Textos prestados

España enferma de España Por Jesús Armesto*

Vivo en un país que es un disparate.

Asentado sobre una alfombra bajo la que se acomodan cientos de miles de cadáveres. Un país que ha redactado su propia historia, a la carta, y que ha transformado sus mentiras en leyes universales.

Solo aquí, por ejemplo, puede entenderse que gobierne un partido político que no ha condenado el genocidio franquista. Es más, en la medida que puede, lo defiende, y lo luce en sus calles. Porque son suyas. O eso, al menos, es lo que decía su presidente de honor, o lo que sea.

Solo aquí, y puede que también en otros países en vías en desarrollo, podrá usted encontrar un ministro de economía que estuvo en Lehman Br. (icono de la codicia universal que ha propiciado una crisis universal),  un ministro de defensa con intereses privados en empresas de armas, o un ministro de “medio ambiente”, -o lo que sea-, con intereses privados absolutamente directos con empresas petrolíferas.

¡Esto es España!

Este no es un lugar recomendable si quiere usted estar despierto. No debe usted temer por su vida, ni por sus bienes, pero si vive por aquí, no aspire a entender el cuento. Cierto es que no puede esperarse mucho del ser humano, pero abríguese y tráigase un buen libro porque va a encontrar tanta sensatez como agua en el desierto.

Eso sí, va usted a presenciar muchas procesiones.

El género por excelencia de este país es el teatro. El teatro atraviesa lo superfluo y lo santo, lo obvio y lo obtuso. El teatro brota como de la sangre, dejando atrás a las verdades que duermen acunadas bajo muros y cunetas.

Es evidente que aún no se ha podido curar España de España.

Encontrará que es muy común la habilidad de cubrir el vacío con una idea descabellada. Verá, si alguna vez aquí, su vida no encuentra profundidad, ni luz, ni camino, olvídese de todo, y encuentre su propio orgullo de ser español. Y sobre todo, cómprese una bandera.

Ah! Una última cosa. No se extrañe, alguien colocó un gran espejo en el cielo que no deja ver más allá de usted mismo.

*Guionista y director andaluz, nacido en Écija, y residente en Sant Cugat del Vallés. Diplomado en Dirección cinematográfica, y autor de varios cortometrajes y de los largometrajes  Cuento de las dos orillas, (2007) y ¿A dónde miran las estatuas? (2011)

Ha impartido diferentes seminarios y conferencias sobre el cine, la cultura y el ser humano, en la Universidad de Barcelona y “Alianza por la Paz”.

Profesionalmente, también ha escrito y dirigido cinco spots promocionales para una Asociación de discapacitados visuales, sobre la concienciación social de las discapacidades.

Tomado del blog:   www.elpluraldeyo.blogspot.com.es

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Carta abierta a José Ignacio Wert (Por Adolfo Blanco Lucas)*

Querido Ministro,

Desde hace más de veinte años, trabajo en la industria del cine. Decido enviarle esta carta poniendo en copia a la Directora General del Instituto de Cinematografía (ICAA), Susana de la Sierra, confiando que lo que voy a decirle a usted aporte algún argumento útil a la Dirección de la que, dentro de su Ministerio, ella es responsable.

Quiero empezar felicitándole, como Ministro que también es de Deportes, por el magnífico papel que los equipos españoles de fútbol están haciendo en Europa. 5 equipos entre los 8 mejor clasificados este año en competiciones continentales (y ojalá veamos dos finales españolas) no está al alcance de cualquier país. Es motivo de admiración en todo el mundo y para más de uno puede ser también razón de asombro. Quizás gente de Europa como Merkel o Sarkozy, que siempre quieren buscarle tres pies al gato, se pregunten cómo un país en quiebra, con índices de paro tan altos, puede brillar tanto en el deporte rey, que no es un deporte precisamente barato.

He venido dándole vueltas al asunto y comentándolo con colegas del negocio que están ocupados estas semanas en el cierre de sus productoras y distribuidoras. Poco a poco he ido pasando de la alegría como buen aficionado al fútbol (colchonero) y buen español, a una cierta preocupación indignada al llegar a la conclusión que con esto del fútbol a los del cine nos han metido más de un gol.

No voy a ser yo quien defienda ciegamente al cine español, de verdad que soy bastante crítico. En su vertiente de producción, creo que las películas que se están haciendo en España no responden, las más de las veces, a lo que el público demanda, además de que se promocionan bastante mal. Nos hemos empeñado en eliminar el riesgo de la ecuación empresarial de la fabricación de películas y acabamos haciendo únicamente lo poco que las televisiones, en decisiones a veces difíciles de entender, están dispuestas a comprar, aunque sepamos positivamente que al público que va al cine no le va a interesar.

