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Trilogía selectiva: Hombre mirando al sudeste (Parte II)

Por Sender Escobar

La atmosfera de fatalidad es inevitable cuando las instituciones mentales son el sitio de argumento para una película. La impredecible conducta de los pacientes, el agobio del personal clínico y cierta maldad intrínseca en los encargados de dominar y neutralizar a personas salidas de control, son parte de la cotidianidad de lugares donde el juicio y la razón se han diluido entre alucinaciones, delirios y sedantes.

Un hombre muy bueno que viene de muy lejos, según explica un paciente, ha llegado al hospital donde el doctor Julio Denis ejerce como uno de los médicos principales. Rantés afirma haber venido a la tierra en una nave espacial. Denis (Julio Quinteros) cree que se trata de otro paciente que se ha refugiado en el hospital para escapar de problemas con la ley, pero la seguridad de los argumentos de Rantés desconciertan, no solo a Denis, también al personal del siquiátrico que observa cómo un hombre que se para en dirección al sudeste durante horas en el patio del centro hospitalario, afirma recibir y transmitir información a su mundo. El recién llegado ejerce un magnetismo inusitado en los pacientes, que se comportan de manera pacífica y dócil, como si Rantés (Hugo Soto) fuera el único capaz de entenderlos sin que exista de por medio un diagnóstico a sus padecimientos.

Dirigido y escrito por Eliseo Subiela, Hombre Mirando al Sudeste  analiza un mundo signado por el prejuicio y el desdén como son los hospitales siquiátricos. Hasta la llegada de Rantés, Denis mantenía cierto escepticismo con la vida: su divorcio, la separación de sus hijos a quienes no dedicaba todo el tiempo necesario, determinaban su actitud médica que lejos de brindar esperanza, dibuja un espejismo de comprensión a los nuevos ingresos.

(…)Yo tampoco sentía más nada por mi profesión, era la primera vez en mucho tiempo que yo me interesaba a fondo por un paciente de hospital y era la primera vez en mucho tiempo que yo estaba contento(…) narra Denis mientras suena de fondo un saxofón.

Con música original de Pedro Aznar, el poder de este arte es un vínculo común y sanador entre paciente y doctor, una herramienta capaz de mantener sin palabras la lógica de una relación que nace de confrontaciones, cuando Denis actuaba con la predisposición natural hacia Rantés, que estaba muy lejos de ser un paciente común y corriente dentro de los internos del hospital.

-Yo no quiero que me cure, quiero que me entienda.

Afirma el paciente al doctor en uno de los frecuentes diálogos que tienen sentados en el despacho de Julio. El Dr. Denis está empeñado en hacer un diagnóstico sobre la personalidad de Rantés, que da a conocer sus habilidades musicales, argumentando que fue programado para hacer eso y más.

Rantés enfrenta abiertamente la conducta vacilante de Julio y lo reta a llamar por teléfono a un número que, según dice, si habla con esa persona, una sola llamada telefónica podría cambiar el curso de la historia de la humanidad. Julio continúa preguntando, pero no levanta el teléfono ante la invitación de Rantés, que le expone de su misión de rescate en la tierra:

-¿De qué rescate habla?- pregunta el doctor.

-Del rescate de las víctimas, de los que no pudieron vivir en medio del espanto. De los quebrados por el horror, de los que ya no tienen nada que esperar, aquí.

Las heridas del Proceso de Reorganización Nacional en Argentina, aún están abiertas y Rantés pretende salvar a los hombres del arma más peligrosa de todas: La estupidez.

La relación de ambos se va convirtiendo en un vínculo fraterno y comienza a preocupar a la dirección del hospital la conducta de Rantés, lejos de ser violenta o dislocada es analítica, persuasiva y gregaria con los demás pacientes del hospital. La visita de una mujer nombrada Beatriz Dick (Inés Verenengo), llamada por Rantés La Santa, es para Denis una posible pista para desentrañar las misteriosas afirmaciones del hombre venido de otro planta, pero lejos de ser una revelación, La Santa es otra nube de enigmas para el siquiatra.

La interrupción de Rantés durante un concierto público, al tomar la batuta y dirigir una orquesta mientras suena El Himno de la Alegría de Beethoven, trasciende a las noticias y el Dr. Denis es llamado por el director del hospital para rendir cuentas por el paciente que se encontraba en su compañía:

-Es una suerte que no se le haya ocurrido llevar un desfile militar. En lugar de estar en policiales, estaríamos en primera plana: “Demente Ordena Ataque Militar”.

-Eso ya pasó, y no creo que fuera culpa de Rantés- responde Denis con igual ironía ante la afirmación sarcástica del director.

Sin la protección directa del Dr. Denis, Rantés es sometido a un proceso médico que lo hace sucumbir precisamente al arma contra la cual había venido a salvar a parte de la humanidad.

Película de culto, Hombre Mirando al Sudeste también ha sido reverenciada en el cine estadounidense, en la película Mr. Jones de Mike Figgis, Richard Gere paciente maniático compulsivo, toma la batuta durante un concierto y comienza a dirigir la orquesta. En una entrevista realizada por Televisón Española, el actor declaró que era un homenaje a la película argentina. Sin embargo en el 2001, el filme norteamericano K-Pax con el mismo argumento de la película de Subiela, sin darle crédito a la misma, fue acusada de plagio por el director argentino.

Hombre Mirando al Sudeste constituye un homenaje a la importante y trascendente literatura argentina, inspirada en la más conocida novela de Adolfo Bioy Casares: La invención de Morel, el propio Jorge Luis Borges en el prólogo del libro, calificó la obra de perfecta. Además de ser el nombre Julio Denis, uno de los seudónimos de otro de los más conocidos e influyentes escritores argentinos: Julio Cortázar, cultivador de la fantasía en su amplia obra literaria.

