Tras los apuntes

Maupassant o el hombre desnudo. Por: José Ramón Martín Largo*

El provocador y pornógrafo Apollinaire escribió en los años de la Gran Guerra diversos relatos para las revistas satíricas francesas, también llamadas quotidiens. Eran narraciones mínimas que, por extensión y propósito, se ajustaban como un guante al carácter veleidoso, a menudo burlón, de estas publicaciones que llevaban por nombre Excelsior, Fantasio y, la más conocida de todas, la disolvente y terrible Charivari. Uno de esos relatos es El tejido invisible, en el que el autor de Las once mil vergas reelabora según su criterio el clásico cuento de Andersen que trata de la desnudez del emperador. Apollinaire cuenta la historia de un sastre emigrado a América con la intención de trastornar las costumbres. El hombre ha inventado “un tejido caliente como la lana y transparente como el cristal” que, no podía ser de otra forma, sienta estupendamente a una joven de extraordinaria belleza que está casada con un millonario. Al tumulto que sigue a la primera aparición pública de la distinguida señora ataviada con tal tejido, suceden el pasmo y la admiración cuando los curiosos palpan el mismo, encontrándolo suave y de un espesor respetable. La señora, pues, está vestida, bien vestida incluso, de manera que no atenta contra las ordenanzas sociales, lo que le permite desafiar así a sus escandalizados conciudadanos: “Si su mirada es demasiado penetrante, sáquense los ojos”. El cuento acaba bien, y todo el mundo se apresura a vestir su desnudez con el tejido invisible. Exacta a este tejido es la prosa de uno de los maestros del autor del relato, al cual se asemeja además por su naturaleza incisiva, difícil de contentar, y por la brevedad de su vida: Guy de Maupassant.

Con su tejido invisible, Maupassant hilvanó historias que no dejaron indiferente a nadie y que todavía hoy perturban al lector, investido de pronto de esa mirada penetrante que, página a página, le permite observar lo que las gentes suelen cubrir con un pudor tan concienzudo como, en el caso que nos ocupa, inútil. Pues Maupassant es el maestro de le mot juste, y esa palabra justa que es transparente hasta la invisibilidad, liviana y cálida al tacto, dejó desnudos a los hombres y mujeres de su tiempo y nos desnudó a nosotros por anticipado, sin conocernos, o conociéndonos acaso demasiado bien, adivinando seguramente que las desnudeces humanas son iguales en todo tiempo y lugar.

La obra de Maupassant es ingente y sorprende todavía más si consideramos que la escribió en sólo diez años, los que median entre 1880, fecha de publicación de su relato Bola de sebo, y 1890, año en el que sus diversas dolencias terminaron por incapacitarle virtualmente para la escritura. En ese tiempo dio a luz alrededor de trescientos relatos y seis novelas, a lo que habría que añadir las tentativas dramáticas, los libros de viajes y los poemarios de sus inicios. Es cierto que, víctima de su propio éxito, Maupassant se vio obligado con frecuencia a plagiarse a sí mismo, retocando aquí y allá narraciones ya publicadas para darlas de nuevo a la imprenta, todo ello a fin de satisfacer la urgente demanda de sus relatos, a razón de uno a la semana, con que le atosigaban revistas como Gil Blas y Le Gaulois, relatos que, para aprovechar su fama, de inmediato eran reunidos en alguno de los múltiples volúmenes que publicó en vida.

Hasta el inicio de esa década, o lo que es lo mismo: hasta la edad de treinta años, Maupassant se vio a sí mismo sólo como autor dramático y poeta, autor dramático enseguida frustrado y poeta que en 1879, con el poema Une fille, tuvo su primer tropiezo serio con la justicia, que le acusó de ultraje a la moral pública. Por lo demás, el volumen Des vers, que incluía el poema citado, constituye la primera muestra de lo que habría podido ser una poesía naturalista que de inmediato se vio truncada pero que anunciaba ya los asuntos que serían predilectos del Maupassant narrador, al menos hasta que la perturbación mental que sufrió en sus últimos años lo orientó hacia los temas obsesivos del horror, la angustia, el suicidio y la muerte. A estos años pertenece su relato El horla, que podría considerarse como la obra más característica del ocaso psíquico de Maupassant, previo a sus numerosos intentos de suicidio y a su internamiento en una clínica parisina en la que moriría en 1893. Difícilmente una carrera vital y creativa tan compleja podría sintetizarse en una vida más corta.

Hay algo barroco en este hombre en el que se intuye un ansia de abarcarlo todo, que contrajo la sífilis, que tuvo multitud de amantes, que fue viajero impenitente, que hizo la guerra antes de convertirse en un sospechoso antimilitarista, que consumió la vida, y se consumió a sí mismo, a velocidad de vértigo. Y que en el camino dejó una obra literaria que hoy se nos antoja tan admirable como inquietante. Obra que en sus orígenes fue tutelada por Flaubert, íntimo amigo de Laure, madre de Guy, y del hermano de aquélla, Alfred Le Poittevin, lo que le abrió las puertas de los círculos literarios parisinos y las de Les Soirées de Médan, donde publicó la ya mencionada Bola de sebo, narración inaugural y llena de maestría de principio a fin en la que Maupassant desnudó por primera vez a la sociedad de su tiempo, una sociedad que aquí viajaba en coche de caballos, huyendo de la guerra franco-prusiana. Que tal narración satisficiera plenamente a ese morboso perfeccionista que era Flaubert fue suficiente para encaminar al pupilo en la dirección de la narrativa, primero hacia el relato y luego a la novela, de la que en 1883 aparecería ya un primer y totalmente logrado fruto: Una vida, a la que dos años después seguiría Bel Ami.

Esta obra, hoy seguramente la más conocida de Maupassant, vendría a ser un lento y emocionante striptease en el que velo a velo se despoja de todo vestuario a la sociedad francesa de su tiempo, la cual queda por fin en cueros, bella, hipócrita y sonriente, para darnos una imagen fiel de nosotros mismos, radiografiados de pronto e inmortalizados por un hombre que nos vio venir hace ciento veinte años. En ella, el ingenuo y provinciano Georges Duroy, procedente de la Ruán que el autor conocía muy bien, llega al París que éste conocía todavía mejor tras pasar una temporada como suboficial en Argelia. En la gran ciudad, el joven padece el aguijón del hambre y la miseria, se codea con prostitutas y come de vez en cuando. Un día su suerte cambia al encontrarse con Forestier, un ex compañero del ejército, el cual le introducirá de golpe en el periodismo y la política, en las intrigas de camarilla y en la buena vida. También le enseñará que las mujeres pueden prestar un gran servicio en los oscuros y sórdidos laberintos del ascenso social, enseñanza que le será de utilidad tras la muerte de Forestier, momento en el que el protagonista hereda su puesto en el periódico, además de a su esposa y al amante de ésta. Por entonces Georges es ya todo un sinvergüenza cuya habilidad para el trato social está tan desarrollada como su absoluta falta de conciencia. En el camino, que el humilde lector (si hay en él una gota de ética) no sabe si seguir con embeleso o con bochorno, Maupassant nos ha ofrecido un arquetipo: el del trepa familiar, encanallado, que reparte su tiempo entre el consejo de redacción, el despacho ministerial y el apartamento de soltero que conserva a espaldas de su mujer, en el que, según los casos, mantiene a (o es mantenido por) alguna respetable dama de postín, ya corrompida con anterioridad o echada a perder por el contacto con el protagonista. Corrompida, pero enamorada.

Cabría preguntarse, tras la lectura de los relatos y novelas escritos por Maupassant hasta aproximadamente 1885, si fue un “exceso de lucidez” lo que, trastocando su aguda mirada naturalista, le abocó a la oscuridad de sus últimos años o si ésta fue producto de otros hechos extraliterarios, fisiológicos o psíquicos, que acabaron por arruinar su mente. A esos años oscuros pertenecen La noche y El miedo, narraciones que, como las de Poe, se sitúan más allá de la esfera acostumbrada de realidades sensibles y que persiguen “el auténtico horror” por medio de experiencias escalofriantes, encuentros alucinados y situaciones macabras. Cabe añadir que la primera de ellas, de la que existen numerosas traducciones al castellano, se nos presenta ahora en una edición bilingüe y bellamente ilustrada. Por lo demás, el lector de Maupassant en castellano está de enhorabuena, pues tras muchas décadas en las que a este autor se le colgó el sambenito de “licencioso”, lo que impidió la normal divulgación de su obra, hoy son muchas las traducciones que pueden encontrarse de la misma, incluyendo la edición crítica en dos tomos, también ilustrada, de sus cuentos completos. Un material inagotable para el lector sin reparos a enfrentarse con la humana desnudez.