La deficiente manera de sacar al mercado casi todas nuestras películas es un hecho que nadie cuestiona. Además, buena parte del “talento” (actores y directores) de este país se ha esforzado con arrogancia en dar la espalda al espectador, cuando no a insultarlo. Por eso, ese “talento” no puede pretender que el público le corresponda incondicionalmente. Cuando a uno le tratan mal en un restaurante no vuelve, por muy buena que sea la comida; el cine español, o algunos destacados representantes del mismo, han faltado el respeto a sus clientes, despreciando a quienes no piensan como ellos. Y como en el restaurante del cine español sigue habiendo además demasiados platos que no tienen altura suficiente para servirse en la mesa, es obvio que el público ha perdido la confianza y la complicidad que se podría tener hacia alguien amable. Conviene un ejercicio de autocrítica entre quienes hacemos las películas, y necesitamos una transformación bastante a fondo en muchos aspectos. Pero eso daría para unas cuantas cartas más.

El cine español, su industria, no lo forman sólo sus productores, directores, técnicos y actores; en este sector, es de capital importancia también, he dicho también, la actividad de distribución de películas y su exhibición en las distintas formas, desde las salas de cine (el exhibidor siempre acaba siendo el gran olvidado) hasta las televisiones, pasando por el DVD, el VOD, Internet, etc. Tradicionalmente, los distintos Gobiernos han obviado bastante esta parte del negocio (la del contacto con el cliente y la facturación real), contribuyendo con ello a que España lidere en el mundo el porcentaje de pérdida de espectadores, no sólo de cine propio sino también del que se hace en otros lados.

Mientras en Italia o Francia, donde por cierto se produce un cine que la gente va a ver a las salas, la frecuentación al cine se mantiene bastante estable, con notable crecimiento en el caso francés, en España perdemos público progresivamente. La caída del 18% de espectadores en sólo un año y de casi el 30% desde 2010 debería ser motivo de preocupación, especialmente si pensamos que quien está desertando es el público joven, el futuro.

Mirado en su conjunto, el negocio del cine en este país está enfermo, eso está claro. Y ante esta situación, en un movimiento que a algunos parece más una venganza que una búsqueda de remedio, yo diría que el actual Gobierno ha optado por la eutanasia. Recortar un 36,2% el presupuesto asignable a la producción de películas (y me temo distribución de cine europeo) lo único que logrará es acelerar la muerte del paciente. Y eso usted lo sabe, señor Ministro. Dicen ustedes, los del Gobierno, que es un ejercicio de austeridad, obligado en una situación de crisis, como si el “ahorro” de 27 millones de euros, que va a la yugular de este sector tan incómodo para ustedes, fuese a significar un alivio real en las cuentas del Estado. Cualquiera de los que trabajamos en esto entendemos que el cine no es algo “fundamental y básico”, no es un bien de primera necesidad y estamos dispuestos a aceptar los recortes que el país necesite, aún sabiendo que nuestra industria, en España y en todo el mundo, es inviable sin el apoyo del Estado. Pero sólo entenderemos que se ponga en el disparadero a todo un sector mientras se sea coherente y se trate con el mismo criterio a todas las actividades que no sean de primera necesidad, especialmente en el segmento de la cultura y el ocio en que el cine ha de competir.

A propósito de ese ahorro de 27 millones en cine que han anunciado, ¿no convendría también al país, por ejemplo, que los clubes de fútbol devolviesen los 752 millones de euros que deben a la Hacienda pública? Obligarles a tomar medidas para salir de una quiebra que estamos pagando todos no sería una decisión popular (quizás tendrían que vender a sus estrellas y no llegaríamos a semifinales en Europa, nos quedaríamos sin circo), pero sí que se traduciría en un ahorro más efectivo. También sería un enorme alivio impedir que las televisiones (especialmente las públicas) paguen las cifras que se publican por los partidos de fútbol.

Se ha convertido este deporte en una especie de monstruo que, alimentado por el Gobierno anterior tras ponerlo en manos de empresas amigas, está devorando muchas cosas de nuestros conciudadanos, sobre todo su tiempo: cuántas horas que se dedican al fútbol podrían servir para cultivarnos un poco… En España el fútbol es un monstruo que no genera lo que gasta, ni por asomo, pero tiene tal envergadura que es capaz de llevarse por delante a las industrias culturales, especialmente al cine, al que ataca en sus puntos más vitales.

1) Los horarios. El cine perdió su batalla del sábado noche hace muchos años, pero el tema ha ido a peor. Recuerdo que únicamente el sector de la restauración se opuso con movilizaciones a que los partidos se televisasen en el momento más adecuado para el consumo de ocio, el sábado por la noche. El cine calló en ese momento y ese silencio se está pagando. A diferencia de otros países, los mejores partidos se emiten en el prime time de los sábados. Pero no contentos con dejarle destrozar ese horario privilegiado, sin ningún tipo de regulación diferente a la dirigida a proporcionar comida al monstruo, se ha permitido al fútbol que ocupe absolutamente todos los horarios del fin de semana. ¿Sabe usted, señor Wert, por ejemplo, el daño que hace un partido del Real Madrid cuando se juega el sábado a las 20h? Destroza la sesión de las 6, la de las 8 y la de las 10 ¡del mejor día de la semana! Y con clubes tan fuertes como tenemos, las competiciones europeas (a diferencia de otros países) se alargan hasta mayo, todos semifinalistas, erosionando también la taquilla de las noches de los martes, miércoles y jueves.

