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El Estado racista y policial chileno contra el pueblo mapuche

Por Jorge Molina Araneda

“El indio no ha trabajado nunca. El mapuche es un depredador, vive de lo que aporta la naturaleza, no tiene capacidad intelectual, ni tiene voluntad, no tiene medios económicos, no tiene insumos. No tiene nada” Jorge Luchsinger, Revista Qué Pasa (2005)

El primer escudo de Chile fue creado en reemplazo del emblema Real Español vigente en la época y dado a conocer por el gobierno del presidente de la Junta Provisional, José Miguel Carrera, el 30 de septiembre de 1812, durante una celebración en la plaza de Armas de Santiago en conmemoración de la Primera Junta Nacional. El nuevo escudo, expuesto en un lienzo colgado en la portada principal de la Casa de Moneda, incorporado además al centro de la bandera tricolor chilena, tenía como figuras principales a una pareja de mapuches.

Existe una misiva de Bernardo O’Higgins, como Director Supremo de Chile con fecha 13 de marzo de 1819, en la cual califica y reconoce a los mapuches y pueblos australes como independientes: “Araucanos, cuncos, huilliches y todas las tribus indígenas australes: ya no os habla un presidente que siendo sólo un siervo del rey de España afectaba sobre vosotros una superioridad ilimitada; os habla el jefe de un pueblo libre y soberano, que reconoce vuestra independencia, y está a punto a ratificar este reconocimiento por un acto público y solemne”.

El Estado chileno suscribió un tratado con el pueblo mapuche en el año 1825 que se denominó Tapihue, donde reconocía la jurisdicción y soberanía mapuche del río Biobío al sur, el que fue violado a partir de la llamada “pacificación de la Araucanía” que consistió en una invasión y masacre bélica al territorio autónomo y su población en el sur, conculcando una serie de derechos humanos que persisten hasta el día de hoy con fases racistas, colonialistas, genocidas y de despojo.

El breve periodo de respeto y reconocimiento del primer periodo de independencia de la República de Chile cambia abruptamente, señalándose como uno de los motivos el intervencionismo y financiamiento del imperio británico a través de varios agentes en Chile y Argentina, desde donde se impulsan las denominadas campañas militares “pacificación de la Araucanía” que encabezó Cornelio Saavedra en Chile, y la “conquista del desierto” en Argentina.

Se ha señalado que los tratados como el de Tapihue habrían sido abolidos por la aplicación de la Ley del 4 de diciembre de 1866, con el traspasado de las tierras mapuches antiguas al Fisco. Sin embargo, es importante señalar que autores mapuches como el historiador Víctor Toledo Llancaqueo, han sostenido que dicha interpretación no tiene fundamentos, ya que el Estado nunca declaró fiscales las tierras al sur del Biobío. Más aún, la legislación reconocía los derechos de propiedad mapuche sobre sus posesiones, anteriores a la propia acción del Estado.

“La afirmación de que el Estado chileno declaró fiscales las tierras en el territorio indígena al sur del Biobío, por medio de la Ley de 4 de diciembre de 1866, constituye un axioma de interpretación ampliamente aceptado (…) Tal enfoque permite, además, realizar una explicación simple y ordenada del proceso de constitución de la propiedad rural en esa región: la propiedad se origina en actos estatales sujetos a una legalidad, tales como remates de tierras fiscales, concesiones, colonización, entrega de títulos de merced a indígenas”.

El historiador agrega en otro punto: “Sin embargo, tal afirmación no tiene fundamentos. El Estado nunca declaró fiscales las tierras al sur del Biobío. Más aun, la legislación reconocía los derechos de propiedad de los indígenas sobre sus posesiones, anteriores a la propia acción del Estado”.

Para Toledo Llancaqueo, una vez ocupado el territorio, tal legislación sobre tierras no se respetó, no se reconocieron las posesiones indígenas en su integridad, y los agentes estatales dispusieron de las tierras como si fuesen fiscales, en actos nulos de acuerdo a la propia legislación chilena.

En el lado de Ngulumapu que se conoce hoy como centro sur de Chile, buena parte de los territorios usurpados fueron destinados a los denominados graneros, con la introducción masiva a partir de 1884 de colonos europeos y la interconexión del ferrocarril, cuyo objetivo principal era proveer de trigo y cebada a la población que participaba en la explotación del salitre en el norte, parte de los botines de la Guerra del Pacífico.

Para generar este escenario de invasión y masacres en territorio mapuche, prevaleció la opinión transversal de diversos actores de influencia del aparato estatal para gatillar un genocidio a nombre de: progresos, soberanías, civilidad y evangelios. A modo de ejemplo, en el año 1859, el Diario El Mercurio de Valparaíso, publicaba: “Los hombres no nacieron para vivir inútilmente y como los animales selváticos, sin provecho del género humano; y una asociación de bárbaros, tan bárbaros como los pampas o como los araucanos, no es más que una horda de fieras, que es urgente encadenar o destruir en el interés de la humanidad y en el bien de la civilización (….) raza soberbia y sanguinaria, cuya sola presencia en esas campañas es una amenaza palpitante, una angustia para las riquezas de las ricas provincias del sur”.

En 1868, Benjamín Vicuña Mackenna señaló: “El indio, no es sino un bruto indomable, enemigo de la civilización porque sólo adora los vicios en que vive sumergido, la ociosidad, la embriaguez, la mentira, la traición y todo ese conjunto de abominaciones que constituyen la vida salvaje” (Primer discurso sobre la pacificación de la Araucanía).

Un informe del investigador Hernan Curiñir Lincoqueo (2016), historiador de la Asociación de Investigación y Desarrollo Mapuche, da cuenta de un contexto general, cultural e histórico, que involucra situaciones relacionadas a las acciones bélicas y coloniales del Estado chileno, entre ellas, que en la denominada Pacificación de la Araucanía desde 1860 a 1881 habrían sido asesinados entre 50 mil a 70 mil mapuches.

Las tierras mapuches que quedan en el presente, además, están en grave riesgo a causa de los impactos de la industria forestal, agroindustrial, hidroeléctrica, acuícola, entre otras, que han venido generando diversos nuevos estragos a la vida de las comunidades y la devastación de numerosos territorios.

La invasión chilena sentó las bases de muchos de los problemas que continúan hasta nuestros días. El Estado chileno se hizo con el 90% del territorio mapuche y estas tierras fueron dadas a colonos chilenos y extranjeros para fomentar la explotación agropecuaria. La suerte de la población mapuche fue trágica. Se forzó a las comunidades a radicarse en reducciones, es decir, espacios territoriales muy limitados y con las peores tierras, afectando severamente su modo de vida. Este contexto provocó el empobrecimiento de una población que vivía previamente en situación de relativa abundancia.

La cuestión mapuche cambió en loa década de 1960 con la Reforma Agraria. El indigenismo surgido a principios de siglo permitió la creación de decenas de organizaciones mapuches que convergieron en 1968 en el Congreso de Ercilla, donde se estimó que no había un marco jurídico adecuado para encauzar el conflicto por vías pacíficas y legales. En este contexto, comenzaron la toma de terrenos como un modo de encontrar una estrategia de recuperación de tierras y resolver sus pleitos históricos.

La política indígena implementada por la Unidad Popular se diferenció por lo menos en cuatro aspectos de la perspectiva asimilacionista adoptada desde que fuera dictada la primera ley de división de 1927: reconocer la existencia en el territorio nacional de grupos culturalmente diferenciados, hacer del asunto indígena un problema nacional, reconocer la deuda histórica que tenía el Estado para con los indígenas y sacar a la luz el tema de la participación autóctona.

La dictadura cívico-militar de Augusto Pinochet, con criterios geopolíticos y neoliberales, dictó en 1978 una ley que aprobó como única política hacia las tierras indígenas, la división de las propiedades comunitarias con el objetivo de generar un mercado de tierras y resolver el conflicto indígena.

La Concertación de Partidos por la Democracia, liderada por el entonces candidato presidencial, Patricio Aylwin, promovió la suscripción de un acuerdo con los representantes de las diversas organizaciones indígenas, que es conocido como el Acuerdo de Nueva Imperial. En él, Aylwin prometió hacer efectivo durante su gobierno el reconocimiento constitucional de los pueblos indígenas, crear una Corporación Nacional de Desarrollo Indígena y a propender a su desarrollo e integración pero respetando su cultura.

Las organizaciones indígenas, por su parte, se comprometieron a apoyar el futuro gobierno de la Concertación y a canalizar sus legítimas demandas a través de los mecanismos de participación creados por el gobierno. Con este acuerdo se pretendía dar por superada la política de división de las comunidades y de asimilación de la población indígena a la sociedad impuesta por la dictadura militar.

Sin embargo, algunos sectores políticos e indígenas consideraron que con la firma del Acta de Nueva Imperial el movimiento autóctono se oficializaba, por lo que rechazaron esta estrategia. Entre las organizaciones contrarias al acuerdo estaba el Consejo de Todas las Tierras, creado en 1990 y que se originó en Ad Mapu debido a diferencias políticas entre sus principales dirigentes. El Consejo se marginó del proceso de suscripción del Acuerdo de Nueva Imperial, «retomando la propuesta de autonomía y autodeterminación del pueblo mapuche«.

Por otra parte, por la construcción de la central hidroeléctrica Ralco se relocalizaron comunidades mapuches por medio de permuta de tierras, en contra de la voluntad de algunas familias. Además, se inundaron cementerios y sitios ancestrales sagrados para la religión mapuche. A inicios de la década de 1990, la empresa chilena Endesa, subsidiaria de la empresa española del mismo nombre, pretendía iniciar un gran proyecto para abastecer el suministro eléctrico del país. El potencial hidroeléctrico de la cuenca del Río Biobío ya había sido estudiado en la década de 1960 por la misma entidad cuando esta era pública. El 22 de mayo de 1990, el Ministerio de Economía autorizó la construcción de la central hidroeléctrica Pangue, primera etapa de un gran plan cuyo objetivo era erigir seis centrales en el Biobío.

Inmediatamente sabida la resolución gubernamental sobre Pangue, surgió una fuerte oposición al proyecto, ya que alteraba las formas de vida de siete comunidades pehuenches que vivían en el área de inundación, sumado a que la cuenca del río sufriría un severo daño medioambiental. El conflicto llegó a los tribunales de justicia donde finalmente, en 1993, la Corte Suprema acogió la apelación interpuesta por la empresa Pangue S.A. permitiendo la construcción de la central.

Ralco sería un conflicto muy difícil de enfrentar. A pesar del fuerte apoyo que tuvo del gobierno de Eduardo Frei Ruiz-Tagle, hubo una férrea oposición de ecologistas -nacionales y extranjeros- y, sobre todo, del pueblo indígena.

En 1993 se aprobó la Ley 19.253 de Desarrollo Indígena. La situación creada por esta ley, que había operado con la cooperación de los principales referentes mapuches hasta 1997, sufrió una crisis cuando Endesa comenzó a construir una segunda central en la zona del Alto Biobío con el nombre de Ralco. De esta manera autoritaria se inundaron miles de hectáreas de tierras y sitios sagrados para el pueblo mapuche-pehuenche.

Nicolasa Quintremán, una de las habitantes de la comunidad afectada, encabezó el movimiento popular que desde 1995 trató de impedir la realización del proyecto. Organizó protestas masivas en ciudades como Santiago, Concepción y Los Ángeles. Además, fue una de las representantes ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), donde acudió a explicar la amenaza hacia las tierras pehuenches. El 10 de diciembre de 2002, la CIDH recibió una petición presentada por abogados representantes de la Universidad Arcis, el Center for International Environmental Law (CIEL) y de cinco pehuenches directamente afectadas (entre ellas, las hermanas Quintremán), donde se alegaba la violación por parte del Estado de Chile de varios derechos protegidos descritos en la Convención Americana sobre Derechos Humanos; además, se solicitaron medidas cautelares para evitar que sus tierras fueran inundadas. En ese entonces las obras ya tenían un 70% de avance.

En la misma época, comenzaba la explotación de las plantaciones forestales en predios que habían sido previamente otorgados a las comunidades mapuches durante el gobierno de Salvador Allende, pero que durante la dictadura pasaron a manos de algunos grupos económicos. Los intereses de las empresas madereras que explotan plantaciones forestales en territorio mapuche, el temor de los agricultores que poseen predios considerados como usurpados por las comunidades mapuche y el aumento de la protesta social mapuche hacia fines de los años 1990 en la zona, motivaron al Senado a expresar en un informe su preocupación por la grave amenaza a la seguridad jurídica en la zona del conflicto (S 680-12).

El informe fue criticado por contener declaraciones de más de 15 agricultores afectados y solo de un representante mapuche. Además, las grandes plantaciones de pino y eucaliptos son incompatibles con las poblaciones humanas. El bosque crece tupido y nada se desarrolla junto a él. Las comunidades aledañas a las plantaciones no obtienen beneficios y, por el contrario, reciben perjuicios múltiples como el deterioro económico, social y ecológico del territorio.

Homicidios en período democrático

-Jorge Suarez Marihuan (2001): hermano del Lonko de la comunidad de Malla Malla en el Alto Bío Bío, quien fue encontrado muerto el 11 de diciembre de 2001 en la ribera del río Queuco, luego de permanecer desaparecido por 6 días. La comunidad denunció una golpiza por parte de un grupo de desconocidos, que habrían actuado en complicidad con la policía uniformada.

– Alex Lemun Saavedra (2002): fue asesinado durante la ocupación del fundo Santa Elisa, propiedad de la Forestal Mininco. El mayor Marco Aurelio Treuer utilizó una escopeta Winchester calibre 12.

-José Huenante Huenante (2005): durante la madrugada del 3 de septiembre de 2005, de 16 años, fue subido al radio patrulla (RP) N°1375 perteneciente a la 5.ª Comisaría de Puerto Montt. Eso fue en plena Avenida Vicuña Mackenna. Desde entonces se desconoce su paradero.

-Juan Collihuin Catril (2006): durante un allanamiento ocurrido en 2006 en el sector de Bollilco Grande, Nueva Imperial, fue asesinado el Lonko Juan Collihuin Catril por el sargento Luis Marimán. Al lugar llegaron carabineros acompañados por un grupo de civiles, no contaban con orden judicial y ocurrió de madrugada.

-Matías Catrileo Quezada (2008): durante la noche del 3 de enero de 2008, un grupo de 30 comuneros mapuche ingresaron al fundo Santa Margarita, de la comuna de Vilcún, que está a nombre de Jorge Luchsinger y es reclamada por la comunidad Lleupeco Vilcún. Al percatarse de la fuerte dotación policial del sector, el grupo comenzó a quemar fardos de pasto. Según el audio entregado por la Central de Comunicaciones de Carabineros (CENCO) los comuneros sólo estaban atacando con piedras. Es ahí cuando se escucha la orden, “métele un balazo”. El cabo Walter Ramírez acusa recibo y dispara su subametralladora UZI. Una bala entra por la espalda en el pulmón de Matías Catrileo, estudiante de agronomía de la UFRO. Muere minutos después.

-Johnny Cariqueo Yáñez (2008): murió de un infarto el 31 de marzo del 2008, tras una brutal golpiza propinada por carabineros del GOPE y de la Comisaría 26º de Pudahuel, minutos después que fuera inaugurada en esa comuna la plaza 29 de marzo, dedicada a los luchadores sociales caídos en dictadura y en democracia.

-Jaime Mendoza Collío (2009): resultó asesinado durante la ocupación del fundo San Sebastián por parte de su comunidad. El autor de los disparos, el cabo Patricio Jara Muñoz, alegó legítima defensa, presentando su casco y chaleco antibalas con numerosos impactos de balines. Un informe de la Policía de Investigaciones confirmó que dichos impactos habían sido hechos de manera posterior.

-Camilo Catrillanca (2018): nieto del lonko de la comunidad Ignacio Queipul Millanao del Lof Temucuicui, Juan Catrillanca. Falleció por un disparo en la cabeza percutado por funcionarios del Comando Jungla instaurado por el gobierno de Sebastián Piñera, mientras regresaba a su hogar en tractor.

-Jordan Liempi Machacan e Iván Porma (2021): en el Cesfam de Tirúa se confirmó el fallecimiento de estas dos personas, víctimas de armas de fuego. El hecho que les causó la muerte se produjo en Huentelolén, Cañete, Región del Biobío. Las primeras versiones extraoficiales indicaron que los asesinados serían los anteriormente individualizados. Según familiares y amigos, ambos participaban en una caravana de grupos mapuches cuando recibieron disparos de personal policial y militar.

Criminalización del movimiento indigenista mapuche

Diversas organizaciones han denunciado que existiría una criminalización de su lucha social. Las demandas de los indigenistas están ligadas a lo que denominan como recuperación de los territorios de los que afirman ser herederos ancestrales. Las personas que han sido juzgadas y condenadas mediante la ley antiterrorista creada durante la dictadura militar -que endurece las penas correspondientes a delitos comunes, cuando se configura el tipo de terrorismo- son consideradas presos políticos.

Se han denunciado también otros hechos, como ataques a menores de edad en las comunidades mapuches; así, el 30 de octubre de 2007, Patricio Queipul Millanao, de 13 años, resultó herido en el tórax por al menos seis municiones disparadas por carabineros con sus escopetas antimotines. Este hecho se suma al de Daniela Ñancupil, de la misma edad, baleada en extrañas circunstancias por policías en enero de 2001, y que luego, en el 2002, fue secuestrada e interrogada por sujetos de civil, quienes la vendaron y la amenazaron para que desistiera de sus acciones legales.

La Operación Huracán (2017), condujo a la detención de ocho comuneros mapuches supuestamente involucrados en una asociación ilícita terrorista en el sur de Chile, asociados con la cúpula de la Coordinadora Arauco-Malleco (CAM) y Weichan Auka Mapu. En enero de 2018, tras quedar a cargo de la investigación de los hechos, el Ministerio Público informó que se habría descubierto mediante pericias técnicas que Carabineros habría manipulado pruebas, razón por la que abrió una investigación contra la propia policía uniformada para determinar la existencia de los delitos de falsificación de instrumento público y de obstrucción a la investigación.

Así, se puso al descubierto los montajes con que los servicios de inteligencia criminalizan la causa mapuche. Raúl Castro Antipán, reclutado como informante de carabineros cuando era un joven estudiante activista vinculado con algunos grupos pro causa mapuche, fue infiltrado para, en sus palabras, desarticular la Coordinadora Arauco-Malleco (CAM). Entre 2009 y 2011 una treintena de comuneros estuvieron detenidos por su testimonio como delator compensado por la Ley Antiterrorista. Castró llevó a la cárcel a 14 personas, que finalmente fueron absueltas por los tribunales de justicia.

Reacción de organizaciones no gubernamentales

El Comité de Derechos Humanos, órgano encargado de la supervigilancia del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos de 1966, denunció supuestas prácticas criminalizadoras contra el movimiento indigenista en sus observaciones al informe de Chile en marzo de 2007. En este sentido, instó al Estado chileno a modificar la ley antiterrorista.

Además, en relación a los artículos 1 y 27 del Pacto, el Comité lamentó la información de que las «tierras antiguas» continúan en peligro debido a la expansión forestal y megaproyectos de infraestructura y energía, expresando que Chile debía realizar todos los esfuerzos posibles para que sus negociaciones con las comunidades indígenas lleven efectivamente a encontrar una solución que respete los derechos sobre las tierras de estas comunidades de conformidad con los artículos 1, párrafo 2, y 27 del Pacto, debiendo agilizar los trámites con el fin de que queden reconocidas tales tierras ancestrales, debidamente demarcadas.

También exhortó al Estado chileno a efectuar consultas con las comunidades indígenas antes de conceder licencias para la explotación económica de las tierras objeto de controversia, y garantizar que en ningún caso la explotación de que se trate atente contra los derechos reconocidos en el Pacto. En 2004, el Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales ya había formulado observaciones en el mismo sentido.

A modo de ejemplo, se estima que en el centro sur de Chile hay tres millones de hectáreas de especies exóticas de pinos y eucaliptus, donde cerca dos millones son concentrados por dos grupos económicos: Matte, con CMPC-Forestal Mininco y más de 750.000 hectáreas; y Angelini, con Celco-Forestal Arauco, con más de 1.200.000 hectáreas. Se estima que el Pueblo Mapuche, incluyendo las tierras que han sido entregadas vía subsidio, no superaría las 650.000 hectáreas para una población que se estima en un millón quinientas mil personas.

Uno de los tantos descendientes de los colonos europeos que han usufructuado del territorio mapuche usurpado por el Estado, es Jorge Luchsinger, quien, en una entrevista publicada en la Revista Qué Pasa N° 1784, del 18 de junio de 2005 señalaba: «El indio no ha trabajado nunca. El mapuche es un depredador, vive de lo que aporta la naturaleza, no tiene capacidad intelectual, ni tiene voluntad, no tiene medios económicos, no tiene insumos. No tiene nada”. Dos páginas más adelante, el periodista le inquiere: “Pero usted tuvo trabajadores mapuche que le sirvieron por más de 30 años ¿No confía en ellos?”, a lo que Luchsinger responde: “Yo confío mientras los veo, pero creo que ellos dicen lo que a mí me gustaría escuchar y hacen lo que ellos quieren. El mapuche es ladino, torcido, desleal y abusador”; en definitiva, un claro discurso de odio, intolerancia y racismo.

El racismo ha sido transversal en diversos sectores. En el año 1989, el dictador Augusto Pinochet Ugarte en entrevista realizada por revista Análisis, Nº 30, señalaba: ”¿Qué cree usted, que nosotros somos un país de indios?”.

Y en el año 1990, el expresidente Ricardo Lagos Escobar señaló en el Diario Austral: “Afortunadamente este es un país racialmente homogéneo”.