Tomado de la publicación: www.larepublicacultural.es

*Nació en Toledo en 1960. Ha impartido clases de guión cinematográfico en institutos y es autor de guiones para documentales de televisión, entre otros, Piedras del recuerdo, sobre el legado judío, y El taller del Greco. Ha escrito las novelas El momento de la luna (Alfaguara, 1995), El añil (Alfaguara, 1997),

La noche y la niebla (Alfaguara, 2000) y Campo de tiro (451 Editores, 2009). Igualmente, es autor de los ensayos La judía de Toledo desde Lope de Vega hasta Franz Grillparzer (Editorial Brand, 2000) y El escritor con la cámara. Max Aub, la novela moderna y el cine (Biblioteca Valenciana, 2003). Sus relatos han sido publicados en distintos medios y en antologías. Es colaborador de la revista Filomusica. Actualmente trabaja en una nueva novela.

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Un libro recomendado para las plazas del 15M. Por: Pascual Serrano*

Reseña de “Lenin. El revolucionario que no sabía demasiado”. Vladímir Ilich Lenin (Edición de Constantino Bértolo)

En estos momentos de convulsión capitalista están apareciendo muchos libros de pequeño formato que buscan hacerse un hueco en la búsqueda ciudadana de interpretaciones alternativas de lo que acontece, puesto que el pensamiento dominante ya ha mostrado ser un fraude. Pero pocos de ellos lo hacen echando la vista atrás y recuperando a los clásicos revolucionarios. Esta breve antología de textos de Lenin es uno de estos y en su amplia introducción, su compilador, Constantino Bértolo, reconoce que está pensando en todos esos ciudadanos, en su mayoría jóvenes, que han tomado las calles y plazas españolas en lo que se ha venido a llamar el 15M.

Proponer a un movimiento que no quiere saber de partidos políticos, que reniega de líderes y que repudia las jerarquías organizativas, un libro recopilatorio de textos y pensamientos del fundador del mayor partido de masas -junto con el Partido Comunista de China-, del primer dirigente histórico de una revolución obrera triunfante y quien logró desarrollar la más operativa y estructurada organización proletaria del mundo -los soviets- es, sin duda, de una audacia impresionante por parte de Constantino Bértolo. Y, en mi opinión, tan audaz como necesario y digno de agradecimiento. Y, además, aunque no lo parezca, es un signo de humildad de quien mediante palabras que no son suyas intenta proponer y sugerir.

Ojalá este libro circule entre las plazas indignadas españolas y el 15M madrileño de 2011 aprenda del octubre de Petrogrado de 1917.

“Lenin. El revolucionario que no sabía demasiado”. Vladímir Ilich Lenin (Edición de Constantino Bértolo). La Catarata. 2012.

Tomado del blog: www.pascualserrano.net 

*Nacido en Valencia (España) el año 1964. Se licenció en Periodismo en 1993 en la Universidad Complutense de Madrid. Se inició en el periodismo trabajando en el diario español ABC. Fue fundador y redactor jefe de la revista Voces, editada por la organización política Izquierda Unida.

Sus trabajos se han desarrollado tras sus viajes por México, Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua, Colombia, Venezuela, Cuba, Argentina, Bolivia, Iraq, Jordania y Líbano.

En 1996 fundó junto con un grupo de periodistas la publicación electrónica Rebelión (www.rebelion.org), que hoy funciona como diario alternativo en Internet.

Durante 2006 y 2007 fue asesor editorial de Telesur, un canal de televisión promovido por Venezuela con la participación de Cuba, Argentina, Uruguay y Bolivia, que pretende ser un modelo de comunicación contrapuesto a los medios dominantes del primer mundo.

Es miembro fundador de la Red de Intelectuales y Artistas en Defensa de la Humanidad, creada en México en 2004.

Colabora habitualmente en una decena de publicaciones españolas y latinoamericanas sobre temas de comunicación y política internacional, entre ellas, el diario Público, el mensual Le Monde Diplomatique, el quincenal Diagonal o la revista cultural cubana La Jiribilla.

Es coautor de los libros “Periodismo y crimen”“Washington contra el mundo” y compilador de “Mirando a Venezuela”.

A principios de 2006 publicó ”Perlas. Patrañas, disparates y trapacerías en los medios de comunicación” editado en España por El Viejo Topo. En Cuba y Venezuela se editó una versión adaptada: “Juego Sucio. Una mirada a la prensa española”.

En la actualidad es miembro del consejo de redacción de las revistas Mundo Obrero, El Otro País y Pueblos, donde colabora habitualmente.

En febrero de 2007 fue Primer Premio del Concurso Internacional de ensayo “Pensar a contracorriente”, por su trabajo “Violencia y medios de comunicación”, convocado por el Instituto Cubano del Libro, el Ministerio de Cultura de Cuba y la Editorial Ciencias Sociales.

En septiembre de 2007 publica “Perlas 2. Patrañas, disparates y trapacerías en los medios de comunicación”, con prólogo de Alfonso Sastre y epílogo de Ignacio Ramonet. En mayo de 2008 publica en España “Medios violentos. Palabras e imágenes para el odio y la guerra”, (Editorial El Viejo Topo. Barcelona Mayo 2008) del que existía una versión anterior en Venezuela escrita con Santiago Alba. La versión española se reeditaría en Venezuela por el Ministerio de Comunicación e Información en Junio de 2008 y al año siguiente por la Universidad Bolivariana de Venezuela. Posteriormente se publicaría en Ecuador (Ciespal) y Cuba (Editorial José Martí).

En marzo de 2009 publica con la asociación de solidaridad Cubainformación, Conjura contra Cuba, un libro sólo disponible a través de las organizaciones de solidaridad con Cuba (distribucion@cubainformacion.tv ).

En junio de 2009 publica Desinformación. Cómo los medios ocultan el mundo (Península), con prólogo de Ignacio Ramonet. Esta obra recibió una de las cinco menciones honoríficas del Premio Libertador 2009.

En febrero de 2010 fue galardonado con la distinción Félix Elmuza, que otorga la Unión de Periodistas de Cuba (UPEC) en casos excepcionales a periodistas no cubanos.

En abril de 2010 publica “El periodismo es noticia. Tendencias sobre comunicación en el siglo XXI”. Icaria.

En diciembre de 2010 publica “Traficantes de información. La historia oculta de los grupos de comunicación españoles”. Foca. Noviembre 2010

En Mayo de 2011 publica “¿El mejor de los mundos? Un paseo crítico por lo que llaman ‘democracia’”. Icaria. Junio 2011

Su último libro es “Contra la neutralidad. Tras los pasos de John Reed, Ryzard Kapuścińsky, Edgar Snow, Rodolfo Walsh y Robert Capa” (Península, 2011)

 

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Reseña de “El negocio del hambre”, de Felipe L. Aranguren. Por: Jesús Aller*

Es indudable que una de las expresiones más inhumanas del régimen económico impuesto en el mundo en nuestros días es la muerte de hambre en un solo año de muchas más personas que las asesinadas en los campos de exterminio nazis. Los detalles de esta masacre son sin embargo bastante desconocidos y es por ello que la edición reciente de un libro cargado de datos y argumentos y que abordan la cuestión de forma clara resulta enormemente valiosa. Nos referimos a “El negocio del hambre” del sociólogo y poeta Felipe L. Aranguren (Icaria, 2012), un iluminador viaje por los círculos de este infierno, cuyos capítulos breves y demoledores no se dilatan en circunloquios. Sintetizaré a continuación los distintos aspectos tratados en la obra.

El escenario

Nos encontramos ante un mercado de alimentos que está en gran parte en manos de multinacionales que funcionan con criterios de pura rentabilidad. Instituciones como la Organización Mundial de Comercio, el Fondo Monetario Internacional o el Banco Mundial operan en realidad al servicio de estas empresas. El resultado: 1000 millones de personas en nuestro planeta en situación de inseguridad alimentaria y 30 millones de muertes al año (muchos de ellos niños). Tengamos en cuenta sin embargo que sólo con lo que se tira en el primer mundo podría alimentarse al doble de la población que pasa hambre.

Las grandes corporaciones imponen sus precios a través de la manipulación del mercado e incrementan sus beneficios condenando a la pobreza a los agricultores en muchos casos. Impiden además la sindicación de los trabajadores, llegando para ello al asesinato. Se ha impuesto de este modo un esquema en el que países del tercer mundo que se autoabastecían son obligados a producir para el primer mundo y comprar a este los alimentos procesados. La consecuencia de esto es la pauperización de muchas naciones y el hambre. Empresas químicas y de maquinaria agrícola y semillas intervienen también para maximizar ganancias, haciendo que el uso indiscriminado de pesticidas, aditivos, conservantes, etc. suponga un riesgo para la salud.

Biocombustibles y transgénicos

La irrupción de los biocombustibles ha agravado enormemente el problema. Por ejemplo, el precio del maíz se ha multiplicado en pocos años por 2. La ética es vencida por la lógica del mercado. Los animales y plantas manipulados genéticamente son objeto de patentes que generan dividendos. Nada escapa al hambre de Moloch. Pero se carece de datos acerca de los efectos sobre la salud humana de consumir seres vivos tratados de esta forma. Hoy día los alimentos, fertilizantes, etc. se producen en un contexto global de máxima rentabilidad sólo a corto plazo. Al mismo tiempo, se destruyen ecosistemas y economías locales y se provocan millones de víctimas mortales.