2) El dinero de las televisiones. A que nuestro fútbol sea así de estupendo, contribuyen las cifras escandalosas que nuestros equipos perciben de las televisiones, dineros que éstas dejan de aplicar a la producción audiovisual. Esos ingresos (280 millones se reparten los dos equipos más poderosos) ayudan a que el Madrid, o el Barça o incluso el Atleti, el Sevilla y muchos otros, tengan unos excelentes planteles, llenos de jugadores extranjeros, obligando por cierto a buscarse la vida fuera a jugadores de aquí. ¿De verdad hace falta plantillas así?, ¿es sostenible que los equipos españoles hayan gastado el verano pasado, en plena crisis, 344 millones de euros en comprar futbolistas?, ¿nos hemos parado a pensar que un sólo fichaje de un jugador de élite cuesta más al sistema que lo que ahora su Ministerio le está quitando al cine español? Y he dicho al sistema y no a su club porque uno tiene la sensación que a esos jugadores los estamos pagando entre todos. Hay muchos millones de españoles que no aprueban que las televisiones gasten tanto en el fútbol. Y menos aún el Estado con nuestros impuestos.

3) Los fondos del Estado. Es indiscutible que el dinero que las televisiones públicas aplican al fútbol estamos pagándolo todos (a veces, como en Catalunya, se utiliza el presupuesto para retransmitir el mismo encuentro que emite La Sexta por otro canal, qué hábil la directora de TV3 cuando dijo que si le obligaban a seguir recortando tendría que renunciar al Barça…). Pero es que el equilibrio que permite seguir funcionando a los clubes con las deudas tan bestiales acumuladas con el propio Estado, un Estado en déficit, no deja de ser una subvención encubierta. Y qué decir de la mano directa que diferentes comunidades autónomas han echado (vía recalificación de estadios, vía ayudita de la CAM o como sea) a los equipos propios (propios de sus dueños, que ni siquiera pertenecen a las ciudades). Deben dar votos, pero permítame que le diga, señor Wert, que usted no debería aceptar que se compren esos votos a costa de industrias, digamos, más culturales. Recordaba hace poco Moisés Romero que «el periódico británico The Independent calificó la situación de “doping financiero” y una vergüenza en un país que tiene el 50% de los jóvenes en paro» y más humillante todavía es la frase de Uli Hoeness, presidente del Bayern Munich, próximo rival de su Real Madrid, señor Ministro: «Damos dinero a los españoles para salir de la crisis y sus equipos no pagan a Hacienda».

Sería simplificar atribuir a la burbuja del fútbol todos los males del cine, no estoy pretendiendo eso, pero parece evidente que en España se ha convertido, con la ayuda de los Gobiernos (y muy especialmente del socialista anterior) en un competidor desleal que está contribuyendo con eficacia a que nuestra industria vaya peor, mucho peor. El cine de ningún país del mundo tiene en el fútbol un rival tan brutal, un rival además alimentado por el poder político. Y luego hablan de eliminar la “cultura de la subvención”…

José Manuel Lorenzo, Presidente de PATE (nueva entidad que agrupa a las productoras de televisión), recordaba no hace mucho que era inexplicable que TVE no pudiese financiar series o, diría yo, comprar películas porque tiene que pagar, por ejemplo, 4 millones de euros (¡700 millones de pesetas!) por la Supercopa de España, sí ese torneíllo de verano que enfrenta a los campeones de Liga y Copa. Campeones que, por el desigual reparto del dinero de las teles, seguirán siendo muchos años el Madrid y el Barça. Pero bueno, esto del reparto también daría para otra carta.

* Socio Fundador y Consejero Delegado de A Contracorriente Films Distribuidor de la película INTOCABLE, productor para TVE y TV3 de la miniserie CARTA A EVA (Agustí Villaronga) y de la película INSENSIBLES (Juan Carlos Medina)

Tomado del blog: http://lapupilainsomne.wordpress.com

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La cumbre de las guayaberas (Por Fidel Castro)

Obama, el primer Presidente negro de Estados Unidos -sin dudas inteligente, bien instruido y buen comunicador-, hizo pensar a no poca gente que era un émulo de Abraham Lincoln y Martin Luther King.

Hace cinco siglos una Bula Papal, aplicando conceptos de la época, asignó alrededor de 40 millones de kilómetros cuadrados de tierra, aguas interiores y costas a dos pequeños y belicosos reinos de la península Ibérica.

Ingleses, franceses, holandeses y otros importantes Estados feudales fueron excluidos del reparto. Interminables guerras no tardaron en desatarse, millones de africanos fueron convertidos en esclavos a lo largo de cuatro siglos y las culturas autóctonas, algunas de ellas más avanzadas que las de la propia Europa, fueron deshechas.

