Val del Olmo. Abogado y miembro de la Asociación de Víctimas 3 de Marzo – Martxoak 3 Elkartea.

Tomado de: El Salto

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Chile: malos tiempos para la ética política

Foto Sputnik Mundo

Por Marcos Roitman Rosenmann

En Chile la ilusión de estar viviendo un proceso constituyente radical, de transformación democrática se desvanece. Las macroelecciones dejan un resultado poco esperanzador. Dentro de un mes, el posible triunfo de la extrema derecha pinochetista es un mal presagio. Pero no podemos dejar pasar el nuevo mapa que se dibuja tras las elecciones parlamentarias. La derecha controla ambas cámaras. El pacto de transición (1988-90), entre las fuerzas armadas y los representantes políticos que le dieron vida, llega a su fin. El parlamento, ya en crisis, tiene nuevos actores y hay que reinventar alianzas y pactos. Si hablamos de la derecha, la coalición hegemónica Chile Podemos Más cohabitará con una derecha neofascista, cuya presencia ha dejado de ser marginal. Se trata del Frente Social Cristiano, encarnado en la figura de José Antonio Kast, y formado por el Partido Republicano y el Partido Conservador Cristiano. En este contexto, UDI, RN y Evópoli, con 59 diputados, seguirán siendo la principal fuerza parlamentaria, pero deberán pactar a su derecha con el Frente Social Cristiano. Sus 15 diputados serán necesarios para articular mayorías. El chantaje será el arma política para mantener atada en corto a la derecha que negoció la transición, y según Katz abandonó sus postulados para plegarse a los designios de la izquierda marxista. Asistiremos, con seguridad, a un discurso más beligerante y anticomunista. Pero no ha sido este el único desprendimiento en la derecha, el Partido por la Gente, con seis diputados, creado ad hoc y legalizado en julio de 2021, inaugura su andadura. Para ello candidateó a Franco Parisi, economista conocido por sus programas de radio y televisión, adulador de la economía de mercado, quien ha fijado su residencia en Estados Unidos, sin participar en los debates. Cuesta creer que 891 mil 566 chilenos le otorgasen su voto, convirtiendo a Parisi en el tercer candidato más votado, por delante de Sebastián Sichel, de Chile Vamos. Sus motivos para “pedir asilo”, según sus declaraciones, se deben al proceso judicial que le condena a pagar una millonaria deuda de pensión alimentaria a sus hijos.

Por el otro lado, los partidos que han configurado la Concertación, hoy Nuevo Pacto Social, acaban haciendo aguas. Aunque se mantiene la alianza entre socialistas, democratacristianos, Partido Radical y Partido por la Democracia, sus resultados no han sido mejores que Apruebo Dignidad, donde se agrupan el Frente Amplio, el Partido Comunista, Comunes y Verdes. Ambas coaliciones han obtenido igual número de escaños: 37. La novedad es la juventud de sus diputados. La vieja generación de líderes y dirigentes ha sido desbancada, lo cual supone un cambio que acabará repercutiendo en los discursos, los comportamientos y actitudes a la hora de enfrentar los pactos, lo cual no necesariamente debe traducirse en un ideario más a la izquierda, anticapitalista y contra el neoliberalismo.

Así, en segunda vuelta, a pesar de en­tender que el triunfo de Kast, el 19 de diciembre, sería la confirmación de la peor de las opciones posibles, el probable triunfo de Gabriel Boric, dejaría un presidente debilitado. La derecha, con mayoría en ambas cámaras, podrá desarrollar una política de cortapisa, retrotrayendo el país a los años más oscuros del pinochetismo político y, de paso, convertirse en un dique a la Convención Constituyente, aislando a sus convencionales situados a la izquierda y decididos a cambiar el modelo. En esta tarea contaría con la colaboración de una parte importante de los independientes, socialdemócratas y democristianos de los partidos que firmaron el 15 de noviembre de 2019 el pacto de la traición.

Si dentro de un mes, votar a Gabriel Boric se piensa como freno a José Antonio Kast, sus opciones están en buscar alianzas con la socialdemocracia y la democracia cristiana, en otros términos, con la vieja Concertación, y atraerse los votos del progresista Marco Enrique Ominami (7.61 por ciento) y de Unión Patriótica, Eduardo Artés (1.47), secretario general del Partido Comunista Chileno (Acción Proletaria). Sin olvidar la necesidad de movilización social. Los índices de abstención se elevan a 52 por ciento. De los 15 millones 30 mil 973 ciudadanos con derecho a voto, lo ejercieron 7 millones 93 mil 303. En pocas palabras, uno de cada dos chilenos se abstuvo. La despolitización, la corrupción, el descrédito de los partidos, la pérdida de confianza en las instituciones públicas, la falta de una opción ilusionante en la izquierda, un proyecto real, por encima de discursos grandilocuentes, genera desafección y desinterés. Ahí está otro triunfo cultural del neoliberalismo chileno, relegar la política a un espacio emocional de marketing electoral, desligándola de su sentido ético de construcción de dignidad y ciudadanía plena.

En definitiva, la disyuntiva en Gabriel Boric y Jose Antonio Kast pierde relevancia si entra en la ecuación la nueva composición parlamentaria, sin por ello restarle importancia. No son lo mismo. Pero la realidad es tozuda. Boric, si quiere recuperar terreno, deberá buscar la confianza de los sectores medios, los empresarios, las trasnacionales y los organismos internacionales, lo cual le conduce a posicionarse en favor de la economía de mercado, los tratados de libre comercio y suavizar su rechazo al neoliberalismo. Entre la espada y la pared, si triunfa, su gobierno dará tumbos entre el desencanto y la frustración. José Antonio Kast es el candidato de la derecha, todas las derechas, y harán lo posible para suavizar el discurso xenófobo, racista y violento, maquillando sus declaraciones. Si lo consiguen, tendrán mucho ganado. El Chile real dista mucho de aquel imaginado hace apenas un año con el proceso constituyente. La tendencia es a reconstituir el proceso neoliberal bajo nuevas formas y para ello, da lo mismo ocho que 80.

Tomado de: La Jornada

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Joven cine cubano: gentil y sensitivo

Por Joel del Río

Cuatro buenas noticias, que ya son muchas en una época marcada por la interminable sucesión de malos augurios, se asocian con el estreno en salas de la más reciente producción del Icaic: Cuentos de un día más, integrada por seis cuentos que dirigieron ocho realizadores si contamos, además de los cinco directores respectivos de cada historia, el dueto que integraron Katherine T. Gavilán y Sheila Pool en Los días, y la dirección general del maestro Fernando Pérez, cuyo mágico toque de distinción se percibe aquí y allá a lo largo de un metraje concebido en paralelo con su nuevo filme Riquimbili o El mundo de Nelsito, que seguramente veremos el año que viene.

Cuando mencionaba un cuarteto de buenas nuevas me refería, en primer lugar, a la reapertura de las salas de cine en la capital con una programación suficientemente atractiva como para atraer espectadores; también estaba pensando en que tal reapertura tiene lugar con un nuevo largometraje de ficción cubano que manifiesta una insospechada capacidad artística para ilustrar en pantalla grande los difíciles tiempos que corren, y traducir al lenguaje del cine tanto el quebranto como la negativa a dejarnos vencer por los descalabros y la inercia que nos acompañaron durante 2020 y la primera mitad de 2021.

Otros dos argumentos me permiten asumir ciertas cuotas de optimismo: Cuentos de un día más resulta de la colaboración entre el Icaic y varios colectivos audiovisuales independientes (i4films, Wajiros Films, DB Estudio. Cocuyo Media Lab) todos mancomunados con la intención de aupar al cine cubano como un todo, más allá de compartimentos estancos. Además el filme manifiesta la justificadísima confianza en el talento no solo de los realizadores jóvenes, sino, sobre todo, de las realizadoras, porque tres de los cuentos están dirigidos por mujeres, y esta no es una victoria pequeña cuando recordamos la deuda que el Icaic acumuló con las cineastas en sus primeros 40 años de historia.

Se cuenta que la más reciente película dirigida por Fernando Pérez está protagonizada por un niño, tal y como ocurría con producciones recientes del cine cubano desde Conducta (2014, Ernesto Daranas) hasta Yuli (2018, Iciar Bollaín), pasando por las sucesivas Cuba libre (2015, Jorge Luis Sánchez) o Esteban (2016, Jonal Cosculluela), y tal vez debiéramos incluir en la relación a El techo (2017, Patricia Ramos), aunque sus tres personajes principales ya son adolescentes. Y es precisamente una niña la protagonista de La trenza, el cuento dirigido y escrito por Rosa María Rodríguez, que también confiere importante espacio a la madre de la niña y a una paloma: esta última asumida con un carácter simbólico de hermosas resonancias éticas.

La trenza abre la sucesión de breves historias integrantes del nuevo largometraje. En un entorno violento y lóbrego, la joven cineasta quiere descubrir, y lo logra, ciertos gestos de amor y comunión a veces inadvertidos por quienes levantan un muro de prejuicios contra ciertos barrios y ciertas gentes, catalogados con el polémico epíteto de «marginal». Y además de Rosa María Rodríguez también figuran en función directriz el dueto integrado por las realizadoras Katherine T. Gavilán y Sheyla Pool, en Los días, mientras que Mercuria estuvo en manos de la novel, casi recién egresada, Carolina Fernández-Vega Charadán. Ambos cortos manifiestan una especie de rebose narrativo, y saturación de acciones dispuestas para crear suspenso, cuando estos requerían pausas, detenimientos, recreación en caracterizaciones y conflictos dentro del escaso tiempo de que dispone un corto, porque las historias seguramente hubieran alcanzado mayor vuelo en circunstancias más favorables.

Exceso de sobreentendidos y cierto atropellamiento en el decir y el hacer de los personajes entorpecen, en Los días, la presentación coherente y convincente de un erotismo teatral e histriónico, ideado para salvar a una pareja de la intemperie cotidiana. El tema, bastante original en nuestro contexto, se ve aquí lastimado por la premura, y requería, a ojos vistas, de mayor maduración antes de llegar a la puesta en escena. Y si Los días restringe al mínimo el espacio escénico con tal de concentrarse en la introspección de personajes que apenas llegamos a comprender, Mercuria se derrama visualmente por las calles de media capital para seguir las huellas de una muchacha que hace entregas a domicilio, en moto. La sucesión de encuentros y aventuras disímiles nunca llegan a impedir que ella nos resulte finalmente un ser entrañable.

Ellas optaron por la abundancia de peripecias y sucesos, mientras que Alan González decidió extremar el minimalismo en La muchacha de los pájaros, donde el espectador debe adivinar lo que ocurre antes de que una muchacha ocupe la casa de alguien que murió, o emigró, o decidió legar su propiedad, porque la incertidumbre es el móvil que le permite al espectador preguntarse por el modo en que se rellenarían los abundantes espacios en blanco dejados, ex profeso, por el guion. La muchacha que menciona el título habla muy poco, está casi siempre sola (como la mayor parte de los personajes del largometraje) y trata de descubrir un sitio permanente, o simplemente acogedor, en su nueva morada. Hermosísimo es el final que no clausura sentidos ni explica intenciones, sino que le suministra un epílogo alegórico, de escapados pájaros y árboles enormes, quizá repletos de nidos. Osado, muy osado ha sido el realizador para decidirse, más que a contar a sugerir una historia, remitiéndose más bien a tratar de atrapar el elusivo perfil de la espiritualidad bajo presión.