Pesca

Según Greenpeace, el 49 % de la pesca mundial es ilegal, no declarada y no regulada. En la actualidad se imponen técnicas que deterioran gravemente los ecosistemas e impiden la recuperación de los caladeros, además de arruinar a los pescadores que utilizan artes tradicionales. Condenados al hambre, los que defienden sus derechos son tildados de piratas.

Acaparamiento de tierras

El acaparamiento de tierras es otro problema. Países como Corea del sur, China o los países árabes compran grandes extensiones en África, Sudamérica y Asia. Así se producen biocombustibles y alimentos para la exportación. La población local es gravemente perjudicada, al ser expulsados o tener que trabajar en pésimas condiciones. Los que tratan de organizarse para defender sus derechos pacíficamente son asesinados. Las elites se lucran. El caso de Colombia es paradigmático: deportaciones, miseria, miles de muertos.

Agua

La privatización del agua que se está produciendo en muchos lugares significa que un recurso insustituible, y con frecuencia escaso, es sometido a las leyes del mercado, el imperio de la codicia. Las empresas hacen su negocio y las protestas de los agraviados son reprimidas, muchas veces salvajemente.

Especulación con alimentos

La causa de la hambruna de 2007 y 2008 hay que buscarla en catástrofes naturales exacerbadas por la dictadura financiera que padece el mundo. No es cierto que exista una escasez real de alimentos, lo que hay en realidad es un encarecimiento debido a la especulación. La crisis inmobiliaria ha llevado a los desalmados que gobiernan el planeta a traficar con alimentos. Las fluctuaciones aumentan las ganancias y quienes quieren hacer negocio saben bien como provocarlas. Sólo en 2010, el precio de arroz pasó de 400 a 1000 $ la tonelada. Entre 2005 y 2008, el precio de los alimentos subió casi un 80 %.

Commodities

Las commodities son los productos en bruto que luego han de ser elaborados: petróleo, alimentos, metales, granos o ganado. En los últimos años son objeto de movimientos especulativos cada vez más intensos que multiplican los precios. El mecanismo es complejo y se explica en detalle en el libro, pero sintéticamente podemos decir que el mercado financiero ha hincado el diente a las commodities, y estas se han convertido en meros instrumentos para producir dividendos. A nadie le importa que la muerte de millones de personas sea un efecto colateral de esto.

Soberanía alimentaria

En un capítulo final del libro se reflexiona sobre este concepto, que reivindica el derecho de los pueblos a definir sus propias políticas de producción, distribución y consumo que garanticen la alimentación de la población. Diversas organizaciones trabajan en la actualidad para diseñar estrategias concretas que podrían frenar la deriva catastrófica que sufrimos y revertir la situación.

En el imperio de un infame Moloch que se alimenta de sangre humana, se trata de promover ideas tan justas y sensatas como:

1) Condonación de la deuda odiosa de los países empobrecidos.

2) Fomentar el derecho a la propiedad de la tierra por parte de los campesinos.

3) Desarrollar formas de cultivo sustentables y respetuosas con el medio ambiente.

4) Crear legislación internacional que penalice la especulación con alimentos.

Esta es una agenda que puede parecer utópica, pero es estrictamente necesario que las medidas que podrían paliar la situación actual estén planteadas de forma clara. Sólo esto pondrá de manifiesto el carácter inhumano y criminal de los gobiernos e instituciones que sabotean cada día estos esfuerzos.

*(Gijón, 1956) es catedrático de Geología en la Universidad de Oviedo y escritor. En esta última faceta es autor de Poesía (1980-1990), Asía, alma y laberinto (2002), Recuerda (2004) y Subhuti (2006), libros los tres últimos publicados por la editorial gijonesa Llibros del Pexe.

Tomado de: www.rebelion.org

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Cosas que nunca nadie nos había dicho. Por: Pascual Serrano*

Reseña “¡Viva la desobediencia! Elogio del refractario”

El profesor de Ciencias Políticas Jorge Verstrynge se ha incorporado al tsunami de los indignados con un libro que, aunque subtitula como Elogio del refractario, más podría ser una llamada a rebato en formato panfleto, en el buen sentido del término. Como en tantas otras ocasiones Vestrynge presenta razonamientos polémicos y provocadores para los seguidores de cualquier ideología. Estoy convencido de que pocos lectores estarán al cien por cien de acuerdo con todas las tesis que defiende Verstrynge en el libro. Sin embargo, menos todavía serán los que no se pondrán a pensar y a replantearse muchos prejuicios después de leerle. Lo fácil hoy es escribir algo contra gobernantes, bancos y multinacionales, con lo que una gran mayoría de ciudadanos estén de acuerdo. Lo difícil es provocar alguna reflexión más profunda, más atípica, que nos aporte algún argumento nuevo a nuestras posiciones, otro con el que discrepamos frontalmente y, algún otro más, que nos haga pensar si no tiene algo de razón quien sugiere alguna idea que hasta ahora nunca habíamos compartido.

No le falta radicalidad e ironía a Verstrynge a lo largo de las pocas páginas de este libro. Como cuando sugiere que los gobiernos deberían haberle dicho a los bancos: “O me dan un nuevo préstamos con un interés decente, o no solo no les pido ese nuevo préstamo, sino que además no les devuelvo el anterior. Si quieren, embárguenme el patrimonio real y llévenselo con rey dentro y todo, más una cuantas iglesias vacías”.

En otros temas escandalizará a la izquierda bienpensante, a la que acusa de adoptar el principio de que “el débil siempre tiene razón por el mero hecho de serlo”. Así nuestro autor en lugar de defender la inmigración como una experiencia de enriquecimiento y mestizaje cultural, que es lo que hacen algunos progresistas desde sus urbanizaciones donde los únicos inmigrantes son los jardineros y las asistentas, afirma que quien se beneficia de la inmigración es la patronal mientras que los costes sociales de los inmigrantes acaban siendo financiados por las clases más modestas que ven cómo deben repartir con ellos los servicios sociales, sanitarios o educativos. ¿Que suena a Le Pen? Pues quizás sea verdad y por eso los obreros franceses votan a Le Pen y no a una izquierda que les pide solidaridad con los inmigrantes sin antes haber ampliado las plazas en los colegios y el número de camas en los hospitales.

Su siguiente razonamiento controvertido es la defensa del proteccionismo económico. Si nos viéramos obligados a absorber nuestros excedentes de producción no habría más remedio que subir los salarios para impulsar la demanda interna. Además las fábricas se recolocarían en las zonas donde se consumen los productos (más ecológico) y se terminaría con esta subasta a la baja de los costes laborales que es la globalización.

Ya lo advertimos, ideas polémicas para hacernos pensar.

Verstrynge, Jorge. “¿Viva la desobediencia! Elogio del refractario”. Península, 2011.

Tomado del blog: www.pascualserrano.net

*Nacido en Valencia (España) el año 1964. Se licenció en Periodismo en 1993 en la Universidad Complutense de Madrid. Se inició en el periodismo trabajando en el diario español ABC. Fue fundador y redactor jefe de la revista Voces, editada por la organización política Izquierda Unida.

Sus trabajos se han desarrollado tras sus viajes por México, Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua, Colombia, Venezuela, Cuba, Argentina, Bolivia, Iraq, Jordania y Líbano.

En 1996 fundó junto con un grupo de periodistas la publicación electrónica Rebelión (www.rebelion.org), que hoy funciona como diario alternativo en Internet.

Durante 2006 y 2007 fue asesor editorial de Telesur, un canal de televisión promovido por Venezuela con la participación de Cuba, Argentina, Uruguay y Bolivia, que pretende ser un modelo de comunicación contrapuesto a los medios dominantes del primer mundo.

Es miembro fundador de la Red de Intelectuales y Artistas en Defensa de la Humanidad, creada en México en 2004.

Colabora habitualmente en una decena de publicaciones españolas y latinoamericanas sobre temas de comunicación y política internacional, entre ellas, el diario Público, el mensual Le Monde Diplomatique, el quincenal Diagonal o la revista cultural cubana La Jiribilla.

Es coautor de los libros “Periodismo y crimen”“Washington contra el mundo” y compilador de “Mirando a Venezuela”.

A principios de 2006 publicó ”Perlas. Patrañas, disparates y trapacerías en los medios de comunicación” editado en España por El Viejo Topo. En Cuba y Venezuela se editó una versión adaptada: “Juego Sucio. Una mirada a la prensa española”.

En la actualidad es miembro del consejo de redacción de las revistas Mundo Obrero, El Otro País y Pueblos, donde colabora habitualmente.

En febrero de 2007 fue Primer Premio del Concurso Internacional de ensayo “Pensar a contracorriente”, por su trabajo “Violencia y medios de comunicación”, convocado por el Instituto Cubano del Libro, el Ministerio de Cultura de Cuba y la Editorial Ciencias Sociales.