Tomado de: América Latina en movimiento

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Pinochet y los nazis: de Hitler a Piñera

Por Sebastián Alvarado Fuentes

Una forma de acercarnos y ordenar al caos de las múltiples historias personales o familiares que, en su conexión a gran escala, conforman el devenir histórico de una sociedad, es estableciendo patrones, regularidades o tendencias, para desde esa base extraer conclusiones o caracterizaciones. Bajo esta lógica, es que podemos, pensando en cómo un grupo de familias que se refugiaron en nuestro país después de luchar en la Segunda Guerra Mundial (en el bando de Hitler), pudo afectar el desarrollo de nuestra vida nacional, revisar si estas, al tener un mismo origen, también tuvieron o tienen eventualmente otras similitudes, relativas a su visión de mundo o imaginario social. Y quizá esto, además, nos permita entender de dónde proviene y cuál es realmente el discurso de uno de sus herederos actuales, el que ahora apuesta, apoyado por algunas encuestas poco confiables y cuentas falsas en internet, por tomar el control de nuestro país: José Kast.

Partamos, entonces, por establecer un patrón (de cómo personas de un origen similar terminan, de una manera u otra, estando siempre cerca, encontrándose en los mismos lugares y conectándose para apoyar un mismo proyecto de sociedad).

El juez Karl Werner Paulmann y su familia ingresaron a Latinoamérica en la década de los cuarenta con la ayuda de la Cruz Roja, escapando de la Alemania de la Segunda Guerra Mundial. Se instalaron primero en Argentina y dos años después en Chile, y tanto sus hijos como él generaron relaciones y se volvieron parte relevante de la vida nacional. De hecho, dos de sus hijos, Horst Paulmann Kemna y Jürgen Paulmann Kemnan, lograron, gracias a un presidente adicto a las concesiones y un grupo de diputados, entre los que se cuenta José Kast, la nacionalidad por gracia. Cabe destacar que cuando se expuso la sacrificada y ejemplar vida de estos inmigrantes emprendedores en el Congreso, se hizo énfasis en que el patriarca escapaba de su patria por haber sido solo un simple soldado de la Wehrmarcht. Sin embargo, esta versión del pobre soldadito inocente no era muy real que digamos.

Una investigación de “El Mostrador”, publicada el 22 de febrero del 2012, determinó, con documentación oficial, que esta persona horrenda era, en realidad, un ferviente militante nacionalsocialista y miembro de las Waffen-SS, el cual fue investigado judicialmente por su rol en múltiples asesinatos y por utilizar su cargo para esconder ejecuciones masivas de judíos durante el régimen nazi (investigación de la cual se salvó por haber muerto antes de su conclusión). Su familia ocultó a consciencia esta información.

Al menos uno de sus ilustres hijos, Horst Paulmann, quizá por influencia paterna, mantuvo el gusto por relacionarse con nacionalsocialistas. Winfried Hempel, abogado nacido en Colonia Dignidad, el 13 de julio 2016, a través de Radio Cooperativa, testimonió que no solo era normal ver a Horst paseándose con Paul Schäfer, sino que lo ayudaba a realizar campañas en pos de hacer un lavado de imagen de la colonia.

Paul Schäfer, miembro de las Juventudes Hitlerianas y enfermero de la Wehrmarcht (otro inocente soldado…), fue el fundador y líder de Colonia Dignidad, asentamiento alemán formado al inicio de los sesenta con la aquiescencia del presidente Jorge Alessandri (que años después se convertiría en colaborador de la dictadura de Pinochet como miembro del Consejo de Estado).

En ese lugar, donde Schäfer durante el régimen militar abusó sexualmente de niños, traficó armas y torturó y asesinó socialistas y comunistas, Jaime Guzmán impartió clases a los civiles que se convertirían en los principales cuadros del partido que nace como la expresión política del pinochetismo, la Unión Demócrata Independiente (UDI): Andrés Chadwick (primo de Sebastián Piñera) y Pablo Longueira, entre otros.

Al terminar la dictadura y asumir Patricio Aylwin como presidente, por las presiones a raíz de las distintas denuncias de los crímenes que se cometían en el enclave alemán, se les suspendió la personalidad jurídica. Sin embargo, Colonia Dignidad para seguir operando registró otra: Organización Comunitaria de Desarrollo Social Perquilauquén. El miembro N°279 de esta nueva máscara de las operaciones del monstruo Paul fue el ex-UDI y férreo defensor de Pinochet, Ignacio Urrutia Bonilla. Según informó el 09 de Julio del 2005 el medio La Nación, Efraín Vedder Venhoff (el que de niño que fue raptado por los colonos), declaró que Urrutia era muy cercano a Schäffer.

Ignacio Urrutia hoy es militante del Partido Republicano (liderado por Kast), en el cual ocupa el cargo de Vicepresidente.

Entre los amigos de Colonia Dignidad (revelados por fichas que mandaba a hacer de sus visitantes el mismo Schäfer), se encuentra también Rodolfo Stange (UDI), General Director de Carabineros de la dictadura de Pinochet, investigado por el asesinato de Cecilia Magni y Raúl Pellegrin. Tanto José Kast como Ignacio Urrutia han declarado públicamente su admiración por Stange.

Rodolfo Stange, ex miembro de la Junta Militar de Pinochet fue acusado de incumplimiento de deberes militares y obstrucción a la justicia en el asesinato de tres profesionales comunistas, conocido por el «caso Degollados».

También es, por así decirlo, curioso que uno de los militares que aparecieron en las fichas fue Andrés Magaña Bau, procesado por el asesinato de campesinos en Paine.

Erik Von Baer, abuelo de la senadora Ena von Baer (UDI), fue un militante nacionalsocialista y miembro de las SS, que ingresó a Chile escapando de los Aliados, tras esconderse en Bélgica y alegar en el Consulado de Chile en Amberes, para conseguir un salvoconducto del gobierno anticomunista de González Videla, que solo era un inocente soldado de la Wehrmarcht que huía de la persecución soviética. Según una publicación del medio El Ciudadano (a cargo de Juan Pablo Moreno y Arturo Alejandro Muñoz), a partir de las revelaciones que dejó un proceso judicial por injurias graves, la verdad era muy distinta: Erik von Baer podía ser procesado en Europa por su participación, como miembro de las SS, en un laboratorio anexo al campo de concentración Auschwitz, y, más encima, también su esposa estaba siendo procesada por los Tribunales de Nuremberg (por agredir a prisioneros de guerra).

El hijo de este otro soldadito inocente de la Wehrmarcht, Heinrich Von Baer, terminó convirtiéndose en rector de la Universidad de la Frontera por designación de la dictadura de Pinochet; y su nieta, Ena von Baer, es tristemente célebre por ser parte de los políticos financiados ilegalmente por las empresas (caso SOQUIMICH), y por ahora último mentir, con un descaro pocas veces antes visto, sobre las propuestas que se han discutido en la Convención Constituyente.

Ena von Baer hace unos pocos días hizo oficial su apoyo a la candidatura de José Kast.

Julio Alberto von Appen Oestman, militante nacionalsocialista y espía y saboteador del régimen de Hitler, ingresó al país en 1937, pero solo se confirmó quién era realmente en 1945, al ser detenido e interrogado por detectives del Departamento 50. «Fui y soy militante activo del partido nazi. No lo niego, así como Ud. tampoco tendría razón para ocultar su filiación política.», llegó a declarar al diario La Hora el 8 de abril de ese año.

Julio von Appen fue, al descubrirse su identidad, expulsado de Chile. Sin embargo, volvió en 1952, como la cabeza de Ultramar Agencia Marítima y con una fortuna y contactos que nunca se supo bien cómo consiguió (se piensa que se pudo convertir en colaborador del FBI o que pudo aprovechar una red de protección económica creada para que nacionalsocialistas lograran establecerse fuera de Europa). Ultramar le permitió consolidar un verdadero imperio en nuestro país, el que, posterior a su muerte en 1971, fue asumido por sus hijos, Sven y Wolf. Ambos, quizá por haber asumido parte de las creencias de su padre, se convirtieron en admiradores de la dictadura y colaboradores de la derecha. Prueba de eso son las múltiples donaciones que le han hecho a la Fundación Pinochet y al CEP (el think tank liberal que nace para defender las reformas económicas del régimen). O también las declaraciones amenazantes que hizo Sven el 2013, en las cuales aseguraba que si Michelle Bachelet no manejaba bien la economía (lo que podemos traducir: en favor de ellos), buscarían imponer un nuevo Pinochet. O también las donaciones que hicieron a las campañas de algunos políticos, como la del empresario presidente imputado Sebastián Piñera.

Si bien hoy Sven está muerto, Wolf y sus descendientes al parecer mantienen la costumbre: en estas últimas elecciones la familia von Appen donó 33 millones a 25 candidatos, 23 de Vamos por Chile, uno de la Democracia Cristiana y uno del Partido Ecologista Verde. Entre los beneficiados, está, con la suma de un millón, Rojo Edwards, uno de los rostros más visibles del Partido Republicano y director del Think Tank Ideas Republicanas; con 2 millones, Harry Jürgensen, el que, tras haber dejado RN, competirá en las próximas parlamentarias a través de un cupo del Partido Republicano; con un millón, Pollyana Rivera, constituyente elegida por cupo UDI pero que el mismo José Kast ha identificado como militante republicana; y con 2 millones, Jorge Arancibia Reyes (militante UDI, que en los ochenta fue edecán naval de Pinochet).

Los Von Appen dueños de Ultraport, parte del holding Ultramar, que se ha caracterizado por perseguir el sindicalismo. Es una de las familias más ricas del país.

Walter Rauff, espía, miembro de las Waffen-SS, jefe de la Gestapo y responsable de genocidio (creador de las cámaras de gas móviles), ingresa a Latinoamérica con papeles otorgados por la Cruz Roja al terminar la década de los cuarenta, y se termina estableciendo en Chile en 1958 (en donde lo esperaban sus hijos, los que, gracias a un favor que le concedió el que en ese momento era agregado militar en Quito, Augusto Pinochet Ugarte –sí, el mismo‒, se encontraban estudiando en el país). Franz Baar, víctima de torturas y experimentación forzada en Colonia Dignidad, declaró al periodista Carlos Basso (cuya investigación se puede encontrar parcialmente en El Mostrador, en una publicación del 4 de septiembre del 2015), que Rauff no solo era visitante asiduo de Colonia Dignidad, sino que realizaba cursos de combate en el lugar. Lo cual es reforzado tanto por un informe que realizó la CIA el 13 de abril de 1976, como por otro realizado el 8 de julio de 1977, en donde se planteaba que había criminales de guerra alemanes asesorando al régimen y en específico a la DINA (Walter Rauff y Enrique Pschold Reschenback), que solía visitar la colonia para buscar armas y realizar cursos.

Walter Rauff, fue miembro de las despiadadas SS, organización responsable del asesinato genocida de alrededor de seis millones de personas. Después de huir cobardemente para evitar juicios en Núremberg, vivió en la comuna de Porvenir, provincia de Tierra del Fuego, Chile, donde administró una empresa manufacturera de centolla en los años 60. Se le responsabiliza por la muerte de medio millón de personas en Auschwitz.

En 1947, Semión Nikolayevich Krasnov, militar anticomunista cosaco y Mayor General de la Wermarcht, fue ahorcado junto a su padre (militar zarista y también aliado del nacionalsocialismo) por el ejército soviético, acusado de colaboración con las fuerzas de Hitler. Sin embargo, su esposa y su hijo, de nacionalidad austriaca, Miguel Krassnoff Martchenko, lograrían escapar a Sudamérica para terminar refugiándose en Chile. El hijo de este inocente soldado de la Wermacht se convertiría con los años en Brigadier del Ejército de Chile y miembro, además, de la policía secreta de Pinochet, DINA, organismo a través del cual ejecutaría las acciones más horrendas de la dictadura, entre las que podemos contar secuestros, ejecuciones (como la del sacerdote Antonio Llidó Mengual), torturas (como la aplicada contra el Premio Nacional de Historia, Gabriel Salazar) y vejaciones sexuales. Hoy en día suma condenas por más de 800 años de reclusión (sus crímenes son tantos y en contra de tanta gente, que se necesitaría la extensión de un libro y una frialdad psicológica que no tengo para abordarlos en profundidad).

Es necesario hacer énfasis en el caso de la tortura que sufrió Diana Arón, que, estando embarazada, fue torturada y asesinada por Krassnoff. Hay testimonios que indican que cuando salió de la sala de tortura, con las manos ensangrentadas, gritó: «¡Marxista, y además judía!».

José Kast no solo ha dicho que el dictador Pinochet, de estar vivo, votaría por él, sino también ha declarado conocer al torturador Krassnoff, haber leído su libro y no creer todo lo que se dice de él (en el sentido de los procesos judiciales en su contra). A esto habría que sumar que hace solo unos días, el Secretario General del Partido Republicano, Antonio Barchiesi, en una discusión sobre estas declaraciones, dijo respecto a las acusaciones y resoluciones en contra de Krassnoff que en ocasiones los tribunales se equivocan (relativizando, por lo tanto, su culpabilidad).

Diana Arón, que, estando embarazada, fue torturada y asesinada por Krassnoff. Hay testimonios que indican que cuando salió de la sala de tortura, con las manos ensangrentadas, gritó: «¡Marxista, y además judía!».

Miguel Krassnoff también es identificado en las fichas de Schäfer como amigo de Colonia Dignidad.

Hasta ahora hemos visto como alemanes nacional socialistas, que fueron parte de la Wehrmacht o de las Waffen-SS, lograron ingresar a Chile con métodos similares (simulando ser simples soldados inocentes para conseguir papeles en consulados o con la Cruz Roja), a la vez que, ya refugiados y consiguiendo con el tiempo levantar negocios en nuestro país, no solo se comprometieron (ya sea directamente o después su descendencia) con las acciones y el proyecto de la dictadura, sino que también con los partidos de derecha que emergieron como herederos políticos de la misma. En otras palabras: ellos nunca abandonaron los ideales nacionalsocialistas y vieron en Pinochet a un aliado que compartía parte de sus posturas (nacionalismo, anticomunismo, religiosidad y la utilización del Estado como máquina bélica que debe ayudar a sostener el poder empresarial), cuya figura sus respectivos clanes siguen enalteciendo.

Llama la atención que la mayoría de estos criminales hicieran esfuerzos ingentes por parecer personas respetables ante la sociedad chilena.

Veamos si el caso de la familia de José Kast tiene similitudes con los de los criminales hitlerianos que siguieron operando en Chile. Para esto, me basaré en los antecedentes expuestos en “A la sombra de los cuervos” (2015) del periodista Javier Rebolledo…

Michael Kast, subteniente de la Wehrmacht que participó en la invasión nazi en contra de la URSS (en el mismo año y lugar que Walter Rauff), llega a Chile en la década de los cincuenta (luego de escapar dos veces de los Aliados e intentar ocultar su pasado haciéndose pasar por oficial de la Cruz Roja). Su primera parada fue la residencia de la familia Schepeler, integrada, entre otros, por Enrique Schepeler Pinochet (presidente de la Corte Suprema) y Enrique Schepeler Vásquez (abogado de Rauff).

Misteriosamente, ni Olga Rist ni Joaquín Lavin (los que escribieron obras sobre la vida de este inocente soldado y su familia) mencionan en ningún momento que, antes de participar en el ejército, por su edad debió haber pasado también, al igual que lo hizo Schafer, por el adoctrinamiento de las Juventudes Hitlerianas.

Michael Kast junto a su familia se fue a vivir a Paine y, luego de unos años, logró estabilizar su situación en el país, además de forjar la imagen de un respetable emprendedor católico y anticomunista. Dueño del restaurant Bavaria y productor de cecina, por un tiempo no tuvo motivo para mostrar su verdadero rostro. Sin embargo, cuando comenzó la dictadura, él y todo su clan se comprometieron, igual que todo el resto de los criminales importados desde el Tercer Reich, con el régimen de Pinochet.

El 13 de septiembre de 1973, Pedro León Vargas Barrientos, militante del MIR y ex trabajador del Bavaria (tuvo problemas por querer levantar un sindicato), es detenido por un conjunto de «civiles» armados y trasladado a la subcomisaria de Paine, en la cual es torturado junto a otras personas. Unos días después, Silvia Vargas Barrientos, hermana de Pedro, va a solicitar la ayuda de Michael Kast, a lo que él le responde con frialdad que ella no sabe lo que es una guerra. Pedro pasaría a ser parte de los 70 campesinos y trabajadores torturados y asesinados en esa localidad.

Mientras se torturaba y asesinaba gente en Paine, Olga Rist enviaba comida a los carabineros y pasaba su tiempo libre rezando por su buenaventura. Christian, hijo de Michael y de ella, por otro lado, compartía carne asada y bestibles con policías, militares y civiles, en la misma subcomisaria en la que molían a golpes hasta reventarle los dientes a los detenidos. Al respecto hay testimonios, como el de Alejandro Bustos, que establecen la participación directa de Christian en interrogatorios. También hay otros, como el del policía Osvaldo Domínguez Muller, que establecen que el mismo Michael Kast solía visitar el cuartel mientras se imponía el horror (quizá para aconsejar a los militares sobre cómo debían llevar a cabo la guerra que en su cabeza nunca terminó).

Miguel, el hijo mayor de Olga y Michael, terminó siendo mentor y promotor de los Chicago Boys, ministro de Pinochet y asesor de la DINA. La imposición de la doctrina económica ultraliberal que profesaba en conjunto con sus adeptos (que sostenía, por ejemplo, no entrometerse en los préstamos entre privados), terminaron desencadenando la peor crisis económica en la historia de Chile (la de 1982). Fue conocida su cercanía, como miembro del movimiento Schoenstatt, con Francisco José Cox (sacerdote acusado de pedofilia) y la permanente y declarada admiración casi paternal que sentía por el dictador.

José Kast, también hijo de Olga y Michael, participó como dirigente juvenil en la franja del SÍ, campaña que buscaba la continuación de la dictadura. Seguidor de Jaime Guzmán, fue militante de la UDI, sin embargo, el día de hoy dirige su propia fuerza política: el Partido Republicano.

José Kast ha negado públicamente la participación de su familia en los crímenes de Paine, bajo el argumento que la familia de Pedro Vargas siguió trabajando en el Bavaria y manteniendo buenas relaciones con su familia. Silvia Vargas, en respuesta, publicó una carta al director en El Mostrador el 18 de octubre del 2017. En ella, primero, desmiente la continuación de la relación laboral, pues después del asesinato de Pedro despidieron a su papá y su otro hermano (un gesto muy cristiano). Segundo, también aclara que no mantienen buenas relaciones y que nunca han recibido ayuda alguna para saber qué sucedió con su hermano. Al día de hoy nunca se ha respondido esta carta ni se ha hecho referencia pública a ella por parte del candidato.

José Kast también ha negado que su familia tenga alguna relación con el nazismo, utilizando el argumento de que su padre fue solo otro inocente soldado de la Wehrmacht –sí, la misma excusa–, a pesar de las evidentes similitudes de su historia con la de otros criminales nacionalsocialistas. El problema es que la Wehrmacht, sobre todo en el Frente Oriental (donde peleó el patriarca Michael), fue todo menos inocente: justamente una de las estrategias que aplicaron para pelear contra la URSS fue la de fusilar civiles, quemar aldeas y dejar a las mujeres y los niños sin protección a la intemperie para que murieran de frío. A esto habría que sumar el asesinato de dos millones de prisioneros de guerra o su participación en directamente masacres, como la de Babi Yar. Para profundizar al respecto, les recomiendo consultar el libro El ejército de Hitler (1991) de Omer Bartov, en el que el autor, además de entregar datos sobre los crímenes de estos inocentes soldados del ejército, desmiente la idea de que estos no tuvieran un profundo compromiso ideológico con el hitlerismo. Entre otras cosas, dice:

«[…] el sistema legal de la Wehrmacht se adaptó a la llamada nazi Weltanschauung, con todos sus atributos de darwinismo social, nihilistas, expansionistas, antibolcheviques, y racistas. Y esto se aplicó a los enemigos reales o imaginarios, y a sus propios hombres.»

Y en este punto de nuestro recorrido, podemos detenernos en algo: es probable que el adoctrinamiento que sufrieron desde niños los inocentes soldados a partir del régimen totalitario de Hitler, les haya hecho heredar a sus hijos, al menos en el sentido del capital cultural, algunos aspectos del imaginario o la visión de mundo nazi. Es evidente que no podían sostener ciertas tesis racistas viviendo en Chile (como probablemente sí lo hacían en Alemania), pero el nacionalsocialismo no se reduce al racismo. ¿Cómo podríamos resumir la imagen de mundo que sostenía el nazismo? Si somos breves, podemos establecer sin miedo que ellos se consideraban nacionalistas, en tanto, en su época, la nación implicaba también una cultura y una raza. Sin embargo, en sus ojos su nación se veía amenazada por el globalismo (organismos dirigidos por magnates judíos o tratados internacionales), multiculturalismo (población migrante o no alemana/aria), marxismo (la amenaza constante de una revolución) y reformas que atentaban contra lo que ellos entendían como los valores de la familia y la religión; y es ahí donde la búsqueda de la pureza nacional también estaba, a partir de una tercera vía (ni marxista ni sometida al capital financiero), en la eliminación de estos enemigos (puedo apostar que cualquier lectura del Mein Kampf y/o de los discursos del Fuhrer o Goebbels estará de acuerdo con esta lectura).

¿Cuál es el la visión de José Kast y sus partidarios? Más allá de que su programa presidencial actual propone la persecución de la izquierda, crear una zanja en el desierto para detener migración, salirse del Consejo de DDHH de la ONU y promover el matrimonio y la religión cristiana, esto en verdad es manifestación de algo más complejo. Si uno revisa, por ejemplo, las delirantes columnas publicadas por Camilo Cammás, militante del Partido Republicano y actual candidato a diputado por el mismo, en el portal de la Fundación Cuide Chile (fundada por María Pía Adriazola, esposa de José Antonio), nos encontramos que para ellos el enemigo real es el globalismo (la ONU u organismos internacionales controlados por magnates de origen judío, como Soros o Rothschild), el multiculturalismo (movimientos migratorios promovidos supuestamente desde la izquierda para provocar mestizaje) y el marxismo (que es la ideología que sería utilizada por la conspiración mundial de los magnates para destruir la nación y la cultura occidental de origen europeo). Además, Cammás se refiere directamente a su rol como tercera vía:

«Asimismo, se debe tener claro que el conflicto clásico maniqueo-dualista de derecha v/s izquierda se encuentra hoy virtualmente obsoleto y superado. Nos encontramos frente a un nuevo paradigma, en un escenario en el que existe un nuevo conflicto que debe plantearse y entenderse en cuestión de nacionalismo v/s globalismo y no entre socialismo y el falso capitalismo (metacapitalismo) [entiéndase, el capitalismo de los magnates] que existe hoy.»