Hace 64 años fue creada la repudiable OEA. No es posible pasar por alto el grotesco papel de esa institución. Un elevado número de personas, que tal vez sumen cientos de miles, fueron secuestradas, torturadas y desaparecidas como consecuencia de sus acuerdos para justificar el golpe contra las reformas de Jacobo Árbenz, organizado por la Agencia Central de Inteligencia yanki. Centroamérica y el Caribe, incluida la pequeña isla de Granada, fueron víctima de la furia intervencionista de Estados Unidos a través de la OEA.

Más grave todavía fue su nefasto papel en el ámbito de Suramérica.

El neoliberalismo, como doctrina oficial del imperialismo, cobró inusitada fuerza en la década del 70 cuando el Gobierno de Richard Nixon decidió frustrar el triunfo electoral de Salvador Allende en Chile. Una etapa verdaderamente siniestra en la historia de América Latina se iniciaba. Dos altos jefes de las Fuerzas Armadas chilenas, leales a la Constitución, fueron asesinados y Augusto Pinochet impuesto en la jefatura del Estado, tras una represión sin precedentes en la que numerosas personas seleccionadas fueron torturadas, asesinadas y desaparecidas.

La Constitución de Uruguay, un país que se había mantenido durante muchos años en el marco de la institucionalidad, fue barrida.

Los golpes militares y la represión se extendieron a casi todos los países vecinos. La línea de transporte aéreo cubana fue objeto de brutales sabotajes. Un avión fue destruido en pleno vuelo con todos sus pasajeros. Reagan liberó al autor más importante del monstruoso crimen de una prisión en Venezuela, y lo envió a El Salvador a organizar el intercambio de drogas por dinero para la guerra sucia contra Nicaragua, que costó decenas de miles de muertos y mutilados.

Bush padre y Bush hijo, protegieron y exoneraron de culpa a los implicados en estos crímenes. Sería interminable la lista de fechorías y actos terroristas cometidos contra las actividades económicas de Cuba a lo largo de medio siglo.

Hoy, viernes 13, escuché valientes palabras pronunciadas por varios de los oradores que intervinieron en la reunión de cancilleres de la llamada Cumbre de Cartagena. El tema de los derechos soberanos de Argentina sobre las Malvinas -cuya economía es brutalmente golpeada al privarla de los valiosos recursos energéticos y marítimos de esas islas-, fue abordado con firmeza. El canciller venezolano Nicolás Maduro, al finalizar la reunión de hoy, declaró con profunda ironía que “del Consenso de Washington se pasó al Consenso sin Washington”.

Ahora tenemos la Cumbre de las guayaberas. El río Yayabo y su nombre indio, totalmente reivindicado, pasarán a la historia.

 

Abril 13 de 2012

9 y 40 p.m.

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Se acabó el cine español (Por Juan Diego Boto) *

Desde que ’1984′ de George Orwell declarara oficialmente que “dos más dos es igual a cinco” todo el mundo con una cierta experiencia política sabe que, en determinadas circunstancias, la verdad es una cuestión de control de la percepción. Lo que se ‘debe pensar’, si se ‘percibe’ adecuadamente, acaba por ser. Alguien podría pensar que tras el Presupuesto presentado la semana de pasión (tal cual), el cine español se enfrenta a un nuevo modelo. Eso o que dos más dos son cinco.

El cine español, para entendernos y antes de asumir el precepto de Orwell, ha muerto. Orwell también, pero eso ya se sabía. Y no es exageración, son cosas del Boletín Oficial del Estado. El recorte del Ministerio de Cultura (ya saben, un 35% menos con respecto al año anterior y más del 50% con respecto a lo establecido en La Ley del Cine de 2007 que aspiraba en un futuro cercano a 100 millones) da por concluido no sólo un modelo sino la propia posibilidad de la existencia de algo, sea lo que sea, que reciba el nombre de cine español. ¿Catastrofismo? Simple sentido común o, si se prefiere, la única forma no política de sumar dos más dos.

Nos explicamos. De los 49 millones que el Estado dedicará a la ayuda de nuevos proyectos, un mínimo de 35 ya están comprometidos para dar cobertura a las películas estrenadas en el segundo semestre de, atentos, 2010. Son las llamadas subvenciones a la amortización (general y complementaria) que se conceden, fundamentalmente, en función de la taquilla. El sentido de esta ayuda no es otro que apoyar financieramente a películas con una clara vocación de público. Si se quiere, y por simplificar, son subvenciones gestionadas desde el Ministerio de Cultura para dar cobertura a la industria cinematográfica. De otro modo, y simplificando aún más, son subsidios industriales.

Pero el cine, además de industria, es otra cosa. Digamos, a falta de una mejor denominación, cultura. Es decir, algo que nunca nos hemos creído en España. Para ello existen, precisamente, las ayudas a proyectos. Y para ese cine, hoy por hoy, ni hay dinero ni se le espera. Se trata de dar cobertura a todo aquel cine cuya aspiración no es el gran público sino el otro, el ‘pequeño público’. Y aquí es donde los caminos se separan. Es una opción política creer o no en la necesidad de una política cultural. Es un opción creerse que lo que funciona en Francia pueda funcionar aquí.

