Familias diversas en el audiovisual

Transamerica (Estados Unidos, 2005) de Duncan Tucker

Por Barbarella D´Acevedo

Los medios audiovisuales, en tanto mecanismos de comunicación, han sido en su devenir reflejo de la sociedad y, a la par, han resultado esenciales en la medida de que son capaces de estructurar conocimientos e incluso influenciar a los espectadores. De modo que resultan fundamentales también a la hora de explorar y entender la diversidad en el ámbito de la parental, y más a la luz de los tiempos actuales, cuando se revalúa el Código de las Familias en Cuba.

Todavía recuerdo aquellas lecciones de Cívica de la enseñanza a nivel secundario donde solía repetirse, casi como una máxima, que “la familia es la célula fundamental de la sociedad”; asunto interesante este, aunque quizá no se profundizaba en él mucho más…

Lo cierto es que independientemente del tono de consigna de la frase, quedaba clara, al menos, la interrelación entre los conceptos de familia y sociedad, de manera que es posible sobreentender cómo la primera ha ido evolucionando a lo largo del tiempo, de modo paralelo al desarrollo humano, según la cultura —religión, costumbres— y el derecho de los países. Tiempo atrás se definía casi de forma estricta como el grupo conformado por una pareja de madre y padre y su descendencia, e incluía aquellas relaciones de parentesco a distintos niveles, como tíos, primos, abuelos. Sin embargo, semejante noción ha quedado desactualizada a la luz de la vida de hoy, cuando ha debido ampliarse y se entiende en tanto espacio signado por la afectividad, en el que los individuos son capaces de cuidarse y protegerse unos a otros. En el presente se encuentra marcada por la diversidad y existen así familias monoparentales, y biparentales —heteroparentales u homoparentales— de acogida y ensambladas.

Tanto el cine, como las series de televisión han brindado espacio a estos temas, promoviendo la sensibilización al respecto. Cabe recordar un clásico como Kramer contra Kramer (1979), donde quedaba claro que pese a que el derecho tiende a favorecer a las madres en lo relativo a la custodia de los hijos, la maternidad y la paternidad son hechos individuales, que transgreden el molde impuesto por cualquier “deber ser”, en tanto las mujeres no vienen condicionadas genéticamente para asumir la maternidad, y lo que debe privilegiarse en las relaciones filiales, por encima de cualquier razonamiento sexista, es, en definitiva, el lazo afectivo.

Asimismo, son múltiples los filmes que han tocado el tema de la adopción. Un asunto que resulta esencial en tanto aquellas parejas que no pueden engendrar hijos, han de tener la oportunidad de acogerse a semejante opción, o aquellos que deseen brindar un hogar, educación y cuidados a niños que por una razón u otra carecen de estos…

De igual modo, brinda una alternativa digna a quienes simplemente no se sienten preparados para asumir paternidades o maternidades responsables y que tampoco quieren optar por el aborto. En lo referido a tales asuntos destaca Lion (2017), el filme sobre Saroo, el niño perdido en la India y adoptado por una pareja australiana, que consigue en su adultez el reencuentro con su madre biológica gracias a Google Earth. Esta película, logra conciliar un conflicto anclado quizá en el imaginario colectivo y que ronda a múltiples audiovisuales que versan sobre semejante tópico: el amor por la “familia de acogida”, que no excluye el deseo de conocer a la biológica, ni el afecto hacia esta, máxime que en Lion ni siquiera hay “culpables”, pues el protagonista no tiene que lidiar con pensarse rechazado.

La diversidad se explora en otro sinnúmero de audiovisuales, incluso a veces en tono de comedia hilarante, y quizá sea cardinal para comenzar este recuento remitirse, si de tal género se habla, a La jaula de las locas (La Cageaux Folles,1978), adaptación de la obra teatral con el mismo nombre, de Jean Poiret: Un joven pasa por el dilema de presentarle a su futuro suegro a sus papás gays, por lo que pide a estos fingir ser parte de una familia heterosexual; pero todo se complica cuando la madre biológica no llega a tiempo al encuentro y uno de los padres se hace pasar por ella. Este filme franco-italiano cuenta con un remake americano de 1996, titulado The Birdcage, que retoma el tópico para la audiencia de los noventa. Las aventuras de Priscilla, reina del desierto (The Adventures of Priscilla, Queen of the Desert, 1994) pasa también por el tamiz de la simulación: tres drag queens recorren en autobús el desierto en Australia para actuar en el salón de fiestas de un hotel. El objetivo de uno de ellos es conocer a su hijo, ante quien se presenta como heterosexual por temor al rechazo, pero pronto su miedo se disipa pues el niño lo acepta con naturalidad. En La siguiente mejor cosa (The Next Best Thing, 2000), una chica y su mejor amigo, un homosexual, tienen una noche de sexo casual, en la cual ella queda embarazada y deciden tener un hijo juntos, con lo que rompen el molde de pareja tradicional. Y en ¡Oh, Dios mío!, mi hijo es gay (Oy Vey! My Son is Gay, 2009), una familia judía intenta encontrarle novia a su hijo, hasta que el joven anuncia que tiene como pareja a otro hombre, así como su deseo de adoptar. Este resulta otro acertado filme sobre el amor de padres e hijos, en el que la aceptación es el tema central.

Filme intenso, con tintes de drama, es Transamerica, de 2005, donde a días de realizar su cirugía de reasignación de sexo, Bree viaja para sacar de la cárcel a un hijo del que desconocía su existencia y quien a su vez no sabe que su padre es transexual, al punto que lo confunde con la misionera de una de esas iglesias que ayudan a los muchachos en dificultades. Los chicos están bien (The Kids Are All Right, 2010), por otra parte, vuelve a explorar el tema de los hijos que buscan entrar en contacto con su padre biológico, si bien en este caso generan inestabilidad en el hogar conformado por sus madres lesbianas.

De los últimos años son primordiales, además, por su particular tratamiento de la diversidad en el seno del hogar, algunas series dignas de ser vistas. Modern Family es una comedia con tinte de falso documental, que tiene entre sus protagonistas a una pareja gay, Mitchell y Cameron, los cuales adoptan a una niña vietnamita. Transparent, por otro lado, resulta una comedia dramática, cuya trama se centra en el hecho de que un anciano padre decide asumir que se identifica como mujer: la serie indaga en cómo esto impacta al resto de su familia integrada por un hijo promiscuo, una hija bisexual y otra homosexual.

Hasta aquí es posible apreciar una panorámica de productos audiovisuales, disímiles en su hechura, tono y propósitos, pero que, no obstante, tienen en común el modo de asumir el diálogo con la realidad a partir de la indagación en conflictos esencialmente humanos y en un asunto tan vital para el desarrollo de la sociedad, como es la familia. Películas y series para revisar y disfrutar en los tiempos actuales, para tomar conciencia y ampliar la visión en lo referido a estos temas sensibles.

Tomado de: El Caimán Barbudo

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