José Kast no se quiere alejar de la ONU porque haya países con gobiernos de izquierda participando en ella, sino porque sus delirantes partidarios la entienden como parte de una conspiración para imponer un gobierno mundial.

Y teniendo esto claro, ya no hay mucho espacio para la confusión: la base discursiva es demasiado similar o casi totalmente la misma (solo con algunos matices) que la del nacionalsocialismo histórico (el Fuhrer sigue vivo en sus corazones).

Es esta visión de mundo la que se quiere imponer en las próximas elecciones.

Este recorrido nos permitió ver cómo se cumple un patrón en un conjunto de personas que, luego de haber peleado por Hitler, escaparon a Chile, en donde, ya sea ellos directamente o su descendencia, vieron una oportunidad para continuar su lucha: la dictadura de Pinochet. Al comenzar la transición, sin embargo, decidieron ocultar su rostro un tiempo, hasta el día de hoy, en el que, después de la revuelta social, no pudieron soportar presenciar cómo se dejaba atrás el país que ayudaron a construir con muerte y terror. El país que les otorgó privilegios y desde el cual han logrado resucitar la matriz conceptual por la que lucharon sus patriarcas en Europa.

La lucha hoy debe estar enfocada, por lo tanto, en, además de alimentar los procesos de orientación revolucionaria, detener el avance del fascismo, pues por cada cuota de poder que consigan, más oscuro será el mañana.

La paz de ellos se basa en que se imponga el terror y la muerte sobre nosotros.

Tomado de: El Sudamericano

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Bruno Rodríguez: No hay acciones autóctonas de desestabilización en Cuba, de oposición a nuestro gobierno

Bruno Rodríguez Parrilla. Ministro de Relaciones Exteriores de Cuba

Presentación del ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Bruno Rodríguez Parrilla, al Cuerpo Diplomático acreditado en nuestro país.

10 de noviembre de 2021

Buenos días,

Agradezco profundamente la presencia del Cuerpo Diplomático acreditado en La Habana.

Felizmente nos encontramos por primera vez, después de estos dos años de pandemia y de restricciones a los encuentros sociales y diplomáticos, eventos propios del servicio externo. Bueno, felizmente la semana pasada o la anterior quizás, tuvimos un primer encuentro.

Tengo el honor de haberlos convocado esta mañana tomando en cuenta que en este mes, en los próximos días se producirá, ya de una manera integral la apertura del país, la reactivación de áreas de su economía que han estado limitadas en este largo y difícil periodo.

Nos ha llenado de alegría el reinicio del curso escolar y la actividad docente en todos los niveles de enseñanza, los niños uniformados otra vez en las calles, regresando felices a sus escuelas acompañados de sus padres.

Es el momento también en que todo el país rinde homenaje a nuestro personal de salud, a nuestros médicos, paramédicos, a nuestros científicos y de manera especial a nuestros jóvenes, a los estudiantes que ocuparon posiciones de vanguardia en el enfrentamiento a la pandemia en el ejercicio de las políticas sociales para proteger a los enfermos, a sus familiares, prevenir contagios, proteger a las personas de mayor vulnerabilidad, ancianos que viven solos, familias que han requerido del apoyo generoso, afectuoso de sus vecinos.

En los próximos días tendrá lugar el reinicio, en una escala masiva, de los vuelos internacionales, tendremos la oportunidad de acoger a nuestros compatriotas que han permanecido por períodos prolongados fuera de Cuba sin haber podido regresar, o por las dificultades de conectividad aérea o por dificultades incluso financieras que la pandemia ha ocasionado a escala global.

Recibiremos también en mayor medida al turismo internacional, a visitantes de todas las latitudes, incluyendo visitantes estadounidenses que suelen venir a nuestro país a pesar de las dificultades y las restricciones.

De manera que es un momento para nuestro pueblo, de celebración, celebración prudente,  apertura progresiva, de paso a lo que algunos llaman una nueva normalidad, pero es un momento que nuestro pueblo celebra.

Han asistido ustedes a escenas de regocijo de nuestra población, de nuestros jóvenes, de nuestros niños, concurriendo nuevamente al Malecón habanero, a otras plazas en todas las ciudades del país, a la playa, a  lugares de recreación.

No vamos a permitir de ninguna manera, que la agresión persistente del gobierno de los Estados Unidos, sus intentos intensos y constantes, agudizados en los últimos 6 u 8 meses, de generar condiciones de desestabilización interna, de alterar la tranquilidad y la seguridad ciudadanas, de dañar la paz social que es característica del pueblo cubano, de nuestra nación, vayan a aguarnos esta fiesta, como se dice coloquialmente en Cuba.

No vamos de ninguna manera a permitir que la agresión organizada desde el exterior, con el empleo de agentes internos reclutados, entrenados, financiados, organizados, incluso a veces transportados directamente en vehículos diplomáticos de la Embajada de Estados Unidos acreditada en La Habana, vaya a echar a perder este momento de alegría de nuestro pueblo.

Y, claro está, nuestro pueblo, con estricto apego a nuestra Constitución, a nuestras leyes, con el talante y el ánimo de amplio consenso que lo caracteriza, defenderá, por supuesto, el orden constitucional por el que votó recientemente de una manera masiva y entusiasta y permitió promulgar una nueva Constitución.

El eje central de esta operación organizada desde centros de poder en Estados Unidos, en ejercicio de la política oficial del gobierno de los Estados Unidos, con intervención de altos funcionarios de la Casa Blanca, del Departamento de Estado y de otras agencias, con la intervención permanente de senadores y congresistas anticubanos, con la participación de entidades que responden a la política del gobierno de los Estados Unidos para financiar de diferentes maneras los llamados golpes blandos, intentos de desestabilización conducen, por supuesto, a consecuencias que en otros países han provocado conflictos, han provocado guerras, han estado seguidos de intervenciones, incluso militares y ocupaciones estadounidenses, y el eje central, el libreto que sigue el gobierno de los Estados Unidos, es el de tratar de mostrar a Cuba, lo cual resulta un intento desesperado, infructuoso, tonto, como un estado fallido, para precisamente utilizar ese enfoque como  pretexto para el recrudecimiento del bloqueo, la aplicación de las 243 nuevas sanciones que implementó el gobierno del presidente Trump y que el gobierno del presidente Biden aplica de manera estricta e intensa desde su elección, incluye más de 60 sanciones aplicadas durante la pandemia, tomando al virus como aliado y haciendo más genocida y extraterritorial su bloqueo.

De manera que el sentido esencial de una campaña prolongada del gobierno de los Estados Unidos, que bueno, ha durado ya más de 60 años, releía hace pocos días ya organizaciones de revueltas en Cuba en los primeros años de la década del 60, y que trata precisamente de crear situaciones internas que favorezcan sus objetivos de dominación, de hegemonía, de intervención en los asuntos internos de nuestro pueblo, de conculcar nuestra independencia y nuestra soberanía o incluso de sumar a otros países del planeta a esa política.

El gobierno de los Estados Unidos sabe perfectamente que con las campañas que arreció en los últimos meses intenta provocar situaciones de sufrimiento en nuestro pueblo, en la esperanza de que generen condiciones que provoquen el llamado estallido social.

Sabe el gobierno de los EE.UU., que con sus acciones pretende y provoca acciones de inestabilidad y de violencia, pretende alterar la paz de nuestro país. Usa para eso una muy poderosa maquinaria comunicacional, particularmente digital. Intenta construir desde la mentira y la irrealidad un escenario virtual inexistente en la esperanza de convertirlo en la realidad que no existe en Cuba.

Utiliza recursos financieros cuantiosos, materiales facilitados directamente por el gobierno de los Estados Unidos y sus Agencias. Sus operadores y agentes internos residen lo mismo en Estados Unidos que en casos muy específicos, en nuestro país o incluso en otras capitales fundamentalmente europeas.

Es una operación que se organiza desde el punto de vista material y práctico en lo fundamental, desde territorio de los Estados Unidos, que conecta con grupos violentos, con un pasado e incluso un presente de acciones terroristas contra nuestro pueblo, y contra las Embajadas de Cuba en diversos países.

Utiliza prácticas modalidades comunicacionales que son típicas del escenario de polarización extrema, de máxima toxicidad, que lamentablemente caracteriza hoy las prácticas políticas en la sociedad estadounidense, en particular las prácticas electorales que ya miran a noviembre del próximo año.

Facebook, por ejemplo, es una gran plataforma privada, que se conoce a que objetivos sus dueños responden y que se caracteriza por una práctica, no solo de violación del derecho de los ciudadanos a la información veraz, a la privacidad, a que no se trafique con sus datos personales, que no sólo incursiona en el aliento a mensajes de odio, de división, de discriminación, de odio incluso racial, otras formas de discriminación y que es generador de violencia. Recientes documentos publicados, testimonios incluso internos demuestran que esto es así.

Hoy debo informar a ustedes que los grupos privados que se han establecidos en la plataforma de Facebook no sólo realizan actividades ilegales, desde el punto de vista del derecho internacional, del derecho nacional en los propios Estados Unidos de América y en otras naciones desde donde operan, en violación de las leyes cubanas, incluso en violación de las llamadas políticas de comunidad, en las propias normas de la propia plataforma Facebook, alterando algoritmos, alterando el mecanismos de geolocalización, para simular la presencia masiva en Cuba de personas y cuentas que se sabe que radican fuera de nuestro país y fundamentalmente en la Florida y territorio estadounidense. Como ha ocurrido ya, Facebook podría ser perfectamente con estricto apego a la ley, demandada por estas prácticas contra Cuba.

Para mí lo más importante es que se dirime en estos acontecimientos el derecho de un estado soberano, de un pueblo libre en ejercicio de la libre determinación, frente al intento de una superpotencia de intervenir en sus asuntos internos, forzar un cambio de régimen, destruir el orden constitucional por motivaciones estrictamente políticas, por motivaciones que sólo sirven al interés de grupos de poder que lucran con la política exterior y que pretenden manipular a los ciudadanos estadounidenses.

Por tanto se dirime el derecho del pueblo de Cuba a la paz, a la estabilidad, a  la tranquilidad y seguridad ciudadanas, frente al ejercicio ilegal de una potencia que pretende alterarla.

El 26 de octubre periodistas preguntaron al Vocero del Departamento de Estado, cuál era la relación del gobierno de Estados Unidos con las llamadas protestas en Cuba. Dos veces el Vocero evitó responder esa pregunta, pero ha sido generosamente respondida por numerosos funcionarios, altos funcionarios del gobierno de los Estados Unidos y políticos de ese país, que han hecho abiertas amenazas de aplicación de nuevas sanciones a Cuba y de represalias contra nuestro país.

Probablemente me equivoque. Hace apenas una hora se alteró mi compilación. Ya no son 28, son 29 declaraciones del gobierno de los Estados Unidos y de figuras influyentes del Congreso de esa nación sólo desde el 22 de septiembre, casi una diaria, dirigidas todas a alentar, orientar, instigar a acciones de desestabilización  en nuestro país.  Instigan al desafío al orden constitucional, a las leyes cubanas, a las autoridades.

Plantean exigencias para que se permita acciones que Cuba jamás ha permitido ni permitirá, acciones de un gobierno extranjero en nuestro territorio tratando de desestabilizar el país. Solicitan y presionan a distintos gobiernos, algunos de los cuales ustedes representan, a que se sumen a estas acciones contra Cuba. Han emplazado incluso a una parte de ustedes, a veces de manera personal, a que participen los diplomáticos acreditados en la Habana, en acciones ilegales de esta naturaleza.

Presentan a supuestos pacifistas o manifestantes de una manera mendaz, cuando se sabe que son agentes extranjeros que alientan acciones violentas de vandalismo y que inevitablemente crearían situaciones que alterarían la paz interna. Hablan de luchadores por los derechos civiles con verdadera desvergüenza. Se amenaza con acciones incluso desde el Congreso de los Estados Unidos.

Sorprende, a pesar de que tenemos experiencia, y el mundo ha visto cosas inimaginables sobre todo en los últimos dos años, el doble rasero, el cinismo y la hipocresía con que figuras del gobierno de los Estados Unidos se refieren a estos temas.

Son los mismos que no dicen una palabra de las masacres de defensores de derechos humanos y activistas sociales, que no hablan de la represión brutal contra manifestantes con el empleo de equipo quasi militar, equipo de represión más asociado a la acción militar que a la acción de las autoridades de orden interno.

Que no dice una palabra de las lesiones oculares de cientos y cientos de adolescentes y jóvenes de nuestra región, incluso altos funcionarios del gobierno de Estados Unidos que realizan visitas oficiales a países que se encuentran aplicando estados de excepción contra la protesta social o militarización o invocando legislación antiterrorista para reprimir la protesta social. Vean aquí por fechas, incompleta como es natural a partir de la última salida de esta mañana.

Durante el mes de octubre, sólo durante el mes de octubre, la Embajada de los Estados Unidos en la Habana ha publicado sólo en la red twitter 59 mensajes, 36 de ellos relacionados con este asunto y con un intento descarnado de alterar el orden constitucional y la estabilidad interna.

De una manera desvergonzada, tres de esos tweets se refieren a la supuesta ayuda del gobierno de los Estados Unidos al pueblo cubano, en estas circunstancias incluyendo las garantías a un mayor acceso a alimentos, medicinas y suministros médicos. Explican vías para facilitar el envío de ayuda a Cuba y las opciones para acelerar el suministro de bienes humanitarios.

Mienten desvergonzadamente. No ha habido ningún ofrecimiento de ayuda del gobierno de los Estados Unidos a Cuba, humanitaria ni de ninguna índole, a lo largo de toda la pandemia. Ni siquiera cuando se produjo la avería de la planta productora de oxígeno, se ofrecieron o se concedieron licencias específicas para enviar oxígeno a Cuba, y quedó claramente demostrado que para enviar oxígeno a Cuba desde los Estados Unidos, se requiere una licencia específica del gobierno de los Estados Unidos.

No se ha enviado una solo tonelada ni de alimentos ni de medicinas a Cuba por parte del gobierno de los EE.UU., más bien se ha obstaculizado con sus regulaciones y con la práctica agresiva que inercialmente arrastra el gobierno del Presidente Biden desde el anterior, las donaciones generosas a los esfuerzos de colectas y de extraordinarias ingentes gestiones de grupos de solidaridad, de grupos de cubanos asentados en los Estados Unidos, de organizaciones de la sociedad civil estadounidense que han enviado al costo de muchos esfuerzos volúmenes de ayuda humanitaria cuyo valor moral y de aliento a nuestro pueblo es sin embargo, inmenso.

El gobierno de EE.UU. continúa aplicando medidas que impiden la reunificación familiar, que impiden los viajes familiares, impiden el otorgamiento de visados, lo mismo para visas de inmigrantes, en incumplimiento flagrante de los acuerdos migratorios vinculantes firmados y vigentes entre ambos países, que restringen los periodos de visados a ciudadanos cubanos, que impiden a ciudadanos cubanos que residen en terceros países y que tienen doble ciudadanía a acceder con esos pasaportes a territorio estadounidense.

Y ahora de manera más reciente obstaculizan también, además de, el cierre de los servicios consulares en nuestro país, y la forma en que se ha encarecido además, la posibilidad de ir a obtener una visa de emigrante o una visa de viaje temporal a terceros lugares, ahora ponen una nueva barrera, que es la exigencia de vacunación a los ciudadanos cubanos que deseen viajar a los EE.UU. con vacunas reconocidas por la autoridad regulatoria estadounidense o por la Organización Mundial de la Salud.

Las vacunas cubanas han sido reconocidas por la autoridad regulatoria cubana y por otras de varios países.  Espero que la Organización Mundial de la Salud (OMS) actúe en apego a sus propias normas, que actúe tomando en cuenta las circunstancias de emergencia que se vive hoy en el planeta, en naciones hermanas, en particular de África que no ha podido acceder a las vacunas y que haga expeditos los procedimientos de pre-certificación de las vacunas cubanas que están en proceso.

Nos alienta el hecho de que la OMS tiene larga experiencia y tradición de cooperación con Cuba y de reconocimiento de vacunas cubanas, a partir de que es este país, dicho modestamente, unos de los de mejor esquema de vacunación pediátrica del planeta con vacunas reconocidas internacionalmente.

Pero no deja de ser discriminatorio que no se permita a los cubanos entrar a territorio estadounidense portando certificados con pleno valor legal, de haber sido vacunados con vacunas cubanas, cuya eficacia ha quedado totalmente demostrada no solo por estudios clínicos y de intervención sanitaria en Cuba o en otros países, sino con los resultados de control de la pandemia que está exhibiendo hoy el país, a pesar de que hay medidas de bloqueo  vigentes, algunas nuevas, aplicadas durante el periodo cercano de pandemia, que han obstaculizado las investigaciones médicas, la producción industrial y los estudios de intervención en nuestro país, bloqueando la importación de equipamiento, materiales y materias primas propias del escalado industrial de cualquier vacuna.

Sorprende, sin embargo, que el Gobierno de los Estados Unidos, al mismo tiempo que con estas prácticas alienta la inmigración irregular, que restringe el derecho de los cubanos a viajar y emigrar, que los coloca en condiciones de indefensión frente al tráfico de seres humanos, que lesiona el propio interés del gobierno de los Estados Unidos, desde el punto de vista de aplicación de la ley, de medidas contra el tráfico de personas, contra la trata de personas, que crea situaciones críticas para países hermanos por donde los cubanos que salen de Cuba, de manera totalmente regular con sus visados que otorgan sus consulados, en líneas aéreas y vuelos comerciales regulares, se convierten,  después, en flujos irregulares, que provocan pérdidas de vidas y que crean situaciones dramáticas, a veces trágicas, no solo en el estrecho de la Florida sino en la selva del Darién y otras rutas de migración irregular.

Sorprende el cinismo con que el gobierno de los Estados Unidos ha garantizado, pese a sus llamados disuasivos, la entrada por la frontera sur de los Estados Unidos, de ciudadanos cubanos que no solo han llegado a allí en condición irregular sino que obviamente no han sido vacunados ni tienen certificado alguno.

El gobierno de los Estados Unidos, durante estos dos años de pandemia, ha sido incapaz de ofrecer ayuda humanitaria a nuestro pueblo. Ha roto la tradición, incluso, de gobiernos republicanos o demócratas, que ante huracanes o desastres naturales lo hicieron en el pasado. Y Cuba siempre fue receptiva, siempre claro que expresó que si alguna preocupación humanitaria hubiera sinceramente en el gobierno de los EE.UU., tendría que empezar por levantar las medidas de bloqueo, sobre todo las que ocasionan en mayor medida sufrimiento y agobio por los problemas económicos, el desabastecimiento, las dificultades de nuestra economía, que claramente se saben que son propias de los gastos exorbitantes que hemos tenido que hacer para enfrentar la pandemia, del impacto económico de la pandemia y la crisis económica internacional en nuestros ingresos externos y, también, de nuestras dificultades.

Pero aun si el gobierno de los Estados Unidos no hubiera tenido voluntad elemental de cumplir promesas electorales que hizo a sus votantes demócratas, a sus votantes sin afiliación partidaria, a los cubanos residentes en el territorio de los Estados Unidos, o lo que puso en su plataforma electoral, pero al menos hubiera tenido una mínima vocación humanitaria, habría que tenido que hacer algún ofrecimiento para enfrentar la pandemia.

Solo ahora, el viernes de la semana pasada, el Departamento de Estado se ha dirigido a nuestra Embajada en Washington, en medio ya de la apertura del país, en el  momento en que nuestro pueblo celebra el control de la pandemia, cuando prácticamente ha concluido la campaña de inmunización de los cubanos, cuando las tres vacunas cubanas han mostrado extraordinaria efectividad, de las más altas del mundo, cuando el ritmo, la velocidad de vacunación colocó a Cuba en nivel mundial, cuando prácticamente ha concluido el primer programa del mundo de vacunación pediátrica, desde los dos años de edad de los niños, se ha ofrecido a Cuba una supuesta donación con muchas condiciones, con muchos requisitos, sin que estén claras las circunstancias, convenciones a mecanismos internacionales que hasta ahora han sido totalmente  ineficaces, excluyentes, incumplidores de los propios contratos que firmó como Covax, a Cuba, 1 millón de dosis de una de sus vacunas. Hay que tomar en cuenta que un millón de dosis alcanza para vacunar a unos pocos cientos de miles de personas en un país de once millones de habitantes.

Están ofreciendo vacunas a una población ya vacunada, ya incluso avanzando el programa de la dosis posterior de refuerzo. Pero, además, plantean requisitos estrictos e injerencistas.  La obligación de realizar estudios clínicos en Cuba, ¿qué quiere decir esto?: ¿Qué tiempo toma un estudio clínico? Nos están ofreciendo vacunas que podamos utilizar dentro de seis meses o un año. Responsabilidad legal de compensación por efectos secundarios. Estudios clínicos para cerciorarse de que sean compatibles con las vacunas cubanas y monitoreo por agencias estadounidenses del destino final de la aplicación de las vacunas.

¿Qué sentido tiene esa oferta oportunista a última hora, cuando ya no tendría efecto práctico alguno? ¿Por qué el oxígeno no y vacunas ahora sí? ¿Por qué vacunas no  cuando más falta nos hubiera hecho? ¿Por qué no facilitar la importación de los insumos  imprescindibles para en enfrentamiento a la pandemia y el desarrollo y escalado industrial de las vacunas?

