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La humanidad en tres tiempos

Los bárbaros que todo lo confían a la fuerza y a la violencia,

nada construyen, porque sus simientes son de odio.

José Martí

El presente

Otra oleada de guerra se aferra como pilotes a esta tierra que agoniza de dolor, ante proyectiles hincados como clavos. Balas, misiles y aviones teledirigidos van cercenando la vida de hombres y mujeres inocentes en guerras fratricidas, por la conquista de kilómetros de desiertos para la usurpación de miles de millones de toneladas de petróleo, “necesarios” para garantizar el estado de bienestar del norte. Monigotes y mercenarios se suman a esta “fiesta”, que presagia dolor, muerte, mutilados, vejaciones y odios, más odios para esta tierra que no soporta “un clavo” más.

Desde esa aritmética, la tierra es de los que viven “desde ese lado del planeta”. Es ese norte euro centrista, anglosajón, yanqui. Es el norte de la “democracia y la libertad de expresión”, “el norte del civismo y la cultura de pasarela”. El norte del glamour y el reality show. Es el norte de la porra y los antidisturbios mandatados para callar la palabra, la expresión inconforme, o el acento expresado en tono mayor. Es el norte que vigila sigiloso tras bambalinas, las voces inconformes y descarriadas de su propio patio.

Es el norte que “dicta las reglas del juego” y decide a quien hay que aplastar o a quién hay juzgar en algún tribunal internacional, porque resulta incomodo, porque ya no conviene, o porque tiene la valentía y el coraje de enfrentar a ese norte, que no es geográfico, que no es estacionario, mucho menos es parte de esa machacona terminología de ser el “primer mundo”.

El norte del que yo hablo es un norte mental. Este es un norte etéreo, aséptico, insípido, trasnochado. Se para ante “su balcón” y mira a ver cómo está “su jardín”, para ver si hay alguna mala hierba que cortar o algún arbusto legendario que el paso de los años le ha corroído las raíces. El inquilino de este norte diría: – “Lo mejor es podarlo ¡de una puta vez!, para sembrar la sombrilla de plástico y lona, que tanto ansiaba tener”

Esta “defunción”, le ha servido de pretexto para la nueva compra. Ese norte quiere sembrar cientos, miles, millones de sombrillas pues “los brazos de sol le molestan”, pues padece de fotofobia… y es que sigue amaneciendo.

El norte mira por el enrejado de su casa -con asombro-, cómo “está de revuelto el sur”. A fin de cuentas, cuando “los chicos se ponen malcriados”, despliegan a sus “soldados patriotas” y a los contratistas del genocidio, para “poner las cosas en su lugar”. – “No hay mejor ejercicio de civismo y nueva cultura que recomponer el Sur con las recetas del Norte”, -sentencia el inquilino del balcón-, el “coleccionista de sombrillas”.

El pasado

Quién no se acuerda del “gran” Cristóbal Colón que nos “descubrió” la ruta para la conquista y la “civilización”, para llegar a donde estaban esos pobres “indios”. Después de todo “los españoles de bien” los educamos, les enseñamos a vestir, a calzar, a tener una religión, ¡como Dios manda! A los rebeldes había que eliminarlos, son las reglas de la civilización. Ya sé que nos apropiamos del oro, pero es que fuimos unos adelantados. – “Estábamos instaurando las bases de un nuevo orden internacional en materia de comercio internacional”.

Estuvimos en Irak, ahora somos parte de las fuerzas de ocupación de Afganistán y no podría faltar Libia. El premio Nobel de la Paz, Barack Obama nos ha convocado a una nueva guerra, a una nueva cruzada, ¡la gran cruzada! La guerra es por la toma del oro negro, por la cúspide del desarrollo y el estado bienestar.

“Nuestros ciudadanos nos exigen” estar a la altura de las circunstancias. Ahora nuestro enemigo viste de Suriyah, son de piel morena que emerge curtida por los soles de infinitos desiertos y habitan en estructuras tribales. ¡A por ellos! Mañana podría ser otro país, siempre habrá “alguna oveja descarriada” que encarrilar.

El futuro

El futuro es una ventana llena de luz y de bosques eternos, donde el amor y la sabia de los hombres ¡Unidos! lo han de cultivar con la palabra. El futuro es tu ventana y mi puerta, que se abre para los dos y que ha de estar abierta -para todos-, siempre.

Mientras ese sueño se hornea, la guerra espera por nosotros. Habrá que ponerle los pies, habrá que taparle los huecos y hundirla entre el atolladero de cloacas y alcantarillados, de donde nunca podrá salir. Nos toca aplastarla con nuestros pies, -con nuestras manos-, con esas mismas manos con que tocas el amor de una mujer cuando está encendida por los sueños.

El futuro ha de ser de hombres cultos y mujeres cultas, capaces de hacer de su voz un pliego de verdades, de sustantivos hechos. Nuestras manos están secuestradas, nuestras voces son pálidas adjetivaciones diluidas en metáforas de plásticos que lo tapan todo.

La verdad ha de estar en el eje de nuestras miradas y tendrá que emerger rompiendo esas sombrillas, las que el inquilino nos quiere imponer para que no veamos el sol… y sigue amaneciendo.

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Monólogo interior de la danza

La pitonisa se desvistió, despojándose de sus velos de follajes con sabor a tundra escarbada en la fatigosa parábola del regazo. La luz abrigaba sus senos de afilados farallones, revelando su verdadera inquietud abigarrada por el encendido sol de los aplausos.

El margen discurría tras esa relación donde el público es una suma de follajes silvestres. Dispuestos a quebrar el cansancio para hacer de esa noche un recorrido que apunta interminable.

Era un tiempo donde la vidente exhibía aguafuertes nevados. Como mágica sombra arropaba todo el escenario con la profecía de la pregunta. La palabra estaba dada en ese largo transitar de aplausos gregorianos que subyugan la metáfora del sol. En cada puesta pilotaba hacia el poniente, revisando el recorrido del silencio para construir ese libreto escrito contra la ruptura del sentido común.

El espectáculo estaba hecho, la libertad de sus pasos recorría en soliloquio las grietas del proscenio bajo las vibraciones de metáforas atemperadas para el discurso.

La gestualidad contenida daba paso a un maquillaje impreciso. Los cercos escritos como límites profanos servían de parada para delimitar cada acto. El escenario tan solo contenía luz y alegorías. Un fondo seco servía de mampara en cada estación, donde el milagro de hacer una nueva puesta tenía raíz y tronco curtido desde el cimiento de la tarde, de esa tarde escurridiza.