Para la actual directora del ICAA (Instituto de Cinematografía y Artes Audiovisuales), Susana de la Sierra, las ayudas a proyectos deben existir. En la primera entrevista concedida al diario EL MUNDO se mostraba tajante. “Ese cine [en referencia al minoritarío] es necesario en el imaginario colectivo porque es el que identifica la propia cultura y ése es fundamentalmente el que hay que proteger con las ayudas directas, que continuarán existiendo”, decía. Antes, en la lista de prioridades, lo dejaba en cuarto lugar: “Lo primero es la amortización. Si queda un remanente, y esperamos que quede, tenemos previsto sacar una línea de ayudas para aminorar los intereses en el ICO (Instituto de Crédito Oficial); otra para ayuda en la participación en festivales; otra más para la distribución; otra para largometrajes sobre proyecto…”. Es decir, son los cuartos a repartirse nada. De otro modo, el redactor de los presupuestos tiene claro que lo que opine Susana de la Sierra importa poco.

Lo más contradictorio de todo es que las ayudas están permitidas y justificadas desde Europa precisamente por el carácter cultural, que no industrial, del cine. Y es ése apartado el que se reduce a menos que cero. Todo queda, ahora, en manos de la futura ley de mecenazgo que mediante la desgravación fiscal permita compensar las abultadas pérdidas por ayuda directa. Sin embargo, la propia Susana de la Sierra admite que las dichosas desgravaciones fiscales están pensadas para fortalecer a la industria. De nuevo, la cultura, esa cosa, es asunto de las ayudas directas. Ayudas directas, otra vez, que no hay.

A un lado juicios morales (¿esto es bueno o malo?), se trata de la simple admisión del abismo. Se acabaron las ayudas a proyectos. Ahora falta por ver con qué cara se presenta un productor a un banco para pedir el préstamo para una película. Delante se va a encontrar con el director de una sucursal (presumiblemente en apuros) que sabe que el cliente cada vez contará con menos dinero estatal, con menos dinero de TVE y que depende de una ley de mecenazgo que aún no existe. De otro modo: estamos locos o qué.

Lo que emerge, por tanto, de los Presupuestos del Estado es un nuevo modelo de apoyo al cine con la contundencia con la que O’Brien, el torturador de ’1984′, hacía admitir a su víctimas que 2+2=5. La defunción no es un modelo, es algo peor. Y huele mal.

Otro día sumamos al cero los recortes en TVE, la caída de la cuota de pantalla (va por el 12%) y otros accidentes de un desastre inevitable.

Tomado del blog www.lapupilainsomne.wordpress.com

*Actor hispano-argentino

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La decisión política (Por José Camello Manzano)

La declaración del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente donde establece que la “Refinería Balboa” es medioambientalmente inviable, no es una victoria del Gobierno ni del Partido Popular. La Plataforma Ciudadana “Refinería No”, el pueblo Extremeño y en particular los pobladores de “Villafranca de los Barros”, son los verdaderos protagonistas de esta gesta. La historia de estos dignos hombres y mujeres la conocí por el documental: “Mientras el aire es nuestro”, del periodista y cineasta José Camello Manzano. De su blog comparto una reflexión tras conocerse la noticia.

Un abrazo para todos

Octavio Fraga Guerra

“La decisión política”

De ‘decisión política tomada’ calificó en su día Rodríguez Ibarra la instalación de una refinería en Extremadura. Su gobierno, y el siguiente de Fernández Vara, apoyaron decididamente el proyecto hasta el punto de permitirse, ya desde aquella primera declaración del presidente de todos los extremeños, cuestionar el Estado de Derecho. Después, portavoces y adalides de la impasible empresa promotora, atacaron con saña las libertades de los opositores al proyecto, que fueron convirtiéndose en víctimas de la agonía de una administración y un gobierno cautivos de un estilo, unas formas y unas ideas incompatibles con el juego limpio y la democracia. Amparados por una mayoría de agentes sociales objetivamente carentes de principios, solo una reducida aldea de resistentes supo, durante largos años, mantenerse en pie en medio de una sociedad históricamente contraria a arrodillarse, pero como siempre chantajeada por la impunidad del eterno caciquismo. Mantenerse en pie con argumentos, con esfuerzo, con voluntad de utilidad pública, manejando información y compartiéndola con imaginación, soportando imputaciones, humillaciones y descalificaciones sin sentido: sus argumentos han sido punto por punto asumidos por los técnicos del Ministerio, lo cual no ha sido óbice para que durante más de un lustro el gobierno autonómico rehusara siquiera sentarse a dialogar sobre este particular.
La resolución negativa de la Declaración de Impacto Ambiental, como toda gran alegría, debería ser festejada en silencio. Durante todo este tiempo ha habido víctimas bien inocentes de los risibles medios de comunicación extremeños, de los inquisidores gobernantes, de los ignorantes creadores de opinión, de los salvajes estómagos agradecidos de un régimen instalado sobre las ‘decisiones políticas’, fueran estas ajustadas o no a Derecho. Algo de dominio público y cuya expresión más obvia es este desenlace y antes la decisión tomada en la Asamblea sobre la continuidad de un modelo tan prepotente y retador contra los derechos civiles. No esperen esas víctimas disculpas: esperen más bien nuevos insultos, más atropellos, otros ejercicios de irresponsabilidad. Da igual. Han ganado. Y lo que han ganado es que cada mañana podrán levantarse y escuchar tranquilamente el canto de ese pájaro tan duro de mantener callado, otras veces llamado conciencia.