En septiembre de 2007 publica “Perlas 2. Patrañas, disparates y trapacerías en los medios de comunicación”, con prólogo de Alfonso Sastre y epílogo de Ignacio Ramonet. En mayo de 2008 publica en España “Medios violentos. Palabras e imágenes para el odio y la guerra”, (Editorial El Viejo Topo. Barcelona Mayo 2008) del que existía una versión anterior en Venezuela escrita con Santiago Alba. La versión española se reeditaría en Venezuela por el Ministerio de Comunicación e Información en Junio de 2008 y al año siguiente por la Universidad Bolivariana de Venezuela. Posteriormente se publicaría en Ecuador (Ciespal) y Cuba (Editorial José Martí).

En marzo de 2009 publica con la asociación de solidaridad Cubainformación, Conjura contra Cuba, un libro sólo disponible a través de las organizaciones de solidaridad con Cuba (distribucion@cubainformacion.tv ).

En junio de 2009 publica Desinformación. Cómo los medios ocultan el mundo (Península), con prólogo de Ignacio Ramonet. Esta obra recibió una de las cinco menciones honoríficas del Premio Libertador 2009.

En febrero de 2010 fue galardonado con la distinción Félix Elmuza, que otorga la Unión de Periodistas de Cuba (UPEC) en casos excepcionales a periodistas no cubanos.

En abril de 2010 publica “El periodismo es noticia. Tendencias sobre comunicación en el siglo XXI”. Icaria.

En diciembre de 2010 publica “Traficantes de información. La historia oculta de los grupos de comunicación españoles”. Foca. Noviembre 2010

En Mayo de 2011 publica “¿El mejor de los mundos? Un paseo crítico por lo que llaman ‘democracia’”. Icaria. Junio 2011

Su último libro es “Contra la neutralidad. Tras los pasos de John Reed, Ryzard Kapuścińsky, Edgar Snow, Rodolfo Walsh y Robert Capa” (Península, 2011)

 

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El documental cubano en “Siete Tramos”

 

Al maestro Julio García-Espinosa

La crítica y la promoción cinematográfica cubana han jugado y juegan un papel esencial dentro de la cultura cinéfila de los últimos cincuenta años, en la Isla Caribeña. Significativa es la contribución de la televisión denotando tres de los pilares –que no los únicos-, cuyos programas son de clara vocación didáctica, capaces de conjugar el necesario entretenimiento.

Empezaría por nombrar Historia del Cine, un espacio que conducía José Antonio Rodríguez. Un intelectual y promotor cultural venido del ICAIC (Instituto Cubano del Arte y la Industria Cinematográfica). Hombre de carisma y talento con capacidad de síntesis. “Enfrentado” a un público ausente desde la sobriedad escenográfica, hacia delicias de monólogos sobre los valores del cine clásico de “necesaria lectura”. Ver esta oferta televisiva era una clara garantía de compartir filmes que han hecho historia.

24 X Segundos, bajo la conducción y dirección del cineasta Enrique Colina -que se emitía cada sábado-, incitaba a ver lo que estaba en cartelera cada semana. Colina despiezaba los filmes, hurgando en los entresijos y resortes más disimiles del audiovisual. En su espacio abordaba alguna corriente estética u oficio cinematográfico, permitiendo al televidente apropiarse de herramientas para una mejor lectura del cine.

Los domingos, el polémico y no siempre acompañado de la crítica cinematográfica cubana Mario Rodríguez Alemán, presentaba Tanda del Domingo. Hombre de vasta cultura, se aferraba en “dar a la luz” ese cine Soviético o de Europa del Este. Con el tiempo el televidente apreció y reconoció esa magistral “zona cinematográfica” en medio de tanto cine venido de todas las partes del mundo. Cuba es una “Gran Sala” que se llama: “Festival del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana”.

Obviamente estos no son los únicos estudiosos, promotores o críticos del cine cubano y universal. Nombres como Ambrosio Fornet, Luciano Castillo, Alicia García, Rolando Pérez Betancourt, Mario Naito, Frank Padrón, Víctor Fowler, María Eulalia Douglas, Marta Díaz, Joel del Río, Rufo Caballero (fallecido en el 2011), Arturo Agramonte, Juan Antonio García Borrero, Reinaldo González o Sara Vega, -por cita unos pocos- forman parte de ese “arsenal” de especialistas dedicados al ejercicio de “hacer cine” detrás de la cámara.

La Cinemateca de Cuba, que persiste en mantener una “selecta” programación de Cine Cubano y Universal, forma parte de ese baluarte de instituciones culturales junto a la Revista Cine Cubano. Las publicaciones culturales generalistas, El Caimán Barbudo, Revolución y Cultura así como La Gaceta de la UNEAC (Unión de Escritores y Artistas de Cuba), son parte de ese “prisma” de textos que completan y fortalecen toda una tradición cultural que se “traduce” en “cine para todos”.

Los cineastas cubanos han hecho sustanciales contribuciones al conocimiento de la cultura cinematográfica. Desde la fundación de la Revista Cine Cubano en junio 1960, han formado parte del equipo de colaboradores de esta publicación. En sus diversas etapas han dejado “trazos de escrituras” importantes realizadores, fotógrafos, montadores y de otras especialidades, como parte de ese abanico teórico venido –en buena medida-, de la praxis de realización.

Los cineastas han hecho oficio de la escritura con obras antológicas que conducen hacia los otros derroteros del Cine Cubano, impulsado –sin dudas-, al calor del triunfo de la Revolución Cubana el 1 de enero de 1959 con la creación del ICAIC.

Títulos como, Un largo camino hacia la luz (Ediciones Unión, 2000), Algo de mi (Ediciones ICAIC, 2009) –ambos de Julio García-Espinosa-, sin dejar de nombrar A cuarenta años de Por Un cine Imperfecto (Cinemateca de Cuba, Ediciones ICIAC, 2009), que recoge varios ensayos de este imprescindible cineastas cubano copilado por el crítico Mario Naito. O la obra Dialéctica del espectador, del genio Tomás Gutiérrez Alea (Ediciones EICTV, 2009). Son algunos de los ejemplos a tener en cuenta como parte de ese reservorio cultural, donde confluyen abordajes estéticos y posicionamientos éticos con una clara pretensión educativa y de socialización del conocimiento. La polémica, la crítica, el análisis culto, son parte de los contenidos sustanciales de estos textos.

Antes de entrar en el abordaje del libro que me ocupa por esta vez, quisiera compartir “notas sobre recuerdos” que son un preámbulo del análisis. El joven –por aquel entonces-, cineasta Jorge Luis Sánchez lo conocí en la séptima planta del ICAIC, inmerso en un debate junto a noveles creadores. Eran los tiempos de las polémicas culturales y las de otro calibre con los directivos de una institución que se erige –sin lugar a dudas-, como referente y paradigma de la construcción y la fortaleza de la cultura cubana.

Por aquellos años trabajaba en los Laboratorios a Color del ICAIC, radicado en la Calle Tulipán. En aquel encuentro estaba en calidad de invitado. Presidía la mesa Julio García Espinosa que fundó una experiencia inédita y referencial como fórmula para el fortalecimiento de los proyectos cinematográficos en fase de preproducción, los “Grupos de Creación”. Esta conjugación de realizadores estaba coordinadas -por aquel entonces- por los cineastas Tomás (Titón) Gutiérrez Alea, Humberto Solás y Manolito Pérez.

Jorge Luis era -y creo que es-, un apasionado defensor de sus ideas. Sus percepciones sobre el cine y la arquitectura que le rodea, han sido blanco de sus valoraciones críticas. Seguramente su etapa como ex Presidente de la Asociación Hermanos Saíz, le sirvió como laboratorio para el debate sobre los problemas del arte, la cultura y la sociedad cubana. Esta práctica ha sido y es habitual dentro del “armazón” del “andamio cultural cubano”. Forma parte del insustituible ejercicio y la imprescindible praxis, para fortalecer la cultura y nuclear a los creadores con las instituciones que le representan.

Sobre ese mismo espíritu Jorge Luis Sánchez ha escrito el texto: Romper la tensión del arco. Movimiento cubano del cine documental, (Ediciones ICAIC, 2010). La primera novedad de este libro -y a la vez paradoja-, es el hecho de que no se hubiera escrito en Cuba ningún otro texto sobre el Cine Documental Cubano, etiquetado como, “Escuela Cubana de Cine Documental” y que el autor ha suscrito como “Movimiento”.

La obra la estructura por “Titulares y tramos”, que responden a los períodos que -según el autor-, debe de ser entendida su evolución y cuyos títulos explicitan una manera de abordar cada una de las etapas de esta filmografía, que sin dudas dan “nombre y trascendencia” –que no la única- al Cine Cubano.

FÁBULA. Primer tramo: 1987-1958 (La bruma y El matiz (dentro de la bruma. LEGITIMAR. Segundo tramo: 1959-1964 (Despeje (de la bruma), Tránsito (se separa, aunque todavía se parece), Certidumbres (en la mirada de otros). MOVIMIENTO. Tercer tramo: 1963-1995. Despegue (definitivamente). ARGUMENTOS. Cuatro tramo: 1964 1973. Ruptura (con búsqueda, riesgo y experimentación). COYUNTURAS Y DISTANCIAMIENTOS. Quinto tramo: 1969- 1992. Meseta (aunque con diversidad). OMISIONES. Sexto tramo: 1981-1992. (Discordancia temática y experimental). DSIQUISICIÓN. Séptimo tramo: 1998-? Reciclaje (del riesgo y de la diversidad).