Vibrante homenaje al cine cubano es Ella y él, de Yoel Infante, donde la soledad y la incomunicación vuelven a tener, como en otros cortos, contundente presencia en la vida de los personajes: un expresidiario que consigue trabajo como custodio de un cine, y una mujer imposibilitada de volver a su casa por los toques de queda de una ciudad desierta. No siempre se vinculan convincentemente el homenaje a los grandes filmes del cine cubano con el romance incipiente entre dos solitarios, y el surrealismo que domina la narración tampoco alcanza como elemento de juntura entre ambos cauces, pero los desniveles se subsanan gracias a la profesionalidad incombustible de Héctor Noas (inolvidable la danza que derrocha swing por los pasillos vacíos), y a una fotografía espléndida, construida a partir de impresionantes movimientos en grúas y de muy incitantes angulaciones.

Cuentos de un día más cierra con el conmovedor y hermosísimo Gallo, de Eduardo Eimil, que además de compartir con el espectador soledades y pérdida de sus personajes también recurre al sempiterno valor de la solidaridad y la resiliencia, que triunfan en una de las escenas finales más hermosas que nos ha regalado el cine cubano en los últimos años. Es posible que el espectador que soy, un cubano tocado, como muchos, por las angustias y desastres de la COVID, se sintiera particularmente vulnerable ante las muchas emociones que el corto provoca, o también puede ser que Gallo le llegara a Eimil en un momento de absoluto dominio de todos los elementos narrativos y expresivos del cine, pero solo puedo garantizar que el final, con el rostro transido del actor Mario Guerra, me dejó simplemente emocionado, y esperando más, no porque fuera insuficiente lo que había visto, sino porque de lo bueno uno siempre espera renovadas entregas.

Tomado de: Juventud Rebelde

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Mujeres desconcertantes: os quedaréis solas, por “intensitas”

Por Analía Iglesias

En éxtasis frente a los personajes femeninos de la película ‘La rueda de la fortuna y la fantasía’, nos atrevemos al misterio de esas mujeres que causan desconcierto porque dicen “no sé” y expresan sus propias perplejidades: no siempre hay que entender todo, ni entenderse. Convocamos también a la poeta Anne Sexton y sus ‘Transformaciones’, una reelaboración ‘inconveniente’ de clásicos de los Hermanos Grimm para abordar el asunto de las hadas. Segunda parte de esas mujeres “desasosegantes que descolocan porque no responden a lo que se espera de ellas, de nosotras.

Fue ir al cine y ver La ruleta de la fortuna y la fantasía, de Ryûsuke Hamaguchi, y comprender que este tipo de mujeres desconcertantes que la protagonizan pueden no caber en identidades colectivas ni en ninguna otra etiqueta de fácil comprensión y, sin embargo, son las guardianas del misterio ancestral de su género. Esta película japonesa premiada en la Berlinale, y que acaba de estrenarse en España, es una puesta en tres actos sobre mujeres solas, que estarán solas siempre, más allá de ser esposas, de estar solteras, preferir la heterosexualidad o ser lesbianas. Se trata de una soledad que viene de resultar desasosegantes por incomprensibles y, encima, expresar las dudas sobre los motivos de sus acciones, incluso en su contra. Son “intensitas” en sus cavilaciones existenciales y también apasionadas en el amor (los amores) que profesan, llenos de paradojas, y sin explicación mundana alguna. Dicen “no sé”.

Los críticos destacan del filme el hilván prodigioso entre tres historias que hablan del azar, el amor y los trenes que se nos han pasado, o las oportunidades desperdiciadas; sin embargo, creo que a las mujeres, el filme de Ryûsuke nos roza otras fibras, que tienen que ver con nuestras maneras de ser o de ser aceptadas o rechazadas. Sondea un lugar hondo donde reside la propia perplejidad frente a lo que somos y experimentamos. Es el lugar de la autoincomprensión explícita… O un desasosiego que algunas reconocemos sin reservas, empujando al interlocutor a abismarse en su propio desconcierto, lo que, en demasiadas ocasiones, es sinónimo de incomodar.

Arrepentirse es un verbo difícil

¿Cuántas veces nos arrepentimos las mujeres? Muchas más de las que proclamamos que no existe ninguna virtud en la culpa y que nadie tiene que arrepentirse de nada. Nuestras proclamas son maneras de tomar envión para sacudirnos el lastre de no cumplir con las misiones o las expectativas de la sociedad y el tiempo que nos tocan. Nuestras declaraciones públicas no implican que, en lo profundo, no estemos preguntándonos y reprendiéndonos por no haber sido (o parecido) de tal otra manera, más adecuada y conforme a los demás, incluso a las demás.

Las proclamas son un escudo del que podemos valernos, legítimamente, como integrantes de un grupo históricamente excluido de la representación y segregado en la toma de decisiones. Hay que levantar la voz y, para decir cosas al unísono, hay que contar con unos acuerdos de mínimos que nos hagan sincronizarnos con las causas de nuestra época. No obstante, cada mujer elige expresar sus contradicciones individuales o callarlas, para refugiarse en compañía. Y aquí viene el director japonés a poner en primerísimo primer plano a, al menos, tres mujeres confusas, raras, de esas que no encajan en sus entornos, pero que son capaces de expresar su propia perplejidad por eso que sienten, que es enrevesado, difícil de disimular o comprimir.

No hace falta que seas nadie más que tú para que a los demás les moleste, viene a decir La rueda de la fortuna y la fantasía. Sencillamente, lo que proyectas pone a los demás frente a un espejo en el que muchas –quizá demasiadas– personas preferirían no reflejarse nunca. Porque hay quien ha optado por distraer la vida con otros reflejos y quién eres tú para dar esos destellos de verdad, aunque sea incongruente con casi todo lo que nos rodea. Hay quien a eso le llamará ‘aura’, y le pondrá tonalidades, luces, o sombras.

Una forma común de casarse las princesas

“Piensas y actúas más allá del sentido común. Eso molesta”, le dice el personaje masculino a ella, una mujer casada que resulta bastante impopular entre sus compañeras y compañeros de facultad, todos más jóvenes, en una de las tramas de La rueda de la fortuna y la fantasía. Resulta que los dos únicos vínculos afectivos de la mujer en la universidad los constituyen su amante, un chico veinteañero que la venera eróticamente, y su profesor de literatura, que la respeta justamente por su brillantez indómita, porque piensa “más allá del sentido común”, algo que puede resultar estimulante para los buenos maestros (los docentes mediocres, en cambio, se indignarán con cualquier rasgo que haga que un cordero sobresalga y destaque la posibilidad de la desobediencia).

He aquí otra clave: en dos de las historias de la película hay un apunte certero del realizador japonés sobre la posibilidad del encuentro humano a través de la atracción erótica. En efecto, atravesados por Eros, los seres humanos prescindimos del entender, el banal entender del todo razonado, y nos liberamos al sentir. No todas ni todos nos lo permitimos, ni siempre nos entregamos a ese territorio en el que, verdaderamente, la incomprensión, o el “más allá del sentido común”, dejan de importar. Pero sí resulta esclarecedor asistir a la creación de un vínculo único, que sortea todas las otras leyes sociales del pertenecer y ser aceptadas. En el tercer cuento del filme, la posibilidad del encuentro humano se da a partir del reconocimiento de la falta, de ese hueco insalvable del corazón (oculto y tapado de callos); en este caso, promovido por el azar, cuando dos mujeres desconocidas quieren ver en la otra a ese amor posible e imposible que alguna vez dejaron pasar. Quizá no haya manera de redimir la relación ni de recuperar el tiempo, tampoco arrepintiéndose, pero el impulso de desearlo abre una puerta a otros deseos, y a la alegría de liberarse del propio juicio… de la sensatez y del sentido común.

En esta otra vía de liberación de lo que no se entiende y lo que es sensato, aparece la poeta Anne Sexton, gracias a una reciente edición ilustrada de libro Transformaciones (Ed. Nórdica), una reelaboración inconveniente de clásicos de los Hermanos Grimm. Lejos de las hadas, la “dama Sexton” –como ella misma se nombra en sus poemas– habla de princesas que “celebran concursos”, porque “es la forma común de casarse las princesas”. Y, precisamente, en ese texto, llamado La serpiente blanca, Sexton menciona a la princesa como “eternamente Eva”, ya que le dice al viajero que lo que le trae “no es suficiente” y que tiene que “buscar la manzana de la vida”. Sin embargo, la poeta hace que nada sea lo que parece, porque, al morder la manzana, las princesas también pueden enredarse “jugando a las casitas” con algún viajero, y asentarse “en una caja”, y así pasar “sus días viviendo felices para siempre…, una especie de féretro, una especie de miedo azul”.

La palabra sublime a veces entristece, pero también cura.

Lo dicho, si queréis gozar y comprender nuestras existencias marcadas por la poética del no-entender, nada mejor que asomarse a la obra literaria de la dama Anne Sexton y a la obra fílmica de Ryûsuke Hamaguchi (imperdibles, también, creaciones anteriores suyas como la serie Happy Hour y Assako I y II, en Filmin).

Tomado de: El asombrario

Tráiler del filme La ruleta de la fortuna y la fantasía (Japón, 2021) de Ryûsuke Hamaguchi

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Sandra Gugliotta: «Cuando te enfrentás a un tema tan íntimo y perturbador, te preguntás qué hacer»

Sandra Gugliotta, cineasta argentina

Por Horacio Bernades

Tal como informaron en su momento los titulares de los diarios, entre 2008 y 2009 24 empleados de France Telecom se quitaron la vida, como consecuencia de un plan de reestructuración empresarial que los ponía ante la opción de firmar el retiro voluntario o trabajar en condiciones degradantes y hasta peligrosas para la salud. En un libro llamado La privatización de los cuerpos (2008), el sociólogo argentino Damián Pierbattisti investigó un proceso previo, en el que otra empresa telefónica había adoptado una política semejante, con resultados semejantes. Se trataba del proceso de privatización de la empresa ENTel en la Argentina de Carlos Menem, a cargo de Telefónica de España. En este caso los suicidios no fueron tantos como años más tarde en Francia, pero también los hubo.

A la realizadora Sandra Gugliotta (Buenos Aires, 1969), el tema le tocaba en forma personal: su padre fue uno de los trabajadores de ENTel a los que la privatización dejó sin empleo en 1990. De esta convergencia de dolor y de datos surgió Retiros (in)voluntarios, que se estrena este jueves en salas de Buenos Aires. En su segundo documental después de La toma (2013), la realizadora de Un día de suerte y Las vidas posibles investiga ambos casos, trazando una línea de fuego que atraviesa el Atlántico y deja a su paso vidas, familias y economías quebradas para siempre.

¿Cuál fue el disparador del documental? ¿La noticia de los suicidios de los empleados de France Telecom o el despido encubierto de tu padre?

Lo primero fue una nota sobre el tema que publicó el diario Miradas al Sur. Luego tomé contacto con el sociólogo Damián Pierbattisti, que había publicado el libro La privatización de los cuerpos, fruto de una investigación de diez años sobre las privatizaciones en el área de telecomunicaciones en Francia y Argentina. La hipótesis de su investigación era novedosa: sostenía que lo que sucedió en Argentina con la flexibilización laboral durante el menemismo se replicó luego en Francia durante la privatización de France Telecom. Esto es lo que trato de abordar en el documental, una idea que en principio me parecía ”infilmable” y que me llevó muchos años de investigación y trabajo. No sólo sobre el contenido sino también sobre la manera de contarla, para encontrar un lenguaje y un dispositivo que me resultara interesante.