Los cercos de los aplausos rotos, transpiraban degustadas palabras por esa relación donde cada acto tiene un significado de cobertizo. La pitonisa danzaba por el atolladero de puentes, iluminados por la fuga de lámparas mojadas.

Escribía péndulos con su gestualidad de sonrisas mudas, que siempre escarba en la sien de los que saben apreciar el sentido del ritmo, la sabia de los versos y la quietud de los vocablos llenos.

Al final del acto, descargó una reverencia justo en el borde de la grieta más cercana al escenario, donde la mirada se confunde con el espejo que delimita esa relación de dos o de muchos. Antes de hacer puertas dejó un verso escrito con esa misma palabra muda, que desde el principio servía de sabia, confesión y letargo.

Se evaporó por un extremo de la misma mampara que la abrigó desde el principio del acto. Sin dejar rastro, sembró voces de atril y música con sabor a legumbres.

La pitonisa iluminó versos con sus manos de artesana, pastó el descanso de sones con curvas dejadas al azar y se marchó hacia otros escenarios, con el mismo pretexto de siempre: iluminar la mirada de los que aún no conocen el sabor de los sueños.

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(VIDEO) La “chabolista” Tele K tuvo su concierto

La noche anticipaba un teatro lleno. Poco antes de las 8 de la tarde la sala Marcelino Camacho de CC.OO. presumía de un público que atizaba los hornos de la cuesta con ganas de oír canciones iluminadas y poemas traídos para ser compartidos, -justo- al borde del escenario.

Son esos poemas que la canción encumbra y hace palabras de todos. Son esos textos y reflexiones –entre canción y canción-, que los cantautores saben entregar para poblar de ideas y sueños el sentido de la vida.

El escenario exhibía la delgadez de los micrófonos y un atril que fue compartido por los “arriesgados” dispuestos a darlo todo. Una luz de compañía y un público eran los eternos observadores. Eran espectadores venidos de muchas partes, de muchas horas. Y es que la solidaridad no tiene carreteras cuando de abrazos se trata.

La cita empezó poco después de la hora señalada, con un Luis Pastor que destronaba alegría rebosada ante un espacio dimensionado que su estatura de hombre de Vallecas, le pareció suficiente para desatar los sueños y hacer preguntas que aún están sin responder. Habló de su infancia Vallecana y sus ganas de hacer canción. Le cantó a sus colegas y al barrio obrero donde nació, que sigue siendo un baluarte donde las utopías son posibles.

Le cedió la “palabra” a Pedro Pastor, un joven de delgada estatura que aflojó lo “ceremonioso” de la velada, para hacer “su trova” rapeando o rockeando los textos que traía bajo su guitarra. Una guitarra que grajeaba acentos y fusiones para procurarle a su canto un aire fresco, renovador y exaltado. La herencia de su padre –Luis Pastor-, se ve clarificada en los contenidos de sus canciones que son continuidad, pero con “aires de otra vuelta”.

El gran Pepe Tarduchi, quién tenía a su cargo hacer de “Maestro de ceremonias”, no desaprovechó la ocasión para arremeter contra los bancos, con argumentos sobrados y urgentes, donde la ironía y el humor son esenciales a la hora de construir el sentido de un discurso.

Venido de Andalucía y asentado en Madrid se presentó Manuel Cuesta. Otro joven que habló de la guerra, de su inutilidad y del amor. ¿Por qué no del amor?

Sobre Cuesta el poeta Miguel A Ortega Lucas sentenciaba: “Quienes ya conozcan a Manuel Cuesta, y sepan de lo que es capaz, La vida secreta de Peter Parker no será más que la deslumbrante confirmación de un talento en el punto exacto de madurez. Quienes tengan la fortuna de descubrirlo ahora, no sólo encontrarán a un cantautor arropado por los mejores ecos del pop-rock español y anglosajón, sino a un contador de historias con voz de niebla adolescente que nos invita a deshacer, generoso, todas nuestras maletas llenas de lluvia y fotos viejas. De arena de playa y esperanza”.

Validas estas afirmaciones sobre este “provocador de la escena”, quién dejó claro –ante el público-, su capacidades para hacer historias con las mismas habilidades que hace canción de autor. Su talento pasa por dominar la guitarra y la imprescindible poética, que ha de ser la protagonista –en estos tiempos- de los sueños rotos.

Ismael Serrano se presentó con su peculiar voz, estableciendo un dialogante discurso del recuerdo cuando era parte del colectivo de Tele K. No desde la nostalgia más bien de la necesidad de hacer de esos sueños –hechos realidad- sueños presentes. Era su época como conductor del programa “Cualquier noche puede salir el sol”, que se dedicó a promover a los cantautores de aquella época. Serrano en sus temas “habló” de la memoria histórica, de Violeta y Nicanor Parra, a los que tuvo tiempo para la dedicatoria.

Luis Eduardo Aute cerró la velada. Como los grandes sacó su afilada guitarra y empezó a repartir canciones y reflexiones entre tantos acordes. Sin darle mayor quietud al escenario, su aguda voz y su talento de artista universal, dejó para el final su antológica “Al alba”. Declinó de su guitarra, para cantarla a capela donde la fuerza de ese acto simbólico estremeció a los allí presentes. Todos se fueron cargados de ilusión, de arte –el de los cantautores- y de nuevas ideas traídas para la ocasión.

La estatura de este esencial artista iluminó la sabia y el espíritu de los hombres y mujeres que colmaron la sala esa noche. La fuerza de su canto y su palabra breve pero grande, fueron el puntillazo final para salir –todos- con los “leños encendidos”

Al final de la velada cada uno de los presentes recogió su parte de canción, su pedazo de poema, su reflexión apremiante. En tan poco espacio se vertieron los sueños, las denuncias y las preguntas marcadas para una epopeya de vida que parece larga.

Con la mirada, el gesto, el tono y la música, estos cantautores supieron dejarlo todo. Fueron repartidas las esperanzas y las ganas de seguir haciendo por un mundo mejor. Estas serán las motivaciones que nos han de hacer asistir ante veladas como estas. Ante el hecho de ayer que se multiplique la canción de autor.

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(VIDEO) La Biblioteca de Zaidín está de luto

Siempre que muere alguna parte o un todo de la cultura se nublan los sentidos. Cultura no es ese objeto inamovible que destila mediocridad, desasosiego, indiferencia. La cultura es esa fuerza que lo une todo, para encumbrar los versos de la vida con “genuinos aplausos multiplicados”.