Tomado del Blog http://laverdaddelpajarito.wordpress.com/

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Los caminos que conducen al desastre (Por Fidel Castro)

En los últimos meses, el expresidente de Cuba Fidel Castro, viene alertando en sus “Reflexiones” de los peligros de una guerra que -si se produciría- tendría dimensiones catastróficas sin presedentes en la historia de la humanidad. En la noche de ayer, publicó otro artículo donde aporta datos y cronologías que son -desde mi puntos de vista-, necesario meditar y compartir. Los intelectuales y los artistas somos parte esencial de este mundo globalizado y nuestra responsabilidad está, en hacer causa común por este planeta que agoniza de “dolor y rabia”.

Octavio Fraga Guerra

“Los caminos que conducen al desastre”

Esta Reflexión podrá escribirse hoy, mañana o cualquier otro día sin riesgo de equivocarse. Nuestra especie se enfrenta a problemas nuevos. Cuando expresé hace 20 años en la Conferencia de Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo en Río de Janeiro que una especie estaba en peligro de extinción, tenía menos razones que hoy para advertir sobre un peligro que veía tal vez a la distancia de 100 años. Entonces unos pocos líderes de los países más poderosos manejaban el mundo. Aplaudieron por mera cortesía mis palabras y continuaron plácidamente cavando la sepultura de nuestra especie.

Parecía que en nuestro planeta reinaba el sentido común y el orden. Hacía rato que el desarrollo económico apoyado  por la tecnología y la ciencia semejaba ser el Alfa y Omega de la sociedad humana.

Ahora todo está mucho más claro. Verdades profundas se han ido abriendo paso. Casi 200 Estados, supuestamente independientes, constituyen la organización política a la que en teoría corresponde regir los destinos del mundo.

Alrededor de 25 mil armas nucleares en manos de fuerzas aliadas o antagónicas dispuestas a defender el orden cambiante, por interés o por necesidad, reducen virtualmente a cero los derechos de miles de millones de personas.

No cometeré la ingenuidad de asignar a Rusia o a  China, la responsabilidad por el desarrollo de ese tipo de armas, después de la monstruosa matanza de Hiroshima yNagasaki, ordenada por Truman, tras la muerte de Roosevelt.

Tampoco caería en el error de negar el holocausto que significó la muerte de millones de niños y adultos, hombres o mujeres, principalmente judíos, gitanos, rusos o de otras nacionalidades, que fueron víctimas del nazismo. Por ello repugna la política infame de los que niegan al pueblo palestino su derecho a existir.

¿Alguien piensa acaso que Estados Unidos será capaz de actuar con la independencia que lo preserve del desastre inevitable que le espera?

En pocas semanas los 40 millones de dólares que el presidente Obama prometió recaudar para su campaña electoral solo servirán para demostrar que la moneda de su país está muy devaluada, y que Estados Unidos, con su insólita y creciente deuda pública que se acerca a los 20 mil millones de millones de dólares, vive del dinero que imprime y no de lo que produce. El resto del mundo paga lo que ellos dilapidan.

Nadie cree tampoco que el candidato demócrata sea mejor o peor que sus adversarios republicanos: llámese Mitt Romney o Rick Santorum. Años luz separan a los tres de personajes tan relevantes como Abraham Lincoln o Martin Luther King. Es realmente inusitado observar una nación tan poderosa tecnológicamente y un gobierno tan huérfano a la vez de ideas y valores morales.

Irán no posee armas nucleares. Se le acusa de producir uranio enriquecido que sirve como combustible energético o componentes de uso médico. Quiérase o no, su posesión o producción no es equivalente a la producción de armas nucleares. Decenas de países utilizan el uranio enriquecido como fuente de energía, pero este no puede emplearse en la confección de un arma nuclear sin un proceso previo y complejo de purificación.

Sin embargo Israel, que con la ayuda y la cooperación de Estados Unidos fabricó el armamento nuclear sin informar ni rendir cuentas a nadie, hoy sin reconocer la posesión de estas armas, dispone de cientos de ellas. Para impedir el desarrollo de las investigaciones en países árabes vecinos atacó y destruyó los reactores de Irak y de Siria. Ha declarado a su vez el propósito de atacar y destruir los centros de producción de combustible nuclear de Irán.

En torno a ese crucial tema ha estado girando la política internacional en esa compleja y peligrosa región del mundo, donde se produce y suministra la mayor parte del combustible que mueve la economía mundial.

La eliminación selectiva de los científicos más eminentes de Irán, por parte de Israel y sus aliados de la OTAN, se ha convertido en una práctica que estimula los odios y los sentimientos de venganza.

