Con Cuba

Evitemos la tentación del odio

Foto Yusmilis Dubrosky

Por Abel Prieto Jiménez @AbelPrieto11

Ayer se estrenó en YouTube la canción Todo por ti de Pavel Urquiza y Daymé Arocena. Insignificante como obra de arte, pretenden que funcione en términos de propaganda política. Usaron para el videoclip imágenes de “el pueblo” cuando arremete contra un auto patrullero y contra policías que, la mayoría de las veces, retrocede ante las agresiones de la gente. Extraña “fuerza represiva” que ha recibido evidentemente órdenes de evitar derramamientos de sangre.

La canción le habla a Cuba: “Lo que necesitas, Cuba, es que lo demos todo por ti.” La convocan a que despierte: “Llevas demasiado tiempo a ciegas”, le dicen; pero, por fortuna, “ya tus hijos se adueñaron sin miedo de las calles”. Estamos dispuestos, dicen, a “empezar de nuevo por ti”.

¿Qué quieren decir con “empezar de nuevo”? ¿Echar por tierra la obra de la Revolución Cubana, borrarla, suprimirla, y regresar a 1958? ¿Nuestra patria ha vivido ciega durante más de sesenta años? ¿Es la turba violenta que aparece en el videoclip la destinada a abrirle los ojos y salvarla? ¿O serán las tropas yanquis protagonistas de la “intervención humanitaria” que piden desde Miami? ¿Esa turba es realmente “el pueblo”? ¿Acaso los jóvenes que apoyan la lucha contra la Covid en todo el país no forman parte de nuestro pueblo? ¿Y los médicos, las enfermeras, los científicos, los profesionales de todas las ramas, los periodistas, los escritores y artistas, los trabajadores manuales e intelectuales y los hombres y mujeres humildes que defienden día a día la tranquilidad ciudadana? ¿No forman parte del pueblo los miles de cubanos que participaron el sábado 17 de julio en los actos de respaldo a la Revolución?

La Cuba revolucionaria ha estado siempre dispuesta a rectificar sus errores y a “cambiar todo lo que debe ser cambiado”; pero, por supuesto, sobre las bases establecidas en nuestra Constitución, sobre los principios innegociables de la soberanía y el socialismo.

Por otra parte, me llegan continuamente noticias de personas abrumadas por el torrente cotidiano de insultos, ataques y mentiras que reciben en las redes sociales. Muchas han decidido cerrar sus perfiles de Facebook o bloquear, no sin dolor, a familiares y amigos. Algunas de ellas se han enfermado literalmente. Me contaron de una compañera que se encerró en su cuarto, horrorizada, como si el odio pudiera saltar de los móviles e inundar su propia casa. Una cantante joven, comprometida con su patria, muy talentosa, ha sufrido un verdadero linchamiento en las redes y en los medios de la contrarrevolución. Se ha sentido aislada, deprimida, sola. Esa sensación irracional de que los revolucionarios estamos en minoría es lo que pretenden sembrar malignamente entre nosotros para desmoralizarnos.

Tratemos de razonar con todo aquel que no sea “incorregiblemente reaccionario, incorregiblemente contrarrevolucionario”. Debemos escucharlo civilizadamente, darle la razón allí donde la tenga, ofrecerle toda la información y todos los argumentos y proponerle construir una comunicación no contaminada por el tóxico predominante en las redes. Evitemos la tentación del odio. Es demasiado fácil y demasiado degradante. Pongámosle corazón a este momento decisivo.

Tomado de: La Ventana

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Carta abierta al presidente Biden

Estimado presidente Joe Biden,

Es hora de tomar un nuevo camino hacia adelante en las relaciones entre Estados Unidos y Cuba. Nosotros, los abajo firmantes, le hacemos este llamado público urgente para que rechace las políticas crueles implementadas por la Casa Blanca de Trump que han creado tanto sufrimiento entre el pueblo cubano.

Cuba, un país de once millones de habitantes, atraviesa una difícil crisis debido a la creciente escasez de alimentos y medicinas. Las protestas recientes han llamado la atención del mundo sobre esto. Si bien la pandemia de Covid-19 ha demostrado ser un desafío para todos los países, lo ha sido aún más para una pequeña isla bajo el peso de un embargo económico.

Nos parece inconcebible, especialmente durante una pandemia, bloquear intencionalmente las remesas y el uso de las instituciones financieras globales por parte de Cuba, dado que el acceso a dólares es necesario para la importación de alimentos y medicinas.

A medida que la pandemia azotó la isla, su gente, y su gobierno, perdieron miles de millones en ingresos del turismo internacional que normalmente irían a su sistema de salud pública, distribución de alimentos y ayuda económica.

Durante la pandemia, la administración de Donald Trump endureció el embargo, hizo a un lado la apertura de Obama y puso en marcha 243 “medidas coercitivas” que han estrangulado intencionalmente la vida en la isla y creado más sufrimiento.

La prohibición de las remesas y el fin de los vuelos comerciales directos entre Estados Unidos y Cuba son impedimentos para el bienestar de la mayoría de las familias cubanas.

“Apoyamos al pueblo cubano”, escribió usted el 12 de julio. Si ese es el caso, le pedimos que firme inmediatamente una orden ejecutiva y anule las 243 “medidas coercitivas” de Trump.

No hay razón para mantener la política de la Guerra Fría que requería que Estados Unidos tratara a Cuba como un enemigo existencial en lugar de un vecino. En lugar de mantener el camino trazado por Trump en sus esfuerzos por deshacer la apertura del presidente Obama a Cuba, le pedimos que siga adelante. Reanude la apertura y comience el proceso de poner fin al embargo. Poner fin a la grave escasez de alimentos y medicamentos debe ser la máxima prioridad.

El 23 de junio, la mayoría de los estados miembros de las Naciones Unidas votaron para pedirle a Estados Unidos que pusiera fin al embargo. Durante los últimos 30 años, esta ha sido la posición constante de la mayoría de los Estados miembros. Además, siete relatores especiales de la ONU escribieron una carta al gobierno de Estados Unidos en abril de 2020 con respecto a las sanciones a Cuba. “En la emergencia pandémica”, escribieron, “la falta de voluntad del gobierno de Estados Unidos para suspender las sanciones puede conducir a un mayor riesgo de sufrimiento en Cuba”.

Les pedimos que pongan fin a las “medidas coercitivas” de Trump y vuelvan a la apertura de Obama o, mejor aún, inicien el proceso de poner fin al embargo y normalizar plenamente las relaciones entre Estados Unidos y Cuba.