Nadie puede vivir sin la cultura y me refiero a la esbelta educación, al civismo colectivo o a esa bondad que es enseñar y dar educación de valores, de magisterio.

La cultura es parte esencial de todos. Para llegar a ese estadio humano es impostergable poblarse de libros, de palabras llenas, de “primeras” adjetivaciones y sustantivos textos que fortalezcan nuestro peregrinar por la vida.

Sin la bondad de los libros nuestro camino será árido, nuestra mente permanecerá frágil y cabalgará a contrapelo. Vamos levitando entre la ineptitud y la ingenuidad tardía. Es la fuerza de los libros lo que nos hacen ser hombres plenos y mujeres altivas. No hay libertad posible sin el “dialogo” con la lectura, sin la palabra escrita.

Somos aprendices de sus bondades y sus ingenios. Solo seremos libres cuando hayamos cultivado una interminable relación de dos. El “arte de la vida” está en las catedrales de los libros, en los templos de la palabra escrita, en las bibliotecas donde se han de atesorar los infinitos textos de la historia y del tiempo, para ser compartidos entre todos.

España, Granada y Zaidín están de luto. La noticia del cierre de la biblioteca de este pueblo, es un atentando a la cultura popular. Es una bofetada a los más nobles valores asociados al pleno ejercicio de la educación. Al compromiso de hacer que cada hombre y mujer de este planeta, sean –cada día más-, hombres de estos tiempos.

Anular el acceso al conocimiento, significa castigar con azotes embrutecedores las bondades de la palabra viva.

Son estas palabras para expresar mi solidaridad con los pobladores de Zaidín, que luchan frontalmente contra las “autoridades” de esa comarca ante el desprecio por la más elevada y genuina cultura: el libro.

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Kaosenlared, Cuba y los “clavados al ordenador”

Mis colaboraciones con Kaosenlared se iniciaron en febrero de este año. Esta “nueva experiencia” se desarrolló -en paralelo- con otras publicaciones de izquierdas en España como La República Cultural, Tercera Información, Rebelión y Prensa Indígena, esta última de México. Otras colaboraciones pretéritas con el periódico Diagonal han formado parte de este abanico de retroalimentar y retroalimentarme.

Cubainformación.TV incluyen dentro de la sección “Cuba” algunos artículos, reseñas o crónicas de mi autoría relacionados con una política editorial, destinada a romper el cerco mediático contra la Revolución Cubana.

La escritura y su inserción en los medios alternativos se ha convertido en una necesidad permanente de compartir ideas, reflexiones y argumentos. Son tiempos donde los medios son la herramienta impostergable del gran debate en torno al futuro de la humanidad. Son los llamados a sustituir la brutalidad y la prepotencia de las guerras, que persisten como el “único dialogo posible”.

Desde mi punto de vista –como la de muchos otros colaboradores- la nula voluntad de los países de occidente, agrupados –reitero una vez más- en la organización terrorista y genocida de la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte), los han convertido en “los elegidos” a instrumentar la política de sus “Embajadores de Buena Voluntad”, ante un planeta que urge de paz.

Mi labor en estos medios está centrada en promover la cultura iberoamericana, donde el cine documental constituye el principal eje de mi trabajo, pero no el único.

Sin alejarme de este GRAN TEMA, he desarrollado –desde la entrevista-, una serie sobre las televisoras comunitarias, de izquierdas y altermundistas de España. Otra dedicada al video clip cubano (Apuntes sobre Video Clip Cubano) que continuará por tiempo indefinido. Una tercera nacida para “reinterpretar” –si cabe-, la obra de uno de los más grandes músicos cubanos de todos los tiempos, Silvio Rodríguez.

Sin respirar, “me engancho” en apoyar a los Video Activista de “Nuestras Voces en Movimiento”, de Catalunya. En breve me adentraré en una serie de entrevistas titulada, “Dialogar Trovando”, que aspira a exponer una selección de cantautores españoles que desarrollan una obra poética con “textos pensantes” que amerita redimensionar.

Este ejercicio de permanente intercambio de ideas revolucionarias y progresistas, me permite contrastar y conocer otras miradas, otros puntos de vista en torno a los más diversos temas, donde Cuba es –para mí- un asunto de primer orden.

En este “desarrollar haciendo”, contenidos tan genéricos como la cultura, el hombre y la sociedad, o la mujer han ocupado mi tiempo con textos “puntuales” nacidos por circunstancias muy diversas.

Una reciente reflexión escrita por mi titulada: Mal empiezas “Don Mariano”, nació a partir de las declaraciones prepotentes –propias de un “Emperador”-, del recién electo Presidente de España Marianao Rajoy, quién se atribuye deseos y aspiraciones que son únicamente voluntad de los cubanos y de nuestro gobierno. En sus declaraciones destilaba “aires de grandeza” propias de las rancias monarquías.

Obviamente soy un hombre de la Revolución Cubana. Mis ideas, apuntes y reflexiones sobre Cuba, expresan la meridiana voluntad de defenderla de los que la atacan. Esos que tienen la peregrina aspiración de convertirla en lo que fue antes del triunfo de la Revolución Cubana de enero de 1959. Un gran consorcio para el juego. Una isla para saciar apetencias sexuales. Un refugio de narcotraficantes con delirios de matones y banqueros. Un país de esbirros y torturadores plegados a la voluntad de los gobiernos de turno de los Estados Unidos.

Los que sueñan con esa Cuba están condenados a la derrota. La “labor” de mercenarios exige resultados para la paga y el imperio se desespera. Cuba sigue siendo y seguirá siendo un país libre, soberano e independiente. Una nación socialista y martiana.

La impotencia de los gobernantes y sus asalariados, atados a sus jefes (los mercados, las bolsas de valores, los sistemas financieros, la banca y otras “delicatesen”) los ubica como testigos directos de una crisis sistémica del capitalismo. La disfrazan como democracia, como estado de bienestar. Están atados y enterrados a un carro del que no pueden salir. Ser asalariados del imperio implica eternas dependencias para ser arrimados al sepelio de sus ideas fascistas, de sus retrogradas mentalidades.

Estas reflexiones la reconduzco hacia “los comentarios de Kaosenlared”, que en su diseño estructural, incluye la opción de que cada lector pueda opinar sobre los artículos que cada día, le dan cuerpo a la publicación.

