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Ayotzinapa es una bandera

Por Cristina Lanuza Marrero

El 26 de septiembre de 2014 en México se cometió una de las más crueles atrocidades de su historia reciente: se arremetió contra los jóvenes de la Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa. En el acto resultaron seis personas fallecidas, 20 heridos y 43 desaparecidos forzados. La lucha en búsqueda de la justicia fue el motor impulsor del pueblo de Iguala. Padres, amigos, simpatizantes exigían que los desaparecidos fuesen devueltos con vida a sus familias.

Ante tales hechos, el mundo no podía permanecer callado. Se hizo imperativo alzar la voz para demandar los crímenes cometidos contra el pueblo de México y contra la integridad de los seres humanos. Precisamente así actuaron los constituyentes de la Red de Intelectuales, Artistas y Movimientos Sociales en Defensa de la Humanidad[1], quienes a través de la Declaración escrita en Venezuela en diciembre de 2014 hicieron legítima su indignación y acusaron al presidente de México por las atrocidades cometidas.

Nueves meses después, gracias al trabajo incansable de Nayar López Castellanos (compilador), la Red y en colaboración especial con la editorial Ocean Sur nació una obra magnifica, símbolo del más puro amor fraternal: Ayotzinapa: Un grito desde la humanidad. El texto contiene en sus páginas cólera, compasión, ira, tristeza, amor. La obra agrupa el trabajo de escritores e investigadores procedentes de varios rincones del mundo, todos integrantes de la Red, quienes asumen el reto de desenmascarar los Estados corruptos y tiranos. Son ellos los Quijotes de la justicia, dignos defensores de la hermandad, la solidaridad y la humanidad.

En los 35 ensayos que conforman la obra encontramos análisis humanistas, reflexiones, pensamientos que no deben ser pasados por alto. Asimismo, recoge una sección titulada “Poesía por Ayotzinapa”, donde poetas de todo el mundo ponen su arte al servicio de la justicia. Tras la reflexión prosódica nos encaminarnos a la expresión de la esencia del ser humano: la poesía. Aquí entramos de a lleno en el dolor, en el grito ahogado de un familiar:

¡Faltan 43! Grita el pueblo adolorido. ¡Fue el Estado! Grita el pueblo iracundo.

Ese día de 2014 Iguala sufrió la desaparición de 43 normalistas a manos del Estado. El pueblo mexicano y el mundo aun sienten esta cruel transgresión de los derechos humanos. Con la lectura de este texto nos acercamos más a Iguala, a los familiares y compañeros de los normalistas, sufrimos su pérdida y nos sumamos a la lucha por la probidad, por el respeto a los derechos humanos y a la dignidad.

La verdadera pregunta reside en el motivo del gobierno para ejercer tal crimen. Aunque no existe una respuesta declarada, podemos imaginárnosla: los normalistas eran representantes de la minoría indígena mexicana, y como tal, exigían sus derechos y cuestionaban al Estado. Por tanto, debían ser castigados. Y el Estado planeó su castigo de la forma más cruel imaginada.

Con Ayotzinapa, México y el resto del mundo se encontraban ante la triste verdad: el Estado mexicano no respondía al pueblo ni velaba por sus intereses. Por el contrario, era un gobierno de traición nacional que servía al imperialismo estadounidense y a las oligarquías nacionales. El Estado mexicano ejercía el terrorismo y ese día lo dejó bien claro. Basta ya de ocultar la verdad, basta ya de dilatar las mentiras y manipular las pruebas, de encubrir a los órganos relacionados con el crimen. La supuesta versión oficial, la calculada verdad histórica que pretenden imponernos solo demuestra la manipulación de un gobierno tirano y corrupto que aplasta la dignidad humana, que desprecia los derechos humanos y transgrede toda barrera civil.

Sirva esta obra para la reflexión profunda, para comprender que debemos acabar con aquellos gobiernos que acometen o apoyan crímenes, para entender que necesitamos alcanzar un sistema que defienda la justicia y que alabe la humanidad. Unamos nuestras voces a los artistas de la Red, hagámosle saber al pueblo mexicano que cuenta con nuestro apoyo incondicional.

Ayotzinapa es una bandera, ¡no la dejemos caer!

[1] Creada en 2003, la Red nació de las ideas de Fidel Castro y Hugo Chávez, dignos defensores de la justicia y la solidaridad latinoamericanas.

Tomado de: Contexto Latinoamericano

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Allende: crónica de una tragedia anunciada

Por Cristina Lanuza Marrero

Allende: crónica de una tragedia anunciada recoge una entrevista realizada al periodista y director-fundador de la revista Punto Final, Manuel Cabieses, y una compilación de los artículos publicados entre los años 1970 y 1973, artículos que anteceden, pero auguran el golpe de Estado fascista contra el presidente chileno Salvador Allende. El compilador y prologuista de este libro, Juan Jorge Faundes, es un investigador y estudioso de las problemáticas latinoamericanas. En este caso específico decide analizar la caída del poder de Allende, y reflexionar sobre la experiencia y su impacto en la América Latina de hoy.

El corto periodo de tiempo elegido por Faundes responde no solo a la primordialidad de esos años en el contexto chileno, pues es cuando comienza a gestarse el proceso desestabilizador que culminaría en el trágico golpe de Estado, el 11 de septiembre de 1973; sino también a la impronta que marcaron los artículos publicados por la revista mencionada. Cada una de las crónicas recopiladas en el libro, dejan ver la tensión que existía entre el gobierno de izquierda y la oligarquía chilena, en coordinación con el gobierno de Estados Unidos, instigador y planificador principal del golpe militar.