Firmantes

Consejo Laboral del Estado de Vermont, AFL-CIO / Coalición ANSWER / CODEPINK / IFCO / Pastores por la Paz / Andrés Arauz (Ecuador) / Nnimmo Bassey (Nigeria) / Jackson Browne / Prof. Judith Butler / Jeremy Corbyn (Reino Unido) / Daniel Ellsberg / Danny Glover / Wagner Moura (Brasil) / Botas Riley / Silvio Rodríguez Domínguez (Cuba) / Susan Sarandon / Rev. Dra. Liz Theoharis / Marisa Tomei / Reinerio Arce, Instituto Superior Ecuménico de Ciencias de las Religiones (Cuba) / Medea Benjamin, CODEPINK / Rafael Correa, Fmr. Presidente (Ecuador) / Manolo De Los Santos, The People’s Forum / David Harvey, Centro de Graduados de CUNY (Reino Unido) / Prof. Raj Patel, Universidad de Texas / Obispo Rubin Phillip, Iglesia Anglicana de África Meridional (Sudáfrica) / Israel Rojas Fiel, Duo Buena Fe (Cuba) / Rev. Raúl Suárez, Centro Conmemorativo Dr. Martin Luther King, Jr. (Cuba) / Yanis Varoufakis, (Grecia) / Rev. Jim Winkler, Consejo Nacional de Iglesias de EE. UU. / Consejo de Paz de Estados Unidos / PazAmor, Inc / Sin nombre / Leonardo Boff / Glauber Braga / Alicia Castro (Argentina) / Jandira Fhegalli / Luis Hernández Navarro (México) / Dr. Robin DG Kelley / Dr. Gilberto López y Rivas (México) / Dra. Josefina Morales (México) / Dra. Barbara Ransby / Profesor Raymond Suttner / Ruth Wilson Gilmore / Prof. Bruno Bosteels, Universidad de Columbia / John Cavanagh, Instituto de Estudios Políticos / Gabriel Coderch Diaz, Centro Oscar Arnulfo Romero (Cuba) / Prof.Costas Douzinas, Parlamento Helénico (Grecia) / Jorge González Nuñez, Movimiento Cristiano Estudiantil de Cuba (Cuba) / Chris Hazzard, Sinn Fein (Irlanda) / Obispo Ismael Laborde Figueras, Iglesia Evangélica Unida en Cuba Sínodo Luterano (Cuba) / Michael Löwy, Centro Nacional Francés de Investigación Científica / Eugene Puryear, Noticias innovadoras / Angélica Salazar, Alianza por el Compromiso y el Respeto de Cuba (ACERE) / Presidente David Van Deusen, Consejo Laboral del Estado de Vermont AFL-CIO / Corporación colectivo CreAcción / Contra la bandera / La zona gris / Comité 68 (México) / RadioMiamiTV y PazAmor / Carl Messineo, abogado / New Frame (Sudáfrica) / Eva 6 / Trabajo contra el racismo y la guerra / Zackie Achmat (Sudáfrica) / Santiago Alba Rico (España) / Dr. Tom Alter / Eduardo Alvares Moreira (Brasil) / Dra. Barbara Applebaum / Dra. Silvia Arrom / Maricruz Badia / Leo Bashinsky / Dr. Richard Benson / Altamiro Borges (Brasil) / Ricardo Bracho / Noni Brynjolson / Dr. Larry Busk / Lee Camp / Dr. Chuck Churchill / Prof. Jean Cohen / Ana Cortes / Peter Coyote / Edevaldo de Medeiros (Brasil) / Derek DePratter / Osvaldo Doimeadiós (Cuba) / Dr. Jean Dreze / Jennifer Duprey / Max Elbaum / Liza Featherstone / Alon Feuerwerker (Brasil) / Prof. Carlos Forment / Morgan Glaze / Prof. Emérita Karen Graffeo / Chris Gude / Prof. Peter Hallward / Prof. Donna Haraway / Michael Hardt / Chris Hedges / Prof. Anasa Hicks / Bruno Jaffré / Esteban Jiménez / Prof. Cedric Johnson / Prof. Sujung Kim / Dr. Tomomi Kinukawa / Flávia Lacerda (Brasil) / Greg LaMotta / Vivien Lesnik Weisman / Prof. Ania Loomba / Prof. Clayton Lust / Verónica Lynn (Cuba) / Dr. Richard MacMaster / Dr. Curry Malott / Profesor emérito, SUNY Cortland John Marciano / James Martel / Aaron Maté / Dr. David McNally / Dra. Magali Menezes (Brasil) / Camilo Molina / Prof. Daniel Mosquera / Julio Muñoz / Prof. Michael Neocosmos (Sudáfrica) / Ben Norton / Dr. Marcos Oliveira (Brasil) / Hypatia Ostojic / Prof. Tanalís Padilla (México) / João Paulo (Brasil) / Dr. Jacques Pauwels / João Pimenta Lopes / Beatriz Pita / Prof. Claire Potter / Lindi Ragon / Dr. Josiah Rector / Corey Robin / Prof. Gabriel Rockhill / Thomas Ross / Prof. Abra Salazar / Prof. Rosaura Sánchez / Sanford Schram / Dr. Rupa Shah / Prof. Beverly Sheftall / Prof. Lewis Siegelbaum / Alan Singer / Greg Smith / Samuel Stein / Linda Talton / Jules Taylor / Vladislava Tomova / Darío Ulloa / Prof. Luis Felipe Ulloa-Forero / Orlando Valle “Maraca” (Cuba) / Jaime Veve / José Villa Soberón (Cuba) / Byron Vu / Antonio Y. Vázquez-Arroyo / Dr. Randall Williams / Dra. Barbara Winslow / Amanda Yee / Prof. Rabab / Abdulhadi, Estudios de las Diásporas y Etnias Árabes y Musulmanas, Universidad Estatal de San Francisco / David Adler, Progressive International / Dra. Julia Alekseyeva, Universidad de Pennsylvania / Rev. Aundreia Alexander, Consejo Nacional de Iglesias de Cristo en los EE. UU. / Tata Amaral, (Brasil) / Christian Appy, Universidad de Massachusetts, Amherst / Prof. Guy Aronoff, Universidad Estatal de Humboldt / Etienne Balibar, Universidad Kingston de Londres / Prof. Narciso Barrera-Bassols, Grupo de Trabajo Agroecología Política CLACSO (Argentina) / Prof. Joel Beinin, Universidad de Stanford / Monica Benicio, Vereadora Psol (Brasil) / Dr. Cyrus Bina, Universidad de Minnesota / Heidi Boghosian, Instituto Conmemorativo AJ Muste / Marc Botenga, Parti du Travail de Belgique / Prof. Robert Brenner, UCLA / Prof. Wendy Brown, U Cal Berkeley / Beatriz Cerqueira, (PT) MG (Brasil) / Prof.Benoit Challand, Nueva Escuela de Investigación Social / Dianna Cohen, Coalición contra la contaminación plástica / Fray Miguel Concha Malo, Centro de Derechos Humanos Fray Francisco de Vitoria (México) / Leslie Cunningham, Sindicato de Empleados del Estado de Texas / Luiz Carlos da Rocha, advogado (Brasil) / Adriana de França, advogada (Brasil) / Bruno de Paiva e Souza, Igreja Reina (Brasil) / Susana Draper, Universidad de Princeton / Prof. Sandi E Cooper, CUNY / Augusta Eulália Ferreira, Sindicato dos Advogados de São Paulo (Brasil) / Dr. Jerise Fogel, Universidad Estatal de Montclair / Charles Fredricks, Confederación Israelí-Palestina / Rita María García Morris, Centro Cristiano para el Diálogo y la Reflexión (Cuba) / Adam Gogola, Blind Adam y la Liga Federal / Prof. Van Gosse, Franklin & Marshall College / August H. Nimtz, Universidad de Minnesota / Prof. Martin Halpern, Universidad Estatal de Henderson / Dr. Neil Harvey, Universidad Estatal de Nuevo México / Gary Holloway, Local 675 del USW / Prof. Kevin Howley, Universidad DePauw / Esther Iverem, periodista / Dra. Katharine Jackson, Facultad de Derecho de la Universidad de Dayton / Dra. Nazia Kazi, Universidad de Stockton / Adam Kotsko, Shimer Great Books School, North Central College / Ertugrul Kürkçü, Partido Democrático de los Pueblos (HDP) (Turquía) / Reed Lindsay, El vientre de la bestia / Scott Ludlam, Fmr. Senador (Australia) / Prof. Anastasia Mann, Universidad de Princeton / Prof. Eric Mar, Estudios Asiáticos Americanos, SF State University / Teresa Meade, Union College / Iago Montalvão, União Nacional dos Estudantes UNE (Brasil) / Dr. Jamil Murad, Centro brasileiro pela Solidariedade aos povos e luta pela Paz (Brasil) / Frank Padrón, Belly of The Beast (Cuba) / Anya Parampil, la zona gris / Prof. Paul Passavant, Colegios Hobart y William Smith / Carol Proner, ABJD (Brasil) / Paulo Roberto da Silva Lima, Entregadores Antifascistas (Brasil) / Dr. Julio Vernon Ruíz, MD, FORNORM / Prof. Saskia Sassen, Universidad de Columbia / Roger Scott, AFSCME Local 2401 / Cliff Smith, Unión Unida de Techadores, Impermeabilizantes y Trabajadores Afines, Local 36 / Walter Sorrentino, PCdoB (Brasil) / Lester Spence, Universidad Johns Hopkins / Neal Sweeney, UAW Local 5810 / Katrina Vanden Heuvel, La nación / Gilberto Vieira dos Santos, Conselho Indigenista Missionário Cimi (Brasil) / Prof. Barbara Weinstein, Universidad de Nueva York. / Philip Wohlstetter, mayo rojo / Coronel Ann Wright, Veteranos por la Paz y CODEPINK / Kevin Young, Universidad de Massachusetts, Amherst / Acácio Zuniga Leite, Associação Brasileira de Reforma Agrária (Brasil) / Red Global Black Lives Matter / Foro del Pueblo / Movimiento de Trabajadores Sin Tierra-MST (Brasil) / V (anteriormente Eve Ensler) / Miguel Barnet Lanza (Cuba) / Frei Betto (Brasil) / Chico Buarque (Brasil) / Noam Chomsky / Prof. Roxanne Dunbar-Ortiz / Jane Fonda / Nancy Morejón (Cuba) / Manu Pineda (España) / Eduardo (Choco) Roca