Contame en qué condiciones tu padre fue obligado a dejar la empresa.

La de mi viejo es una más de las historias de trabajadores desocupados (o reconvertidos forzosamente) de los 90. En el desarrollo de la película encontré en él un lugar íntimo, amoroso y personal desde donde vincularme con estos sucesos políticos que parecen datos duros, pero que en realidad sólo hablan del sufrimiento de las personas, una variable que no se suele tener en cuenta cuando se habla del neoliberalismo. Para él, como (creo) que para la mayoría de los hombres de esa generación, el cambio de paradigma fue un golpe muy fuerte. Los trabajadores pensaban que sus vidas estaban en un camino que no iba a tener muchas modificaciones. El concepto del trabajo, del futuro, de la organización de las familias y la economía doméstica era algo que parecía estable. Encontrarse de pronto desempleados fue un golpe muy duro para muchos de ellos, principalmente para los varones. La mayoría de los protagonistas de esta película son hombres, para ellos el desempleo y la pérdida del lugar de “proveedores” de la familia parece haber sido algo abismal.

¿Qué sentiste frente a los entrevistados franceses?

Una enorme sorpresa. Muchas veces no supe cómo actuar porque la emoción que sentía era más fuerte que cualquier cosa que pudiera pensar como puesta, montaje, etc. Me pregunté mucho qué hacer cuando en un documental te enfrentás como realizador a un tema tan íntimo y perturbador, y decidí que el único camino que podía tomar era transmitir esa sensación y dejar que fueran mis protagonistas quienes contaran su historia, sin intervenir demasiado y ofreciéndoles una escucha atenta y amorosa.

Un entrevistado cuenta que a su familiar lo mandaron a trabajar en un sótano sin ventanas y con la calefacción deliberadamente alta. Esta tortura psicológica lleva a una asociación escalofriante con la llamada “Escuela Francesa” de tortura, desarrollada durante la guerra de Argelia y exportada a Latinoamérica, en la que se formaron los militares de la dictadura.

Ese tema era uno de los ejes principales de lo que yo quería investigar y formó parte del proyecto original. Quedó en una mención en la película y no había espacio en la estructura para ahondar más en él.

Si la película fuera una ficción, ciertos relatos podrían parecer obscenos y poco creíbles. La carta que una chica le manda a sus seres cercanos 5 minutos antes de tirarse por la ventana, el relato minucioso del ritual casi japonés de un empleado que se clava un cuchillo en el estómago frente a sus superiores, las referencias a inmolaciones, que también suenan más orientales que occidentales, el empleado que se ahorcó con un cable telefónico, vestido con su uniforme. Tratándose de un documental, uno comprende que es la realidad la que a veces es obscena.

Los suicidios por motivos laborales en Francia tuvieron una puesta en escena en algunos casos impresionante, ya que los realizaron en el lugar de trabajo y frente a testigos. Hay algo de los suicidios como un hecho social que es un poco lejano para nosotros, y yo creo que tiene que ver con que en Argentina la protesta social es muy fuerte y de alguna manera canaliza ese dolor individual.

Es transparente el relato detallado que hace un ejecutivo sobre las estrategias de guerra aplicadas a la economía, desde lo que conocemos como capitalismo salvaje en adelante.

Ese ejecutivo francés es un caso muy interesante. Un hombre que en su rol de Ejecutivo de Recursos Humanos había despedido más de mil personas y que luego deja su trabajo y se dedica a contarlo y habla de prácticas de recursos humanos que inculcan una «cultura del miedo». Cuenta sobre su trabajo en el vocabulario de un sicario. Dice que hace el trabajo como quien acepta un contrato, mata fríamente, sin escrúpulos pero dentro de las reglas, limpio, sin remordimientos.

¿Cómo surge la expresión “genocidio telefónico”, en qué circunstancias se la utilizó?

Surge en el marco de uno de los casos de degradación laboral, documentado en el ensayo legal Ciudadela sitiada, que elaboró como defensa el abogado laboralista Luis Enrique Ramírez. Posteriormente se documentaron otros doce casos similares, en el informe que se llamó Genocidio telefónico y que fue confeccionado para documentar lo que estaba sucediendo con las privatizaciones y recursos humanos, con datos que aportaron los propios trabajadores.

Si se dibujara una línea de puntos que lleve de Telefónica de Argentina 1990 a France Telecom 2008/2009 y de allí a los conglomerados que ambas compañías han constituido junto a empresas como Movistar, Personal, Canal 13 y Fibertel, se obtendría una hoja de una de las rutas del gran capital, en la Argentina de las últimas décadas.

El caso de las telecomunicaciones es paradigmático porque se une allí una cantidad de temas que tienen que ver con la conformación y transformación del poder real de las últimas décadas. Se podrían filmar muchas películas desde distintos puntos de vista y atravesando muchos países y creo que todas serían reveladoras.

Tomado de: Página/12

Tráiler del filme Retiros (in)voluntarios (Argentina, 2020) de Sandra Gugliotta

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Salir, irse, virar, regresar: Debate del Último Jueves de Temas

Este jueves 28 de octubre se realizó a través del grupo en Telegram, el debate del Último Jueves dedicado a la migración: lea aquí las primeras intervenciones de los panelistas.

(Realizado, vía Telegram, el 28 de octubre de 2021).

Como cada mes, se realiza el debate del Último Jueves de la revista Temas, dedicado este 28 de octubre a la migración: “Salir, irse, virar, regresar”.

A través de nuestro grupo en Telegram, a las 4:00 p.m. inicia la discusión de las diferentes aristas y visiones sobre la temática en un audiochat que estará desarrollándose hasta las 6:00 p.m.

A continuación, Catalejo publica las primeras respuestas de los panelistas invitados:

Panelistas:

Isabel Cristina López Hamze. Mamá de dos hijos varones y teatróloga. Licenciada en Arte Teatral, 2011 y Master en Ciencias en Procesos Formativos de la Enseñanza de las Artes, 2016. Trabaja como profesora de la Universidad de Las Artes.

Cristina Escobar. Periodista y analista de política internacional de la Televisión Cubana. Becaria Chevening, beca del gobierno británico que le permitió viajar a estudiar una maestría a Londres, y posteriormente trabajó en BBC World Service. Es una cubana que salió del país a estudiar, y un año y medio después regresó. Ha cubierto temas de la política exterior cubana incluyendo los eventos entorno al deshielo entre los Estados Unidos y Cuba, y los diálogos con la Unión Europea. Fundadora del sitio para emprendedores www.eltcp.com.

Robenson Glesile. Haitiano. Reside en Rosario, Argentina, desde hace nueve años. Profesor de francés. Integrante del Grupo de Estudios sobre Migraciones (Universidad Nacional de Rosario). Vice coordinador de la Fundación Jèn Mapou.

Arturo López-Levi. Politólogo. Se graduó del Instituto Superior de Relaciones Internacionales en La Habana en 1992 y luego realizó estudios de Maestría en Economía y Asuntos Internacionales en la Universidad de Carleton (Ottawa) y la Universidad de Columbia (Nueva York). Experto en política latinoamericana y estadounidense. Fue analista político del gobierno cubano entre 1992 y 1994. Es consultor de la fundación New America y de Diálogo Interamericano sobre temas de Cuba y política estadounidense hacia Latinoamérica. Coautor del libro Raúl Castro y la Nueva Cuba: una visión cercana del cambio (McFarland, 2012). Miembro del consejo editorial de Cuban Studies. Actualmente es catedrático de la Universidad de Texas (Rio Grande Valley). Es copresidente de Cuban-American for Engagement (CAFE).

¿Cómo ha cambiado el patrón migratorio en los últimos diez años? ¿Quiénes emigran? ¿Es posible saber cuál es su composición social o demográfica?

Isabel Cristina López Hamze: Es siempre un riesgo hablar sobre el fenómeno de la migración. Un tema complejo que atraviesa los ámbitos económicos, políticos y culturales, pero también los afectivos, sentimentales y familiares. Acepté la invitación de Rafael para participar en este debate con la condición de que mis intervenciones serían desde la perspectiva teatrológica. El teatro ha sido el espacio para reencontrarme con la historia y la memoria, con el pasado y el presente de mi país. Un país habitado por los de aquí y los de allá, por el adentro y el afuera.

La migración es uno de los temas más abordados por los dramaturgos cubanos. Las variaciones del patrón migratorio son analizadas por las ciencias sociales, son expuestas en forma de estadísticas y análisis de políticas migratorias, análisis sociológicos. El teatro las analiza desde otros resortes. La mayoría de las obras que abordan el tema están movidas por deseos opuestos: el deseo de los personajes de regresar y el sueño de irse. Así estos dos extremos han sido explotados históricamente por los dramaturgos. Hay obras que tratan sobre las ganas de irse, como “Puerto de Coral” de Maikel Chávez, donde tres hermanas en un pueblo de pescadores sueñan con México, Barcelona y Nueva York o “Nevada” de Abel González Melo, en la que sus protagonistas son jóvenes marginales que se prostituyen y luchan a toda costa por el sueño de irse. Mientras para las primeras, el deseo está marcado por una visión romántica, para los segundos, el irse significa escapar, significa salvarse de una realidad que los agobia. El teatro también ha puesto en perspectiva quiénes emigran. Y podemos encontrar una obra donde los personajes emigran por razones económicas, familiares, para huir de sus contextos agrestes. Pero también podemos hallar otros puntos de vista, por ejemplo, en un espectáculo como “Departure”, de El Ciervo Encantado, que conecta las vidas de artistas que han emigrado por causas políticas e ideológicas.

En la dramaturgia de los últimos diez años he visto cómo el teatro que aborda la migración ha variado. Ha pasado de esa clásica dicotomía del querer partir y el querer regresar a la discusión de otros puntos y el protagonismo se ha mudado del personaje que emigra a una suerte de personaje coral que rodea al emigrante. Una obra como “Callejón Desagüe”, de Laura Liz Gil, estrenada y publicada en 2018, se centra en las relaciones de los personajes que se quedan, mientras el hombre que se va, es solo el pretexto poético para enlazar a dos mujeres, su esposa y su amante que, en la espera interminable, se unen, se entienden, se acompañan de un extraño modo. Ha cambiado el abordaje de la migración en la última década también en términos de estéticas. Podemos encontrar muchas obras desde concepciones realistas que discursan sobre la insularidad y esas ganas de “saltar el charco”, pero van apareciendo otras escritas por jóvenes que indagan en las consecuencias de la emigración, más que en las causas. Podemos encontrar obras epistolares, performances, espectáculos de cabaret teatro, autoficciones, parábolas y una obra para niños “Cabeza de caballo”, de Yerandy Fleites, que por primera vez toca el tema en el teatro para niños en Cuba.

Habrá que ver cómo el teatro del futuro registra los cambios en el patrón migratorio luego de estos dos años pandémicos y convulsos en todos los sentidos. Hay que esperar. Las motivaciones para emigrar están planteadas. Y también las motivaciones para quedarse. Habrá que ver cuáles son las consecuencias de una u otra decisión, las heridas o las nuevas perspectivas de futuro.