En su prólogo, «El épico fracaso de Allende, una lección para la izquierda del siglo XXI», Faundes explica las razones de la elección para el título de su investigación. La caída de Allende fue, en efecto, una tragedia para Chile y Latinoamérica, pues moría en combate desigual, un visionario, un revolucionario, un «héroe a la altura de Caupolican, Túpac Amaru, Espartaco, “y hasta Jesucristo mismo”», como bien lo cataloga Faundes. Terminaba así el mandato de un presidente y un gobierno latinoamericano aplastado por el duro y frío puño del imperio que aún nos azota. Sin embargo, la tragedia fue anunciada tres años antes, pues cada uno de los artículos de Punto Final que Faundes recopila en su obra, ya anticipaban el desenlace de esta historia. Y he aquí la lección que pretende mostrarnos el autor.

¿Cómo traer estas reflexiones hasta la actualidad? El autor plantea la existencia de dos polos opuestos en este siglo XXI, el «atractor» Estados Unidos-Corporaciones Mundiales y el «atractor Bolivariano», iniciado en Venezuela y comandado por Hugo Chávez, que impulsó un nuevo tipo de sociedad en la nación, traspasando sus fronteras. Con el nuevo atractor positivo, América Latina encontró un periodo de estabilidad que amenazaba el protagonismo del atractor negativo. Como bien se razona, la preocupación del gobierno de Estados Unidos y las Corporaciones Mundiales no es la propagación de la democracia ni el estado de derecho en la América Latina, sino la gestación y consolidación del sistema socialista de los países latinoamericanos que apuestan por una nueva forma de sociedad, una más justa. Esta misma preocupación motivó al imperio a conspirar contra Chile y el presidente Salvador Allende, que derivaron en 17 años de dictadura militar para el pueblo chileno.

Juan Jorge Faundes desecha las etiquetas: socialismo del siglo XXI, capitalismo social o del modo que queramos llamarle. Lo importante no está en la designación en sí, sino en encontrar la solución para fortalecer el atractor Bolivariano y desestabilizar al atractor enemigo; hallar la respuesta que nos permita desarrollar una democracia política, social, económica, una alternativa que priorice la salud, la educación, la vivienda. Advierte Faundes que ha llegado la hora de tomarnos en serio el carácter científico, racional y multidisciplinario que requieren las decisiones y actividades políticas. Basta de repetir la historia y no percatarnos del «anunciada» en la tragedia. La construcción de esta nueva sociedad a la que aspiramos y por la que tantos héroes han dado su vida, requiere de analistas y planificadores que, desde una mirada prospectiva, diseñen el futuro.

Aquí radica la importancia de esta obra. Sirva el testimonio de la revista Punto Final y el golpe militar en Chile, como estímulo para construir una mejor estrategia que contrarreste y desenmascare los procesos desestabilizadores del atractor Estados Unidos-Corporaciones Mundiales. Llama el autor a la reflexión y a la acción científica y racional en la cimentación del socialismo latinoamericano. Esa es la lección que debemos comprender. Para luchar contra el imperialismo, América Latina debe aprender de los errores del pasado. Debe buscar en el discurso de la historia y de la propia experiencia, una visión que le permita planificar con realismo el futuro.

Lo que Faundes nos ofrece no es solo la lectura de su obra, también la reflexión que debe acompañarla. «Volvamos al período 1970-1973, observemos qué ocurrió, cómo ocurrió, en qué contexto, y reflexionemos si podría estar volviendo a ocurrir, o imaginemos como… se podría haber evitado». Se hace de vital importancia que escribamos nuestra historia mirando hacia el futuro, pero teniendo en cuenta siempre el pasado porque un pueblo que no conoce (o, en este caso, que ignora) su historia, está condenado a repetirla.

Tomado de: Contexto Latinoamericano

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La guerra del 47 y la resistencia popular

Por Cristina Lanuza Marrero

Esta vez la editorial Ocean Sur se traslada al pasado para rescatar una obra cuya temática no pierde actualidad. La guerra del 47 y la resistencia popular a la ocupación (1976) es el trabajo ensayístico de Gilberto López y Rivas, un destacado antropólogo e investigador mexicano que ha dedicado gran parte de su carrera profesional al estudio de la historia mexicana y latinoamericana. Rivas ha tenido igualmente una vida política activa pues se ha desempeñado, entre otras labores, como Jefe de Gobierno del Distrito Federal en la Delegación Tlalpan, como asesor del Gobierno de Nicaragua en Cuestión Indígena y Autonomía y como consejero del Ejército Zapatista de Liberación Nacional. Asimismo, fue merecedor de la medalla Roque Dalton y su numerosa obra es evidencia de su incansable preocupación por las comunidades autóctonas latinoamericanas. Precisamente, esta última temática es la que aborda el libro sobre el que estaremos comentando en esta breve reseña.

El autor realiza un análisis detallado de un hecho histórico-social que, a pesar de su lejanía temporal, no pierde interés ni importancia: la conquista brutal del norte de México emprendida por Estados Unidos con objetivos expansionistas y ambiciones económicas. Sin embargo, para la población originaria de los territorios ocupados, esta conquista, finalizada en 1848, solo significó explotación, discriminación y anexión forzada a un sistema y una nación que no identifican como propia.