Salazar (Cuba) / Mark Ruffalo / Oliver Stone / Emma Thompson (Reino Unido) / Dr. Cornel West / Rev. Dra. Dora Arce Valentin, Iglesia Presbiteriana Reformada en Cuba (Cuba) / Rudelmar Bueno de Faria, ACT Alliance / Lula Da Silva, Fmr. Presidente (Brasil) / Rev.Dr. Chris Ferguson, Comunión Mundial de Iglesias Reformadas / Gleisi Hoffman, Partido de los Trabajadores (PT) (Brasil) / Adolfo Pérez Esquivel, Premio Nobel de la Paz (Argentina) / Vijay Prashad, Instituto Tricontinental de Investigaciones Sociales / Dr. Jill Stein, Partido Verde / Dr. Earl D. Trent Jr., Iglesia Bautista Florida Avenue / Mark Weisbrot, Centro de Investigación Económica y Política / Alianza para el Compromiso y el Respeto de Cuba (ACERE) / Observatorio Latinoamericano de Geopolítica (México) / Socialistas democráticos de América / Phillip Agnew / Atilio A Boron (Argentina) / Dra. Charisse Burden-Stelly / Roberto Chile (Cuba) / Dr. Pablo González Casanova (México) / Dr. Gerald Horne / Gloria La Riva / Fernando Morais (Brasil) / Concejal Carlos Ramirez-Rosa / G. C, Spivak / Estela Vázquez / Dr. Enrique Alemán Gutiérrez, Plataforma Cubana Para el Dialogo Intereligioso (Cuba) / Kenarik Boujikian, Asociación de Jueces para la Democracia – Brasil / Fernando Chavez, hijo de Cesar Chavez / Profesora Jodi Dean, Colegios Hobart y William Smith / Ex Subsecretario de Educación y Servicio Público Institución Smithsonian James Counts Early, Junta del Instituto de Estudios de Políticas / Rev.Dr. Carlos Emilio Ham Stanard, Seminario Evangelico de Teologia (Cuba) / Prof. Fredric Jameson, Universidad de Duke / Max Lesnick, La Alianza Martiana / Radio Miami / Dianet Martínez Valdés, Federación Mundial de Estudiantes Cristianos – América Latina (Cuba) / Prof. Adolph Reed Jr, Universidad de Pennsylvania, Departamento de Ciencias Políticas / Rev. Tania Sánchez Fonseca, Iglesia Morava en Cuba (Cuba) / Mara Verheyden-Hilliard, Fondo de la Asociación para la Justicia Civil / DISPARADA – Partido dos Trabalhadores (PT) (Brasil) / Foro de Solidaridad CUBA Irlanda / Consejo de Paz de Denver / Estudiantes Unidos contra los talleres clandestinos (USAS) / Obtenga mejores registros / Associação Intervenção Democrática – ID / Historiadores por la paz y la democracia / Defensores de los sueños / Abahlali baseMjondolo Movement (Sudáfrica) / Prof. Gregory Afinogenov / Jonathan Alingu / Breno Altman (Brasil) / Prof. Elisabeth Anker / Mauricio arenas / Dra. Albena Azmanova / Maura Barrios / Kenneth Baynes / Katiusca Blanco Castiñeira (Cuba) / Atilio Boron (Argentina) / Peter Bratt / Prof. Susan Buck-Morss / Prof. Lana Cable / Dra. Roosbelinda Cárdenas / Prof. Joshua Clover / Prof. Deborah Cohen / Bernardo Cotrim (Brasil) / Rubén Darío Salazar (Cuba) / Prof. TJ Demos / Richard Dickerson / Prof. Elizabeth Dore / Dr. David Dulceany / Prof. Zillah Eisenstein / Ernesto Espinoza / Jorge Fernández Souza (Brasil) / John J. Fitzgerald / Prof. Nancy Fraser / Prof. David Theo Goldberg / Prof. A. Tom Grunfeld / Digna Guerra (Cuba) / Nigel Hanrahan / Michele Hardesty / Dr. John Harfouch / Doug Henwood / Vanessa y Ted Hope / Jon Jeter / Esteban Esteban Jiménez / Prof. Rebecca Karl / Prof. Esther kingston-mann / Rachel Kushner / Annie Lacroix-Riz / Dra. Tamara Lee / Jonathan Lethem / Susan Luss / Prof. Kara Lynch / Francisco López Sacha (Cuba) / Prof. Geo Maher / Bernardo Mançano Fernandes (Brasil) / Dra. Nadia Marsh / Abby Martin / Prof. Peter McLaren / Veronika Mendoza (Perú) / Prof. Márgara Millán / Alexis Moncada / Prof. Eshragh Motahar / Prof. James Neel / Prof. Mary Nolan / Luna Olavarria Gallegos / Jacqueline Osorio / Fraser Ottanelli / Scott Parkin / João Paulo Souza de Alencar (Brasil) / Sandra Pereira / Peyman Piran / Graziella Pogolotti (Cuba) / Prof. Margaret Power / Ignacio Ramonet (España) / Dolores Rintoul / Dr. William I. Robinson / Tania Romero / Vicente Rubio-Pueyo / Prof. Josefina Saldaña-Portillo / Magdiel Sánchez Quiroz (México) / Ellen Schrecker / Cindy Sheehan / Prof. Francis Shor / Prof. Renato Simões (Brasil) / Doris Smith / Mark Spencer / Margaret Stevens / Dra. Maria Tamiolaki / Niren Tolsi (Sudáfrica) / Peter Truskier / María Ulloa / Nadia Valavani (Grecia) / Lesbia Vent Dumois (Cuba) / Henrique Vieira (Brasil) / Aldo ‘Bocafloja’ Villegas / Roy Vu / Ben Wilkins / SARAH WILSON / Dra. Helen Yaffe / Alejandro Zuñiga / Darryl Accone, New Frame (Sudáfrica) / Christine Ahn, Mujeres que cruzan la DMZ / Luiz Alencar Dalla Costa, Coordenação nacional MAB, Coordenação internacional do MAR, FRENTE BRASIL POPULAR BTASIL (Brasil) / Harry Amana, UNC-CH / Tânia Andrade, Advogada (Brasil) / Valerio Arcary, PSol (Brasil) / Ericah Azeviche, A Revolta da Lâmpada, Coletiva ComunaDeusa (Brasil) / Ajamu Baraka, Alianza Negra por la Paz / Prof. Ericka Beckman, Universidad de Pennsylvania / Douglas Belchior, Coalizão Negra por Direitos e Uneafro Brasil (Brasil) / Prof. Daniel Benson, St. Francis College / Prof. Martha Biondi, Universidad Northwestern / Prof. James Borchert, Universidad Estatal de Cleveland / Prof. Robert Brenner, UCLA / Prof. Howard Brick, Universidad de Michigan / Prof. Robert Buzzanco, Universidad de Houston / Prof. Beatriz Cerqueira, Deputada estadual (PT) em Minas Gerais (Brasil) / Dra. Paloma Checa-Gismero, Swarthmore College / Robert Carl Cohen, La película “Tres cubanos” / Prof. Drucilla Cornell, Universidad de Rutgers / Prof. Daniel Czitrom, Mount Holyoke College / Prof. Bruno De Conti, Universidad de Campinas (UNICAMP), Brasil (Brasil) / Maria de Fátima Carneiro de Mendonça, (Brasil) / Eliane Dias Caffe Alves, Cineasta / Prof. Lisa Duggan, Universidad de Nueva York / Hassan El-Tayyab, Comité de Amigos de la Legislación Nacional / Wagner Firmino Santana, Sindicato dos Metalurgicos do ABC (Brasil) / Prof.Derek Ford, Universidad DePauw / Carlos Gabas, Consórcio de Desenvolvimento Sustentável do Nordeste (Brasil) / Dr. Nathaniel George, Universidad de Harvard / Juan González, Democracy Now / Prof. Maggie Gray, Universidad de Adelphi / Rev. Graylan Hagler, Iglesia Congregacional Unida de Cristo de Plymouth / Dr. Kenneth Hammond, Universidad Estatal de Nuevo México / Alexandre Henrique Bezerra Pires, Centro Sabia e Articulação no Semiárido Brasileiro (ASA) (Brasil) / Srećko Horvat, DIEM, Movimiento Democracia en Europa / Derek Ide, Universidad de Houston / Dra. Christina Jackson, Universidad de Stockton / Ammar Ali Jan, Movimiento Haqooq-e-Khalq (Pakistán) / Prof. Claudia Koonz, Historia. Universidad de Duke / Prof. Peter Kuznick, Universidad Americana / Prof. Andrew Lamas, Universidad de Pennsylvania / Helmut-Harry Loewen, Sociedad Canadiense de Investigación y Educación Antirracismo / Prof.Sergio Machado Rezende, Universidade Federal de Pernambuco (Brasil) / Prof. Patrick Manning, Asociación Histórica Estadounidense / Prof. Lori Marso, Union College / Dr. Rosemari Mealy, City College of NY (CUNY) / Daniel Montero, Vientre de la Bestia / Liz Oliva Fernández, Belly of The Beast (Cuba) / Jerry y Koohan Paik-Mander, Foro Internacional sobre Globalización / Comisionada Mariah Parker, Gobierno Unificado del Condado de Athens-Clarke / Dra. Jennifer Ponce de León, Universidad de Pennsylvania / Mike Prysner, Los archivos del Imperio / Prof. Andrew Ross, Universidad de Nueva York / Alvaro Salgado, Centro Nacional de Apoyo a Misiones Indígenas (México) / Lohana Schalken, LOUD (Brasil) / Ivan Silveira, Ubatuba / SP (Brasil) / Joaquim Soriano, Ejecutivo Nacional del Partido dos Trabalhadores (Brasil) / Deyvid Souza Bacelar da Silva, FUP – Federação Única dos Petroleiros (Brasil) / Devyn Springer, Fundación Walter Rodney / Astra Taylor, Colectivo de Deuda / João Vicente Caixa d’Água, Sindicato dos Advogados de São Paulo (Brasil) / Jeanette Vizguerra, Santuario para todo Colorado / Prof. Suzi Weissman, Saint Mary’s College de CA / Patti Woods, interiores de Patti Woods / Prof. Emérito Nicholas Xenos, Universidad de Massachusetts Amherst / Orlando Zaccone D’Elia Filho, Movimento Policiais Antifascismo (Brasil)

