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Los equivocados “disidentes” cubanos. Por: Miguel Crispín Sotomayor*

La situación actual en España de los expresos “disidentes”, liberados por el Gobierno de Cuba, me recuerda, salvando la distancia, algunos versos del poema “Se equivocó la paloma” , de Rafael Alberti:

“Se equivocó la paloma. / Se equivocaba. / Por ir al Norte, fue al Sur. /Creyó que el trigo era agua. /Se equivocaba. /…”

Creyeron que por su trayectoria contrarrevolucionaria, como asalariados del gobierno de Los Estados Unidos y de la Unión Europea, recibirían un trato diferente al que Roma le daba a los traidores. Se equivocaron.

Creyeron, por sus “meritorios servicios”, que serían recibidos en España como héroes, y que continuarían recibiendo salario o al menos exorbitantes pensiones de sus patrones.

Se equivocaron.

No hubo recibiendo de héroes, ni siquiera de las “rutilantes estrellas” del firmamento artístico y literario que tanto los había estimulado cuando eran “disidentes” con empleo, ni hoteles cinco estrellas, ni pensiones, y tampoco subsidio como desempleados.

Hubo modestos moteles y centros para refugiados, donde también se alojaban, al decir de algunos de ellos ubicados en Málaga: “40 personas de otras culturas, la mayoría refugiados de África”, o sea: negros.

Hubo también ayuda monetaria, la que no recibían otros inmigrantes que sí eran perseguidos políticos, pero la consideraron insuficiente, porque no les permitía acceder a la soñada sociedad de consumo. Ayuda que los actuales gobernantes de España, sin tener en consideración los servicios que le brindaron cuando el Partido Popular estaba en la oposición, se ocuparon de cancelar. Se equivocaron.

Creyeron que podían protestar contra el gobierno español y la policía española los trataría como la de Cuba, de la que inventaron tantas mentiras y vivieron de ellas. Ahora sí fueron golpeados brutalmente y detenidos. Han conocido lo que es una verdadera represión policial, algo que nunca pudieron ver en Cuba. Se equivocaron.

Unos hablaron de huelga de hambre y otro se ha suicidado. ¿Dónde están los auto titulados “defensores de los derechos humanos”, de allá y de acá, que todavía no han iniciado alguna de sus conocidas campañas mediáticas en solidaridad con sus semejantes? ¡Cuánta hipocresía!

Soñaron y desearon ir al capitalismo y reniegan, como antes hicieron de su patria. Se equivocaron.

Fueron en busca de “libertad y democracia”, y también se equivocaron.

Están rabiosos, pero sería insultante compararlos con los Indignados, ellos son: Arrastrados.

Tampoco tienen relación alguna con la paloma equivocada de Rafael Alberti, me disculpo, ellos son buitres.

Si la terquedad no los enceguece, algún día podrán sacar sus propias conclusiones.

Tomado del blog: www.lasantamambisa.wordpress.com

*Santiago de Cuba, Cuba (1948) Ingeniero Agrónomo y Pecuario. Es Miembro de la Red Mundial de Escritores en Español (REMES), de Poetas del Mundo y de la Sociedad Mundial de Poetas. Poeta Fundador del Primer Museo de la Poesía Manuscrita, San Luís, Argentina. Director del Movimiento Cultural del Proyecto de Contra información ArgosIs-Internacional en la Red.

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Emplearán China y Rusia el Heberprot-P para pie diabético

Previamente a su aprobación y registro en China y Rusia, ambos países comenzarán este año a realizar las pruebas clínicas fase III del medicamento cubano Heberprot-P, único en el planeta capaz de cicatrizar la úlcera del pie diabético.

De acuerdo con precisiones hechas a Granma por el doctor Luis Herrera Martínez, director del Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología, tal decisión constituye una muestra del nivel de aceptación y efectividad del producto, con el cual miles de personas han evitado la amputación de alguna de sus extremidades inferiores.

Destacó que junto a China y Rusia, también se realizará el ensayo clínico fase III en un centenar de hospitales de la Unión Europea, con lo cual los científicos cubanos llegarán por primera vez a esta fase de investigación en países del llamado Primer Mundo.

Esta constituye –dijo- la indagación más grande acometida en el orbe para el tratamiento de la úlcera del pie diabético, propiciada por este producto desarrollado en el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología, de conjunto con el Instituto de Angiología y Cirugía Vascular.

Además de emplearse en más de 200 instituciones de salud en Cuba, el Heberprot-P, es utilizado por Argelia, Vietnam, Angola, Argentina, Uruguay, Ecuador, México, República Dominicana y Venezuela.

El doctor Herrera Martínez destacó igualmente que ya suman más de 70 mil las personas que han empleado este fármaco, que cuenta con patentes otorgadas en más de 40 países y 17 registros sanitarios, permiso de uso que conceden los ministerios o secretarías de salud pública de las naciones concernidas.

Tomado del blog: www.aucaencayohueso.wordpress.com

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Pastores por la Paz listos para rechazar presiones de EE.UU.

La XXIII Caravana Pastores por la Paz cruzará hoy la frontera de EE.UU. y México con ayuda humanitaria para Cuba, dispuesta a presionar al gobierno norteamericano si intenta impedir que la carga llegue a la isla.

Tamara Hansen, coordinadora de las comunidades de Vancouver en solidaridad con Cuba, en nota enviada a la AIN, refirió que los activistas no saben qué esperar de las autoridades estadounidenses luego de que el primero de julio les incautaron el equipo deportivo al cruzar la frontera con Canadá.

Para el cruce  “estamos decididos en llevar esta ayuda a nuestros hermanos y hermanas en Cuba”, expresa el mensaje.

La caravana va a desafiar el bloqueo impuesto a la Isla cruzando la frontera con México cargando 100 toneladas de ayuda humanitaria.

“Nuestra lucha seguirá hasta que pongan fin a este bloqueo inmoral, cruel e infructuoso impuesto por los EE.UU. a Cuba”, declaró a su vez el padre Luis Barrios, uno de los líderes del contingente solidario.

Indica la nota que Gail Walter, también al frente de la caravana, dijo que la Isla sigue cuidando a su población y ofreciéndole al mundo un ejemplo a pesar del cerco económico, y agregó que es tiempo de implementar una política exterior de pueblo a pueblo que respete la soberanía cubana.

Mientras los caravanistas cruzan la frontera denunciarán el tratamiento inhumano dado a los cinco luchadores antiterroristas injustamente encarcelados en EE.UU.

Luego la caravana viajará por México y llegará a La Habana el sábado 21 sin pedir una licencia o un permiso del gobierno estadounidense.

En la Isla, los activistas visitarán hospitales, centros culturales, iglesias y otras instituciones, y rendirán homenaje a Lucius Walker, fallecido en 2010 y fundador de la iniciativa que ya cumple dos décadas.

Tomado del blog: www.lasantamambisa.wordpress.com

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Diputados cubanos debatirán medidas de interés popular

Los diputados cubanos debatirán desde mañana viernes hasta el próximo domingo medidas de interés popular, en muchos casos vinculadas a la implementación de los Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido Comunista de Cuba.

Los análisis previos al IX Periodo Ordinario de Sesiones convocado para el lunes 23 de julio próximo son resultado de la labor desarrollada por cientos de legisladores y reflejan muchas de las opiniones recogidas en visitas a centros, consejos populares, localidades y reuniones de rendición de cuenta de los delegados.

El encuentro de los diputados con sus electores posibilitó arribar a la cita con una visión integral de los problemas más acuciantes del quehacer de la nación.

La Comisión para la Atención a los Servicios tiene programado pasar revista a la prevención y el enfrentamiento a las indisciplinas, ilegalidades, el delito y la corrupción; la gestión de la calidad, la protección al consumidor y la política de precios en la prestación de los servicios.

La de Industria y las Construcciones, centrará parte importante de su labor al tratar temas relacionados con la vivienda y los materiales con este fin, entre ellos, la marcha de los programas de mantenimiento, construcción, conservación y rehabilitación, y el sistema crediticio y de subsidios a la población.

Por su parte, la comisión Agroalimentaria tiene en agenda el cumplimiento del plan agropecuario, el sistema empresarial de la industria alimentaria; el desarrollo y resultados de la agricultura urbana y suburbana y las transformaciones que se ejecutan en la comercialización de productos agropecuarios.

La Comisión de Educación, Cultura, Ciencia y Tecnología evaluará la ejecución semestral de los planes y presupuestos de los ministerios de Educación, Educación Superior,Ciencia,Tecnología y Medio Ambiente y Cultura.

En tanto,la de Órganos Locales del Poder Popular deliberará en torno al Desarrollo Local y al trabajo comunitario integrado.

El cumplimiento de los planes de generación de electricidad, de consumo y portadores energéticos, el programa de rehabilitación de redes eléctricas, y el plan de medidas adoptado para garantizar la producción de petróleo y gas del país, serán tres de los asuntos que abordará la de Energía y Medio Ambiente.

En ese contexto, la Comisión para la Atención a la Juventud, La Niñez y la Igualdad de Derechos de la Mujer, dedicará su labor a los resultados de las visitas realizadas por los diputados a centros y comunidades de su esfera de atención.