¿Qué motiva a los emigrantes?  ¿Qué factores sociales, económicos, psicológicos, culturales, políticos, impulsan la emigración?

Robenson Glesile: En primer lugar, migrar es un fenómeno natural. Luego existen distintos factores que impulsan a la gente a emigrar. El ser humano está siempre en búsqueda de oportunidades. Lamentablemente, vivimos en un mundo dominado por la desigualdad. Las guerras, las inestabilidades sociopolíticas impulsan las personas a migrar. Según ACNUR, a finales de 2019 el número de personas desplazadas en el mundo era de 79,5 millones. De ellos, 26 millones eran refugiados. La falta de trabajo es uno de los factores que motivan a los haitianos y las haitianas, por ejemplo, a elegir el camino de la emigración. Directamente, el equilibrio mental de las personas que emigran en medio de las crisis se ve afectado. Hay que mencionar también el factor ecológico como una causa que impulsa a la migración.

Isabel Cristina López Hamze: La gente de teatro siempre parte de esa “maldita circunstancia del agua por todas partes” de la cual hablaba Virgilio Piñera en ese gran poema que es “La isla en peso”. La noción de insularidad, es ya una condición para el deseo posible de la migración. El peso simbólico que tiene haber nacido en una isla es muy fuerte. El teatro cubano ha develado, como pocas expresiones artísticas, el drama que envuelve a los que regresan y a los que se van.

Las motivaciones para emigrar son diversas. Dependen de los individuos, del contexto histórico, de las edades y de otros muchos factores. Si tomamos un evento como el éxodo por el Mariel, que representó una de las más grandes oleadas migratorias de la historia y ponemos a dialogar las motivaciones de los personajes protagónicos de cuatro obras que abordan el tema, podemos advertir la variedad de motivos.

“La Familia de Benjamín García”, de Gerardo Fernández, escrita y representada en los años 1982 y 1985, respectivamente, y publicada por Letras Cubanas, en 1989, está contada desde la perspectiva de Benjamín, un viejo padre. La acción tiene lugar durante la ocupación de la embajada del Perú. Fernando, el hijo de Benjamín, se asiló allí y su idealista padre cree que está cumpliendo una misión secreta; no quiere reconocer que ha traicionado los ideales que le inculcó durante años. Los motivos del personaje que quiere emigrar no están claros porque la mirada se enfoca en su padre, pero, por antonomasia, se advierten las motivaciones ideológicas y económicas.

Ulises Rodríguez Febles es otro autor que aborda el éxodo por El Mariel de forma cuestionadora y desprejuiciada. “Huevos” tiene lugar en dos tiempos diferentes, 1980 y 1993. Luego de verse obligado por sus padres a abandonar el país cuando era un niño, Oscarito regresa a casa de su abuela Pastora en los difíciles años del inicio del Período especial. El personaje era un niño y las motivaciones de sus padres fueron la reunificación familiar.

Otra obra como “El grito”, de Raúl Alfonso, narra el reencuentro de dos amigos. Uno que fue llevado por sus padres en los 80, cuando era adolescente, por motivos ideológicos, y otro que se quedó en Cuba. Ambos jóvenes se justifican, se desnudan y se conectan después de muchos años en un encuentro visceral.

Otra obra como “10 Millones”, de Carlos Celdrán, se concentra en uno de sus pasajes más intensos, en el dilema de un padre que se asila en la Embajada del Perú, con el deseo de reencontrarse con su familia, luego de esperar años para que ese encuentro fuera posible.

En estas cuatro obras las motivaciones de los personajes son distintas, sin embargo, todas tienen un factor común: el saldo nefasto a nivel familiar, marcado por las circunstancias de la emigración en aquellos años. Quién emigró por Camarioca en un avión, no tiene la misma experiencia de quien emigró en los 80 y fue víctima de los actos de repudio. Quién emigró en una balsa en el 94, no guarda en su cuerpo y en su mente las mismas cicatrices de quien emigra hoy con su maleta de rueditas y su pasaporte visado. Aunque los estudios de migración han sido profusos en términos de exponer causas, creo que el teatro ha sabido poner sobre la escena las consecuencias de la emigración. Más que las motivaciones, les interesa a los dramaturgos exponer el reflejo de la emigración en el universo familiar.

Arturo López-Levi: Como elementos estructurales de empuje habría que apuntar la brecha de desarrollo entre Cuba y el principal destino de la emigración cubana que son los Estados Unidos. Agréguese a eso: 1) la política de bloqueo económico, comercial y financiero de Estados Unidos contra Cuba, 2) la típica cancelación de soluciones individuales por el sistema leninista a los problemas tradicionales en cualquier sociedad de transporte, casa, alimentación, y recreación, 3) la cancelación a la versión liberal-democrática de las libertades civiles y políticas que acompaña este tipo de sistema.

Mas que propuesta de solución colectiva a los problemas de la nación (concepto de éxodo en la narrativa sionista y evocado por ejemplo en un programa de la FNCA), la emigración o el exilio aparecen como opción individual o de grupo político. La Cuba que viene desde la Guerra de independencia hasta antes de 1959, y hasta hoy, tiene más continuidad en la Isla que en la diáspora.

En términos de la coyuntura hay que apuntar los problemas asociados a la transición cubana a un nuevo modelo económico, desde una economía estatalizada de comando, no sostenible en ausencia de sus socios en la URSS y el CAME. Desde ese origen, se transita a una economía y sociedad signadas por un aumento de las lógicas de mercado. Aquí habría que apuntar la dilación de políticas complementarias a reformas adoptadas a partir de equilibrios de reforma parcial que han beneficiado a los tempranos ganadores y a funcionarios en posiciones ventajosas de poder.

En esos contextos de poca conciencia sobre los costos de un excesivo gradualismo (no se cruza un precipicio paso a paso) se produce un cambio de valores en el cual cuentan brotes predecibles de inflación, corrupción, comportamientos predatorios y aumentos de pobreza y desigualdad. Dado el nivel de educación de la población cubana y su exposición a una campaña que ha apostado a demostrar que el cubano puede tener una mejor vida en cualquier lugar (es una forma de decir fundamentalmente el Norte industrializado) menos bajo el sistema leninista imperante en Cuba, la opción de emigrar y la atracción de hacerlo aparece como óptima.

En otro plano, hay que recordar que el retorno de Trump a la política de hostilidad no solo agudiza la situación desesperada en la isla sino restaura un diagnóstico de Cuba como una especie de Corea del Norte o Alemania nazi en el Caribe, en el marco de la cual es políticamente imposible aplicar un criterio objetivo a los pedidos de refugio político, no importa la derogación de la política de “pies secos-pies mojados”. ¿Cómo enviar de vuelta al otro lado de la cerca a los escapados del supuesto “campo de concentración” que, al antojo de la derecha pro-bloqueo, Pompeo definió en su última semana en el departamento de Estado como “país terrorista”?

¿En qué medida existe realmente una migración circular? ¿Un flujo de salida-entrada-vuelta a salir-regreso? ¿Qué peso específico tiene? ¿A qué responde?

Isabel Cristina López Hamze: El regreso es una de las aristas más abordadas por la dramaturgia con temática de migración. Desde un clásico de Alberto Pedro como “Weekend en Bahía” en el que dos antiguos amantes se encuentran un fin de semana en un apartamento. Como ocurre con otros textos de encuentros entre dos personajes, uno que vuelve y otro que permanece, se desmontan las falsas utopías y se desacralizan el “haberse ido” y “el haberse quedado”. Quien se fue es infeliz y quien se quedó también lo es. Porque la migración implica rupturas, desprendimientos, soledad, aunque también pueda significar nuevos horizontes.

Otra obra publicada en 2020, “Maneras de usar el corazón por fuera” de Yerandy Fleites, también trata el tema del regreso. Una actriz vuelve una y otra vez a Cuba a montar una obra de teatro que es su propia vida, el recuerdo de lo que fue su vida antes del exilio o lo que nunca fue más allá del teatro y la memoria.

Las obras que tratan los retornos lo hacen desde la angustia de haberse ido y reencontrarse con un panorama desolador. Si bien, los personajes sobredimensionan esos paisajes fríos, anhelados, ese sueño americano o cualquier espejismo del “afuera”, también es cierto que, al retornar, la imagen real que les devuelve la ciudad, la casa, la familia no concuerda con ese recuerdo idealizado.

Ese círculo de constantes entradas y salidas, de esperanzas y decepciones, también marca la dramaturgia. Siento que los personajes se encuentran en una especie de limbo entre el aquí y el allá. En un espacio intermedio de recuerdos, cuestionamientos, esperanzas, alegrías, tristezas. Ese espacio no físico que habita gran parte de los que emigran. Ese espacio simbólico que persiste a pesar de los años, que conecta el corazón con la familia, pero también con las calles, con el aire, con la gente, es a mi juicio lo que condiciona una migración de retorno.

¿Existe una migración de retorno?  ¿Cuál ha sido la experiencia de la repatriación?

Robenson Glesile: Este es un fenómeno complejo. Gestionarlo depende del lugar de origen o de destino. Los migrantes de retorno según la ONU son personas que regresan a su país de origen después de haber sido migrantes internacionales (a corto o largo plazo) en otro país y que tienen la intención de permanecer en su propio país durante al menos un año.

Haití, por ejemplo, no está preparado para recibir a los migrantes de retorno y nunca hubo políticas públicas para aquellas personas que decidieron voluntariamente volver a su tierra o la gente que fue expulsada como lo que estamos viviendo ahora con las decisiones del gobierno de los Estados Unidos. Es un alivio para ese país y un gran problema para Haití. Por otro lado, Haití es uno de los países más afectados por la fuga de cerebros.

¿Qué impactos sociales y económicos tiene actualmente la emigración? ¿Las remesas? ¿Cómo incide sobre la desigualdad? ¿Sobre la fuerza laboral? ¿Qué significa y qué consecuencias tiene la construcción de proyectos de vida fuera del país?

Cristina Escobar: La emigración es un proceso natural para todos los países en desarrollo. No es exclusivo de Cuba, ni sus efectos se perciben solo en la realidad cubana, pero sin dudas, para nuestro contexto tiene peculiaridades especiales.

La Revolución cubana, proyecto cultural emancipador y que desafía cada minuto el orden mundial imperante, se centró en lo que los líderes sabían serían la fortaleza más importante de este país: las personas. El acceso a la educación gratuita, universal, de calidad, hasta los más altos niveles, creó un capital humano de impresionante preparación, seres humanos instruidos y listos para ser empleados. No obstante, el proyecto revolucionario, que se sigue haciendo todos los días, ha fallado en proveer empleo de calidad a ese enorme potencial humano. Por tanto, la contradicción puede ser explicada de una manera simple: en Cuba se estudian varias carreras nucleares, y no hay ninguna central nuclear funcionando. Y si bien estos son conocimientos que tienen aplicación en la medicina, durante décadas han sido formados Físicos Nucleares e Ingenieros Nucleares que han terminado en otras latitudes buscando aplicar su altísima preparación, ya que estudiaron en un país cuyas oportunidades de empleo no pueden cubrir el crecimiento intelectual que puede desarrollar un joven estudiante.

La primera salida para eso es la emigración, aunque no la única. También la emigración hacia otros sectores de trabajo, y por supuesto la opción de trabajar en empleos que requieren menor calificación.