Tomado de: Let Cuba Live

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Reflexiones sobre la actualidad cubana

La Habana, una calle de barrio

Por Fabián Escalante Font

Sin lugar a dudas, la explosión social ocurrida en nuestro país el 11 de julio del año en curso, nos sorprendió a todos y no por falta de evidencias e indicios. Las redes sociales en maratón olímpico propagaban a los “cuatro vientos” consignas, orientaciones, noticias falsas, fotos trucadas etc., dirigidas a manipular, confundir, engañar a la opinión pública nacional e internacional sobre la situación socio política cubana.

El objetivo era claro, aprovechar las dramáticas circunstancias de penurias y necesidades producidas por la asfixia del bloqueo multilateral decretado por Estados Unidos, sumado a eventos circunstanciales, tales como el incremento exponencial de la pandemia de Covid y la rotura de la principal fábrica de electricidad (Guiteras, de Matanzas), que no solo afectó la energía sino también el abasto de agua.

A ello habría añadir las dificultades en el abastecimiento de alimentos y medicamentos con las consabidas largas colas, una “mafia” de “mercado negro” nacida a consecuencia de ello, y a los errores cometidos en la tardía implementación de medidas económicas aprobadas desde hace ya algunos años, entre ellas la producción de alimentos.

La operación subversiva de magnitudes golpistas, al menos por lo que se conoce públicamente, no fue descubierta y desenmascarada, ni —al menos— advertida a la población por todos los medios disponibles. Un solitario y excelente documental, “La dictadura del algoritmo” expuesto por la TV cubana, consistió en el alerta más sobresaliente de estas semanas, que, sin embargo, al no estar concebida con una campaña mediática, bien organizada, dirigida a explotar las informaciones brindadas, no alcanzó los efectos sicológicos, políticos y de influencia en la conciencia social, que eran necesarios y debían proyectarse, ante la inminencia de la agresión en marcha.

La Cuba —y el mundo— de hoy es diferente al de ayer, y más diferente aún a la de los primeros años de la Revolución, razones que imposibilitan utilizar los mismos métodos de análisis o de manejo de crisis antes recurridos. Existe un sector poblacional joven, despolitizado, (por nuestro ineficiente trabajo político y patriótico) que no comprende la necesidad de la resistencia a las políticas imperiales y desean mejorar sus condiciones de vida y no encuentran una salida inmediata a sus expectativas.

Los días han transcurrido desde los sucesos relatados y como sucede, muchas interpretaciones surgen a la luz pública, mientras las campañas mediáticas en Estados Unidos y sus aliados continua machaconamente acusando a Cuba de violación de derechos humanos y otras atrocidades, con la abierta intención de crear las condiciones para una intervención militar norteamericana.

Los revolucionarios tenemos que meditar y sacar experiencias sobre los hechos sucedidos. Estados Unidos y su gobierno fascista es el principal responsable, pero —y este pero es importante—, nosotros también tenemos responsabilidades por los errores cometidos, que exigen un análisis AUTOCRITICO, no solo referencias marginales, es necesario profundizar en el porqué de ellos, cuáles fueron sus causas y cómo vamos a solucionarlos. Eso fue lo que FIDEL nos enseñó y advirtió en noviembre del 2005 al afirmar en un discurso en la Universidad habanera que solo la Revolución podía autodestruirse.

El llamado a los revolucionarios y a los comunistas ha de ser pasar a la ofensiva, a la primera línea: combate a los elementos contrarrevolucionarios de adentro y de afuera, combate a la corrupción, a la burocracia, la desidia: combate a lo mal hecho, combate a la decepción y a la desconfianza, a la falta o ausencia de control administrativo y político, combate a las orientaciones “huecas, formales”, en dos palabras, generar ideas, defender conceptos y conquistas.

Combatir contra el enemigo y la burocracia, sería el deber y la responsabilidad de este momento histórico. Utilizar las organizaciones políticas, sociales y de masas, sustentados en los deberes y derechos que nos proporciona nuestra Constitución socialista, no rehuir la confrontación directa y no temer a enfrentar los conflictos, porque como Fidel en muchas ocasiones nos indicó: la mejor forma de defenderse es tomando la ofensiva.

El combate y la confrontación de ideas se está desarrollando hoy en la base de la sociedad, en la cuadra, en el barrio, en la comunidad y es allí donde el Partido y las organizaciones sociales y de masas deben y tienen que dar la batalla, no para oprimir, sino para convencer, para explicar y en su caso, para trasladar a la dirección del partido y el gobierno, las dificultades, incomprensiones y carencias.

La pasividad nos hace cómplices de los errores y tendencias negativas que ya Fidel en su tiempo había advertido.

Las campañas enemigas realizadas por redes sociales, por los mercenarios de origen cubano que habitan en la Florida, así como por las operaciones mediáticas de los medios informativos tradicionales burgueses, deben ser enfrentadas sin vacilación. Es necesario denunciarlas, alertar a nuestra población, desarticularlos desde adentro, aprovechando la necesidad del enemigo de publicitar sus consignas, orientaciones y contactar con sus promotores internos, actividades que pueden ser prevenidas y neutralizadas, sin innecesarias movilizaciones, que pudieran desgastar y agotar nuestras fuerzas en la perspectiva de un largo combate.

La solidaridad externa, como se ha convocado, debe potenciarse a su máxima expresión, tanto en Miami y otras ciudades norteamericanas donde habitan cubanos honestos, así como en otras ciudades del Mundo, donde es bien conocida la actitud solidaria cubana.

Una vez más, FIDEL nos convoca a la batalla de ideas, que consiste en el debate y no en la imposición, en el convencimiento, en escuchar y comprender argumentos, y aceptar aquellos que sean justos, porque ello no implica concesiones de principios, al contrario, en todo caso, refuerza nuestro CONCEPTO DE REVOLUCIÓN, AQUEL QUE NOS LEGÓ FIDEL. “TRINCHERAS DE IDEAS VALEN MÁS QUE TRINCHERAS DE PIEDRAS”

Tomado: Cubaperiodistas

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Lo que Estados Unidos sí puede hacer

Joe Biden Presidente de los EE.UU. Foto CNBC

Por Carlos Fernández de Cossío @CarlosFdeCossio

Cuba no espera de los Estados Unidos regalo alguno, ni reclama un trato comercial preferencial, ni créditos blandos. No pide a ese gobierno donaciones, ni asesores, ni asistencia técnica.

Tampoco exige cambios en el ordenamiento político interno de ese país, ni impone su genuino reclamo de justicia para los sectores más desfavorecidos de la población, los presos por razones políticas, los que sufren el racismo, el excesivo número de condenados a muerte, los inmigrantes maltratados y los millones de víctimas de un sistema político, económico y social que los excluye cada vez más, sin esperanza de cambio.

Lo que Cuba tiene derecho a demandar es que los Estados Unidos respeten nuestras prerrogativas soberanas y desistan de actuar con el pretendido privilegio de dominar el destino de la nación cubana, en otras palabras, que se termine la agresión y nos dejen en paz.

Como mínimo y al amparo del Derecho Internacional, lo que Cuba tiene la legitimidad de reclamar al gobierno de los Estados Unidos son acciones tan sencillas y nada ambiciosas como las siguientes:

  1. a) que ponga fin al bloqueo económico, a la injerencia en los asuntos internos de Cuba, al financiamiento millonario de la subversión política y a la tolerancia que disfrutan grupos terroristas que desde ese país actúan contra Cuba;
  2. b) que abandone la persecución de los suministros de combustible a Cuba desde terceros mercados, de las transacciones financieras en terceros países y de las gestiones comerciales de nuestro país en cualquier rincón del planeta;
  3. c) que cumpla sus compromisos con los acuerdos migratorios bilaterales, en particular la migración cada año de al menos 20 mil cubanos hacia los Estados Unidos;
  4. d) que restablezca los servicios migratorios y consulares de su Embajada en La Habana, de la que dependen ciudadanos que habitan en ambos países;
  5. e) que elimine las limitaciones a los viajes y la trasportación aérea entre los dos países;
  6. f) que elimine la prohibición a las remesas que envían ciudadanos comunes desde los Estados Unidos a sus familiares y allegados en Cuba;
  7. g) que devuelva a Cuba el territorio que desde 1902 ocupa la base naval estadounidense establecida en la provincia de Guantánamo.

Nada de lo anterior lacera un ápice la soberanía de los Estados Unidos, ni compromete su seguridad nacional. Todo puede lograrse aun si derogar esa barbaridad de legislación comúnmente llamada Helms-Burton, que constituye testimonio insuperable de la ambición imperialista estadounidense sobre Cuba y cuya existencia hace imposible la sostenibilidad de una eventual relación perdurable entre los dos países.

El análisis de los acontecimientos ocurridos el 11 de julio no puede realizarse sin considerar las limitaciones económicas actuales de nuestro país, agravadas esencialmente por el bloqueo económico de los Estados Unidos y los efectos sanitarios, sociales y económicos de la pandemia de COVID-19, escenario que genera una tensa situación social, que perjudica y ciertamente inquieta a la mayoría de los cubanos.

No podría desconocer insuficiencias de gestión en varios territorios, y los obstáculos que por razones diversas han dilatado el proceso de actualización del modelo socialista cubano y nuestra capacidad de responder a necesidades apremiantes.

Esa realidad, que compete a los cubanos encarar, el imperialismo la quiere aprovechar para cumplir los viejos propósitos hostiles y de dominación contra Cuba. Ha intentado sin mucho éxito movilizar en la campaña a sus aliados, a veces con presiones que rozan con el chantaje, y ha desatado con ese fin una ofensiva mediática y mendaz, haciendo uso de su dominio monopólico de los grandes medios de información masiva y de las redes digitales.

Ha pretendido explotar esta difícil situación, como ha querido aprovecharse de la pandemia COVID19, para aplicar contra Cuba una política de máxima presión y estimular por vía de las redes digitales sentimientos de frustración, angustia y desesperanza en una población que enfrenta a diario duras carencias y difíciles condiciones sociales para las que no hay respuesta sencilla.

Ha estimulado también sentimientos de odio y resentimiento, muchos de ellos importados del agrio clima de agresividad política que caracterizó la campaña electoral de los Estados Unidos en el año 2020, particularmente en el sur del estado de Florida. Primó allí con asombrosa crudeza la intolerancia ideológica, el extremismo, el uso de la calumnia y el sicariato mediático.

Son formas de hacer política y promover campañas ajenas a la realidad cubana, que intentan penetrar ahora en nuestro entorno gracias al desarrollo de las modernas técnicas de comunicación y el abuso deliberado de ellas por parte del gobierno estadounidense y sus servicios especiales.

