La “batalla” por Italia. Por: Jorge Wejebe Cobo*

Los ejércitos secretos de la OTAN. Autor: Danielle Ganser. Editorial: El Viejo Topo, 2010.

Los ejércitos secretos de la OTAN. Autor: Danielle Ganser. Editorial: El Viejo Topo, 2010.

El Almirante Roscoe H. Hillenkoetter, primer director de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de Estados Unidos en 1947, dejo estupefactos a altos funcionarios de la administración del presidente Harry Truman al preguntarles si su organización estaba autorizada a entregar fondos directamente a políticos italianos de derecha con el fin de derrotar a la coalición de los comunistas y socialistas en las elecciones de Italia  programadas para el 18 de abril de 1948.

En la Italia de la posguerra y próximo a las elecciones, se conformó un panorama político favorable al Frente Democrático Popular (FDP), encabezado por el Partido Comunista Italiano, para la época el mayor del mundo después del soviético, e integrado también  por el Partido Socialista junto con otras fuerzas de izquierdas. El Frente era dirigido por Palmiro Togliatti un veterano líder comunista quien no obstante tenía sus propias ideas de llegar al poder por la vía electoral no del todo coincidente con la ortodoxia soviética.

No obstante la alarma sonó en Washington donde consideraron que una victoria de los comunistas italianos significaría el control por Stalin de la península italiana, del Mar Mediterráneo y la extensión del socialismo por el resto de Europa Occidental donde los comunistas también tenía influencia en el panorama político, y se dio luz verde a la CIA para actuar. Había comenzado la Guerra Fría y en Italia, la Agencia realizaría su primera gran operación encubierta de alcance estratégico.

Por ello se esperaba del principal espía de la nación no hiciera preguntas embarazosas en instancias públicas a sus superiores, quienes siempre tendrían que conservar una “opción plausible” de negar la responsabilidad y conocimiento de los trabajos sucios ordenados a la comunidad de inteligencia.

Sin embargo la duda inicial del almirante estaba relacionada con su propia formación más acostumbrado a las órdenes militares recibidas y enviadas desde el puente de mando de un acorazado que a la sofisticación, ocultas intenciones y falsas apariencias de la alta burocracia de Washington y del funcionamiento de los servicios de inteligencia que debía regir en los orígenes de la Guerra Fría libraba por  su país para conquistar el dominio mundial frente a la URSS y sus aliados.

Los directivos de la CIA encargados de las acciones en Italia, tuvieron que dominar una original forma de manipular a sus agentes clandestinos, la mayor parte políticos, dirigentes sindicales, periodistas, hombres de negocios, líderes religiosos etc, de forma poco convencional, no tanto para que realizaran un espionaje clásico de búsqueda de información, como para que actuaran como figurantes del espectacular el guión de la Agencia para torcer el curso de la historia italiana de pos guerra.

Entusiastas oficiales de la CIA manejando antiguos autos europeos, para no llamar la atención, andaban por toda Italia entregando a esos colaboradores, escogidos por su discreción y confiabilidad, grandes bolsas y maletas repletas de dinero para sufragar sus gastos políticos, de campaña, para los carteles, los folletos, libros, para inspirar sus perfiles propagandísticos, las actividades sindicales y las homilías anti comunistas y todo se tenía que hacer en una carrera contra el tiempo a pocos meses de las elecciones.

La experiencia en la creación de grupos clandestinos en la retaguardia de la Europa Occidental ocupada por los alemanes en la Segunda Guerra Mundial, por la antigua OSS Oficina de Servicios Estratégicos, antecesora de la CIA, fue retomada para establecer ante una virtual ocupación soviética de Italia, una organización secreta que pronto se extendió al resto de los países de la región denominada Gladio e integrada en su mayoría por antiguos seguidores de Mussolini y ex agentes nazis reclutados además para sembrar el terror entre las filas de la oposición  comunista.

Así, el 9 de febrero del 48, un grupo fascista dirigido por Gladio ataca la sede del PCI en San Ferdinando di Puglia en el extremo sur de la Península durante una reunión, asesinando a cinco personas.

El  entonces Presidente del Consejo de los Ministros italiano Giulio Andreotti reveló la existencia de Gladio en octubre 1990 y garantizó su disolución por no ser necesaria ante la desaparición de la URSS y el Campo Socialista.