La de Defensa Nacional, además de debatir de conjunto con otras comisiones temáticas de interés común como las ilegalidades, el delito y las indisciplinas sociales, entre otras, considerará el perfeccionamiento de las estructuras que atiende la Defensa.

Mientras, la Comisión de Relaciones Internacionales examinará la crisis económica y social de Europa y sus efectos colaterales para América Latina, en especial para Cuba y el cumplimiento del plan de acción para la liberación de cinco antiterroristas de la isla caribeña detenido en Estados Unidos desde 1998.

Tomado de la Agencia: www.prensa-latina.cu

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Líderes religiosos piden continuar rompiendo silencio sobre los Cinco. Por: José Aurelio Paz*

Los líderes religiosos que participan en el Seminario de empoderamiento para la diaconía en América Latina y el Caribe hispano, expresaron su clamor en continuar “levantando la solidaridad” por la liberación de los Cinco antiterroristas.

Al sostener un encuentro con familiares de los Cinco cubanos presos en cárceles norteamericanas por luchar contra el terrorismo, los líderes religiosos que participan en el Seminario de empoderamiento para la diaconía en América Latina y el Caribe hispano, expresaron su clamor en continuar “levantando la solidaridad” por la liberación de los Cinco antiterroristas.

Este evento es organizado por el Consejo Mundial de Iglesias (CMI), el cual culmina, este jueves, en el Seminario Evangélico de Teología de Matanzas.

Doctor Carlos Emilio Ham, ejecutivo del Consejo Mundial de Iglesias, junto a Elizabeth y Olga, esposas de Ramón y René, respectivamente

Elizabeth Palmeiro —esposa de Ramón Labañino— y Olga Salanueva —compañera de René González— explicaron, de manera pormenorizada, el caso de los Cinco y las violaciones legales en que ha incurrido el sistema judicial norteamericano, ante el plenario de esta reunión que viene celebrándose, desde el pasado domingo, con el propósito de capacitar a las iglesias de la región en la búsqueda de una justicia con paz a través del servicio, entendido este bajo el término teológico de diaconía.

La propia Elizabeth expresó que “aunque nos desgarramos, desde el punto de vista emocional, cada vez que relatamos todo lo que ellos han pasado, nosotras seguimos dando la batalla y no podemos callarnos, porque es la única manera de lograr que, finalmente, se haga justicia”.

Mientras que Olga, además de profundizar en la gran violación de los derechos humanos que constituye la libertad supervisada que sufre su esposo René en suelo norteamericano, dijo que cuando ya están agotados todos los recursos legales, ellas no van a renunciar a la poderosa y reconfortante solidaridad internacional, en tanto muchos organismos, religiosos y civiles, a nivel mundial, continúan pronunciándose en su vocación de acompañamiento para que sean liberados. Agregó que “Obama tiene la potestad de dejarlos libres. Además, Obama sabe que ellos son inocentes, no porque lo digamos nosotros, sino porque diversas entidades de los derechos humanos así lo han demostrado”.Por su parte, el honorable canónigo reverendo Odén Marichal, pastor episcopal y diputado a la Asamblea Nacional, se refirió a la llamada Plataforma Pastoral Cubana, fundada recientemente con el propósito de unificar a las siete religiones que existen en Cuba y sus denominaciones, con el afán común de darle acompañamiento pastoral a Antonio, René, Fernando, Gerardo y Ramón, y a sus familiares, “cuando ellos han sido inspiración de una cubanidad tan ecuménica e inclusiva, que nos reta y nos desafía a acompañarles en su lucha”, comentó.

También líderes de Centroamérica y el Caribe agradecieron, públicamente, el gesto de ambas mujeres de compartir su difícil experiencia y solicitaron continuar levantando la agenda a favor de los Cinco y sus familiares en los cónclaves más inmediatos, como es el caso de la Asamblea General del Consejo Latinoamericano de Iglesias (CLAI), que se celebrará el febrero próximo en Cuba, y la Décima Asamblea General del Consejo Mundial de Iglesias, que tendrá lugar en Busán, Corea del Sur, a finales de 2013.En el encuentro, además, se encontraba Caridad Diego Bello, jefa de la Oficina de Atención a los Asuntos Religiosos del Comité Central del Partido, y Teresa Rojas Monzón, miembro del Buró Provincial de esa entidad, entre otros funcionarios, así como también la doctora Ofelia Ortega, presidenta del CMI para América Latina y el Caribe y diputada al Parlamento cubano; el doctor Carlos Emilio Ham, quien ejecuta los programas de Diaconía en ese mismo organismo que agrupa las iglesias a nivel mundial, y el doctor Reinerio Arce, rector del Seminario Evangélico de Teología de Matanzas.

Tomado del blog: www.lasantamambisa.wordpress.com

*Periodista y escritor.

 

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(VIDEO) Entrevista a Javier Couso, hermano del camarógrafo asesinado en Iraq por tropas estadounidenses.

«Hay un reduccionismo de la realidad y los temas que están sobre el terreno son los que ponen los medios»

El 8 de abril de 2003 el disparo de un tanque estadounidense al Hotel Palestina, sede de la prensa Internacional durante la Guerra de Irak, acabó con la vida de dos periodistas. Uno de ellos fue José Couso, cámara de Telecinco, que falleció a causa de las heridas provocadas por el ataque en un hospital de Bagdad. El otro periodista fallecido fue Taras Protsyuk, que trabajaba para la agencia británica Reuters.

Desde esa fecha familiares, compañeros y amigos de José Couso no han dejado de luchar por hacer justicia. Javier, su hermano, activista antiguerra, nos iluminará con sus comentarios respecto a los medios de información, el uso y trato de las noticias, técnicas militares de estrategia y la situación actual.

Tomado del blog: www.hablandorepublica.blogspot.com.es

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Por un cine imperfecto. Por: Julio García Espinosa*

Hoy en día un cine perfecto -técnica y artísticamente logrado- es casi siempre un cine reaccionario.

La mayor tentación que se le ofrece al cine cubano en estos momentos -cuando logra su objetivo de un cine de calidad, de un cine con significación cultural dentro del proceso revolucionario- es precisamente la de convertirse en un cine perfecto.

El boom del cine latinoamericano -con Brasil y Cuba a la cabeza, según los aplausos y el visto bueno de la intelectualidad europea- es similar, en la actualidad, al que venía monodisfrutando la novelística latinoamericana.

¿Por qué nos aplauden? Sin duda se ha logrado una cierta calidad. Sin duda hay un cierto oportunismo político. Sin duda hay una cierta instrumentalización mutua. Pero sin duda hay algo más.

¿Por qué nos preocupa que nos aplaudan? ¿No está, entre las reglas del juego artístico, la finalidad de un reconocimiento público? ¿No equivale el reconocimiento europeo -a nivel de la cultura artística- a un reconocimiento mundial? ¿Qué las obras realizadas en el subdesarrollo obtengan un reconocimiento de tal naturaleza no beneficia al arte y a nuestros pueblos?

Curiosamente la motivación de estas inquietudes, es necesario aclararlo, no es sólo de orden ético. Es más bien, y sobre todo, estético, si es que se puede trazar una línea tan arbitrariamente divisoria entre ambos términos.

Cuando nos preguntamos por qué somos nosotros directores de cine y no los otros, es decir, los espectadores, la pregunta no la motiva solamente una preocupación de orden ético. Sabemos que somos directores de cine porque hemos pertenecido a una minoría que ha tenido el tiempo y las circunstancias necesarias para desarrollar, en ella misma, una cultura artística; y porque los recursos materiales de la técnica cinematográfica son limitados y, por lo tanto, al alcance de unos cuantos y no de todos. Pero ¿qué sucede si el futuro es la universalización de la enseñanza universitaria, si el desarrollo económico y social reduce las horas de trabajo, si la evolución de la técnica cinematográfica (como ya hay señales evidentes) hace posible que ésta deje de ser privilegio de unos pocos, qué sucede si el desarrollo del video-tape soluciona la capacidad inevitablemente limitada de los laboratorios, si los aparatos de televisión y su posibilidad de «proyectar» con independencia de la planta matriz, hacen innecesaria la construcción al infinito de salas cinematográficas? Sucede entonces no sólo un acto de justicia social; la posibilidad de que todos puedan hacer cine, sino un hecho de extrema importancia para la cultura artística: la posibilidad de rescatar, sin complejos, ni sentimientos de culpa de ninguna clase, el verdadero sentido de la actividad artística. Sucede entonces que podemos, entender que el arte es una actividad «desinteresada» del hombre. Que el arte no es un trabajo. Que el artista no es propiamente un trabajador.

El sentimiento de que esto es así, y la imposibilidad de practicarlo en consecuencia, es la agonía y, al mismo tiempo, el fariseísmo de todo el arte contemporáneo.

De hecho existen las dos tendencias. Los que pretenden realizarlo como una actividad «desinteresada» y los que pretenden justificarlo como una actividad «interesada». Unos y otros están en un callejón sin salida.