Obviamente no soy el único que defiende a la Revolución Cubana. Otros compañeros y compañeras de Cuba, España y de otras latitudes aportan sus textos que ameritan nuestra máxima atención.

Es muy sintomático y a la vez conocido, que contra Cuba se desata una verdadera aberración. Un permanente ataque que aspira a denigrarla ante la opinión internacional. Obviamente este es un asunto mucho más complejo como para entrar en detalles en pocas cuartillas.

En estos espacios de Kaosenlared, se desatan toda una serie de debates donde la izquierda tiene un mayor peso en cuanto a contenidos, cuando se trata de defender el proceso revolucionario cubano. Es evidente la permanente presencia de la izquierda revolucionaria en los comentarios de esta publicación, que participa activamente en torno a los diversos debates que suscitan los textos.

Otros “comentaristas” que no califico -pues no son personas públicas o conocidas- pues se presentan con seudónimos o apodos, -supongo que para preservar su identidad-, se enzarzan en una confrontación que parte de la provocación. Usan términos denigrantes, groseros, e incluso amenazantes contra los que defendemos la Revolución Cubana. Obviamente duermo muy bien todos los días, dedico muchas horas –cada día- a múltiples asuntos que no solo son las colaboraciones con estos medios. Tengo un sueño relajado y placentero. Para mi suerte, con dormir seis horas es suficiente.

Pero lo más importante de esta reflexión, es el calibre de los que emprenden –desde los comentarios de kaosenlared-, una “cruzada” que parece -o eso pretenden- amedrentar a los Revolucionarios de Cuba y del mundo.

Ese lenguaje desesperado, “de mal aliento”, con ínfulas de prepotencia –las mismas que utilizó “Don Mariano” en sus declaraciones, es lo que caracteriza a estos personajillos que parecen ser los mismos de cada día. Andan “clavados” al ordenador, haciendo –reitero- compilaciones de palabras, que nacen de la cobardía. Responden a un modelo de argumentaciones recicladas. Son párrafos o frases cortas sin ninguna aportación sustanciosa como para quitarse el sueño, para prestarle atención.

Algunos compañeros que se incorporan a los debates, le exigen al colectivo editorial de Kaosenlared la anulación de estos “textos” claramente contrarrevolucionarios. Desde mi punto de vista, es bueno que la izquierda revolucionaria vea el calado moral que caracteriza a los que hacen de sus “tardes de gloria”, empantanados ante el ordenador.

El asunto de los términos y usos del lenguaje pasan por las ofensas o insinuaciones claramente retrogradas, propias del período franquista. Donde el machismo y la xenofobia -aún presentes en España y en otras regiones de América Latina- son dos de sus banderas.

En un texto que hice titulado, “Oleo de una mujer con sombrero”, dedicado a la obra de Silvio Rodríguez, en un comentario se expresaba: “Octavio declara su amor a Silvio usando Kaos, es permisible, Viva el amor gay”.

Al final estas “declaraciones” me hicieron reír. Es lo que tiene esta contrarrevolución cuando anda desesperada. Cuando se encuentra en la disyuntiva de que sus amos imperiales van tirándose los tratos para ver quién se hace responsable de la crisis. Una crisis que no solo es económica, también es de valores. Una crisis de un capitalismo engendrado y construido desde las bases más genocidas de la llamada “era moderna” que tan solo anula la evolución de la humanidad, donde los niños y las niñas son el eslabón más débil. 

Mientras estos “comentaristas” desatan fraseología mediocre, insulsa y cobarde. Yo seguiré escribiendo sobre arte, cultura y Cuba. Mientras estos mercachifles de vida gris y oscura, desatan sus impotencias y frustraciones ante su ordenador. Yo seguiré escribiendo sobre Cine Documental Iberoamericano. Un cine revolucionario, crítico y culto. Un arte con historia.

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(VIDEO) John y Yoko

Ellos prefieren fundirse en un abrazo. Las miradas de transeúntes que intentan abortar sus besos de epístolas con “metralletas” de palabras tejas, se desploman ante el torrente de ensueños del poeta y su musa que le pintó con versos y abrigó su ventana, con estrofas donde la luz es parte del texto.

John y Yoko padecen de cabezonería febril, de la voluntad de arremeter contra esa podrida costumbre de clavar hueca fraseología, adjetivaciones ambiguas y postizos sustantivos que pretenden transformar la vida de dos, en la voluntad –equivocada- de muchos.

Lennon me lo dijo esta tarde de domingo: – “No pude terminar la canción dedicada a la magia de los abrazos”. Tan solo me leyó los apuntes del último borrador con el que quiso hacer melodías y estrofas, para los duendes mutilados que nacieron y murieron sin nombres.

Esa canción de cortinas inconclusas tenía abrazos para los que deambulan vestidos con harapos silvestres, donde el futuro es una página en blanco y la verdad –su verdad- no está en los periódicos de domingo, o en esa tele que cautiva y confunde haciendo dormitar el espíritu de la inteligencia.

En esa canción a medio hacer, había estrofas para los que cargan papeles y chatarras tomados de los desechos y las explanadas de la polución. Las huertas de la vida se han llenado de pobreza, de injertos dejados como parte de una acumulación que se desborda cuando llega una nueva temporada.

La pobreza es un valor añadido, es un número que cotiza en la bolsa de valores. La matemática es la clave de todo: – “Mientras más pobres se sumen a la aritmética de la balanza, nuestros dividendos se multiplicaran por cientos, o por miles”, decía un avispado empresario que no dejaba de hacer contabilidad en su portátil comprado en una subasta de “la milla de oro”.

En los esqueletos de las carreteras donde el aliento carcomido por los gases transitan por las pieles del invierno –ese que se va desmoronando y vaga por los entresijos de mar descorchado- habita una puerta, justo en el horizonte donde la tarde se sobrecoge ante ese maratón incontable de crecidas. En ese lugar estuvo John y Yoko.

Sus gafas pastaron líneas y metáforas, donde el abrazo secunda la ternura de pliegues cromáticos. Un abrazo que cuando converge en el centro de todas las miradas, será multiplicado por esas mismas ramificaciones que se tejen invisibles y nacen nuevos abrazos. Este ciclo se multiplica –una y otra vez-, para darle “vida” a los que sus “voces de avenidas” terminan en un peñasco.