El gobierno de Israel ha declarado abiertamente su propósito de atacar la planta productora de uranio enriquecido en Irán, y el gobierno de Estados Unidos ha invertido cientos de millones de dólares en la fabricación de una bomba con ese propósito.

El 16 de marzo de 2012 Michel Chossudovsky y Finian Cunningham publicaron un artículo revelando que “Un importante general de la Fuerza Aérea de EE.UU. ha descrito la mayor bomba convencional -la revienta-búnkeres de 13,6 toneladas- como ‘grandiosa’ para un ataque militar contra Irán.

“Un comentario tan locuaz sobre un masivo artefacto asesino tuvo lugar en la misma semana en la cual el presidente Barack Obama se presentó para advertir contra el ‘habla a la ligera’ sobre una guerra en el Golfo Pérsico.”

“…Herbert Carlisle, vice jefe de Estado Mayor para operaciones de la Fuerza Aérea de EE.UU. […] agregó que probablemente la bomba sería utilizada en cualquier ataque contra Irán ordenado por Washington.

“El MOP, al que también se refieren como ‘La madre de todas las bombas’, está diseñado para perforar a través de 60 metros de hormigón antes de detonar su masiva bomba. Se cree que es la mayor arma convencional, no nuclear, en el arsenal estadounidense.”

“El Pentágono planifica un proceso de amplia destrucción de la infraestructura de Irán y masivas víctimas civiles mediante el uso combinado de bombas nucleares tácticas y monstruosas bombas convencionales con nubes en forma de hongo, incluidas la MOAB y la mayor GBU-57A/B oMassive Ordnance Penetrator (MOP), que excede a la MOAB en capacidad destructiva.

“La MOP es descrita como ‘una poderosa nueva bomba que apunta directamente a las instalaciones nucleares subterráneas de Irán y Corea del Norte. La inmensa bomba -más larga que 11 personas colocadas hombro a hombro, o más de 6 metros desde la base a la punta’.”

Ruego al lector me excuse por este enredado lenguaje de la jerga militar.

Como puede apreciarse, tales cálculos parten del supuesto de que los combatientes iraníes, que suman millones de hombres y mujeres conocidos por su fervor religioso y sus tradiciones de lucha, se rendirán sin disparar un tiro.

En días recientes los iranios han visto como los soldados de Estados Unidos que ocupan Afganistán, en apenas tres semanas, orinaron sobre los cadáveres de afganos asesinados, quemaron los libros del Corán y asesinaron a más de 15 ciudadanos indefensos.

Imaginemos a las fuerzas de Estados Unidos lanzando monstruosas bombas sobre instituciones industriales capaces de penetrar 60 metros de hormigón. Jamás semejante aventura había sido concebida.

No hace falta una palabra más para comprender la gravedad de semejante política. Por esa vía nuestra especie será conducida inexorablemente hacia el desastre. Si no aprendemos a comprender, no aprenderemos jamás a sobrevivir.

Por mi parte, no albergo la menor duda de que Estados Unidos está a punto de cometer y conducir el mundo al mayor error de su historia.

Fidel Castro Ruz

Marzo 21 de 2012

7 y 35 p.m.

 

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Yo soy un hombre sincero (Por José Martí)

Yo soy un hombre sincero (Versos sencillos)

Yo soy un hombre sincero
De donde crece la palma,
Y antes de morirme quiero
Echar mis versos del alma.

Yo vengo de todas partes,
Y hacia todas partes voy:
Arte soy entre las artes,
En los montes, monte soy.

Yo sé los nombres extraños
De las yerbas y las flores,
Y de mortales engaños,
Y de sublimes dolores.

Yo he visto en la noche oscura
Llover sobre mi cabeza
Los rayos de lumbre pura
De la divina belleza.

Alas nacer vi en los hombros
De las mujeres hermosas:
Y salir de los escombros,
Volando las mariposas.

He visto vivir a un hombre
Con el puñal al costado,
Sin decir jamás el nombre
De aquella que lo ha matado.

Rápida, como un reflejo,
Dos veces vi el alma, dos:
Cuando murió el pobre viejo,
Cuando ella me dijo adiós.

Temblé una vez, — en la reja,
A la entrada de la viña,—
Cuando la bárbara abeja
Picó en la frente a mi niña.

Gocé una vez, de tal suerte
Que gocé cual nunca: — cuando
La sentencia de mi muerte
Leyó el alcaide llorando.

Oigo un suspiro, a través
De las tierras y la mar,
Y no es un suspiro, — es
Que mi hijo va a despertar.

Si dicen que del joyero
Tome la joya mejor,
Tomo a un amigo sincero
Y pongo a un lado el amor.

Yo he visto al águila herida
Volar al azul sereno,
Y morir en su guarida
La víbora del veneno.

Yo sé bien que cuando el mundo
Cede, lívido, al descanso,
Sobre el silencio profundo
Murmura el arroyo manso.

Yo he puesto la mano osada,
De horror y júbilo yerta,
Sobre la estrella apagada
Que cayó frente a mi puerta.

Oculto en mi pecho bravo
La pena que me lo hiere:
El hijo de un pueblo esclavo
Vive por él, calla, y muere.