En línea con los propósitos de Washington, grandes organizaciones y cadenas mediáticas describen lo que aconteció en Cuba el 11 de julio con un empeño inocultable de magnificar lo ocurrido e intentos de hacer creer que nuestro país lleva días bajo una revuelta popular. Es un libreto preconcebido que responde a objetivos políticos. Se acompaña de otras grandes falsedades que no tiene sentido comentar aquí.

En ese ambiente, no han faltado llamados a que se proyecten contra Cuba agresiones bélicas, a veces con el disfraz desprestigiado de las “intervenciones humanitarias”.

Entretanto, nadie se acordó más de Matanzas, territorio nacional que sirvió a los supuestos inquietos para lanzar o acompañar la farsa digital con la etiqueta SOS. Quien se ocupa y continúa asegurando la respuesta a la compleja situación epidemiológica de la provincia es el Estado cubano, su personal de la salud y de otros servicios, acompañados por el pueblo solidario y las familias cubanas.

Si al gobierno de los Estados Unidos le inquietara con honestidad el bienestar del pueblo cubano y tuviera alguna motivación real para aliviar la indiscutible presión de factores socioeconómicos que lo afectan, hay acciones concretas y de implementación inmediata, cuyo impacto repercutiría favorablemente en todo el pueblo. Se requeriría de parte de Washington la voluntad, ya enunciada una vez hace pocos años, de abandonar la práctica de castigar a toda la nación cubana, como modo de enfrentar las discrepancias políticas que tiene desde hace mucho con la voluntad nacional de esta tierra y este pueblo indomables.

Tomado de: Cubadebate

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Humanismo o “humanitarismo”

Basta recordar lo que hicieron en Yugoeslavia, Irak, Afganistán, Libia, Siria, Panamá… Foto The New York Times

Por Sara Rosenberg

La guerra que se abate contra Cuba desde hace más de 60 años es una guerra contra la humanidad. Contra el sentido mismo de humanidad que es exactamente lo contrario del “humanitarismo” esgrimido para invadir, bombardear, destruir y saquear a los pueblos.

El concepto de humanidad martiano pone en cuestión el sistema capitalista mismo, porque atañe al sentido profundo de lo que significa ser un ser humano. Existir para la vida (colectiva), con la historia como espejo de futuro, o existir para la destrucción de la vida.

Aquí, en los países que forman parte del arco imperialista resulta difícil imaginar un ser humano que rompa con el egoísmo y que priorice lo colectivo a la mezquindad individual, a esa forma de esclavitud obligada y consensuada que está destruyendo nuestro planeta.

¿Es acaso posible que el ser humano sea solidario, sea consciente de su ser social, responsable, equitativo y justo? ¿Es posible lograr una sociedad humana liberada de la explotación económico-política y cultural a la que el capitalismo nos somete? ¿Es posible que seamos capaces de ser nosotros —y juntos— más humanos?

Sí, Cuba ha dicho que sí y lo ha dicho en voz muy alta y en los peores momentos, cuando se nos hundió la URSS, no sólo por la larga y cruel “guerra fría” sino por haber abandonado ese concepto comunista de Humanidad y por haberse enfriado hasta perder la batalla ideológica, la batalla de ideas de la que tanto nos habló Fidel.

Sí, el pueblo cubano ha demostrado muchas veces cómo resistir y vencer los constantes ataques del imperialismo y también de aquellos que desde posiciones seudo democráticas y/o socialdemócratas hacen de eco plañidero, cuando lo esencial y relevante es que la fuerza de la revolución cubana reside en la construcción de ese Hombre Nuevo, como decía el Che, capaz de imaginar otra humanidad, otra forma de relación humana, liberada de toda explotación.

Es un tema crucial y es una lucha profunda en el campo del lenguaje, por la verdad y contra la mentira y con la fuerza de los que decimos sin medias tintas que apostamos por la construcción de una humanidad diferente, de un mundo socialista.

Y decía que esta guerra es contra la humanidad entera, porque nos abarca, nos compromete y muestra claramente que la barbarie imperialista necesita destruir eso que es lo propiamente humano: la dignidad, la equidad, la cultura solidaria, el internacionalismo y la justicia. Eso es Cuba y eso es intolerable para las oligarquías imperiales y sus tristes marionetas que han salido a la calle empujadas por redes mercenarias, que saben aprovechar el dolor infligido por el bloqueo, sumado ahora a la covid.

Hace unos días hubo más cuatrocientas personas en la embajada de Cuba en Madrid apoyando al pueblo cubano y su revolución. Afuera una pequeña horda descerebrada dirigida por la señora Monasterio (de origen cubano, hija de esclavistas y dirigente del partido fascista Vox) vociferaba, y era triste verlos gritar a favor del verdugo, con el lenguaje inhumano del odio y la irracionalidad propia del totalitarismo nazi.

Mientras esto sucedía, un compañero cubano me comentó “nosotros no somos un número, nosotros somos familia y cada uno cuenta, cada muerto por el Covid nos pesa en el alma y lo vamos a vencer”, y al escucharlo sentí la grandeza de esa humanidad que ha forjado la Revolución.

Basta escuchar cómo habla el ministro de sanidad cubano, el presidente Díaz-Canel, los médicos, los periodistas, los estudiantes, la gente en la calle para saber que su lenguaje mismo es completamente diferente a la cháchara del pan y circo de los medios de des-información españoles y europeos. Y si —haciéndole caso a Brecht— nos distanciamos lo suficiente de este discurso mediático envilecido, entendemos que su función es oscurecer, embrutecer, que no hablan para seres humanos sino para consumidores, con un lenguaje pobre, brutal, emocional (por no decir amarrillo) y donde la mentira manda.

Sin duda y a pesar de la dura situación que les impone el bloqueo la conciencia y la cultura del pueblo cubano están en el futuro, en el futuro que tanto deseamos para el mundo entero. Alguien me dirá que en Cuba hay hambre y responderé que “millones de niños en el mundo mueren de hambre, pero ninguno es cubano”, y reconoceré que el bloqueo provoca escasez y sufrimiento y que ese es su objetivo: asfixiar, sitiar y destruir el socialismo.

Es tan sencillo como criminal, el país que ha producido sus propias vacunas, el que menos muertes por covid tiene, no puede comprar jeringuillas porque los señores de la guerra controlan el mercado y bloquean esas transacciones.

Y no podemos olvidar que en esa institución llamada ONU, 184 países votaron en contra del bloqueo, pero que una vez más dos estados delincuenciales —USA e Israel— se opusieron pero hasta ahora parece que pueden más que el mundo entero.

¿Es esto la tan mentada democracia occidental? ¿Es esto la democracia española que condena la supuesta “violencia” en Cuba, que reconoce al mafioso Guaidó y hospeda a sus secuaces y calla sobre los crímenes de lesa humanidad en Colombia, en Chile, en Palestina, en Yemen y en tantas otras partes del mundo donde los negocios son suculentos y la ética demócrata repugnante?

Nacimos y crecimos en una América Latina alumbrada por la Revolución cubana, y digo alumbrada porque fue la luz que nos marcó el camino y nos sostuvo en tiempos muy sombríos de crimen institucional y terrorismo de estado. Y seguimos creciendo en las dificultades que implica todo proceso revolucionario, atacado permanentemente con un bloqueo genocida.

No hubo castigo que nuestra isla no haya recibido, atentados, intento de invasión, intentos de magnicidio, bio-terrorismo, bloqueo, campañas mediáticas bestiales para hundir el espíritu que la Revolución sembró hace más de medio siglo.

Y esta barbarie se ejerce contra la humanidad misma, decía, porque necesitan destruir la posibilidad de un futuro justo para el ser humano, y saben perfectamente que esa condición solo es posible en un mundo de iguales, sin explotación y sin acumulación de capital/ y destrucción, dos características inevitables del capitalismo.

Por más que cacareen lo contrario los demócratas de la OTAN, la NED, la CIA, la Unión Europea, que es decir el banco mundial y el FMI con sus vastos tentáculos.

Acumular capital implica destruir vidas humanas y destruir el planeta. Lo estamos viendo y viviendo cada día. No basta que intenten tapar con eufemismos tales como “cambio climático”, (+“derechos humanos”, +“libertad de expresión”, etc.) lo que es la intensiva y siniestra explotación del planeta sin ley ni limite, porque los señores de la guerra capitalista dictan las leyes mientras engañan a las grandes mayorías del planeta para robar mejor y cuentan con un inmenso aparato cultural que potencia este festín caníbal (verde, morado, naranja y tecnicolor) que después vota a la podrida democracia que los señores de la guerra controlan desde sus entrañas.

Nos venden toneladas de basura cultural para convencernos del peligro que entraña la existencia de otra alternativa, de otra forma de vida, de otro concepto de humanidad: una humanidad socialista.

Es gracioso y es un detalle significativo que aprendí estudiando ruso. Hay una letra que no existe en nuestro abecedario (z rusa) a la que llamamos, “la z del ruso malo de las películas”.

Miles de películas de malvados rusos terminaron por hacer que ese sonido sea fácilmente reconocible. Malvados rusos atacan siempre al buen occidente con un sonido de víbora cascabel. De la misma manera constante inoculan la propaganda contra cualquier país que sea capaz de desafiar la férrea ley del mercado.

Pasó con la URSS (atacaron a la URSS hasta minarla por dentro), pasó con Vietnam (triunfante, a pesar de la destrucción brutal de la guerra), pasa con China (que los ha superado con creces y con otro modelo de producción y gestión), pasa con Corea y con Irán demonizados, pasa con la Siria atacada que los ha vencido, pasa con Venezuela, con Nicaragua, con Bolivia, y pasa y sigue pasando con Cuba.