Al terminar la guerra, Estados Unidos, explica el autor, impone el control en todas las esferas de la vida económica y social de esta parte de la población mexicana, y lo hace a través de medios innobles, crueles, como la intimidación y la violencia, guiándose exclusivamente por una ideología retrógrada y elitista, como es la diferenciación socio-económica a partir del origen étnico y nacional de la población. Asimismo, en su proceso de dominación de este terreno originalmente mexicano, no se preocupó por integrar a sus habitantes ni social, ni culturalmente, respetando al menos sus tradiciones, modo de vida y costumbres. Todo lo contrario, el gigante del norte impuso sin miramientos su modelo de vida y rechazó los siglos de historia del pueblo mexicano.

En su obra Rivas afronta este proceso de conquista y resistencia del norte de México desde una perspectiva historicista-social, mostrando al mundo la situación de las minorías nacionales autóctonas, en específico la chicana, una situación marcada por la opresión y los conflictos identitarios, que han subsistido hasta el presente.

Entre sus temas principales radica una breve historia general sobre el expansionismo territorial estadounidense y el establecimiento de este país en las provincias mexicanas del suroeste, con el objetivo de desentrañar las fuerzas que actuaron en las relaciones entre el estadounidense y el núcleo original de la población mexicana. De igual modo, dedica todo un apartado a la resistencia del pueblo mexicano contra el poder estadounidense impuesto, cuya historia de violencia y crimen fue el origen de la nacionalidad chicana. El propio proceso de conquista y resistencia contiene en sí los dos factores primordiales en la formación de la minoría nacional chicana. En primer lugar, la conquista estadounidense del norte de México, conquista militar que segrega esta casta social de su original jurisdicción, la mexicana, y la anexa a Estados Unidos. En segundo lugar, paradójicamente, la migración continua de mexicanos a la nación norteña. Este asunto ha sido valioso en la conformación de esta minoría, pues los emigrados han puesto en alza los lazos con su origen y han valorizado y conservado sus tradiciones.

Asimismo, el autor nos imbuye de conceptos históricos y antropológicos concernientes a los temas de nación, nacionalidad, Estado, formación nacional, minoría, minoría nacional, con el objetivo de brindarnos una base teórica que nos permitirá entender a cabalidad el tema específico de su estudio: los orígenes históricos de la minoría nacional chicana a partir de la guerra de 1847. De ahí que dedique una primera parte a esclarecer el binomio nación- Estado, elemento que será primordial para comprender las relaciones de dominación americanas.

La minoría autóctona chicana se encuentra sujeta, a través de un control político, al estado americano y, por tanto, su derecho a reconocerse como nación le es negado. En cambio, el mencionado estado se encarga de señalar sus diferencias con la imposición de un sistema de desigualdad y discriminación. La historia ha demostrado que en América Latina la formación del concepto NACION siempre ha estado marcada por los procesos de conquista y colonización, eliminando y condicionando, de esta manera, aspectos tales como la lengua, la cultura, sistema socioeconómico, entre otros. De ahí, que preservar las tradiciones, costumbres y lenguas de estas minorías autóctonas sea de tanta importancia.

A pesar de los años, el tema tratado sigue siendo un problema a resolver. Nada ya puede hacerse por aquellas comunidades autóctonas que fueron despojadas de su universo, sin embargo, para aquellas otras que apenas sobreviven aún quedan esperanzas. El imperialismo es la nueva faceta del colonialismo, marcado por la crueldad y la indiferencia ante el patrimonio cultural. Está en nosotros no permitir que se sigan perdiendo culturas completas y cosmovisiones diversas de este mundo que habitamos.

Tomado de: Contexto Latinoamericano

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La mosca azul. Reflexión sobre el poder en Brasil

La mosca azul. Reflexión sobre el poder en Brasil. Frei Betto. Editorial Ocean Sur

Por Cristina Lanuza Marrero

Nos sorprende una vez más la editorial Ocean Sur con una propuesta que no dejará indiferente a ninguno de nuestros lectores. Nos desplazamos al sur del continente americano para situarnos, junto a Frei Betto y su obra La mosca azul. Reflexión sobre el poder en Brasil.

Es incuestionable la labor literaria y la influencia socio-cultural que ha ejercido Frei Betto desde finales del siglo pasado y que no se limita solamente a su país a Latinoamérica, o a nuestra generación. Es autor de más de 50 libros de diversos géneros y temas y ha sido galardonado con numerosos premios que incluyen su obra literaria, social y política. Entre ellos destacan: el Jabuti (principal premio literario de Brasil, 1982), la Medalla de la Solidaridad (otorgada por el Gobierno de Cuba, 2000) y el premio Ones (España, 2008) que elogia la solidaridad internacional. No cabe duda de la impronta a nivel mundial que ha causado el fraile dominico, portador de ideas revolucionarias y esperanzadoras para la raza humana.

La obra en cuestión —La mosca azul. Reflexión sobre el poder en Brasil— está escrita a la manera de los tratados antiguos: cada apartado abarca un tema específico que favorece la comprensión total del estatus político de Brasil en el pasado y el presente. El análisis integra variados y diferentes niveles político-sociales que van desde el triunfo del gobierno de Lula (2003) y la creación del PT (Partido de trabajadores) hasta un tratado sobre las relaciones humanas en la política, pasando por la descripción de huelgas, campañas electorales y temas generales tales como el desarrollo de la democracia y el neoliberalismo en el gigante sureño. Es una reflexión profunda y completa que no solo centra su atención en el poder vacío e insignificante, sino en el ser humano y las posibilidades de interacción que permite la política, todo ello bajo una perspectiva íntima pues se incluyen las experiencias de vida de nuestro autor. Es tal la maestría de Betto que la reflexión sobre la política nacional, un tema que podría resultar objetivo e inamovible, se convierte en un testimonio espiritual e incluso familiar, aspecto que intensifica la conexión autor-lector al punto de sentirse cómplices: sus historias son las historias de muchos, son las historias del pueblo.