Las afirmaciones enigmáticas de un hombre que ha llegado de otro planeta, dirigen la mirada al sudeste de la conciencia humana donde existe la utopía de una salvación posible, si escuchar lo diferente sin prejuicios, fuera la lógica que moviera a los hombres de este mundo.

Texto cortesía del autor para el blog CineReverso

Tráiler del filme Hombre mirando al sudeste (Argentina, 1986) de Eliseo Subiela

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Hombre mirando al sudeste, en Historia del cine (+tráiler)

Cartel del filme, Hombre mirando al sudeste, de Eliseo Subiela

Hombre mirando al sudeste, en Historia del cine

Por Octavio Fraga Guerra

Este lunes, en el programa Historia del Cine del canal Cubavisión de la Televisión Cubana, se presentará el filme Hombre mirando al sudeste del excepcional cineasta argentino Eliseo Subiela.

Esta pieza es un filme antológico de la cinematografía latinoamericana y universal. Multipremiada y analizada por la crítica especializada con sendos trabajos de autor, es muy recomendable para un lector cinematográfico exigente, que aprecia el cine construido con una depurada factura y sustantiva puesta en escena, sostenida por diálogos que apuntan hacia el cuidado parlamento de sus actores.

La copia que se presentará en esta emisión del programa es restaurada. Historia del cine cuenta con la conducción y el guión del crítico Garlos Galiano, bajo la dirección de Rafael Haya.

Algunos extractos de la crítica

«Hugo Soto logra dar una enorme intensidad a su complejísimo personaje entre la locura y la genialidad»

El País

“Si en un primer momento la película provocó cierto escándalo en algunos grupos, en especial entre los psiquiatras, también consiguió la burla del habitual cenáculo de intelectuales que la consideraron cursi. Se criticaba en especial la banalización del uso de la novena sinfonía de Beethoven y las pretensiones de Subiela con respecto a la alta cultura”.

Leedor

“Hombre mirando a sudeste: impecable poesía en movimiento”

La Gaceta

“Si Hombre mirando al sudeste cuestionaba nuestra sociedad y sus desvaríos normalizados, «El lado oscuro del corazón», en tanto, fue una elegía cinematográfica dedicada al amor, la poesía y a esas dos urbes hermanas del Río de la Plata, tan diferentes y con tanto en común: Montevideo y Buenos Aires”.

El mostrador

«En todas mis películas hay personajes que rozan la locura. Es muy frágil la frontera entre locura y cordura. Pero a mí me interesa más la frontera entre los sueños y la realidad». La locura me atrae y al mismo tiempo creo que es una cosa muy dolorosa. Además, me parece que la creación artística surge de la lucidez y no de la locura, que es pura confusión».

Eliseo Subiela (La Nueva)

Premios

1986, Festival Internacional de Cine de Donostia-San Sebastián, Edición 34º, Película, Premio CIGA para Nuevos Realizadores

1986, Festival Internacional de Cine de Donostia-San Sebastián, Edición 34º, Película, Premio OCIC

1986, Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano, Edición 8º, Mención, Premio OCIC

1986, Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano, Edición 8º, Ficción, Premio Caracol, de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba

1986, Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano, Edición 8º, Ficción, Premio «La Giraldilla», del Poder Popular de Ciudad de La Habana

1986, Toronto International Film Festival (TIFF), Edición 11º, Película, Premio de la Crítica

1987, Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano, Edición 9º, Cartel, Tercer Premio Coral

1987, Mostra Internacional de Cinema São Paulo, Edición 11º, Largometraje, Mejor Largometraje

1988, Premios Cóndor de Plata, Edición 1987, Película, Concha de Plata al Mejor Actor

1988, Premios Cóndor de Plata, Edición 1987, Película, Cóndor de Plata a la Mejor Fotografía

1988, Premios Cóndor de Plata, Edición 1987, Película, Cóndor de Plata al Mejor Director

1988, Premios Cóndor de Plata, Edición 1987, Película, Cóndor de Plata al Mejor Montaje

1988, Premios Cóndor de Plata, Edición 1987, Película, Cóndor de Plata a la Mejor Película

1988, Premios Cóndor de Plata, Edición 1987, Película, Cóndor de Plata a la Mejor Música

1988, Premios Cóndor de Plata, Edición 1987, Película, Cóndor de Plata a la Mejor Revelación Femenina

1988, Premios Cóndor de Plata, Edición 1987, Película, Cóndor de Plata a la Mejor Revelación Masculina

1988, Premios Cóndor de Plata, Edición 1987, Película, Cóndor de Plata al Mejor Guión Original

1988, Premios Goya, Edición 2º, Nominada, Mejor Película Extranjera de Habla Hispana

Ficha técnica

Dirección: Eliseo Subiela

Reparto: Hugo Soto, Inés Vernengo, Lorenzo Quinteros

Año: 1986 Duración: 108 Género: Drama Color o en B/N: Color Guión: Eliseo Subiela Fotografía: Ricardo de Angelis Música: Pedro Aznar

Sinopsis

Un drama psiquiátrico que narra las relaciones entre un enfermo mental que cree ser un extraterrestre y su médico. Propone una reflexión sobre el concepto del equilibrio mental a través de un estilo narrativo que bordea la claustrofobia. Sus agudos diálogos se desarrollan en un tono excesivamente discursivo, lo cual supone un lastre considerable en su ritmo.

Tráiler del filme Hombre mirando al sudeste, de Eliseo Subiela

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