Todas estas reflexiones para llegar a lo que hoy me parece esencial: recuperar y renacer con firmeza en la defensa y construcción del mundo nuevo, del socialismo que Cuba significó y significa.

Necesitamos unir fuerzas internacionalistas contra la barbarie y organizar en cada lugar de esta Europa a la deriva, -que ha perdido la fuerza que tuvieron los partidos comunistas antes de la catástrofe neoliberal/eurocomunista-, para seguir construyendo el socialismo y luchando por él. En este camino siempre Cuba nos seguirá alumbrando, de allí que sea imprescindible derrotar el bloqueo y unirnos en la exigencia de que se cumpla lo que se ha votado en la ONU.

Esa es la tarea urgente en Europa, debemos exigir a cada uno de los gobiernos que votaron contra el bloqueo en la ONU, cumplir y hacer cumplir esa decisión. Basta de papeles mojados, los ciudadanos de los países que están representados en esa votación deben exigir que lo votado se cumpla ahora.

Ahora más que nunca hay que llamar a la unidad y a la organización internacional contra el bloqueo a Cuba.

Es una obligación no solo moral sino una urgencia para la supervivencia misma de la especie humana. No actuar es dejar que el crimen de lesa humanidad campee a sus anchas y lleve a las masas desorientadas hacia lo que dolorosamente conocemos: el fascismo. De nuestra voluntad depende detenerlos y transformarnos.

Nada más lejos de la Humanidad que el Humanitarismo: son antagónicos.

La “intervención humanitaria” que los señores de la guerra y sus acólitos promueven ha sido siempre la misma: crear el caos, debilitar al estado, destruir-endeudar e intervenir militarmente. Son expertos en la técnica de creación del caos y pagan a mercenarios que piden –sin vergüenza- invasiones a su propia patria.

Este “humanitarismo” se apoya en la ley que llamaron “responsabilidad para proteger” (RP) que consiste en crear el caos (bloquear-asfixiar-armar grupos mercenarios) dentro de un país para justificar después la intervención militar y la destrucción de millones de vidas humanas. Basta recordar lo que hicieron en Yugoeslavia, Irak, Afganistán, Libia, Siria, Panamá…

La única Humanidad posible es la de la igualdad de derechos y la no injerencia, nuestra humanidad es “la humanidad que ha dicho basta y ha echado a andar” contra las artimañas y la crueldad del imperialismo.

Queremos paz, queremos desarrollo social y democracia de verdad.

Por eso una vez más exigimos el fin del bloqueo a Cuba.

(Y a Venezuela, a Nicaragua y a todos aquellos países que sufren las consecuencias devastadoras de esta guerra no declarada llamada bloqueo)

¡No al bloqueo genocida!

¡Patria o muerte! Venceremos.

Tomado de: Cubadebate

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Cuba, solidaridad y pandemia

Por Arianna Álvarez Ávalo*

¿Dónde estaban quienes unen las palabras ayuda y humanitaria cuando Estados Unidos prohibió la entrada de un buque proveniente de China con insumos para encarar el Covid y ayudar al pueblo cubano? ¿Dónde estaban cuando Trump prohibió la ayuda monetaria a las familias en la isla, cuando recrudeció una política inhumana en medio de una crisis mundial y una enfermedad mortal, cuando prohibió la compra de ventiladores a empresas estadunidenses, cuando dejó barcos de petróleos en el mar? ¿Dónde estaban cuando más el pueblo los necesitó? La principal ayuda humanitaria para los cubanos sería la eliminación del bloqueo. Si no estás de acuerdo, no eres humano, ni quieres ayudar a nadie. Casualmente son los mismos que pusieron el grito en el cielo cuando Cuba ayudó al buque inglés porque nadie quiso hacerlo…

Los cubanos somos solidarios de por sí. No necesitamos corredor humanitario oportunista con claros fines políticos cuando tenemos miles de hermanos en todas partes siendo ese corredor humanitario sin tanto bombo y platillo por años. Hay organizaciones de solidaridad con Cuba que llevan años enviando donaciones y durante la pandemia no han cesado. Son públicos los proyectos, organizaciones, ONG e iglesias que envían ayuda a Cuba. Si quieren ayudar, ¿por qué nunca se han puesto en contacto con estas organizaciones y grupos de cubanos? ¿Por qué ahora hacen directas y cartelitos haciéndose los héroes, mientras han sido cómplices de los abusos más grandes contra el pueblo de Cuba? Desde Italia, Canadá, Islas Canarias, España, Inglaterra, Alemania, Panamá… han enviado insumos y ayuda verdaderamente humanitaria, desde fármacos, jeringas, hasta dinero. Y siguen armando contenedores para enviar, esquivando las trabas que impone el bloqueo para hacer llegar el cargamento a puerto cubano. A ellos, nuestro más sincero agradecimiento.

Duele mucho cada vida que se pierde, duele mucho la situación de hospitales y centros de aislamiento, duele mucho la escasez, pero no somos ni remotamente el peor país de la región. Aunque la matemática me parece inoportuna cuando se trata de vidas humanas, es hora de mostrar datos para quienes quieren vendernos el caos y el abandono. Estos datos son de ayer, pero la situación no ha cambiado mucho, o al menos no para bien.

Miami Dade (sólo 2 millones 717 mil habitantes) ha tenido 504 mil casos de coronavirus y 6 mil 472 muertes (1.28 por ciento de los casos confirmados).

En Florida (el doble de habitantes que en Cuba) han tenido 37 mil 895 muertos. ¿Pedimos ayuda humanitaria para la Florida?

Madrid (6 millones 752 mil 763 habitantes) ha tenido 739 mil casos y 15 mil 469 muertos (2.09 por ciento de los casos confirmados). Río de Janeiro (6 millones 748 mil habitantes) ha tenido 973 mil casos y 56 mil 321 muertes (5.78 por ciento de los casos confirmados). De ayer para hoy casi 200 muertes más. La región metropolitana de Chile (7 millones 112 mil 808 habitantes) ha tenido 661 mil casos y 17 mil 377 muertes (2.62 por ciento de los casos confirmados).

Podría mostrar más datos de la región y del primer mundo donde, con mucho menos habitantes, el manejo de la pandemia ha sido catastrófico y nadie ha pedido la ansiada intervención humanitaria.

Luego está Cuba (11 millones 333 483 habitantes) que ha controlado la pandemia por más de un año sin que colapsen los sistemas de salud. Ha presentado 218 mil 396 casos y mil 431 muertes (0.65 por ciento de los casos confirmados).

Cuba no tiene las condiciones ni está remotamente cerca, según la ONU, para pedir o aceptar una intervención humanitaria. No hay un conflicto bélico, ni estamos cerca de la media del mal manejo pandémico en la región. No me prestaré para ingenuidades tontas y campañas orquestadas.

Sobran ejemplos de ayudas humanitarias que terminaron en intervenciones militares y derrocamientos de gobiernos con intereses económicos detrás y miles de muertes civiles, a pesar de que la ONU estipula que debe existir el respeto a la soberanía. Por citar algunos tenemos a Panamá, Yugoslavia, Haití, Irak, Libia. ¿Quién estuvo detrás, directa o indirectamente, de esas ayudas humanitarias? Los abusadores de siempre que no nos dejan vivir en paz y que ahora dicen preocuparse por nuestro bienestar. Cinismo político y oportunismo imperial.

Me niego a ser usada. Toda ayuda es bienvenida y el agradecimiento será eterno. La solidaridad de los grupos foráneos que no han parado de buscar las vías para enviarnos insumos es la verdadera ayuda humanitaria, el único corredor humanitario que ha existido hasta ahora. Las organizaciones, las vías, los mecanismos existen, la intención está. Si quieren ayudar a sus hermanos cubanos, háganlo de corazón y desinteresadamente, como sólo puede ser la verdadera solidaridad. Cuba necesita de todos, pero para hacer por ella. Dejen de figurar en redes que aquí hay vidas que salvar.

*Profesora de clarinete y estudiante de música de la Universidad de las Artes de Cuba.

Tomado de: La Jornada

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Democracias y demócratas contra Cuba

Ares (Cuba)

Por Marcos Roitman Rosenmann

¿Qué democracia es aquella que estrangula, ahoga, oprime y viola los derechos humanos gritando libertad? ¿Y qué demócratas aquellos que se refugian en la crítica fácil denunciando el hambre sin apuntar a sus responsables? ¿Serán los demócratas que no tienen empacho en declarar que viven en democracia y sus gobiernos venden armas, desestabilizan países, justifican invasiones, patrocinan magnicidios y golpes de Estado? ¿Serán acaso los demócratas que bajan la cabeza cuando se trata de pagar impuestos? ¿O serán los demócratas con cuentas en el extranjero y gritan libertad? ¿Serán acaso los gobiernos democráticos cuyos gobernantes dejan morir a miles de personas que cruzan el Mediterráneo en pateras? ¿O acaso son los demócratas que construyen campos de hacinamientos para refugiados donde esperan un asilo que nunca llega? ¿O, por el contrario, son los gobiernos democráticos que esquilman las riquezas naturales en América Latina, bajo el principio de practicar la libertad de mercado? ¿Serán, acaso, los demócratas que denuncian fraude cuando pierden elecciones y patrocinan el terrorismo judicial? ¿O, por el contrario, serán los reyes que gozan de impunidad y mandan callar, mientras roban a mansalva? ¿Serán los gobiernos democráticos que contaminan ríos, mares y se ufanan de hacerlo en nombre de la libertad? ¿O, por el contrario, son los gobiernos democráticos que han deforestado y desertizado, poniendo en riesgo la biodiversidad del planeta? Me pregunto si ¿serán aquellos gobiernos donde asesinan a dirigentes sindicales y defensores de los derechos humanos? O por el contrario, ¿serán los demócratas que persiguen al inmigrante bajo la estatua de la libertad? ¿Igual son los que levantan muros de la vergüenza? Me cuesta pensar que fuesen los demócratas que han vaciado las arcas públicas en beneficio propio. Tal vez sean otros demócratas, los que pagan sueldos de miseria, defraudan a la seguridad social, solicitan planes privados de pensiones ¿O tal vez, sean los demócratas, cuyos principios les impide condenar el racismo? Igual me imagino a los demócratas homófobos y machistas que niegan la violencia de género.