Sin personas, el valor más importante que tiene el proyecto emancipatorio de la Revolución, se debilita, inexorablemente.

La emigración tiene por supuesto una alta incidencia en la desigualdad, porque el emigrado provee una remesa, principal tipo de ayuda económica socorrida, que pone a su familia, sin importar su aporte en la sociedad, en una escala superior de ingresos porque recibe un dinero en una moneda dura.

Pensar que el único proyecto de vida es el de emigrar, y construir en otra geografía un nuevo concepto de felicidad, limitado por la lejanía a la familia, y al lugar que nos ha visto nacer, es cada día más común, y expresarlo, más normalizado. Y lo digo con gran pesar, pero negarlo sería mirar para otro lado. El costo es ser un país-beca, donde estudio, crezco, pero no hago familia, y no me involucro en casi nada que no me reporte de manera directa una ventaja con respecto a mi otra vida añorada, o buscada, la del emigrante.

Robenson Glesile: Las remesas tienen un aporte considerable sobre la economía de los países de las personas que emigran, que tienen en cuenta a sus seres queridos que dejaron atrás. En el caso de Haití, el impacto social y económico de las remesas es muy importante, no a una escala macro, pero a nivel micro ayudan a la mayoría de la población. Sirven para los gastos domésticos, la educación, algunos mini proyectos familiares etc. Así, los hogares haitianos son muy dependientes del envío de remesas.

Pensar un proyecto de vida fuera de su país de origen siempre va a ser una decisión difícil y triste. Es muy personal. En el caso de Haití, hay una conexión mágica o inexplicable que nos une con esa tierra tan compleja.

¿Cuáles han sido los efectos de la política migratoria vigente? ¿Ha cambiado la relación entre los que residen afuera y adentro? ¿Cómo? ¿Por qué?

Cristina Escobar: La política migratoria vigente solo se puede entender desde la comparación con el orden de cosas anterior. Recuerdo cuando quitaron la llamada “carta blanca”, trabajaba en la revista televisiva Buenos Días, y la ascensorista del ICRT, con quien jamás había cruzado más que formales saludos, me preguntó con ansiedad si era cierto. Yo no sabía, hasta que llegué a la redacción y me tocó a mí leer aquel editorial que anunciaba el tan retrasado cambio de política.

Fue la adquisición de un derecho que nunca debió haber estado privado para nadie. Pero las decisiones en políticas migratorias en Cuba siempre han estado marcadas por la política migratoria de los Estados Unidos, que sí ha sido instrumentalizada para crear un desorden interno que derroque al gobierno revolucionario.

Los efectos han contribuido a normalizar la acción de viajar, democratizarla, y que muchas personas la usen como fuente de empleo, al viajar a comprar, importar y vender, sea legal o no. Ha desplazado las limitaciones para viajar al país destino, y no ya a limitaciones puestas por Cuba. Es ahora decisión de los gobiernos extranjeros ofrecer visa o no.

La relación entre los de afuera y adentro ha cambiado. Primero se ha difuminado más la noción del de adentro y el de afuera. La posibilidad de estar hasta dos años fuera del país sin perder los derechos como ciudadano y residente cubano ha contribuido a que las personas decidan vivir un poco afuera y un poco adentro. Las relaciones entre los emigrados y los residentes en el país se han vuelto, por tanto, más fluidas. La posibilidad de viajar ha permitido también que las personas trabajen fuera e inviertan el dinero en Cuba, o que dependan menos de los recursos disponibles en el país, y se conviertan en importadores para emprendimientos de cualquier tipo.

Robenson Glesile: Las fronteras se vuelven cada día más difíciles de cruzar. El tema de la migración entra en los grandes debates políticos de varios países. Decenas de miles de personas desesperadas intentan llegar a Europa en condiciones peligrosas cada año. El mundo mira para otro lado. En Argentina, en 2018, el gobierno neoliberal de Mauricio Macri exigió un visado a todos los haitianos, y los requisitos para obtenerlo son muy difíciles para un haitiano.

Es muy complicado entrar a países con esos tipos de política migratoria y los que ya están adentro tienen dificultad para regularizarse o tener acceso a los derechos básicos para los “no nacionales”. Así, la reunificación familiar se hace más difícil.

Arturo López-Levi: El mayor efecto de la reforma migratoria de octubre de 2013 es la expansión de lo transnacional de la comunidad política cubana. Por transnacional implico aquí las relaciones sociales, económicas, culturales y políticas del país, como sociedad y Estado, más allá de las fronteras e influencias nacionales. Aquí el mito de la sociedad cubana cerrada, que nunca lo fue, se quiebra con mayor estruendo. Además de los movimientos circulares de ir y venir, hay que notar que los que viven fuera son influidos y están conectados con mayor exposición a lo que ocurre en el país, mientras que los que viven en el país también viven en mayor exposición a las dinámicas del mundo exterior. No se trata solo de los viajes, también de las redes sociales, las dobles ciudadanías, un aumento evidente de los matrimonios y reconciliaciones a través del estrecho de la Florida y los trabajos temporales que sirven de formas de acumulación y estrategias familiares de sobrevivencia.

Esta expansión de lo transnacional plantea posibilidades de reconciliación y comunicación, y resuelve problemas asociados con la separación y la falta de encuentro, pero también implica la agudización de conflictos de valores, intereses, paradigmas de sociedad, narrativas oficiales u oficiosas sobre los pasados nacionales y locales. La unidad de la comunidad política (polity) cubana se expone ahora a nuevas tensiones, dada la larga historia de mirar a paradigmas diferentes, pero con rasgos similares de identidad no siempre positivos, por ejemplo, una cultura en Cuba y Miami que alaba la intransigencia política, con preferencia por lo contencioso, no el compromiso.

¿Se puede hablar de la emergencia de un espacio social trasnacional, donde los sujetos no solo se desplazan, sino desarrollan relaciones laborales,  construyen  proyectos de vida, que funcionan a nivel económico-material, y mediante redes y sentidos de pertenencia, modos de vida, hábitos, patrones, conectados con culturas y sociedades diferentes?

Cristina Escobar: Existe un espacio social trasnacional, anclado en la realidad del país; solo así se entiende que en Miami se vea tanta televisión cubana, o que los cubanos emigrados debatan y exijan a su país de origen lo que no son capaces de exigir o pedir en sus países adoptivos.

Ese espacio ha sido aprovechado también por el emprendimiento privado, donde el extranjero o el cubano nacionalizado emplea al cubano de adentro, o donde los modos de vida en el exterior siguen regímenes y rutinas locales. Las redes sociales han precipitado esta conexión, pero desafortunadamente, sigue habiendo muchos muros. El primero es el tratamiento particularmente desventajoso que tiene el cubano a la hora de pedir una visa, para cualquier lugar. Al obtenerla, muchos leen este evento como una oportunidad única, que han de aprovechar quedándose en el país de destino, porque dudan que vuelva a dárseles esta oportunidad. Esta ecuación ha sido además multiplicada por el cierre de los servicios consulares de los Estados Unidos en La Habana, aunque realmente, ese comportamiento se repite no solo con los que quieren emigrar a ese país.

Isabel Cristina López Hamze: Para responder esta pregunta quiero referirme a la metáfora de las raíces al viento, usada por Eugenio Barba, uno de los genios teatrales más importantes del mundo que mucho ha influido en los teatristas cubanos. El Odín Teatro es un grupo que tiene su sede en Holstebro, Dinamarca, pero está compuesto por actores, músicos y artistas de diversas partes del mundo. Por eso surge la metáfora de las raíces al viento, como expresión de una identidad que se consolida en el aprendizaje de otras culturas. Cada actor habla en su idioma y en los espectáculos se aprovecha esa diversidad también como una manera de llegar a otros con hábitos y patrones de vida diferentes.

En el teatro hemos aprendido a ser un gremio que se resiste a separarse. Muchas veces se habla de la dramaturgia o del teatro de la Gran Cuba, para hacer referencia a los que escriben desde aquí o desde allá, ya sea Estados Unidos, o cualquier otra latitud. Muchos de los teatristas cubanos que viven fuera de Cuba publican, estrenan en la Isla y participan en los eventos auspiciados por las instituciones.

Existe una voluntad por parte de la institución de trenzar experiencias y conectar gente valiosa, vivan donde vivan. Un ejemplo clarísimo es la antología Dramaturgia de la Revolución (1958-2008), publicada en 2010 por la casa Editorial Tablas-Alarcos y compilada por el teatrólogo Omar Valiño. De las treinta obras incluidas, más de la mitad aborda el tema de la migración. Y un dato importante para entender las relaciones entre el adentro y el afuera es que ocho fueron escritas por autores que residen fuera de Cuba.

Quiero terminar con una cita de Rine Leal, maestro de mis maestros.

Una isla es siempre un sitio a donde llegar, y también de dónde partir y en el caso de Cuba la insularidad convierte a la isla en una expresión histórica que vence los límites geográficos. (…) Nuestra Isla es siempre un territorio de acercamientos y lejanías, un espacio donde la geografía deviene rápidamente historia. Y nuestra historia cultural (concebida como expresión acumulativa de la identidad) nos muestra y demuestra que la expresión artística del cubano ha sido siempre unívoca y resistente a la separación.

¿Existe una política de Estado que se haga cargo de la emigración actual, que la refleje y logre aprovecharla en función del interés nacional, minimizando sus costos, y maximizando sus beneficios? ¿Qué políticas podrían implementarse para lograrlo? ¿Deberían reconocerse todos los derechos ciudadanos a los emigrantes? ¿Incluyendo el acceso a la salud, la educación, la seguridad social?

Cristina Escobar: El discurso oficial se ha referido, en reiteradas ocasiones, a la voluntad política de integrar a la emigración a los caminos de actualización del modelo económico, pero me sobran más los ejemplos de limitaciones y dolores de emigrados patriotas, que de lo contrario.

Un país que sufre crisis combinadas, y sediento de inversión y moneda dura, ha de abrirle las puertas y ofrecer todo tipo de incentivos y certezas al emigrado patriota que quiera invertir en el país. Eso, en la concreta, hasta este momento, es solo discurso. Todo el inversionista cubano que vive en el exterior invierte desde y por caminos oscuros, alegales o ilegales.

Los ciudadanos emigrantes que, para entrar a su país, han de tener un pasaporte cubano vigente, con los altísimos costos que esto implica, deben tener todos derechos reconocidos, si pagan impuestos de alguna manera, deberían tener derecho a la salud, educación, y seguridad social, pero solo si se encuentran formas de que contribuyan en forma de impuestos. Debería ser un camino, así como la participación política, con el costo, los riesgos y los beneficios que esto trae.

El cubano emigrado sigue percibiéndose como se le construye desde el discurso cotidiano: el otro, el que se fue, el que no es parte. Eso hay que cambiarlo. El desafío más grande es que el cubano emigrado, a veces de hace pocos años o meses, repite el discurso de la agenda intervencionista contra Cuba, olvidando sus propias experiencias de hace pocos meses, asimila de manera automática, como una forma de encajar rápidamente, deja que colonicen sus percepciones, recuerdos y sentimientos, y esto se traduce en comportamientos de hostilidad, de odio, y de acciones como calificar a la familia que quedó en Cuba como enemigos, a los que hay que empujar en sus penurias y carencias cotidianas para que se alcen de una vez contra el gobierno, una petición desde una cómoda distancia.