Esta singular forma de componer el volumen deja entrever una primera lectura –obviamente primaria-, sobre los períodos de evolución, linealidad y estancamiento del género.

Pero vayamos al contenido de Romper la tensión del arco. Jorge Luis Sánchez reúne en un solo texto 92 ensayos que presumen –todos-, de una síntesis meritoria. El texto es culto y aleccionador. Las curvas por donde se enrola el autor son claras pretensiones de tocar ciertos recorridos olvidados y apuntar sobre otras piezas que –con el paso del tiempo-, sigue generando otras “dinámicas de la escritura”.

Expone de manera suigeneris los aspectos medulares de los filmes. Entronca con personal acierto, reflexiones sobre la realización, la fotografía, el montaje y toda una gama de especialidades, junto al anecdotario que “rodea” a cada pieza. Lo cierra con las cimas y las limitaciones en las que cada autor “se ha empantanado”, ligado no solo al proceso creativo. También a los factores externos (políticos, sociales y culturales) que permean o contaminan toda labor artística.

El autor no homogeniza sus reflexiones. Va moviendo la curvatura de su “dialogo escrito”, en dependencia de las carencias o fortalezas de cada obra. Es capaz de balancear, entre el cálido homenaje y el oportuno trazo crítico de obras que han sido subvaloradas o sobredimensionadas en tiempos vencidos. El texto viene a “poner en su lugar”, ciertas ideas y enfoques inéditos, que son necesarios tener en cuenta para futuras valoraciones sobre el “Movimiento o Escuela Cubana de Cine Documental”.

Jorge Luis Sánchez no desaprovecha la oportunidad, para desempolvar piezas “guardadas” y clarificar filmes o autores que han sido encajonados bajo los cimientos de la burocracia. Esas letras son parte del reconocimiento ante la nulidad o el olvido. Este capítulo se materializa en cineastas como: Sabá Cabrera Infante, Orlando Jiménez Leal, Sara Vega, Nicolás Guillén Landrián, quienes forman parte de esa “Escuela o Movimiento” y que han hecho historia.

Merecen unas líneas las reflexiones en torno a “los otro” dentro del Cine Documental Cubano. Las sustanciales aportaciones de Joris Ivens, Agnès Varda, Theodor Christensen y Joe Massot, están rubricadas en esta pieza literaria. Jorge Luis desenfunda su “grafito” y recoge en el texto ese laboratorio de culturas para un proyecto común.

El texto muestra las limitaciones de estas experiencias ante estos “llegados de otras partes” que, -desde mi punto de vista-, influenciaron en algunos directores cubanos, que en su posterior filmografía construyeron obras de calado intelectual. Esa relación entre “cineastas consagrados” con nóveles directores de cine, fueron parte de los cimientos de una obra mayor: la cultura cubana. Ediciones ICAIC, ha tenido el acierto de publicar este libro, que sirve como punto de partida para otros proyectos literarios sobre el género, que el Cine Cubano se merece.

Los clásicos los incluyen en todo el recorrido del libro. Santiago Álvarez, Julio García Espinosa, Octavio Cortázar, Enrique Colina, Luis Felipe Bernaza, Víctor Casaus, Pastor Vega, Rogelio París y muchos otros. Son revisitados por Jorge Luis reforzando criterios ya establecidos ante la obra de estos “autores de excepción”. Sus enfoques son novedosos escritos desde su cualidad de hombre del cine.

En el “Séptimo Tramo” del libro aporta valoraciones sobre los “más jóvenes” documentalistas, con una escritura de clara vocación de continuidad. Su cercanía con esa generación en su etapa como Presidente de la Muestra de Nuevos Realizadores organizado por el ICAIC, es fundamental para “alertar” sobre el futuro del Cine Cubano. Este vínculo “tangencial” le ha permitido solventar, hurgar y calibrar las inquietudes y percepciones estéticas de los documentalistas que han incorporado otros modos de realización y otras formulas de producción.

Quizás decir lo obvio. Echo en falta la reflexión y el análisis de otras piezas que podrían haber sido incluidas en este magnífico texto. Ese el riesgo que corre todo autor que hace de su trabajo un proceso de selección y antología. Obviamente, respeto los criterios manejados a la hora de componer, Romper la tensión del arco. Movimiento cubano del cine documental.

Los artistas e intelectuales cubanos hacen praxis permanente del dialogo con la sociedad, con la comunidad y con las instituciones. Esta realidad forma parte del proceso de retroalimentación de los creadores. El libro es –también- otra prueba material de esta idea.

El cineasta Jorge Luis Sánchez (La Habana, 1960) es graduado en Pedagogía. Cineasta aficionado a los 18 años y Fundador de la Federación Nacional de Cine Clubes de Cuba.

Su apertura profesional, se materializa en el año 1981 en el ICAIC como asistente de cámara, transitando como Asistente de Dirección y Primer Asistente de Dirección. Sus estudios de dramaturgia, estética e historia del cine, son claves para su posterior desarrollo profesional.

En el año 1987 gesta y organiza el Taller de Cine y Vídeo de la Asociación Hermanos Saíz, (AHS), “plataforma” donde se promueve el audiovisual cubano de la generación de los ochenta. En el 1992 fue presidente de esta agrupación.

Su vínculo con el documentalista Santiago Álvarez (1990-1991) en el Noticiero ICAIC Latinoamericano lo permea de sustanciales experiencias, desarrollando la función de subdirector artístico. Ha presidió durante varias ediciones la Muestra de Nuevos Realizadores de Cuba. Ha sido profesor de cine en el ICAIC y en la Escuela Internacional de Cine y Televisión de San Antonio de los Baños. Sus artículos sobre un amplio espectro temático del arte y la cultura, han sido publicados en la Revista Cine Cubano.

Su notable filmografía discurre por los laberintos de la cultura y la sociedad cubana, que son los principales “ejes de su mirada”. De su vasta filmografía como realizador quiero llamar la atención de los filmes, Un pedazo de mí (Documental, 1988, El Fanguito (Documental, 1989), Dónde está Casal (Documental, 1989), Atrapando espacios (Documental, 1994), Y me gasto la vida (Documental,1997) Las sombras corrosivas de Fidelio Ponce, aún (Documental, 2000), El Benny (Ficción, 2006) y Benny Moré; la voz entera del Son (Serie Documental, 2009). Su obra está avalada por importantes premios tanto en Cuba como en otras partes del mundo.

De su filmografía documental reseñaré en próximas ediciones, los documentales: …Y me gasto la vida y Las sombras corrosivas de Fidelio Ponce, aún.

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Otra vez, “Pensar la imagen”

En no pocas ocasiones algunos realizadores del género documental tienen una suerte de modismo en torno a negar o desconocer los textos teóricos que se incorporan de manera gradual al escenario audiovisual como parte del gran cúmulo de miradas a las que no podemos estar ajenos.

Argumentos infantiles sustentados bajo el prisma de la mediocridad cultural, entorpecen la visión óptica de una realidad en la que no podemos desconocer a estos hacedores de ideas. Argumentaciones sacadas de conversaciones trasnochadas como: “pueden contaminar nuestra obra o nuestra estética”, son, por otra parte aseveraciones simplistas de “creadores” que presumen de aportar estéticas revolucionarias o vanguardistas, por citar dos adjetivos manidos para estos aventurados que transitan como espuma de mar.

Pero la realidad y la historia del género confirman que el divorcio de los creadores con los teóricos del cine es de una actitud como mínimo necia. Los que aportan recursos y argumentos teóricos sobre esta singular epopeya que es “hacer cine desde la letra escrita”, son autores que sustentan y fortalecen el entramado de un mundo donde la “actitud de la esponja”, es piedra angular para el éxito de cualquier acción creativa.

En esta sustanciosa nómina de teóricos del género cabe incluir, como inaplazable, al catedrático español Santos Zunzunegui, quien tiene una respetable bibliografía dedicada al audiovisual. Podría citar obras como La mirada cercana: microanálisis fílmico (1996); Contracampo: ensayos sobre teoría e historia del cine (2007); o el más reciente titulo, La mirada plural (2008). Pero prefiero “desempolvar” una obra que fue editada por primera vez en el año 1989: Pensar la imagen.

El título de por sí plantea un modo de hacer, una simbiosis de trabajo, algo que resulta esencial para cualquier intencionalidad audiovisual. Construir una imagen requiere de la apoyatura de soportes teóricos y lecturas donde las diversas corrientes y escuelas del género han sabido sentar pautas de calado que rompe las trampas de lo efímero.

Estos necesarios apuntes en torno a “una imagen inteligente”, están recogidos en este texto que siendo un libro de “lecturas teóricas”, tiene la virtud de escurrirse en un diáfano recorrido.