Los abrazos de John y Yoko, son para los que el invierno les atrapa en avenidas de linealidad profunda e interminable. Los abrazos de John y Yoko son  para los que soportan el peso de inmensidades arquitectónicas e impersonales contemplaciones de luz, donde “las traviesas de las puertas” les sacan –en plena mañana-, del letargo de un sueño interrumpido por la voluntad de otro.

Mientras las jeringas interactúan con la piel de los que desplazan tatuajes para albergar “su sueño dorado”, se multiplican las furgonetas xenófobas de “listos”  que salen de cacería, buscando la diversión en sus botas de troqueles. La juerga les sella un “pacto” como héroes que urgen del protagonismo mundano.

John salió hace una hora de esa ventana, con su andar “desgarrado” y la frente desprovista de dobleces para escribir nuevas notas con las que aliviar el paso de los que deambulan por la vida, amasando ilusiones entre bolsas de papel y “desechos”, tomados de contenedores que apremian aguaceros. El poeta tuvo estrofas rítmicas de encendidas palabras, para aquellos a los que leer y andar con primitivas rubricas sigue siendo un tiempo presente.

John ama a Yoko con esa mirada proverbial que solo se aprecia cuando libera sus ojos de esas gafas icónicas, pero definitivamente personales. Solo le pertenecen a su escarpada figura con la que comparte la contundencia de sus canciones y la verdad cubierta de lanzas, que solo quieren hacernos crecer.

Ahora toca cultivar los abrazos, compartir la poesía de la vida y el silencio de las manos que esconden leyendas de aguafuerte e historias vetadas, ahora están haciendo el amor. Con esa ternura de dos nacerán canciones.

Imagine

Autor: John Lennon

 

Imagina que no existe el Cielo
es fácil si lo intentas
sin el Infierno debajo nuestro
arriba nuestro, solo el cielo
Imagina a toda la gente
viviendo el hoy…
Imagina que no hay países
no es difícil de hacer
nadie por quien matar o morir
ni tampoco religión
imagina a toda la gente
viviendo la vida en paz…

Puedes decir que soy un soñador
pero no soy el único
espero que algún día te unas a nosotros
y el mundo vivirá como uno

Imagina que no hay posesiones
quisiera saber si puedes
sin necesidad de gula o hambre
una hermandad de hombres
imagínate a toda la gente
compartiendo el mundo

Puedes decir que soy un soñador
pero no soy el único
espero que algún día te unas a nosotros
y el mundo vivirá como uno

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Hombre de la cultura

El guitarrista. Osvaldo Guayasamin (Ecuador)Soy un hombre de la cultura, me siento parte de ella. Me identifico con la única cultura posible: “la que funda, la que crea y la que ama”.

 Cuando hablo de fundar me refiero a ese arte que aporta valores, que encierra virtudes extra artísticas y entraña compromisos con la sociedad. Esa cultura que nace para arar por la vida y el bien común. Cuando hablo de “la única cultura posible”, me refiero aquella que entra en franco combate con la mediocridad, el oportunismo y la burocracia, que crece como un engendro fantasmagórico.

 Apuesto por esa cultura que respeta la del otro, la del “diferente”. Solo la que abre horizontes y restaura puertas tardías podrá ser catalogada de fundacional.

 Pero hablo también de esa cultura comprometida con los peligros que acechan a la humanidad, que cada día son más. “Como una suma interminable de folios que se agolpan y no parecen tener, un final definitivo”.

 El acto de creación entraña un esfuerzo encomiable, una perspectiva de ruptura ante lo ya “establecido”. En ese acumular de objetos, evidencias y pruebas materiales, se van incorporando saberes.

 Cuando hablo de cultura, es esa que aporta testimonios y evidencias que son parte del patrimonio común, que son “huellas” de la memoria pasada y presente. El arte verdaderamente creativo, renovador y de vanguardia, está muy ligado a la historia pretérita y presente.

 Crear es también esa indisoluble relación entre el hecho artístico y la sociedad. Caben todos los saberes del arte y la cultura en ese empeño. La sociedad es parte de la fuente de la que se alimentan los hacedores de este reino. Su misión es antológica, pues desdoblan todos los cercos para llevar a la materialidad sus noblezas.

 Pero apuntaba al inicio sobre “la cultura que ama”. Me refiero a esos acentos, dotes y mensajes que sabe dar cuando el peligro es mayor. Cuando la humanidad vive en una perenne agonía. Entonces sus vastos territorios “han de ser convocados para empeños mayores”.

 Ante la brutalidad de los tiempos que corren la cultura ha de ser puesta en primer plano. La ambigüedad y el acto vacio, no es el legítimo discurso para los que han decidido tomar estos oficios. La voluntad de hacer la fuerza de todos y cada uno de los hombres y mujeres de este mundo. Esta virtud ha de primar por sobre todas las cosas.

 Arte ha de ser cuando “corra” multiplicado, cuando llegue a las raíces y las ramas de todo un árbol que emerge “desde el tronco”. Hablo de ese arte urbano, vanguardista, eclético. De esa propuestas local, nacional o folclórica. Me refiero a esa cultura que rompe las trampas del oficio para doblegar el pensamiento anquilosado, la  “mirada” prepotente. ¿Cuánta mediocridad anda por los parajes del “éxito” en nombre del “arte renovador”?

 Mucha y muy peligrosa “longaniza cultural” va emergiendo en medio de la nada. En todo caso es ocio efímero, es cúmulo vacio de propuestas lúgubres. Son las nuevas oleadas “civilizatorias” que fructifican con una única estrategia: asumir el rol del vaciado, el “desconectar” y desconectarnos instrumentado por unos engendros que han sido desplegados en esta era. Hoy son parte de un gran cerco donde se pretende anular “la palabra y la voz”.

 El arte y la cultura son las claves espirituales de la humanidad. Ante su reino se han de tomar de sus sabias y sus esencias. Con ellas se han de arar los campos, se han sembrar los sueños. Desde ellas se ha de seguir repoblando los hornos, para dejar de quemar los cobertizos de la vida y hornear “lo que funda, la que crea y lo que ama”.

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“Guerrita está en nuestra memoria”.

 

¿Por qué se ha de falsear la historia? ¿Por qué se ha de tomar pretexto de una mentira para derramar la sangre y segar los recursos del país?

José Martí

¿Qué palabras tomar para describir a los “cubanos” que tienen la desfachatez de calificar al dictador Fulgencio Batista como un “gran demócrata”? ¿De cuales terminologías “apropiarse” para ilustrar a estos nostálgicos de marines, gánster y salones de juego?