Contra Cuba, ¿podrían ser demócratas convencidos de la superioridad de la raza blanca? ¿Tal vez, sean los democráticos gobiernos que patrocinan guerras, negocian con la muerte y trafican con la paz? ¿O los políticos democráticos cuya corrupción les preceden y cuyas fortunas son fruto de la estafa y el narcotráfico? ¿Tal vez, pueden ser los sacerdotes pederastas y la iglesia que les protege, quienes levanten la bandera de la libertad en Cuba?

Las preguntas se me acumulan cuando pienso que pueden ser los demócratas que a precio de saldo vendieron empresas públicas a compañías trasnacionales. No sé si quienes hablan de falta de medicamentos en Cuba, son los mismos que han privatizado la salud, hacen negocio con la enfermedad, desmantelan hospitales y construyen clínicas privadas. Tengo más dudas: ¿serán los gobiernos democráticos que lucran a fondos buitres, rematando la vivienda social al tiempo que desahucian a sus legítimos dueños? Y ahora que hablamos de las falsas noticias y la libertad de prensa, ¿pueden ser los democráticos dueños de los medios de comunicación, que mienten, censuran y rotulan libertad y democracia para Cuba? En este suma y sigue: ¿tal vez, pueden ser los democráticos banqueros y sus consejos de administración, cuyas entidades se han beneficiado de la crisis, llevando a la quiebra a cientos de pequeños y medianos empresarios? ¿O pueden ser los bien pagados y democráticos periodistas condenados por difamar, mentir y ­desinformar?

En este mar de preguntas, busco respuestas para entender cómo han surgido tantos demócratas y democracias cuyos gobiernos se arrogan el poder de exigir a Cuba aquello de lo que carecen. No dejo de interrogarme sobre los gobernantes democráticos cuyas promesas se van al limbo y no renuncian. Pienso en los oligarcas, terratenientes, empresarios que expropian tierras comunales, matan a dirigentes de los pueblos originarios bajo el grito de libertad de mercado y democracia, apoyados en sus fuerzas paramilitares. En definitiva, pienso en los gobiernos democráticos y tantos demócratas, literatos, académicos, cantantes y tertulianos, que se rasgan las vestiduras al hablar de Cuba, desde la equidistancia, pero restan importancia al bloqueo o lo minimizan hasta dejarlo en una caricatura. Una excusa de izquierdistas trasnochados, dirán. Hoy, todos contra Cuba. No son los defensores de la democracia son sus verdugos.

Tomado de: La Jornada

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No podemos callar. Declaración de la FAMCA

Facultad de Comunicación Audiovisual de la Universidad de las Artes de Cuba

Convocamos a no callar ante lo vivido por nuestro país, ante lo que resulta obvio y algunos pretenden no ver. Hemos decidido pronunciarnos ante la intención de generar una desestabilización violenta del orden social y político en Cuba, aprovechando la crisis generada por la pandemia, y agravada por el bloqueo que mantiene el gobierno de los Estados Unidos contra nuestro país, y aprovechando además que la atención y los esfuerzos principales están centrados en atender a la salud de nuestro pueblo.

Ratificamos nuestra firme decisión de hacer valer la Constitución que votamos el 86 por ciento de los cubanos. No renunciaremos nunca a los ideales ahí refrendados. En su texto la defensa de la Patria queda reflejada como el más alto honor para un ciudadano de la República de Cuba.

Compartimos el reclamo de todos los ciudadanos honestos que han expresado públicamente sus insatisfacciones. Al igual que ellos, rechazamos el uso de la violencia contra cualquier manifestación pacífica. Defendemos el derecho a la libertad de expresión y al libre debate de ideas sobre la base del respeto. De la misma manera reconocemos el derecho de las instituciones a defenderse, siempre en el marco de la legalidad y la paz. Consideramos como principio que el ejercicio individual de los derechos solo está limitado por el derecho de los demás.

No renunciaremos a que lleguen a todos los cubanos las condiciones materiales y espirituales de vida dignas por las que tanto hemos trabajado durante la Revolución y seguiremos trabajando. Sin una visión del valor que eso tiene no hay cultura, ni salud, ni educación, ni justicia social posibles. Es necesario mirar de forma crítica, consciente, y proactiva las condiciones de desventaja social en las que vive una parte importante de nuestra población.

Nuestra postura es firme ante los intentos de injerencia e intervención extranjera, así como de generar el escenario para propiciarla. Desde esta posición repudiamos a los que se expresan con posturas propias de anexionistas, a aquellos que desde hace tiempo han elegido el camino del mercenarismo, y a todos los que lesionan la integridad de la Patria, o comulgan con quienes lo hacen.

Rechazamos el uso del terror como estrategia para atemorizar a las personas que trabajan en las instituciones y en cualquier forma de nuestra sociedad organizada, el odio a lo que represente nuestros valores y nuestro civismo, el vandalismo y el saqueo para apropiarse de bienes materiales, y la destrucción de la infraestructura con que cuenta nuestro país. Rechazamos la intención de asediar sedes de instituciones y medios de difusión. Repudiamos el ataque a centros hospitalarios, a sedes de organizaciones políticas y de masas, y a viviendas de personas sea cual sea su ideología política.

Pedimos que se brinde más información de lo que está sucediendo en Cuba hoy y siempre. Rechazamos la campaña de odio y manipulación fomentada desde las redes sociales con el fin de crear desunión, desinformación, y enfrentar a los cubanos entre sí, desde un grupo de medios digitales que se ha demostrado una y otra vez que están financiados por los bolsillos de los mismos que nos bloquean, una realidad que algunos insisten en no querer ver.

Como profesionales de la comunicación audiovisual planteamos que nuestros medios tienen que lograr un lenguaje que informe y esclarezca con transparencia sin ignorar realidades y peligros. Es necesario asumir la autocrítica respecto a todo lo que sea necesario. Igualmente alertamos al mundo de la campaña de articulación de los grandes medios para difundir una imagen falseada de nuestra realidad.

Llamamos a la reflexión y la unidad de todos los cubanos de buena voluntad para superar estos momentos difíciles. Cuba merece la unidad y el amor de sus hijos, y no el odio de quienes la agreden. La soberanía de la Patria es sagrada. Patria es Humanidad.

Consejo de Dirección y Comisión Científica de la Facultad de las Artes de los Medios de Comunicación Audiovisual. (FAMCA)

Consejo Universitario de la Universidad de las Artes (ISA)

1-Magda González Grau (Profesora) 2-Charly Medina (Profesor) 3-Marta Díaz (Profesora) 4-Joel del Río (Profesor) 5-Daniel Díez (Profesor) 6-Eduardo Eimil (Profesor) 7-Pedro Hernández (Profesor) 8-Caridad Martínez (Profesora) 9-Orieta Cordeiro (Profesora) 10-Manuel Corujo (Profesor) 11-Enrique Bris (Profesor) 12-Joel Hernández Marín (Profesor) 13-Niurka Ramos (Profesora) 14-Ana Vivian Mora (Profesora) 15-Guillermo Valle (Profesor) 16-Altinay Martínez Ávila (Profesora) 17-Ana Gloria Gutiérrez (Secretaria Docente) 18-Maibis Ruiz (Profesora) 19-Ania Ortega (Profesora) 20-Heiking Hernández (Profesora) 21-Javier Gómez Sánchez (Decano) 22-Aramis Acosta Calineau (Profesor) 23-Carlos Mérida (Profesor) 24-Yuniel Mentado (Profesor) 25-Sebastian Milo (Egresado) 26-Pao Fraga (Egresado) 27-Michel Pascual Domínguez (Egresado) 28-Carla Denise Luis Gutiérrez (Estudiante) 29- Humberto Fernández (Estudiante CPE) 30- Guillermo G. Vaillant (Estudiante) 31- Lisy Rojas Varela (Egresada) 32- Lidunka Suarez (Profesora) 33- David Ramos Casín (Estudiante) 34- Heidy Calderón (Estudiante Filial Holguín) 35- Gretsin Cusido (Estudiante Filial Holguín) 36- Giselle Diaz Cabrera (Estudiante Filial Holguín) 37- Leonardo Feria (Estudiante Filial Holguín) 38- Rocío Carballosa (Estudiante Filial Holguín) 39-Viger Suró Fonseca (Estudiante Filial Holguín) 40-Humberto Perdomo (Estudiante Filial Holguín) 41-Leonardo Leyva (Estudiante Filial Holguín) 42-Armando Rodríguez (Estudiante Filial Holguín) 43-Raciel Aguilera (Estudiante Filial Holguín) 44-Juan Pablo Carreras (Estudiante Filial Holguín) 45 -Patricia McPhaterson  (Estudiante Filial Holguín) 46 – Armando Pérez (Profesor Filial Camagüey) 47 – Yamilka Álvarez (Profesor Filial Camagüey) 48 – Jorge Campanería (Profesor Filial Camagüey) 49 – Rebeca Burón (Profesora Filial Camagüey) 50 – Fred Munster (Estudiante Filial Camagüey) 51 – Beatriz Guzmán (Estudiante Filial Camagüey) 52 – Néstor Labrada (Estudiante Filial Camagüey) 53 – Dariel Cárdenas (Estudiante Filial Camagüey)

Tomado de: ISA. Universidad de las Artes

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Weyler, Floyd y el 11 de julio

Por Zaida Capote Cruz

Cuando era joven e ingenua creía que con solo sonreír podía mostrar, contra lo que piensa cada vez más gente, que en Cuba se puede ser feliz. No era una idea tan descarriada: leyendo a Lillian Hellman para consolarme de la dureza de estos días, encuentro en la introducción de Garry Wills a Tiempo de canallas la anécdota sobre aquella guionista-censora que tachó de propaganda comunista una película porque “los rusos sonreían”.