El estilo de Betto es único y las referencias bíblicas empapan su obra, así como la religión forma parte de la vida de los brasileños. En lo concerniente a este aspecto plantea ideas muy originales, en especial en los tratados finales de su obra, donde realiza una comparación entre la vida religiosa y la vida política, estilos de vida ambos que representan estructuras de poder. Asimismo, explica la milenaria relación existente entre fe y política, comenzando por la Biblia y la figura de Jesús y luego centrándose, en un segundo momento, en la historia de los países latinoamericanos, cuya conexión con la religión es indudable desde los tiempos de la conquista.

Política y religión son dos de los principales pilares de las sociedades, lo ha demostrado la historia y lo confirma la contemporaneidad. Frei Betto es un activo representante de la religión cristiana y del movimiento liberador y sobre su propia experiencia de vida construye su teoría: el reto de ser cristiano hoy día, confiesa, consiste en no encerrarse en las escrituras sagradas, sino en implicarse e incorporar la teología a la vida y la lucha para combatir situaciones reales que afronta el país: desestabilidad, pobreza, hambre. No queremos más catedráticos ni académicos, queremos cristianos, marxistas, seres humanos que propongan soluciones.

El propio libro representa para el mundo y la literatura de corte político lo que la mosca azul del título simboliza para las relaciones humanas y el futuro de todas las naciones, la esperanza del hombre para el hombre. Frei Betto regala al mundo, con su alegoría, ‘la promesa de reinventar’, de repensar nuestro mundo.

Tomado de: Contexto Latinoamericano

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Por la unidad latinoamericana

La unidad latinoamericana (Ocean Sur, 2007) de Hugo Chávez

Por Cristina Lanuza Marrero

La unidad latinoamericana es un libro que promueve la participación de los pueblos de América Latina en las luchas por la unidad y la autodeterminación por la que se abogó desde el inicio del proceso de emancipación de dichos países. Editado por la editorial Ocean Sur, se presenta esta compilación que reúne algunos de los más representativos discursos que Hugo Chávez ofreció en varios pueblos de Latinoamérica y Estados Unidos entre 1999 y 2006. Se concretan en sus palabras la solidaridad y la fuerza de las acciones realizadas por el pueblo bolivariano que, sumado al resto de las naciones del continente se aunaron en la lucha.

Para millones de personas, la voz de Chávez era la de la sensatez y su discurso se sustenta en la fuerza de las ideas que él mismo difundía, basadas en las transformaciones democráticas que la Revolución Bolivariana lograba para y con los humildes. No hubo tribuna, palacio, universidad o cuartel que no se mostrara conmocionado tras sus palabras. Cada discurso es preciso, una invitación a la reflexión sobre las encrucijadas de nuestra historia y aporta importantes claves para nuestro tiempo.

En el libro se recorre su oratoria desde el discurso de 1999 en la Universidad de Brasilia, a pocos meses de haber asumido la presidencia de Venezuela y donde hace un llamado a la unidad como condición indispensable de existencia, hasta la apasionada intervención en la Asamblea de Naciones Unidas en septiembre de 2006 donde denuncia al imperialismo norteamericano por sus crímenes cometidos.

“Allí confluyen todas las fuentes que le dan profundidad a su pensamiento, en un ejercicio constante de coherencia y creatividad. Chávez es un creador, no un imitador. Creador en la insurgencia, creador en el poder”[1]. A partir de la lectura del texto podemos leer al comandante venezolano, entender sus ideas y su política de gobierno a lo largo de su mandato. Cada una de sus palabras son pronunciadas en defensa de la Revolución Bolivariana, pero proclama la lucha colectiva en contra de un enemigo común. Su lucha se centra en sustentar la unidad entre los pueblos latinoamericanos y demostrar que esta opción es la más viable para la batalla: “Todos juntos, con un nuevo sentimiento de hermandad, tenemos que ir luchando por un mundo mejor (…)”.[2]

Chávez es Venezuela. Representa para cada venezolano una conexión entre lo pasado y lo futuro, el rescate de su identidad. Para los latinoamericanos representa un hermano que nunca deja de alentar el proceso de lucha. De ahí la importancia de su estudio y la necesidad del análisis y rescate de sus textos. Son reducidas las figuras que han suscitado un interés tan marcado y, a su vez, amplio, en todo el mundo, propiciando la polémica en torno a ellas, con defensores y detractores que desatan debates e interpretaciones muy diversas. El libro en cuestión rescata, entonces, los momentos en los que acción y emoción van de la mano de una misma persona: Hugo Chávez Frías.

[1] Chavez, Hugo. La unidad latinoamericana, 2008, p.10.

[2] Ibídem, p.13.

Tomado de: Contexto Latinoamericano

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El México insurgente de John Reed

México insurgente, de John Reed. (Editorial Ocean Sur, 2023)

Por Cristina Lanuza Marrero

México insurgente es un libro de la autoría de John Reed.[1] Desde su publicación en 1914 hasta la fecha se han escrito numerosos relatos históricos sobre Francisco Villa y la Revolución Mexicana, incluso se ha tratado en la literatura a través de la novela Los de abajo de Mariano Azuela donde su principal objetivo es relatar los sucesos de dicha revolución.