Cualquiera que realiza una actividad artística se pregunta en un momento dado qué sentido tiene lo que él hace. El simple hecho de que surja esta inquietud demuestra que existen factores que la motivan. Factores que, a su vez, evidencian que el arte no se desarrolla libremente. Los que se empecinan en negarle un sentido específico, sienten el peso moral de su egoísmo. Los que pretenden adjudicarle uno, compensan con la bondad social su mala conciencia. No importa, que los mediadores (críticos, teóricos, etc.) traten de justificar unos casos y otros. El mediador es para el artista contemporáneo su aspirina, su píldora tranquilizadora. Pero como ésta, sólo quita el dolor de cabeza pasajeramente. Es cierto, sin embargo, que el arte, como diablillo caprichoso, sigue asomando esporádicamente la cabeza en no importa qué tendencia.

Sin duda es más fácil definir el arte por lo que no es que por lo que es, si es que se puede hablar de definiciones cerradas no ya para el arte sino para cualquier actividad de la vida. El espíritu de contradicción lo impregna todo y ya nada ni nadie se dejan encerrar en un marco por muy dorado que éste sea.

Es posible que el arte nos dé una visión de la sociedad o de la naturaleza humana y que, al mismo tiempo, no se pueda definir como visión de la sociedad o de la naturaleza humana. Es posible que en el placer estético esté implícito un cierto narcisismo de la conciencia en reconocerse pequeña conciencia histórica, sociológica, sicológica, filosófica, etcétera y al mismo tiempo no basta esta sensación para explicar el placer estético.

¿No es mucho más cercano a la naturaleza artística concebirla con su propio poder cognoscitivo? ¿Es decir que el arte no es «ilustración» de ideas que pueden ser dichas por la filosofía, la sociología, la psicología?. El deseo de todo artista de expresar lo inexpresable no es más que el deseo de expresar la visión del tema en términos inexpresables por otras vías que no sean las artísticas. Tal vez su poder cognoscitivo es como el del juego para el niño. Tal vez el placer estético es el placer que nos provoca sentir la funcionalidad (sin un fin específico) de nuestra inteligencia y nuestra propia sensibilidad. El arte puede estimular, en general, la función creadora del hombre. Puede operar como agente de excitación constante para adoptar una actitud de cambio frente a la vida. Pero, a diferencia de la ciencia, nos enriquece en forma tal que sus resultados no son específicos, no se pueden aplicar a algo en particular. De ahí que lo podamos llamar una actividad «desinteresada», que podamos decir que el arte no es propiamente un «trabajo», que el artista es tal vez el menos intelectual de los intelectuales.

¿Por qué el artista, sin embargo, siente la necesidad de justificarse como «trabajador», como «intelectual», como «profesional», como hombre disciplinado y organizado, a la par de cualquier otra tarea productiva? ¿Por qué siente la necesidad de hipertrofiar la importancia de su actividad? ¿Por qué siente la necesidad de tener críticos? -mediadores- que lo defiendan, lo justifiquen, lo interpreten? ¿Por qué habla orgullosamente de «mis críticos»? ¿Por qué siente la necesidad de hacer declaraciones trascendentes, como si él fuera el verdadero intérprete de la sociedad y del ser humano? ¿Por qué pretende considerarse crítico y conciencia de la sociedad cuando -si bien estos objetivos pueden estar implícitos o aún explícitos en determinadas circunstancias- en un verdadero proceso revolucionario esas funciones las debemos de ejercer todos, es decir, el pueblo? ¿Y por qué entonces, por otra parte, se ve en la necesidad de limitar estos objetivos, estas actitudes, estas características? ¿Por qué al mismo tiempo, plantea estas limitaciones como limitaciones necesarias para que la obra no se convierta en un panfleto o en un ensayo sociológico? ¿Por qué semejante fariseísmo? ¿Por qué protegerse y ganar importancia como trabajador, político y científico (revolucionarios, se entiende) y no estar dispuestos a correr los riesgos de éstos?

El problema es complejo. No se trata fundamentalmente de oportunismo y ni siquiera de cobardía. Un verdadero artista está dispuesto a correr todos los riesgos si tiene la certeza de que su obra no dejará de ser una expresión artística. El único riesgo que él no acepta es el de que la obra no tenga una calidad artística.

También están los que aceptan y defienden la función «desinteresada» del arte. Pretenden ser más consecuentes. Prefieren la amargura de un mundo cerrado en la esperanza de que mañana la historia les hará justicia. Pero es el caso que todavía hoy la Gioconda no la pueden disfrutar todos. Debían de tener menos contradicciones, debían de estar menos alienados. Pero de hecho no es así, aunque tal actitud les dé la posibilidad de una coartada más productiva en el orden personal. En general sienten la esterilidad de su «pureza» o se dedican a librar combates corrosivos pero siempre a la defensiva. Pueden incluso rechazar, en una operación a la inversa, el interés de encontrar en la obra de arte la tranquilidad, la armonía, una cierta compensación, expresando el desequilibrio, el caos, la incertidumbre, lo cual, no deja de ser también un objetivo «interesado».

¿Qué es, entonces, lo que hace imposible practicar el arte como actividad «desinteresada»? ¿Por qué esta situación es hoy más sensible que nunca? Desde que el mundo es mundo, es decir, desde que el mundo es mundo dividido en clases, esta situación ha estado latente. Si hoy se ha agudizado es precisamente porque hoy empieza a existir la posibilidad de superarla. No por una toma de conciencia, no por la voluntad expresa de ningún artista, sino porque la propia realidad ha comenzado a revelar síntomas (nada utópicos) de que «en el futuro ya no habrá pintores sino, cuando mucho, hombres, que, entre otras cosas practiquen la pintura». (Marx).

No puede haber arte «desinteresado», no puede haber un nuevo y verdadero salto cualitativo en el arte, si no se termina, al mismo tiempo y para siempre, con el concepto y la realidad «elitaria» en el arte. Tres factores pueden favorecer nuestro optimismo: el desarrollo de la ciencia, la presencia social de las masas, la potencialidad revolucionaria en el mundo contemporáneo. Los tres sin orden jerárquico, los tres interrelacionados.
¿Por qué se teme a la ciencia? ¿Por qué se teme que el arte pueda ser aplastado ante la productividad y utilidad evidentes de la ciencia? ¿Por qué ese complejo de inferioridad? Es cierto que leemos hoy con mucho más placer un buen ensayo que una novela. ¿Por qué repetimos entonces, con horror, que el mundo se vuelve más interesado, más utilitario, más materialista? ¿No es realmente maravilloso que el desarrollo de la ciencia, de la sociología, de la antropología, de la psicología, contribuya a «depurar» el arte? ¿La aparición, gracias a la ciencia, de medios expresivos como la fotografía y el cine (lo cual no implica invalidarlos artísticamente) no hizo posible una mayor «depuración» en la pintura y en el teatro? ¿Hoy la ciencia vuelve anacrónico tanto análisis «artístico» sobre el alma humana? ¿No nos permite la ciencia librarnos hoy de tantos filmes llenos de charlatanerías y encu¬biertos con eso que se ha dado en llamar mundo poético? Con el avance de la ciencia el arte no tiene nada que perder, al contrario, tiene todo un mundo que ganar. ¿Cuál es el temor entonces? La ciencia desnuda al arte y parece que no es fácil andar sin ropas por la calle. La verdadera tragedia del artista contemporáneo está en la imposibilidad de ejercer el arte como actividad minoritaria. Se dice que el arte no puede seducir la cooperación del sujeto que hace la experiencia. Es cierto. ¿Pero qué hacer para que el público deje de ser objeto se convierta en sujeto?

El desarrollo de la ciencia, de la técnica, de las teorías y prácticas sociales más avanzadas, ha hecho posible, como nunca, la presencia activa de las masas en la vida social. En el plano de la vida artística hay más espectadores que en ningún otro momento de la historia. Es la primera fase de un proceso «deselitario». De lo que se trata ahora es de saber si empiezan a existir las condiciones para que esos espectadores se conviertan en autores. Es decir no en espectadores más activos, en coautores, sino en verdaderos autores. De lo que se trata es de preguntarse si el arte es realmente una actividad de especialistas. Si el arte, por designios extra-humanos, es posibilidad de unos cuantos o posibilidad de todos.

¿Cómo confiar las perspectivas y posibilidades del arte a la simple educación del pueblo, en tanto que espectadores? El gusto definido por la «alta cultura», una vez sobrepasado por ella misma, ¿no pasa al resto de la sociedad como residuo que devoran y rumian los no invitados al festín? ¿No ha sido ésta una eterna espiral convertida hoy, además, en círculo vicioso? El camp y su óptica (entre otras) sobre lo viejo, es un intento de rescatar estos residuos y acortar la distancia con el pueblo. Pero la diferencia es que el camp lo rescata como valor estético, mientras que para el pueblo siguen siendo todavía valores éticos.