Zunzunegui no pierde tiempo en análisis laterales; se centra en las esencias de temas que sirven de argumentos ajenos a “diálogos de carretera”, esos que se diluyen en la frivolidad de análisis seudoculturales.

Un tratado en torno a la realidad y su “dibujo” como imagen, un desglose de sus principales características, son complementados por diferenciaciones entre imagen figurativa e imagen abstracta. La percepción de la realidad y su evolución histórica son aportes duraderos de este texto.

Un punto y parte son los capítulos dedicados a la percepción y la imagen, cuerpo y eje de esta obra. Los basamentos de este apéndice del texto requieren de una lectura detenida y pensada, bajo el mismo principio del título del texto. Es la tesis generalizada y no siempre compartida con la letra impresa, que también esta pintada de signos iconográficos más allá del propio texto.

El completo desmenuzamiento de la “imagen” como concepto y sus “acepciones” iconográficas, constituyen esenciales aportes de esta obra. La relación de esta “puerta” con la realidad es un aporte loable de Zunzunegui, quien tritura cada grieta del tema.

Cierra una parte importante de este capítulo la imbricada relación entre cultura, percepción e imagen. El autor propone desde apuntes estructurados para la reflexión una estrecha relación que no solo es iconográfica. Sustenta su percepción del capítulo en la diversidad de subyugantes carriles que sirven de tránsito para una mejor compresión del signo.

Leer esta obra requiere de una mirada mesurada y profunda. El resultado es un acompañamiento para una mejor labor de los que hacen del cine una obra “pintada” para la inteligencia.

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Escrituras para el aplauso

Nada tengo que ver con el espíritu derrotista. Hago esta afirmación para entrecruzar –en este texto-, dos realidades que persisten en nuestra geografía y que se multiplican como virus de infinitos brazos a escalas insospechadas.

La primera es la guerra, que en nuestra era campea a campo traviesa, despojando vidas y sumando dolores difíciles de interpretar. Esta nube negra deja tras de si mutilaciones físicas y perdidas materiales que en muchos de los casos, son valores socio culturales únicos e irrecuperables que forman parte del patrimonio local e universal.  El hambre, la destrucción de hogares, la contaminación de los cultivos o del agua, -esenciales para la sobre vivencia del ser humano-, son realidades que se repiten cada vez que asistimos desde nuestra butacas al escenario del horror. Un agregado posterior a esta zaga, es la degradación de valores humanos que pululan ante la necesidad de sobrevivir en medio del caos y que complejizan cualquier solución de estos conflictos.

Esta persistente realidad que es la violencia a escala planetaria, tiene un soporte mediático que lo justifica y legitima, -si es que se puede justificar, legitimar o sostener-. En este juego inmoral participan los que hacen de su trabajo el ejercicio de la construcción mental. Las herramientas son las de siempre: la radio, la televisión, los diarios y publicaciones periódicas, el Internet, así como otros medios que suelen ser espacios para la cultura y el ocio, que contribuyen a fabricar personas enajenadas de su propio reino.

Ante este entramado de vericuetos, la familia de cara a la educación de sus hijos suelen apartarlos de estas temáticas bajos argumentos tan disímiles como: “los niños están para hacer los deberes y jugar”, “cuando sean adultos se interesaran por esos temas y tomarán sus propias decisiones”, “lo mejor es que se entretengan con los videojuegos y el fútbol” y … un sin fin de argumentaciones que se repiten con otros matices, otras revestimientos que parecen sacados de manuales pedagógicos de la era paleolítica.

Obviamente discrepo de estas y otras justificaciones que no vienen al caso. Esa mirada lastimera y ñoña, que utilizan ciertas familias como recursos para alejar a niños y adolescentes de estos escenarios, son verdaderos tratamientos para la construcción de personas donde la frivolidad, en desamor y la insensibilidad humana les arropará desde muy temprano.

Los valores humanos universales hay que cultivarlos desde los primeros balbuceos. Obviamente se les va incorporando en correspondencia con los ciclos de edades por donde vayan transitando. Negarles el conocimiento bajo estos y otros criterios, son interpretaciones erradas que apuntan hacia derroteros equivocados.

Mis comentarios tienen feliz confirmación en un texto titulado: Relatos sobre los refugiados palestinos e iraquíes (Primera Edición), que ha editadola Asociación Paz y Solidaridad Haydée Santamaría que tiene su sede en el pueblo de Leganés, en las afueras dela Comunidad de Madrid. El texto es una compilación de trabajos realizados por niños y adolescentes de Fuenlabrada, Getafe y Leganés, que oscilan entre los 12 y los 18 años que abordan el tema de los refugiados en estos dos países.

Cuando me adentró en la lectura de cada uno de los trabajos premiados, se despeja un acierto común: la búsqueda del dato previo, del análisis no como politólogos o estudiosos del tema -que obviamente no son-. Son relatos inspirados desde la sensibilidad y respeto, estructuras en tono de monólogo o epistolar caracterizan cada una de la obras seleccionadas, dando al trates con los argumentos de la vieja pedagogía.

Estos chicos y chicas desgranan sensibilidad, aportan diálogos constructivos, reflejan estados de ánimo que visualizan una postura ajena a la guerra, como recurso para la solución de los conflictos que son propios de nuestra contemporaneidad.

Cuando comparo las terminologías usadas por estos pequeños creadores en correspondencia con la de tertulianos, periodistas o analistas de la información, todos ellos etiquetados como: “entendidos del tema”, descubro otro verbo diferente al manido y reiterativo. El buen aliento, la mirada objetiva –desde sus pautas generacionales-, aflora en cada una de sus líneas.

La solidaridad, el compromiso con el extraño al margen de diferencias religiosas o culturales, surcan los espacios del texto que se sirven de ilustraciones y fotos, que sin dejar de reflejar la realidad de los refugiados, no emanan morbosidad y sensacionalismo, capítulos de los que algunos mediocres de la comunicación pretenden acostumbrarnos.

Esta primera selección de textos es un acierto para la construcción de los valores humanos que son universales. La paz, el respeto a las diferencias y la solidaridad humana están presentes en sus páginas. Las imágenes que acompañan al texto son fotogramas para una obra fílmica, los relatos que componen esta obra se traducen en la voz en off que pulveriza la barbarie. Sírvase cada realizador de cine documental para hacer de este libro una obra fílmica.

Nota. Para una lectura integra de esta obra en formato PDF visitar el acceso: http://www.culturaypaz.org/wp-content/uploads/2009/02/relatosrefugiadoswebbaja2.pdf

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Espejos rotos: el trazo directo del cine documental norteamericano contemporáneo.

Resulta alentador en esta primera década del siglo XXI ver el incremento de libros y publicaciones periódicas que en iberoamérica se van incorporando al andamiaje teórico en favor del cine documental. Esta telaraña de letras impresas y virtuales modos de teorizar, constituyen insustituibles resortes culturales de retroalimentación para entender y estar al día de lo que va aconteciendo en este género.

En materia de publicaciones periódicas cabe señalar Docs: Observaciones de lo real y Blogs&Docs que se producen en España y constituyen frescas y oportunas visitas para el repaso histórico del género, para señalar aciertos e insuficiencias de obras recientes y conjeturar sobre los filmes que entran a escena. En este dueto de publicaciones se abordan las nuevas formas de construir la realidad y no escapan de sus contenidos los obstáculos que aún persisten para el desarrollo de obras documentales o los esquemas de producción y la relación publico-obra audiovisual, por citar tópicos recurrentes en tertulias y espacios informales de los que apuestan por esta singular forma de hacer arte. Obviamente las reseñas, la entrevista como espacio de interacción y plática dibujan una vitalidad de textos que apuestan por hacer visible lo que aún sigue siendo invisible para el gran público.

Otras publicaciones como: Revista documental para re-pensar el cine hoy, de la Asociación Doca de los documentalistas argentinos, o en Portugal, Docs.pt conforman una suma de apuntes fílmicos que robustecen y confrontan el panorama contemporáneo de un cine que sigue siendo termómetro de la realidad social, política y cultural en una era globalizada y marcadamente televisiva. Este modo de hacer arte sigue apostando -junto a otros textos audiovisuales-, por un engranaje de sapiencias y argumentos desde los más auténticos sabores del arte.

Hago un punto y aparte en la revista Miradas de la emblemática Escuela Internacional de Cine de San Antonio de los Baños que en su variado corpus, recoge textos sobre el género con una plural escritura de colaboradores que trasciende las fronteras de Cuba, nación que acoge desde hace más de veinte años este centro académico

En este sin parar de escrituras tejidas, tomo nota de un libro editado por la librería 8 ½ de Madrid, que constituye una singular apuesta por desmenuzar un período del cine documental norteamericano, que a calado más allá de sus propias fronteras.

Espejos rotos, aproximaciones al documental norteamericano contemporáneo, de María Luisa Ortega es un meditado y enriquecedor texto escrito desde la pasión, desde el compromiso con la verdad donde la reconstrucción de los aciertos e insuficiencias de esta documentalística trazan un plano ingenioso de tópicos que descansan en la estética, la historia, la sociología y la política, puertas por donde la autora entra y sale con evidente acierto mostrando ese diapasón donde nos invita -desde una marcada intencionalidad- a redescubrir este cine del que no podemos estar ajenos.