Aun hoy, a más de un siglo su publicación, México insurgente sigue siendo uno de los más grandes clásicos de la Revolución Mexicana. Es literatura en forma de crónica y tanto los recursos narrativos como la calidad de su prosa lo hacen merecedor de considerarse en la cumbre de los textos periodísticos. Es un trabajo que escapa de cualquier romanticismo, es directo, increíblemente visual y completamente lleno de mircrohistorias. La actualidad del texto recae sobre la sobrevivencia del villismo en el imaginario popular mexicano y la gran polémica sobre su legado. El debate es tan antiguo como su propio personaje: ¿Era Villa un bandido o un héroe? A pesar de la recurrente campaña conservadora que se empeñó en mostrarlo como un simple forajido, Villa sigue siendo para muchos un líder revolucionario digno de ser reivindicado. Traducido al español en 1954, cuarenta años después de su publicación en inglés en Estados Unidos; esta obra llegó a México sin apoyo oficial alguno. Este libro, ahora bajo el sello editorial de Ocean Sur, ha servido para alimentar esa memoria y construir el mito.

John Reed relató la Revolución Mexicana a partir de su llegada al país en 1911 como corresponsal de guerra del Metropolitan Magazine y The World. Pudo conocer a los mexicanos tal y como eran, vivió, marchó y arriesgó su vida con ellos; no los juzgó y se identificó con su lucha. El corresponsal estableció una entrañable relación con Francisco Villa, sus tropas y varios de sus generales, a la vez que se introdujo en la aventura de contar la revolución a los lectores estadounidenses. Así, México insurgente es testimonio de periodismo comprometido que ofrece una versión radicalmente opuesta a la propagada en los medios comerciales estadounidenses sobre la Revolución Mexicana y Francisco Villa; fue una versión al servicio de la insurgencia campesina, pero no por ello desestimable.

Reed ofreció una vivencia totalmente verídica, desnuda, lejos de ser politizada, de cada una de las cosas que vivió en México, desde la descripción de su gente hasta el relato de la guerra. Un ejemplo de la desarticulación del discurso, fundamentalmente norteamericano, sobre los ciudadanos mexicanos se observa a continuación:

Los norteamericanos han afirmado que el mexicano es pícaro, fundamentalmente, que yo debía esperar que mi equipo fuera robado desde el primer día. He vivido ya dos semanas con una banda de exforajidos tan rudos como los del ejército. No tenían disciplina ni educación. Muchos de ellos odiaban a los gringos. No les había pagado ni un centavo durante seis semanas (…) Yo era un extranjero, sin armas y con un buen equipo (…) nunca se me perdió nada. Más todavía: no se me permitía pagar mis alimentos, en una compañía donde el dinero era escaso; y en cuanto al tabaco, casi desconocido (…) La menor indicación que hacía acerca de pagarlo era un insulto.[2]

De estos testimonios se sustenta el libro, de la desmitificación y de la muestra de cómo una historia puede ser y es necesario que sea vista desde todos los aspectos. En dicho momento, fue impensable y censurado este texto, pero hoy, tenemos un discurso que merece ser rescatado y releído, porque es indispensable comprender el fenómeno en su totalidad. Toda historia tiene diversas perspectivas, toda revolución tiene ganadores y perdedores, así como detractores y personas a su favor; pero solo conociendo la historia en su totalidad podremos comprender cualquier proceso histórico y la complejidad del mismo. Cada lector debe ser capaz de entenderlo y forjar su opinión, ya sea en acuerdo o desacuerdo, en función del conocimiento del suceso verídico. En ello estriba la verdadera trascendencia de este texto, en darle vida a esta historia “no contada” o al menos con la que muchos no están de acuerdo, pero que muestra, el otro lado de la moneda.

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[1] John Reed (1887-1920) fue colaborador y director de diversos diarios y revistas. Llego a ser considerado como uno de los periodistas más remunerados de su época en Estados Unidos. Cronista de Guerra y de los sucesos protagonizados por el movimiento obrero estadounidense y mundial, en general, sufrió prisión en determinadas ocasiones y países. Testigo directo de la Revolución Mexicana, de la Guerra de los Balcanes y de la Revolución Rusa, sus obras se han convertido en clásicos imprescindibles para la comprensión de la historia del siglo XX. Fundador del Partido Comunista Laboral de Estados Unidos. A punto de cumplir los 30 años enfermó de tifus y murió en Moscú en 1920.

[2] Reed, John. Mexico insurgente. Asia Pacific Offset Ltd., China, 2013. p. 44.

Tomado de: Contexto Latinoamericano

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De la guerra de Vietnam

La guerra de Vietnam, de Agustín Prina Editorial Ocean Sur

Por Cristina Lanuza Marrero

La guerra de Vietnam, escrito por Agustín Prina —argentino estudioso del marxismo—, bajo el sello editorial de Ocean Sur, brinda un conjunto de lecciones de Historia a través de la narración y la revisión de las enseñanzas políticas de Ho Chi Minh y el general Giap, ambas figuras sumamente ejemplares tanto para la occidentalidad como para todo el mundo; ambos han sido referenciados en el cine y el arte, de ahí que su reconocimiento no haya sido solo político, sino también cultural.