Nos preguntamos si es irremediable para un presente y un futuro realmente revolucionarios tener «sus» artistas, «sus» intelectuales, como la burguesía tuvo los «suyos». ¿Lo verdaderamente revolucionario no es intentar, desde ahora, contribuir a la superación de estos conceptos y prácticas minoritarias, más que en perseguir in etemum la «calidad artística» de la obra? La actual perspectiva de la cultura artística no es más la posibilidad de que todos tengan el gusto de unos cuantos, sino la de que todos puedan ser creadores de cultura artística. El arte siempre ha sido una necesidad de todos. Lo que no ha sido es una posibilidad de todos en condiciones de igualdad. Simultáneamente al arte culto ha venido existiendo el arte popular.

El arte popular no tiene nada que ver con el llamado arte de masas. El arte popular necesita, y por lo tanto tiende a desarrollar el gusto personal, individual, del pueblo. El arte de masas o para las masas, por el contrario, necesita que el pueblo no tenga gusto. El arte de masas será en realidad tal, cuando verdaderamente lo hagan las masas. Arte de masas, hoy en día, es el arte que hacen unos pocos para las masas. Grotowski dice que el teatro de hoy debe ser de minorías porque es el cine quien puede hacer un arte de masas. No es cierto. Posiblemente no exista un arte más minoritario hoy que el cine. El cine hoy, en todas partes, lo hace una minoría para las masas. Posiblemente sea el cine el arte que demore más en llegar al poder de las masas. Arte de masas es, pues, el arte popular, el que hacen las masas. Arte para las masas es, como bien dice Hauser, la producción desarrollada por una minoría para satisfacer la demanda de una masa reducida al único papel de espectador y consumidora.

El arte popular es el que ha hecho siempre la parte más inculta de la sociedad. Pero este sector inculto ha logrado conservar para el arte características profundamente cultas. Una de ellas es que los creadores son al mismo tiempo los espectadores y viceversa. No existe, entre quienes lo producen y lo reciben, una línea tan marcadamente definida. El arte culto, en nuestros días, ha logrado también esa situación. La gran cuota de libertad del arte moderno no es más que la conquista de un nuevo interlocutor: el propio artista. Por eso es inútil esforzarse en luchar para que sustituya a la burguesía por las masas, como nuevo y potencial espectador. Esta situación mantenida por el arte popular, conquistada por el arte culto, debe fundirse y convertirse en patrimonio de todos. Ese y no otro debe ser el gran objetivo de una cultura artística auténticamente revolucionaria.

Pero el arte popular conserva otra característica aún más importante para la cultura. El arte popular se realiza como una actividad más de la vida. El arte culto al revés. El arte culto se desarrolla como actividad única, específica, es decir, se desarrolla no como actividad sino como realización de tipo personal. He ahí el precio cruel de haber tenido que mantener la existencia de la actividad artística a costa de la inexistencia de ella en el pueblo. ¿Pretender realizarse al margen de la vida no ha sido una coartada demasiado dolorosa para el artista y para el propio arte? ¿Pretender el arte como secta, como sociedad dentro de la sociedad, como tierra prometida, donde podamos realizarnos fugazmente, por un momento, por unos instantes, no es crearnos la ilusión de que realizándonos en el plano de la conciencia nos realizamos también en el de la existencia? ¿No resulta todo esto demasiado obvio en las actuales circunstancias? La lección esencial del arte popular es que éste es realizado como una actividad dentro de la vida, que el hombre no debe realizarse como artista sino plenamente, que el artista no debe realizarse como artista sino como hombre.

En el mundo moderno, principalmente en los países capitalistas desarrollados y en los países en proceso revolucionario, hay síntomas alarmantes, señales evidentes que presagian un cambio. Diríamos que empieza a surgir la posibilidad de superar esta tradicional disociación. No son síntomas provocados por la conciencia, sino por la propia realidad. Gran parte de la batalla del arte moderno es, de hecho, para «democratizar» el arte. ¿Qué otra cosa significa combatir las limitaciones del gusto, el arte para museos, las líneas marcadamente divisorias entre creador y público? ¿Qué es hoy la belleza? ¿Dónde se encuentra? ¿En las etiquetas de las sopas Campbell, en la tapa de un latón de basura, en los «muñequitos»? ¿Se pretende hoy hasta cuestionar el valor de eternidad en la obra de arte? ¿Qué significan esas esculturas, aparecidas en recientes exposiciones, hechas de bloques de hielo y que, por consecuencia, se derriten mientras el público las observa? ¿No es -más que la desaparición del arte- la pretensión de que desaparezca el espectador? No existe un afán por saltar la barrera del arte «elitario» en esos pintores que confían a cualquiera, no ya a sus discípulos, parte de la realización de la obra? ¿No existe igual actitud en los compositores cuyas obras permiten amplia libertad a los ejecutantes? ¿No hay toda una tendencia en el arte moderno de hacer participar cada vez más al espectador? Si cada vez participa más, ¿a dónde llegará? ¿No dejará, entonces, de ser espectador? ¿No es éste o no debe ser éste, al menos, el desenlace lógico? ¿No es ésta una tendencia colectivista e individualista al mismo tiempo? Si se plantea la posibilidad de participación de todos, ¿no se está aceptando la posibilidad de creación individual que tenemos todos? Cuando Grotowski habla de que el teatro de hoy debe ser de minorías, ¿no se equivoca? ¿No es justamente lo contrario? ¿Teatro de la pobreza no quiere decir en realidad teatro del más alto refinamiento? Teatro que no necesita ningún valor secundario, es decir, que no necesita vestuario, escenografía, maquillaje, incluso, escenario. ¿No quiere decir esto que las condiciones materiales se han reducido al máximo y que, desde ese punto de vista, la posibilidad de hacer teatro está al alcance de todos? ¿Y el hecho de que el teatro tenga cada vez menos público no quiere decir que las condiciones empiezan a estar maduras para que se convierta en un verdadero teatro de masas? Tal vez la tragedia del teatro sea que ha llegado demasiado temprano a ese punto de su evolución.

Cuando nosotros miramos hacia Europa nos frotamos las manos. Vemos a la vieja cultura imposibilitada hoy para dar una respuesta a los problemas del arte. En realidad sucede que Europa no puede ya responder en forma tradicional, y, al mismo tiempo, le es muy difícil hacerlo de una manera enteramente nueva. Europa ya no es capaz de darle al mundo un nuevo «ismo» y no está en condiciones de hacerlos desaparecer para siempre. Pensamos entonces que ha llegado nuestro momento. Que al fin los subdesarrollados pueden disfrazarse de hombres «cultos». Es nuestro mayor peligro. Esa es nuestra mayor tentación. Ese es el oportunismo de unos cuantos en nuestro continente. Porque, efectivamente, dado el atraso técnico y científico, dada la poca presencia de las masas en la vida social, todavía este continente puede responder en forma tradicional, es decir, reafirmando el concepto y la práctica «elitaria» en el arte. Y tal vez entonces la verdadera causa del aplauso europeo a algunas de nuestras obras, literarias y fílmicas, no sea otra que la de una cierta nostalgia que provocamos. Después de todo el europeo no tiene otra Europa a quien volver los ojos. Sin embargo, el tercer factor, el más importante de todos, la Revolución, está presente en nosotros como en ninguna otra parte. Y ella sí es nuestra verdadera oportunidad. Es la Revolución lo que hace posible otra alternativa, lo que puede ofrecer una respuesta auténticamente nueva, lo que nos permite barrer de una vez y para siempre con los conceptos y prácticas minoritarias en el arte. Porque es la Revolución y el proceso revolucionario lo único que puede hacer posible la presencia total y libre de las masas. Porque la presencia total y libre de las masas será la desaparición definitiva de la estrecha división del trabajo, de la sociedad dividida en clases y sectores. Por eso, para nosotros la Revolución es la expresión más alta de la cultura, porque hará desaparecer la cultura artística como cultura fragmentaria del hombre.

Para ese futuro cierto, para esa perspectiva incuestionable, las respuestas en el presente pueden ser tantas como países hay en nuestro continente. Cada arte, cada manifestación artística, deberá hallar la suya propia, puesto que las características y los niveles alcanzados no son iguales.

¿Cuál puede ser la del cine cubano en particular?