Al emigrado hay que sumarlo. Probablemente la persona más fervientemente patriota que he conocido en mi vida no es una persona que viva en Cuba, la conocí en Londres, y trabaja día y noche por el bien de Cuba, cuando la dejan, como la dejan, y saltando las más altas vallas. El bien de Cuba no es monopolio de unos pocos, ni solo de los que habitamos este espacio-isla; es de todos los cubanos patriotas, decentes, estén donde estén.

Arturo López-Levi: Para pensar la política migratoria conviene enfatizar los factores que la determinan. Aquí hay apenas espacio para enunciarlos y plantearse la pregunta de cómo la actual coyuntura política cubana influye y se ve conformada por los siguientes grupos de determinantes:

1)      El papel de los intereses socioeconómicos en Cuba en relación con las visiones, intereses y posturas de los emigrantes cubanos en la diáspora. Esos intereses se expresan a través de la acción de grupos de interés afines en la política burocrática, el intercambio de opinión entre las élites al interior del sistema leninista de partido único y en la opinión pública. Hay cambios importantes en el entendimiento del papel de la migración cubana en estos tres niveles.

2)      La política exterior y la diplomacia de la cual la política migratoria es parte. Aquí habría que apuntar la importancia del conflicto con los Estados Unidos, lugar donde se asienta, fundamentalmente en el enclave de Miami, el núcleo principal de la emigración cubana. Ese conflicto hoy se ha recrudecido.

3)      La acción resultante de dinámicas de coordinación, afinidad y conflictos de misión y objetivos de las instituciones del Estado con impacto político hacia la migración. Es evidente que el gobierno cubano está expandiendo el espacio de interacción con los emigrados más allá de la DACRE, los consulados, el sistema de inmigración y extranjería del Ministerio del Interior. Por ejemplo, la apertura a las MPYMES abre una interacción que puede ser cardinal a la presencia emigrada y los potenciales de reforma económica a nivel de los municipios. De concretarse, implicaría dinámicas de ganancia y pérdida de poder de diferentes actores políticos al interior del partido-Estado.

4)      El impacto de las normas del derecho internacional, particularmente derechos humanos, en la confección y argumentación de la política migratoria. En este sentido, es notable cómo el debate sobre la política migratoria, antes y después de la reforma de 2013, estuvo signado por referencias a las prácticas internacionales, argumentos desde los estados y normas en torno a la libertad de movimiento.

Tomado de: Catalejo. El blog de Temas

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Repudio

Ares (Cuba)

Por Soledad Cruz Guerra

A mí tampoco me gustan los ignominiosos actos de repudio. Por eso me indigna la andanada de ofensas, amenazas, linchamientos mediáticos, falsas noticias que desde Miami y otros puntos del planeta lanzan los totalitarios enemigos de Cuba, enceguecidos por el odio, incapaces del menor razonamiento, proclamando sin pudor sus intenciones de aniquilar, matar, arrasar con todos los que no piensen como ellos, si lograran apoderarse de la Isla.

No he leído ninguna declaración pública de ilustres personalidades, ni de sensibles académicos, ni de críticos analistas sobre esa verdad evidente. Tampoco la vi sobre los lamentables sucesos del 11 de julio contra el vandalismo de los que atacaron mercados, tiendas, tiraron piedras a un hospital, volcaron carros policiales y hasta pretendían quemar vivos a agentes del orden.

Entonces, el 11 de julio, a lo sumo, se limitaron a manifestar que no querían que se reprimiera al pueblo, como si pueblo solo fueran los violadores de la tranquilidad ciudadana, los delincuentes pagados para fomentar el caos, los que formaron el show frente al Instituto de Radio y Televisión, sabiendo a quien servían como luego se ha ido demostrando.

Esa violencia, que tomó desprevenida a la sociedad cubana, demostró la impiedad de sus organizadores para con un pueblo abrumado por la pandemia, para con un país prácticamente estrangulado por las extremas sanciones de la administración Trump. Pero demostró también que los presuntos “pacíficos” promotores del cambio de gobierno en Cuba —para instaurar el capitalismo— no tienen ninguna capacidad para evitar los hechos violentos que, desde las redes sociales, estimula la turba de odiadores, quienes apoyan a Archipiélago porque saben que tiene los mismos objetivos, aunque los disfrace impúdicamente apelando a Martí o a Gandhi.

Me quedé literalmente estupefacta cuando leí en las redes sociales que algunas “almas sensibles” acusaban al presidente cubano de provocar la división cuando llamó a defender en las calles a la nación, ante aquellos actos ignominiosos de repudio a la paz, en medio de una crítica situación económica y epidemiológica.

Ocurre que los provocadores de la violencia y sus intoxicados seguidores niegan el legítimo derecho a la defensa alegando que la Patria no es la Revolución. Ignoran que, antes de 1959, la falta de soberanía y la dependencia de Estados Unidos pisoteaban el concepto emancipador de patriotismo con el cual surgió la nación cubana, legado por los independentistas originarios.

A pesar de los defectos, los errores, las deformaciones de los hombres y mujeres que han hecho, sostenido y dirigido la Revolución, ella ha sido la garantía de una patria libre, independiente, soberana, y ha extendido el concepto de patriotismo más allá del folklore, el puerco asado en púa, el ron, fomentando un sentimiento de solidaridad universal, según el principio martiano de que patria es humanidad.

Por supuesto que para defender esos baluartes espirituales no se debe acudir a los mismos métodos de vulgarización empleados por los enemigos, hay que mostrar el repudio legítimo a los que ponen en peligro la soberanía, con la altura que merece tan elevada causa, aunque cualquier desliz en ese aspecto no se compara con la agresividad de la guerra mediática que se le hace a Cuba, con la violencia desatada el 11 de julio, con la instigación constante a producir atentados ignorados voluntariamente por quienes inventan marchas “pacíficas”.

Y aunque, repito, a mí tampoco me gustan los ignominiosos actos de repudio, la guerra que se nos ha declarado desde Miami merece una fuerte línea de defensa, el mayor de los repudios.

Tomado de: La Jiribilla

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Diccionario de términos críticos de la literatura y la cultura en América Latina (+Libro)

Coordinadora: Beatriz Colombi

Este diccionario de autoría colectiva reflexiona sobre el léxico especializado en el área de los estudios de la cultura y literatura latinoamericanas. Los términos seleccionados remiten a problemas, contextos y áreas geoculturales diversas y, en ese sentido, conforman un amplio mapa de la crítica latinoamericana. Material de referencia y utilidad para interesados en los estudios latinoamericanos, tanto para los jóvenes investigadores como para especialistas y lectores en general, este trabajo aspira a realizar una valoración y puesta al día del legado conceptual que es representativo de la historia cultural del continente y dimensionar, al mismo tiempo, el aporte de América Latina a la crítica literaria y cultural.

Tomado de: CLACSO

Diccionario de términos críticos de la literatura y la cultura en América Latina en PDF

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En la mente de los conquistadores, Aznar y los gachupines

Sergio Rufo (España)

Por Marcos Roitman Rosenmann

No nos llamemos a engaño. España se ubica geográficamente en Europa, eso sí en su periferia. Durante la tiranía de Francisco Franco la península ibérica se definía como una excentricidad en medio de un continente cuyo pasado cultural y político se enraizaba en el nacimiento de la civilización judeocristiana. De forma caricaturesca, la expresión popular: África comienza en los pirineos, retrataba a España como un país de reyezuelos, dictadores y caciques. Para los gachupines era sangrante y doliente. España había sido un imperio no una colonia. Este trato de sus vecinos del norte era hiriente. Su respuesta fue un comportamiento altanero, propio de una personalidad atormentada que no logra estar en paz con su historia. Se enrocó en un discurso ampuloso donde reivindicó su grandeza. Desde don Pelayo, con quien se inicia la reconquista, pasando por los reyes católicos, forjadores del Estado moderno, siguiendo con la saga de los Habsburgo, hasta llegar a los Borbones, se construyó un mito: España una, España grande, España libre. La leyenda rosa apaciguó los espíritus torturados por el genocidio y el etnocidio ininterrumpido durante los tres siglos de control colonial. Fernando VII torturó, descuartizó, empalizó y siguió esclavizando a los pueblos originarios. No era el siglo XVI, era el siglo XIX.

El arma de la mediocridad y el poco talento se hizo fuerte entre los historiadores franquistas, tocados por la gracia del caudillo y su militancia falangista. Ellos fueron las voces oficiales de la leyenda rosa. Mario Hernández Sánchez-Barba o Manuel Ballesteros Gaibrois la esculpieron hasta darle la forma que se enquista en la mente de Aznar, Casado, Abascal, etcétera. Así se han educado generaciones. Cortés, Pizarro, Valdivia, amén de virreyes, se trasformaron en prohombres, libertadores, semidioses. Así la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, no tiene empacho al decir que España llevó desde su origen al continente americano, la universidad, la civilización, Occidente y los valores que siguen sustentando democracias liberales prósperas y con ello la libertad. De paso, acusó a quienes desacreditan el legado de España, tildándolos de indigenistas, la nueva cara del comunismo en América Latina. Conquistadores todos, sus descubrimientos, conquistas y batallas han sido considerados auténticas epopeyas, sólo comparables con las emprendidas por Julio César o Carlo Magno. No resulta extraño que el portavoz de Vox en el Congreso, Iván Espinosa de los Monteros, educado en esa tradición, declare que España nunca tuvo colonias, sino territorios.

Quienes se han opuesto a esta visión, desde todos los ámbitos del conocimiento, han sido y son vapuleados, tildados de antiespañoles, antipatriotas, renegados y comunistas. En la continuación de la Inquisición. José María Aznar es el prototipo de acomplejado cuya vida se reduce a seguir la voz del amo. Un hombre sin honor ni dignidad. Mentiroso compulsivo. Mintió cuando llevó a España a la guerra e invoco la existencia de armas de destrucción masiva, mintió en los atentados de Atocha, señalando a ETA como responsable, mintió cuando negó los sobresueldos y el financiamiento ilegal de su partido, mintió al decir que en su gobierno no hubo corrupción, mintió, en definitiva, durante todo su gobierno, y miente ahora al contar una historia de España que sólo existe en su mente, y en la de quienes siguen la leyenda rosa del franquismo.

Fue un siquiatra, cuyo texto se convirtió en un referente de la lucha de liberación en África y un referente obligado en las concepciones descolonizadoras quien mejor describe la mentalidad de los colonizadores: Frantz Fanon, cuya temprana muerte a los 36 años nos privó de un pensamiento liberador de grandes dimensiones. Pero su libro Los condenados de la tierra, con prólogo de Jean Paul Sartre, publicado poco antes de su muerte, en 1961, dejó claro cuál es el propósito que anida en la mente del colonizador cuando relata su historia:

El colono hace la historia y sabe que la hace. Y como se refiere constantemente a la historia de la metrópoli, indica claramente que está aquí como prolongación de esa urbe. La historia que escribe no es la historia del país al que despoja, sino la historia de su nación en tanto que ésta piratea, viola y hambrea. La inmovilidad a que está condenado el colonizado no puede ser impugnada sino cuando el colonizado decide poner término a la historia de la colonización, a la del pillaje, para hacer existir la historia del país, la historia de la descolonización.