También en la cruzada contra los comunistas se recurrió a los viejos vínculos con la mafia de los servicios secretos norteamericanos establecidos desde la época de la invasión norteamericana a SIcilia, apoyada por los capos mafiosos por órdenes de Charlie “Lucky” Luciano quien, preso en una cárcel norteamericana acepto colaborar a cambio de su liberación.

Salvatore Giuliano era un bandido mafioso alzado en las escarpadas montañas sicilianas desde la década de 1940 con la idea de independizar a Sicilia de Italia y convertirla en un estado de la Unión norteamericana, y quien en los meses previos a las elecciones se dedicó a asesinar a dirigentes comunistas, a sus simpatizantes y ametrallar actos públicos de la izquierda.

Un día de 1950, ya consolidado el control sobre el país, los carabineros mostraron su cuerpo acribillado a balazos, pero hoy todavía algunos dudan que el muerto haya sido él y especulan tuvo un mejor destino bajo la protección de la CIA, disfrutando del sol de la Florida con otra identidad hasta el final de su vida.

Generoso Papa, fue un personaje real que muy bien pudo inspirar la ficción de las sagas de los filmes El padrino. Era un inmigrante italiano  que llegó a los Estados Unidos en 1905, con 15 años y unos pocos dólares en los bolsillos y diez años después era dueño de la más grande empresa de materiales de la construcción en New York, controlaba periódicos y otros negocios de publicidad, era amigo y compadre del jefe de la mafia Frank Costello, y líder de la comunidad italiana a la que privilegiaba con puestos de trabajo en sus canteras y plantas procesadoras de material.

Admiraba al fascismo de Mussolini ante la guerra y llevó adelante iniciativas políticas favorable al dictador en New York y acostumbraba visitar las grandes obras en construcción de la época como el Empire State Building, construidos con los materiales que él vendía, para pavonearse de su origen humilde y sus ideas fascistas ante lo trabajadores que lo veían como el ejemplo del sueño americano hecho realidad.

Previo a las elecciones de 1948 la CIA lo visitó y lanzó una campaña de propaganda  dirigida a la comunidad italiana para que escribieran a sus familiares para que votaran contra los comunistas repitiendo los textos que divulgaban sus periódicos. Se calcula que millones de cartas llegaron a Italia promoviendo el voto contra la izquierda.

Marcos Wyatt (Caretto), es considerado uno de los principales responsables de las acciones de la CIA en Italia y en 1996, exultante ante todavía recién caída del socialismo europeo, a lo cual había dedicado su vida, reveló ampliamente en una entrevista para la CNN interioridades de la operación y expresó:

“Para mí, personalmente, fue muy emocionante. Y en aquel momento no sabíamos que habíamos llevado a cabo el primer programa de acción política encubierta de la historia de la inteligencia norteamericana. Siguieron muchas, muchas más, y esta práctica se copió de alguna manera -no demasiado después- en Chile, donde por diferentes razones no funcionó tan bien. Supongo que nosotros tuvimos a la suerte de nuestro lado, y creo que fue una operación muy exitosa”.

Las elecciones fueron ganadas por la Democracia Cristiana y otros partidos pro norteamericanos, el peligro de un gobierno comunista en Italia fue sorteado y se consolidó el control de ese país junto a Europa Occidental en la esfera de influencia de Estados Unidos hasta el final de la Guerra Fría.

Pero al parecer ese éxito  no fortaleció lo suficiente la posición del almirante. Hillenkoetter quien fue sustituido como director de la CIA en 1950, envuelto en imputaciones por no prever la explosión de la primera bomba atómica soviética en 1949 y el inicio del conflicto coreano en 1950. Volvió a servir en la marina de guerra y estuvo al frente del Comité de Investigación Nacional sobre Fenómenos Aéreos en 1956, dedicado a las investigaciones sobre los OVNI, por lo que se le recuerda más como autoridad en ese apasionante tema que como el primer jefe de la CIA. Murió  el 18 de junio 1982 a los 85 años

Tomado de: http://cubaessurtidor.blogspot.com

Jorge Wejebe Cobo*Periodista cubano que aborda temas históricos, culturales, políticos y sociales. Editor del blog Cuba, un surtidor.

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