Pero debo declarar al gobierno de los Estados Unidos, que si esa oferta es seria, sincera y responsable, nuestro país la reconoce y la apreciaría como un acto en la dirección correcta. Hemos respondido al gobierno de los Estados Unidos con una explicación respetuosa y estrictamente apegada a la verdad de las razones por las cuales esa donación no contribuiría a mejorar la salud de los cubanos ni tendría impacto epidemiológico alguno. Y hemos ofrecido al gobierno de los Estados Unidos  que utilice esa donación de vacunas junto a una donación de vacunas cubanas para la inmunización de la población en algún país altamente necesitado de ellas que podría estar en el Caribe, incluso con la participación de personal de la salud estadounidense y cubano en la aplicación del programa de vacunación.

Estoy reiterando, hoy, el ofrecimiento que hicimos antes de manera privada al gobierno de los Estados Unidos, de una cooperación triangular, conjunta, y estamos en contacto con algunos gobiernos de países que reúnen estas condiciones, en absoluto respeto a su soberanía, por si sus gobiernos decidieran mostrarse interesados en este proyecto.

Lo más cínico del enfoque del gobierno de los Estados Unidos en relación a su política hacia Cuba ha sido el planteamiento del asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, el señor Jake Sullivan, planteamientos acompañados también por el secretario de Estado, Anthony Blinken, y otras figuras de ese gobierno, que  han sustituido el enfoque de revisión integral de la política hacia Cuba  en cumplimiento con del programa y promesas electorales con la que se eligió al presidente Biden, por el concepto de que ahora las circunstancias han cambiado.

Emplazo al Gobierno de los Estados Unidos a que presente dato alguno de resultados de esa supuesta revisión o a que argumente cuáles  son las circunstancias que cambiaron, más allá de la operación estadounidense y sus consecuencias durante el verano que acabo de denunciar.

Debo señalar que el financiamiento federal de los Estados Unidos para la guerra contra Cuba, guerra económica, guerra política, guerra comercial y financiera, guerra comunicacional, guerra no convencional típica con acciones de desestabilización típica, precursora de acciones de mayor beligerancia, se ha incrementado y fluye de manera permanente.

Solo en septiembre de 2021, se asignó un paquete de 6 millones de dólares de subsidio de la USAID a 12 organizaciones que operan en la Florida, en Washington y en Madrid, en el negocio lucrativo de la industria anticubana y que operan estos actos de intento de desestabilización.

Tienen aquí una muestra de esos fondos que siguen corriendo copiosamente, no me voy a detener en ellos, se ha presentado evidencia pública y refutable, contundente por parte de nuestro gobierno sobre las acciones de reclutamiento, entrenamiento, financiamiento, organización, apoyo logístico de agentes internos en Cuba que la ley de Estados Unidos calificaría como agentes extranjeros y amenazaría con penas extremas de privación de libertad.

No hay acciones autóctonas de desestabilización en Cuba, de oposición a nuestro gobierno. Ustedes caminan por nuestras calles desde hace unas semanas, podrían recorrer todo el país y los invito a hacerlo, y lo que verán es la alegría de la gente, la esperanza, la felicidad de la familia y de los niños ante este momento de oportunidad que se abre ante nuestro país en un final de un bienio tremendo, en cercanía del nuevo año.

Los cubanos sentimos la convicción de que el 2022 será un año de oportunidad promisorio para nuestro pueblo.  Mientras el gobierno de Estados Unidos sigue atacando a Cuba y despilfarrando el dinero de sus contribuyentes, porque es evidente que ese dinero va a parar a determinados bolsillos, a determinados mecanismos de corrupción electoral que funcionan particularmente en la Florida.

En tercer lugar, hay una operación de toxicidad en la comunicación en las redes digitales que el mundo debe conocer y repudiar. Es una política de aliento al odio, de incitación a la violencia, de instigación al delito  que pone en riesgo, no solo a nuestro pueblo, sino que escala en una política tradicional, pero exacerbada en los últimos años, particularmente en los años del gobierno anterior cuyas políticas lamentablemente siguen fluyendo, al parecer, por inercia en este y que tienden a alterar la paz social y generar condiciones de conflicto en diversos países.

Es la exportación de las prácticas tóxicas y sucias de política electoral que lamentablemente se han desatado en los últimos años en la política estadounidense a otros países, a otras regiones.

El gobierno de Cuba junto a nuestro pueblo, estrechamente unido a nuestro pueblo, en respuesta al consenso ampliamente mayoritario que existe en nuestro país, impedirá cualquier ensayo de acciones inconstitucionales, o no constitucionales o anticonstitucionales, como refieren distintas escuelas de Derecho dirigidas a un cambio de régimen en Cuba, no lo permitiremos

Utilizaremos nuestras leyes, nuestra Constitución en el más estricto apego a los principios de nuestro Estado socialista de derecho y  justicia social.

No permitiremos obviamente, que se invoque la Constitución para violentarla, ignorarla o destruirla. Por supuesto que nuestro pueblo continuará haciendo los mayores esfuerzos para sortear las dificultades que todas nuestras familias hoy padecen. Lo haremos con nuestro esfuerzo, nuestro trabajo, pensando en nuestros propios recursos. Sabiendo que nuestra economía ha demostrado ser resistente y viable. Sabiendo que hemos sobrepasado momentos peores, muchos más críticos y por supuesto que impediremos cualquier tentativa de injerencia, intervención, intervención humanitaria o cualquier forma de intervención contra nuestra independencia y nuestra soberanía, que durante 60 años hemos defendido y defenderemos al precio de nuestras vidas.

La política de Estados Unidos, agudizada en estos meses contra Cuba, está condenada al fracaso, es inviable. No ha funcionado durante 60 años, no funciona ahora; ni siquiera cuando ha tenido un virus como aliado y no va a funcionar en lo adelante.

Despejen de ese sueño, despierten de ese espejismo, no va a ocurrir. Es una política disfuncional, obsoleta, anclada en el pasado, costosa para los contribuyentes estadounidenses, ineficaz, que provoca al gobierno de los Estados Unidos descrédito y aislamiento internacional.

De manera que, solicito la solidaridad de la comunidad internacional, de la comunidad de Naciones, de la Asamblea General de las Naciones Unidas, el órgano más universal, democrático y representativo de esta organización.

Agradezco la solidaridad de los amigos y amigas de Cuba en todo el mundo. De los grupos de solidaridad, de muchas fuerzas políticas, de las organizaciones de la sociedad civil en todos los temas y ámbitos en el planeta.  De los cubanos que residen en distintos confines, en particular en territorio de los Estados Unidos.

Llamo a los gobiernos, a tomar en cuenta, que las operaciones de desestabilización lanzadas por el gobierno de los Estados Unidos contra Cuba, incluyen llamados desaforados, totalmente expresos al acoso e incluso a la violencia contra las Embajadas cubanas en los países que ustedes representan.

No es hipotético, no hablo solo de la larga trayectoria de acciones terroristas contra Embajadas cubanas en el pasado. Hablo de amenazas reales, actuales y hablo de hechos recientes. Como el del 30 de abril de 2020, un ataque contra la Embajada de Cuba en Washington con un fusil de asalto y ráfagas de proyectiles, del cual el gobierno de los Estados Unidos no ha dicho una palabra públicamente de condena, ni ha dado garantías de que evitará que se repita, ni ha calificado de terrorista.

Hablo también del intento de incendiar la Embajada cubana en París, el 26 de julio de 2021, y espero que la Unión Europea se pronuncie en apego a sus posiciones contra el terrorismo internacional, en este sentido. Hablo, en los días más recientes, del acoso brutal al Consulado de Cuba en Barcelona, España, con actos que rayan en la agresión física contra el personal consular cubano.

Sé que algunos de los diplomáticos sufren, hoy, la presión pública y personal  para que se sumen a estos actos de desestabilización. Sé que no lo harán porque son respetuosos de la Convención de Viena de Relaciones Diplomáticas y del Derecho Internacional, sé que la diplomacia supone discreción que no todo se puede decir delante de una cámara, pero saben perfectamente lo que pasa en Cuba y lo que no está pasando en Cuba.

En este momento hay una campaña de amenazas, incluso personales, contra corresponsales de la prensa extranjera acreditados en La Habana, con amenazas a ellos e incluso a su familia, supuestamente por no reflejar lo que no existe en nuestro país.

Reclamo al gobierno de los Estados Unidos que cese las acciones desde territorio estadounidense de acoso contra periodistas, y en particular de periodistas extranjeros, de agencias de diversos países del mundo acreditados en La Habana y que se están haciendo produciendo desde dominios y cuentas físicamente establecidas en el territorio de la Florida.

Reclamo al gobierno de los Estados Unidos que impida la amenaza y el hostigamiento contra los cubanos y amigos de Cuba en territorio de los EEUU que se expresan a favor de la independencia, la soberanía, la cultura nacional en defensa de nuestro pueblo frente a los actos de guerra no convencional y las amenazas de desestabilización.

Reclamo que no haya impunidad, como ha habido una historia de impunidad para los grupos terroristas que actúan contra Cuba. Reclamo, en particular, que algunos voceros de grupos históricamente terroristas contra Cuba, en particular dos de ellos, sumamente activos como agentes externos de la provocación que organiza el gobierno de los Estados Unidos y que radican en Miami se apliquen las leyes norteamericanas contra la instigación a actos terroristas contra nuestro pueblo y contra sedes diplomáticas. Es lo que queda al gobierno de los Estados Unidos frente al fracaso de su política.

Defendamos el Derecho Internacional que ampara a todos nuestros Estados, en particular a los Estados del Sur, a los Estados pequeños. Defendamos el derecho de los Estados a la independencia y el ejercicio de la soberanía. Defendamos hoy, en Cuba y con Cuba el derecho de los pueblos a la libre determinación y estaremos actuando a favor de un mundo mejor y en prevención de que estas políticas y estas prácticas se continúen aplicando, como hay algunos casos, en la última década, contra cualquiera de nuestras naciones.

Reitero que nuestro pueblo va a ejercer con toda alegría y celebración merecida su derecho a la paz. Su derecho de haber vencido una pandemia. Su derecho a celebrar haber derrotado las medidas del gobierno de los Estados Unidos exacerbando el bloqueo contra Cuba, particularmente en momentos de crisis humanitaria internacional y de pandemia en Cuba.

No van arruinar nuestra celebración, no van aguar nuestra fiesta. Los invito con toda alegría y esperanza a que se sumen al júbilo de nuestro pueblo. Recorran nuestras calles, asistan a los eventos numerosos culturales, deportivos, académicos que se van a estar produciendo en este cierre de año, incluida la celebración del nuevo aniversario de La Habana, capital de todos los cubanos y les deseo felices Navidades, un fin de año feliz para ustedes y para sus familias. Un feliz y próspero año nuevo y le reitero nuestro reconocimiento y alegría por contar con la presencia de ustedes junto a nuestro pueblo que tanto nos alienta.

Muchas gracias.

Fuente: Ministerio de Relaciones Exteriores. República de Cuba

Tomado de: Cubadebate

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La larga sombra de la marcha

Por Rosa Miriam Elizalde

Estos son los hechos. El 20 de septiembre comenzaron a llegar cartas a ocho sedes de los gobiernos municipales o provinciales de Cuba, en las que se anunciaba la celebración de marchas “pacíficas”. No era una petición formal para ocupar las calles más concurridas de algunas ciudades, sino la notificación de que lo harían y el reclamo de protección de las autoridades. Los firmantes, un pequeño grupo de personas con residencia actual en la isla; la motivación, “el cambio” sin apellidos. En virtud de la ley y del obsesivo apoyo estadunidense, el gobierno dijo no.

Han trascurrido casi dos meses y son escasos los indicios de que la marcha ocurrirá en algún espacio físico en Cuba. La maquinaria propagandística de Florida asegura todo lo contrario y añade que se replicará este fin de semana en un centenar de ciudades, la tercera parte en territorio estadunidense.

Ayer, el canciller cubano Bruno Rodríguez intervino ante el cuerpo diplomático acreditado en La Habana y repasó el itinerario de lo que llamó “el libreto ya en ejecución” de Estados Unidos contra Cuba. La provocación sigue la trama muchas veces vista, pero ¿qué no es esta marcha señalada para el 15 de noviembre?

  1. No es autónoma.

Dos días después de la entrega de la primera carta a las autoridades, comenzó el carrusel de declaraciones de funcionarios y congresistas estadunidenses. Hasta este miércoles, se habían producido 29 intervenciones públicas desde Washington o Florida con todo tipo de demandas y amenazas a las autoridades de la isla. No se ha visto obsesión semejante con ningún otro tema de la política interna estadunidense en las últimas semanas.

El vocero del Departamento de Estado, Ned Price, ha explicado con pelos y señales las supuestas causas, objetivos, contenidos y demandas que tendría la marcha. El senador Marco Rubio celebró la operación en menos de 24 horas de circular la noticia, mientras un par de asesores principales de Biden han amenazado con más sanciones al gobierno de La Habana.

Por si fuera poco, el dinero llueve. En septiembre de 2021, el gobierno demócrata entregó casi 7 millones de dólares a 12 organizaciones que publicitan a diario la “marcha cívica por el cambio” en Cuba, en lo que analistas ven la mano peluda de las “revoluciones de colores” exportadas por Occidente a la periferia rusa.

Además de apoyo “moral”, político y financiero, los diplomáticos estadunidenses ofrecen soporte logístico, dan palmaditas en la espalda y de vez en cuando hacen de chofer de los “opositores”. Lo único que falta en términos de injerencia es un espectáculo como el de la subsecretaria de Estado estadunidense, Victoria Nuland, que repartió galletas y bocaditos a los manifestantes antigubernamentales en plena Plaza Maidan, de Ucrania, en 2014.

  1. No está desconectada de otros procesos.

La marcha es sólo un episodio de una estrategia más integral y abarcadora. El gobierno de Biden ha interpretado que el efecto combinado de la pandemia, la crisis global y el bloqueo económico, más las 243 medidas adicionales impuestas por Donald Trump, ofrecen condiciones excepcionales para golpear a Cuba. No necesita a sus espías para darse cuenta de que hay más colas, inflación y desabastecimiento en un país que lleva 60 años gestionando la escasez, pero debe saber también que la marcha no tiene acompañamiento popular. Cuba está regresando a la normalidad y con ello, a la apertura de los vuelos, al encuentro de familias que no se han visto en dos años, al regreso de los estudiantes a las escuelas y a la reanimación de la economía nacional y doméstica.

  1. No es pacífica.

El grupo privado de Facebook que aparece como organizador de la marcha es cualquier cosa menos moderado. De cada 10 publicaciones, ocho recurren a la violencia simbólica y a la descalificación política de quienes defienden el proyecto socialista o celebran algún éxito social en Cuba. El debate en estos espacios no es para modificar opiniones, sino para agitar prejuicios, instalar el odio entre los cubanos como fuente excluyente de legitimidad de un gobierno que ha conducido al país en condiciones muy difíciles.

El repertorio es un macartismo desenfrenado y un desmesurado impulso a la estigmatización que son prácticas comunicativas muy comunes en el clima político actual de EU, pero ajenas al escenario político, cultural e idiosincrático de los cubanos. Bruno Rodríguez aseguró ayer que Facebook podría ser demandada por estas prácticas contra Cuba.

  1. No es sincrónica.

Se habla de la sincronización de las marchas dentro y fuera de Cuba para promover el cambio. Pero no hay tal cosa. En Cuba, definitivamente no hay ambiente de marcha, mientras los organizadores de Florida hablan de la participación de un centenar de ciudades convocadas para el fin de semana, sin precisar la cantidad de personas que lo hará.

En realidad, los dispuestos a este tipo de zafarrancho anticastrista suelen ser pocos numéricamente, pero eso no importa. Un solo individuo, el 30 de abril de 2020, atacó a tiros con un arma de asalto a la embajada de Cuba en Washington, en una calle céntrica de esa ciudad, recordaba el canciller. En la noche del 26 de julio otro llanero solitario lanzó un coctel molotov contra la embajada de Cuba en París.

  1. No es lo que dicen.

El fantasma conservador que recorre el mundo y llega a Cuba no es lo que parece ni lo que se ve a simple vista. Detrás del mantra de la “marcha no violenta” está la larga sombra del reaccionario de toda la vida que combina ahora el ultraliberalismo económico, la moral conservadora, los conceptos vacíos y el uso creativo de las redes sociales. Sueña con merendarse la Revolución cubana a más tardar el próximo 15 de noviembre, al tiempo que deja en suspenso un interrogante moral. ¿Cómo es posible que se hable de protesta cívica, pacífica e independiente, con Washington lubricando el camino de amenazas y dólares?

Tomado de: La Jornada

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Delenda est Cuba, un sueño americano

Por José Bell Lara

Para Juan Valdés Paz, revolucionario intelectual, amigo sincero y veedor profundo de nuestras realidades.

Una versión anterior de este trabajo fue enviado como ponencia virtual al XXV Seminario “Los partidos y una nueva sociedad” celebrado los días 21, 22 y 23 de octubre de 2021 en la Ciudad de México.

En la antigua Roma, Catón el Viejo, un político de la época, cada vez que terminaba un discurso, independiente del tema que tratara, pronunciaba la frase Delenda est Cartago. La razón de esa afirmación era que Cartago constituía un límite al poder de Roma en el Mediterráneo. Esta situación condujo a tres guerras, en la última, 150 años ANE, Cartago fue sitiada durante más de un año privándola de agua y alimentos, lo que provocó su rendición; la población fue esclavizada o muerta y la ciudad destruida. Incluso existe la leyenda de que el terreno en que estaba asentada la ciudad fue arado y se regó sal en sus surcos para que nada creciera en ella.

La Revolución Cubana constituye un límite al poder de EE.UU. en América Latina y su clase dominante tiene lo que denomino el Síndrome de Cuba, porque ellos han podido destruir o mediatizar distintos procesos en el continente desde hace 70 años, pero no han podido destruir la Revolución Cubana.

En 1960, Lester D. Mallory, subsecretario de Estado de la administración Eisenhower hizo la siguiente recomendación:

“La mayoría de los cubanos apoyan a Castro… el único modo previsible de restarle apoyo interno es mediante el desencanto y la insatisfacción que surjan del malestar económico y las dificultades materiales… hay que emplear rápidamente todos los medios posibles para debilitar la vida económica de Cuba… una línea de acción que, siendo lo más habilidosa y discreta posible, logre los mayores avances en la privación a Cuba de dinero y suministros, para reducirle sus recursos financieros y los salarios reales, provocar hambre, desesperación y el derrocamiento del Gobierno”.[1]

Esta recomendación fue seguida por la administración Kennedy [2] y convertida en la línea maestra del establishment estadounidense durante más de sesenta años. Sin embargo, la Revolución, con sus aciertos y sus errores, muestra que es posible crear otro tipo de sociedad en la que prime la dignidad del ser humano y se gobierne con la lógica de las mayorías y no con la del mercado.

Las acciones imperialistas de todo tipo contra la Revolución Cubana han incluido el auspicio a organizaciones contrarrevolucionarias, campañas de sabotaje a la economía, organización y apoyo logístico y material a bandas armadas, organización, entrenamiento, equipamiento y traslado en 1961 de una invasión militar mercenaria formada por unos 1500 efectivos de origen cubano, que desembarcó en la zona de la Ciénaga de Zapata, este era desde el punto de vista militar un proyecto sin fisuras, pero no contaba con la voluntad del pueblo cubano y fue derrotada en menos de 72 horas; también han acudido a la guerra biológica para dañar cultivos en Cuba, introducción de epidemias, como la del dengue hemorrágico, que costó la vida a más de mil niños, por solo mencionar algunas de esas acciones.

Han fracasado, pero no cesan en sus propósitos; ahora se enfrentan a un escenario más complejo, Nicaragua y Venezuela no se someten a sus dictados, los procesos electorales amenazan con el surgimiento de gobiernos que respondan más a los intereses de sus pueblos, por tanto, se reorganiza el propósito de destruir la Revolución Cubana con elementos nuevos.

En ese objetivo el bloqueo es la punta del iceberg de un amplio programa de acciones económicas, comerciales, financieras, junto a una gama de operaciones subversivas contra Cuba y también de presiones sobre terceros países. En estas tareas están empleados cientos de funcionarios, cientistas sociales, comunicadores y especialistas en operaciones encubiertas y subversivas. Ese aparato contrarrevolucionario no detiene su labor y trabaja a tiempo completo.

El impacto del bloqueo en todas y cada una de las fuentes de ingresos de la isla es brutal, alcanza el orden de los cinco mil millones de dólares anuales, 430 millones al mes. Hasta 2021, las pérdidas para la Isla llegaban a los 147 mil millones de dólares.

La administración Trump promulgó 243 medidas punitivas que abarcan todo el espectro económico y social cubano y que afectan notablemente a la población y al desempeño económico del país. También existen planes de contingencia para una invasión a Cuba, si se dan las condiciones que el imperio estima propicia.

No obstante, la Ley Helms-Burton delínea el protectorado en que se convertiría Cuba si es derrocada la revolución.[3]

La política de la administración Biden está en la línea de Trump, arreciando a niveles increíbles el bloqueo, sobre todo presionando a las empresas de transporte para que no acepten cargas a Cuba y también a los bancos para que no realicen operaciones financieras con Cuba, un ejemplo: el banco español que operaba las cuentas de Cubana de Aviación, la cerró por presión de Estados Unidos.

La estrategia que sigue el imperialismo norteamericano actualmente puede calificarse como la de ciudad sitiada, es decir asfixiar la Revolución impidiéndole que le llegue cualquier tipo de recurso.

En el 2020 hizo su presencia la pandemia del COVID 19 que afectó grandemente el funcionamiento de la economía y paralizó uno de los rubros más importantes en la generación de divisas para el país, el turismo. Desde entonces la labor subversiva se intensificó. En los medios de difusión cubanos se presentaron varios casos y testimonios de personas a las que se les había pagado para que realizaran determinadas acciones de destrucción de bienes o para el irrespeto a símbolos patrios.