La historia exige argumentos, pruebas y testimonios. Los adjetivos son “imprescindibles” para nuestra espiritualidad, pero son recursos efímeros. Se deshacen como hojas secas en medio de la nada. Ante estas preguntas se impone lo sustantivo de la palabra en todo su esplendor.

Estos descerebrados de la historia han vivido y viven bajo en la amparo de sucesivas administraciones de los Estados Unidos. De los gobiernos occidentales que siguen las reglas de juego de su “Amo y Señor”. No faltan entre estos cavernícolas los que tergiversan la historia. O los que escriben “grandes obras literarias”, bajo la aureola de ser unos escritores o escritoras best sellers, “objetivos e independientes”, ¿Independientes de quién?

Son los mercenarios del dinero y las listas de éxito. Son los “intelectuales” construidos y sostenidos por las corporaciones mediáticas que secundan el “pensamiento” más reaccionario. Son los “destinados” –según ellos- a democratizar a Cuba. Eso sí, bajo la subvención económica, el amparo y la complicidad de los que les pagan para conducir la historia del Gran Archipiélago Caribeño hacia otros derroteros.

Calibran su escritura distante de la idiosincrasia, la cultura y la tradición histórica de un pueblo que ha luchado por la soberanía y la independencia contra dos grandes potencias: la Colonia Española y el Imperialismo Norteamericano.

Dentro de ese grupo de trasnochados en permanente resaca -tras 53 años de Revolución victoriosa-, están los terroristas de “Alfa 66”. Una organización criminal con base en Miami que ha montado sede en Madrid. Dentro de su mismo perfil está el llamado “Movimiento Nacionalista Cubano Omega 7”, que -según informes del mismísimo Buró Federal de Investigaciones (FBI)- están considerados uno de los grupos terroristas más peligrosos de los Estados Unidos.

No puedo dejar de nombrar a los delirantes cavernícolas de “Vigilia Mambisa”, herederos de las prácticas del dictador Batista. Se les rompe el hígado cada vez que tratan con improperios y obscenidades a los cubanos que seguimos defendiendo a Fidel y Raúl. A la Revolución que es el pueblo. Un pueblo glorioso, noble y solidario, Martiano y Antiimperialista.

En esta lista de descerebrados, debo incluir a los terroristas internacionales que siguen bajo el mandato de la “Fundación Nacional Cubano Americana” afincada en los Estados Unidos con su “alumno estrella”, Luis Clemente Posada Carriles. Un asesino convicto y confeso, que presume de un historial criminal propio de la “soldadesca” de los campos de concentración nazi y de los capos de las mafias internacionales. Un genocida en toda regla que no será olvidado por los cubanos y cubanas que amamos la paz y luchamos por ella.

En torno a esta panda de criminales está la “Rosa Blanca” continuidad de los “Tigres de Masferrer”. Una organización fundada por el esbirro Rolando Masferrer Rojas, bajo la tutela de “el gran demócrata”, si dudas un auténtico escuadrón de la muerte.

Nombres como Sosa Blanco, -un policía sanguinario de los selectos de Batista-, que tenía el sobrenombre de: ¿Qué pasa si Sosa pasa?, no podemos anularlo de nuestra memoria. Las siniestras “Pascuas Sangrientas”, forma parte de la cronología de hechos execrables en la que fueron masacrados 23 jóvenes para dar un escarmiento a los simpatizantes de la pujante lucha que conducía el compañero Fidel. Era de la misma especie el testaferro Esteban Ventura Novo.

Cuba es una nación que sembró raíces de dignidad y humanismo con el legado de José Martí, con la grandeza de Carlos Manuel de Céspedes. El accionar de Antonio Maceo, Máximo Gómez e Ignacio Agramonte son parte de esa herencia que nos ha dejado la historia. Como otros tantos patriotas que dieron su vida por hacer de nuestra patria, una República libre e independiente de la Colonia Española.

Entre las mujeres cubanas fue grande la obra de Celia Sánchez Manduley, de Haydée Santamaría, de Melba Hernández y Vilma Espín. Mujeres herederas de la sabia y la fortaleza de Mariana Grajales. La obra de la Revolución se ha construido y se seguirá construyendo por la hidalguía de la mujer cubana. Ellas son parte esencial del gran proyecto humano, “por los humildes y para los humildes”.

Los cubanos que hacen historia hoy, como René González, Fernando González, Antonio Guerrero, Gerardo Hernández y Ramón Labañino, -presos en las cárceles de los Estados Unidos o truncado su derecho a volver a su país por ser antiterroristas-, tomaron de la gallardía y grandeza de Julio Antonio Mella, de Rubén Martínez Villena, de Antonio Guiteras, de Camilo Cienfuegos y Ernesto Che Guevara.

La “amnesia” de estos manipuladores de la Historia de Cuba les nubla la memoria. Padecen de un “desliz” que apunta hacia la peregrina idea de reconstruir el pasado. Pretenden darle colores ajenos subvirtiendo la verdad. Es indigno pasar por encima del dolor y la gloria de muchos hombres y mujeres que entregaron su vida por la justicia. Aspiran a “envolver ese pasado en “papel extraño”, para que las miradas cautivas e ignorantes la acojan como el verdadero texto de la historia.

Los tiempos pretéritos no hay que “empaquetarlo” de telas y lazos. Se exhibe tal y como es, sin cortapisas, sin adjetivos. La palabra basta para encumbrarla, los hechos son la mejor fortaleza de sus semillas.

En la historia de nuestra familia también se habló de ese pasado sombrío y terrorífico de la década de los cincuenta. Era el período final de la caída de un dictador que huyó como lo que siempre fue. Un cobarde vestido de militar y traje importado por sus patrocinadores, los Yankis.

Rafael Guerra Vives (1934-1958), nació en la provincia de Camagüey. Los estudios le trajeron a la capital. Matriculó en la Facultad de Agronomía de la Universidad de La Habana. Se vinculó a las luchas políticas de este histórico recinto estudiantil, que era el núcleo más activo en contra de la dictadura de Fulgencio Batista.

Nos contaba mi madre que “Rafaelito” –como lo llamaban en nuestra familia-, era un joven muy alto, de pocas palabras y carácter muy serio. Aficionado a los deportes, en particular al baloncesto. Eran los tiempos de lucha contra Batista, que desataba una guerra frontal contra los estudiantes universitarios que exigían un cambio en la sociedad. El recinto de la Universidad de La Habana era el escenario de batallas políticas para borrar de la nación cubana, toda esa lacra de maleantes, corruptos y asesinos institucionalizados.