Paradójicamente pensamos que será una nueva poética y no una nueva política cultural. Poética cuya verdadera finalidad será, sin embargo, suicidarse, desaparecer como tal. La realidad, al mismo tiempo, es que todavía existirán entre nosotros otras concepciones artísticas (que entendemos, además, productivas para la cultura) como existen la pequeña propiedad campesina y la religión. Pero es cierto que en materia de política cultural se nos plantea un problema serio: la escuela de cine. ¿Es justo seguir desarrollando especialistas de cine? Por el momento parece inevitable. ¿Y cuál será nuestra eterna y fundamental cantera? ¿Los alumnos de la Escuela de Artes y Letras de la Universidad? ¿Y no tenemos que plantearnos desde ahora si dicha Escuela deberá tener una vida limitada? ¿Qué perseguimos con la Escuela de Artes y Letras? ¿Futuros artistas en potencia? ¿Futuro público especializado? ¿No tenemos que irnos preguntando si desde ahora podemos hacer algo para ir acabando con esa división entre cultura artística y cultura científica? ¿Cuál es el verdadero prestigio de la cultura artística? ¿De dónde le viene ese prestigio que, inclusive, le ha hecho posible acaparar para sí el concepto total de cultura? ¿No está basado, acaso, en el enorme prestigio que ha gozado siempre el espíritu por encima del cuerpo? ¿No se ha visto siempre a la cultura artística como parte espiritual de la sociedad y a la científica, como su cuerpo? ¿El rechazo tradicional al cuerpo, a la vida material, a los problemas concretos de la vida material, no se debe también a que tenemos el concepto de que las cosas del espíritu más elevadas, más elegantes, más serias, más profundas? ¿No podemos, desde ahora, ir haciendo algo para acabar con esa artificial división? ¿No podemos ir pensando desde ahora que el cuerpo y las cosas del cuerpo son también elegantes, que la vida material también es bella? ¿No podemos entender que, en realidad, el alma está en el cuerpo, como el espíritu en la vida material, como -para hablar inclusive en términos estrictamente artísticos- el fondo en la superficie, el contenido en la forma? ¿No debemos pretender entonces que nuestros futuros alumnos y, por lo tanto, nuestros futuros cineastas sean los propios científicos (sin que dejen de ejercer como tales, desde luego), los propios sociólogos, médicos, economistas, agrónomos, etc.? ¿Y por otra parte, simultáneamente, no debemos intentar lo mismo para los mejores trabajadores de las mejores unidades del país, los trabajadores que más se estén superando educacionalmente, que más se estén desarrollando políticamente? ¿Nos parece evidente que se pueda desarrollar el gusto de las masas mientras exista la división entre las dos culturas, mientras las masas no sean las verdaderas dueñas de los medios de producción artística? La Revolución nos ha liberado a nosotros como sector artístico. ¿No nos parece completamente lógico que seamos nosotros mismos quienes contribuyamos a liberar los medios privados de producción artística? Sobre estos problemas, naturalmente, habrá que pensar y discutir mucho todavía.

Una nueva poética para el cine será, ante todo y sobre todo, una poética «interesada», un arte «interesado», un cine consciente y resueltamente «interesado», es decir, un cine imperfecto. Un arte «desinteresado», como plena actividad estética, ya sólo podrá hacerse cuando sea el pueblo quien haga el arte. El arte hoy deberá asimilar una cuota de trabajo en interés de que el trabajo vaya asimilando una cuota de arte.
La divisa de este cine imperfecto (que no hay que inventar porque ya ha surgido) es: «No nos interesan los  problemas de los neuróticos, nos interesan los problemas de los lúcidos», como diría Glauber Rocha.

El arte no necesita más del neurótico y de sus problemas. Es el neurótico quién sigue necesitando del arte, quien lo necesita como objeto interesado, como alivio, como coartada o, como diría Freud, como sublimación de sus problemas. El neurótico puede hacer arte pero el arte no tiene por qué hacer neuróticos. Tradicionalmente se ha considerado que los problemas para el arte no están en los sanos, sino en los enfermos, no están en los normales sino en los anormales, no están en los que luchan sino en los que lloran, no están en los lúcidos sino en los neuróticos. El cine imperfecto está cambiando dicha impostación. Es al enfermo y no al sano a quien más creemos, en quien más confiamos, porque su verdad la purga el sufrimiento. Sin embargo el sufrimiento y la elegancia no tienen por qué ser sinónimos. Hay todavía una corriente en el arte moderno -relacionada, sin duda, con la tradición cristiana- que identifica la seriedad con el sufrimiento. El espectro de Margarita Gautier impregna todavía la actividad artística de nuestros días. Sólo el que sufre, sólo el que está enfermo, es elegante y serio y hasta bello. Sólo en él reconocemos las posibilidades de una autenticidad, de una seriedad, de una sinceridad. Es necesario que el cine imperfecto termine con esta tradición.

El cine imperfecto halla un nuevo destinatario en los que luchan. Y, en los problemas de éstos, encuentra su temática. Los lúcidos, para el cine imperfecto, son aquellos que piensan y sienten que viven en un mundo que pueden cambiar, que, pese a los problemas y las dificultades, están convencidos que lo pueden cambiar y revolucionariamente. El cine imperfecto no tiene, entonces, que luchar para hacer un «público». Al contrario. Puede decirse que, en estos momentos, existe más «público» para un cine de esta naturaleza que cineastas para dicho «público».
¿Qué nos exige este nuevo interlocutor? ¿Un arte cargado de ejemplos morales dignos de ser imitados? No. El hombre es más creador que imitador. Por otra parte, los ejemplos morales es él quien nos los puede dar a nosotros. Si acaso puede pedirnos una obra más plena, total, no importa si dirigida conjunta o diferenciadamente, a la inteligencia, a la emoción o a la intuición. ¿Puede pedirnos un cine de denuncia? Sí y no. No, si la denuncia está dirigida a los otros, si la denuncia está concebida para que nos compadezcan y tomen conciencia los que no luchan. Sí, si la denuncia sirve como información, como testimonio, como un arma más de combate para los que luchan. ¿Denunciar el imperialismo para demostrar una vez más que es malo? ¿Para qué si los que luchan ya luchan principalmente contra el imperialismo? Denunciar al imperialismo pero, sobre todo, en aquellos aspectos que ofrecen la posibilidad de plantearse combates concretos. Un cine, por ejemplo, que denuncie a los que luchan los pasos perdidos de un esbirro que hay que ajusticiar, sería un excelente ejemplo de cine-denuncia.

El cine imperfecto entendemos que exige, sobre todo, mostrar el proceso de los problemas. Es decir, lo contrario a un cine que se dedique fundamentalmente a celebrar los resultados. Lo contrario a un cine autosuficiente y contemplativo. Lo contrario a un cine que «ilustra bellamente» las ideas o conceptos que ya poseemos. (La actitud narcisista no tiene nada que ver con los que luchan). Mostrar un proceso no es precisamente analizarlo. Analizar, en el sentido tradicional de la palabra, implica siempre un juicio previo, cerrado. Analizar un problema es mostrar el problema (no su proceso) impregnado de juicios que genera a priori el propio análisis. Analizar es bloquear de antemano las posibilidades de análisis del interlocutor. Mostrar el proceso de un problema es someterlo a juicio sin emitir el fallo. Hay un tipo de periodismo que consiste en dar el comentario más que la noticia. Hay otro tipo de periodismo que consiste en dar las noticias pero valorizándolas mediante el montaje o compaginación del periódico. Mostrar el proceso de un problema es como mostrar el desarrollo propio de la noticia, sin el comentario, es como mostrar el desarrollo pluralista -sin valorizarlo- de una información. Lo subjetivo es la selección del problema condicionada por el interés del destinatario, que es el sujeto. Lo objetivo sería mostrar el proceso, que es el objeto.

El cine imperfecto es una respuesta. Pero también es una pregunta que irá encontrando sus respuestas en el propio desarrollo. El cine imperfecto puede utilizar el documental o la ficción o ambos. Puede utilizar un género u otro o todos. Puede utilizar el cine como arte pluralista o como expresión específica. Le es igual. No son éstas sus alternativas ni sus problemas, ni mucho menos sus objetivos. No son éstas las batallas ni las polémicas que le interesa librar.
El cine imperfecto puede ser también divertido. Divertido para el cineasta y para su nuevo interlocutor. Los que luchan no luchan al margen de la vida sino dentro. La lucha es vida y viceversa. No se lucha para «después» vivir. La lucha exige una organización que es la organización de la vida. Aún en la fase más extrema como es la guerra total y directa, la vida se organiza, lo cual es organizar la lucha. Y en la vida, como en la lucha, hay de todo, incluso la diversión. El cine imperfecto puede divertirse, precisamente, con todo lo que lo niega.

El cine imperfecto no es exhibicionista en el doble sentido literal de la palabra. No lo es en el sentido narcisista; ni lo es en el sentido mercantilista, es decir, en el marcado interés de exhibirse en salas y circuitos establecidos. Hay que recordar que la muerte artística del vedetismo en los actores resultó positiva para el arte. No hay por qué dudar que la desaparición del vedetismo en los directores pueda ofrecer perspectivas similares. Justamente el cine imperfecto debe trabajar, desde ahora, conjuntamente, con sociólogos, dirigentes revolucionarios, sicólogos, economistas, etc. Por otra parte el cine imperfecto rechaza los servicios de la crítica. Considera anacrónica la función de mediadores e intermediarios.