Esta fase de la política subversiva culminó el 11 de julio de 2021 en que por primera vez el imperio logró organizar protestas simultáneas en varias localidades del país. Esas protestas no fueron pacíficas como la califican los medios corporativos y la repiten los voceros del imperio. En las redes sociales se pueden ver videos grabados por los propios participantes que muestran la violencia que la acompañaron. Hubo saqueos, destrucción de establecimientos comerciales, ataques a oficinas públicas e incluso a un hospital.

Las redes sociales se llenaron de noticias falsas y de mensajes de odio, incluso Biden el 15 de julio de 2021 declaró que Cuba era un Estado fallido.

No todos los que participaron en esas protestas fueron elementos desclasados o mercenarizados, hubo también personas honestas que se sumaron inicialmente en ella en reclamos de problemas de su comunidad y que se retiraron cundo tomaron ese cariz de violencia.

En la agenda del imperio contra Cuba está el objetivo de relanzar un escenario de protestas que sirva para justificar sus acciones y ya lo han anunciado sus peones en el país, solicitando permisos para una marcha el 15 de noviembre de 2021 a realizarse en varias ciudades, el mismo día en que Cuba abre sus fronteras y comienzan las clases en las escuelas.

Desde luego esas marchas contra el sistema político que rige el país no han sido autorizadas sobre la base de sólidos argumentos legales y constitucionales, y como es de esperar ha recibido el apoyo de la administración Biden, de su aparato propagandístico y de la mafia terrorista que lucra en Miami con el negocio de la lucha contra la Revolución Cubana.[4]

En mi opinión, autorizar acciones promovidas, financiadas y dirigidas a través de los mecanismos de subversión de la actual administración estadounidense, sería legalizar que los EE.UU. se convirtieran en un actor interno del país.

II

El enfrentamiento a la pandemia de la COVID-19 ha mostrado la capacidad de la del gobierno de la Revolución para gestionar una crisis simultánea de salud y de la economía. Como es conocido, la COVID 19 ha causado una crisis mundial y Cuba no ha escapado de ella, enfrentando la pandemia en medio de muy difíciles condiciones con resultados eficaces.

Se creó un grupo temporal de trabajo nacional para el enfrentamiento a la pandemia encabezado por el presidente de la República y el primer ministro, así como grupos similares en todas las provincias encabezados por los gobernadores y se realizaron chequeos diarios sobre la situación y las medidas a tomar.

La magnitud de los casos en los momentos del pico pandémico de contagio puso en tensión el sistema de salud y obligó a crear capacidades adicionales en escuelas y otras instalaciones. Incluso una universidad, la de Ciencias Informáticas se convirtió en hospital. A los enfermos se les garantizó la alimentación y las medicinas gratuitamente.

Fue encargada a la comunidad científica la creación de vacunas contra el virus[5] y en corto plazo el país contó con cinco candidatos vacunales, de los cuales tres han alcanzado la categoría de vacunas con una efectividad superior al 90%, estas son Soberana 02, Abdala y Mambisa. Esto constituye una extraordinaria hazaña, que convierte a Cuba en el primer país de América Latina y el Caribe en crear sus propias vacunas, máxime en las difíciles condiciones que vive la Isla.

Un fenómeno a señalar en esta batalla es la participación voluntaria de miles de jóvenes en tareas de apoyo en hospitales y centros de aislamiento.

Nos parece conveniente brindar algunos datos que muestran el enorme esfuerzo del país y lo logrado en esta batalla:

– desde marzo de 2021 el país acumula 946 960 casos de contagio, actualmente hay 5761 casos, lo que significa que el 98% de loa pacientes se han recuperado.

– en estos momentos el 71,3% de la población está vacunada y de conjunto el 100% de la población vacunable (9 795 606 personas) ha recibido al menos una dosis de una de las vacunas; además Cuba ha sido el primer país en vacunar a su población en edades pediátricas, de 2 a 18 años, ya uno dos millones de niños y adolescentes tienen la segunda dosis de la vacuna.[6]

– hoy, el número de contagios es inferior a los 600 diarios con tendencia a la disminución y hay en marcha una estrategia para que la apertura de las fronteras del país no signifique un rebrote de ellos.

Durante este tiempo de lucha contra la epidemia la solidaridad ha estado presente, un total de 57 brigadas del Contingente Henry Reeve han apoyado el enfrentamiento a la COVID 19 en 41 países y dentro del país, en momentos difíciles.[7]

Por otra parte, la combinación del arreciamiento del bloqueo y la pandemia ha desatado una crisis económica notable y la escasez está presente,

Los dos factores anteriores más algunos problemas que ya presentaba el desempeño económico ha llevado al país a situación extremadamente difícil, el Producto Interno Bruto cayó en un 13%, entre 2020 y 2021, se perdieron más de 3000 millones de dólares en ingresos. La dependencia alimentaria sigue siendo alta, este año se invirtieron en importación de alimentos 1348 millones de dólares, y se trabaja para aumentar la capacidad interna de producción de alimentos, pero los resultados no serán a corto plazo.

El primero de enero de 2021 dio inicio a un proceso de reformas económicas, bajo el nombre de Tarea Ordenamiento, cuyo propósito central es actualizar la economía del país a las condiciones del mundo actual, manteniendo el proyecto socialista.

Entre las medidas tomadas se encuentran la eliminación de la dualidad monetaria y cambiaria, estableciéndose como única moneda en circulación el peso cubano, el cual se ha devaluado a 24 por un dólar, la ampliación del espacio para las actividades privadas y cooperativas, así como la búsqueda de encadenamiento entre las distintas formas de gestión económica tanto en la economía urbana como en la agrícola y se ha iniciado la creación de MIPYMES, tanto privadas como estatales.

Esa reforma económica demoró demasiado en iniciarse, y esto se hizo cuando era inaplazable, pero era un momento complicado por la pandemia y el recrudecimiento del bloqueo. Desde luego en la implementación inicial ha habido errores de cálculo y lentitud en implementar algunas medidas que se venían planteando hace años, como por ejemplo la creación de las MIPYMES y el impulso a las cooperativas urbanas, a lo anterior se suma el burocratismo que, denunciado sistemáticamente por el Presidente de la República, no es fácil de eliminar.

A mi juicio el proyecto de reformas en marcha persigue la creación de lo que denomino una economía socialistica, es decir una economía de mercado con un sector estatal dominante que se articula con los sectores privados y cooperativo bajo la rectoría de un Estado revolucionario guiado por una vanguardia revolucionaria que en interacción con el pueblo promueve la realización del proyecto socialista.

Si bien lo primero que salta a la vista es la situación de escasez generalizada y la aparición de fenómenos como las colas y el mercado negro, no se ha mellado el apoyo a la Revolución, sobre esto me detendré más adelante.

Coincidente con estos procesos se ha efectuado un trasvase generacional en la dirección del país que se ha traducido en una nueva dirección política que encabeza hoy la Revolución. Creo que el equipo de dirección del país ha reaccionado ante la nueva situación no solo con firmeza ante las agresiones, sino también con creatividad e inteligencia ante las dificultades, siempre en la lógica de las mayorías.

Para argumentar esto referiremos algunas de las actividades desarrolladas.

Enviados desde diversos países y por organizaciones solidarias se han recibido donaciones de insumos médicos y alimentos; estos últimos se han distribuido gratuitamente a toda la población organizando módulos de productos que ha permitido que todos los núcleos familiares del país fueran beneficiados.

En el país funcionaba una cadena de tiendas con el objetivo de recaudar divises, su denominación Tiendas Recaudadoras de Divisas (TRD), para lo cual se creó una moneda, el peso cubano convertible (CUC), al unificarse las monedas y solo circular el peso cubano, una parte de esas tiendas venden en moneda libremente convertible, los cubanos pueden comprar en esas tiendas mediante tarjetas magnéticas en esas monedas, respaldadas por cuentas que pueden abrir en la red bancaria del país.

Una parte de esa recaudación se invierte para vender productos en pesos que benefician a toda la población, este año alcanzó más de 300 millones de dólares.

Un elemento importante que caracteriza a la nueva dirección es la política de dialogo. El presidente de la República y las máximas autoridades se han reunido con distintos sectores del país: jóvenes, estudiantes, artistas y escritores, denominaciones religiosas, la comunidad LGBQI+, y otros, en fin, un amplio espectro de la sociedad, con el fin de oír sus planteamientos y problemas y trabajar de conjunto en soluciones, lo cual no quiere decir que se resuelvan de un día para otro.

Un problema que se había descuidado es el referido a los barrios con vulnerabilidad social y habitacional, la atención a estos se ha jerarquizado con una política de acompañamiento a la participación y decisión de sus habitantes en el enfrentamiento a los problemas que los aquejan. De hecho, se persigue el empoderamiento participativo de la comunidad. Podría relacionar otras actividades, pero las resumo en una frase popular: “El gobierno está encima de la bola”.

Anoto de paso que la participación popular y el empoderamiento no son procesos automáticos, sino de aprendizaje y de prácticas que lo llevan a cristalizar. He adelantado estas referencias para mostrar que en Cuba existe una dirección política y estatal que funciona con la lógica de las mayorías y de esta política dimana la fortaleza de la Revolución.

Como vivo en el pueblo y soy parte de él, no puedo dejar de señalar la existencia de una nueva conciencia que se manifiesta en la actitud de los trabajadores de la salud, de miles de jóvenes y no jóvenes que realizan trabajo voluntario en apoyo al combate a la COVID, en la solución de problemas en la comunidad y en la respuesta popular de apoyo a la Revolución. Soy optimista, pero no ciego y sé que subsisten indiferentes, burócratas, que repiten consignas que no sienten, el burocratismo no ha desaparecido, es una hidra de mil cabezas que tiende a reproducirse, existen cuadros que para actuar esperan orientaciones de los niveles superiores cuando el momento exige que prime la iniciativa, y también otros cuyos métodos de trabajo son obsoletos; hay una necesidad insoslayable de despertar a las organizaciones de masas porque en estos momentos la lucha por el avance de la Revolución está bastante gubernamentalizada.

La nueva dirección política ha aprovechado el acumulado social de la Revolución y desarrollado métodos y estilos de trabajo participativos que le han ganado en un corto plazo legitimidad ante el pueblo.

A riesgo de ser repetitivo, no puedo dejar de señalar que la Revolución Cubana atraviesa grandes dificultades económicas, hay escasez de productos básicos para la alimentación y la vida cotidiana es complicada, en un escenario complejo la nueva dirección política ha mostrado creatividad y audacia para mantener el rumbo socialista de la Revolución.

Para finalizar, lo importante que deseamos resaltar es que hay crisis económica, pero no hay crisis del paradigma socialista y se mantiene el consenso mayoritario a favor de la Revolución.

La conclusión es obvia: la Revolución Cubana seguirá existiendo en el siglo XXI.

Anexo

LA DANZA DE LOS MILLONES

Observar que cada uno de los proyectos tiene objetivos predefinidos para calumniar la Revolución Cubana.

Cuba Money Project 23 de octubre del 2021 Cuba

Beneficiarios de las subvenciones para Cuba: «Tan hambrientos que se comieron el miedo»

Tracey Eaton

A fines de septiembre, la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional otorgó $ 6,669,000 en subvenciones para proyectos destinados a rastrear abusos de derechos humanos, ayudar a presos políticos, exponer la explotación laboral, financiar periodistas independientes y «construir objetivos comunes para la democracia».

Los destinatarios, montos y descripciones de los proyectos se encuentran a continuación:

Seis de los 12 beneficiarios de la subvención tienen su sede en Florida; cuatro están en Washington, D.C., uno en Texas y uno en España.

Los proyectos de la USAID suelen durar de dos a tres años. Los registros de gastos muestran que los 12 beneficiarios podrían recibir un total de $ 18,390,305 si sus proyectos están totalmente financiados desde ahora hasta que el último de sus programas finalice el 30 de septiembre de 2023. El monto total no está garantizado y depende de la financiación del Congreso.

Los montos totales de la subvención si todos los proyectos están totalmente financiados por el Congreso.

  • Instituto Republicano Internacional, $ 1,006,895 para proyectos de “apoyo a los derechos humanos en Cuba” y “seguimiento y revelación de abusos en Cuba”.
  • Fundación Panamericana de Desarrollo, $ 800.000 para exponer la explotación laboral en Cuba.
  • Fundación para los Derechos Humanos en Cuba, $ 717,000, para exponer la «explotación de los trabajadores médicos cubanos».
  • Digital News Association, $ 604,920 para un proyecto llamado «La Gente Sabe – Exposición militar en Cuba».
  • Grupo de Apoyo a la Democracia, $ 625,000 para “asistencia humanitaria para presos políticos”.
  • Instituto Internacional sobre Raza, Igualdad y Derechos Humanos, 546.000 dólares para un programa titulado «Tan hambrientos que se comieron el miedo: violaciones de los derechos humanos y grupos históricamente marginados en la Cuba posterior a las protestas».
  • Victims of Communism Memorial Foundation, $ 545,573 para construir «metas comunes para la democracia».
  • Directorio Democrático Cubano, $ 520,179 para un proyecto llamado “La verdad sobre la explotación en el turismo cubano”.
  • Ayuda de extensión a las Américas, $ 500,000 para «acción humanitaria y conciencia».
  • Cubanet News, $ 408.003 para denunciar la «explotación de los trabajadores del turismo cubano a través del periodismo multimedia».
  • Asociación Observatorio Cubano de Derechos Humanos, 250.000 dólares para un proyecto titulado «Presos políticos en Cuba: denuncia, seguimiento y defensa».
  • Libertatis, $ 166,430 para promover los derechos humanos en Cuba.

Notas:

[1] Ver: https://history.state.gov/historicaldocuments/frus1958-60v06/d499

[2] Edwin Martin, subsecretario de Estado de la administración Kennedy, señaló en la Conferencia Tripartita sobre la Crisis de Octubre en 1992, celebrada en La Habana, que un objetivo de esa administración fue hacer el mayor daño económico a Cuba. Ver El mundo al borde de la guerra nuclear. Conferencia Tripartita 1992. Editora Política, La Habana, 2013. Página 66.

[3] Un examen detallado de la citada ley que respalda esta afirmación se encuentra en José Bell Lara “El síndrome de Cuba, la Ley Helms-Burton y una utopía del tío Sam “publicado en www.rebelion.org el 12 de agosto de 2019.

[4] Para tener una idea de los fondos millonarios que se dedican por parte del gobierno de los EE.UU. a las actividades subversivas contra Cuba ver el Anexo que acompaña este texto.

[5] Cuba cuenta, desde hace años, con una notable pericia en la creación de vacunas. De las 13 con las que son inmunizados nuestros niños, 8 son propias de nuestro país, incluyendo la vacuna antimeningocóccica, única en el mundo.

[6] Granma 25 de octubre de 2021, página 1.

[7] De la información del Ministro de Salud Pública a la Asamblea Nacional. Ver www.cubadebate.cu del 27 de octubre de 2021.

José Bell Lara. Profesor titular y consultante del Programa FLACSO-Cuba. Universidad de La Habana.

Tomado de: Razones de Cuba

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Cuba is different

Desfile por el 1ro de Mayo en La Habana. Foto: Ismael Francisco/Cubadebate.

Por Juan Nicolás Padrón

No voy a relacionar los sufrimientos ocasionados al pueblo de Cuba, desde el triunfo de la Revolución hasta la fecha, por las agresiones desde Estados Unidos; han sido muchos, crueles, muy conocidos y muy divulgados. Una fábrica para la subversión, un negocio con raíces y redes muy profundas y actores de varias generaciones e intereses económicos y electorales, se ha instalado en la política doméstica de los poderosos vecinos para atacar a la Isla. Han necesitado echar mano a todo, a veces bajo formas realmente imaginativas, desde el rumor del retiro de la patria potestad a los padres, hasta los supuestos ataques sónicos a diplomáticos en La Habana, pero siempre con la meta de crear confusión y establecer una matriz de opinión internacional negativa.

Ahora la ofensiva se prepara contra todos los cubanos que apoyan a la Revolución —unos cuantos millones, por cierto—, que tradicionalmente Estados Unidos ha querido desconocer. El objetivo ha sido claro desde el principio: derrocar al gobierno. En los primeros años se engañaban a sí mismos con datos falsos; después se han empecinado en negar una realidad: la inmensa mayoría del pueblo apoya a la Revolución, aun cuando parte de esa mayoría manifieste, en privado o en público, muchas inconformidades e insatisfacciones con la gestión de no pocos políticos, gobernantes y funcionarios.

Al inicio, los planes para “derrocar a Castro” se mantenían en secreto; después se buscaban pretextos para justificar sanciones y medidas: “Cuba es satélite de la Unión Soviética”, “Cuba exporta revoluciones”… Aunque en los últimos tiempos más de una vez los políticos norteamericanos han actuado como si no necesitaran argumentos y disimulos para mantener y hasta recrudecer el bloqueo económico, comercial y financiero, y quedaran en el pasado aquellos de “Cuba está involucrada en el negocio de las drogas” o “Cuba auspicia las armas químicas”, todavía de vez en cuando ponen alguno de moda: “Cuba apoya al terrorismo”, “Cuba trafica con las personas”. El propósito se mantiene invariable: el “cambio de régimen”.

Los cambios en Cuba, desde hace 62 años, se han hecho desde la Isla. No todos han sido los mejores, incluso algunos, a mi entender, han sido equivocados, o erráticos, y han costado mucho; otros, no han sido readecuados o completados; sin embargo, la Revolución no cayó y los yanquis no pueden explicarse nuestros giros y transiciones para avanzar más o mejor en un complejo escenario de transformación y en el difícil proceso de emancipación, para derrotar la incultura, eliminar el abandono, erradicar la servidumbre, instaurar la justicia social, descartar la subordinación, prescindir de la dependencia y avanzar en las garantías a la dignidad plena del ser humano. Ese camino ha estado y está sembrado de peligros, desde los planes y campañas destinados a hacer fracasar el proyecto revolucionario, hasta las incapacidades, insuficiencias y equivocaciones propias.

Si en otro tiempo costó sangre y predominó la agresión armada con una invasión y una guerra irregular derrotadas, o bajo diversas operaciones, como la de introducir agentes bacteriológicos dañinos, asesinar a diplomáticos, incrementar la guerra mediática tradicional con la invasión del espacio radioelectrónico, usar las migraciones y el secuestro, etc., hoy vale todo. Parece ser que la variante elegida es un primer momento de “ablandamiento artillero” con las nuevas tecnologías de la información y las comunicaciones, y después, el paso a la resistencia pasiva y a la desobediencia civil, junto al terrorismo y la insurgencia; se comienza con la división familiar y entre amistades, pero el fin es provocar una “guerra civil” dirigida a distancia, desde refrigeradas oficinas, por quienes, incluso, no descartan una intervención armada, que ha sido rechazada desde hace décadas por los propios círculos militares de EE.UU.

Si bien a lo largo de la Historia se han producido muchas guerras civiles en el mundo, ahora se manipula el concepto. Guerra civil fue la de Secesión de Estados Unidos, entre 1861 y 1865, cuando se enfrentaron más de 2 millones de soldados de varios estados del norte industrializado y abolicionista contra más de un millón de efectivos del sur agrícola y esclavista; guerra civil fue la española, con decenas de miles de partidarios de la república y otras decenas de miles defensores de la monarquía, apoyados unos y otros por varias potencias. Sin embargo, en Cuba ocurrió una rebelión popular armada contra el ejército de la dictadura de Fulgencio Batista; fue una Revolución que desmintió el mito de que no podía tener éxito ningún levantamiento contra las fuerzas regulares del Estado, apoyado por el gran imperio del siglo xx.

Mucho menos hubo “guerra civil” en el escenario de la agresión a Playa Girón en 1961, cuando todavía algunos engañados creían que el tránsito de la ciénaga de Zapata a La Habana sería una “Caravana de la Libertad”, como la que se produjo en los primeros días de enero de 1959. La Revolución se proclamó socialista el día en que fue atacada militarmente. Fue una torpeza yanqui enfrentarla con métodos tradicionales aplicados en América Latina con relativo éxito. No conocían a Cuba. El embajador Smith se autoengañó o engañó a su gobierno en su alianza con Batista, al afirmar que los rebeldes nunca tomarían el poder y se debía seguir apoyando al sátrapa. También Kennedy fue engañado y se “embarcó” con las falsedades de la administración anterior para dar curso demócrata a planes republicanos de invadir a la Isla. Este mismo presidente reconoció la derrota de Playa Girón y se adjudicó la responsabilidad. Estuvieron y continúan estando mal informados y asesorados; su prepotencia les hace perder la objetividad y evalúan a la sociedad cubana sin conocerla. No se la explican.

Solamente dos mandatarios de Estados Unidos, James Carter y Barack Obama, han tratado de cambiar los métodos de enfrentamiento a la Revolución cubana, quizás porque se dieron cuenta de que contra el apoyo mayoritario del pueblo a la construcción socialista es muy difícil actuar. Los dos buscaron otras vías para lograr el mismo fin, pero no les dio tiempo a recorrerlas según sus planes. Estados Unidos tiene hoy embajada en La Habana gracias a ellos, y ahora sus gobernantes están más cerca de la conspiración en Cuba debido a las redes de comunicación creadas en el último período de Obama.

En las contiendas de este siglo, para que el chantaje y las sanciones obtengan resultados, se necesita una constante guerra cultural, que incluye una fábrica con tres turnos al día de falsas noticias, una sucesión de campañas y ataques para desacreditar al contrario, la sistemática presión en todas direcciones para desprestigiar al país agredido, la difamación constante de sus dirigentes ante cualquier desliz, la humillación y el rebajamiento de la autoestima del pueblo atacado, la depreciación de sus símbolos culturales y patrióticos hasta anularlos, la contraofensiva hacia éxitos logrados y su reducción a fracasos, la manipulación de la historia y la aniquilación de la memoria, la continuación cruel e inhumana de sanciones económicas hasta asfixiar… Y después, la guerra armada “salvadora”.