Como en muchas ocasiones se ha mencionado, el imperialismo no tiene límites, en el texto se evidencia el contexto histórico bajo el cual Estados Unidos decide invadir Vietnam, pues, las revoluciones que se iban dando en América Latina sobre los años sesenta —Cuba, la principal— impulsaron los procesos de liberación nacional de muchos otros países del mundo y, por tanto, eran una amenaza para el capitalismo mundial. Aún así Vietnam, nunca fue un pueblo “tranquilo”, totalmente lo contrario, fue un país aucostumbrado durante siglos a las invasiones —entre las más grandes estuvo la de los franceses— y luchas, una nación acostumbrada a oponer resistencia.

En el caso de la invasión francesa, después del despojo de los campesinos de sus tierras y el aumento de la pobreza, así como algunos hechos externos, la quiebra de la bolsa de Wall Street, por ejemplo, influyeron en una crisis económica para el imperio francés. Con estos hechos, el pueblo vietnamita quedaba ultrajado por todas las acciones y políticas imperialistas. Pero, como respuesta a ello, siempre hubo movimientos y organizaciones, alianzas estratégicas y tácticas desarrolladas, así, fue debilitado el intento de los japoneses por invadir Vietnam, donde ya empieza a destacarse en el frente de lucha, el líder Nguyen Ai Quoc, quien sería conocido más tarde como Ho Chi Minh.

Luego de la Revolución de Agosto, la intauración de la República Democática en el norte y ocho años de lucha, los franceses decidieron aliarse con Estados Unidos, pero no pudieron deshacer la república ya creada. Como acuerdo de la Conferencia de Ginebra en 1954, las potencias occidentales firmaron el acuerdo para la separación de Indochina en tres países: Laos, Camboya y Vietnam. El norte se mantuvo independiente y democrático, pero el sur, cayó en dominio de Estados Unidos, mantuvo al pueblo a raya con las decisiones del gobierno, se rechazó la convocatoria a elecciones y mantuvo al pueblo vietnamita en una gran miseria.

Eventualmente, como es lógico, el pueblo vietnamita fue oponiendo más resistencia a la militarización y control estadounidenses, con lo cual, Estados Unidos aumentó la hostilidad y el envío de militares al país, lo que terminó en 1965 en una invasión al territorio vietnamita del sur del país. Comenzó la guerra a lo largo del mismo, pues, se comenzaron bombardeos estratégicos a Vietnam del Norte y de esta forma, comienza la otra gran invasión sufrida por el pueblo vietnamita.

Pero:

A pesar de las matanzas y la fuerte crisis producida por la invasión y división del país, los vietnamitas no se quedaron de brazos cruzados. Tanto el Frente Nacional de Liberación como desde la República Democrática de Vietnam del Norte, se ofreció la resistencia tenaz e inclaudicable.[1]

Así se inundan las páginas de este libro, acción-reacción en cada una de ellas, para cada ataque, una ofensiva. Los vietnamitas se mantuvieron años haciendo historia, defendiendo lo que por derecho es suyo. Pero, Estados Unidos se veía afectado en su política exterior puesto que en estas ofensivas, morían muchísimos soldados nortamericanos y en el país, se empezó a rechazar la guerra a Vietnam por este motivo, aún cuando había sido un “llamado de ayuda” del pueblo vietnamita. La confrontación llegó a ser demasiado hostil para ambos países, y de esta manera, comienzan las conversaciones y tratados de paz, lográndose en 1975 la unificación bajo el nombre de República Socialista de Vietnam.

El aspecto más importante a resaltar en este texto es que, a través de diferentes capítulos, no solo explica el contexto histórico, político y social, bajo el cual se desarrollan todos los hechos, sino que, lo hace desde ambas perspectivas, es decir, desde los intereses estadounidenses y luego, desde el punto de vista vietnamita. Plasma la manera en que se sintió esta lucha en Vietnam y realza las figuras de Ho Chi Minh y el general Giap desde la propia visión local.

De igual manera explica el carácter de la Revolución en Vietnam y los objetivos trazados una vez que se lograra la independencia. Se consideró, así mismo, a pesar de que muchos integrantes de las tropas vietnamitas no tenían entrenamiento militar, que la organización y la unión fue el factor principal de la victoria del pueblo.

Finalmente, en el libro se conforma un apartado breve donde se explica la cercanía de la Revolución Cubana y la vietnamita, así como, el importante papel desarrollado en ambas por la figura de Ernesto Che Guevara. Se presentan como anexos disímiles documentos que atestiguan los hechos y que pueden ser de gran interés para los lectores.

[1] Prina, Agustín: La guerra de Vietnam. Editorial Ocean Sur, México, 2008. p. 30.

Tomado de: http://www.contextolatinoamericano.com

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Ni calles, ni monumentos. El legado de Fidel

Ni calles, ni monumentos. El legado de Fidel. Editorial Ocean Sur

Por Cristina Lanuza Marrero

En horas de la mañana de hoy, en el CIGB, la editorial Ocean Sur presentó: Ni calles, ni monumentos. El legado de Fidel. Con textos del periodista Rodolfo Romero y diseño y composición de Yuset Sama, el libro destaca por su singularidad, calidad de impresión y sentidos estéticos. No es un libro de investigación histórica; sino de síntesis y de esencias. Recorre a pinceladas los sucesos más importantes en la vida de Fidel Castro mediante fotografías, algunas clásicas y otras poco divulgadas, frases de personas que lo conocieron o lo acompañaron en momentos clave de su vida, y pensamientos que ilustran núcleos de su pensamiento marxista y antiimperialista.