El 2 de agosto de 1958 “Guerrita” tenía una cita con su novia. Ese día los esbirros del siniestro Esteban Ventura Novo lo tomaron preso y lo introdujeron de manera violenta en un coche. Lo estaban buscando por su activa participación en la lucha Revolucionaria.

Poco después fue víctima de la tortura. La brutalidad de estos criminales pretendían sacarle información sobre sus compañeros de lucha. Las atrocidades cometidas contra el no lograron sus objetivos. Los días de búsqueda de la familia por las estaciones de policía terminaron en el necrocomio. Su cadáver estaba marcado por la barbarie de estos sicarios.

En las sesiones de tortura le habían arrancado las uñas de los pies y de las manos. El abdomen estaba lleno de hematomas. Tenía los tobillos fracturados y los pies quemados. La espalda estaba marcada por los golpes de fusta. Su cuerpo exhibía numerosas heridas perforantes. Los ojos arrancados, los genitales mutilados. El maxilar inferior fracturado y la región occipital totalmente destruida. Después de muerto le había hecho siete disparos de bala, por ese enfermizo y cobarde ensañamiento de sus torturadores.

Mi madre estuvo en el sepelio, su tumba estaba cerrada bajo la custodia de un policía batistiano que no permitía abrir la tapa del féretro. En un momento de descuido de “el vigilante”, un amigo de la familia hizo una foto. Una foto de nuestro primo Rafael Guerra Vives “Guerrita”. Una foto que ha quedado como prueba imborrable de la brutalidad de esos cobardes torturadores que se ensañaron con su vida. Una vida truncada cuando tan solo tenía 23 años.

PD: Hago uso de esta foto que forma parte del patrimonio familiar contando con la expresa autorización de mi madre.

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¡Feliz Navidad!

Cuanta hipocresía se desata en estas “festividades navideñas”. El hecho es que comprar, se convierte en el verdadero telón de fondo de una “tradición” convertida en mercado.

Las calles de Madrid por estos días son un verdadero enjambre de bolsas de papel y plástico, símbolos iconográficos de estas “rutas y andares” donde las bombillas de neón -a pesar de la crisis-, “iluminan” la ilusión de los trasnochados compradores. Las cristaleras “exhiben sus mejores galas” aspirando a captar a compradores adictivos para cerrar caja con mejores dividendos, en medio de una crisis que aún no se ha desatado en su máxima expresión.

No pocos derrochan los últimos fondos de ahorro, para cumplir “compromisos” con los familiares y los amigos. La “tradición” es insalvable, “los hábitos, las buenas costumbres y las normas de las personas de bien” imperan en esta fauna de acumular tarecos, ropas, zapatos y complementos, que son “necesarios” adquirir ante los rituales de estas fechas.

En medio de este fragor de calles apisonadas, los “voluntarios” de las ONG van con caras de “buen rollo” tratando de captar alguna contribución voluntaria para las “causas nobles” de este mundo. En esa estrategia de abordar a los transeúntes se equivocan de punto de mira.

El asunto no es pedir migajas y calderillas para cumplir con los objetivos caritativos de sus gestores. La deuda que aprieta cada vez más a los países del Sur ha de ser anulada de una vez y por todas. La inmoralidad de su permanencia es el blanco que deberían “atacar” las ahogadas Organizaciones No Gubernamentales que -no pocas- juegan al rol del entretenimiento y la dispersión de las esencias de esta crisis.

Hay hipocresías de otro calibre. Mientras nosotros los del Norte acumulamos objetos para solventar nuestras carencias humanas, suplantándolas con materias primas “bien empaquetadas”. Los del Sur –que no es solo un concepto geográfico-, “celebran” las Navidades con mayores cifras de hambrunas, de desnutrición o de muertes por enfermedades curables.

El analfabetismo, la desertificación de los suelos o la contaminación de las aguas provocadas por las grandes industrias, son parte de los paquetes navideños dejados por las transnacionales que “luchan por el puto estado de bienestar”, para que nosotros los del Norte, hagamos nuestras compras y no nos preocupemos por nada. Ellos son “nuestro salvadores financieros, nuestros constructores de futuro, nuestros héroes empresariales que andan –despejados de nuestras miradas- en la globalidad de los tiempos”.

Las guerras y el genocidio de Nuestro Norte hacia el Sur, son parte de las festividades y contribuciones dejadas para estas “fiestas” ante un mundo inverso.

La locura por querer comprarlo todo y el obsesivo deseo de acumular para mitigar nuestras carencias humanas, son parte de esa paranoia festiva que la “tradición nos ha impuesto”.

Mientras “el rio pasa”, nos montamos en sus barcas remando en el mismo sentido de la corriente para no hacernos desde nuestro Norte, las preguntas que tienen que ver con la ética, la sensibilidad humana, el espíritu crítico de nuestro entorno y la solidaridad, que cada día resulta una palabra urgente.

Ante tanta mentira, nuestra voluntad ha de ser la de cambiar este mundo que “ha dicho basta y ha echado andar”. Es inaceptable que juzguemos a los países “en vías de desarrollo” o “subdesarrollados”, -como también nos gusta decir con mirada altiva-, si no somos capaces de tener una actitud responsable y consecuente con nuestro planeta, con nuestro Norte.

Nos toca ser austeros en nuestra cotidiana vida. Nos debemos exigir una práctica permanente de armonía y responsabilidad con nuestro planeta. Somos parte fundamental y responsables de un modelo de sociedad que desgarra -casi a diario-, las reservas de salud de nuestro ahogado planeta.

Hemos de mirar con humildad cada uno de nuestros pasos. Nos tocas hacer una dura y permanente tarea para convertir a nuestro planeta en un espacio habitable, limpio, ecológico y –reitero- Solidario.

Esa palabra no puede ser mera consigna. Este urgente vocablo ha de estar incorporado en nuestra práctica de vida. Ante una creciente ola de hostilidad, de terror, de manipulación mediática, nuestro Norte debe dar señales claras de un cambio de modelo de sociedad en el que no haya vencedores y vencidos.

La batalla es ardua, el capitalismo sigue apostando por el descarnado consumo como indicador económico. Esta burda manera de ver el crecimiento es un flagrante atentando contra nuestro planeta, contra la sostenibilidad y el futuro de nuestra gran casa.