No pidamos a España, esta España, la que clausuró el periodo más democrático de su historia, la II República, que asesinó a sus poetas, llevó al exilio a sus mejores hombres y mujeres bajo el eslogan de muera la inteligencia, sea capaz de verse en el espejo, asumir su historia y dejar de mentirse. Los hechos no se pueden cambiar, pero si verlos a la luz de una nueva realidad. Y, por favor, que la historiografía oficial española no se refugie en el tópico de no aplicar valores de hoy a un pasado de tres siglos. De ser así, ni critica al patriarcado, el machismo, el racismo o la lucha contra la esclavitud.

Tomado de: La Jornada

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Bill Gates ha dado $ 319 millones a los medios de comunicación para promover su agenda global

Bill Gates. Foto BBC

Por Alan Macleod

Hasta su reciente divorcio complicado, Bill Gates disfrutaba de una especie de pase gratuito en los medios corporativos. Generalmente presentado como un nerd amable que quiere salvar el mundo, el cofundador de Microsoft fue bautizado de manera poco irónica como «Saint Bill» por The Guardian.

Si bien los imperios mediáticos de otros multimillonarios son relativamente bien conocidos, la medida en que el efectivo de Gates respalda el panorama de los medios modernos no lo es. Después de clasificar más de 30,000 subvenciones individuales, MintPress revela que la Fundación Bill y Melinda Gates (BMGF) ha realizado más de $ 300 millones en donaciones para financiar proyectos de medios.

Los destinatarios de este dinero incluyen muchos de los medios de comunicación más importantes de Estados Unidos, incluidos CNN,  NBC, NPR, PBS y The Atlantic. Gates también patrocina una gran cantidad de organizaciones extranjeras influyentes, incluidas la BBC,  The Guardian, The Financial Times y The Daily Telegraph en el Reino Unido; destacados periódicos europeos como Le Monde (Francia), Der Spiegel (Alemania) y El País (España); así como grandes emisoras globales como Al-Jazeera.

El dinero de la Fundación Gates que se destina a programas de medios se ha dividido en varias secciones, presentadas en orden numérico descendente, e incluye un enlace a la subvención correspondiente en el sitio web de la organización.

Premios directamente a los medios de comunicación:

NPR $ 24, 663,066

The Guardian (incluido  TheGuardian.org) $ 12, 951,391

Cascade Public Media $ 10, 895,016

Public Radio International (PRI.org/TheWorld.org) $ 7, 719,113

La conversación $ 6, 664,271

Univision $ 5, 924,043

Der Spiegel (Alemania) $ 5.437.294 dólares

Proyecto Syndicate $ 5, 280,186

Semana de la Educación  $ 4, 898,240

WETA $ 4, 529,400

NBCUniversal Media $ 4, 373,500

Nation Media Group (Kenia) 4.073.194 dólares

Le Monde (Francia) 4.014.512 dólares

Bhekisisa (Sudáfrica)  $ 3, 990,182

El País  $ 3, 968,184

BBC $ 3, 668,657

CNN  $ 3, 600,000

KCET  $ 3, 520,703

Population Communications International (Population.org)  $ 3, 500,000

The Daily Telegraph $ 3, 446,801

Chalkbeat  $ 2, 672,491

The Education Post  $ 2, 639,193

Rockhopper Productions (Reino Unido)  $ 2, 480,392

Corporación de Radiodifusión Pública  $ 2, 430,949

UpWorthy $ 2, 339,023

Financial Times  $ 2, 309,845

The 74 Media $ 2, 275,344

Texas  Tribune $ 2, 317,163

Ponche (Nigeria)  $ 2, 175,675

News Deeply  $ 1, 612,122

The Atlantic  $ 1, 403,453

Radio pública de Minnesota  $ 1, 290,898

YR Media  $ 1, 125,000

The New Humanitarian  $ 1, 046,457

Sheger FM (Etiopía)  $ 1, 004,600

Al-Jazeera $ 1, 000,000

ProPublica $ 1, 000,000

Crosscut Public Media  $ 810,000

Revista Grist $ 750,000

Kurzgesagt  $ 570,000

Corporación de Radiodifusión Educativa $ 506,504

Clásica 98.1 $ 500,000

PBS $ 499,997

Gannett $ 499,651

Mail and Guardian (Sudáfrica) 492,974 dólares

Inside Higher Ed. $ 439,910

BusinessDay (Nigeria) $ 416,900

Medium.com $ 412,000

Nutopía  $ 350,000

Independent Television Broadcasting Inc. $ 300,000

Servicio de Televisión Independiente, Inc. $ 300,000

Caixin Media (China) $ 250,000

Servicio de noticias del Pacífico $ 225,000

Revista Nacional $ 220,638

Crónica de la educación superior $ 149,994

Belle y Wissell, Co. $ 100,000

Fideicomiso de los medios $ 100,000

Radio pública de Nueva York $ 77,290

KUOW – Radio pública de Puget Sound $ 5,310

En conjunto, estas donaciones suman $ 166, 216,526. El dinero generalmente se destina a asuntos cercanos al corazón de Gateses. Por ejemplo, la subvención de la CNN de 3,6 millones de dólares se destinó a «informar sobre la igualdad de género con un enfoque particular en los países menos desarrollados, produciendo periodismo sobre las desigualdades cotidianas que padecen las mujeres y las niñas en todo el mundo», mientras que el Texas Tribune recibió millones para «Para aumentar la conciencia pública y la participación de los problemas de la reforma educativa en Texas». Dado que Bill es uno de los partidarios más fervientes de las escuelas autónomas, un cínico podría interpretar esto como la introducción de propaganda a favor de las escuelas autónomas en los medios de comunicación, disfrazada de información objetiva.

La Fundación Gates también ha donado casi $ 63 millones a organizaciones benéficas estrechamente alineadas con los grandes medios de comunicación, incluidos casi $ 53 millones para BBC Media Action, más de $ 9 millones para la Fundación Staying Alive de MTV y  $ 1 millón  para The New York Times Neediest Causes Fund. Si bien no financia específicamente el periodismo, aún deben tenerse en cuenta las donaciones al brazo filantrópico de un reproductor de medios.

Gates también continúa financiando una amplia red de centros de periodismo de investigación, por un total de poco más de $ 38 millones, más de la mitad de los cuales se han destinado al Centro Internacional de Periodistas con sede en DC para expandir y desarrollar los medios africanos.

Estos centros incluyen:

Centro Internacional para Periodistas $ 20, 436,938

Premium Times Center for Investigative Journalism (Nigeria)  $ 3, 800,357

The Pulitzer Center for Crisis Reporting  $ 2, 432,552

Fundación EurActiv Politech  $ 2, 368,300

Fundación Internacional de Mujeres en Medios de Comunicación  $ 1, 500,000

Center for Investigative Reporting $ 1, 446,639

Instituto de encuestas InterMedia $ 1, 297,545

La Oficina de Periodismo de Investigación $ 1, 068,169

Red de Internews $ 985,126

Centro de Medios del Consorcio de Comunicaciones $ 858,000

Instituto de Noticias sin Fines de Lucro $ 650,021

The Poynter Institute for Media  Studies $ 382,997

Centro Wole Soyinka de Periodismo de Investigación (Nigeria) $ 360,211

Instituto de Estudios Avanzados de Periodismo $ 254,500

Foro Global para el Desarrollo de los Medios (Bélgica) $ 124.823 dólares

Centro de Mississippi para Informes de Investigación $ 100,000

Además de esto, la Fundación Gates también provee a las asociaciones de prensa y periodismo con dinero en efectivo, por una suma de al menos $ 12 millones. Por ejemplo, la Asociación Nacional de Editores de Periódicos, un grupo que representa a más de 200 medios, ha recibido 3,2 millones de dólares.

La lista de estas organizaciones incluye:

Asociación de Escritores de Educación $ 5, 938,475

Asociación Nacional de Editores de Periódicos $ 3, 249,176

Fundación Nacional de  Prensa $ 1, 916,172

Consejo de Washington  News $ 698,200

Fundación de la Sociedad Estadounidense de Editores de Noticias $ 250,000

Comité de Reporteros para la Libertad de Prensa $ 25,000

Esto eleva nuestro total acumulado a $ 216,4 millones.

La fundación también aporta el dinero para capacitar directamente a periodistas en todo el mundo, en forma de becas, cursos y talleres. Hoy en día, una persona puede formarse como reportero gracias a una subvención de la Fundación Gates, encontrar trabajo en un medio financiado por Gates y pertenecer a una asociación de prensa financiada por Gates. Esto es especialmente cierto para los periodistas que trabajan en los campos de la salud, la educación y el desarrollo global, en los que el propio Gates es más activo y donde el escrutinio de las acciones y motivos del multimillonario es más necesario.

Las subvenciones de la Fundación Gates relacionadas con la formación de periodistas incluyen:

Universidad Johns Hopkins $ 1, 866,408

Teachers College, Universidad de Columbia  $ 1, 462,500

Universidad de California Berkeley $ 767,800

Universidad de Tsinghua (China)  $ 450,000

Universidad de Seattle $ 414,524

Instituto de Estudios Avanzados de Periodismo $ 254,500

Universidad de Rhodes (Sudáfrica) $ 189,000

Universidad Estatal de Montclair $ 160,538

Fundación de la Universidad Pan-Atlántico $ 130,718

Organización Mundial de la Salud  $ 38,403

El proyecto Aftermath $ 15,435

La BMGF también paga por una amplia gama de campañas de medios específicas en todo el mundo. Por ejemplo, desde 2014 ha donado $ 5,7 millones a la Population Foundation of India para crear dramas que promuevan la salud sexual y reproductiva, con la intención de aumentar los métodos de planificación familiar en el sur de Asia. Mientras tanto, asignó más de $ 3.5 millones a una organización senegalesa para desarrollar programas de radio y contenido en línea que incluyera información sobre salud. Los partidarios consideran que esto está ayudando a los medios de comunicación críticamente subfinanciados, mientras que los oponentes podrían considerar que un multimillonario usa su dinero para plantar sus ideas y opiniones en la prensa.