Al cine imperfecto no le interesa más la calidad ni la técnica. El cine imperfecto lo mismo se puede hacer con una Mitchell que con una cámara de 8 mm. Lo mismo se puede hacer en estudio que con una guerrilla en medio de la selva. Al cine imperfecto no le interesa más un gusto determinado y mucho menos el «buen gusto». De la obra de un artista no le interesa encontrar más la calidad. Lo único que le interesa de un artista es saber cómo responde a la siguiente pregunta: ¿Qué hace para saltar la barrera de un interlocutor «culto» y minoritario que hasta ahora condiciona la calidad de su obra?
El cineasta de esta nueva poética no debe ver en ella el objeto de una realización personal. Debe tener, también desde ahora, otra actividad. Debe jerarquizar su condición o su aspiración de revolucionario por encima de todo. Debe tratar de realizarse, en una palabra, como hombre y no sólo como artista. El cine imperfecto no puede olvidar que su objetivo esencial es el de desaparecer como nueva poética. No se trata más de sustituir una escuela por otra, un ismo por otro, una poesía por una antipoesía, sino de que, efectivamente, lleguen a surgir mil flores distintas. El futuro es del folklore. No exhibamos más el folklore con orgullo demagógico, con un carácter celebrativo, exhibámoslo más bien como una denuncia cruel, como un testimonio doloroso del nivel en que los pueblos fueron obligados a detener su poder de creación artística. El futuro será, sin duda, del folklore. Pero, entonces, ya no habrá necesidad de llamarlo así porque nada ni nadie podrá volver a paralizar el espíritu creador del pueblo.

El arte no va a desaparecer en la nada.
Va a desaparecer en el todo.

Tomado de la Revista Cine Cubano No. 140

* Nace en La Habana el 5 de septiembre de 1926. Desde muy joven trabaja como director y actor de teatro vernáculo y, más tarde, dirige programas radiales. Fue Presidente de la Sección de Cine de la Sociedad Cultural Nuestro Tiempo. Autor, junto a otros cineastas de El Mégano, considerado como el antecedente del nuevo cine cubano. Participó en la creación del Grupo Teatro Estudio. Al triunfo de la Revolución, es Jefe de la Sección de Arte de la Dirección de Cultura del Ejército Rebelde. Allí se realizan los primeros documentales de la Revolución: Esta tierra nuestra y La Vivienda. Como teórico de cine, entre sus obras se destaca Por un cine imperfecto. Estudió dirección cinematográfica en el Centro Sperimentale di Cinematografía de Roma. Fue Fundador del ICAIC y la UNEAC, así como Viceministro de Cultura. En el ICAIC, ha trabajado como Director de Cine, Director de la Producción Cinematográfica, Director de la Empresa de Estudios Cinematográficos y Vicepresidente del Instituto. En la década del 80, fue Presidente del ICAIC y del Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano. Ha impartido seminarios y conferencias sobre cine y medios de comunicación en diversos países. Ha sido uno de los promotores del Nuevo Cine Latinoamericano.

 

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Las nuevas plataformas de difusión del documental. Por: César Cortez Méndez*

Tradicionalmente, el género documental tuvo menos exposición al gran público en comparación con las películas de drama o comedia. Firmes pilares de esta tendencia son la prevalencia de temas “complicados” y criterios comerciales a la hora de distribuir.

Las cosas están cambiando. Donde antes había una actividad valiosa pero limitada, existe ahora un provechoso intercambio cultural a nivel masivo que trae consigo la inclusión de millones de personas que antes tenían negado el acceso oportuno a información y conocimientos vitales para el entendimiento del mundo que les rodea.

Autores y entusiastas del documental se están conectando en internet para compartir las películas y discutir sus temas. Adicionalmente, otros aportes tecnológicos añaden leña al fuego. El abaratamiento en el costo de la producción cinematográfica, permite que cada vez se hagan más y mejores documentales sin que sea necesario un gran negocio repleto de complicados intereses.

La historia del mundo que conocemos hoy y que será recordado mañana, la están registrando sus propios protagonistas mediante la grabación y concatenación de imágenes y sonidos. El documental es parte vital de la memoria de una época y es una forma predominante de expresión del pensamiento vivo. Su conservación y difusión se encuentra entre los deberes que exige la preservación del patrimonio cultural.

Son varios los colectivos e instituciones que desde distintas perspectivas confluyen en el objetivo de conservar el documental y difundirlo gracias a los avances tecnológicos. www.freedocumentaries.org  se dedica a ofrecer gratuitamente documentales de corte político. Se ven como una respuesta a la monopolización de la comunicación masiva por parte de los grandes poderes económicos. En su presentación, explican. “Creemos que los grandes medios practican la autocensura e ignoran muchas fuentes y eventos históricos. Debido a que suelen distorsionar e ignorar cierta información es difícil tener una visión exacta de los problemas, incluso cuando se hace un seguimiento a las noticias. Sitios como el nuestro son un balance necesario ante los medios corporativos y una industria dominada por intereses especiales”.

http://www.docsonline.tv  apuesta a mostrar una visión más diversa del mundo a través del documental. Por el precio cercano a los nueve euros mensuales ponen a disposición un catálogo en crecimiento. Según explican, las ganancias se dividen a partes iguales entre los autores y los creadores de la página. “Promovemos el intercambio irrestricto de puntos de vista. Algunas de las películas que ofrecemos se le grabarán en un segundo, otras tardarán algún tiempo más en ser procesadas, pero cada una de ellas le permitirá ver el mundo con otros ojos y experimentar la vida desde otra perspectiva.”, señalan en la página.

Aunque gratuito, www.documentary24.com , se maneja en un orden de ideas similar. “Nuestro objetivo es recopilar los mejores documentales que están en internet y distribuirlos gratuitamente. Todos los documentales pueden ser vistos sin tener que registrarse o descargar archivos. Esta página no genera ganancias, es para colaborar con la educación intelectual de quien vea las películas”.

Por su parte http://documentary.net  se enfoca en los atractivos del documental de distintos órdenes frente a la rutinaria programación de las grandes cadenas. También propone una clasificación, bastante influida por las nuevas formas de distribución: cortometrajes para ser vistos en el viaje de regreso del trabajo en autobús o el tren, mediometrajes para cuando la rutina diaria deja algo de tiempo al estudio de temas algo más profundos y largometrajes que deben ser vistos en la tranquilidad del computador personal o el televisor de casa.

Derechos Vs. Derechos

Con respecto al conflicto entre los derechos de autor y los derechos de libre acceso a la información y el conocimiento, sitios como, http://www.moviesfoundonline.com/documentaries.htm y los ya mencionados http://documentary.net/ y www.documentary24.com encontraron una fórmula viable de facilitar la libre difusión de las ideas sin mayores problemas. En lugar de almacenar las películas, únicamente redireccionan las que ya están en la red. De esta manera se evitan los problemas de derechos de autor, debido a que la responsabilidad es de quienes alojan las películas en sus servidores y no de quien la redireccionan o las ven.

No se trata de una manera de burlar la ley, sino de hacer accesibles a la gran mayoría los recursos culturales que se encuentran desperdigados en el ciberespacio. Varios foros internacionales en materia de derechos de autor, diferencian claramente entre la radiodifusión masiva de material por medio de un trasmisor activo y la puesta disposición de contenido en internet. Igualmente, sitios como YouTube son cada vez más diligentes en la atención de los reclamos en la materia.

En América Latina www.curtadoc.tv de Brasil representa la experiencia pionera de difusión del documental bajo este modelo, mientras que www.docuven.org.ve está entre los primeros en el ámbito del mundo de habla hispana.

Otros sitios al estilo http://onebigtorrent.org  facilitan la conexión directa entre usuarios, tecnología conocida bajo el nombre de P2P o peer to peer. En cambio, Documentary-log.com propone el mismo servicio a cambio descargar un software para visualizar las películas y direcciones como http://www.prelinger.com  permiten la descarga directa de archivos libres de restricciones legales.

Muchas de las opciones de servicio público de exhibición del documental funcionan bien pero otras aun necesitan optimizarse. En cualquier caso, apenas representan las iniciativas de corte académico y de interés cultural. Desde hace tiempo, a lo largo y ancho de internet, existen sitios no autorizados que recurren a las mismas tecnologías para intercambiar todo tipo de archivos. Las nuevas redes de distribución del documental ya funcionan y cada día empujan a la industria cultural hacia un modelo de funcionamiento totalmente distinto.

Tomado de la publicación: www.rebelion.org

* Cineasta. Gerente de Comunicaciones. Escuela de Cine Documental de Caracas

 

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El crítico, el primero entre sus iguales. Por: Ambrosio Fornet*

Publiqué mi primer libro de cuentos, A un paso del diluvio, a finales del año 58 en Barcelona y regresé a Cuba a mediados del 59. Al hacerlo me encontré con que todos mis amigos, gente con la que me relacionaba sobre todo a través de Lunes —suplemento cultural del periódico Revolución—, escribían cuentos y novelas. Nadie escribía críticas, era como una especie de género despreciado. Pero yo era un lector voraz con capacidad de leerme el original de una novela en una noche y llegar al otro día con el texto lleno de marcas. Se dieron cuenta de que era la persona que estaban esperando y me convertí, sin quererlo, en crítico de mi generación. Tanto es así, que Leonardo Padura decía: “Si el libro no lo ha leído Ambrosio, no va a salir, porque no hay autor en Cuba que se atreva a publicar un texto sin que él lo lea previamente”. Entonces acabé haciendo críticas todo el tiempo y me olvidé de la narrativa.