Todo es hermoso y constante,
Todo es música y razón,
Y todo, como el diamante,
Antes que luz es carbón.

Yo sé que el necio se entierra
Con gran lujo y con gran llanto,—
Y que no hay fruta en la tierra
Como la del camposanto.

Callo, y entiendo, y me quito
La pompa del rimador:
Cuelgo de un árbol marchito
Mi muceta de doctor.

Tomado de www.josemarti.cu

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El agitado mundo y la inopia informativa (Por Javier Couso)

Vivimos tiempos convulsos, momentos en los que estamos asistiendo al enquistamiento de guerras de agresión transformadas en conflictos de baja intensidad permanente y a la gestación de un conflicto que, desde proporciones regionales puede llegar a alcanzar, ojalá no, proporciones globales.

Parece que estoy exagerando, que soy uno de esos conspiranoicos que viven de profecías apocalípticas que nunca se cumplen ¿Quién soy yo para hacer tales análisis, cuando nuestros medios de comunicación muestran la absoluta normalidad de la anormalidad cotidiana de guerra y miseria permanente?

No sé si estos grandes medios permanecen en la inopia o si son sus redactores y redactoras los indigentes culturales. Me inclino por pensar que de redactor jefe hacia arriba, sí se maneja buena información, pero a veces lo dudo. Lo que es evidente es que el periodismo de hoy en día, por lo menos en lo que se refiere a la política internacional, se mueve dentro de una superficialidad que oculta la interconexión de los hechos. Es decir, es una fábrica de informaciones continuas que jamás se detiene para reflexionar. De esta manera jamás podremos tener una visión global de las cosas. No será posible entender nada.

Sirva como ejemplo una intervención que escuché recientemente en una radio. Hablaba una politóloga de origen iraní alertando del próximo inicio de una agresión a Irán por parte de EEUU e Israel, que puede llevar a un conflicto global, es decir, a una guerra mundial. La estupefacción del plantel de todólogos o la trivialización incrédula de un posible conflicto, ni siquiera regional, nos da la medida del nivel de desinformación, inherente o adquirida, que manejan.

La volatilidad estratégica que estamos viviendo no es la primera vez que es denunciada, de hecho, líderes históricos como Fidel Castro llevan meses alertando sobre la posibilidad de un conflicto en el que se emplearían armas nucleares y que puede afectar a las grandes potencias. Denuncias y análisis continuamente silenciados o contados como anécdotas por los grandes medios de comunicación.

Para un observador mínimamente informado el momento es extremadamente preocupante a todos los niveles. Tanto en el económico, con los ataques del poder financiero a las naciones, como en la pelea por los recursos energéticos y áreas de influencia comercial entre un poder imperial en el principio de la decadencia y los países que emergen como potencias regionales más sus aliados.

No nos puede pasar desapercibido, aunque nos lo presenten como anécdotas inconexas, el reordenamiento de Oriente Medio en una segunda fase tras la invasión de Irak y el aseguramiento del estratégico Afganistán. El nuevo acoso a Rusia para que no emerja otra vez como potencia, cuando con el «escudo antimisiles» se le lleva a una nueva carrera armamentística. La desestabilización continua de Pakistán, para evitar un demoledor eje China-India-Rusia. El debilitamiento del poder europeo no anglo, por medio de la guerra económica. La contención, a toda costa, recién reconocida por Obama en el reordenamiento de sus fuerzas armadas, de China. Acontecimientos que dibujan claramente un escenario de extrema tensión, que puede llevar a un conflicto a gran escala.

Con estos datos un profesional del periodismo bien formado debería estar analizando e informando a su población. Por el contrario, asistimos a la banalización permanente y al moldeamiento de la realidad según los intereses de los que pagan, verdaderos detentadores de la llamada «libertad de prensa».

El rol de los grandes medios de comunicación es, sin ningún género de dudas, la desinformación de la mayoría de la población y la creación de opinión al servicio de los poderosos, siempre en simbiosis con la industria de entretenimiento que forma las emociones.

Grandes emporios del empobrecimiento cultural histórico, que en vez de explicar el mundo lo dibujan a su antojo, para que solo podamos pasar de la ignorancia al shock cuando haga falta implementar medidas de excepción.

Decía Clausewitz que la guerra es la política por otros medios y nosotros podemos afirmar que la industria de la comunicación es la guerra por otros medios. Donde, en vez de misiles, se utiliza el bombardeo desinformativo, la inconexión y el empobrecimiento cultural para que las personas no alcancen los medios con los que puedan formar un pensamiento que explique el mundo en que viven.

Indudablemente se puede terminar afirmando que estos grandes medios de comunicación son una parte importante del «complejo industrial-militar» del que nos alertó Eisenhower y que hoy trabaja para vencer sin condiciones o llevarnos a un conflicto de dimensiones desconocidas.

Por eso, la necesaria insistencia en conseguir medios de comunicación que puedan empezar a revertir la hegemonía cultural de los mensajeros de la muerte.

Tomado de “Hablando República”.

www.hablandorepublica.blogspot.com

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