(VIDEO) El fascismo en España: un asunto urgente.

Para las acabadas reflexiones sobre los más diversos capítulos de la historia y la sociedad, nos hemos de nutrir de las más disímiles fuentes. El estudio de cualquier tema –por muy poco sustancioso que parezca-, se ha de apertrechar de fuentes que aporten desde sus esencias creativas y de realización, un prisma de aristas para completar ese trazo de nulidad informativa o de idea preliminar en torno a tópicos que la sociedad van concibiendo. En este escenario sociológico los medios de comunicación juegan un rol determinante. Sin embargo no siempre es constructivo y enriquecedor.

Es muy “conocido” en España la barbarie cometida por las hordas franquistas como parte de triángulo histórico de la vieja Europa, en la que debemos de sumar a la Alemania de Hitler y a la Italia de Mussolini. Estos tres ejes fueron los principales responsables de la mayor guerra y sus atroces consecuencias en la historia de la humanidad.

La Segunda Guerra Mundial caló muy hondo en varias generaciones. Quedaron importantes documentos que son necesarios revisitar no solo para conocer de ese pasado. Es imprescindible precisar las claves de aquellos episodios, ante la amenaza –cada vez más creciente-, de una nueva ola de fascismo disfrazada de otras vestimentas. Sobre todo, para los lectores irregulares de la historia y la geopolítica, que se les hará difícil reconocer los diversos trazos de esta verdad mutilada.

Ante esta necesaria introducción cabe una pregunta. ¿Hay o ha habido fascismo en España tras la muerte del dictador Francisco Franco? La respuesta primaria sería No. El machacoso mensaje de que con el postfranquismo y la transición modélica se ha eliminado esa lacra sería la segunda argumentación. Cerrarían los más devotos del tema con una frase de subtitulaje: “Este es un estado de derecho”.

Obviamente no pretendo meterme en estos polémicos derroteros, lo cierto es que en los últimos tiempos esta idea se está descafeinando en cierto sector de la sociedad española. Los jóvenes expresan inquietud y preguntas que se hacen más visibles, ante una crisis económica y social que exacerba todas las posiciones críticas que estaban dormidas o anuladas. Quizás el ejemplo más evidente es el Movimiento del 15M.

Sin embargo bajo ese prisma de las “múltiples fuentes”, si uno se adentra en la lectura de libros como: “Rebeldes y reaccionarios. Intelectuales, fascismo y derecha radical en Europa”, editado por Ferran Gallego y Francisco Morente de la Editorial  “El viejo topo”. O el título: “La huella de la bota. De los nazis del franquismo a la nueva ultraderecha”, escrito por Joan Cantarero, publicado por la Editorial “Temas de hoy”, nos percatamos que es “otro fascismo” el que subyace en la sociedad española de los últimos treinta años.

Entonces cabe la búsqueda de otros recursos artísticos para configurar ese espectro de causas, cronologías, evoluciones históricas y sociales, ante un fenómeno degradante que la sociedad debe de conocer y rechazar en todas sus manifestaciones, por muy insignificantes que parezcan.

Cuando visioné el filme documental: “Ojos que no ven. Víctimas del fascismo desde la transición” (2011), del cineasta español Luis Moles, comprendí que estábamos ante un tema de calado social muy hondo. Ante ciertos oídos sordos y estrategias tergiversadoras de las causas, esencias y ramificaciones de un proceso que no ha dejado de estar en la España del Siglo XXI, se impone una lectura serena del filme.

La obra de este autor cinematográfico parte de una herramienta “propia” del cine documental: la entrevista. Este recurso en el filme no es solo un medio para desvelar testimonios y vivencias de víctimas, amigos y personas vinculadas al mapa evolutivo del fascismo “Hoy”.

Esta idea -de una sucesiva y reciclada presencia del dialogo interpersonal dentro del filme-, responde a la necesidad de visibilizar un tema oculto o diluido en medio de una abrumadora suma de medios de comunicación que pactan con el silencio tergiversador. Son “entes comunicativos” que no indagan a priori, que no revelan los apéndices de esta realidad, que no investigan a profundidad los cimientos y evoluciones que caracterizan los resortes de esta peligrosa tendencia social.

El trazo narrativo construido por el realizador, parte de singularizar los tópicos fundamentales que caracterizan a esta huella subterránea. Convoca a un amplio espectro de personas-tipos, para dibujar todo un mapa de historias que han de ser conocidas.

En este trazo de testimonios, participan inmigrantes, organizaciones de izquierda, transexuales, empresarios del arte y la cultura, Organizaciones No Gubernamentales vinculadas al tema, familiares de las víctimas del fascismos, o estudiosos de esta verdad inoculada, así como otros claves testimoniantes que han realizado procesos de investigación que en muchos de los casos han quedado truncados o minimizados.

Este amplio espectro de “personas tipos”, contribuyen de manera muy clara en la conformación intelectual de las características y tendencias de este proceso vigente. La manera que en el realizador narra el filme parte de una línea de retrospectiva, buscando no dejar fuera ninguna de las esencias que imperan en este nefasto proceso de acciones violentas.

Ahora bien, no debemos obviar un asunto que Luis Moles y su equipo de creación nos “han hecho ver” y que para ciertos “lectores fílmicos” podría ser “temas para la sorpresa”.

En ese proceso de búsqueda de la verdad en la que se ha de pactar con los rigores de la historia, es recurrente la participación de funcionarios del estado (policías, guardias civiles, miembros del ejército) en acciones claramente fascistas. ¿Estamos ante hechos casuales? La respuesta no está dada en el filme. Desde mi punto de vista, este asunto requiere de otro filme de investigación para descifrar esta otra historia oculta y tardía.