Pero Cuba no es Serbia, ni Libia, ni Irak, ni Afganistán… Cuba is different. De raíces españolas, no somos hispanófilos ni antiespañoles; de cultura propia forjada en las luchas independentistas, no somos antinorteamericanos, sino antimperialistas; somos, orgullosamente, latino-africanos, bantú-andaluces, chino-ararás, congo-caucásicos… Nos enorgullecemos de ser un pueblo alfabetizado, con más del noveno grado de escolaridad como mínimo, y no solemos dejarnos engañar; nos percatamos rápidamente de la manipulación de las noticias, vengan de donde vengan; nos tenemos una alta estima porque hemos derrotado militarmente y sin odio a imperios autoproclamados invencibles como España y Estados Unidos; hemos probado más de una vez nuestra enorme capacidad de resistencia, quizás ya incorporada al ADN criollo, junto con la irreverencia y el sentido del humor; hemos recibido la gravitación de líderes de la talla de Martí y Fidel; nuestros símbolos patrios están unidos de manera entrañable a la cultura, lo que resulta un patrimonio muy difícil de desarraigar; es muy difícil renunciar a esta Historia.

Guardamos en la memoria las satisfacciones y las alegrías, pero tampoco olvidamos ofensas o escarnios; estamos operados de los nervios; nadie nos quitará festejar los éxitos logrados con tanto sacrificio. Más del 85 % del pueblo cubano apoyó la constitución socialista; algunos de los que votaron a favor no son ni siquiera revolucionarios, y del 15 % que votaron en contra, los hay que están más cerca del socialismo de lo que ellos mismos creen. Cuba is different. Allá los que prefieran el amo a la patria; los esperan, como diría el poeta, las oscuras manos del olvido.

Tomado de: La Jiribilla

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Las guerras gemelas: cultural y simbólica. “Caballos de Troya” de la subversión político-ideológica contra el socialismo cubano

Por Alberni Poulot Cumbá

Introducción

En su carta-testamento político, el Héroe Nacional de Cuba, José Martí, le confesó a su queridísimo hermano, el intelectual mexicano Manuel Mercado, que el fin de su lucha era independizar a Cuba de España y con ella, coadyuvar la independencia de Puerto Rico e impedir a tiempo que los Estados Unidos, cayeran “con esa fuerza más sobre nuestras tierras de América”[1]. Pero aún proclamó, que esa misma independencia contribuiría al “equilibrio aún vacilante del mundo”[2]. ¿Son conocedores los imperialistas yanquis de estos designios martianos?, ¿verán en la Revolución socialista cubana la alternativa al modelo neoliberal impuesto al mundo?, ¿por qué intentan destruir al Socialismo cubano?, ¿por qué combinan el secular Bloqueo económico, financiero y comercial con las guerras gemelas?

El profundo intelectual argentino Néstor Kohan, en las palabras introductorias de su hereje libro “Hegemonía y cultura en tiempos de contrainsurgencia «soft»”[3], nos refiere:

“Las mejores guerras se ganan sin combatir. Con la zorra y el león. Fabricar hegemonía. Cooptar conciencias. Mercantilizar la cultura. Erosionar la autoestima popular. «La Providencia y el Destino Manifiesto» reclaman esa isla maldita y hereje. Pero el 99% del mundo rechaza el bloqueo de Estados Unidos contra la Revolución Cubana. Patrañas. El Big Brother imperial te convencerá que «el bloqueo no existe». ¡Todo es un cuento comunista y totalitario! Arrogante y amenazador, con su casa en llamas, te observa y controla tus comunicaciones. Se mete en tus sueños, emociones y fantasías. Manipula lo que se ve, se oye y «se habla». Marca agenda. ¡Hay que aplastar a la madre de las insurgencias! Monroe y Adams deben, por fin, borrar a Martí y Fidel. Para que aprenda «el patio trasero». Puerto Rico llegará hasta la Patagonia y la Antártida.

¿Y si se hacen públicas las fotos de torturas en Guantánamo y Abu Ghraib? La «democracia republicana» y su liberalismo solo «interrogan de manera fuerte». ¿Y si se descubre el dinero sucio de la inteligencia norteamericana en ONGs, blogs y sitios webs? ¡Negar todo! ¡Son iniciativas de «la sociedad civil»!

¿Se puede entonces resistir? Sí, se puede. Baraguá. Moncada. Girón. Goliat no es invencible”.

Además del agradecimiento a tan valiente postura moral y coherencia académica e intelectual. Kohan nos revela dos dimensiones ideopolíticas a considerar:

La combinación del “garrote y la zanahoria” en la secular y obcecada geopolítica yanqui hacia Cuba.

La resiliente y digna intransigencia cubana, que encontró en su cultura e identidad nacional, los escudos y las espadas para permanecer como nación independiente, libre y soberana.

“…A un plan obedece nuestro enemigo: el de enconarnos, dispersamos, dividirnos, ahogarnos. Por eso obedecemos nosotros a otro plan: enseñarnos en toda nuestra altura, apretarnos, juntarnos, burlarlo, hacer por fin a nuestra patria libre. Plan contra plan. Sin plan de resistencia no se puede vencer un plan de ataque…”[4]

Similar objetivo contra el mundo y posteriormente contra Cuba, 58 años después diseñó la administración norteamericana de turno, como parte de la Guerra Fría y el macartismo. La esfera cultural se identificó como la mejor de las armas de dominación; no implicaba los riesgos, costos y gastos de las masacres mundiales por repartos territoriales y expansiones económicas, tampoco el apuro moral por desenmascararse las pérfidas intenciones: se apelaría a la manipulación de los instintos humanos, los reflejos psíquicos y las percepciones y representaciones mentales de lo bello, atractivo, simbólico y glamoroso, que desde las artes y el mundo de la diversión, el naciente imperio global impondría al mundo.

La cultura y su manipulación tuvo un antecedente en 1950 con la creación por la Agencia Central de Inteligencia (CIA) del Congreso por la Libertad de la Cultura, institución anticomunista con sede en París, tenía como objetivo final manipular la mente y los sentimientos de la intelectualidad mundial, cooptándolos hacia las doctrinas macartistas, la “cacería de brujas” del anti comunismo y la exaltación de los valores del modo de vida occidental (american way of life), así como deslustrar los avances del socialismo, especialmente los logros de la URSS y de los movimientos progresistas y descolonizadores.

Para ese fin establecieron sucursales del Congreso en 35 países, contrataron, compraron o reclutaron a miles de personas, incluyendo artistas, intelectuales y periodistas para organizar casas editoras, conferencias y exposiciones de arte, al tiempo que publicaron artículos de opinión en decenas de revistas y formaron su propio servicio informativo para replicar en formato cultural los intereses geopolíticos de Estados Unidos. Además se consolidó un sistema de premios en metálico, de becas y se utilizó a intelectuales conscientes o no de los verdaderos fines de la institución que acompañaban.

La experiencia de la nefasta institución conforma el parque metodológico y simbólico de esta forma de manifestación de violencia política, toda vez que ha quedado demostrado que en los terrenos político, militar, económico, diplomático ni comercial; los imperialismos no han podido derrotar las ideologías, las culturas, las identidades nacionales ni las utopías. Ante tan histórico y estrepitoso fracaso del sistema capitalista mundial, les ha quedado la opción, que en nuestra opinión si han logrado hegemonizar y homogeneizar su pensamiento imperial. En los terrenos cultural y semiótico.

“…necesitan recrear, cotidianamente, su hegemonía. Desmoralizar, fragmentar y dispersar a sus enemigos. «Meterse en el bolsillo», si es posible, sus categorías, sus símbolos y sus banderas, resignificadas, por supuesto, para volverlas funcionales a la dominación capitalista y la vigilancia imperial. Crear no solo ideas y programas, pulidos en un escritorio de oficina del Pentágono, la CIA o el Departamento de Estado, sino estructuras flexibles de sentimientos, sensibilidades e identificaciones (colectivas e individuales) afines a la dominación del mercado, el dinero y el capital. Es decir, convencer a mucha gente que es imposible vivir de una manera distinta al capitalismo y, al mismo tiempo, generalizar el triste y patético american way of life para todo el orbe; ubicando en la Florida la tierra prometida para la comunidad latinoamericana. Allí donde se puede ser «norteamericano» sin saber hablar inglés, jugando al dominó en camiseta y escuchando música de salsa o reguetón”[5].

Con esas pírricas victorias obtenidas en el mundo colonizado culturalmente, unida a las de las “primaveras coloridas” en países incómodos, se lanzan “con esa fuerza más” sobre Cuba: ¿por qué contra el socialismo cubano?, ¿cuál es el impacto de las guerras gemelas en Cuba socialista?, ¿cuál es la nueva contrarrevolución cultural, quién las financia, adoctrina y manda?; esas y otras interrogantes despejaremos en lo delante de este trabajo.

Desarrollo

¿Por qué la guerra gemela contra el socialismo cubano?

Las razones están en la lógica geopolítica y en la naturaleza expansionista del imperialismo mundial. Cuando Lenin definió y caracterizó los rasgos económicos del imperialismo (antes, sin darle ese nombre, Martí lo “retrató” y anticipó), nos brindó un método científico (marxista) para “entenderlo”: El imperialismo está liderado por una Oligarquía financiera, industrial, militar, tecnológica y cultural; que se “unen” en oligopolios, muchos de ellos supranacionales, que exportan y especulan capitales y que propician y participan en la repartición y expansión económica de territorios físicos y ahora virtuales.

¿Quién puede impedir su “esencia” geófaga?… ¡La conciencia de los pueblos!, tanto los que están dentro de los “estómagos imperialistas”, como los que están al alcance de sus vistas y garras.

China es el mayor obstáculo financiero, económico y comercial; pero es incapaz de despertar conciencia de rechazo hacia el capitalismo o el imperialismo en los obnubilados pueblos del mundo; Rusia, es freno militar, diplomático y nuclear; pero no cuenta con la autoridad soviética de antaño para hacer girar sobre sí influencias políticas o morales de las tres cuartas partes de los países pobres del mundo.

Los otros países que incomodan y “picotean” la cabeza del Águila calva imperial, son Venezuela, Irán, Nicaragua, Corea del Norte y Siria; pero sus capitales políticos, éticos, y económicos sufren el desgaste de las potencias imperialistas; excepto los casos de Venezuela e Irán, que en sus respectivas áreas geográficas conservan fuertes nexos políticos y algún que otro económico; sin embargo no llegan a erigirse en paradigmas del llamado Tercer Mundo.

En cambio Cuba, su digna resistencia a la potencia imperialista más poderosa de la historia, sus probados y reconocidos logros sociales y una mítica y enigmática economía, que no solo ha resistido 62 años de férreo, recrudecido y genocida bloqueo; sino que ha sido capaz de sostener la obra humana y de justicia social que le ha dado al pueblo cubano y que ha compartido desinteresadamente con más de 100 países del mundo; es ese ejemplo y el proyecto político, económico, social y cultural, probadamente disyuntivo al capitalismo, el que ofrece una viable alternativa al modelo neoliberal con que los poderosos de la tierra, han vestido a la fuerza y por engaño a la humanidad.

Una visión aproximada de lo anteriormente dicho lo corroboran estas ideas del Presidente cubano Miguel Díaz-Canel Bermúdez, cuando en franco diálogo con la vanguardia artística y cultural cubana les expresó:

“Entre ustedes nos sentimos cómodos, entusiastas, optimistas, conscientes de que como nos enseña Raúl: “Sí se puede” cuando se quiere. Y ustedes y nosotros, es decir, la Revolución, queremos lo mismo: Un país libre, independiente y soberano; Fiel a nuestra historia; Que garantice justicia social y justa distribución de la riqueza; Con respeto a la dignidad plena del ser humano, mujer y hombre; Con una sólida identidad cultural; Donde se preserve el acceso gratuito y universal a la educación; Que avance hacia un desarrollo económico equilibrado y sostenible; Próspero, inclusivo, participativo; Invulnerable militar, ideológica, social y económicamente; Con servicios de salud gratuitos y de la mayor calidad para todos; Solidario, generoso, humanista; Que repudie todas las formas de discriminación; Donde no prosperen nunca el crimen organizado, la trata de personas o el terrorismo; Defensor de los derechos humanos de todos, no de segmentos exclusivos o privilegiados; Libre de toda forma de violencia, esclavitud, explotación humana; Con un ejercicio ejemplar de la democracia del pueblo y no del poder antidemocrático del capital; Capaz de vivir en paz y desarrollarse en armonía con la naturaleza y cuidando las fuentes de las que depende la vida en el planeta…”[6]

¿Acaso no es esto, unido a los logros del país en materia de vivienda (más del 97% no es propiedad del Estado), acceso al agua potable (más del 98% de la población), a la energía eléctrica subsidiada (el 99% de la población), etc., reclamos y justas aspiraciones de la casi totalidad mundial? Si a ello les sumamos que el 100% de la población se beneficia de los resultados y productos científico-técnicos, incluidos los de su reconocida industria farmacéutica y biotecnológica, capaz de crear productos únicos en el mundo: vacuna contra el cáncer de pulmón, contra meningitis meningocócica B, contra la hepatitis B y C, contra la covid 19 (tres vacunas y dos candidatos vacunales); el Heberprot P, empleado en la terapia de la úlcera del pie diabético, o el Policosanol (PPG), efectivo en la reducción del colesterol en sangre, entre otros medicamentos de alto impacto, entonces es comprensible, por qué el empeño de “destruir” a la revolución cubana y su ejemplo.

También constituyen motivo de “estudio” por parte de organizaciones sociales, políticas de izquierda y fuerzas progresistas en general, la particularidad cubana de dirigir un país con un solo Partido; la organización y gobierno popular; la democracia sustentada en una experiencia autóctona y alejada de los modelos de la democracia burguesa. Los resultados efectivos en esos terrenos preocupan y enfurecen a los dueños del planeta, porque es una disidente propuesta de ser y existir en nuestro mundo sin sometimiento ni subordinación extranjera.

¿Cuál es el impacto de las guerras gemelas en Cuba socialista?

El socialismo no es un punto de llegada, es un camino a transitar, con un pasado capitalista, en un entorno capitalista y con caminantes capitalistas.

Cuando hablamos de guerras gemelas, estamos incluyendo las dimensiones ideológica, política, artística, filosófica, religiosa, psicológica y otras más que abarcan la conciencia social. Por el modo en que estas impactan en Cuba, empiezan a vislumbrarse antagonismos de clases; por un lado, las tradicionales, en heterogéneo, pero unitario apoyo al Socialismo y la Revolución. En el otro lado, se encuentra un tipo de clase (burgués) que se “fabrica” desde los EE.UU., con la militancia activa de la “Mafia” anticubana con asiento en Miami, en el Congreso norteamericano y en una pequeña parte de la “última” emigración cubana, que siembra sentimientos de clases opuestas a las proletarias y a las “pobretarias” (como define Frei Beto). Esta nueva clase burguesa se conecta con un sector de la sociedad cubana desde lo sentimental e instintivo.

El objetivo final es la lucha por el poder político. El método es desencantar a la población cubana, llenarla de desesperanza, dividirla. A través de una fuerte y sostenida campaña de desinformación, manipulación, noticias falsas y distorsión de la realidad cubana, los grandes emporios generadores de opinión pública mundial, reproducen la matriz de opinión de que Cuba es un Estado fallido, de que la experiencia socialista cubana está agotada, desgastada y fracasada, que el Gobierno revolucionario es incapaz e ineficiente, que existe una casta de funcionarios y dirigentes corruptos y burócratas y que estamos sumidos en una sempiterna pobreza y precariedad económico-social, y del otro lado, de manera cínica, desconocen todos los logros y altos resultados de una nación, que no solo sobrevive frente a una genocida guerra económica y terrorismo de Estado, sino que se mantiene vital, solidaria, humana y sin renunciar a proporcionar la mayor suma posible de justicia social y prosperidad económica a su población.

Coincido con el notable intelectual cubano Enrique Ubieta en su planteamiento de que no es una “…guerra entre personas que apoyan o no un gobierno, sino entre individuos que están a favor o no de un sistema, que implica también una percepción cultural del mundo, una manera de entender el concepto de felicidad, tanto en la vida personal como colectiva. Entonces, lo que quieren es cambiarnos la mente. Desean que la sociedad cubana modifique su manera de pensar, sus ideales, sus expectativas, ansían construir un proceso de cambios paulatinos en la mentalidad de los cubanos que nos conduzca, sin necesidad de que ocurra la caída del Gobierno, al capitalismo”[7].

Es llamativo el método de “sembrar” esos reflejos y esos sentimientos procapitalistas en una parte de la población cubana. Se pudiera decir que es un método rudimentario y primitivo, pero efectivo. Sin saberlo, están empleando el mismo que usaron los primeros cristianos para inculcar el nuevo evangelio: el intercambio persona a persona.

La parte de la emigración que no comulga con el socialismo cubano, que es políticamente ignorante o se “desconecta de saber” sobre las verdaderas causas de los problemas económicos de su familia en Cuba, “recluta y coopta” a otro familiar, este a otro, llegando a conocidos y desconocidos y de ese modo van tejiendo una no despreciable cadena de “admiradores” del sistema capitalista. Los argumentos más sólidos son la supuesta “prosperidad” y el “éxito” de  que disfrutan en el exterior (aunque vivan reventados y explotados por el Sistema), las remesas que envían, pocas muchas veces, pero que en Cuba adquieren un alto valor al no tenerse que emplear en la canasta básica subsidiada, ni en la Educación, ni en la Salud, por ejemplo, y algunas son empleadas en el desarrollo de iniciativas privadas y en el consumismo en las llamadas tiendas recaudadoras de divisas, que desafortunada y circunstancialmente, tienen que existir, generando una reconocida e indeseable desigualdad.

“Existen dos maneras de entender las relaciones entre las personas y los objetos: la cultura del tener y la cultura del ser. ¿Qué es lo que predomina hoy en Cuba, la cultura del capitalismo o la del socialismo? En el mundo lo que predomina es la cultura del capitalismo. La del socialismo es un proyecto en construcción y eso implica, obviamente, que seamos consumidores de la cultura capitalista y que además la reproduzcamos.

La corrupción nos duele, nos sorprende y nos hace creer que es un grave problema nuestro, y lo es, porque constituye un cáncer para el socialismo; la corrupción no se nota en el capitalismo, porque es inherente a él; no destruye al capitalismo, a nosotros sí. La corrupción no es resultado del socialismo, es la evidencia de que el capitalismo todavía se reproduce en nuestra sociedad. El socialismo presupone una ética social e individual superior, e implica un nivel mayor de exigencia particular”[8].

La construcción socialista en Cuba ha tenido, tiene y tendrá errores; “está hecha de mujeres y hombres”, como dijo un renegado poeta. Sin embargo, en mi opinión, los tres más grandes errores cometidos han sido: creer que sabíamos qué era el Socialismo y cómo se construía (palabras de Fidel Castro Ruz), el segundo, construirlo (por varios funcionarios) con las “armas melladas del capitalismo” (palabras del Che Guevara) y tercero, reproducir, conscientes o inconscientemente el modo de vida de la sociedad capitalista, como sinónimo de modernidad, desarrollo o prosperidad.

Son grandes los desafíos que imponen los impactos de las guerras gemelas en el país. Nadie mejor que el General de Ejército Raúl Castro Ruz, para ofrecernos una radiografía de la misma:

“… una parte de la sociedad ha pasado a ver normal el robo al Estado… la comercialización ilícita de bienes y servicios, el incumplimiento en los horarios en los centros laborales, el hurto y sacrificio de ganado…, el acaparamiento de productos deficitarios y su reventa a precios superiores, la participación en juegos al margen de la ley, las violaciones de precios, la aceptación de sobornos y prebendas… Conductas, antes propias de la marginalidad, como gritar a viva voz en plena calle, el uso indiscriminado de palabras obscenas y la chabacanería al hablar, han venido incorporándose al actuar de no pocos ciudadanos, con independencia de su nivel educacional o edad”.

“Se ha afectado la percepción respecto al deber ciudadano ante lo mal hecho y se tolera como algo natural botar desechos en la vía; hacer necesidades fisiológicas en calles y parques; marcar y afear paredes…; ingerir bebidas alcohólicas en lugares públicos inapropiados y conducir vehículos en estado de embriaguez; el irrespeto al derecho de los vecinos no se enfrenta, florece la música lata que perjudica el descanso de las personas…; grupos de muchachos lanzan piedras a trenes y vehículos automotores…; se ignoran las más elementales normas de caballerosidad y respeto hacia los ancianos, mujeres embarazadas, madres con niños pequeños, impedidos físicos…todo esto sucede  ante nuestras narices… no puede aceptarse identificar vulgaridad con modernidad, ni chabacanería ni desfachatez con el progreso…”[9]

La fortuna y el acierto cubano es que tiene los antídotos: una Constitución Socialista, debatida, consultada, reformulada, refrendada y aprobada por más del 86% de los cubanos con derecho al voto; la Conceptualización del modelo de sociedad socialista que quiere el pueblo cubano, la dirección económica a través de un Plan de Desarrollo económico-social hasta el 2030, en concordancia con los Objetivos del Milenio de la ONU, los Lineamientos Económicos, aprobados y actualizados en los últimos tres congresos del PCC y un amplio proceso de poder, participación y control popular, alrededor de los principales procesos económico-sociales del país y en las principales decisiones de su destino como nación, entre otras reformas e iniciativas democráticas.

¿Cuál es la nueva contrarrevolución cultural, quién las financia, adoctrina y manda?

El acrisolamiento de la nación cubana está indisolublemente ligado al proceso de lucha armada por la independencia de Cuba. A finales del siglo XVIII y mediados del XIX, se acentuaron las contradicciones económico-político y sociales de los nacidos en Cuba (criollos), los esclavos (llegó a representar alrededor del 40% del total de la población de Cuba en ese periodo y el poder despótico español.