El volumen consta de cuatro partes. El joven Fidel. Un cielo tomado por asalto, narra desde sus primeros estudios —primero en la Escuela Marista y luego en colegios jesuitas en Santiago de Cuba— hasta los sucesos del Moncada y los preparativos del yate Granma.

Sierra Maestra. Un Fidel que vibra en la montaña, es el segundo capítulo que se centra en los años de lucha guerrillera y culmina con el triunfo revolucionario el 1ro. de enero.

  1. Cuba Socialista, es el tercer acápite que incluye frases e intervenciones medulares de las primeras tres décadas de la Revolución. Momentos decisivos como la proclamación del carácter socialista de la Revolución Cubana, y su participación en distintas tribunas internacionales.

Por último, Revolución. El pueblo cubano vencerá, inicia con sus proféticas palabras el 26 de julio de 1989, donde avisora la posibilidad del derrumbe soviético. Incluye textos de gran trascendencia política como sus palabras en 1992 en la Conferencia de Naciones Unidas sobre medio ambiente y desarrollo, con sede en Río de Janeiro, o las que pronunciara en el aniversario 40 del triunfo de la Revolución Cubana. Concluye con un fragmento del que sería su último discurso público, cuando el 19 de abril se dirige al VII Congreso del Partido Comunista de Cuba.

El libro termina con fotos del homenaje que tras su muerte le rindió el pueblo cubano y el concepto de Revolución. Incluye una breve cronología de sus noventa años de vida. Interrogado acerca del título escogido para el libro, su autor comentó: «Tuve la oportunidad de estar en Santiago de Cuba, en la Plaza de la Revolución Antonio Maceo, cuando Raúl sorprendió a muchos explicando la voluntad de Fidel de no usar su nombre para calles, escuelas, o monumentos. Contrariado al principio, después comprendí. Fidel no necesita perpetuarse en calles o monumentos. Su mayor legado es su propia vida, su obra inmortal, que es la que intento contar brevemente en estas páginas».

Ni calles, ni monumentos. El legado de Fidel, es un libro de Ocean Sur que rinde homenaje a Fidel y al 60 aniversario de la Revolución Cubana.

Tomado de: http://www.contextolatinoamericano.com

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Mella y la independencia

América Latina y las luchas sociales. Julio Antonio Mella. Editorial Ocean Sur

Por Cristina Lanuza Marrero

Julio Antonio Mella pese a su corta edad experimentó un gran desarrollo en el ámbito de las letras. Así, dejó muchos escritos a nuestra historia, la mayoría vieron la luz como artículos, en cambio otros, fueron concebidos a modos de ensayos más reposados y ampliamente argumentados.

Esta edición propuesta por la Editorial Ocean Sur, recoge una breve selección de textos que se consideran emblemáticos de su ideario antiimperialista y de su pensamiento marxista. Es Mella uno de los marxistas más reconocidos en nuestro continente precisamente por la forma en que aplicó esta teoría a la comprensión de nuestras realidades.

De esta manera, conocer el pensamiento de tan ilustre revolucionario se hace imprescindible no solo para cubanos, sino también para los latinoamericanos de hoy, pues sus ideas sobre la unidad entre los intelectuales y los pueblos, resultan de gran significación en los momentos actuales, tanto o más como lo fue en su tiempo; sus escritos nos acercan a su sensibilidad acerca de los problemas sociales.

En el primer texto que se incluye en el libro, Cuba: un pueblo que jamás ha sido libre, Mella hace referencia a la engañosa amistad con Estados Unidos y advierte su histórico interés en poseer a Cuba. Hace referencia a los disímiles mecanismos de dominación yanqui que, en primera instancia, estaban enmascarados, entre ellos la Enmienda Platt.

De manera más general, Mella refiere o compara esta situación cubana con toda la América que sufre exactamente lo mismo, la falta de libertad y sobre ello comenta: «No se sostiene un gobierno sin la voluntad de Estados Unidos, ya que el apoyo del oro yanqui es más sólido que el voto del pueblo respectivo. Hoy los pueblos no son nada, ya que la sociedad está hecha para ser gobernada por el dólar y no por el ciudadano».[1]

A partir de aquí, establece una fuerte crítica ante la cosificación del hombre y la perdida de la espiritualidad, critica al mundo que antepone el dinero y la riqueza ante los valores humanos y este va a ser el punto clave que conecta el pensamiento de este joven con José Martí, es esta una idea muy martiana, ya advertida anteriormente por el apóstol en sus crónicas periodísticas principalmente. Incita entonces a la revolución social y a la unión de los movimientos intelectuales de toda América.

Asimismo, en el texto Glosas al pensamiento de José Martí, comenta sobre la importancia de la obra del apóstol y la necesidad de ser analizada con conciencia y no ligada a la crítica burda. Mella comenta el espíritu revolucionario de Martí e invita a todos a tomarlo como ejemplo. Finalmente, explica la relación del héroe con el proletariado y su espíritu internacionalista.

Otros dos escritos: El concepto socialista de la Reforma Universitaria y Los estudiantes y la lucha social, tienen gran relación en tanto apelan precisamente al papel del estudiantado y los intelectuales en las luchas del país por la independencia. Pues, se entiende en el aparato político universal que la cultura y la enseñanza son motores fundamentales en un pueblo, por tanto, se necesitaba una universidad más vinculada a los oprimidos y no a los opresores. En el segundo texto realiza una síntesis del movimiento universitario en América Latina, por ello, esta Reforma Universitaria o Revolución Universitaria como también se le llamó, fue de carácter continental, «un signo de los tiempos nuevos»,[2] idea esta muy martiana también.

