Los «trazos» de Ana Pérez Cañamares

ALFABETO DE CICATRICES

Con pulso de artificiero

escojo las palabras.

Manejo con tacto

la nitroglicerina de cada sílaba.

 

Por culpa de palabras mal usadas

a mi corazón lo cruza

un alfabeto de cicatrices.

 

BUENAS INTENCIONES

Tú pones la comida

para los gatos callejeros;

pero no sabes si son las ratas

las que dejan el plato vacío.

 

BUEYES

Si supieras del dolor en mi cuello

no dudarías de que los yugos invisibles

también pesan, y que cada día

del trabajo a casa voy trazando surcos

en los que no habrá de crecer cosecha.

 

EN EL AVIÓN

El hombre avanza por el pasillo

se sienta entre la ventanilla y yo

mira un momento hacia fuera

y luego baja la persiana.

 

Es de esa gente que se conoce

las nubes de memoria.

 

SALVAR LA PRIMAVERA

Está la ciudad que estalla de brotes

y tulipanes. Pero los ojos de los adultos

se cierran con el mismo sueño.

 

Despiértame de esta madrugada

que no se acaba nunca.

 

Tenemos que correr delante

arrancar para ellos las cortinas:

 

los niños no se bastarán solos

para salvar la primavera.

 

ESTACIONES

Para la gente de Esferadeletras

 

Leo los poemas de Amijai en el tren

levanto la cabeza y ahí está:

la primavera estallando en los descampados

una gran bomba de la que el tren huye

 

porque los poemas que los árboles dictan

están escritos en un idioma exótico

que no entendemos los que vamos

a recluirnos en nuestras casas

 

la palabra estación ya sólo nos habla

de lugares en los que apearse

y el único sol que me calienta ahora

es el que apresaron las uvas

antes de hacerse vino.

 

LA ANTIGUA NIÑA PRODIGIO

Para Inma Luna

Cansada ya de ser el payaso

de todas las reuniones

dispuesta a no llenar más

el vacío con ingenio

decides dar tu última fiesta

 

No pedirás regalos ni trajes de gala.

Los invitados traerán razones

para quererte

sin enamorarlos.

 

Cuál de ellos será el primero en darse cuenta

de que no has pedido ayuda al maquillaje

de que como tu gata

-el último animal que adoptes-

has decidido ponerte de parte

de la elegancia de las estatuas rotas

 

Los recibirás sentada en el sillón

que heredaste de tus padres muertos.

El trono de niña prodigio te quedaba grande.

No es que empequeñezcas; es que,

como todos, te has ido erosionando

 

y sólo en tu pelo las canas tiesas

hablan de tu pasado como muñeca.

 

Para ser buena anfitriona te bastará

con callar que los juegos son algo muy serio

que en leer las instrucciones se pasa la vida.

Bastará con aceptar la inocente avidez

de los que sacan las cartas

y levantan casinos de la nada.

 

Sonríes. Nadie sabrá que esta fiesta

será el ensayo de tus próximos proyectos:

olvidar las trampas que aprendiste

y camuflar en los abrazos

una coquetería irrenunciable.

 

LA MADRE DE CLAUDIA

Agradezco que tu madre antes de morir

tuviera antojo de un plato de calamares;

así no me sorprendió tanto

que a la mía le diera por cantar coplas

dirigiendo con su mano asarmentada

su dispuesto coro de hijos.

 

Te agradezco que te emborracharas

con una botella de vino

junto a tu madre moribunda;

cuando yo me emborraché con ron

ya sabía que no había falta de respeto

o necesidad de huida

sino homenaje

casi –tú me entiendes- celebración

y una tristeza sin histerismos

que se parecía a la vida.

 

Así que aquella noche, cuando me contaste

todo esto mientras cenábamos tacos

recibí una lección magistral:

mira a los ojos de la muerte

y podrás ver lo que nunca viviste:

la infancia de tu madre

la borrachera del tiempo trastocado

la gran oportunidad de dar las gracias

sin pronunciarlas.

 

Porque para las madres

todas las palabras

están siempre dichas.

Sólo las risas de sus hijos

las impulsan a volar

hacia la muerte.

 

LA VERDAD DE LA MAGIA

En las manos de quienes me quieren

las opiniones son puñales

que se convierten en flores.

De ellos aprendo la generosa

naturaleza de los magos.

 

Lo que no acepto son las palabras

de los que sin piedad critican;

bajo sus chisteras se ocultan jueces

que blanden sus martillos y su ceguera.

 

Cuando maté a Dios perdí todos sus trucos:

con él se fueron la eternidad y el paraíso.

Pero desde entonces no acepto de nadie

omnipotencia ni trono ni dedo acusador.

 

LAS PIEDRAS

Durante las vacaciones

recogemos las piedras

que el mar nos regala.

 

Son las piedras con las que luego,

en el invierno, reconstruimos

las ruinas de nuestras guerras.

 

No sólo les pedimos

que resistan.

También que nos recuerden

que el mar existe.

 

MI PADRE SE LLAMABA DANIEL

Lo primero que pensé fue:

se ha muerto solo

(acompañar en la muerte

es el mejor bálsamo

para la culpa)

 

Lo segundo que pensé:

no me ha devuelto

mi última llamada

(nunca nos planteamos

que el deseo de independencia

también puede ser hereditario)

 

Lo tercero: ya no tengo padres

(y al mirar atrás descubrí

que hace ya mucho tiempo

que ninguna mano

sujeta la bici que monto)

 

Ahora no puedo dejar de pensar:

padre, yo no estoy muerta

pero también me pierdo muchas cosas.

 

Ya no estoy enfadada contigo.