El texto no está pensado para agotar el tema, invita al visionaje de las obras de las que toma nota conjugando una escritura donde no falta la metáfora y el escudriñar de particularidades que son identitarias de este grupo de cineastas. Centra sus apuntes en los más destacados realizadores y encauza su discurso con la perspectiva de dilucidar evoluciones estéticas, procesos creativos y abordajes socio políticos en la que cada realizador se ha enrolado.

Desde la más rigurosa síntesis María Luis Ortega logra revelar las envolturas y raíces esenciales de cada uno de los conforman el diapasón de realizadores que son pilares de una generación, en cuanto al replanteamiento del cine documental como obra social y su representación de la realidad, en un período convulso, marcado por la arrogancia y la prepotencia del gobierno ultra reaccionario y guerrerista de George W. Bush.

Su personal mirada no está al margen de los temas que cada autor cinematográfico particulariza. Se posiciona en cada uno de los asuntos que le asisten ejemplificando su escritura con razonamientos históricos, sociales y apuntala cada una de sus miradas con argumentos que son expresados con soltura, denotando ser una ensayista informada y locuaz. Su vocabulario desenfadado y académico, son la conjugación de un dueto que hace del libro una obra de lectura para espacios imposibles.

Cineastas tan conocidos como: Michael Moore, Errol Morris o Frederick Wiseman, son algunos de los invitados de este libro, quienes están dispuestos en sus páginas en un ejercicio de disertación sopesada y serena, transcribiendo la autora sus ideas en perenne confrontación desde una visión de interacción y es que son presa fácil de sus apuntes.

Su discursiva voz en rito de palabras icnográficas se empecina por retomar cada peldaño que parte de la construcción de un movimiento cinematográfico plural. Obviamente no pretendo acuñar la idea de un movimiento estético, una corriente cinematográfica o un grupo de cine documental. El repaso de obras tan recientes requiere dejarlas levitar en los anaqueles de la historia del arte para una valoración apaciguada, sin embargo sería estupendo que la autora se tomara en serio la idea de hacer un texto más extenso sobre este cine de armas tomar, sus “aproximaciones”, dejan en manifiesto sus capacidades para este proyecto. Esta idea es una “simulada” provocación para este banquete.

La estructura del texto descansa en tres piezas fundamentales. La primera, un bosquejo de los principales realizadores y sus obras que estructura en tres subtítulos: I. Nuevas (y viejas) luchas, nuevos (y viejos) lenguajes: el documental político. II. Mitologías: los extraños rostros de América. III. Entre lo público y lo privado: identidad, familia y memoria. La segunda pieza: el Diccionario de directores, en esta parte participa Noemí García Díaz, -Licenciada en Ciencias dela Imagenporla UniversidadComplutensede Madrid-, quien construye desde la síntesis retratos documentales de quince realizadores de esta epopeya cinematográfica. Secunda esta apéndice una selección de entrevistas echas por otros autores a los protagonistas de este episodio cinematográfica que “presenta” como Documentos. Esta idea resulta atinada pues constituye el gesto editorial para que algunos de los autores incluidos en este libro puedan matizar su propia creación, sus propias ideas sirviendo de complemento, de obra redondeada.

Espejos rotos, aproximaciones al documental norteamericano contemporáneo de María Luisa Ortega es un texto desparramado, escrito por una acertada y cuidadosa reflexión donde el diálogo inteligente, el trazo preciso y la sabia de hurgar en los entresijos del arte documental, son argumentos para invitarles a una segunda lectura. ¡Buen apetito!

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“Romper el dominó”

El tema me apasiona, me refiero a como los globalizados medios de comunicación -desde sus escrituras-, manipulan, distorsionan, desinforman, fragmentan o tergiversan la contemporaneidad y la historia. Desde las trayectoria del tiempo, mutilan o desdibujan el pasado y el presente, construyen otra la realidad desde una ficción distorsionada, esparciendo en los escenarios virtuales de las grandes pantallas una suma insospechada de letras y números para materializar un gran objetivo: construir un mundo virtual de pensamiento único para la mayoría de los mortales, un mundo que transita en la cartografía periférica de nuestro hogar pero discurre prefabricando en paralelo.

Recuerdo haber leído hace unos años (2001), un libro clave que esboza de manera inteligente este tema, me refiero a: Propagandas silenciosas de Ignacio Ramonet. Un texto construido desde una escritura incisiva e inteligente que desmenuza los parajes de los grandes medios de comunicación, haciendo un claro retrato de sus activos gestores y los macro objetivos que persigue de cara a contiendas internacionales. Este texto cava y dibuja con acertada precisión, el esqueleto de este gran árbol, capaz de mover a las grandes masas sociales del mundo hacia procesos o causas que después son paraísos vertebrados fabricados desde la mentira mordaz o desde la desinformación que nos han puesto en la boca –como un apetecible aperitivo- que desaparece fugaz, como pez en el agua.

En el 2005 vuelvo a toparme con otro texto que redondea -desde otra perspectiva- el tema, su título: Los guardianes de la libertad, de Noam Chomsky y Edward S. Herman. La principal plataforma conceptual de esta obra es el análisis de los medios desde la lingüística, desde la escritura, desde la terminología que contribuye a tergiversar o confundir a la sociedad en torno a temas que son apuntados en nuestra sien, presentados con perfumada envoltura, listos para ser comprados y consumidos poco antes de llegar a casa. Los paralelismos que apuntan sus autores son clara visiones de una manipulación sostenida y sistemática.

En el 2007, la RevistaLeMonde diplomatique en su edición española, realizó una compilación de doce textos que desde diferentes enfoques actualiza las estrategias y los modos de hacer de los grandes medios de comunicación. Estos trabajos contribuyen a cerrar el mapa estructural de los medios. En este dossier: Globalización y medios de comunicación, participan -entre otros-, Jean-Paul Martos, Enrique Bustamante, Alí Lmrabet, Dominique Vidal, Natalia Springer y el director de esta publicación, Ignacio Ramonet. Cada uno de los autores dibuja la geometría que caracteriza esta abrupta realidad, rasgando con profesionalidad los cimientos de este cerco.

Mis lecturas casi diarias en torno a este y otros temas, que se podrían definir como: Las vulgaridades informativas y tropelías mundanas de los grandes medios, lo sigo con regularidad desde el diario www.rebelion.org, publicación que de manera sistemática le toma el pulso a las más dispares mass media en un ejercicio de contrastar las fuentes, apuntando a responsables, patrocinadores, gestores y mediadores de cada uno de estos “dignos espacios de comunicación”, tipificando las múltiples envolturas a las que nos tienen acostumbrados. El hecho de que esta publicación dedique una sección fija al tema: “Mentiras y medios”, tiene una meridiana traducción: vigencia temática y renovación de las formas.

Son varios los analistas, redactores y periodistas que participan en esta publicación, con la particularidad de que nos estamos ante un diario al uso. Son colaboradores ajenos a toda estructura de plantillas y salarios devengados, lo cual la convierte en un referente dentro de las publicaciones generalistas. Este espacio informativo de naturaleza electrónica, se caracteriza por abordar los más diversos temas de la historia y la contemporaneidad, bien distante de los puntos de vista de los tradicionales y globalizados medios de comunicación, que parecen pintarnos diversas posturas y enfoques. Sin embargo cuando uno rasca un poco, nos damos cuenta que es el mismo contenido con múltiples envolturas.

Entre los habituales colaboradores de esta publicación, destaca el periodista Pascual Serrano, con sus Perlas informativas que a fines de mes salen a la luz y que son de obligada lectura para enterarnos de las trampas que estos trasnochados medios nos suelen poner con sus maltrechas letras y ángulos de simetría desenfocada. Su estilo incisivo, sopesado por agudas palabras están cubiertas por un inteligente lenguaje, donde la ironía es la estética ideal para aborda asuntos que son medulares entender. Francamente me gusta su estilo y es que ante tanta manipulación no se puede andar con medias tintas.

Pero el tema que me ocupa en esta sección es el nuevo trabajo de Pascual Serrano: Desinformación. Cómo los medios ocultan el mundo. (Editorial Península, 2009). El texto tiene una virtud creativa, esta escrito con la sabia de un artesano que va componiendo su trabajo desde la racionalidad y el rigor, tratando de copar las múltiples aristas que engloban el inaplazable tema.

Tres cuerpos o ejes principales estructuran su trabajo. El primero se ocupa de abordar las singularidades de este andamio informativo, descomponiendo cada una de sus peculiaridades, bajo el ejercicio del desguace de cada una de las piezas de este gran coche, como si de un mecánico de concesionario de tratase. Cada una de las partes que componen este endemoniado juego de inmoralidades insumisas, estas bien tipificados y argumentados por el autor. Tópicos como: la manipulación, el lenguaje de los medios y su visceral relación con las empresas patrocinadoras ocupan la escritura del autor. Otros temas como el uso de las fuentes y el rigor periodístico, el origen de la información, el pluralismo entrecomillado así como el papel e impacto de las portadas -que juegan el rol de ocultar o distraer nuestra atención de los grandes problemas de la humanidad-, constituye una antesala temática donde explora cada una de sus aristas desde el concepto, desde la ética y la responsabilidad social de los medios de comunicación. Esta primera parte, permite acercar al engranaje sistémico de esta juerga que sigue jugando un papel manipulador y combustible.