Para dar solución a esa contradicción (los nacidos en la Isla no eran dueño de tierra ni de su destino, sino un agente exterior: el colonialismo español), se formaron tres corrientes político-ideológicas: el reformismo, asumido por el criollismo terrateniente y burgués, abogaba por mantener el estatus quo establecido (la Colonia), aunque demandaba a España la “garantía” de algunas migajas políticas y económicas; el anexionismo, abrazado por otros criollos, con raíces fuertemente esclavistas, hastiados y resentidos por el olvido y subestimación de España hacia sus intereses de clase, solicitaban que Estados Unidos, sobre todo el sur esclavista, asumiera a Cuba como una “estrella” más de la Unión. Y el independentismo-abolicionismo, el ala más radical de lo más destacado de la intelectualidad de la época y de un núcleo revolucionario de terratenientes y letrados de las partes, central y oriental de Cuba.

Lo significativo de este proceso, que en Cuba y el mundo se conoce como “Revolución cubana”, es que la pensaron, idearon, difundieron sus ideas y la encabezaron a través de la lucha armada, intelectuales (abogados, literatos, poetas, músicos, periodistas, etc.). Por tanto, la vanguardia revolucionaria, convertida luego en vanguardia política, fue a la vez la vanguardia intelectual del país, que se funde en lo inmediato con las masas populares, acentuándose y radicalizándose como proceso emancipador.

A lo largo de los 153 años de la Revolución cubana (inició el 10 de octubre de 1868 y tiene 62 años como revolución triunfante: 1 de enero de 1959), la intelectualidad, con artistas de renombre, encabezando el proceso ha prestigiado y dotado de gran autoridad moral y política a sus principales protagonistas, asegurándoles un liderazgo y reconocimiento destacado en el imaginario popular.

De esa singularidad, es que las guerras gemelas buscan un doble efecto: desde lo cultural desmontar las significaciones, significados e identidades de la Cultura cubana, y desde lo simbólico, apropiarse descarada y sesgadamente de lo paradigmático y genuino de ella para de manera oportunista travestirla y presentarla como “propia y original” de la nueva contrarrevolución. Sencillamente, es la búsqueda desenfrenada y seudo cultural de legitimar ante el pueblo, la opinión pública internacional y la Historia, un proyecto político-cultural, fracasado desde su concepción y nacimiento.

Para “imitar” el éxito y arraigo en el pueblo cubano de la vanguardia intelectual y artística, los estrategas de la guerra no convencional y del golpe blando han estado “fabricando” agentes para el cambio del sistema y “restablecer” la libertad, la democracia y los derechos humanos en Cuba: (destrucción de la Revolución cubana y el Socialismo).

El periodista, escritor y bloguero estadounidense Max Blumenthal, el pasado 25 de julio publicó un importante artículo[10], de cual extraemos algunas notas que sirven para colocar en contexto al lector de la esencia y métodos de esta nueva estrategia:

“En 2009, la USAID puso en marcha un programa para desencadenar un movimiento juvenil contra el gobierno de Cuba mediante el cultivo y la promoción de artistas locales de hip-hop. Esta operación fue asumida por Creative Associates International, una empresa con sede en Washington DC con su propio historial de acciones encubiertas. Creative Associates encontró a su hombre clave en Rajko Bozic, un veterano del grupo Otpor! respaldado por la CIA, que ayudó a derrocar al líder nacionalista Slobodan Milosevic, y cuyo miembros pasaron a formar un «grupo de exportación de una revolución» que sembró las semillas de varias revoluciones de color».

“Haciéndose pasar por promotor musical, Bozic se acercó a un grupo de rap cubano llamado Los Aldeanos, conocido por su himno ferozmente antigubernamental, «Rap is War». El agente serbio nunca dijo a Los Aldeanos que era un activo de la inteligencia estadounidense; en cambio, afirmó que era un profesional del marketing y prometió convertir al líder del grupo en una estrella internacional”.

“Para llevar a cabo el plan, Creative Associates puso en marcha ZunZuneo, una plataforma de redes sociales al estilo de Twitter que enviaba miles de mensajes automáticos para promocionar a Los Aldeanos entre los jóvenes cubanos sin que el grupo de rap lo supiera.

Al cabo de un año, cuando Los Aldeanos intensificaron su retórica, burlándose de la policía cubana como zánganos descerebrados durante un festival local de música indie, la inteligencia cubana descubrió contratos que vinculaban a Bozic con la USAID y puso fin a la operación”.

“Danny Shaw, profesor asociado de Estudios Latinoamericanos y del Caribe en la City University de Nueva York, conoció a Los Aldeanos durante varias visitas prolongadas a Cuba. También conoció a Omni Zona Franca, un colectivo de poetas y artistas de performance de orientación rastafari (movimiento religioso anti eurocentrista, Bob Marley fue un exponte) con sede en el barrio de Alamar, en La Habana, que sirvió de inspiración para el Movimiento de San Isidro”.

“Shaw dijo que la hostilidad de los artistas hacia el sistema socialista de Cuba era tan intensa que muchos de ellos negaban la existencia del bloqueo estadounidense. «Intenté explicarles mi forma de entender la guerra económica, y me dijeron: ‘Puedes ir y venir como quieras, no vives aquí, así que es fácil que seas marxista’. Y tenían razón, si descontextualizabas completamente la situación», dijo a The Grayzone”.

“Según Shaw, algunos miembros de Omni Zona Franca empezaron a visitar Estados Unidos y Europa para participar en festivales de arte y en entrevistas con medios de comunicación corporativos en español. «Cuando salieron a la luz las historias sobre el apoyo de la USAID a los raperos y artistas cubanos, entonces todo cobró sentido para mí», reflexionó”.

“En 2014, la USAID volvió a quedar al descubierto cuando recurrió a Creative Associates para organizar una serie de falsos talleres de prevención del VIH que, en realidad, eran seminarios de reclutamiento político”.

“A lo largo de los últimos tres años, a medida que las condiciones económicas empeoraban bajo la escalada de la guerra económica de Estados Unidos mientras el acceso a Internet se ampliaba como resultado de los esfuerzos de la Administración Obama por normalizar las relaciones con Cuba,  el Movimiento San Isidro ha invitado a un conflicto abierto con el Estado. Con actuaciones provocadoras en las que sus figuras más destacadas han desfilado por La Habana Vieja ondeando banderas estadounidenses, y con flagrantes muestras de desprecio por los símbolos nacionales cubanos, San Isidro se ha enemistado con las autoridades, provocando frecuentes detenciones de sus miembros y campañas internacionales para liberarlos”.

“Al establecerse en una zona mayoritariamente afrocubana de La Habana Vieja y trabajar a través de medios como el hip-hop, San Isidro también ha maniobrado para poner en entredicho la imagen racialmente progresista que el gobierno cubano de izquierdas se ganó con su histórica campaña militar contra la Sudáfrica del apartheid y el asilo que ofreció a los disidentes negros estadounidenses. En este caso, el Movimiento de San Isidro parece seguir un modelo articulado por el grupo de presión estadounidense para el cambio de régimen”.

“Durante la última década, el gobierno estadounidense ha gastado millones de dólares para cultivar a raperos, músicos de rock, artistas y periodistas cubanos contrarios al gobierno, en un intento explícito de convertir en un arma a la «juventud desocializada y marginada». La estrategia implementada por Estados Unidos en Cuba es una versión en la vida real de las fantasías de los demócratas anti-Trump, distrayéndose cuando se preocupaban de que Rusia estuviera patrocinando encubiertamente a Black Lives Matter y Antifa para sembrar el caos en la sociedad norteamericana”.

Tres conclusiones sobresalen de la lectura del artículo de Max Blumenthal:

En Cuba no existe una vanguardia artístico-intelectual que canalice por sí sola y con legitimidad jurídica ni popular los intereses “inconformes” de una desorganizada y minoritaria oposición al proyecto revolucionario cubano.

De manera encubierta o abierta, el Gobierno estadounidense, a través de sus agencias de inteligencia ha reclutado, financiado y posicionado a un puñado de artistas renegados, apátridas y anexionistas.

Se apuesta a la copia, sustracción desfachatada o ataque a los símbolos culturales de la nación, como vía de legitimar la reconceptualización que le dan a los símbolos apropiados.

Los últimos acontecimientos relacionados con la contrarrevolución cultural y su triste papel de peones anexionistas del Imperio, están relacionadas con las maniobras del dramaturgo Yunior García Aguilera, mercenario y subvencionado de la Inteligencia norteamericana, autor del acoso del 27 de noviembre de 2020 al Ministerio de Cultura cubano, instigador de la ocupación del Instituto Cubano de Radio y Televisión, el pasado 11 de julio, y cara visible de la solicitud a los gobiernos locales de autorización para la realización de una marcha ilegal en contra del Pueblo cubano y su Gobierno revolucionario.

La otra iniciativa contrarrevolucioaria, es la presentada por Tania Bruguera, artista de la plástica, radicada en la ciudad de Chicago, Estados Unidos desde 1997, quien desde una supuesta nueva construcción simbólica del arte ha estado buscando beneficios y posicionamientos artísticos y políticos; avales necesarios para hacerse notar ante las agencias de inteligencia yanqui o del Departamento de Estado norteamericano, de modo que pueda ser “subvencionada” por sus abiertas acciones subversivas y contrarrevolucionarias. La iniciativa en concreto es boicotear la próxima edición de la Bienal de Arte Contemporáneo de la Habana, solicitando a artistas noveles, nacionales y extranjeros a abstenerse a participar, en protesta a los “excesos de la Dictadura” cubana durante los sucesos del 11 de julio en la Isla.

El tercer acto fue la confirmación por varios medios internacionales, de que Gabriel Abaroa, el ex presidente emérito y CEO (director ejecutivo) del grupo que otorga los Latin Grammy habría sido sobornado, por un monto de un millón de dólares, para favorecer el tema “Patria y Vida” como Canción del Año. Según la información consultada en la investigación, dicha entrega monetaria a Abaroa se canalizaría a través de varias offshore ubicadas en Islas Vírgenes[11].

El cuarto y último “acontecimiento” de la contrarrevolución cultural fue el desplante de un grupo de cubanos radicados en los EE.UU., liderados por Alexánder Otaola, conductor de programas televisivos, influencer político de varios medios de comunicación y rostro visible de una neocontrarrevolución, que desde un lenguaje agresivo, soez y chantajista, incita a la intervención armada contra Cuba, al mantenimiento y recrudecimiento de la política de bloqueo contra su país de origen y “quiebra” mediante presión política y chantaje moral a la casi totalidad de artistas que emigran a los EE.UU y buscan “fortuna” y posicionamiento en la farándula miamense. Este “circo anticubano”, el pasado 24 de octubre, sin autorización irrumpió frente a la Sede Papal en Roma, pero la Guardia del Vaticano les impidió penetrar a la Plaza San Pedro y el Santo Padre se negó a recibirlos.

Otros métodos (tradicionales) usados por oficinas gubernamentales yanquis ilustran cómo se “quiebran” a seudos revolucionarios, “centristas” y aparentemente desinteresados en la política:

“La Joven Cuba”. Blog creado en 2010 por Harold Cárdenas, Osmany Sánchez y Roberto Peralo, jóvenes profesores de la Universidad de Matanzas. Tomó su nombre inspirado en la organización revolucionaria y antimperialista Joven Cuba creada en la década del 30 por Antonio Guiteras. A pesar de que era una época en que la blogósfera cubana estaba dominada por iniciativas contrarrevolucionarias, la intención inicial de sus redactores fue realizar una defensa de la Revolución en Internet mediante art escritos por ellos mismos y posteriormente por colaboradores, al tiempo que ofrecía una perspectiva crítica sobre la realidad de la Isla”.

“En un inicio chocaron con la incomprensión de elementos más tradicionalistas en las organizaciones políticas que veían con recelo y desconocimiento el uso de Internet, y la independencia de la bitácora. En 2012, un texto en el que se criticaba el silencio en torno a la instalación y puesta en funcionamiento del cable submarino de fibra óptica que permitiría el acceso masivo a Internet en Cuba, fue la excusa para cerrar el acceso al blog en los servidores de la Universidad de Matanzas. Dadas las pocas posibilidades de navegación en ese momento el hecho equivalía a condenarlo a muerte, incluso estuvo varios meses sin actualizarse, hasta que diversas voces de defensa se levantaron y el acceso fue restablecido”.

“A partir de esto el prestigio de los integrantes aumentó considerablemente, al igual que los niveles de lectores entre los que destacaban los jóvenes universitarios y sectores afines a la Revolución. Asimismo, como muchos otros blogs cubanos cuyos contenidos contrastaban con el acartonamiento, el vacío informativo y la pobreza temática de la prensa estatal, fue seguido cada vez más por elementos interesados en una visión crítica de la realidad política, económica y social en la segunda década de los 2000. También fue ganando la atención de lectores no simpatizantes con el socialismo, el gobierno cubano o la Revolución, pero que preferían una postura menos agresiva que el anticastrismo tradicional”.

“A partir de 2013 los ejecutores de la estrategia del gobierno de Obama hacia Cuba, con el uso de Internet como herramienta de influencia política, comenzaron un proceso de contacto y acercamiento a la blogosfera cubana luego de un cuidadoso estudio de su abanico ideológico. Un análisis del perfil psicológico de cada uno de los tres editores, les hizo concentrar su trabajo de atracción hacia Harold Cárdenas”.

“Invitaciones a eventos en el extranjero, el fomento de una ambigüedad ideológica cada vez mayor, el cultivo del ego y la vanidad, una generosa retribución económica debido a la vinculación laboral con El Toque, proyecto mediático en la web financiado a través del gobierno de Holanda, fueron trabajando la personalidad de Cárdenas —quien para ese entonces se había mudado de Matanzas a La Habana—, erosionando la integridad política del grupo”.

“Además, los vínculos con otras webs creadas y mantenidas con financiamiento estadounidense comenzaron a ejercer más importancia que el objetivo inicial: la defensa de la Revolución. En 2017 Harold Cárdenas se traslada a Estados Unidos con una beca otorgada por la Universidad de Columbia. Roberto Peralo desde el 2016 reside en La Florida por motivos familiares, y a partir de ese momento se distanció casi por completo con el blog, en el cual publica de forma cada vez más esporádica Osmany Sánchez, quien reside en Matanzas y trabaja como profesor en la Universidad de esa ciudad”.

“Aunque 2017 marcó un declive en las publicaciones, en 2018 y 2019 el blog fue retomado por Harold Cárdenas, que apenas escribe y en su función como editor se apoya en los contenidos que genera un nuevo grupo de colaboradores armado durante esos años: Alina B. López Hernández, Miguel Alejandro Hayes, Mario Valdés Navia y Yassel A. Padrón Kunakbaeva, entre otros”.

“El propósito fundacional de La Joven Cuba ha cambiado cada vez más, pasando a ser de forma más expuesta otro elemento mediático en el aparato comunicacional de la neocontrarrevolución. Convertido en una marca en el mercado político ante los estadounidenses y descolocado ideológicamente en Cuba, no queda nada de aquel blog revolucionario que fue una vez. Dentro de la Revolución pudo haber sido todo, contra ella, es nada”.[12]

La antítesis de esta distorsión pseudo cultural y demostración de que si bien el Arte no tiene Patria los artistas sí, lo es la Prima Ballerina Assoluta Alicia Alonso, en una entrevista a la prestigiosa periodista, recién fallecida Marta Rojas le declaró:

“El pueblo es la meta principal. En el pueblo hay que pensar primero que en nosotros mismos y esa es la única actitud verdaderamente revolucionaria” (como dijo) Lenin: “El pueblo tiene derecho al gran arte” (y nosotros)… habíamos renunciado a un público por un pueblo…[13]

Conclusiones

Para la nueva “cruzada cultural”, el imperialismo cultural norteamericano y sus círculos de poder global, aprovechan la renegada actitud de individuos que una vez pertenecieron a un proyecto victorioso de nación que es más radical que el proyecto personal que se demandan para sí y que le prometen tener sus amos imperiales, por lo que no pueden abrazar ni capitalizar las banderas de la Revolución socialista, ni las aspiraciones del pueblo que la defiende y acompaña.

Como bien dijera el destacado politólogo cubano Enrique Ubieta “…las circunstancias conducen a tales individuos trascendidos hacia el extremo opuesto, a la renuncia de todo lo «aprendido»: de la solidaridad como modo de vida al individualismo más feroz; del «seremos como el Che» al desenfadado «somos yanquis»; de la guerra contra el imperialismo a la guerra del imperialismo: soldados de la pluma en la contienda universal, eterna, contra «los sesenta oscuros rincones del planeta»”.[14]

Los artistas, inmigrantes económicos, para sobrevivir y hacer carrera tiene que politizar su estatus y eso los convierte de patéticas marionetas de innombrables personajes como Alexánder Otaola a descalificados mercenarios de las agencias de inteligencia yanqui o del Departamento de Estado norteamericano.

Este nuevo “ejército” de apátridas fracasa y fracasará en su política anexionista y de subversión. Sus acciones los desenmascaran ante la nobleza y cultura política del pueblo cubano.

Notas:

[1] José Martí. “Carta a Manuel Mercado”. Obras Completas. Tomo 4. Editorial Ciencias Sociales. La Habana. 1991. Edición Digital. p. 167.

[2] José Martí. “Carta a Federico Henríquez y Carvajal”. Obras Completas. Tomo 4. Editorial Ciencias Sociales. La Habana. 1991. Edición Digital. p. 111.

[3] Néstor Kohan. “Hegemonía y cultura en tiempos de contrainsurgencia «soft». Editorial Ocean Sur. 2021. Edición digital. p. 7.

[4] José Martí. “Adelante, juntos”. Obras Completas. Tomo 3. Editorial Ciencias Sociales. La Habana. 1991. Edición Digital. p. 15.

[5] Néstor Kohan. “Hegemonía y cultura en tiempos de contrainsurgencia «soft». Editorial Ocean Sur. 2021. Edición digital. p. 10.

[6] Discurso pronunciado por Miguel M. Díaz-Canel Bermúdez, Presidente en la clausura del IX Congreso de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac), en el Palacio de Convenciones, el 30 de junio de 2019, Periódico “Trabajadores”. La Habana. Cuba. p. 3

[7] Enrique Ubieta. “La Guerra cultural en Cuba”. Dentro del debate “Tendencias actuales de la Guerra cultural contra el Socialismo en Cuba”. 18 de diciembre de 2013.  Ver en libro: “Hacia una cultura del debate. (Espacio Dialogar-dialogar de la AHS). Volumen I. Selección y Notas: Elier Ramírez Cañedo. Casa Editora Abril. 2017. p. 158.

[8]  ÍDEM. p. 160

[9] Raúl Castro Ruz. “Discurso ante la  Asamblea Nacional del Poder Popular. La Habana 7 de julio de 2013. Periódico “Granma”. 8 de julio de 2013. Página 2.

[10] Max Blumenthal. “La contrarrevolución cultural cubana: Los raperos y artistas respaldados por el gobierno de EE.UU. ganan fama como «catalizadores de los disturbios actuales». Periódico Granma. 28 de julio 2021.

[11] Redacción cultural del periódico Granma. 19 de octubre de 2021.

[12] No he podido “encontrar” la fuente de donde extraje la información expuesta. Aunque falto al necesario rigor científico me niego faltar a la ética científica y humana, al dejar reconocido que no es de mi autoría el comentario mostardo y que suscribo.

[13] Marta Rojas. “Alicia Alonso. Habíamos renunciado a un público por un pueblo”. Periódico Granma. 1 de junio de 2018. p. 3.

[14] Enrique Ubieta. Artículo. “Las antítesis de la guerra: izquierda o derecha”. Publicada el 23 de junio de 2017, con notas extraídas de su libro “¿revolución o reforma?  La Habana. Casa Editora Abril. 2012. Segunda edición, a cargo de la Editorial Ocean Sur.

Tomado de: Capitulo Cubano. Red en Defensa de la Humanidad

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Mensaje de la Casa de las Américas a los amigos de nuestra región y del mundo

Una vez más los cubanos nos enfrentamos a una embestida brutal por parte del Imperio. En momentos en que el país comienza a recuperarse de los duros efectos de la pandemia, cuando al fin se vislumbra una salida a los angustiosos meses vividos, vuelven a escucharse tambores de guerra. Las nuevas maniobras vienen envueltas en términos como “derechos constitucionales”, “marchas pacíficas” y otros de semejante tenor.

Parecía que la política del gobierno de Trump había llevado a límites infranqueables la hostilidad hacia Cuba al implementar 243 medidas adicionales al bloqueo. Sin embargo, su sucesor, haciendo gala de un cinismo asombroso, no solo no ha aliviado aquella criminal política sino que en la práctica, de hecho, la ha recrudecido al sostenerla contra viento y marea y aderezarla, además, con todo tipo de amenazas y exabruptos.

Desde el 22 de septiembre hasta hoy, funcionarios del gobierno estadounidense y figuras influyentes del Congreso han hecho públicas veintinueve declaraciones insolentes en torno a la provocación prevista para el 15 de noviembre, instigada y financiada desde los Estados Unidos, con el empleo de sus representantes locales –esos “hombres tallados en una rodilla”, según la imagen de Martí–, que intentan servir de quinta columna para los propósitos de sus amos.

Hace veinte años, el 1° de mayo de 2001, en lo que sería el primer aldabonazo continental contra las expansivas pretensiones del ALCA, Fidel subrayó:

Todo cuanto hicieron los gobiernos de Estados Unidos en este hemisferio hasta el momento actual estuvo fuertemente influido por su obsesión y temor ante la presencia desconcertante de la Revolución Cubana, desde los días de la invasión mercenaria de Playa Girón […]. Mas, si el triunfo de la Revolución Cubana los desconcertó, su admirable resistencia durante más de cuatro décadas a veces da la impresión de haberlos desquiciado.