Así en, Nueva ruta a los estudiantes, se apela a todos para la lucha: «ni en nombre del arte, ni de la ciencia, ni del derecho, ni de la libertad individual se puede ser ajeno a esta lucha»[3] y representa complemento y continuidad de las ideas expuestas en los textos anteriores. Habla de un movimiento mundial que necesita las fuerzas de todos y su pronunciamiento en contra de un enemigo común: el imperialismo y ello se reitera en los textos siguientes.

El último de los escritos incluidos en la compilación hace referencia a la creación de «revolucionarios profesionales», es decir, una Revolución en el sentido más amplio de la palabra, y su defensa sería nuestra profesión, nuestro quehacer diario. En esos momentos de lucha que vivía América Latina era necesario que todos pusieran sus fuerzas y desempeñaran esa profesión «que todo hombre honrado debe desempeñar».[4]

Así, de manera general en estos escritos, Mella denuncia y critica la política aplicada por el imperialismo, en el caso específico de Cuba, pero no se reduce a esta, sino que lo extiende a toda la América Latina que estaba en la misma situación que nuestro país. Mella continuó la idea martiana de una América toda, unida por un fin común, la independencia.

[1] Mella, Julio Antonio: América Latina y las luchas sociales. Editorial Ocean Sur, La Habana, 2013, p. 14

[2] Ibídem, p. 29.

[3] Ibídem, p. 34.

[4] Ibídem, p. 107.

Tomado de: http://www.contextolatinoamericano.com

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Carlos Marx. Una introducción a su pensamiento

Carlos Marx. Una introducción a su pensamiento. Compilador Yosvany Montano(Editorial Ocean Sur, 2018)

Por Cristina Lanuza Marrero

En conmemoración del 170 aniversario de la publicación del Manifiesto Comunista y tras cumplirse el bicentenario del nacimiento de Carlos Marx, este libro de la editorial Ocean Sur, se propone rescatar la obra de tan importante filósofo. Fragmentos que recogen sus más grandes aportes teóricos y que, de una manera más potable, deben difundirse entre los jóvenes latinoamericanos. Esta introducción al pensamiento marxista retoma y perpetúa sus ideas para las siguientes generaciones.

El volumen fue compilado por Yosvany Alberto Montano Garrido, quien es ensayista y profesor de la Universidad de las Artes, máster en Ciencias de la Educación, licenciado en la carrera Marxismo-Leninismo e Historia, y miembro de la Asociación Hermanos Saíz. Textos suyos se han publicado en distintos medios nacionales como La Jiribillla, Juventud Rebelde y Cubadebate; además es autor del libro Debatir en Revolución. Otros modos de hacer, otros modos de ser (Ocean Sur, 2018) y compilador de Julio Antonio Mella (Ocean Sur, 2018).

Carlos Marx. Una introducción a su pensamiento inicia con una cronología y contiene importantes textos en los que Marx hace referencia a otros filósofos y manifiesta su desacuerdo a través de breves pero intensos análisis. En el artículo «Tesis sobre Feuerbach», condena su forma de entender el materialismo como «objeto de contemplación, pero no como actividad humana sensorial»,[1] pues todo su pensamiento, según comenta Marx, se maneja en un ámbito teórico, no práctico y es, precisamente «en la práctica donde el hombre tiene que demostrar la verdad, es decir, la realidad y el poderío, la terrenalidad de su pensamiento».[2]

Asimismo, en la «Contribución a la crítica del derecho de Hegel», continúa con la idea de que el hombre no es un ser abstracto, «el hombre es el mundo del hombre: Estado, sociedad».[3] De igual manera defiende la idea de que la religión es utilizada como estrategia de alienación y que el hombre debe saber desenmascarar esa forma sagrada y pisar tierra firme: solo así, puede ser construida la historia, estableciendo la verdad. El libro incluye fragmentos de los Manuscritos económicos y filosóficos de 1844, donde Marx aporta importantísimas ideas sobre el trabajo enajenado, la propiedad privada y el comunismo.

Por su parte, el Manifiesto Comunista hace clara referencia a la lucha de clases, al necesario enfrentamiento contra la burguesía y al papel del proletariado como clase revolucionaria. Le siguen comentarios sobre los proletarios y los comunistas, exponiendo, como objetivos inmediatos de estos últimos: «constitución de los proletariados en clase, derrocamiento de la dominación burguesa, conquista del poder político por el proletariado».[4]

Entre otros textos, finalmente, se incluyen los prólogos de la primera y segunda edición de una de las obras más importantes de su pensamiento El Capital, que versa sobre importantes cuestiones relacionadas con las características de la producción capitalista y sus relaciones principales de producción. Los fragmentos incluidos tienen que ver con la mercancía y el dinero, el valor de la mercancía y la plusvalía, absoluta y relativa. Es en esta obra donde Marx expone las principales ideas sobre su doctrina económica y política, no en balde, fue una de las obras que más tardó en redactar.

Con el trabajo realizado por Yosvany, presenciamos los puntos más importantes y necesarios de la obra de Carlos Marx, aspectos que son necesarios rescatar para la continua batalla en la que actualmente nos vemos implicados.

Notas

[1] Montero, Yosvany. Carlos Marx. Introducción a su pensamiento. La Habana, Ocean Sur, 2018. p.64.

[2] Ídem.

[3] Ibídem. p.32.

[4] Idídem, p.74.

Tomado de: http://www.contextolatinoamericano.com

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