En una segunda parte, Pascual Serrano despliega todas sus dotes periodísticas, analizando por geografías y ejes temáticos los principales acontecimientos de la contemporaneidad. Temas como: los vuelos dela CIAy las cárceles clandestinas, el proceso de Bolonia en las universidades europeas, la emigración hacia el viejo continente o las monarquías, pasan por el tamiz de su escritura. De América aborda: -entre otros temas-,la RevoluciónBolivarianade Venezuela y el constante trotar mediático al que está sometido. No escapa de su análisis la curva de manipulación informativa contra el pueblo cubano y su gobierno, que ha resistido y resiste desde hace 50 años, un bloqueo diseñado para ahogar toda una historia de ricas tradiciones históricas, sociales y culturales, para hundir una nación. Este engendro sigue vigente por el actual inquilino dela Casa Blancay Premio Noble dela Paz, Barack Obama.

En su recorrido por el continente asiático se centra en los capítulos más significativos de los últimos años de esta convulsa zona geográfica. Tópicos como el islam, los musulmanes y los árabes, el conflicto israelí palestino y los desequilibrados tratamientos informativos, que pasan por la manipulación o la omisión de actos genocidas por parte del gobierno israelí.

La lista de países y temas podría ser más detallada en esta reseña. Prefiero detener esta enumeración para incitar al lector al recorrido por cada una de sus páginas. Una dualidad discurre en todo el texto: el oficio de desmontar la desinformación y la recomposición de la historia.

Pascual no peca de protagonista, invita a otros estudiosos del tema y a profesionales del periodismo a incorporar notas que son acotaciones y actualizaciones que nacen de la reflexión teórica, de la ética periodística y la propia vivencia de la profesión. Estas miradas son un verdadero abanico que enriquece el texto hacia una lectura plural y contemporánea, donde el sentido de la verdad y el rigor ante los hechos, demuele la actitud cómplice de los que hacen de la información una juerga de fin de semana.

No espere de este libro recetas, el asunto no es de poner una mayor dosis al plato. Desinformación. Como los medios ocultan el mundo, es un texto inteligente escrito para despertar la inteligencia. La sensibilidad y los valores humanos más universales están presentes en su sustantivo cuerpo de texto. La horizontalidad de la historia y su visibilidad como plataforma argumental son los ejes de su escritura, que evoluciona bajo el principio de la verdad.

Notas sobre el autor

Pascual Serrano nació en Valencia (España), es licenciado en Periodismo en 1993 en la Universidad Complutensede Madrid. Fue fundador, -junto a un grupo de periodistas-, de la publicación electrónica www.rebelion.org. Miembro fundador dela Red de Intelectuales y Artistas en Defensa dela Humanidad, creada en México en 2004.

Colabora habitualmente en publicaciones españolas y latinoamericanas sobre temas de comunicación y política internacional, entre ellas, el diario Público, el mensual Le Monde Diplomatique, el quincenal Diagonal o la revista cultural cubanaLa Jiribilla.

Entre sus libros cabe destacar: “Perlas. Patrañas, disparates y trapacerías en los medios de comunicación” editado en España por El Viejo Topo. Es miembro del consejo de redacción de las revistas Mundo Obrero, El Otro País y Pueblos, donde colabora habitualmente. Su trabajo, “Violencia y medios de comunicación”, fue Primer Premio del Concurso Internacional de ensayo “Pensar a contracorriente”, convocado por el Instituto Cubano del Libro, el Ministerio de Cultura de Cuba yla Editorial CienciasSociales.

En el 2007 publica “Perlas 2. Patrañas, disparates y trapacerías en los medios de comunicación”. En mayo de 2008 publica en España “Medios violentos. Palabras e imágenes para el odio y la guerra”, (Editorial El Viejo Topo. Barcelona Mayo 2008).

Pascual Serrano. “Desinformación. Cómo los medios ocultan el mundo”. Editorial Península. Madrid. Junio 2009 ISBN 978-84-8307-880-8  Páginas 624 pgs.

www.pascualserrano.net

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Hurgar para la creación

Entre los realizadores del audiovisual, hay consenso sobre lo importante que resulta, en la labor de investigación, el trabajo previo a la filmación para la búsqueda de un resultado artístico.

Dentro del menú de acciones que cada creador debe realizar en esta indispensable fase de trabajo, se encuentra la búsqueda de datos que “garantiza” la credibilidad de la obra, que va desde la lectura y el análisis de documentos, el visionado de materiales fílmicos, hasta entrevistas a personas vinculadas con el tema. Y  es que estas acciones van enriqueciendo el espectro de enfoques que le da diversidad de colores a la idea inicial.

Es cierto que existen realizadores que prefieren un estilo espontáneo, sin la carretera que el guión establece y suelen subvalorar la curva de la investigación, descansando en el “instinto creativo” que les predispone hacia otro modo de hacer.

Sin embargo, este proceso concreto va más allá de descubrir “curiosidades” para la obra documental. En el enriquecedor ejercicio de hurgar en datos y responder el cúmulo de preguntas que van surgiendo, diversos puntos de giro pueden alterar el planteamiento inicial que el realizador o investigador podría haber tenido en ese momento.

Muchos textos publicados aportan herramientas para esta faena, y comparten estantería con reediciones de otros que resultan clásicos. Me arriesgo a sugerir uno que a mi criterio tiene la virtud de cubrir las expectativas de todo tipo de lector: estudiantes que asumen la realización de su tesis o proyecto de grado, personas que abordan un trabajo de campo en torno a variadas temáticas que implica la investigación colectiva, periodistas, ensayistas y por supuesto, realizadores de cine documental.

Cómo convertirse en un hábil investigador, de los autores Wayne C. Booth, Gregory G. Coloma y Joseph M. Williams, es una obra que desmenuza de manera inteligente herramientas propias del tema.

Estructurada en 15 capítulos, desarrolla de manera evolutiva los diferentes procesos que caracterizan una investigación: las razones para hacerla, el abordaje de elaborar un tema, la búsqueda de información en los distintos tipos de fuentes, los modos de construir argumentos –tan importantes en una obra de cine documental–, propuestas de diversos esquemas de trabajo en el proceso de investigación desde la racionalidad y la planificación de esta fase. No menos significativos resultan los capítulos titulados “La comunicación visual de la evidencia” y “La revisión de la organización y del argumento”.

De todos los capítulos que conforman este libro, me detendré en uno que resulta capital para el éxito de cualquier proyecto de cine documental, titulado “De los temas a las preguntas”.

A muchos realizadores noveles les resulta complejo elaborar un tema, esencial para la arrancada de cualquier obra de esta naturaleza. La voracidad de abordar el abanico de asuntos que nos agobia atenta contra la pérdida de perspectiva para centrar lo que queremos abordar. Este asunto tiene estrecha relación con la necesidad de profundizar en lo que hagamos en materia de cine documental, que muchas veces constituye un tibio reportaje adornado de muchos temas y carente de un punto de vista.

Este capítulo, sin embargo, nos va conduciendo a un binomio de reflexión combinado con ejercicios prácticos que nos ayudan a evitar caer en estos errores de base que tienen posterior repercusión en el resultado final de la obra.

Los autores diseñan en esta parte una cadena lógica que tiene que ver con la elaboración del tema y las interrogantes necesarias para resolver este problema. La importancia y diferenciación entre un tema general y uno específico son conjugaciones que plasman en una exquisita y natural redacción, alejada del academicismo vacío de otros textos que sobre este mismo asunto han sido publicados.

La manera de resolver la definición de un tema para un proyecto está muy bien resuelto apelando al ejercicio de interrogantes que nos debemos hacer. Terminologías como: creación de preguntas desde una entidad dinámica, sus variaciones, las utilizaciones que puede tener el tema visto desde la sociedad, son algunas de variables que caracterizan este capítulo. La razón por la cual me detengo en este capítulo está asociada al hecho de que no pocos realizadores que comienzan en estos menesteres del audiovisual, caen en la trampa de la dispersión, en las surtidas preguntas sin respuestas, en la pluralidad temática que suele traducirse en ausencia de profundidad, de rigor.

Al cine documental lo distingue el abordar un asunto hasta desmenuzarlo en toda su magnitud y apela no solo a los argumentos, a la mirada crítica y objetiva. El posicionamiento del realizador se incluye en esta lista, pero la necesidad de concretar o definir el tema es esencial para el éxito de la obra.

Este texto se ocupa de otras temáticas de la investigación que son esenciales para encauzar una buena obra documental, pero prefiero “hacer silencio” para estimular su lectura.

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