El filme parte de la idea de indagar en este apéndice muy relevante donde aflora la impunidad. La evidente falta de voluntad de los que administran justicia para encauzar y juzgar a los responsables de estos actos vandálicos, se resume en “pactos sellados”, que se diluyen en el camino. Notorios son cada uno de los ejemplos.

La manera en que los entrevistados “dibujan” sus historias vividas, nos hacen trasladar a esos hechos en todas sus fases. Desde los actos violentos claramente fascistas, hasta el “proceso de investigación judicial” que se escurre en condenas simbólicas, a pesar de la gravedad de los hechos cometidos.

Moles ha preferido estructurar su documental en partes temáticos. Su manera de construir el filme contribuye a poner en primer plano, las partes en un todo. Esos “monólogos” ante la cámara permiten hilvanar toda esa gama de preguntas tocadas en el tiempo de cine.

Ante una obra de este calibre, debemos empezar a tomar partido ante hechos que no pueden ser tolerados por la sociedad. Esta clara intencionalidad del autor cinematográfico, se expresa de manera transparente, en ese concepto del “punto de vista”. La selección de los entrevistados, la estructura por subtemas y los titulares que le antecedente, son parte de ese discurso traído para el debate y la oportuna reflexión colectiva. Sin dudas este es un acierto notable en el filme, que logrará sensibilizar a todos los que vea el documental, ante la fortaleza de los testimonios.

No cabe dudas que el documental: Ojos que no ven…, es el resultado de un acto de creación “guerrillero”. Un proceso de realización compartido, donde el punto de mira de todos participa en la materialización de esta obra. Su naturaleza cinematográfica está enfocada en jerarquizar la idea, a legitimar -ante la sociedad- el tema “tomado por todos”. Cuando hago uso de esta metáfora, me refiero al proceso creativo como voluntad de muchos para visibilizar un todo. Este fantástico género audiovisual nació ante la necesidad de “decir cosas con arte sobre la realidad”, eso es muy importante.

El arte cinematográfico debe activar el pensamiento y la reflexión colectiva. Esta obra de notables valores cinematográficos y periodísticos, la convierten en visita obligada para “tocar” la necesaria sociabilización de un hecho que lacera la dignidad humana.

Luis Moles, quién se mueve entre el cine documental y el teatro, ostenta un currículum a destacar. Como documentalista ha realizado y producido los filmes: “Asomarse a la Cornisa” (2005), “Tri-Ci-Dad” (2006), “1979-2009, 30 Años por la Escuela Pública” (2009). Como productor ejecutivo participó en el corto: “Ellos tienen que jugar” dirigido por Nancho Novo y seleccionado para la sección oficial de la Seminci de Valladolid.

En el teatro, 2008 a 2010, fue productor asociado en “Sobre Flores y Cerdos, más Nancho que largo” producido por Iria Producciones con el actor Nancho Novo. De 2010 a 2012, responsable de audiovisuales, prensa y marketing de “El Cavernícola” de Rob Becker, producido por Iria Producciones, Theater Mogul e interpretada por Nancho Novo y de la obra de “Sombra de perro” escrita y dirigida por Nancho Novo, producido por Iria Producciones y Smedia Producida e interpretada por José Coronado, Sonia Castelo, Camilo Rodríguez, Natalia Moreno y Felix Cubero.

Se suma a su currículum, la producción, responsable de audiovisuales, prensa y marketing de “Animales” de Ricky Gervais, producido por Iria Producciones, Theater Mogul y Smedia Producciones e interpretada por Juanra Bonet, así como la obra, “El Cavernícola” de Rob Becker, producido por Iria Producciones, Theater Mogul e interpretada por Josep Julien.

Sinopsis

Ojos que no ven… Víctimas del fascismo desde la transición”, es un documental Creative Commons que, mediante entrevistas a víctimas de la ultraderecha española desde noviembre de 1975 hasta hoy, trata de sacar a la luz esta violencia. Las agresiones fascistas (que incluyen cerca de un centenar de asesinatos) están dirigidas contra gentes de izquierdas, inmigrantes, indigentes, homosexuales, transexuales, independentistas, jóvenes, etc. Las víctimas son las protagonistas y sus discursos son la tesis del documental. Desde la memoria y la elaboración colectiva de la historia será la única forma de reparar las injusticias cometidas en el pasado, y de evitar que se continúen cometiendo.

Ficha técnica

Título: Ojos que no ven. Víctimas del fascismo desde la transición

Duración: 55 min

V.O: castellano y catalán (subtítulos inglés, francés, catalán, galego, euskara) Año: 2011

Copyleft: Creative Commons

Realización: Hecho a mano producciones

Producción: Iria Producciones SL

Guión: Gonzalo Wilhelmi y Luis Moles

Edición y postproducción: el taller Esperanza

Para la presentación del documental contaremos con la presencia del realizador en nuestro plató. El filme está programado para el próximo jueves 26 de enero a las 19:00 de la tarde (HORA DE ESPAÑA) en Tele K de Madrid. Para los madrileños, se emite por el canal 30 de la TDT, sintonizándolo por la frecuencia de 546000 khz. También se puede ver por www.vallecas.org

www.ojosquenoven.org  

Deja un comentario

AlphaOmega Captcha Classica  –  Enter Security Code
     
 

* Copy This Password *

* Type Or Paste Password Here *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.