El canciller cubano Bruno Rodríguez Parrilla se dirigió hoy al Cuerpo Diplomático acreditado en la Isla para denunciar la nueva escalada de agresiones y los planes para desestabilizar a nuestro país y promover “un cambio de régimen”. Con el pretexto de “ayudar al pueblo cubano”, la campaña, a través de los medios y las redes sociales, presenta a Cuba como un Estado fallido cuyo gobierno acude a la represión y a la violación de los derechos humanos para perpetuarse en el poder. En realidad, al decir de nuestro canciller, se propone “provocar situaciones de sufrimiento, en la esperanza de que generen condiciones para un estallido social”.

Washington continúa aplicando medidas que impiden la reunificación familiar, los viajes entre los dos países, el otorgamiento de visados; asimismo, la nueva exigencia para permitir el ingreso a los Estados Unidos discrimina las exitosas vacunas cubanas y obstaculiza su reconocimiento. En contraste, según Rodríguez Parrilla, “no ha habido ningún ofrecimiento de ayuda de ese gobierno, ni humanitaria ni de ninguna índole, a lo largo de toda la pandemia; ni siquiera cuando se produjo la avería de la planta productora de oxígeno se concedieron licencias específicas para enviar oxígeno a Cuba”. En nuestro país no se han recibido de las autoridades estadounidenses ni medicamentos ni alimentos durante esta grave crisis.

La absoluta carencia de ética y el cinismo han caracterizado la conducta de Washington con respecto a Cuba en una etapa en que los médicos cubanos han dado pruebas en todo el mundo de espíritu solidario.

Como parte de la estrategia imperial de dominación, que combate a sangre y fuego todo proyecto emancipador, en particular en nuestra América, Cuba está siendo acosada con saña por su enemigo histórico, confiado en que podrá engañar a la opinión pública mundial y presentarse como portador de la democracia y la libertad de los cubanos. En este momento de peligro para la Revolución convocamos a nuestros amigos a evitar, por todos los medios a su alcance, que la verdad de Cuba sea silenciada.

La Habana, 10 de noviembre de 2021.

Tomado de: La Ventana

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Quien controle los microchips controlará el mundo

Por José Álvarez Carrero

Si alguien ha intentado adquirir un vehículo, un Play Station, un Xbox, un televisor o cualquier otro aparato tecnológico en los últimos días, posiblemente haya notado que la escasez de muchos de estos modelos es latente. La respuesta de los vendedores es la misma: “las entregas están demoradas por la crisis de semiconductores”. Esta situación ha llevado a que, por ejemplo, el sector automovilístico haya tenido que paralizar fábricas a lo largo y ancho del planeta o haya disminuido el ritmo de producción despidiendo a miles de trabajadores, afectando a los consumidores, pero, sobre todo, impactando en la economía.

Uno de esos ejemplos fue la planta de Gravatai en Brasil, la más grande de General Motors en América del Sur, la cual paró su producción por casi medio año. Por el lado de los productos electrónicos cotidianos el resultado no ha sido muy distinto: incremento en los precios y dificultad en muchos países de poder adquirir las versiones más recientes. ¿Qué tiene que ver esta escasez con la llamada “guerra comercial” entre Estados Unidos y China, con la formación del AUKUS (alianza de Estados Unidos, Australia y Reino Unidos), con el aumento de tensiones entre China y Taiwán, con el discurso de la “economía del conocimiento” de la Unión Europea y con los efectos del cambio climático? Como se verá a lo largo de este artículo, la respuesta es la geopolítica, ya que estos temas están estrechamente relacionados y son interdependientes entre sí.

Así, es sabido que hasta la Primera Guerra Mundial el poderío internacional se lograba gracias al control directo sobre el territorio y durante gran parte del siglo XX por el control indirecto sobre la materia prima estratégica como el petróleo. No obstante, en el siglo XXI el poderío de una potencia depende principalmente del control que se ejerza sobre la tecnología y, en especial, sobre los microchips. Por esa razón, los centros neurálgicos de la geopolítica y las relaciones internacionales se han desplazado desde Medio Oriente, el Cáucaso y el delta del Orinoco hacia el Mar Amarillo, más exactamente Taiwán y la península de Corea.

El microchip no es más que un circuito electrónico integrado de transistores en una lámina diminuta de silicio con propiedades semiconductoras. Tal invento se logró en el año 1958 como parte del desarrollo militar estadounidense para el lanzamiento de misiles balísticos intercontinentales y en pocos años llegó a ser, después de la rueda y la escritura, el invento más importante de la historia. Gracias a este invento el desarrollo tecnológico ha crecido de forma exponencial y se ha hecho accesible a millones de seres humanos. Gracias a las ventajas que adquirió Estados Unidos con esta invención logró a la larga ganar la Guerra Fría, no porque los haya empleado para bombardear las bases militares de la Unión Soviética sino porque las ventajas tecnológicas que logró en los siguientes años repercutieron directamente en ventajas económicas y políticas que, sumado a factores internos, terminaron por implosionar a la patria de Lenin. Hoy los microchips son omnipresentes en la vida diaria. Se calcula que, cada año, por cada ser humano que hay en el planeta se fabrican 128 chips. Un automóvil en promedio requiere más de 3500 chips, y desde neveras, lavadoras, celulares, computadores, hasta equipos médicos, tecnología militar y fabricación de aviones o misiles los emplean para que puedan ser operativos.

La importancia del microchip no solo deriva de la omnipresencia en prácticamente todas las facetas de nuestras vidas, sino, sobre todo, en el monopolio que existe en el mundo para su fabricación. Aunque hasta hace unos años muchos países los diseñaban y fabricaban, a medida que pasa el tiempo el mercado cada vez se concentra en un número menor de compañías capaces de diseñarlos o fabricarlos.

Hace un cuarto de siglo, 24 empresas podrían diseñar y fabricar los chips que para la época eran los más avanzados. Hoy, solo hay tres con capacidad de fabricar aquellos que no son obsoletos: Intel de Estados Unidos, Samsung de Corea del Sur y TSMC de Taiwán. El monopolio es aún más evidente si se tiene en cuenta que la fabricación de chips de menos de 7 nanómetros, es decir, los más desarrollados, son producidos en un 92% por la empresa taiwanesa. Claro está, dicha compañía se dedica principalmente a la fabricación, sin perjuicio de que, en lo relacionado al diseño, aún sea Intel quien ocupa el primer lugar. Debido al cambio climático, durante el primer semestre de 2021 bastó una fuerte sequía en Taiwán para que la isla se viera obligada a racionalizar agua, lo que trajo como consecuencia una crisis mundial, debido a que el agua es empleada en grandes cantidades en la fabricación de chips. Con la sequía paró el abastecimiento a las fábricas y como resultado, se rebosó una copa que por factores geopolíticos se venía llenando, produciendo todos los problemas de escasez ya mencionados.

Cabe señalar que la sequía en Taiwán fue tan solo una gota en un jarro en el que confluyen muchos factores geopolíticos. La escasez de chips era algo que se veía venir desde hace varios años. Detrás de esta se esconde una verdadera lucha entre superpotencias. Para entenderlo hay dos fechas claves: 1964 y 1984.  En la primera, el científico estadounidense Gordon Moore, por entonces un alto ejecutivo de INTEL, formula una hipótesis según la cual “el número de transistores por unidad de superficie en circuitos integrado se duplicaría cada año”. En pocas palabras, el desarrollo tecnológico llevaría a que éstos fuesen cada vez más pequeños y con ello dejarían obsoletos a los fabricados con anterioridad. La siguiente fecha, 1984, es clave dado que en dicho año la holandesa Philips forma una empresa de la que poco se habla pero que hoy juega un papel importante en el juego geopolítico que originó la actual crisis: Advanced Semiconductor Materials Lithography,mejor conocida como ASML.

ASML es importante debido a que se enfoca en investigar el uso de la luz ultravioleta en la fabricación de máquinas que hacen microchips, marcando una diferencia con otras compañías similares de la época que también lo hicieron, pero con el tiempo desistieron. La empresa holandesa, en cambio, se mantuvo en esa línea. Con el tiempo, solo otras dos empresas continuaron fabricando maquinas capaces a su vez de fabricar microchips: Canon y Nikon, estas últimas de Japón.  No obstante, por la llamada hipótesis de Moore, al tener cada vez más transistores cada chip o ser éste cada vez más pequeño, la tecnología empleada por Canon y Nikon no es la mejor, por lo cual, quien hoy quiera fabricar un chip deberá pagarle miles de millones de dólares a la holandesa ASML para que le venda las máquinas de litografía que sirvan a ese propósito.

Esto fue precisamente lo que quiso hacer el gobierno de Pekín a partir del año 2015 como parte del plan “Hecho en China 2025”: invertir miles de millones de dólares para hacerse a las máquinas que le permitiesen autonomía en la fabricación de chips y así dejar de depender de Taiwán, su provincia rebelde y enemigo político tradicional con quien, a pesar de la rivalidad histórica, mantiene estrechas relaciones comerciales. Cuando eso ocurrió, el gobierno de Donald Trump de inmediato inició la ola de sanciones comerciales que son por todos conocidas. De esas, quizá las que más afectaron al gigante asiático fue la orden ejecutiva que le prohibió a ASML venderle a China los equipos de litografía necesarios para la producción de chips. Dicha prohibición se hizo bajo amenazas de dejar de suministrar insumos necesarios que emplea ASML, como el uso de láser y otros dispositivos, los cuales usan tecnología norteamericana.

Tales órdenes ejecutivas de Washington a corto plazo han afectado a China quien continúa dependiendo de la taiwanesa TSMC. Aunque desde 2011 Taiwan tiene una planta en territorio chino, lo allí fabricado va algunas generaciones detrás de los productos que se hacen en territorio insular, con la diferencia que éstos en gran media son vendidos a las compañías norteamericanas. Igualmente, TSMC tiene restricciones para venderle sus chips a China si hay sospecha de que puedan ser usados en el sector de defensa o en empresas que nada tienen que ver con dicho campo, pero que Estados Unidos acusa de trabajar para éste. Con esta excusa son sancionadas las compañías chinas que pueden hacerles sombra a las norteamericanas, como es el caso de Huawei, que empezó a desbancar a Apple en el mercado de tecnologías.

A pesar de esto, seguramente a largo plazo, muy seguramente quien logre salir victoriosa sea China, ya que tales restricciones, más que un factor disuasorio, han sido un incentivo para que redoble sus esfuerzos investigativos para lograr la suficiencia en la tan complicada cadena de producción de chips. Sin embargo, esto tardará varios años en lograrse.

La respuesta de China a las sanciones de Estados Unidos se ha dado en varios frentes. En lo inmediato, trató de adquirir todos aquellos modelos posibles frente a los cuales no había sanciones. Para ello, un equivalente al PIB de Colombia fue dedicado en el 2020 por Pekín para importar aquellos chips que no estaban comprendidos en la lista de sanciones. Como resultado, esa sobreacumulación ha sido uno de los principales factores para que actualmente haya escasez.  Por otra parte, como estrategia a mediano plazo, China trata de ejercer presión política y militar sobre Taiwán para recordarle a Estados Unidos que las fábricas están en su territorio, un territorio rebelde, pero al fin y al cabo propio. Sus acciones se enfocan en mostrar que, si las sanciones continúan o se amplían, podría tomar dicha isla por la fuerza y así privar a Occidente de acceder a las fábricas de chips. En cuanto a estrategia a largo plazo, China no escatima esfuerzos en invertir en investigación y desarrollos tecnológicos. Busca ser autosuficiente en la cadena de producción de microchips.

En cuanto a Estados Unidos, aparte de las amenazas y las sanciones, a nivel interno también decidió volver a sus viejas estrategias proteccionistas e inyectarle miles de millones de dólares al sector tecnología, en un asunto que ha sido catalogado como “seguridad nacional”. Al respecto, ese supuesto discurso de la no intervención del Estado en la economía que tanto se exige a los países subdesarrollados, fue dejado de lado. Del dinero que todos los estadounidenses pagan en impuestos, se le dará a la privada INTEL una cifra no menor a 50.000 millones de dólares. Con ello se busca que esta empresa construya una serie de plantas en Nuevo México para la fabricación de los chips. Este sector había sido dejado de lado ya que tales procesos implican el uso de materiales altamente tóxicos, por lo que se había optado por dislocar la producción hacia territorio taiwanés.

Nada nuevo, es lo mismo que se hace en otros renglones tecnológicos como la fabricación de ordenadores o teléfonos celulares, donde Apple contrata con Foxconn para que los haga de acuerdo con las especificaciones que se le dan, sin importar que esa misma empresa sea quien también hace los productos de Huawei.

Por otra parte, los norteamericanos saben que la construcción de plantas en territorio nacional tardará varios años y mientras tanto, temen que una recuperación de Taiwán por parte de China por la vía militar los deje sin quien les fabrique los insumos vitales para sus empresas tecnológicas y, sobre todo, para su sector de defensa. Por ello, trata por todos los medios de poner presión política a China para disuadirla de esa opción. Como se explicó en artículos anteriores, esto guarda relación directa tanto con la retirada de tropas de Afganistán como con la formación de la alianza llamada AKUS, con Reino Unido y Australia. Finalmente, los norteamericanos saben que quizá llevaron las sanciones a su máximo límite, y si avanzan más pueden ahondar la crisis, no solo por el hecho de que China sea el “taller del mundo” sino porque también es el primer productor mundial de arenas de silicio, la materia prima esencial con la cual se fabrican los microchips.

En cuanto a la Unión Europea, si bien ellos tienen a ASML -la única que puede fabricar las máquinas con capacidad para fabricar chips de última tecnología- las recientes prohibiciones de Estados Unidos de hacer multimillonarios negocios con los chinos les recuerdan que dicha tecnología en gran medida es “prestada”. En el año 2000, durante la Cumbre de Lisboa uno de los objetivos que se fijaron fue el de la Economía del Conocimiento y dentro de los cinco objetivos para 2020 estaba el de Investigación y Conocimiento. Para nadie es un secreto que el rezago tecnológico de Europa es cada día mayor. Hoy producen un 10% de chips, frente a un 12% de Estados Unidos y un 20% de Taiwán que tiene el monopolio casi absoluto en la fabricación de los más avanzados. La actual escasez llevó a que Bruselas anunciara a mediados de septiembre que presentará una ley (entiéndase, una directiva o un reglamento) para fomentar la producción de semiconductores en territorio comunitario, de manera que ese 10% pase a ser un 20% en 2030. Para ello, países como Italia han anunciado que invertirá cuatro mil millones de euros en la construcción de una planta fabricadora de microchips, en tanto que Alemania tiene planes similares.

Mientras el juego geopolítico continúa, la crisis de microchips sigue extendiéndose y agudizándose. El juego de poder entre las grandes potencias seguirá afectando el día a día de los ciudadanos de a pie.

Tomado de: El Viejo Topo

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El agujero negro de la pederastía católica europea

Por Isabella Arria

Las macroinvestigaciones sobre pederastia en la Iglesia católica en el mundo muestran miles de víctimas y pocos condenados. Estados Unidos, Australia, Irlanda, Bélgica, Alemania y ahora Francia han ido destapando la magnitud de unos crímenes sepultados por décadas de silencio.

La falta de voluntad para dar con la verdad resulta vergonzosa y perpetúa una herida que ha destrozado las vidas de quienes la padecieron y configuran, a pesar de la posición oficial del Vaticano y del papa Francisco, en un verdadero agujero negro para el catolicismo.

A principios de octubre  se conoció un informe sin precedentes en Francia, en el cual se demostró el abuso sexual de 216.000 niños por parte de más de 3.300 sacerdotes y religiosos, cifra que se eleva hasta 330.000 si se cuentan los cometidos por personas laicas que colaboraban con sus instituciones. Pese a preservar el secreto de confesión, la Iglesia católica francesa ha actuado de forma enérgica para abordar el dramático agujero negro de la pederastia en su seno.

Por contraste, hace más insostenible todavía la actitud de otras jerarquías eclesiásticas, como la española, que se resisten a reconocer su responsabilidad directa en los daños causados. Por propia iniciativa, la Conferencia Episcopal francesa encargó una investigación a una comisión independiente que ha podido trabajar sin cortapisas.

El Estado francés puso en su sitio en octubre último a la Iglesia católica luego que el presidente de la Conferencia Episcopal Francesa (CEF), Éric de Moulins-Beaufort, señalara que el secreto de confesión prevalece sobre las leyes de la República. El ministro del Interior Gérald Darmanin le recordó que “no hay ninguna ley superior” a las leyes del país y que todo religioso que sepa de un “crimen” contra un menor de 15 años debe denunciarlo ante la justicia y no escudarse en el secreto de confesión.

Los obispos franceses, reunidos en la ciudad de Lourdes, decidieron «reconocer la responsabilidad institucional de la Iglesia» en los miles de abusos sexuales a niños y adolescentes y su «dimensión sistémica». En octubre, una comisión independiente estimó en un informe que unos 216.000 menores fueron víctimas de abusos por sacerdotes y religiosos en Francia entre 1950 y 2020, cifra que sube a 330.000 si se cuentan a los trabajadores de instituciones religiosas.

Desde que en 2002 el diario The Boston Globe destapó el primer gran escándalo de pederastia en la Iglesia de Estados Unidos, se han sucedido las revelaciones y las investigaciones. En algunos casos, como Francia o Alemania, han sido las propias conferencias episcopales las que han iniciado las investigaciones. En Bélgica ha sido iniciativa del Parlamento, y en otros, como Australia o Irlanda, de sus gobiernos.

España es, junto a Italia y Portugal, el país donde mayor resistencia muestra la Iglesia a esclarecer la verdad. Tampoco el Estado ha hecho nada hasta ahora para que se investigue de forma más rápida y segura. La actitud de la Conferencia Episcopal española ha sido siempre tan negacionista como obstruccionista. No solo perpetúa así la vejación sufrida por las víctimas, sino que también desobedece l mandato del papa

Las instrucciones del papa Francisco han sido de colaboración y transparencia fueron muy precisas y ha señalado su vergüenza por “la larga incapacidad de la Iglesia” para afrontar esta cuestión. Al permitir y en muchos casos encubrir los abusos, la Iglesia católica traiciona la confianza de las familias que han puesto una parte de la vida de sus hijos en sus manos, y también ha traicionado la confianza del Estado, que le ha concedido –incluso- el privilegio de intervenir en su educación.

Negociación

Según la prensa española, la Compañía de Jesús y los maristas exigen a las víctimas de abusos de la Iglesia firmar un pacto de confidencialidad para negociar compensaciones, algo prohibido por el Papa en 2019 en su documento Vox estis lux mundi, destinado a reforzar la lucha contra la pederastia en el clero y acabar con el secretismo.

Alfonso Caparrós, de 76 años, víctima de los abusos de un jesuita en el colegio San Estanislao de Kostka de Málaga en los años cincuenta, se reunió en junio de 2020 con el provincial de España de la orden. “Conté mi caso por desahogo, no por esperar dinero, ni sabía que eso se podía. Tras escucharme, me dijo: ‘¿Cuánto crees que te corresponde?’. Le dije que habían perdido mi alma, porque me hice ateo, y que tasara él lo que vale un alma perdida como la mía”, relata Caparrós a El País.

Entró entonces en un proceso de indemnización que define como impersonal, frío y humillante, a través de un despacho de abogados, y en el que, para empezar a negociar, se le exigía la firma de un acuerdo de confidencialidad.

Los maristas, en Cataluña, también impusieron la misma condición en 2020, en la primera indemnización colectiva emprendida por una orden católica en España. Caparrós descubrió que los jesuitas manejan un tarifario sobre los abusos “en función de su gravedad”: hasta 5.000 euros, leve; hasta 10.000, media; hasta 15.000 alta. Ahora, dice, sabe cuánto vale su alma: “Mi violación vale solo 7.500 euros”. Los recibió el pasado mes de junio en su cuenta bancaria.

En un claro desprecio a la verdad, a través del secretario general de la Conferencia Episcopal Española, monseñor Luis Argüello, la Iglesia católica ibérica descartó investigar activamente los casos de abusos sexuales a menores cometidos por religiosos, una postura inquietante en un país en el que un millón y medio de niños estudian en escuelas de dicha confesión.

Es también un desprecio al reconocimiento que el Papa ha hecho de los errores de la Iglesia en el manejo de las denuncias de abuso, llamando a terminar con la negligencia frente a estos actos, y con los profundos procesos impulsados en otros países para conocer la verdad, erradicar esta lacra y reparar el daño a las víctimas.

La nula disposición de la cúpula clerical hispánica para esclarecer y subsanar los delitos sexuales perpetrados por sus integrantes no puede desvincularse del enorme poder económico e influencia política de que goza. En España la Iglesia católica se encuentra subvencionada por el Estado, tanto de manera directa como indirecta.

Según Europa Laica, el pago de salarios y costos sociales de las 19 mil personas que imparten esta religión en los centros educativos (quienes son designadas por los obispados, pero pagadas por el Estado) asciende a 600 millones de euros anuales; pero si se suman todas las subvenciones y exenciones fiscales, el aporte estatal asciende a 11 mil millones de euros al año, más de uno por ciento del producto interno bruto.

Más allá de lo financiero, su ascendiente entre la clase política es de tal envergadura, que el gobierno del presidente socialdemócrata Pedro Sánchez ha sido el primero en prescindir de biblias y crucifijos en su toma de posesión.

Mientras en Estados Unidos muchas diócesis han tenido que declararse en bancarrota por las indemnizaciones pagadas a los sobrevivientes de los abusos, en España apenas reconocen 220 episodios de este tipo de 2001 a la fecha.

La persistencia de estos subsidios pueden leerse como ejemplos de la impronta fascista que sigue viva en sectores de la institucionalidad y la ciudadanía españolas, como bien demuestran los índices de votación de formaciones velada o abiertamente franquistas, entre las que se cuentan el Partido Popular o Vox, señala el diario mexicano La Jornada.

Isabella Arria es periodista chilena residente en Europa, analista asociada al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE).

Tomado de: Resumen Latinoamericano

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