Estamos ante la disyuntiva de crecer o quedar sembrados en el anonimato y la desmemoria. El miedo y la ignorancia no son razones para el inmovilismo. La “Pacha Mamá no perdonará nuestros pecados”. Nuestra voluntad ha de ser la voluntad de todos.

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Los cuentacuentos del “Árbol de la vida”.

¿Cuentacuentos o atrevimiento escénico? ¿Monólogos compartidos o ganas de hacer vibrar a los que asumimos el riesgo? ¿Historias contadas desde los cimientos de la vida o la vida hecha historia? ¿Reto ante el corto espacio o ruptura del espacio?

Estas interrogantes son meras provocaciones para que usted siga la lectura, pero también para adentrarlos en los laberintos de esta crónica, gestada por la necesidad de visibilizar la labor de los que hacen el arte de contar historias un oficio mayor.

En una noche cualquiera, estuve atrapado por la magia de unos cuentacuentos donde “el deseo” era la puesta lingüística de la provocación y el eje temático de una puesta en escena en la que tres narradores orales con probado talento y una vocación sustantiva por el arte narratológico, esa noche encumbraron las paredes de un espacio de magia.

La idea central se arropaba de muchas historias, de entresijos que fueron calando cada metro cuadrado del espacio habitado. El deseo era la palabra convocada, era “el pie forzado” de todas las metáforas que se fueron componiendo de trazos verbales, de anécdotas inventadas tomadas de la cotidianeidad de sus vidas y de la vida de otros. La necesidad de contar historias supera todo pronóstico del tiempo, ese tiempo que no existe cuando se trata de contar cuentos, de fabular con la verdad, de reinventar un discurso desde la palabra dada.

Estábamos a merced de tres cuentacuentos dispuestos a descentrar las pasiones ocultas desde la risa encorvada, -no por falta de “deseos”-, en todo caso por la ausencia de pretextos y es que no hacen falta. Tres narradores orales venidos por la calle Libertad, que parece pequeña, pero se hace grande ante la majestuosidad del verbo nacido de los cimientos de un arte que aún pervive, en medio del avatar de las nuevas tecnologías.

Un escenario descalzo de aspecto cansado, donde el barniz de sus grietas reclama con urgencia un nuevo pintalabios. Un piano trasnochado que sostenía sobre su cabeza unas copas, libros “dispuestos al azar” y otros personajes “útiles” que también fueron espectadores, les bastaron para hacerse acompañar en una noche de acentos escondidos por la sabia de estos cuentacuentos, para convertir a la narración el centro de todas las miradas.

El público, los amigos que repiten en busca del goce y la familia que arrastra a los bienaventurados. No faltaban los que se empeñan en ligar en “espacios poéticos” pretendiendo destapar sus poemas de nostalgias y algún que otro “escabullido” que esa noche querría hacer su propio cuento en otra ventana.

Yo formaba parte de los llegados por primera vez -que éramos los más-, ¿qué nos une a los que formamos parte de esta iniciación? venimos en busca de historias pobladas de subtramas, de certezas y confirmaciones ante preguntas que viajan con medias respuestas, de sabidas verdades para caer en lo obvio de múltiples sabores, de nuevos sabores. No ha de faltar en la narración oral un trazo de verdad o al menos una buena parte de ella.

Necesitamos metáforas hechas o por hacer, mezcladas con unas ganas incurables de reír a borbotones. Es bueno saber que con media docena de cuentos la calma se acerca y el arte de la palabra nos hace diferentes, al menos por un tiempo.

Con todas estos “apéndices” resueltos, sales a dar una parte de ti, te arropas de los versos tomados en aquel espacio filosofar y empiezas a repartir historias. Una para el conserje del edificio que padece de malgenio, otra para la señora de la frutería que siempre anda de escotes amables y no ha de faltar –entre muchos otros-, los maestros que han de educar y no saben hacer historias. A fin de cuentas, esa es una de las “misiones” de los narradores orales.

En este bregar de palabras, de sueños, de ilusiones, de cuentos y poemas narrados en torno al deseo, los cuentacuentos pusieron sobre el tapete –sin saberlo- esa metafórica afirmación de “lo real maravilloso” suscrita por el escritor y ensayista cubano Alejo Carpentier y es que estos “poetas de la palabra” tienen la capacidad de asentar su abecedario multiplicado en “tan poco de nada”.

El encantamiento está en entender –o al menos intentarlo– que “tres escénicos” son capaces de arroparnos, de hacernos reír y a la vez llevarnos a meditar con ese humor inteligente y agudo que trunca la mediocridad.

Ante tanta “cultura” de plástico, ante tanta banalidad sabor a rosa curtida por un amasijo de billetes salidos de las entrañas de los que convierten el arte en gastos y beneficios, la cultura se hace mayor con la pulcritud y el ingenio del verso, con la necesaria compañía de adjetivaciones y el acierto de transfigurar contenidos que hablan de la vida.

Las voces, los gestos, las palabras y las historias contadas, ponen a la inteligencia con la vestidura de la pasión, en el punto donde las texturas huecas se desmoronan y las máscaras son temporales voces y no falsas ideas.

La sobriedad de la puesta invita a centrarnos en cada uno de los rasgos expresados con sabor a verbo, donde la mentira es un esqueleto. Le dan protagonismo al texto, ese que anduvo contenido por las cortinas del tabú y el silencio domesticado.

Esa noche se narró sobre el amor, ese amor desarmado, ese amor de sexo febril y violento. También se habló de una guerra o de cualquier guerra donde “solo el amor” desarma su violencia, para recordarnos que tan solo es “un amasijo de hierros” que se pulveriza ante las múltiples voces que lo aplastan, y cada vez han de ser más los que encaren esta tarea.

La voluntad se arropa pequeña en los bastos parajes de la palabra, del gesto oportuno para descifrar nuestras propias vidas. Va creciendo, se torna visible por esa fuerza que nos da el deseo.

Cada vez que la palabra se transmute en cuento o en historias narradas con la bondad de hacernos reír, pensar e incluso llorar, entonces estaremos hablando de un árbol crecido, como el que los cuentacuentos españoles Maísa Marbán, Concha Real y Anselmo Sáinz escalan, para sentir cumplidos sus propios deseos e invitarnos para que nos unamos en su cabalgata por los parajes del Árbol de la vida.

¡Bienaventurados los que saben compartir sus historias para llenar las oquedades de los que aún no han compartido las suyas, para que otros enriquezcan su alma!

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