Esa es una razón; la otra, que no la siento tan importante, era que escribía bajo la influencia de Kafka y otras lecturas que incluían hasta el Kamasutra y la literatura hindú. Escribía cuentos muy metafísicos, de espiritualidad retorcida y desconcertada. Luego, cuando llegué aquí, me encontré con otro mundo, uno donde se vivía con las puertas abiertas. Hice, y esto lo he dicho alguna vez, lo que no me quedó más remedio: poner los pies en la tierra; porque tuve la sensación de haber estado flotando durante mucho tiempo en torno a mi búsqueda, la de una temática, de una manera de decir, de narrar. Entonces, me puse a escribir los cuentos que aparecen en Yo no vi ná y otras indagaciones.

El primero de ellos, “Yo no vi ná”, es sobre un niño idiota —evidentemente ahí está la huella de Faulkner— que vive detrás del cuartel de Bayamo y por la mañana, al salir a la letrina, ve cómo matan a uno de los asaltantes. Y no quiere de ninguna manera que se sepa, por eso insiste al final del cuento: “Yo no vi ná, yo no vi ná”. Por tanto, estaba escribiendo un tipo de cuento muy ligado a la realidad, había cambiado de orientación temática, sin llegar a escribir literatura vernácula tradicional, me enfoqué en personajes y sucesos que se desarrollaban en el plano real. Después nunca más escribí cuentos, centré todo mi interés en la ensayística y la crítica.

Somos los críticos los que organizamos el concepto de literatura. A veces me resulta difícil explicarme por qué no hacemos periódicamente ese tipo de revisiones y hacemos un diagnóstico. Existen los críticos, existe la posibilidad de que nos paguen por una colaboración y, sin embargo, no se hace. El gremio no se permite discrepar de sus miembros. Esto es lo que habría que explicarse.

Durante mucho tiempo encontré las razones en la propia situación creada en los 70. Muchos de nosotros, jóvenes en esos años, constituíamos un grupo, llamado los liberales, frente a otro grupo, que parecía tener mucho poder, nombrado los dogmáticos. Mientras hubo una especie de equilibrio entre liberales y dogmáticos, con cierto predominio de nuestro lado, no hubo problemas. Pero cuando se dio el vuelco y nos dimos cuenta de que los dogmáticos habían tomado el poder, se hizo un pacto interno, por tanto, no nos atacábamos entre nosotros, cerramos filas. Funcionó lo que pudiéramos llamar la psicología del gremio. Quizá así empezó la situación y después esta posición resultaba más cómoda.

Ahora no se encuentran críticas de libros en la prensa. La verdad es que el oficio tampoco es tan estimulante por todos los problemas que implica; pero siempre han existido profesionales de la crítica en los periódicos y las revistas.

Nosotros, en el periódico Revolución, teníamos un grupo que dirigía Jaime Sarusky, integrado por Edmundo Desnoes, César López, Mario Trejo y yo. Hacíamos reseñas de libros utilizando pseudónimos, y ahí se decía lo que uno pensaba. Fue una bonita experiencia periodística, porque no solo se hacían críticas, éramos un equipo y a cada uno le tocaba una tarea distinta cada semana. Por ejemplo, si hoy yo hacía crítica de libros, la semana próxima debía hacer una sobre una exposición de pintura, después una de cabaret. Por cierto, recuerdo que hice una reseña muy divertida sobre la Caperucita Roja interpretada por Juana Bacallao en el Salón Rojo del hotel Capri, uno de los espectáculos más alucinantes que ustedes se puedan imaginar.

Intentábamos evitar la especialización para que no ocurriera que el crítico de pintura solo hablara de pintura, y el de cine solo hablara de cine; se trataba de darle otro lenguaje a la reseña, a la crítica, para abrirla a un público más amplio. Entonces, el tipo de crónica o reseña que hacía sobre una exposición de pintura, la hacía con mi vocabulario, con mis preocupaciones y con mi visión, que se acercaba más a la del lego. Ese fue un intento bonito que duró varios meses y del cual quedaron varios trabajos publicados.

Nos resultó muy refrescante. Claro, hay que dar por descontado que uno tenía una cultura general, no era crítico de pintura, pero había visto el Museo del Prado, el Museo de Arte Moderno de Nueva York y el Louvre. Sabía lo que eran “Las meninas”, “La Gioconda” y también sabía quién era Jackson Pollock. Es decir, era un lego, pero no un ignorante, por tanto, se daba una especie de equilibrio. Era el lenguaje utilizado lo que me daba la posibilidad de la comunicación. Mi criterio no era tan elaborado como el de un crítico de arte, pero sí bastante lúcido.

Muchas ventajas ofrece acercarse a una materia artística de la que no se es especialista porque empieza a enriquecer la mirada, pones énfasis en ciertos detalles que antes pasabas por alto. Todo esto ocurre porque se intenta comunicar una determinada experiencia estética y al principio cuesta trabajo, porque no tienes el vocabulario técnico desarrollado ni el hábito de esa escritura y estás pensando todo el tiempo: “tengo la cultura; pero no la capacidad de comunicación con el otro”, y se trataba de un rotograbado que tiraba 200 mil ejemplares, y uno quería llegar a ese público. Formaba parte de una estrategia de desarrollo cultural que nosotros asumíamos como nuestra. Veíamos que el público iba creciendo porque ya no se topaba con esas crónicas de especialista que insoportables, salvo cuando aparecen en revistas especializadas. La gente quiere entender lo que está leyendo y que se pongan a su altura, aunque un poco por encima. Es lo que tradicionalmente se dice del crítico, los latinos expresaban: primum inter paris, o sea, el primero entre sus iguales. Se trata de un diálogo, creo que esta palabra “diálogo” es la que mejor resume esas aspiraciones: establecer una comunicación con el público.

Fragmento de Encuentro con Ambrosio Fornet. “El primero entre sus iguales”, que se realizó en febrero de 2012.

Tomado de la publicación: www.lajiribilla.cu

* Crítico literario, ensayista, editor y guionista de cine. Ha sido durante varias décadas uno de los críticos más notables e influyentes de la narrativa cubana.

Nació en Veguitas de Bayamo, en 1932. Al terminar el bachillerato comienza a trabajar en un banco y publica su primer ensayo en 1953 -sobre Martí- en El Bancario. De 1957-1959 vivió en Europa y en los Estados Unidos.

Realizó estudios de Literatura norteamericana en New York University y de Cultura Hispánica en la Universidad Central de Madrid. Después de una incursión en la narrativa, comienza a escribir –a partir de 1964- crítica literaria, género en el cual ha publicado cinco libros, entre ellos un importante panorama de la cuentística cubana en la República: En blanco y negro. Desde entonces, hasta sus más recientes trabajos de relectura y recuperación de los autores cubanos de la diáspora, ha desplegado una labor de indudable repercusión para la cultura nacional, en que no han faltado sonadas polémicas. Síntoma de su influencia crítica es el hecho de que diversos términos acuñados por él ―tales como «literatura de campaña» o «quinquenio gris»― forman parte de nuestro acervo o desatan reflexiones que perduran por décadas.

Fruto de una investigación de años ―en la que rescató documentos inéditos y una copiosa bibliografía especializada-― es su más ambicioso proyecto, dedicado al movimiento editorial cubano, el desarrollo de la imprenta y su base económica, los problemas de producción, circulación y recepción del libro en la sociedad colonial y los círculos de emigrados: El libro en Cuba; siglos XVIII y XIX.

Durante veinte años (1960-1980) se vincula al movimiento editorial cubano, desempeñándose como editor del Ministerio de Educación, la Editorial Nacional y el Instituto Cubano del Libro. A lo largo de este tiempo, renovó las viejas colecciones ya creadas y fundó otras nuevas, poniendo al alcance del lector cubano lo mejor de la literatura de vanguardia del siglo XX. También realizó traducciones y bajo su dirección se editaron algunas de las más valiosas antologías de cuentos en nuestra lengua.

Ha sido guionista (su más conocido guión, el de la película «Retrato de Teresa») y asesor de guiones en el Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográficos, e impartió cursos y talleres sobre Guión y Dramaturgia, tanto en Cuba como en el extranjero.

Al inaugurarse la Escuela Internacional de Cine y Televisión de San Antonio de los Baños, fundada por Gabriel García Márquez, Fornet se hace cargo de un proyecto editorial y de la edición de varios volúmenes sobre dramaturgia cinematográfica. Paralelamente, ha sido jurado de varios premios internacionales. Entre ellos, del Premio Casa de las Américas en los años 1964, 1970, 1974, 1979 y 1989 respectivamente. También, del III Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana, en 1981. En 1993, participó en la selección de los Premios Nacionales de Literatura, Colcultura en Colombia. Y en 1998, del Premio Sor Juana Inés de la Cruz en Guadalajara, México.

Bibliografía activa

A un paso del diluvio (cuentos). Barcelona: Ediciones Rumbos, 1958.

En tres y dos. La Habana: Ediciones R, 1964.

En blanco y negro. La Habana: Instituto Cubano del Libro, 1967.

El libro en Cuba; Siglos XVIII y XIX. La Habana: Editorial Letras Cubanas, 1994.

Las máscaras del tiempo. La Habana: Editorial Letras Cubanas, 1995.

La coartada perpetua. México: Siglo Veintiuno Editores,2002.

Carpentier o La ética de la escritura. La Habana: Ediciones UNIÓN, 2006.