Nos han tocado tiempos muy duros, bajo un acoso que no cesa. Y ahora la vida nos pone en una disyuntiva bastante clara, sin mayores matices. Para muchos de nosotros, en este instante la batalla esencial es la que podamos librar contra el bloqueo y sus paladines. Esa la hemos dado durante años riendo, curando, escribiendo, cantando, discutiendo, investigando, boxeando, sembrando, luchando cada día en el pedacito de mundo que nos toca. Pero aun así no basta.

Muchos de nuestros compatriotas, por su parte, consideran que ese persistente acoso es un mal necesario, la única vía para acabar con la dictadura. O, en el mejor de los casos, un pequeño obstáculo, un diferendo binacional sin mayores consecuencias y mero pretexto utilizado por el gobierno de la Isla. Por ese “mero pretexto” –que agrava hasta lo indecible los efectos de la pandemia y de la crisis global– hace más de un año vivimos de manera angustiosa y purgamos la culpa de vivir en la Cuba de adentro.

La desproporción cuando se habla de Cuba es notoria. Se valen las mentiras, alentar el odio, matarnos de hambre. Escandalizan la represión y los desaparecidos. Quienes insisten en condenar al gobierno cubano por violación de los derechos humanos son los más atentos escuchas de esas denuncias, como si esto fuera de verdad una guerra contra un gobierno y no contra un modelo de sociedad que intenta la mayor justicia, soberanía y solidaridad posibles.

No justifico arbitrariedades y excesos al interior de la Isla. Cuba sufre hace rato, además, un déficit crónico de escucha y acción política que es, a no dudarlo, una de las principales causas de que nos hallemos en esta encrucijada. Quizás lo único bueno que puedan traer estos días sea rescatarnos de la desidia y la inacción. Que cada quien trabaje por lo que cree, pero que trabajemos todos, advertidos por el abismo al que nos asomamos el 11 de julio.

Ya sé que la historia, el contexto y todas esas mojigangas no están de moda. Vale más una declaración, cierta o falsa, que movilice nuestras emociones. Es el precio que estamos pagando por descuidar e intentar aniquilar el debate y la educación políticos, erosionados por discursos erróneos y prácticas impopulares.

De todos modos, y porque no quiero declarar perdida la esperanza de conmover a quien todavía pueda conmoverse, pensemos en George Floyd con la rodilla en su garganta. No puede pensar, no puede respirar. Derek Chauvin, en cambio, no tiene apuro. Sabe Dios en qué piensa mientras presiona su rodilla contra el cuello del hombre tendido en el suelo. Como Chauvin, el gobierno de los Estados Unidos no tiene apuro en modificar su política de injerencia en Cuba. Pero para nosotros, como para Floyd, que por desgracia nunca lo consiguió, lo urgente es quitarse de encima la presión de esa rodilla.

Contra lo anunciado, el gobierno de Biden se ha mantenido fiel durante más de medio año a una larga tradición en la historia de Cuba: la que representan, en el presente, Donald Trump, y en el pasado, Valeriano Weyler. La tradición que ha pretendido rendirnos por hambre. Ahora, tras los disturbios del día 11, dice Biden que revisará algunas pocas medidas, incluido el posible restablecimiento del envío de remesas, siempre y cuando –viejo argumento para el inmovilismo– el dinero no caiga en manos del gobierno cubano.

Cuba sobrevivirá, entre otras cosas, porque la historia no termina, aunque el daño de estos días a la vida cotidiana, las relaciones familiares y la capacidad de discernimiento ético frente a la realidad será inconmensurable.

Como a Floyd, solo nos quedan unos minutos. En ese tiempo habrá que darlo todo, movilizar, compartir, reconstruir el sentido de comunidad a ras de suelo, feminizar el modo de hacer política para acercarnos más y entendernos mejor. Y volver a dotar de sentido aquello de “cambiar todo lo que deba ser cambiado”, que es infinito, sin que las orejeras ideológicas y los dogmas lo sigan impidiendo. Salvar a Cuba es lo único que debe importar ahora.

Son tiempos amargos y hemos vivido mucho en pocos días. Tanto como para saber que ya nunca será igual. Pero la historia no solo no termina, sino que nos invita a defender con hechos, con inteligencia y con audacia las tres o cuatro razones que, a pesar de todo, nos han sostenido hasta hoy. Es hora de refundar la nación, por la patria y por la vida.

Cortesía de la autora para el blog CineReverso

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La Casa, como siempre, con Cuba y con Nuestra América

Casa de las Américas. La Habana, Cuba

Declaración de la Casa de las Américas

La llamada guerra “no convencional” ha sido empleada en numerosas ocasiones por los Estados Unidos y sus aliados para derrocar a gobiernos incómodos. En Nuestra América, varias naciones hermanas, como Bolivia, Nicaragua y en particular Venezuela, han sufrido los embates de la acción combinada de calumniosas campañas de descredito, a través de redes sociales y medios tradicionales, sanciones económicas, reclutamiento de mercenarios, patrocinio de grupos violentos y otras acciones desestabilizadoras.

Cuba, dañada gravemente por los efectos del Bloqueo estadounidense, de la pandemia y sus secuelas en la economía, es blanco también ahora de una ofensiva “no convencional”.

Tras los disturbios del pasado 11 de julio, el presidente Joseph Biden pidió a las autoridades cubanas que mejoraran las condiciones de vida de su pueblo. Fresco está aún el recuerdo de los 184 votos condenatorios hace menos de un mes, en la Asamblea General de las Naciones Unidas, del embargo –bloqueo, verdadero estado de sitio– impuesto a Cuba. Washington perdió la oportunidad de honrar allí con su abstención el digno ejemplo que le dejó la última administración demócrata. ¿Quiso Biden sellar, al volver a votar como Trump, la falacia del anuncio de que regresaría al punto en que dejó Barack Obama la relación con Cuba?

La legislación que nos impuso el cerco en términos de “embargo” hace ya seis décadas ha sido endurecida año tras año, en una macabra ingeniería de sanciones cuya única razón es la de obstruir cada paso que da la economía de la Isla para lograr su reproducción. En detrimento, en primer lugar, de su pueblo. Cuba acumula cicatrices de gobiernos demócratas y republicanos que se han ensañado con el propósito de volver a sujetarla al mandato imperial, sin reparar en que el daño de sus acciones recae en la población por cuyo bienestar dicen interceder.

El bloqueo no es un hecho estático, y lo demostró la administración Trump, que, entre 2016 y 2020, se esmeró en sumarle 243 medidas diabólicas, en medio de un frenesí de sabor hitleriano. Un récord indiscutible. No menos escandaloso es que, durante sus primeros seis meses en la oficina oval, nada haya hecho Biden por revertir ese siniestro legado. Cuesta aceptar que se deba a la turbia preocupación por el peso de la mafia anticubana en el voto de La Florida. ¿Será eso en el fondo?

Es cierto que nuestro país vive una coyuntura de tensiones, porque la pandemia de la Covid-19 ha gravitado con los impactos acentuados del bloqueo en un pico de gravedad. Las penurias de los cubanos son sobre todo el resultado de la acumulación perversa de arbitrariedades generada por la filosofía de la asfixia del país débil, no por defectos del sistema cubano, que conocemos mejor que nadie, y trabajamos por superar.

Como Fidel en circunstancias similares, hace más de un cuarto de siglo, Díaz-Canel se hizo presente en las calles durante los disturbios, dialogó francamente con la población y llamó a enfrentar los problemas con la premisa de que la Revolución no es negociable.

La victoria sobre la pandemia es ahora la condición de nuestra victoria en sentido integral. El enemigo no lo ignora, ¿Podrá aceptar que el efecto de las vacunas cubanas, ingeniadas, producidas y aplicadas a pesar de todos los contratiempos impuestos por el bloqueo, se convierta para Cuba en una conquista tan sonada como el apoyo que anualmente le otorga el mundo en las Naciones Unidas? ¿Llegará esta administración estadunidense a percatarse de que su mejor salida con Cuba parte de buscar el entendimiento y no de perpetrar la subversión?

Cualquiera que sea el camino que escoja el emperador de turno, la Casa de las Américas como siempre, como desde su fundación por Haydee, por Fidel, en abril de 1959, continuará defendiendo los ideales de emancipación y justicia social para Cuba y para toda nuestra América.

Tomado de: La Ventana

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