Proyectos de medios apoyados por la Fundación Gates:

Centro Europeo de Periodismo $ 20, 060,048

Servicio Universitario Mundial de Canadá $ 12, 127,622

Well Told Story Limited $ 9, 870,333

Solutions Journalism Inc. $ 7, 254,755

Fundación de la Industria del Entretenimiento $ 6, 688,208

Fundación de Población de la India $ 5, 749,826

Medios de participación: $ 3, 914,207

Réseau Africain de l’Education pour la santé  $ 3, 561,683

Nueva América $ 3, 405,859

Fundación AllAfrica $ 2, 311,529

Steps International $ 2, 208,265

Centro de Defensa e Investigación $ 2, 200,630

El taller de sésamo $ 2, 030,307

Panos Institute West Africa $ 1, 809,850

Laboratorio de Ciudades Abiertas $ 1, 601,452

Universidad de Harvard $ 1, 190,527

El aprendizaje importa $ 1, 078,048

Centro de Investigación sobre el SIDA de Aaron Diamond $ 981,631

Fundación Thomson  Media $ 860,628

Centro de Medios del Consorcio de Comunicaciones $ 858,000

StoryThings  $ 799,536

Centro de Estrategias Rurales $ 749,945

The New Venture Fund $ 700,000

Helianthus Media $ 575,064

Universidad del Sur de California $ 550,000

Organización Mundial de la Salud $ 530,095

Phi Delta Kappa International $ 446,000

Ikana Media $ 425,000

Fundación Seattle $ 305,000

EducaciónNC $ 300,000

Beijing Guokr Interactive $ 300,000

Subida $ 246,918

La Academia Africana de Ciencias $ 208,708

Buscando aplicaciones modernas para la transformación real (SMART) $ 201,781

Coalición de Video del Área de la Bahía $ 190,000

Fundación poderosa $ 185,953

Congreso de Padres y Maestros de la PTA Florida $ 150,000

ProSocial  $ 100,000

Universidad de Boston $ 100,000

Centro Nacional para el Aprendizaje de las Familias  $ 100,000

Development Media International $ 100,000

Universidad Ahmadu Bello $ 100,000

Sociedad Indonesia de eSalud y Telemedicina $ 100,000

The Filmmakers Collaborative $ 50,000

Foundation for Public Broadcasting in Georgia Inc. $ 25,000

SIFF $ 13,000

Total: $ 97, 315,408

$ 319.4 millones y (mucho) más

Sumados, estos proyectos de medios patrocinados por Gates suman un total de $ 319,4 millones. Sin embargo, hay claras deficiencias con esta lista no exhaustiva, lo que significa que la cifra real es indudablemente mucho más alta. En primer lugar, no cuenta las subvenciones, es decir, el dinero que los destinatarios dan a los medios de comunicación de todo el mundo. Y aunque la Fundación Gates fomenta un aire de franqueza sobre sí misma, en realidad hay poca información pública valiosa sobre lo que sucede con el dinero de cada subvención, salvo una breve descripción de una o dos frases escrita por la propia fundación en su sitio web. Solo se contabilizaron las donaciones a las propias organizaciones de prensa o proyectos que pudieran identificarse a partir de la información del sitio web de la Fundación Gates como campañas de medios, lo que significa que miles de subvenciones que tienen algún elemento mediático no aparecen en esta lista.

Un ejemplo de ello es la asociación de BMGF con ViacomCBS, la empresa que controla CBS News, MTV, VH1, Nickelodeon y BET. Los informes de los medios en ese momento señalaron que la Fundación Gates estaba pagando al gigante del entretenimiento para que insertara información y anuncios de servicio público en su programación y que Gates había intervenido para cambiar las historias en programas populares como ER y Law & Order: SVU.

Sin embargo, al comprobar la base de datos de subvenciones de BMGF, «Viacom» y «CBS» no se encuentran por ninguna parte, la subvención probable en cuestión (por un total de más de $ 6 millones) simplemente describe el proyecto como una «campaña de participación pública destinada a mejorar las tasas de graduación de la escuela secundaria y tasas de finalización de estudios postsecundarios dirigidas específicamente a padres y estudiantes”, lo que significa que no se contabilizó en el total oficial. Seguramente hay muchos más ejemplos como este. «Para una organización benéfica con privilegios fiscales que tan a menudo pregona la importancia de la transparencia, es notable lo intensamente reservada que es la Fundación Gates sobre sus flujos financieros», dijo a MintPress Tim Schwab, uno de los pocos periodistas de investigación que ha examinado al multimillonario de la tecnología.

Tampoco se incluyen las ayudas destinadas a la producción de artículos para revistas académicas. Si bien estos artículos no están destinados al consumo masivo, regularmente forman la base de las historias en la prensa convencional y ayudan a dar forma a las narrativas en torno a temas clave. La Fundación Gates ha contribuido ampliamente a fuentes académicas, con al menos $ 13,6 millones  destinados a la creación de contenido para la prestigiosa revista médica The Lancet.

Y, por supuesto, incluso el dinero otorgado a las universidades para proyectos puramente de investigación eventualmente termina en revistas académicas y, en última instancia, en los medios de comunicación. Los académicos están sometidos a una gran presión para publicar sus resultados en revistas de prestigio; “Publicar o perecer” es el mantra en los departamentos universitarios. Por lo tanto, incluso este tipo de subvenciones tienen un efecto en nuestros medios. Ni estas ni las subvenciones que financian la impresión de libros o el establecimiento de sitios web cuentan en el total, aunque también son formas de medios.

Tentáculos largos y de perfil bajo

En comparación con otros multimillonarios de la tecnología, Gates ha mantenido su perfil como controlador de medios relativamente bajo. La  compra de The Washington Post por 250 millones de dólares por parte del fundador de Amazon, Jeff Bezos, en 2013 fue una forma muy clara y obvia de influencia mediática, al igual que la creación de First Look Media, la empresa propietaria de The Intercept, del fundador de eBay, Pierre Omidyar.

A pesar de volar más bajo el radar, Gates y sus empresas han acumulado una influencia considerable en los medios. Ya confiamos en los productos de Microsoft para la comunicación (por ejemplo, Skype, Hotmail), las redes sociales (LinkedIn) y el entretenimiento (Microsoft XBox). Además, el hardware y el software que usamos para comunicarnos a menudo es cortesía de Seattleite. ¿Cuántas personas que leen esto lo hacen en un teléfono Microsoft Surface o Windows y lo hacen a través del sistema operativo Windows? No solo eso, Microsoft posee participaciones en gigantes de los medios como  Comcast y AT&T. Y la «MS» en MSNBC  significa Microsoft.

Guardianes de Media Gates

El hecho de que la Fundación Gates esté respaldando una parte importante de nuestro ecosistema de medios genera serios problemas de objetividad. «Las subvenciones de la fundación a las organizaciones de medios plantean cuestiones obvias sobre conflictos de intereses: ¿cómo puede ser imparcial la información cuando un actor importante tiene el control del bolsillo?» escribió el Seattle Times local de Gates   en 2011. Esto fue antes de que el periódico aceptara dinero de BMGF para financiar su sección de “laboratorio de educación”.

La investigación de Schwab ha descubierto que este conflicto de intereses llega directamente a la cima: dos columnistas del New York Times habían estado escribiendo con entusiasmo sobre la Fundación Gates durante años sin revelar que también trabajan para un grupo, la Solutions Journalism Network, que, como se muestra arriba, ha recibido más de $ 7 millones de la organización benéfica del multimillonario tecnológico.

A principios de este año, Schwab también se negó a co-informar sobre una historia sobre COVAX para la Oficina de Periodismo de Investigación, sospechando que el dinero que Gates había estado inyectando en el medio haría imposible informar con precisión sobre un tema tan cercano al corazón de Gates. Efectivamente, cuando el artículo se publicó el mes pasado, repitió la afirmación de que Gates tuvo poco que ver con el fracaso de COVAX, reflejando la postura de la BMGF y citándolos en todas partes. Solo al final de la historia de más de 5,000 palabras reveló que la organización que defendía pagaba los salarios de su personal.

“No creo que Gates le haya dicho a la Oficina de Periodismo de Investigación qué escribir. Creo que la oficina, implícitamente, aunque inconscientemente, sabía que tenían que encontrar una manera de contar esta historia que no estuviera dirigida a su financiador. Los efectos de sesgo de los conflictos financieros son complejos pero muy reales y confiables», dijo Schwab, y lo describió como «un estudio de caso sobre los peligros del periodismo financiado por Gates».

MintPress también se puso en contacto con la Fundación Bill y Melinda Gates para hacer comentarios, pero no respondió.

Gates, quien amasó su fortuna construyendo un monopolio y protegiendo celosamente su propiedad intelectual, tiene una gran culpa por el fracaso del lanzamiento de la vacuna contra el coronavirus en todo el mundo. Aparte del fiasco de COVAX, presionó a la Universidad de Oxford para que no hiciera que su vacuna financiada con fondos públicos fuera de código abierto y estuviera disponible para todos de forma gratuita, sino que se asociara con la corporación privada AstraZeneca, una decisión que significó que aquellos que no podían pagar fueron bloqueados. Que Gates haya hecho más de 100  donaciones a la universidad, por un total de cientos de millones de dólares, probablemente jugó algún papel en la decisión. Hasta el día de hoy, menos del 5% de las personas en países de bajos ingresos han recibido incluso una dosis de la vacuna COVID. El número de muertos por esto es inmenso.

Desafortunadamente, muchas de estas críticas reales a Gates y su red están oscurecidas por teorías de conspiración locas y falsas sobre cosas como insertar microchips en vacunas para controlar a la población. Esto ha significado que las críticas genuinas al cofundador de Microsoft a menudo se desmonetizan y se suprimen algorítmicamente, lo que significa que los medios están fuertemente disuadidos de cubrir el tema, sabiendo que probablemente perderán dinero si lo hacen. La escasez de escrutinio del segundo individuo más rico del mundo, a su vez, alimenta sospechas extravagantes.

Gates ciertamente se lo merece. Aparte de sus vínculos profundos y potencialmente de décadas con el infame Jeffrey Epstein, sus intentos  de cambiar radicalmente la sociedad africana y su inversión en el controvertido gigante químico Monsanto, es quizás el impulsor clave del movimiento de las escuelas autónomas estadounidenses: un intento de esencialmente privatizar el sistema educativo estadounidense. Las escuelas autónomas son profundamente impopulares entre los sindicatos de maestros, que ven el movimiento como un intento de disminuir su autonomía y reducir la supervisión pública sobre cómo y qué se les enseña a los niños.

Todo el camino al banco

En la mayor parte de la cobertura, las donaciones de Gates se presentan en términos generales como gestos altruistas. Sin embargo, muchos han señalado las fallas inherentes a este modelo, señalando que permitir que los multimillonarios decidan lo que hacen con su dinero les permite establecer la agenda pública, lo que les otorga un enorme poder sobre la sociedad. «La filantropía puede y se está utilizando deliberadamente para desviar la atención de las diferentes formas de explotación económica que sustentan la desigualdad global en la actualidad», dijo Linsey McGoey, profesora de sociología en la Universidad de Essex, Reino Unido, y autora de No Such Thing as a Free Gift.: La Fundación Gates y el precio de la filantropía.

Agrega: “El nuevo ‘filantrocapitalismo’ amenaza la democracia al aumentar el poder del sector empresarial a expensas de las organizaciones del sector público, que enfrentan cada vez más restricciones presupuestarias, en parte al remunerar excesivamente a las organizaciones con fines de lucro para brindar servicios públicos que podrían ser entregado más barato sin la participación del sector privado».

La caridad, como señaló el ex primer ministro británico Clement Attlee, “es una cosa fría y gris sin amor. Si un hombre rico quiere ayudar a los pobres, debe pagar sus impuestos con gusto, no repartir dinero por capricho”.

Nada de esto significa que las organizaciones que reciben el dinero de Gates —los medios de comunicación o de otro tipo— sean irremediablemente corruptas, ni que la Fundación Gates no haga ningún bien en el mundo. Pero sí introduce un evidente conflicto de intereses por el cual las mismas instituciones en las que confiamos para responsabilizar a uno de los hombres más ricos y poderosos de la historia del planeta están siendo financiadas silenciosamente por él. Este conflicto de intereses es uno que los medios corporativos han tratado de ignorar en gran medida, mientras que el filántropo supuestamente altruista Gates sigue enriqueciéndose, riendo todo el camino hasta el banco.

Alan MacLeod es académico y periodista. Es redactor del personal de Mintpress News y colaborador de Fairness and Accuracy in Reporting (FAIR). Es el autor de Bad News From Venezuela: Twenty Years of Fake News and Misreporting.

Tomado de: The Grayzone

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