Las trampas del oficio. La Habana: Ediciones ICAIC,2007.

El otro y sus signos. Santiago de Cuba: Editorial Oriente, 2009.

Narrar la Nación. Ensayos en blanco y negro. La Habana, Editorial Letras Cubanas, 2009.

A título personal.Editorial Letras Cubanas.2010

Ha sido antólogo y/o prologuista de los volúmenes

Relatos, de Franz Kafka. La Habana, 1964.

Poemas al Che. La Habana: Instituto del Libro, 1969.

Antología del cuento cubano contemporáneo. México: ERA, 1967.

Cuentos de la Revolución cubana. Santiago de Chile: Colección Letras de América, 1971.

Cuentos, de Tomás Carrasquilla. La Habana: Casa de las Américas, 1973.

Valoración múltiple de Mario Benedetti. La Habana: Casa de las Américas, 1976.

Máximo Gómez, Obras escogidas. La Habana: Editorial Letras Cubanas, 1979.

Cine, literatura y sociedad. La Habana: Editorial Letras Cubanas, 1982.

Memorias de Lola María, de María de Dolores Ximeno y Cruz. La Habana: Editorial Letras Cubanas, 1983.

Alea: una retrospectiva crítica. La Habana: Editorial Letras Cubanas,1987. (2ª ed., 1998).

Cómo se cuenta un cuento, de Gabriel García Márquez. Bogotá: Editorial Voluntad, 1995 (2ª ed., Madrid, 1997).

La bendita manía de contar, de Gabriel García Márquez. Madrid: Ollero & Ramos Editores, 1998.

Bridging Enigma: Cubans on Cuba. The South Atlantic Quarterly (SAQ). Special Issue. Durham, NC, EE.UU. Winter 1997.

Memorias recobradas. Introducción al discurso literario de la diáspora. Santa Clara: Ediciones Capiro, 2000.

Acerca de Roberto Fernández Retamar. La Habana: Editorial Letras Cubanas, 2001.

Palma y Morilla: Dos novelas cubanas. México: UNAM, 2004.

Notas biográficas tomadas de: www.ecured.cu

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Cosas que nunca nadie nos había dicho. Por: Pascual Serrano*

Reseña “¡Viva la desobediencia! Elogio del refractario”

El profesor de Ciencias Políticas Jorge Verstrynge se ha incorporado al tsunami de los indignados con un libro que, aunque subtitula como Elogio del refractario, más podría ser una llamada a rebato en formato panfleto, en el buen sentido del término. Como en tantas otras ocasiones Vestrynge presenta razonamientos polémicos y provocadores para los seguidores de cualquier ideología. Estoy convencido de que pocos lectores estarán al cien por cien de acuerdo con todas las tesis que defiende Verstrynge en el libro. Sin embargo, menos todavía serán los que no se pondrán a pensar y a replantearse muchos prejuicios después de leerle. Lo fácil hoy es escribir algo contra gobernantes, bancos y multinacionales, con lo que una gran mayoría de ciudadanos estén de acuerdo. Lo difícil es provocar alguna reflexión más profunda, más atípica, que nos aporte algún argumento nuevo a nuestras posiciones, otro con el que discrepamos frontalmente y, algún otro más, que nos haga pensar si no tiene algo de razón quien sugiere alguna idea que hasta ahora nunca habíamos compartido.

No le falta radicalidad e ironía a Verstrynge a lo largo de las pocas páginas de este libro. Como cuando sugiere que los gobiernos deberían haberle dicho a los bancos: “O me dan un nuevo préstamos con un interés decente, o no solo no les pido ese nuevo préstamo, sino que además no les devuelvo el anterior. Si quieren, embárguenme el patrimonio real y llévenselo con rey dentro y todo, más una cuantas iglesias vacías”.

En otros temas escandalizará a la izquierda bienpensante, a la que acusa de adoptar el principio de que “el débil siempre tiene razón por el mero hecho de serlo”. Así nuestro autor en lugar de defender la inmigración como una experiencia de enriquecimiento y mestizaje cultural, que es lo que hacen algunos progresistas desde sus urbanizaciones donde los únicos inmigrantes son los jardineros y las asistentas, afirma que quien se beneficia de la inmigración es la patronal mientras que los costes sociales de los inmigrantes acaban siendo financiados por las clases más modestas que ven cómo deben repartir con ellos los servicios sociales, sanitarios o educativos. ¿Que suena a Le Pen? Pues quizás sea verdad y por eso los obreros franceses votan a Le Pen y no a una izquierda que les pide solidaridad con los inmigrantes sin antes haber ampliado las plazas en los colegios y el número de camas en los hospitales.

Su siguiente razonamiento controvertido es la defensa del proteccionismo económico. Si nos viéramos obligados a absorber nuestros excedentes de producción no habría más remedio que subir los salarios para impulsar la demanda interna. Además las fábricas se recolocarían en las zonas donde se consumen los productos (más ecológico) y se terminaría con esta subasta a la baja de los costes laborales que es la globalización.

Ya lo advertimos, ideas polémicas para hacernos pensar.

Verstrynge, Jorge. “¿Viva la desobediencia! Elogio del refractario”. Península, 2011.

Tomado del blog: www.pascualserrano.net

*Nacido en Valencia (España) el año 1964. Se licenció en Periodismo en 1993 en la Universidad Complutense de Madrid. Se inició en el periodismo trabajando en el diario español ABC. Fue fundador y redactor jefe de la revista Voces, editada por la organización política Izquierda Unida.

Sus trabajos se han desarrollado tras sus viajes por México, Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua, Colombia, Venezuela, Cuba, Argentina, Bolivia, Iraq, Jordania y Líbano.

En 1996 fundó junto con un grupo de periodistas la publicación electrónica Rebelión (www.rebelion.org), que hoy funciona como diario alternativo en Internet.

Durante 2006 y 2007 fue asesor editorial de Telesur, un canal de televisión promovido por Venezuela con la participación de Cuba, Argentina, Uruguay y Bolivia, que pretende ser un modelo de comunicación contrapuesto a los medios dominantes del primer mundo.

Es miembro fundador de la Red de Intelectuales y Artistas en Defensa de la Humanidad, creada en México en 2004.

Colabora habitualmente en una decena de publicaciones españolas y latinoamericanas sobre temas de comunicación y política internacional, entre ellas, el diario Público, el mensual Le Monde Diplomatique, el quincenal Diagonal o la revista cultural cubana La Jiribilla.

Es coautor de los libros “Periodismo y crimen”“Washington contra el mundo” y compilador de “Mirando a Venezuela”.

A principios de 2006 publicó ”Perlas. Patrañas, disparates y trapacerías en los medios de comunicación” editado en España por El Viejo Topo. En Cuba y Venezuela se editó una versión adaptada: “Juego Sucio. Una mirada a la prensa española”.

En la actualidad es miembro del consejo de redacción de las revistas Mundo Obrero, El Otro País y Pueblos, donde colabora habitualmente.

En febrero de 2007 fue Primer Premio del Concurso Internacional de ensayo “Pensar a contracorriente”, por su trabajo “Violencia y medios de comunicación”, convocado por el Instituto Cubano del Libro, el Ministerio de Cultura de Cuba y la Editorial Ciencias Sociales.

En septiembre de 2007 publica “Perlas 2. Patrañas, disparates y trapacerías en los medios de comunicación”, con prólogo de Alfonso Sastre y epílogo de Ignacio Ramonet. En mayo de 2008 publica en España “Medios violentos. Palabras e imágenes para el odio y la guerra”, (Editorial El Viejo Topo. Barcelona Mayo 2008) del que existía una versión anterior en Venezuela escrita con Santiago Alba. La versión española se reeditaría en Venezuela por el Ministerio de Comunicación e Información en Junio de 2008 y al año siguiente por la Universidad Bolivariana de Venezuela. Posteriormente se publicaría en Ecuador (Ciespal) y Cuba (Editorial José Martí).

En marzo de 2009 publica con la asociación de solidaridad Cubainformación, Conjura contra Cuba, un libro sólo disponible a través de las organizaciones de solidaridad con Cuba (distribucion@cubainformacion.tv ).

En junio de 2009 publica Desinformación. Cómo los medios ocultan el mundo (Península), con prólogo de Ignacio Ramonet. Esta obra recibió una de las cinco menciones honoríficas del Premio Libertador 2009.

En febrero de 2010 fue galardonado con la distinción Félix Elmuza, que otorga la Unión de Periodistas de Cuba (UPEC) en casos excepcionales a periodistas no cubanos.

En abril de 2010 publica “El periodismo es noticia. Tendencias sobre comunicación en el siglo XXI”. Icaria.

En diciembre de 2010 publica “Traficantes de información. La historia oculta de los grupos de comunicación españoles”. Foca. Noviembre 2010

En Mayo de 2011 publica “¿El mejor de los mundos? Un paseo crítico por lo que llaman ‘democracia’”. Icaria. Junio 2011

Su último libro es “Contra la neutralidad. Tras los pasos de John Reed, Ryzard Kapuścińsky, Edgar Snow, Rodolfo Walsh y Robert Capa” (Península, 2011)

 

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