Cada vez que te pienso

es domingo por la mañana.

Me llevas sobre los hombros

y yo sé que vas a invitarme

a un batido de chocolate

en el bar de la barra de zinc.

Después tu mano grande se abrirá

frente a mis ojos, y me mostrará el tesoro:

una chapa de mirinda y otra de pepsi.

 

Cuarenta años para descubrir

que allí estaba todo ya dicho.

 

PERDONADME QUE AHORA JUEGUE

Perdonadme, guerras lejanas, por traer flores a casa

Wislawa Szymborska

 

Cuando veo fútbol, tenis

carreras de fórmula 1

no olvido que en otras cadenas

siguen los telediarios.

Mientras gritamos gol

otro coche bomba explota

en un mercado; antes

de que acabe el set

habrá diez palestinos menos;

se apaga el semáforo

y una vida más en Guantánamo.

 

Mis padres llamaban

partes a los telediarios.

Ellos sabían que la guerra

no había terminado:

mientras en el salón la tele

vomitaba metralla,

la radio en la cocina

escupía recuentos de muertos.

 

Perdonadme que ahora juegue:

el dolor fue una institutriz severa.

 

EL CONTRATO

A todo me he entregado

como si fuera a durar.

Con cada persona

cada casa

cada ciudad

firmé un contrato

escrito sobre la piel.

 

Para decir adiós

he tenido que arrancarme

las cláusulas

a tiras.

Así ha sido

una y otra vez.

Con cada persona

cada casa

cada ciudad.

 

La letra pequeña

se esconde ya

entre cicatrices.

…………………………………………….

Entonces ¿tú también me ves así?

¿Tú también me ves fuerte?

 

Porque le echo cayena a la comida,

porque bebo como un hombre

(un hombre que bebe mucho)

porque me he horadado el cuerpo

– y el cerebro-

porque he parido a cuatro patas

como una hembra en su guarida

porque okupé en Londres

porque he hablado en público

y he lavado y vestido a mi madre muerta

porque me he rapado el pelo

y lo he teñido de amarillo

porque he dormido sola en el monte

y he puesto a conversar

mi oscuridad con la oscuridad de fuera.

 

Así que tú también me ves fuerte.

 

Serás de los que te sorprendas

el día que me desplome;

insistirás en que nunca me viste

dar una señal de debilidad

o de abatimiento.

Te equivocarás como todos

y no podré culparte:

toda la vida llevo apoyándome

en esta fama de fuerte.

 

GENERACIONES

Antes de morir, mi madre dijo mamá, ven

mientras me miraba sin verme;

yo dije mamá, quédate

abrazando su cuerpo diminuto

envuelto en pañales y olor a talco;

mi hija dijo mamá, no llores

y me acarició la cabeza consolándome.

 

Cuando mama murió, durante unos segundos

no tuvimos muy claros los lazos  que nos unían

no supimos quién se había ido

y quién se había quedado

ni en qué momento de nuestras vidas

estábamos viviendo

o muriendo.

 

HIJO MÍO

Que soy libre, me dicen.

Pero si quisiera tener otro hijo

tendría que llevarlo al Banco de la esquina

porque suya es mi casa.

Mi niño llamaría padre al director

y madre a la cajera

aprendería a andar con una silla de oficinista

dormiría en un cajón del archivador

y yo sólo sería un pariente lejano

que le sonreiría desde mi puesto en la cola.

Me pasaría de vez en cuando con la excusa de ampliar la hipoteca

sólo para ver qué tal me lo crían

cómo le afecta el aire acondicionado

si sabe poner un fax

y si el director le regala un juego de sartenes

por su cumpleaños.

…………………………………………………

Hija, si en algún momento,

mientras estás ocupada en crecer

-dura y lícita tarea-

puedes mirarme a los ojos

hazlo.

 

No te dejes las preguntas

para cuando sea la misma voz

la que cuestione y la que responda.

 

Mira que en esta familia

tenemos la dolorosa costumbre

de conocernos mejor de muertos.

 

LA TRINCHERA

Lo malo de la trinchera

no es su húmeda estrechez.

El barro y la sangre abrigan

somos muchos aquí

y las fotos que nos mandaron desde casa

nunca se desgastan.

 

Siempre hay tiempo para una partida de cartas.

Para el momento íntimo y juguetón

de despiojarnos.

Alguien que baila al ritmo

de los tableteos lejanos

de las ametralladoras

o un buen imitador de generales

que nos hace reír.

 

Lo malo de la trinchera

es que no sabemos cuando

tendremos que abandonarla.

 

ORTODONCIA

A través de la alambrada

de mi boca

tus besos tienen el sabor

de la libertad.

 

Cortesía de la autora

Ana Pérez Cañamares (Santa Cruz de Tenerife, 1968). Es licenciada en Filología por la Universidad Complutense de Madrid. Varios de sus cuentos han sido publicados en obras colectivas como Por favor, sea breve: antología de relatos hiperbreves y Lavapiés. Ha ganado premios de poesía y relatos (fue finalista del premio La Sonrisa Vertical, dentro del colectivo Cori Ambó), y colabora asiduamente en revistas literarias, para las que escribe cuentos, artículos y reseñas.

Premios de Poesía de Radio Juventud, Gloria Fuertes y Pluma de Oro. Cursos de análisis y crítica cinematográfica (Film: an introductory course) en el Birbeck College, University of London. Profesora de talleres literarios (presénciales y a distancia). Redactora de materiales de enseñanza de literatura y correctora de estilo. Ha publicado los poemarios Alfabeto de cicatrices y Alambrada de mi boca, ambos de la Editorial Baile del Sol.

www.elalmadisponible.blogspot.com.es

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